EL CREACIONISTA
Artes, Cultura y Literatura
ISSN: 2683-2283
OPEN YOUR HEART
POESÍA NARRATIVA COLUMNA FILOSOFÍA CULTURA
EL CREACIONISTA, año 4 No 56 Junio 2023, es una publicación electrónica mensual, editada por Alma A. C. Carbajal Guzmán, calle 42 Poniente. Tel (222) 9455332, Puebla, Puebla, México, https://issuu.com/elcreacionistarevista/docs/el cr eacionista, literaturacreacionista@gmail.com. Editor responsable: Alma A C Carbajal Guzmán
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Portada: "Par de zapatos" Acrílico sobre lienzo
120 x 100 cm.
(© Juan Pablo Zamora). 2016.Si buscas compartir de forma literaria o artística puedes mandarnos un correo y estaremos gustosos de sumar tu trabajo a nuestra versión digital, así como en nuestro sitio web Ante todo queremos que artistas e inquietos literarios, busquen crear, imaginar y que se dejen llevar por todo aquello que las letras pueden ofrecer.
El Creacionista extiende esta invitación a todas las artes. Si buscan otro espacio para darse a conocer y compartir información no dejen de escribirnos a: elcreacionista @hotmail.com No aparentes, tienes mucho por escribir.
Coordinador Editorial Responsable:
Alma A C Carbajal GuzmánNota del Editor
"LA FRASE “TODO ESTÁ DICHO” NOS INSTA A CREER EN LA INSPIRACIÓN, EN EL SUSTENTO DE NUESTRAS EXPERIENCIAS MÁS PARTICULARES, COLMADAS SI DE DETALLES SIMILARES, PERO QUE EN ESENCIA NUESTRA PUEDE TENER OTRO SENTIDO PARA QUIEN LA LEE Y PARA QUIEN LA RELATA"
DEL EDITOR
La frase “todo está dicho” nos insta a creer en la inspiración, en el sustento de nuestras experiencias más particulares, colmadas si de detalles similares, pero que en esencia nuestra puede tener otro sentido para quien la lee y para quien la relata. En algunos talleres he escuchado mencionar esta frase (ya sea de alumnos o profesores) quizá para entablar que lo que realizara en las clases, será una abominación literaria o en su caso el milagro del próximo Nobel. En todo caso la funcionalidad de lo escrito tendrá importancia de primer orden para el escritor; el lector solo involucrara (a pesar de lo ya dicho) si en la escritura puede abstraerse de la originalidad y libertad de la historia.
Te invito escritor que a pesar de que escuches esta frase, no te abstengas de crear, sino de creer en ti mismo, en lo que tu escritura te provoca y le provoca al mundo; seguir trabajando puede derrotar el significado y acción que implica lo dicho, porque seguramente aun no has llegado hasta la última página y emoción de aquel abierto lector.
ALMA A. C. CARBAJAL GUZMÁN.A TRAVÉS DEL INSOMNIO
ESCRITO POR: ADÁN ECHEVERRÍA G.
Mucho hay que decir respecto de las relaciones pasadas. De las que con mucho trabajo saliste, lleno de raspones; o de las que no saliste sino fuiste hecho a un lado con un “¡Al carajo!”, y el bloqueo de toda posibilidad de comunicación. Queridos radioescuchas que gustan trasnocharse conmigo, es necesario saber que nos afirmamos en el otro. Somos el otro que nos da forma con el paso de los días, los fluidos, las palabras. Si no prestamos atención, si no paramos las orejitas y ponemos cuidado en observar cómo va sucediendo todo, de pronto poco quedará de nosotros, de lo que fuimos al nacer, de lo que hicieron nuestros padres con nuestra infancia, nuestra sufrida adolescencia, esos terribles abandonos (¿los recuerdan, los sintieron?), nuestra primera juventud, aquellos maestros con los que discutimos, o aquellos en los que alguna vez pudimos confiar, todos esos adultos que se encargaron de irnos formando. El tiempo nos hará mutar hacia algo que los demás aprecien, que apenas los deje satisfechos de a ratos. La pasión, el enamoramiento, el despunte bárbaro de las hormonas, forjará nuestro carácter, enfrentándonos a las estructuras que nos limitan, rechazándolas o intentando hacerlas a un lado.
¡A veces, y estoy convencido de esto, lo mejor es romper las ataduras, negar todo aquello que nos han querido imponer, aunque nos lo impongan con cariñitos! Porque existen procesos en que nuestra fragilidad hace que los padres jamás se cansen de consentirnos, esas enfermedades que nos astillan el cuerpo o la mente, o ambos, y que les impide reprendernos, castigarnos, protegiéndonos del mundo hasta la alcahuetería.
¡Nos miran débiles! Creando en nosotros el triste espectáculo del consentimiento, hasta que ya no podemos más que asumir que merecemos el mismo trato sumiso, amigable, de parte de todos los demás, de los que nos rodean o con quienes topamos en nuestro devenir; y, queridos compañeros radioescuchas, ustedes que todas las noches atraviesan el insomnio conmigo, sabemos (no me dejen mentir, por favor) que eso no permitirá nuestro sano desarrollo social, porque los otros nada tienen que ver con nuestra forma de entender la vida, los demás no están ahí para hacernos favores, ni dulzuras.
Al contrario, en las cuestiones del amor todo es cacería, todo se trata de obtener, de sacar ventaja; ya lo dijo Houellebecq: el amor es un campo de batalla (la verdad no sé si esa es una frase del escritor francés, pero ahí ha dejado la idea); lo nuestro es aquello de mentir para obtener lo que queremos. Los otros quieren derrotarnos, utilizarnos para saciar sus instintos con nuestros cuerpos, saberse completos utilizándonos; todos lo hacen, los desconocidos y los muy cercanos, eso incluye también a todas las parejas que tengamos a lo largo de nuestra historia. ¿Me lo podrán negar? ¿Se atreverán a no estar de acuerdo conmigo?
¿Acaso somos tan inocentes aún para creer que, en una historia de amor, no nos impulsa el ego? El vivir en un mundo de ponys y unicornios, llenos de arcoíris, familias idealizadas, núcleos familiares unidos, como si camináramos en la portada de esas revistas Atalaya, ¿acaso creemos, al crecer, que así será la vida? “¡Me mentiste Wang Fo: la vida no es como tú me la has pintado!”, dice Yourcenar. Sabemos que la vida es puerca, que el diablo es listo y está siempre hablándonos al oído para que brinquemos al acantilado. “Mi papá ama a mi mamá; jamás los he visto discutir, y todo es alegría en nuestra casa”, y con esa mentira, en ese constructo, nos hacen creer que podemos buscar a diferentes personas para hablarles de amor: “Te llamo porque me gustas, y me di cuenta de que tenía que decírtelo”; para luego agregar: “Toma en cuenta que me fastidio rápido de las relaciones de pareja No suelo enamorarme”; y lo dicen como si fuera un tipo de advertencia. ¿Les ha pasado? ¡Díganme, llámenme al 646… y díganme si eventos como el que ahora les narro les ha pasado!
