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juan carlos castagnino
domador de formas
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SÁBADO 9 DE ABRIL DE 2016 .:. GUALEGUAYCHÚ .:. ENTRE RÍOS
EFEMÉRIDES CULTURALES
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21 de abril de 1972
Juan Carlos Castagnino
Pintor de paleta cálida, supo emplear los pigmentos tanto con largueza y grueso empaste como con entonada sutileza. Dibujante eximio, las ilustraciones que realizó para el "Martín Fierro" dieron lugar a la más popular de las ediciones de esta obra mayor de la literatura argentina. También reconocido muralista, son los temas que realizó en 1945 junto a Berni, Spilimbergo, Urruchúa y Colmeiro para las Galerías Pacífico, en Buenos Aires, sus obras más destacadas en este campo...
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intor, arquitecto y dibujante argentino, estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes "Ernesto de la Cárcova" en 1928 y, en 1932, ingresó como ayudante en los talleres de Lino Enea Spilimbergo, Miguel C. Victorica y Gómez Centurión. Fue uno de los fundadores del Sindicato Argentino de aristas plásticos en 1933, año en el que expondría en el Salón Nacional de Bellas Artes; también, junto a Antonio Berni, Lino Spilimbergo y el mexicano David Alfaro Siqueiros, realizaría los murales en la quinta de Natalio Botana, director del diario Crítica, en Don Torcuato. Viajó a París en 1939, asistiendo al taller de André Lothe. Pero la guerra mundial interrumpió sus trabajos. De regreso a la Argentina, en 1941 obtuvo el título de arquitecto en la Universidad de Buenos Aires. Su producción artística abarca desde el paisaje marítimo de su ciudad natal, hasta la interpretación lírica del suburbio bonaerense. Sus figuras recorren un amplio espectro, alcanzan-
do sus niveles más altos en las maternidades y en los humildes personajes del campo y la ciudad. También los caballos, a los que interpretó más en la esen-
cialidad de su dinamismo que en la fidelidad de su imagen, moovilizaron su inspiración. Pintor de paleta cálida, supo emplear los pigmentos tanto con largueza y grueso empaste como con entonada sutileza. Dibujante eximio, las ilustraciones que realizó para el "Martín Fierro" dieron lugar a la más popular de las ediciones de esta obra mayor de la literatura argentina. También reconocido muralista, son los temas que realizó en 1945 junto a Berni, Spilimbergo, Urruchúa y Colmeiro para las Galerías Pacífico, en Buenos Aires, sus obras más destacadas en este campo. Numerosos fueron los galardones alcanzados a lo largo de su carrera artística, los que culminaron en el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de 1959. En 1963 fue designado miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes. Entre los premios que recibió se destacan el Gran Premio de Honor Salón Nacional (1961), la Medalla de Honor en Pintura de la Feria Internacional de Bruselas, Bélgica (1958), el Premio Especial en la Bienal de Saigón, Vietnam (1961) y el Premio Especial de Dibujo II Bienal de México (1962). Escribió León Benarós: “Castagnino centra su pintura en el hombre. Integra la figura humana en el paisaje, ennoblece la presencia de sus criaturas de carne y hueso,sin atemperarles demasiado la dureza del
gesto con que las ha señalado la vida. Advertimos de pronto una serenidad 'giacondesca' en algunos de sus retratos de mujeres de pueblo, cuyas manos repiten el gesto del cuadro de Leonardo. Gentes del norte, paisajes del Paraná o del Uruguay, orillas marplatenses, arrabales porteños: muchos y diversos ámbitos del país han dado a Castagnino tema para su interpretación entrañable.Su impronta nacional, sin embargo, no se alcanza por la sola virtud de su temática tan nuestra, sino, sobre todo, por una atmósfera, por un particular resplandor de los cielos, por un color que parece aprendido de la tierra. Son de Castagnino esas barrancas rojizas junto a las aguas tendidas, con el agreste penacho de unas verdes matas. Le pertenecen esos caballos criollos de acarnerado perfil en la nerviosa cabeza, sueltas las crines, anchas las narices que husmean la libertad en el aire; la osamenta vacuna, blanqueada por el sol y el viento, bajo cuya cornamenta, en las órbitas desmesuradas, el pasto joven o el cardo amoratado recomienzan la vida; ciertas maternidades obreras, en las que la ternura lírica no debilita el impacto de la dolorosa y muda protesta; son, por fin, de este seres y cosas del pueblo, a los que él ha sabido acercarse con solidario fervor". Juan Carlos Castagnino falleció en Buenos Aires el 21 de abril de 1972.
