Cultura elCaribe, SÁBADO 18 DE NOVIEMBRE DE 2023
elcaribe.com.do
Reparación por el legado esclavista
Veintidós frases El arte en el que invocan sentir de los la paz humanos
El investigador Antonino Vidal Ortega plantea quje la región del Caribe puede revertir su historia de epicentro de crímenes de lesa humanidad. P.6
Monseñor Ramón de la Rosa y Carpio certifica en su entrega de esta seman 22 textos bíblicos en los cuales se cita la palabra paz. P.9
La artista plástica Emeren Haché conceptualiza en una entrevista para la sección Cultura su visión de cómo el ser humano siente el arte. P.10
A Gustav Eiffel le E faltaba un tornillo
JOSÉ MERCADER 666mercader@gmail.com
Cuando Eiffel fundó su compañía en 1867 tenía 35 años y una testarudez tan dura como las vigas que él pegó
Eiffel por Mercader. Colección Acero Estrella. F.E
n 1889 se iban a cumplir 100 años de aquella Revolución que revolucionó, con redundancia y todo, la humanidad entera: la Revolución Francesa. Ella fue la que quitó del poder a los reyes, con su mojiganga rancia y ridícula de privilegios inmerecidos y supremacía ficticia. La Iglesia también se fue de paro. Eso no fue paja de coco, fue a mandarriazos limpios que derrumbaron aquella cárcel maldita donde la arbitrariedad tenía su reinado aparte, pero conectado todo con la misma corona. Solamente la Carta de los Derechos Humanos, aunque coja y que sigue hoy ciega en la “tierra prometida”, valía la pena y a pesar de que a Napoleón se le subieron los humos con to y brasas pa’ joder medio planeta invadiendo y creando desastres como bien lo dibujó Goya. La Exposición Universal tenía que ser la “plus grande”, la “plus belle”, “extraordinaire”. Costara lo que costara había que hacer un monumento del coñazo para celebrar esos 100 años: una torre de 300 metros. -¿De 300 metros? Se preguntaron todos en la primera reunión, menos Pascal Dupont que se fue porque la mayoría hablaba al mismo tiempo y casi todos destacaban el ego in crescendo con pocos resultados. El único que tenía una solución era un joven de ojos claros y soñolientos, de traje gris, tan gris como su propuesta: una torre de acero. La experiencia de Gustav Eiffel hablaba de rieles y puentes de estructuras complicadas y pesadas que saltaron ríos imposibles y hondonadas profundas. El “pont de Québec” diseñado por Théodore Cooper y Norman McLure, fue inspirado en esas estructuras que le costó dos derrumbes fatales antes de inaugurarse en 1919. Cuando Eiffel fundó su compañía en 1867 tenía 35 años y una testarudez tan dura como las vigas que él pegó, una a una y sin saliva e muerto, que era de uso común. l CONTINÚA EN LA PÁGINA 3