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Artículo de Carolin de la Rosa

Dra. Carolin de la Rosa.

Odontóloga-odontopediatra.

cdelarosa@carolindelarosa.com @dra.carolindelarosa

Foto: Canva

Los retos de emprender en medio de una pandemia

Ciertamente, la pandemia del covid-19 no estaba en la agenda de nadie. Principalmente, en la de aquellos que teníamos proyectos de emprendimiento bastante avanzados. Tan avanzados que abrirían sus puertas el día en que el presidente inició oficialmente la cuarentena.

El primer reto que describiré es el de emprender en medio de una pandemia como odontóloga. ¿Por qué es esto un reto? Porque el odontólogo al trabajar en la cavidad oral y en cercanía con las vías aéreas es el profesional más expuesto a contagiarse de covid-19.

En aquel momento, a nivel mundial, la profesión que definitivamente debía quedarse en su casa éramos los odontólogos. Había mucho temor, poca información, una enfermedad nueva, letal y propagándose rápidamente. Cobrando vidas a una velocidad peligrosa.

El segundo reto que describiré fue el de mantener el negocio existente desde antes de abrir. ¿Qué significa esto? Mantener el personal que ya estaba contratado y cubrir los gastos fijos de un negocio que no había abierto.

Otro obstáculo que tuvimos que enfrentar fue darle forma a un negocio nuevo, desde la casa, sin el ensayo de prueba y error del día a día. No había hecho nada todavía, ¿cómo iba a saber qué funcionaba y qué no?

Además, nos enfrentamos a dar atención de emergencia en plena pandemia. Los dientes siguen doliendo, se siguen partiendo -y en la pandemia más, producto de la ansiedad por el confinamiento-. Las calles vacías, la enfermedad aún incierta. Sin manera de saber quién está enfermo y quien está sano, con largas filas -en aquel momento- para hacerse pruebas de covid-19. Conectada por Zoom y por redes sociales a todas las charlas y conferencias a nivel mundial, donde se compartieron las guías de manejo para una especie de atención segura, cuando no sabíamos bien todavía cómo cuidarnos. Con un poco más de información que cambia todos los días, con personal nuevo que tiene tres meses en su casa, pero que cuando llega el día de trabajar se dan cuenta que no comparten la visión de la empresa y empieza a rotar el escaso personal que puede quedar en la zona, muchas veces sin tener la formación necesaria. Con un banco de pacientes que crece porque confía en la calidad de tu trabajo, pero que perdió su empleo o está en fase, o era freelance y tiene todos sus proyectos detenidos. No es que te deja de pagar, sino que prioriza en los tratamientos y los familiares que traerá a consulta. En mi experiencia como odontopediatra, los padres traen a sus hijos para lo que necesiten, pero se dejan ellos para más adelante. Abrir un consultorio en el año 2020 ha sido un reto importante, que ha probado mi capacidad de liderazgo y me ha puesto a estudiar más sobre el mismo. Me ha enseñado a definir mejor el perfil de colaborador afín con la empresa, me ha otorgado muchos roles dentro del mismo emprendimiento, como: gerente, odontóloga, odontopediatra, gestor de comunidades, ¡hasta decoradora! (en ocasiones puntuales), encargada de compras, encargada de recursos humanos, entre otros.

Todos en los inicios pasamos por hacer multitasking dentro de nuestros propios proyectos. Como decía mi abuela: “el que no sabe, no puede mandar”. Para poder dirigir a otros en los roles que hoy realizo, debo saber hacerlos y qué mejor momento que los inicios, para dejar plasmada la visión del proyecto desde sus cimientos.

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