Cultura elCaribe, SÁBADO 4 DE NOVIEMBRE DE 2023
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Chismografías y mitologías desde siempre
La farola de de Saanto Domingo
El papa Francisco y la familia
El escritor Pedro Conde Sturla expone cómo el chisme ha tenido históricamente un acategoría épico-lírica en la mitología, incluida la griega. P.4
Esteban Prieto Vicioso cuenta la historia de la construcción de la farola de Santo Domingo, en 1853, como esquema de defensa de la ciudad. P.6
Monseñor Ramón de la Rosa y Carpio entrega la sexta parte de su serie “Así lo dijo el papa sobre la familia”, que cita cinco de sus expresiones. P.9
JOSÉ MERCADER 666mercader@gmail.com
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Anyolino Alcalde. F.E.
A las sombras de las patronales Eternidad Sustantivo es un espacio de tiempo excesivamente prolongado que aparece en la Biblia mil 509 veces
icen las buenas lenguas que Luis se puso loco, no solo porque leía mucho, sino porque intentó aprenderse de memoria, y recitarlo, el diccionario de la biblioteca pública, como si fuera un poema… mucho mejor que el Mio Cid y que todas las décimas del poeta que no existe: Noé. Y en realidad lograba su hazaña que podríamos decir, conseguía por capítulos. El primero llegaba hasta la palabra esternocleidomastoideo que lo atragantaba, lo ponía a gaguear y lo obligaba a mirar la página. -¡Maldita Anatomía! Y seguía recitando hasta llegar a PARALELEPÍPEDO, última pausa hasta terminar la mitad del diccionario. La otra mitad, de personajes históricos y nombres geográficos era más fácil y nunca falló. Dicen, las mismas lenguas que cuando Luis logró recitarlo completo, el Dr. Moreau Fumero le inyectaba una sustancia que él mismo preparaba y que pretendía servir para la inmortalidad. El padre Eustanasio de los Santos, hermano de Albino Blanco de Mesa, se dio cuenta de la inmortalidad de Luis una mañana de octubre y pensó que merecía un reconocimiento como ciudadano ilustre por su presencia perenne en el parque cantando y limpiando zapatos y pies, tal y como lo hizo Jesús, cuando el cicote no existía. Él cruzó la Calle Real apurando el paso para alcanzar la protección del laurel que atajaba, cual paraguas, las gotas de una llovizna que logró alejar al ejército de vagos, chismosos y vendedores ambulantes. ¿A todos? Sí, a todos, menos a Luis. -Luis, tú no te pones viejo, saludó el cura con una voz celestial. -Tiene voz celestial, le respondió Luis. -¿Y cómo es la voz celestial? -Empapada de lluvia. Los dos rieron. Luis era una mezcla de Don Quijano y San Pedro, pintado por el Greco. Empujados a una conversación de fuerza, ambos desenredaron sus lenguas de lo que sabían. l CONTINÚA EN LA PÁGINA 3