La naturaleza muta, se marchita, muere y resucita en un ciclo sin fin. Pero en interiorismo su encanto y nobleza nunca caducan. Como proveedora directa de recursos, o como inspiradora de las propuestas más innovadoras y tecnológicas, es una fuente inagotable para declinar ese espacio afectuoso, auténtico y benéfico en el que nos gusta refugiarnos. —— POR DANIEL AMADOR
Reformar con materiales naturales