“Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor”. 1 Juan 4:7–8 La familia es la primera institución creada por Dios desde el libro de Génesis hasta el día de hoy y vemos que Él ama de manera incondicional a esta hermosa institución. Ha habido una serie de situaciones que han desvirtuado el orden de Dios, el amor se ha enfriado, se ve a diario como hay peleas y se hieren con palabras, padres e hijos, esposo y esposa, ya el respeto se ha ido a un lado. Por eso, hoy hago un llamado a la familia a elegir amar cómo Dios lo hace, es la que te apoyará en los momentos difíciles y de alegrías. También, es el poder decir no solamente un “Te amo”, sino llevarlo a la acción, expresar tus sentimientos de amor a los tuyos, ser transparente con cada uno de ellos, siempre resaltar sus valores y lo mejor de cada persona. Levantemos una familia fuerte y segura, llena del amor de Dios, que sean ejemplo a otros y sirvan de ayuda a aquellos que necesiten de un abrazo, un te amo, que puedas ser un agente sanador. Recordaba cuando mi familia tenía por costumbre todos los domingos, luego de asistir a la iglesia, llegábamos a la casa y siempre había un compartir con un menú dominical, el cual se componía de Arroz blanco, Fricasé de Pollo, habichuelas (frijoles) guisados y una ensalada verde. Esto era motivo de reunión y tertulia, donde recordábamos anécdotas e historias que hacían de este tiempo uno feliz. Hoy día, hace falta estas reuniones familiares y hablar con nuestras acciones y mostrar el amor ágape, seguir el mandato de Jesús. “Les estoy dando un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ámense tal como yo los amé”. Juan 13:34 PDT Creo fielmente que las familias tienen que tener un centro y se llama Jesús, él cambia todas las cosas si lo permitimos, por eso las familias que han decidido tenerlo, viven en la plena confianza que está ahí y el amor es perdurable. Sin embargo, para aquellas familias que aún no tiene como el centro de ellos a Jesús, le extiendo la invitación que le den entrada a su hogar y verán que en cada situación habrá una solución, por más difícil que sea, Dios está en control y obrará a su favor.
Por: Pastor Antonio Florido Puerto Rico
En este tiempo, hagamos un pacto de amor con nuestra familia, perdonándoos, reconciliándonos unos a otros, quiero reiterar no somos perfectos, no existen familias perfectas, pero cuando el amor de Dios impera en nuestros corazones, las imperfecciones no se ven y se van alineando al propósito de Dios en todo. Podemos vivir en familia unidas con el amor de Dios. Pastor Antonio M. Florido Consejero Pastoral-Terapeuta de Matrimonio y Familia
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