Patricio apagó el micro y dejó entrar la canción: “Voy buscando el signo de tu piel / voy volando, creciendo en tu interior / voy golpeando la luna de tus pies. // Ignorando que quieras complacer / voy ardiendo mis labios junto a ti / y mi boca que devora tu interior.”
Se recostó un poco en el asiento, levantó los pies y los puso sobre la mesa que soportaba la consola. Miró los plafones grises del techo. El letrero de letras de luces rojas que decía AL AIRE se repetía en los diferentes cristales que rodeaban la cabina donde ahora se encontraba. En su mente permanecía Nora. Su voz. Sus palabras: “No todas las relaciones están destinadas al fracaso”
Tenía que tragarse el cuento Todos los días llamaban Lo hacían ellas y ellos igual. Su pensamiento viajó hasta los labios de Nora Los ojos de Nora Las palabras de Nora que le hacían darse cuenta de lo poco que le creía, en lo mucho que le disgustaba su actitud ante la vida, ante lo que Patricio denominaba: los otros, las otras. “No todo se trata de las mujeres y hombres que te llaman a la estación. ¿No crees que al hacerlo ya están fingiendo? Solo buscan atención, pero no tuya, sino de la voz que sale de su radio, aquel desconocido”.
Esa era una posibilidad, tenía sentido. Necesitaban sentirse los interesantes. Valientes seres que somos los humanos.
Ustedes, como yo, lo saben porque es un hecho que el amor en muchas parejas permanece abrió de nuevo el micrófono y mientras hablaba quería que su voz llegara hasta Nora, y no sabía si ella estaría escuchándolo de nuevo, o ya estaría disfrutando de una nueva historia en la vida de otro hombre, de Rafael, o de Juan Carlos, qué importaba ya. Ella se tiene a sí misma, mientras yo estoy atado a esta cabina, a estas historias, a estos fingimientos el verdadero amor sólo lo logran aquellas parejas que se esfuerzan todas las veces por superar cualquier escollo, cualquier problema. En una relación de dos, ambos tienen que querer de la misma forma, con la misma intensidad, sostener la relación; sin embargo, eso dista mucho de lo que considero el amor ideal. Porque para mí, el amor tiene que ser unidireccional o simplemente no es amor.
Hay relaciones que ni siquiera estaban destinadas a cruzarse, pero eso lo vas entendiendo con el paso de cada una de ellas, lo vives en carne propia, ¡cada quien hablará de acuerdo a como le fue en la feria! Cuarenta, 50, 60 relaciones de pareja después debieron afirmar ciertos aspectos de nuestra conducta; pero lo más hermoso siempre será comportarse esperando que las cosas se resuelvan de la manera más azarosa posible. Dejarse llevar con la corriente; es lo que abunda, porque no somos capaces siquiera de prestar atención de quién es aquella persona que nos ha llamado la atención de manera especial, ¿o acaso me lo podrán negar? ¿Acaso no han fingido interés o desinterés en una relación de pareja? Con la experiencia uno necesita establecer principios que moldeen su vida Díganme si no lo creen, díganme si eso no es también una verdad: los desapegos. Pueden llamarme al teléfono de cabina 646 ¡cuéntenme sus historias!
Acá tenemos la primera llamada de la noche
Patricio atendía con mucha paciencia cada llamada. Y en cada historia que le contaban Al Aire, o con el teléfono en silencio mientras dejaba correr la música de su catálogo, siempre decidía que podía ser de él de quien hablaban aquellas personas.
“¡Hay que tener principios que regulen tu vida, tus actos!”
Se decía siempre y a cada rato, pero en su fuero interno sabe que sus principios habían ido cambiando de un día para otro. Ya no era aquel jovenzuelo que solía caminar erguido presumiendo su altura y sus buenas nalgas. Después de los años, y el vicio, a los 50 años su cuerpo se ha encorvado Y desde que comenzó a sentirse un mal amante, la mente se le había comenzado a desquiciar. ¡Nora! Nora había sido responsable por ello. La culpaba a veces Fue incapaz de comprender Tal vez sea que estoy demasiado preocupado. ¡Terminas demasiado rápido! ¡Me dejas a medias, eso no se vale, lo sabes bien! Ni siquiera a medias ¡Terminas demasiado rápido!
Patricio no lo podía creer. Nora, Nora, ¿cómo pudiste hablarme de esa forma?
El saber hasta dónde se puede llegar, cuánto pueden permitirse sobre el tema de las relaciones de pareja; era algo de lo que ya podía hablar. Había decidido mudarse a la cabina de radio, vivir casi todo el día en la Estación. Para los dueños era bueno, puesto que era muy limpio. Despidieron casi a todos y solo se quedaron con Patricio y dos operadores más. Patricio estaba toda la noche, desde las diez de la noche y hasta las 8 de la mañana. Por eso podía alagar todo lo que quería su programa que comenzaba a las 11 y terminaba a la 1 o 2 de la mañana. En él las personas llamaban para contar sus historias de pareja. Patricio no les daba soluciones, sólo las escuchaba con tal atención que aquellas historias se mezclaban en su mente, como si de su propia vida se tratara. Se había convertido en el personaje principal de cada una de aquellas historias.
Ya conocen los números en cabina, si quieran llamar y darme su opinión, pueden hacerlo, ¡háganlo! Mientras tanto sigamos disfrutando de un poco de música, escuchemos a Almendra con “Muchacha ojos de papel”, y sigamos enamorándonos, que para eso somos criaturas de la noche, viajeros del insomnio
Sabía muy bien de sus propios principios, y los tenía muy claros respecto a las relaciones de pareja. El principal de ellos era: “No voy a donde no me invitan”; el otro: “Me voy si me siento ajeno”. “Cuando sientas que te enamoras, hay que alejarse”. Y siempre los plantó como principio y fin de todo. Nora no los ignoraba, era simplemente que no les daba importancia.