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CRÓNICAS URBANAS | Héctor Luis Castillo
Nada que ver con Magdalena
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stelita tenía ocho o nueve años cuando empezó a ser manoseada por alguien a quien le habían enseñado a que lo llamara tío. Nunca se interesó en saber cuál era el parentesco –si acaso hubiera existido–con su padre o su madre ya que en su ignorancia apenas alcanzaba a presentir que las respuestas no cambiarían las cosas. Primero fue algo secreto y oscuro, pero no pasó mucho tiempo antes que el tío la sentara sobre sus piernas y la acariciara como al descuido, cariñosamente, mientras se miraba fútbol un domingo o se esperaba que el guiso estuviera listo y se amenizaba la espera con vinos en caja y chistes obscenos que todos festejaban a los gritos. Marta, su hermana de 15 en ese entonces, ya había pasado por todo aquello (según supo después) pero había terminado acostumbrándose, o por lo menos había dejado ya de importarle y se limitaba, a veces, a devolver con insultos alguna actitud del tío o de alguno de los numerosos amigos del padre que frecuentabansu
casa, una derruida construcción por detrás del campito de futbol. Cuando Estelita cumplió los 12, fue Marta la que se encargó de acelerar su aprendizaje de supervivencia y le rompió a su hermana la inocencia con una zanahoria envuelta en una bolsa plástica. Esa noche Estelita no durmió, quizás fuera más por miedo que por dolor, pero un par de años después pudo entender el bien que le habían hecho esa noche al quitarle sorpresa al horror. Su cumpleaños de 15 no fue en ningún salón de fiestas, sino en la Terapia Intensiva del hospital con una infección posterior a un aborto. Algunas semanas después, abandonó el hospital con vida y sin útero. Cuando empezó a tomar conciencia de lo cerca que había estado de la muerte, agradeció a la virgencita que ya nunca más pasaría por otra situación similar. Ya no habría, afortunadamente, más embarazos ni más abortos. Se recuperó muy rápido y, apenas dos meses después, ya estaba nuevamente en el ruedo, recorriendo las calles nocturnas que eran su territorio de caza.
Afortunadamente, nunca se preguntó si ella era el cazador o la presa pero eso, en definitiva, era una disquisición que estaba mucho más allá de sus necesidades. Además, para cuidarla estaba el Cholo. El Cholo se hizo cargo de ella llevada por Marta. "No podés andar sola –le había dicho como toda explicación y respuesta a los llantos de su hermanita, cansada ésta ya de las vejaciones que sufría a diario en su propia casa por cuanto conocido o desconocido anduviera por ahí–, vos no has dado cuenta pero además de ser pendeja tenés muy lindo lomo y si no te cuida alguien te van a terminar matando". El “cuidado” no era otra cosa que el proxenetismo; desde los 13 en adelante pasó a ser propiedad del Cholo y a trabajar para él; para quien, según sus propias palabras: era una mina de oro. Juego de palabras que el Cholo descubrió sin querer un día y repetía destacando su autoría en forma permanente, aunque casi siempre debía explicar a sus interlocutores el doble sentido.
