UNA SALUD
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Veterinarios y la medicina de la conservación Una necesidad para la salud de la humanidad y de la naturaleza. Fabiola Quesada Fernández DVM. MsD CEO Wild Spirit, thewildspirit.com Fundación Wildlife Conservation Medicine, wildspiritfund.org Imágenes cedidas por la autora
El virus llamado SARS-CoV-19 de la familia Coronavirus ha llegado a nuestra vida comprometiendo nuestra salud, economía y moral, manifestándose como un fenómeno natural inesperado. Sin embargo, poco tiene de natural e inesperado. Durante más de una década científicos y veterinarios a la cabeza de la medicina de la conservación hemos alzado la voz de alarma especificando el riesgo que supone la agresión a la fauna salvaje y la destrucción de nuestro planeta para la salud y futuro de la humanidad. Ahora los veterinarios hemos de apostar por soluciones innovadoras, formar parte de equipos multidisciplinarios, y demostrar, una vez más, lo necesaria que es nuestra profesión como líderes frente de la protección de la naturaleza y la salud pública.
Trabajamos tanto en las enfermedades humanas como de fauna, brindando una perspectiva única en la investigación y control de las zoonosis. 14
n. 3 JUNIO 2020
MEDICINA DE LA CONSERVACIÓN Y MEDICINA VETERINARIA Los conceptos de “Medicina de la Conservación” y “Una Salud” comparten muchos aspectos y en numerosas ocasiones los usamos indistintamente. Uno de los detalles por los que en este escrito preferimos usar el primer término, es por la mayor atención que la medicina de la conservación presta a la biodiversidad. Los programas de medicina de la conservación estudian el impacto de la huella humana en el planeta, y sus repercusiones sobre la salud mundial, y demuestran la conexión entre las enfermedades y la degradación del medio ambiente. Los estudios interdisciplinarios que los componen investigan las causas de nuevas enfermedades infecciosas y establecen un análisis de riesgo. En estos equipos, los veterinarios tenemos un papel esencial. Estamos formados no solo para analizar, sino también para establecer un diagnóstico (llegar a hechos concluyentes) y un tratamiento (crear una solución). Además trabajamos tanto en las enfermedades humanas como de fauna, brindando una perspectiva única en la investigación y control de zoonosis. Esto hace que nuestra experiencia y aportación sean de vital importancia para proponer iniciativas que impliquen soluciones claras y eficaces para la salud del planeta. Sin embargo, históricamente los currículos de veterinaria han carecido de formación en el ámbito de medicina de fauna salvaje y la ecología de enfermedades, comprometiendo nuestras referencias. Debido a la clara necesidad de proteger la salud mundial, junto a la demanda de aprendizaje de las nuevas generaciones, quizá sea el momento de hacer historia en la formación de nuestra querida profesión. Hasta la fecha la medicina de conservación de la fauna salvaje no formaba parte de los intereses políticos y existía un desconocimiento generalizado de la misma. La financiación gubernamental era escasa o nula en la mayoría de los países, recayendo el peso en instituciones privadas. Sin embargo, la situación actual ha demostrado la