Se conocieron en un festival de trova nueva a donde Nora había ido a leer poemas mientras un guitarrista ejecutaba. Morena, alta, de pechos prominentes, quizá para algunos algo regordeta; para Patricio, y muchos de gustos similares, Nora era una mujer atrabancada de carne para volver loco a cualquiera. Y Nora sabía el poder de su voz, de su mirada, del impulso sexual que desprendía en todos aquellos que la observaban. Lo supo a los 13 años que las caderas se le ensancharon, y cuando aquellos pechos empezaron a crecer y crecer; sintió el vértigo de miradas que los hombres padecían. Les era casi imposible fingir que no querían verle las tetas. Por eso le agradó Patricio, en primera instancia, disfrutaba verlo luchar por no verse descubierto mirándole las tetas. Pero aquel locutor nocturno, teorizaba demasiado.
Para Patricio, sin importar lo mucho que pudiera atraerle una mujer, le era indispensable reconocer que jamás accedería a buscarla, a menos que ella fuera quien se lo pidiera. Y eso ocurrió con Nora. Era claro que por su trabajo en la radio se le complicaba mantener relaciones estables como cualquier otra persona. En la alta noche son otras las criaturas que deambulan. En aquellas madrugadas las niñas de calzoncitos rosados, las que aún creen en el catecismo ya se encuentran arropadas en casita. Mientras su papi ve las noticias, o mami les ha preguntado sobre las tareas que hay que entregar al día siguiente, ellas se han estado peinando, y se precipitan sobre las almohadas, leyendo los últimos mensajes que, en las redes sociales, o por la mensajería instantánea les han estado enviado. ¡Me voy a dormir! ¡Apáguenlo todo y buenas noches, dulces animalitos de la creación!
Pero aquellos fantasmas que se arriesgan a la noche, cuyo pelaje se confunde entre las sombras de la ciudad, que aúllan a la luna, revolotean por las paredes, o están de cacería: ¡A dónde vas, amigo! ¡Conoces a Rubén, me dijeron que vive por acá! ¡Voy en esa dirección, quieres que te alcance, súbete! ¡No gracias, vengo de casa de mi novia, no se preocupe, ya mero pasa mi pesera! La noche se ha hecho para quienes se atreven a espantarse los miedos. Y ahí, en ese horario, desde las diez de la noche, es que Patricio toma el control de las consolas. Deja correr la música que más le gusta, programa aquella que pueda ser bailable, porque igual y lo sabe bien , algunos estudiantes seguirán prendidos de la FM dejando que les acompañe mientras revisan los libros, y las anotaciones antes de cada examen.
En una ciudad fronteriza, donde las empresas maquiladoras tienen tres turnos, la música que Patricio lanza, inunda algunas oficinas, de aquellos seres que necesitan los acordes y las letras de canciones de determinados artistas, para no caer presas del cansancio; también le ocurre a los choferes que a esa hora siguen corriendo de una ciudad a otra, por las carreteras y caminos del estado, de cada población. La noche alcanza para todos, para aquellos que siguen atreviéndose, y que la buscan. Y en esas condiciones, tener una pareja estable, mantener una relación que fuera creciendo, y pasarse sola las horas desde las 10 y hasta el amanecer era algo que Patricio dejó de buscar.
Al principio Nora pudo ser el sol del amanecer para este noctámbulo. Y durante varias semanas probó a acomodarse a sus carnes. Nora disfrutó al principio, hasta que ya no quiso disfrutar. ¿Te veo al rato? ¡Estoy cansada, mejor otro día!, fue la primera vez que Nora se negó. Razón más que suficiente para que Patricio se desconociera. Luego ella le dijo con total claridad: ¡Cómo crees! Estoy ocupada. Y después se sinceró aún más: ¡Estoy esperando a un hombre! Fue cuando Patricio entendió que la historia de animal nocturno, de cazador de flores, de jardinero de la oscuridad, dejó de tener importancia. Los años se habían apretado en su cuerpo. Era verdad que Nora accedió a verlo, que ella comenzó buscándolo y ofreciendo cama y felaciones. Ahora era distinto. Patricio había insistido tanto por verla, y supo que era un amante derrotado.
¡Terminas demasiado rápido! ¡Me dejas a medias! ¡No quiero verte más! Necesito un hombre de verdad, que pueda partirme a la mitad y me deje las piernas temblorosas.
Patricio la tenía en el recuerdo, la escuchaba aún enojada, más que enojada, la recordaba harta de él, de los hombres, de que le pidan explicaciones a sus necesidades. Detenido en la cabina apenas logra fantasear con el chico apuesto que alguna vez dividía sus horarios entre más de seis mujeres. Ahora solo le quedaba ser el protagonista de las historias que los radio escuchas decidían contarle. Era justo. Ya no podía separar una historia propia de las historias contadas por los otros. Seguro Nora no había existido jamás. Lo que aquella mujer entrada en carnes le había escupido en la garganta, era la historia de algún pobre camarada que no podía con el insomnio. Creerlo era lo mejor.
Mientras se servía un poco de café, Patricio movía la cuchara recordando besos, sueños y palabras La canción seguía girando, una canción como otras tantas, y Patricio soplaba el humo sobre la taza, no le gustaba quemarse con el café y aceptaba que no podría beberlo hasta que volviera a la cabina. Una cabina como cuarto de hotel, casa, madriguera, nido, refugio y tal vez escondite para mirarse envejecer, acurrucado en su derrota.
POESÍA DE WALLACE STEVENS
TRADUCCIÓN DE: CÉSAR ROMERO.
SOLILOQUIO FINAL DEL AMANTE INTERIOR
Luz, la primera luz de la noche, en la que descansamos y, por pequeñas razones, pensamos que el mundo imaginado es la última bondad.
Este es, por tanto, el punto más intenso de reunión, en ese pensamiento nos concentramos, fuera de todas las indiferencias, dentro de una sola cosa.
Dentro de una sola cosa, un solo chal que nos envuelve bien, pues somos pobres, una calidez, una luz, un poder, la milagrosa influencia.
Aquí, ahora, nos olvidamos el uno al otro y de nosotros mismos, sentimos la oscuridad de un orden, una totalidad, un conocimiento,
lo que arregló el punto de reunión Dentro de su límite vital, en la mente.
Decimos Dios y la imaginación son una.
Qué tan alta la más alta vela alumbra en la oscuridad. Fuera de esta luz, fuera de la mente central, hacemos una morada en el aire nocturno, donde estar juntos es suficiente.