–Una mina de oro, ¿entendés? –decía y reía mostrando unas enormes encías inflamadas–, porque la mina es buena mina y porque me llena de guita, ¿entendés? Ya para los 16 años era evidente –y la evidencia puede ser algo peligroso en ciertos casos– que Estelita era “mucha mina” para el Cholo. Él lo sabía, era bruto pero no estúpido, pero, ¿cómo renunciar a algo tan preciado e irremplazable? El comentario, de murmullo, pasó rápidamente a cargadas sordas y como caer en desgracia en algunos barrios puede pagarse con sangre, no faltó el 4 de copas que –por ganar un poco de chapa nomás– le abrió de lado a lado el abdomen al Cholo y lo dejó boqueando agonía bajo un árbol. Al cuerpo lo llevaron recién cerca de las ocho de la mañana. Le iban a hacer la autopsia, dijeron los diarios, y hablaron también de ajuste de cuentas y otras muletillas que sirven para dar por cerrado socialmente un caso. Estelita, en cambio, se había enterado cuando el Cholo quizás aún estaba vivo; marcó en el celular el número de un cliente, el porteño, y le dijo que casi seguro en una hora iban a poder salir para Buenos Aires, como él tantas veces se lo había pedido. Estelita cambió su nombre, aún hoy mantiene intacta su belleza casi adolescente y, hace tres años ya que vive en Buenos Aires; está casada con un abogado que cada tanto aparece en los medios, cuida dos nenes del matrimonio anterior de su marido como si fueran suyos y, si bien nunca más volvió por Gualeguaychú, para fin de año suelen llegar algunas cajas con regalos desde Buenos Aires para quienes todavía viven en la casa paterna. Hay quienes aseguran haberla visto alguna vez dando una vuelta por el cementerio, en donde está el cuerpo de Marta, la hermana, a quien encontraron una madrugada muerta a golpes en un baldío no muy lejos del centro.
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Primero fue algo secreto y oscuro, pero no pasó mucho tiempo antes que el tío la sentara sobre sus piernas y la acariciara como al descuido, cariñosamente, mientras se miraba fútbol un domingo o se esperaba que el guiso estuviera listo y se amenizaba la espera con vinos en caja y chistes obscenos que todos festejaban a los gritos...
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ENTREVISTA | Héctor Luis Castillo
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Damián Lemes
Las hijas del aguacero y más...
Cuando interpreto los temas tradicionales puedo notar el asombro ante los arreglos o la versión, que intento que sea lo más mía y particular posible, pero hace mucho tiempo me di cuenta, y esto es lo más importante para mí, que el público detecta lo genuino. Más allá de la calidad musical, cuando el público reconoce que tu forma de interpretar es algo tuyo, que te pertenece, es gratificante...
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l intérprete y compositor gualeguaychuense presentará en la que él denomina “una de las salas más bellas de la región”, es decir, el Teatro Gualeguaychú, su nuevo trabajo discográfico junto al Damián Lemes trío, una conformación de músicos de excelencia como Marcelino Wendeler (armónica cromática y coros) y Alejandro Dellapena (contrabajo y bajo fretless). Será el sábado 16 de abril, a partir de las 21.30. Entre ensayo y ensayo, Damián se hizo un rato y aceptó unos mates para conversar...
disco bajo ese mismo hilo conductor. El título también es en referencia a mi labor compositiva ya que en pocos meses (nunca me había pasado) tuve tantas ganas de escribir que se desarrolló un proceso creativo de un modo tan intenso y en tan corto tiempo. Así nacieron las canciones, los arreglos, las versiones que hice para este disco en un periodo muy corto de tiempo y lo tomé como una bendición del cielo, como un chaparrón repentino que cayó sobre mí y me encontró con una guitarra cerca. Y todas las melodías que surgieron hablan del paisaje litoraleño y de los hombres y mujeres que este paisaje moldea.
¿Por qué recién ahora esta presentación en tu ciudad? En realidad más que nada se debió a que, para la época en que tuvimos terminado el disco, esto fue en setiembre-octubre del año pasado, el teatro estaba muy solicitado. Ya en noviembre estaba todo listo para ser presentado pero, como te decía, es la época en que hacen sus presentaciones las academias de danza y demás; por otra parte, en diciembre estaban las elecciones y desconocíamos las pautas que pondrían desde la nueva gestión respecto de las producciones... Y, por otra parte, quería que se calmaran un poco las “aguas carnavaleras” de enero y febrero . No me parecía adecuado hacer algo en esa fecha, si bien el teatro estaba abierto, me daba la sensación de que la gente estaba para otra cosa y no sé si estaba dispuesta a ir a l teatro a ver una propuesta como la nuestra. No obstante, no quería apurarme porque quería que fuera algo especial. Si bien ya habíamos presentado el disco en otras localidades y provincias quería que la de Gualeguaychú fuera diferente y que sonara en forma similar a como suena en el disco, con invitados especiales y demás. Dio la feliz coincidencia que el día antes, el 15 de abril, vamos a estar mostrando la obra en Concepción del Uruguay, en el auditorio Municipal “José María Scelzi”, el más grande de esa ciudad.
