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alimentación: últimas tendencias
Las claves para
la mejor alimentación Los perros y gatos domésticos, al igual que las personas, comen para vivir y el consumo de alimento varía en función del tamaño, edad y estilo de vida. Rosa Roldán Perrygatos Técnico en
comportamiento
canino y felino.
Educadora canina
www.perrygatos.es
El primer alimento que ingieren es la leche materna. Los cachorros, después de nacer, se alimentan exclusivamente de ella, hasta que son destetados. A partir de ese momento, lo ideal es un alimento adecuado a las diferentes etapas del crecimiento, y ofrecer un buen pienso para cachorros. Una vez llegada la edad adulta, una buena opción para alimentarlos de la forma más adecuada es un pienso bien equilibrado con los nutrientes que necesitan y que ofrezcan una excelente digestibilidad y buena asimilación. Esta tarea no suele ser fácil puesto que la oferta es amplia, y debemos asesorar al cliente sobre aquel que se adapte mejor a su compañero de cuatro patas. Hay muchos tipos de pienso y, debemos ser exigentes con la calidad que ofrecemos. Las diferencias de precio vienen dadas, fundamentalmente, por los ingredientes utilizados y así lo debemos argumentar.
nas A y D. El hígado como alimento único puede llegar a provocar hipervitaminosis, cuyos síntomas son vómitos, pérdida de apetito, problemas de piel, alopecias, etc. En la naturaleza, las pequeñas presas contienen en sus estómagos otro tipo de nutrientes que también son necesarios para el bienestar del gato.
Calidad en la fabricación
La actual normativa europea equipara la seguridad de la alimentación animal a la seguridad de la alimentación humana y se siguen unos controles estrictos de trazabilidad en todas las fases de la producción. Los alimentos secos para perros y gatos se pueden elaborar mediante diferentes métodos, y los más conocidos son la cocción o extrusión y la presión en frío. La mayor diferencia entre ambas es la temperatura durante la producción.
La comodidad de disponer de un alimento completo y equilibrado a la par que cómodo y limpio siempre tiene un precio. Un alimento de calidad insuficiente puede provocar la aparición de deficiencias físicas importantes, mientras que uno con exceso de grasas, carbohidratos y/o proteínas, además de convertirlo en un animal obeso, también puede generar la aparición de ciertas enfermedades.
La dieta del gato frente a la del perro
Uno de los errores más frecuentes que cometen los propietarios es tratar al gato como si fuera un perro pequeño. El gato posee una serie de particularidades anatómicas, fisiológicas, metabólicas y de comportamiento que lo hacen diferente del perro. El gato conserva el patrón de alimentación de su ancestro, el gato montés africano (Felix libica), un depredador solitario, carnívoro estricto. De él conserva la costumbre de consumir presas de tamaño reducido y de alimentarse hasta unas 1520 veces por día (sobre todo al anochecer). Aunque el gato sea carnívoro, no solo se puede alimentar de carne, pescado o hígado. Estos ingredientes únicos, no deberían sobrepasar el 25 por ciento de la dieta total. La carne y el pescado carecen de hidratos de carbono y es pobre en calcio y vitami191
El tipo de procesamiento térmico, también conocido como cocción o extrusionado, ofrece una serie de beneficios que incluye comodidad, mejor sabor y textura, consistencia, control de patógenos y mejor conservación del alimento. El pienso es cocinado, dando lugar a las típicas croquetas crujientes en las diferentes formas y tamaños que conocemos. Sin embargo, este proceso de transformación puede destruir nutrientes esenciales, como las vitaminas, por lo que los fabricantes han de compensar estas pérdidas al final del proceso productivo. Conocer estos datos nos pueden ayudar a argumentar sobre la idoneidad de un alimento u otro en función de las necesidades o requerimientos de nuestro cliente.
Qué debe comer
Si le diéramos a elegir a un perro o gato, probablemente elegiría la comida húmeda o en latitas, ya que su textura y su alto porcentaje en humedad lo hace mucho más apetecible. Sin embargo, la comida a base de pienso seco o croquetas es la más práctica y la que mejor se adapta a la rutina de los propietarios. Las croquetas son los alimentos secos
Los nutrientes En todo buen pienso, el nutriente principal es la proteína, que debería ser siempre de buena calidad y, a ser posible, apta para el consumo humano. La composición ideal de un pienso debe incluir: Carne o pescado como principal componente del pienso. El porcentaje real de proteína se mide una vez deshidratado el producto, puesto que la carne fresca puede contener más de un 50 % de agua. Deben evitarse aquellos productos cuyas etiquetas indiquen “subproductos”, que incluyen vísceras, pelo, plumas, pezuñas, picos, etc. Las proteínas son parte fundamental de la estructura básica del organismo e intervienen en la formación de huesos, músculos, ligamentos, tendones, pelo o piel. También son componentes importantes de las hormonas y el sistema inmunológico. Si se toman en exceso se transforman en energía o bien en grasa. La cantidad de proteína viene dada por la edad y actividad del animal. Hidratos de carbono como el almidón y los azúcares, que son de fácil digestión y poseen un elevado valor alimenticio. Se trata de compuestos calóricos fáciles de asimilar, que liberan energía con facilidad en el tejido muscular y nervioso. Son necesarios para la combustión de las grasas y disminuyen el gasto de las proteínas. Se utilizan para aportar la energía necesaria para desarrollar la actividad diaria. En algunos casos se sustituye el cereal (arroz, maíz) con tubérculos (patatas) y leguminosas como el guisante. Son carbohidratos de calidad diferente y digestión más sencilla. Los lípidos o grasas son la principal reserva energética del organismo, más del doble que los hidratos de carbono o las proteínas. Las reservas grasas del organismo se movilizan para proporcionar energía, degradándose los ácidos grasos por un proceso de oxidación. Las vitaminas son sustancias que se encuentran en muy baja concentración, pero son imprescindibles para el crecimiento y el equilibrio del organismo, ya que realizan una función reguladora de los nutrientes. Hay dos clases de vitaminas: las liposolubles, que están presentes en las grasas (A, D, E y K) y las hidrosolubles o solubles en productos acuosos (B y C). Los minerales son los elementos que encontramos bajo la denominación de “cenizas”. Según su grado de concentración, se dividen en macroelementos, como el calcio, fósforo o el sodio, y microelementos, que están presenten en cantidades muy bajas, como el hierro o el cinc. Las inclusiones botánicas como la remolacha o fibras vegetales ayudan a equilibrar y fortalecer la flora intestinal, y con ello la inmunidad del animal. Conservantes con preferencia de los naturales como la vitamina E, C o tocoferol. Se emplean para aumentar la capacidad de conservación de un alimento o bien para mejorar su apariencia. Impiden que las vitaminas pierdan sus propiedades y mejoran la conservación al retardar la oxidación de las grasas.