CUARTO GRIS
A pesar de estar sentada en un cuarto gris, excepto por la plata del papel de paja y elegir tu pálido traje blanco; o levantar una de las cuentas verdes de tu collar, para dejarla caer, o mirar hacia tu abanico verde pintado con dos ramas rojas de un sauce rojo; o, con un dedo, mover la hoja en el cuenco –la hoja que ha caído de las ramas del forsythia cerca de ti…
¿Qué es todo esto?
Yo sé qué tan furiosamente está latiendo tu corazón.
QUESO EN LA BARBILLA
POR: ROCÍO PRIETO VALDIVIA .
Recuerdo cuando la noche de un ocho de marzo en la biblioteca rural en San Bartolomé municipio principal de la Chingada, Sinaloa. Recién se había recibido un acervo de más de diez mil libros, nosotros los siete promotores de lectura nos sentíamos dichosos de aquellos libros que nos enviaron vía terrestre.
Apenas se desempacaron, y cada uno eligió su ejemplar para leer el siguiente mes. Porque ustedes saben en cada pueblo hay un santo al que uno tiene que venerar. Y pues en nuestro pueblo la Virgen de la Chingada es todo un suceso Se hace una gran feria con juegos mecánicos, puestos de comida y bailes tradicionales. Además de que nosotras las mujeres nos vestimos como la santa patrona con vestidos llenos de flores, hartas joyas y botas vaqueras tipo mata víboras. Ese día las chanclas, los vestidos lisos y por si fuera poca cosa hasta el chicle o marido lo dejamos en casa.
Eso si las promotoras de lectura podemos intercambiar un poema por un beso. ¿Perdón dije beso? Si me escuchará mi marido me manda derechito hasta la cabecera municipal y la santa patrona me iba llevar a mí. Pero de que nos llevó la chingada ese día, nos llevó. Esta virgen es de las bonitas tiene una cara con chapetes, cabello largo y negro, la piel apiñonada, es delgadita y los pechos respingados. El julio dice que me parezco a ella, y yo me la creo, cada año visitaba el estad después de salir de su trabajo es el encargado de mantener la represa del pueblo limpia, lastima que llegó al pueblo al año que me había casado. Pero nadie me puede quitar esos besos, aunque sólo haya sido una vez al año. En fin ahora sí les voy a contar la tragedia. La feria del pueblo estaba en todo su esplendor en el templete principal cantaba el Gabriel Eustaquio a todo pulmón María bonita en honor a la Santita. Los chiquillos corrían, lanzaban cuetes, yo me estaba tragando un elote, tenía toda la boca brillosa y la barbilla embarrada de quesito rallado, estaba por llegar el Julio del trabajo, yo sabía que sus besos me volvían un poco más loca de lo que ya estoy. Y además era el único día que mi hombre se quedaba a cuidar a nuestro bebo de tres años. Recuerdo que llegó Julio y deposito su peso en la charola del libro de poemas de Neruda, no sé cuántos minutos habían pasado cuando vimos correr al Melesio el encargado de seguridad y nos valió gorro nosotros nosestábamos dándonos un besote, cuando de repente un humareda se hizo presenté en nuestra amada biblioteca. Vimos como todos o la mayoría corrían con cubetas de aguan, gritaban.
Yo también corrí por energía de la mano de Julio, hasta del elote, y el dichoso beso y ni se diga el pudor todo lo olvidé , me importaba más mi bebo, mi ahora ex marido tan bien que iba todo Jacinto estaba por terminar su carrera de ingeniero agropecuario y todo por culpa de ella, Michel la vieja bibliotecaria al leer el libro de las 50 Sombras de Grey decidió prender una hoguera. Y tanto trabajo qué nos había costado conseguir ese dichoso acervo.
Fue tanto el placer de su lectura que al entrar la noche y sentir frío michí cómo le decíamos a la bibliotecaria encendió la cafetera y cómo estaba tan vieja, esta hizo chispas iniciando el fuego por todo el lugar o tal vez fue un buscapiés
Nunca lo sabremos, y no lo quisimos averiguar de la muina que nos dio. Las autoridades nos volvieron reconstruir la biblioteca, nos dieron mas acervo pero ya no venía el dichoso libro. Pataleamos del coraje, le enviamos una carta al coordinador de literatura en el estado. Y es hora que el pinche ejemplar no llega. Por otra parte a doña Michel la jubilaron al fin. Después de tantos años y tanta burocracia.
Después de esa tragedia Julio y yo vivimos juntos pues con el escándalo Jacinto mi marido salió con el bebo en brazos nuestra casa estaba contigua a la biblioteca. Jacinto sospechaba de mi relación con Julio, y cómo no si yo era la encargada de llevarles la novedades a los de la represa y más bien eran ellos los que nos ayudaban a tramitar los acervos. Igual el escándalo conmigo fue opacado por el de Michael.
Dicen las malas lenguas que por las noches en su casa se escucha préndanle a todo. Y hasta han visto salir a jovencitos. Lo único que sabemos es que el libro de las sombras no apareció jamás y además mágicamente sale cada 10 días en préstamo domiciliario. Y es la firma de michí.
Y nosotras nos lleva la chingada de coraje porque ninguna de cuatro promotoras puede usar su látigo y nuestros neglilles negros que nos llegaron vía terrestres del Amazon.
Lo mejor de todo eso fue que Julio y yo nos podemos tragar nuestro elote juntos cada sábado por la tarde y los dos tenemos queso en la barbilla y los labios brillosos de tanta mayonesa.
UN INSTANTE QUE SE HIZO ETERNO
POR:
LUIS ALEJANDRO HDEZ. VILLANUEVA
Bastó un beso para recordar viejos tiempos, bajo las farolas de una ciudad triste y bohemia.
Con mis brazos rodee tu cintura. bajo la luz de la luna, nuestros corazones se encontraron. Despertaron sentimientos del pasado.
Solo necesite una caricia para sentir que el tiempo se detenía. Solo unos minutos eternos pero que se escurrieron como pensamientos.
Y ahora tengo el temor de que aquello que se perdió, pero que para mí fortuna revivió, se esfume nuevamente entre recuerdos.
No puedo permitirme de nuevo que una historia de amor se pierda entre el tiempo; no contigo, corazón.
Por ti, un dulce ángel, de inconmensurable belleza y bondad inagotable, pacientemente podre esperar. II
Tu voz susurrando mis pensamientos, como el sonido del viento, acariciando mis tristezas, secando mis lágrimas.
Recordarte me brinda consuelo. entre tontos sueños, imaginando que estamos juntos, ese es un gran anhelo.