¿Qué diferencia, si es que la hay, notas en el público al interpretar temas propios o los clásicos de la música litoraleña? Cuando interpreto los temas tradicionales puedo notar el asombro ante los arreglos o la versión, que intento que sea lo más mía y particular posible, pero hace mucho tiempo me di cuenta, y esto es lo más importante para mí, que el público detecta lo genuino. Más allá de la calidad musical, cuando el público reconoce que tu forma de interpretar es algo tuyo, que te pertenece, es gratificante. Si después el tema gusta, muchísimo mejor (risas). Pero disfruto de ese recibimiento que noto por parte de la gente cuando uno logra traspasar ese velo transparente que hay entre el escenario y el público. Cuando sucede eso es muy reconfortante.
¿Quiénes son “Las hijas del aguacero”? La primera referencia es al agua, naturalmente, ya que es el hilo conductor de mi música y de mi estética. De mi música porque son géneros litoraleños y en cuanto a la estética fue un acierto haber conocido a Paio Zuloaga que también hizo todas las ilustraciones para mi
¿Tu público es mayoritariamente joven? No, por suerte hay de todas las edades, el folclore en general y el del litoral en particular quizás pueda ser tildado erróneamente de una música para gente mayor y sin embargo noto que la música de la región tiene otra exposición, es algo que surgió de gente que ha ido abriendo caminos como Raúl Barboza o el Chango Spasiuk; es decir, sacaron el estigma de que era un género marginal, que hasta estuvo prohibido, y lo llevaron a las grandes salas del mundo. Siento que nosotros estamos siguiendo esa senda, inclusive ahora el mundo se está dando cuenta también de la riqueza del género. Un gran acordeonista de sur de Brasil, Luis Borges, dijo durante un encuentro en el estudio de grabación una frase que me impactó: "Cuando el mundo descubra el chamamé va a ser el nuevo jazz".
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MIRADAS
Crímenes políticos de Isidoro Ruiz Moreno
Pasado manchado de sangre
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ace unos días atrás, en ocasión de la inauguración del nuevo edificio dela Biblioteca Popular Rodolfo García de Gualeguaychú, se presentó "Crímenes políticos", uno de los trabajos más interesantes de Isidoro Ruiz Moreno, notable historiador y autor de obras como "La federalización de Buenos Aires", "La Revolución del 55", "La neutralidad Argentina en la Segunda Guerra Mundial", "Comandos en acción" y "Campañas militares Argentinas", entre muchos otros. A través de ocho capítulos, con rigor académico y basándose en documentación, en algunos casos inédita, Ruiz Moreno reconstruye la trama, las circunstancias, el accionar de los personajes y las consecuencias que derivaron de los asesinatos de Manuel Dorrego (entonces gobernador de Buenos Aires), Facundo Quiroga, Manuel Vicente y su hijo Ramón Maza, Florencio Varela, Nazario Benavides, José Virasoro, Justo José de Urquiza y Antonino Aberastain se articulan como hitos históricos que permiten comprender el contexto de aquel pasado manchado de sangre. Con rigor académico y basándose en documentación, en algunos casos, inédita, Ruiz Moreno reconstruye la trama, las circunstancias, el accionar de los personajes y las consecuencias que derivaron de ello. El común denominador entre las muertes de los casos seleccionados es que no fueron ordenadas directamente por la autoridad. "Busqué casos de asesinatos cometidos por la gente común aunque, por supuesto, impulsados por la política", aseguró Ruiz Moreno, tataranieto del hermano mayor de Urquiza, Cipriano, también asesinado durante su cargo como gobernador de Entre Ríos. Claramente, como señala el autor, los crímenes políticos suelen tener consecuencias imprevisibles y diversas. La muerte es un tema de interés natural, y el ser humano siempre se ha preocupado por ella. Todas las religiones solemnizan este momento. Pero cuando se produce bruscamente por el crimen, sea cual fuere el motivo –la codicia la venganza o la pasión– atrae la curiosidad de general. Si al asesinato lo causan la finalidad política, aumenta su significado y el interés se extiende. La lenta desaparición de un personaje público acrecienta el empeño por desentrañar la razón que la motivó y las circunstancias en que se produjo, porque
