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Había una vez en Astra... Un Club de Palitroque

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La Joven Marta

La Joven Marta

Diego Segovia Sonriendo (Foto Coco Páez)

Cuentan que en el Siglo VIII a.C. mientras Penélope esperaba que Ulises volviera de la Guerra de Troya, tejía y destejía un santo sudario para el Rey Laertes (aclaremos que era el suegro). Le prometía a sus pretendientes, que eran demasiados, que cuando terminara de tejerlo se casaría con alguno de ellos. También se veía en la obligación de realizar otras actividades para hacerles pasar el tiempo y una de ellas era jugar el juego de los Procos o bolos. Los casi 108 príncipes que la cortejaban organizaban partidos y quien ganara se llevaría como premio mayor el casamiento con la tan cotizada Penélope. Estas historias canturreaba Homero en aquella época, cuando sus versos de mitología griega eran un hit. También hay registros de que por el 1400 el juego de bolos o palitroque se jugaba en España. Los conquistadores trajeron “al nuevo mundo” entre enfermedades, religiones y ansias de nuevas tierras, la costumbre de este entretenido juego que compartían con los Incas. Garcilaso de la Vega y Vargas, Pizarro y sus hombres disputaban partidos con el Manco Inca, allá por el mil quinientos y tantos. Entre viajes de mercaderes, conquistas, emigraciones y muchos siglos de historia, el Palitroque llegó a Astra.

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EL PALITROQUE

Según nuestro querido Google el Juego se define así: “Juego en que varios competidores intentan por turnos derribar el mayor número posible de bolos lanzando una bola. También se le dice palitroque a cada una de esas piezas de madera que se intentan derribar”. En 1918 se fundó en el Barrio Astra el Club de Palitroque, así consta en el libro de Actas que posee la Biblioteca P. Astra gracias a la donación de nuestro querido Diego Segovia. Este libro nos representa y describe cómo el Club desarrollaba sus actividades. El mismo estaba conformado en sus principios, exclusivamente por alemanes y se pagaba una cuota mensual societaria. Sus actas y todo lo administrativo estaban escritas en lengua sajona. Después de 21 años de su creación en 1939 las actas comenzaron a escribirse en castellano por lo que esto nos lleva a la conclusión de que también se aceptaban socios de otros orígenes. Este juego se practicaba regularmente, realizándose 2 torneos anuales. Cada uno de ellos iba acompañado de un buen asado y música. Se definía con antelación quiénes serían los apuntadores, cantidad de tiros, jugadores/as, etc. participan unas 34 personas aproximadamente entre jugadores y familias. En los libros encontramos a detalle todo lo que compraban para cada ocasión: 1 cordero, 1 lechón, 6 docenas de chorizos, 2 barriles de cerveza de 35 lts. cada uno, premios para hombres y mujeres. En ocasiones se quedaban sin bebida, por lo que recurrían al almacén del barrio para recuperar provisiones. Los torneos comenzaban tipo 11 hs y terminaban con baile aproximadamente a las 22 hs. Venían orquestas con música en vivo: por ejemplo, la Banda Retter compuesta por 9 hombres (seguramente debía ser la orquesta de Yugoslavos que había en el barrio) y también orquestas de

portugueses. En las reuniones de comisión se definía si se aceptaba a los nuevos socios, el voto era secreto y el sistema de votación se realizaba con naipes el color negro y rojo daban el negativo o positivo respectivamente. También en estas reuniones se elegían autoridades, aprobaban balances y otros gastos como por ejemplo las refacciones del edificio que hoy ya no existe. Los invitados especiales (que no eran socios) eran aceptados para alguna celebración pero debían pagar un valor por el ingreso. Constan también los controles que realizaba la Comisaría periódicamente a efectos de chequear que el lugar cumpliera con las reglamentaciones establecidas por la empresa. En 1942 es elegido como Secretario el Sr. Pedro Segovia y la última acta redactada fue en enero de 1964. No sabemos a ciencia cierta cuándo fue el último año del club, pero seguramente habrá sido por esta época. El edificio del Club estaba ubicado sobre la ladera del cerro en la zona norte del barrio, unos metros más abajo se encuentran la escuela y el hospital rodeados de viviendas familiares. Hoy ya no existe, solo quedan algunos caños que son testigos de sus paredes y de las reuniones que allí se desarrollaron por casi 46 años aproximadamente.

LOS SEGOVIA

Me parece importante hacer una breve reseña sobre la familia de los Segovia, ya que Diego siempre fue uno de los vecinos que aunque ya no residiera en el barrio , mantenía su identidad Astrense de por vida y participaba siempre con su esposa Stella Torrecillas en las actividades de la Biblioteca, compartiendo recuerdos o simplemente disfrutando de algún espectáculo. Su hermana Dorita es también una vecina activa. Diego Segovia recordaba con mucho orgullo las tareas que su padre realizaba en el Club y sin egoísmo alguno se desprendió del LIBRO DE ACTAS para que quede como un legado importante de la historia de Astra. Don Pedro Segovia nació aparentemente en Astra, un 18 de enero de 1915, se casó con Doña María Clara Ortellique aún vive con sus 93 años. Tuvieron 5 hijos: Diego en 1944, Dora en 1945, Marta 1946, Alberto 1951 y Claudia 1965. Según me comenta alegremente Dorita: -“parece que mis padres no iban mucho al cine”- (recordemos que ir al cine en el km 20 era una actividad cultural muy popular). Don Pedro era tornero en la compañía, pero en 1965 fue despedido, por lo que se fueron a vivir a Comodoro. Recuerdo a Diego: era alto y flaco, con sonrisa siempre predispuesta y su voz ronca. Falleció el 14 de marzo de 2019, fue un golpe muy grande para la familia y una triste noticia para todos los astrenses. Diego volvió al barrio por decisión de su familia, sus cenizas están esparcidas en la Hermita de la Virgen de Fátima. Quien ama su tierra siempre vuelve de alguna manera. Atrás quedaron los bolos y los palitroques, las reuniones y torneos. Son los recuerdos y los relatos los que mantienen viva nuestra historia y también a nuestros seres queridos. Club de Palitroques, quién dice que alguna vez vuelva con otros vecinos, otros partidos y otros asados.

(FUENTES: LIBRO ACTAS CLUB PALITROQUES, GOOGLE, ADRIANA QUIÑONES, DORITA SEGOVIA, STELLA TORRECILLAS Y DIEGO SEGOVIA (HIJO). . NOTA: MARIELA GAROLINI- B.P.A.

Foto del archivo familiar de Dora Segovia. Agachado a la izquierda Pedro Segovia

Esta foto es ilustrativa, de un

Club de Palitroque de Valdivia (extraída google “Club de la

Unión Valdivia)

El libro de Actas del Club de Palitroques donado a la Biblioteca P. Astra por Diego Segovia, fue enviado a la Lic María Laura

Caroni para su conservación. El trabajo consistió en realizar una caja de acuerdo a los requerimientos para este tipo de Bien

Patrimonial. Cabe destacar que María

Laura Caroni es Lic. en Conservación y Restauración de Bienes Culturales, especialista en conservación de papel.

FOTOGRAFÍAS TOMADAS EN CLUB DE PALITROQUE. FOTOS PARCIALES DEL LIBRO DE ACTAS.

Mariela Garolini - BPA

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