Tus ojos que me encierran en el tiempo, tus besos que me hacen tu prisionero ¿Cómo no enamorarme? ¿cómo no desearte?
¿Qué hay en esa delicadeza, en una voz tan hipnótica que me deja a la deriva?
¿Qué hay en esa belleza?
Como un huracán que me lanza y me arrastra, que me somete y me revuelca, que me deja flotando en la nada. Me arrancas de la realidad para arrojarme enamorado y dejarme perdido en este amor abismal.
III
¿Acaso estoy condenado? A ver desde lo lejos como cada amor se va perdiendo mientras los días se hacen añejos
¿Qué quiere de mí el destino?
¿También me castigará contigo? No quisiera perderte, esa es la realidad. Temo por lo que sucederá
¿Acaso el viento se llevará sueños y pasiones convirtiéndolos en susurros del bosque?
¿La luna transformará alegrías y vivencias en recuerdos de fotos viejas?
¿Es acaso que me encuentro dormido? y, es que, entre diurnos sueños la distancia y el tiempo me siento un poco perdido
¿Es esto una ilusión?
¿En mis propias fantasías estoy atrapado? O acaso encontraré salvación en la distancia de este amor?
PUNTO ESCARLATA: EL FIN
ESCRITO POR:
LORENA AVELAR.
Amanece, todo es suave y sosegado; los colores son fríos y se desplazan con gentileza, luego se extienden y definen y, por fin, todo se envuelve de una claridad poblada de armoniosos murmullos. Es el fin y el inicio de todo.
El fin es algo real y tangible El fin de todo cuanto conocemos, de ciudades silenciosas de edificios grises llenos de humedades, de nubes oscuras, edificios fríos y cristales rotos, calles desgastadas, tiendas saqueadas y comida podrida bajo el olor a podredumbre.
El fin de líneas que no llevan a ninguna parte y sólo son arterias y venas vacías. Fin de montañas que se derrumban; montañas de piedra, reducidas a escombros, montañas de roca viva, sin un ápice de vida, montañas que resguardan la asechanza.
El fin de árboles que sueltan hojas, árboles que mueren por las lluvias ácidas que erosionan el suelo. Fin de la hierba que se mece junto al viento y el gran roble que se derrumba. El final de la esperanza que nos da el tacto y cosquilleo del trigo; del aire que se convierte en humo, del agua que recorre los ríos, del tacto de la piel, de la sonrisa de un niño y de un atardecer glorioso, anaranjado. El final del fuego que calienta y da refugio; fuego que quema y que consume. El final de la esperanza que se desvanece en nuestro cuerpo, nuestra fe y nuestra substancia
El fin se desliza hacia la extinción, excepto del tiempo, pues su extraña naturaleza consiste en transcurrir interminablemente. El fin es un inicio, la muerte es una nueva vida, nada se extingue, ni termina, sólo gira. El tiempo es gratuito, y sella con un Punto Escarlata, como el propio universo, inconmensurable, cuya suma total equivale a nada.
ROSARITA
ESCRITO POR: FRIDA SÁNCHEZ.
A todas esas madres, perdidas en la angustia por encontrar a sus hijas e hijos.
–¿Qué es la libertad para usted? –Podría habérselo preguntado quien fuera, un niño de ocho años o una periodista, de cualquier manera, su respuesta era la misma.
–Tener el control de nuestras vidas, que nuestros hijos y nuestras hijas tengan el control de sus vidas, que nadie decida, ¡caramba!, quitarnos nuestras vidas.
Rosaura vivía en Aconchi, Sonora. Cuando la conocí, ella había pasado los últimos siete años de su vida en una espantosa rutina, que iniciaba a las 6:30 de la mañana y terminaba pasadas las once o doce de la noche. Todos los días bajo los rayos de sol o debajo de la tormenta. Todos los días en medio de un desierto, que más que de polvo, era emocional.
Desde la primera vez que platicamos me contó la verdad sin tapujos: ella andaba buscando a su hijo que llevaba casi ocho años desaparecido, por eso encabeza uno de los tantos colectivos de búsqueda que hay en su estado.
La contacté por Facebook, porque las redes sociales son ahora el pan de cada día, tanto, que no son pocas las veces que lo que tuitea un funcionario público es la nota para los periódicos y noticieros.
Mijo iba a ir a jugar futbol con unos amigos, después de eso se iba a ir a echar unas chelitas con otros cuates, también del barrio, nomás salió a eso, pero ya nunca volvió. La última vez que se comunicó el Chayote, como le decíamos de cariño, se acababa de subir al camión. Después de eso, no supe nada más de él
Rosaura se detuvo porque una de sus compañeras del colectivo le habló para que fuera a ver lo que habían encontrado a sólo treinta metros de distancia. La retroexcavadora también se detuvo, casi junto con el discurso de Rosarita, como la llamaban sus colegas.
Al fondo de un hoyo de cinco metros de ancho por siete de profundidad estaba el perturbador rastro de lo que alguna vez fue un hombre, era un trozo de esqueleto al que apenas se le distinguía un brazo, un cacho del coxis y lo que podría decirse que fue su mejilla. En medio del polvo, de la arena, como un sello desgarrador, las Madres Buscadoras hallaron el primer rastro humano de la jornada.
Cubierto por la arena, entre la polvareda, se veía un trozo de tela roja, como franela, que se desprendía de un brazo –mi hijo se llevó una de esas, ¡ay! –gritó alguna madre, entonces comenzaron a excavar más profundo para dar con más cuerpos.
Rosarita me llevó esa misma noche a cenar a su casa. Un rinconcito de madera con dos camas y una cocineta.
–Esta no es la casa donde vivía con mis hijos, es a donde me vengo para pasar la noche en las jornadas, las exhaustivas jornadas.
Perder su casa, en la Sierra de La Mariquita, era el menor de sus males. Buscar entre la tierra los escombros de lo que alguna vez fue un ser humano, no se compara con ninguna angustia humana, menos todavía si a quien se busca fue producto de tus entrañas.
–Tanto trabajo ha sido buscarlo, pero yo lo único que quiero es llevarlo al mar. Le prometí que lo llevaría a conocer el mar, pero no me dio tiempo –me dijo la mujer, mientras limpiaba una lágrima de su rostro y me servía frijoles de la olla y una taza de café.
A ella la angustia no la dejaba probar bocado. Para entonces, Rosarita había excavado en cientos de kilómetros en el desierto De Gila, había hurgado en las fosas de los 72 municipios del estado y se había paseado incontables veces entre las planchas de la morgue, cada vez que la Fiscalía daba aviso del hallazgo de un nuevo cuerpo.