sus consecuencias modifican la situación general. Estas historias se ciñe a hechos de sangre impulsados por móviles políticos, más no se limita a describir el mero acontecimiento sino que explica las causas y preparativos de cada situación y la repercusión que alcanzaron. Las narraciones no se circunscriben a los homicidios, sino que tratan de sucesos históricos ocurridos en el siglo XIX, aprovechándolos para recrear momentos importantes del pasado nacional, en frecuentes ocasiones malinterpretados y sujetos a contradicciones y polémicas. Lo que abarca sus asesinatos llevados a cabo por quienes carecían de facultad para decidir sobre la vida o la muerte, aunque a veces se hayan producido por incitación oficial. Es decir, de crímenes cometidos sin siquiera el manto de legalidad formal para cubrirlas, en un país donde ha imperado durante mucho tiempo –como sentencia Joaquín V. González– “la ley del odio”. Es un libro de historia que examina varios episodios del pasado patrio, a veces mal difundidos. Por eso, en lugar de limitarse a la evocación de lo sucedido sin más sustento que la credibilidad del autor, , Ruiz Moreno ha preferido aprovechar los documentos producidos contemporáneamente a los sucesos evocados y ha procurado analizar los sucesos con la serenidad queda la distancia del tiempo en que se produjeron y los nuevos aportes divulgados.Nada hay sin corroboración
documentada; nada deforma lo ocurrido en anacrónicas posiciones ideológicas. "Crímenes políticos" reparte las responsabilidades de los personajes actuantes sin atender a sus filiaciones políticas, aclarando actitudes conforme a las manifestaciones vertidas en la época en que ocurrieron los episodios descriptos. La “razón de Estado” supera cualquier consideración moral y justifica la violencia a quiénes la cometen o inducen, pues en ellos existe un común denominador: el convencimiento de que obran en provecho público. Tales asesinatos tranquilizan la conciencia de los autores al considerar que han cumplido con mejorar la situación existente. Sin embargo, en los casos de los crímenes políticos, la historia no puede jactarse de que siempre esos hechos hayan logrado los beneficios que se calcularon.
Puesto que muchas veces el resultado provocó un efecto adverso al victimario y cómplices; y el caso de Bruto frente a César debió ser elocuente al futuro, porque el pasado muestra cómo planes cuidadosamente meditados son alterados y llevan a resultados trágicos que no se previeron. Se produce un momento en que “las Parcas cambian de caballos, haciendo que la historia cambia de ritmo” según escribió Lord Byron: no pocas veces se suceden consecuencias negativas que superan los perjuicios que se quisieron suprimir. Si en nuestra patria se hubiese aprovechado la experiencia señalada, quizá se habían evitado derivaciones que luego se lamentaron. En suma, es un libro de contenido violento, y a veces lleno de crueldades, porque así se dieron los hechos que recoge.
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A través de ocho capítulos, con rigor académico y basándose en documentación, en algunos casos inédita, Ruiz Moreno reconstruye la trama, las circunstancias, el accionar de los personajes y las consecuencias que derivaron de los asesinatos de Manuel Dorrego, Facundo Quiroga, Manuel Vicente y su hijo Ramón Maza, Florencio Varela, Nazario Benavides, José Virasoro, Justo José de Urquiza y Antonino Aberastain...
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RELATOS DESDE EL ABISMO
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En el interior de la mayoría de mujeres existen secretos, pensamientos pecaminosos, deseos ocultos, sensaciones que no se animan a explorar, fantasías que nunca llegan concretar. A veces es necesario llegar a un momento crítico de nuestras vidas para animarnos a experimentar, pero si ese momento llega jamás podrás reprimir tus deseos de nuevo. Esta es la historia de Isabela, una mujer que se atreve...