Lo peor de la ausencia de su hijo, además de que no lo volvería a ver sonreír, ni lo vería conseguir una novia y casarse o tener a sus propios hijos, era que, quien fuera que se lo hubiera llevado, le había arrebatado el único sueño que, a ella como madre, le hubiera gustado concederle.
–Esa ida al mar, le dije que lo llevaría en quince días, cuando me pagaran el adelanto del aguinaldo en la fábrica, en noviembre, pero él salió a jugar un día de octubre y no regresó.
Mientras Rosarita me hablaba de su hijo, yo le veía los labios partidos, como cáscaras de naranja seca y las manos gruesas y con callos, llenas de protuberancias entre los dedos, con las uñas negras por la tierra. Con el dolor en el pecho, porque, aunque no lo dijera, se le notaba cómo el vacío que le había dejado la ausencia de su hijo era tan grande que se le salía de las entrañas.
Al otro día, la mujer me llevó otra vez a la zona de excavaciones, había mujeres que llevaban cinco días y cuatro noches buscando sin parar. A ella le habían dado la oportunidad de irse a “descansar” medio día porque era de las mayores, rozaba los 67 cuando todo esto pasó.
La jornada duró otras 124 horas seguidas, y aunque encontraron vastedad de fragmentos de huesos humanos, ninguno de ellos le dio respuesta a Rosarita. Con el rostro casi tieso, sin expresión alguna, la madre me miró a los ojos cuando yo le tomaba fotografías a los cuerpos desmembrados y a las piezas de tela deshechas. Sacó del pantalón una fotografía de la costa de Puerto Peñasco, una de las más cercanas a su ciudad natal.
La imagen era tan azul, tan brillante, que la diferencia entre el mar y el cielo se perdían. Casi como sucede con algunos restos humanos entre los escombros, que quedan tan deshechos, tan diminutos, que uno los confunde con piedras o granos de arena, porque al final, polvo somos y en polvo nos convertiremos.
–Volviendo a tu pregunta, muchachita. Si mi hijo está vivo, quiero llevarlo a conocer la costa, si no es más que polvo, quiero esparcir sus cenizas en el agua Sus cenizas junto con la certeza de saber qué fue de él. Para mí, esto es la libertad: ver a mi hijo danzando en el mar.
Frida Sánchez nació en la Ciudad de México en 1996. Es licenciada en Comunicación y Periodismo, egresada de la FES Aragón, UNAM.
Actualmente trabaja como reportera en medios impresos de la Ciudad de México. Ha publicado cuentos en diversas revistas, entre ellas Punto de Partida de la UNAM, El Narratorio y Revista Amarantine.
LA MATRONA ESCRITO POR:
ALEJANDRO ZAPATA ESPINOSA.
Villamaría, abril 7 de 2023
Madre:
Supe que estás enferma del colón y que tienes fiebres y calambres, pero que, aún enferma y adolorida, acompañas a papá en su recuperación del accidente Eres algo superior a un ejemplo: eres, para mí y para mis allegados, a quienes les he contado tus peripecias, una invencible amazona, una jefa del clan, una matrona omnipotente.
Y no porque salgas siempre bien librada; no; sino porque, en abordas complejidades que se te presentan con tu semblante sana, de enfermera intachable. Sabes cómo ponerle las íes al destino, pararlo en seco y, mientras él te hace caso, tú te recoges el cabello, te planchas con las manos las patas de gallina y te amarras los cordones, y le das luz verde: «Atácame con toda o no me vengas a hacer perder el tiempo».
De ese modo te he visto a lo largo de mi existencia, de ese modo te hemos adorado y de ese modo, tú lo provocaste, realzaremos tu imagen de diosa en los pedestales de nuestros respetos. Los que te seguimos profesamos la religión de tus enseñanzas y de tus discursos: «Cálmate, Jonás»; «Arrímense, mis niños»; «¿Descansa en ustedes, o en mí, la tarea de proclamar entres las personas el bien después de mi prédica?».
En nosotros, tus hijos y allegados, descansa la tarea, madre. La realizaremos y la proclamaremos a lo largo y ancho de nuestras cercanías, porque somos lentos exploradores montunos. Con lo que tenemos de ti ya nos damos una idea del continente, de las constelaciones que nos apuran a cumplir nuestra función en la obra del Pantocrátor. Mas como tú no nos diste órdenes de unirnos a lo general, sino a nosotros, a nuestras atmósferas, a nuestros empaques de unos metros, nos desentendemos de la alianza con los libres planetas, con las almas de las penínsulas.
Madrecita: aporreada, convaleciente, moribunda incluso, nos atiendes a los que, por casualidad y por gracia divina también, somos tus hijos. ¿Cómo lo haces? ¿Quién te motiva? ¿Alguno de nosotros te da los ánimos que nos faltan a todos? Oh, preciosura, grandiosa americana en el extranjero, si te tuviéramos para decirte lo mucho que eres para los que no valemos ni un centavo sin ti
Concédenos una bendición, las dos manos en los cachetes, como un atril, los dos hombros para dos cabezas desvalidas...
La separación de los cuerpos nos tiene amorfos, corrompidos, desfasados entre lo intestinal y lo celeste El Atlántico sus aguas su sal... Solo tú lo has probado... solo tú sentiste el desgarro de irse de Colombia, del pueblo, de los que te vieron crecer y de los que has enterrado, de los que has enterrado y de los que les has pagado misas, de los que les has pagado misas y de los que te aconsejan en sueños: «Haz lo propio de tu raza. Te acompañaremos de todas formas, mujer. Cuenta con nosotros pues nosotros contamos contigo. La recompensa a tu atención la convertimos en buenas nuevas. Haz lo propio de una mujer soberbia, altiva y elegante, mujer: estamos en ti, protegiendo, con el dorso de nuestras sinceridades, tu cuerpo. Estamos en ti. Te acompañamos: somos tu raza, ¡tus muertos!».
¡Ah! ¡Bebemos la chicha de los anhelos! ¡Nos colmamos con tus palabras! ¡Viva estás y vivos nos tienes! ¡Elehó! ¡Elehó por ti, suprema! ¡Clavaría mi lanza en el cielo, en la nube que se perdió del rebaño ¡elohé! , y la metería en el corral danzarín del semidiós que nos obsequiaste: ¡la tierra! ¡Bendición, decaída reina! ¡Liba con tus antepasados el parto de la chacra!
Desfallezco en las presiones de tus rodillas. No permitirás que me caiga. ¡Soy lo que aprecias, tu aprecio de sobornos e insomnios!
Desfallezco mimándote
Procuras el bienestar de tu mamá también: unos mariachis el sábado y una cena de cocinero homosexual el domingo Administras tus posesiones en la distancia. Lo lejano nunca ha sido una evasiva para ti. O te ofreces o no te ofreces, ese es tu funcionamiento. Nos pediste venir esos dos días a pasar con tu madre, a reemplazarle, nosotros, tu asistencia. Es notorio que somos malos ministros y delegados. Las representaciones que nos han encargado terminan desde que abrimos los pliegos y los leemos. Mas nos elegiste. Somos tus peones. Ofrecer lealtad a otras reinas es darnos de baja de la madre nutricia: tú. ¿Miento si otros se han atrevido a negarte y tú los has apartado de tus listas benefactoras? Obraron pésimo: forcejearon por el infierno. Los que te seguimos no nos apartaremos de ti: la condena nos aterra y los relatos de los condenados nos dan escalofríos, nos perturban las extremidades y nos congelan la circulación de armonía que emana de tus bienes.
Lo que eres en el amor lo eres, en parecidas cantidades, en el capricho.
Ser exiliado de ti es no solo acabar con el honor; es acabar con el hombre. Quien da la vida, al negarla, la reclama. Tienes el derecho divino, humano, portentoso. Y estamos conforme a tu ley: es justa con los que son justos y se ciñen a tus preceptos: matarás a los que te maten; odiarás a quienes te odien; apartarás a quienes te aparten; blasfemarás a quienes te dediquen una sátira, un encomio. Los seres de tu gloria te la encendemos, te la calcamos. Pecadores, rencorosos, medianos o príncipes, bajo tu regazo nada nos distingue: el mundo se aniquila. Tú eres la sintonía que nos acompasa, el sostén cabalístico al cual pertenecemos. Eres, madre; ¿ser no es lo máximo en tu enseñanza?
Pero es un cúmulo cerrado: permanecerán los que llamaste y no a los que excluyes Y, buena con nosotros, es ese bien el que nos colma No entendemos ni nos dejamos engatusar por el oropel.
Mandarás los instrumentos y a los rancheros; mandarás el pan de otras tierras menos congestionadas. Lo mandarás a tus hijos, los que te pertenecen, los que se endeudaron por tu doctrina. Manizales recibió de tu pecho la juguetona aspiración del seno rutilante. Es obvio y es una bobada hacerte notar la desprovisión en la que nos encontramos, así como obvio y bobo es que nadie fuera de los tuyos se entere de la palabra transformada en puño y caricia. Llevando la condición que nos compone a rangos más generales, es lo que hay, duela o no aceptarlo, duela o no sentirlo por trozos en la carne, a la manera de quemaduras o latigazos de colas ecuestres.
Aquí estaremos el sábado y el domingo, cumpliendo tu orden, alivianando a tu mamá de la falta en la que nos obligaste a sufrir. El fin de semana unos enfermos le darán mensajes de recuperación a una enferma. ¿Hasta cuándo soportaremos tirarnos a la enfermedad y no tener tu salud demoledora? ¡Que estés enferma en otro clima no es motivo de repulsión!: ¡estás en otro clima, cosa que a nosotros nos aterraría probar!
Vuelve a calmarnos Te lo pido
Quelán de Tobruk
P. D. El Castillo: zona de amenaza media. Ayer anduvo por estos lares la policía regalando tapabocas: tendremos ceniza y lapilli acumulándose de lo lindo sobre los techos, las matas, los cultivos y los animales y nosotros para rato. Y en la cabecera municipal se exhiben antiguos 4x4 parameros, se ofrecen muestras artísticas y gastronómicas y se preparan concursos en nombre de la reactivación del sector turismo afectado por la contingencia... No todo el municipio está afectado, pero los afectados no estamos para esas reivindicaciones. El alcalde Orbay les pega a los dos bandos. Veremos si le alcanza el chorro. Reza por quienes no huiremos de nuestras casas, mamá, y preferimos invocarte en la inquietud. (No dejes de mandarnos los mariachis y la cena: cantaremos y comeremos por el estratovolcán)
Alejandro Zapata Espinosa (Colombia, 2002), estudiante de Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana, escribe cuentos, poemas y columnas en Al Poniente. Ocupó el segundo puesto en el XVIII Concurso de Cuento Tomás Carrasquilla del Tecnológico de Antioquia (2021). Es parte de Poemas del barrio a la ciudad (Fondo Editorial Comfenalco Antioquia, 2020) y de la Antología de poesía (Trinando Editores, 2022). Mención de Honor en el 79º Concurso Internacional de Poesía y Narrativa «Camino de Palabras» (2023).
ME QUEDE CON GANAS DE UN ABRAZO
ESCRITO POR:
JAVIER ALBERTO RUIZ RAMÍREZ.
Tengo la sensación de que me hace falta algo No sé si esta sensación la puedo llenar comprándome algo, leyendo o tal vez viendo una serie en Netflix; para que me haga olvidar esta necesidad.
Es que desde que prohibieron el contacto con otro ser humano, traigo esta necesidad de darme a otra persona, no de manera material o sexual, no, sino es más grande que eso ¡en plenitud! ¡Si! Este encierro me ha recordado las clases de Filosofía, donde conceptualizaban que el ser humano es un ser social por naturaleza, me acuerdo que Aristóteles decía que somos «zoon politikón», es decir un animal político, hasta Zygmunt Bauman que nos recuerda nuestra cultura liquida, amor líquido, sociedades liquidas, nuestro mal actuar en esta hipermodernidad Hoy que estoy solo, atrapado en estas cuatros paredes, si con toda la tecnología posible que me han facilitado una mejor calidad de vida, me doy cuenta la falta que me hace tener contacto físico con otro ser humano. Si he estado en contacto con mi familia, amigos, trabajo a través de llamadas, mensajes, videollamadas, pero… no me satisface estar separados por una pantalla, más que la distancia es la separación física de no estar ahí. Es que me doy cuenta de todo el afecto que desaproveche por no saber valorar el amor humano. Y la verdad es que me quede con ganas de un abrazo, de esos que con un apretón me pegan todas las piezas rotas, que me hacen cerrar los ojos, de suspirar y decir todo está bien, te quiero mucho.
Tengo la esperanza que tendré el tiempo de recibir y dar ese abrazo. Y al salir de esta contingencia el abrazo va hacer el gesto de amor de ¡si se pudo!