“Isabella, una mujer que se atreve” de Carol Presley
Lo erótico en clave femenina
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a incursión de las mujeres en la literatura erótica no sólo no es una novedad, sino que muchas de ellas han gozado –y gozan– de verdaderos récords de ventas en todo el mundo. Megan Maxwel ("Pídeme lo que quieras"), Sylvia Day ("Crossfire") y qué decir de E. L. James cuyo verdadero nombre es Erika Leonard, autora de la trilogía de "50 sombras de Grey" que ya sobrepasó los 40 millones de libros vendidos, son algunos de los ejemplos del éxito de un género al que algunos críticos llaman –no sin alguna dosis de veneno- “porno para mamás”; textos escritos por mujeres en un lenguaje claro y sencillo en donde el eje de la temática es la relación con los hombres desde una mirada claramente femenina. Carol Presley es el seudónimo de una joven autora nacida en Buenos Aires, pero afincada desde hace algunos años en Gualeguaychú, y cuya novela “Isabella, una mujer que se atreve” (Editorial Tahiel, 2016) fue presentada hace pocos días en el Centro Municipal de Convenciones de la ciudad y, aunque ya hace muchos años que publica en diferentes medios digitales literatura erótica, esta es su primera incursión en la novela. Estamos hablando de una novela... Exactamente, se trata de una novela erótica, que toca temas desde el punto de vista de una mujer contemporánea, actual. Quizás pueda verse como una mirada audaz sobre diferentes historias que le pueden suceder a cualquier mujer. Situaciones que suelen mantenerse ocultas pero que, en este caso, Isabella es una mujer que se atreve... se atreve a compartir sus historias con el mundo. ¿Es tu primera incursión en este género? Desde hace varios años escribo básicamente relatos para diversas publicaciones, blogs y demás, aunque nunca había lo había hecho en papel. Es mi primera novela publicada. ¿Y por qué consideraste que era tiempo de cambiar de formato? Fue cumplir un sueño, ver mi novela publicada fue como mirar el rostro de mi hijo por primera vez. Todo fue cuestión de animarse, presenté un proyecto a la editorial, les gustó la idea y decidieron apoyarme. Inicialmente pensé en hacer una publicación autofinanciada, pero afortunadamente la editorial decidió darme su apoyo, e inclusive el 29 y el 30 de abril voy a estar presentándolo en la Feria del Libro de Buenos Aires. Acá se hizo la presentación hace pocos días en el Centro de Convenciones, a la que por suerte asistió mucho público y ahí vendí mis primeros ejemplares. ¿Tampoco habías publicado otro género literario? No, siempre fue digital, nunca en papel. Participé, sí, de muchos certámenes, viajé mucho, incluso viví algún tiempo en Ámsterdam en donde estuve en eventos en lugares donde se leen obras de diferentes autores para el público, una experiencia realmente maravillosa... muchas de esas vivencias se ven reflejadas, em cierta forma, en esta novela.
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¿Siempre trabajaste sobre el género erótico o has incursionado en otros? He incursionado por otros: la novela histórica, por ejemplo, que es un género que me apasiona; la poesía y me gusta mucho el realismo mágico. Soy una gran admiradora de Isabel Allende. No obstante, decidí que mi primera novela tendría que venir por el lado del erotismo, me siento muy cómoda, los relatos que escribo para las revistas funcionan muy bien. Entonces ya venía desde hace tiempo creciendo la idea de plasmar mi imaginación en una novela que quien sabe si no tendrá una segunda parte. Ya se verá. ¿Podemos sospechar que tiene un final abierto? Sí, claro, tiene un final abierto. ¿Cuál es tu fuente de inspiración para todo este tipo de relatos? Me inspiran las mujeres de hoy en día. Me gusta mucho trabajar sobre la visión femenina del mundo. Hay muchas mujeres que sienten mucha vergüenza, o timidez, o no están abiertas a disfrutar de una sexualidad más libre. Tuve la suerte de conocer muchas mujeres que me han relatado sus propias experiencias y allí pude percibir la necesidad de muchas otras de sentirse identificadas conmigo, con alguien que ponga una voz en su silencio. Esas mujeres son las que me inspiran.