MUERO DE AMOR POR TI
Mis ojos se llenan de gozo al verte, sentir palpitar el corazón de alegría, es que estoy muriendo de amor por quererte, y tu ausencia sólo me deja en agonía.
Tengo todos los síntomas de este mal, todo mi cuerpo reacciona a tu presencia, cómo disimular si mi padecimiento es terminal, no tengo el control y mi sonrisa es la evidencia.
Tu simple existencia es mi cura, no tengo anticuerpos que me defiendan, las emociones me atacan con locura, debilitando la voluntad para que las neuronas no entiendan.
Muero de amor y tú no te das cuenta, si todos se han dado cuenta de mi padecimiento; la vida me abandona en cada suspiro de manera lenta, porque tú no eres mi medicamento.
JAVIER ALBERTO RUIZ RAMÍREZ.
El antídoto son tus besos, pero me conformo con tu mirada; devuélveme el alma y el corazón que tienes presos, para poder contener esta enfermedad controlada.
Me muero de amor por ti, pero tú no te das cuenta de este amor, tendré que dejar morir este amor, extirparlo del corazón como un tumor.
Es que muero de amor excedido, tú eres la salud que no quiere llegar, seguiré padeciendo de amor escondido.
¡Que muera el amor sino puedo amar!
¿Qué no sabes que muero de amor?
La razón eres tú; simplemente es tu ser; me muero de amor por ti sin dolor. Ya es tarde para la cura y no sé qué hacer…
La democracia se ha cimentado como el orden social por excelencia, donde se nos permite pensar que somos participantes del poder político por la vía de nuestro voto, el cual, por supuesto, cada cierto tiempo intenta ser ganado por los actores de los partidos políticos, en ocasiones de manera justa, otras, por medio de la difusión del temor, de la coacción o apelando vulgarmente al sentimentalismo para granjearse el animo de la ciudadanía. Pero, ¿acaso hemos cuestionado realmente nuestro papel ante la dirección de nuestro país? ¿Cuál es la razón que permite que continuemos pensando que la vía democrática es la mejor posibilidad de reestructurar a México? Estas preguntas evocan más allá de lo que se percibe a primera vista, ya que en realidad carecemos de una verdadera participación social, pero nos contentamos con suponer que, por medio de las redes sociales, apoyo a candidatos o situaciones similares somos parte de la dirección política.
Entonces, ¿qué debemos pensar realmente al momento de hablar de participación ciudadana? Queda claro que solo podemos ofrecer esbozos sobre esto, debido a que somos nosotros mismos quienes debemos reflexionar sobre esta situación comprendiendo nuestras posibilidades reales derivadas de nuestra praxis existencial.
Ahora bien, la participación ciudadana debe ser entendida como una posición en la cual, nosotros, como parte de la sociedad civil, podemos realizar críticas, erigir nuestra postura con respecto a las leyes y decisiones realizadas por la sociedad política, el congreso y todas las formas en que se encuentra separado el poder, lo cual incluye, evidentemente, al poder legislativo, al ejecutivo y el judicial, así como las normativas del orden electoral. Esto es de suma importancia, ya que nosotros como sociedad debemos tener un poder que se oponga a los ejercicios realizados por los diferentes partidos políticos, los cuales, como bien sabemos todos, solo ven por sus propios intereses y pocas veces velan por el interés colectivo de nuestra sociedad.
LOS PERROS
Bien es cierto que el actual gobierno ha creado condiciones que han superado con creces, al menos, a los tres sexenios anteriores donde observamos una alternancia en el poder entre los partidos políticos del PRI y del PAN. Podemos decir, en efecto, que las situaciones sociales han mejorado para la población: tenemos un aumento en el salario mínimo como pocas veces se había observado en la historia de nuestro país, lo que ha llevado a mejorar la condición de vida de una gran mayoría de personas, aunque también es cierto que esto no ha llevado a niveles óptimos del vivir común de la sociedad, lo cual, evidentemente, no ha sido culpa de la actual administración. A su vez podemos observar como se ha llevado a cabo una repartición más equitativa de la riqueza de la nación por medio de becas y apoyo económico a los adultos mayores, condiciones que con anterioridad no existían. De igual manera, se intento pone un limite a la ganancia generada por la detentación de un puesto de poder, aunque bien sabemos que la suprema corte de justicia se opuso alegando que, al obtener una menor ganancia económica se verían obligados, los magistrados, a corromperse para continuar manteniendo su estatus económico. ¿Acaso esto no es una manifestación evidente de que estas personas no ven por la justicia y el bien social, que, por el contrario, solo obedecen a sus propios intereses y que ya han aceptado lógicamente su corrupción y su nulo respeto al derecho cívico, las instituciones nacionales y la unidad social? Esta es una de las situaciones más perversas en la que nos encontramos sometidos en nuestros tiempos, ya que manifiesta todo el horror del sistema de poder al cual nos encontramos sometidos, y pareciera que no existen medidas para impedir el abuso del ejercicio del poder por parte de la escoria que la ejerce.
Lo anterior debe llevarnos a pensar en métodos donde nosotros, como sociedad civil podamos oponernos a los abusos de políticos, magistrados y demás sujetos que solo se sirven del sistema político para obtener mejores condiciones económicas, sumiendo a una gran mayoría a la pobreza mientras ellos se burlan de los mexicanos. Esto significa la urgencia de crear comités ciudadanos de vigilancia de las acciones políticas, jurídicas y judiciales, así como la necesidad de crear leyes más efectivas que permitan que la posición de la sociedad civil sea escuchada, respetada y tomada en cuenta al momento de realizar acciones que nos incumben a todos como ciudadanos.
Por supuesto, lo anterior seria un ejercicio más cercano a la democracia, y esa es la urgencia de democratizar el poder, pues, de esta manera podemos alcanzar un estado de equidad y se garantice al acceso de una vida digna para todos.
Ante esto, la pregunta por nuestro quehacer ciudadano con respecto a la democracia debe tener una intención de participación pasiva -realizada por medio de la critica y reflexión escrita-, y activa, en la cual se permitan las posibilidades de realizar foros de discusión con los agentes políticos, posicionamiento con respecto a la toma de decisiones de diputados, senadores, gobernantes y magistrados, así como mayor control del poder que ejercen. Por supuesto, realizar esto conlleva pensar planes a corto, mediano y largo plazo, pero se vuelve menester politizar el ámbito educativo y filosofar sobre las situaciones y condiciones que se desenvuelven al momento de pensar en la manera en que podemos contribuir a un mejor desarrollo de nuestra nación.
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