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ENTRE LIBROS
"El Cazador de historias", el último libro de Eduardo Galeano
Palabras que caminan latiendo
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l último libro del escritor uruguayo Eduardo Galeano, “El Cazador de historias”, ciñe desde el título la peculiaridad de sus textos breves, surgidos entre el recorrido y el hallazgo, la curiosidad y la investigación, el dato fehaciente y el anecdotario; develando a través de las voces de seres anónimos o prohombres postergados el devenir de una América Latina saqueada y oculta por la historia oficial. Editado por el sello Siglo XXI, el libro lleva la marca de Galeano (1940-2015), que dio paso ya, entre el relato y la investigación periodística, a un universo de microhistorias en una veintena de libros, entre ellos “Espejos”, “Bocas del tiempo”, “El libro de los abrazos”, “Los hijos de los días” y los tres tomos de “La memoria del fuego”. Se ha insistido en que a partir de “Las venas abiertas de América Latina” (1971), se saltó los géneros literarios para armar un híbrido con extractos narrativos, `metaforización` poética y rigor periodístico, subrayando la distancia entre verdad y eufemismo mediante una utilización de la paradoja y la ironía corrosiva. “El cazador de historias”, dividido en cuatro secciones, inicia con “Molinos de tiempo”, la más extensa, donde toca sus temas recurrentes: las culturas aborígenes arrasadas por la Conquista española, los distintos personajes de la historia, y elementos de la naturaleza –sol, estrellas, viento, mares- girando en cosmogonías que remiten a la libertad. Las otras secciones -“Los cuentos cuentan”, "Prontuario" y “Quise, quiero, quisiera”- remiten a su vocación literaria, sus “andares de cuentacuentos”, la génesis de algunos de sus libros y el tema de la muerte; Galeano pulió el libro hasta sus últimos días, aquejado por una grave enfermedad. Vuelve aquí a uno de sus núcleos temáticos: la historia continental documentando una acción depredadora y sistemática de las potencias de turno, cuestionando a la vez políticas neoliberales que llevan a un presente, dice, “de aguas envenenadas, basura industrial y residuos de fertilizantes”. Y califica irónicamente a las leyes del mercado, "de contradictorias”, ya que: “Hay que apretarse el cinturón y hay que bajarse los pantalones’”. También da relieve a las voces emancipadoras (Túpac Amaru, Caupolicán, José Artigas), encarnadas a veces por mujeres en lucha por su dignidad (en 2015 publicó el libro “Mujeres”), entre ellas Nina de Campos Melo, nieta de esclavos
y presidenta del sindicato de empleadas domésticas, y la costurera boliviana Simona Manzanella escondiendo, entre paños hilvanados, mapas y mensajes “que mucho ayudaron a la libertad de esa tierra que ahora se llama Bolivia”. Como en la tradicional Feria de Tristán Narvaja de Montevideo -tema de uno de sus textos en el que desmenuza este mercado de pulgas donde se hallan pájaros musiqueros, zapatos vendidos de a uno, lentes, llaves y dentaduras usadas- el escritor reparte bandejas con píldoras jugosas: minificciones, apuntes, cuentos infantiles, datos desconocidos y curiosos, en una diversidad de temas –fútbol, bares famosos y leyendas populares-, valiéndose de una robusta oralidad. A propósito de los cuentacuentos, los anónimos, señala, “me enseñaron lo que se”, y agrega: “mis maestros fueron los admirables mentirosos que en los cafés se reunían para encontrar el tiempo perdido”; identificándose con aquellas voces que van a salpimentar el relato popular de los boliches y los fogones, con relatos que trasladan una suma de experiencias de vida y de saberes, que recuperan para la memoria aquellos sucesos que subyacen en el imaginario popular. Ese rescate de historias que circulan por la cultura popular de boca en boca (utiliza formas como: “me contó”, “me contestó sin contestarme, contándome…”, “siempre me decía…”, “La montaña se lo contó a un amigo que me lo contó…”), es una forma de introducir un tema con palabras que, según afirma el autor uruguayo: “caminan latiendo”. Pertenece así Galeano a la extensa lista de escritores cuentacuentos que han destacado a ni-
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“El Cazador de historias”, ciñe desde el título la peculiaridad de sus textos breves, surgidos entre el recorrido y el hallazgo, la curiosidad y la investigación, el dato fehaciente y el anecdotario; develando a través de las voces de seres anónimos o prohombres postergados el devenir de una América Latina saqueada y oculta por la historia oficial...
vel regional, como sus coterráneos Wimpie y Julio César Castro; los nicaragüenses José Coronel Urtecho y Fernando Silva, y los mexicanos Eraclio Zepeda y Juan José Arreola. La síntesis del estilo de Galeano lo ha llevado a ratos a la línea aforística; dice en “El cazador de historias”: “La demanda de monstruos alimenta el mercado del miedo”. "Paradójico es este mundo que en nombre de la libertad te invita a elegir entre lo mismo y lo mismo”, “El infierno es la espera”, y este diálogo casual entre un escritor español y una ex estrella de cine: “Disculpe señora, pero… ¿usted no es Greta Garbo? –Fui –dijo ella”. Hacia el final de “El cazador de historias” el escritor, en una
cuerda autobiográfica, ratifica su vocación y sale al cruce a una sentencia de Jean Paul Sartre (“escribir es una pasión inútil”) señalando que: “como humanito, tironeado por el aliento o el desaliento… sigo escribiendo, practicando esta pasión inútil”. Concluye rescatando dos frases: una que le pasa el narrador Juan Carlos Onetti, quien la adjudica a un proverbio chino: “Las únicas palabras que merecen existir son las palabras mejores que el silencio”; la segunda, que integra un breve texto trabajado en sus últimos días de vida, fue tomada de una carta de un indígena guaraní y retrata a Galeano en su afán de finitud y libertad: “Ya camino por el viento”.
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FRAGMENTOS Diego Rivera (1886-1957)
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LA FRASE Roberto Fontanarrosa
TODOS LOS DÍAS UNA COPITA x Paio
Creo que una de las vertientes del cuento es, desde el propio asombro o ignorancia, tener algo interesante para contar. La idea básica siempre es la misma: "Mirá lo que es esto: ¡cuando vuelva y se lo cuente a los muchachos!"...
STAFF
OCIO RECOMENDADO
(1944-2007)
Director ElDía Sebastián Carbone Editor S!gno Luis Castillo Editor Suplementos Fernando Piciana Colaboradores Salvador Arzak Paio Zuloaga
te amaré locamente Jorge Fernandez Díaz | Editorial Planeta Una dama recién divorciada cree descubrir al hombre de su vida, pero a los pocos meses se encuentra encerrada en una cárcel de sentimientos: el carismático caballero comienza a manipularla y a apoderarse de su existencia. Una chica está harta de salir con tipos enroscados y quiere probar con un básico, pero cuando lo consigue la situación se vuelve inquietante. Una madre sufre la soledad y se da cuenta con espanto de que su hija la anhela con desesperación. Un padre selecciona candidatos para su hija y recibe un castigo desopilante. Una antigua novia invita a un muchacho a su boda para certificar su perdón; dos personas casadas se enamoran en Facebook, pero no pueden cruzar esa línea y tocarse. Una gerente rígida vive cansada y al borde de la ira; un arquitecto exigente se enajena en su lucha contra la falta de tiempo. Hasta existen fantasmas de personas que no han muerto: un hombre deja a una mujer y el espectro de ella lo persigue y lo enloquece. Estos son algunos de los personajes ignotos e inolvidables de Te amaré locamente, un libro pleno de emociones encontradas que su autor escuchó y anotó como periodista y que luego narró como escritor. Jorge Fernández Díaz, creador de Mamá y El puñal, despliega aquí sus "aguafuertes sentimentales": implacables y sutiles narraciones sobre vidas privadas que describen avatares y angustias de las personas comunes y corrientes, y van trazando un mapa sentimental. Un libro sobre nosotros mismos, que también se adentra en pequeños pero deslumbrantes apuntes sobre la seducción, la vejez, el barrio, el crimen, y los dioses, héroes y villanos que supimos conseguir.
el elefante desaparece Haruki Murakami | Editorial Tusquets Un hombre que se obsesiona con la insólita y misteriosa desaparición del elefante de un zoo, un abogado sin trabajo que recibe el encargo de su mujer de encontrar a su gato, una pareja de recién casados que deciden asaltar un McDonald's en plena noche, una curiosa digresión sobre los canguros, un enano diabólico que baila, un joven empeñado en burlarse de su futuro cuñado, un pirómano confeso... Los protagonistas de todos los relatos que componen este volumen esperan algo, un accidente, un hecho azaroso. Todo lo contrario ocurre en la escritura de Murakami, donde nada, absolutamente nada, queda al azar. Alternando páginas inquietantes e hilarantes, El elefante desaparece es una prueba más de la capacidad de Murakami para cruzar la frontera entre lo cotidiano más realista y lo fantástico, capaz de transformar así la trivialidad de nuestras vidas. Murakami da una vuelta de tuerca a su ya bien conocido universo, posa su mirada versátil en personajes solitarios y en encuentros accidentales que más parecen desencuentros, y capta una amenazadora pero difusa sensación de peligro que todo lo impregna.