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Sara Sejin Chang (Sara van der Heide

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Walid Raad

Walid Raad

Sara Sejin Chang (Sara van der Heide)

Art History [Historia del arte], 2011

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Sara Sejin Chang (Sara van der Heide) utiliza el imaginario creado por el arte moderno, en especial imágenes relacionadas con el arte abstracto, para explorar las posibilidades significativas de los colores, la luz y las formas. Su pieza Art History nos invita a una sugerente lección de historia del arte donde utiliza recursos tecnológicos propios de la época en que muchas de estas formas fueron creadas, mediante un carrusel de diapositivas. Las clases de historia del arte utilizando imágenes proyectadas, frecuentemente positivadas en cristal, en blanco y negro y organizadas en colecciones, se remontan a 1860 y se popularizaron en contextos educativos como museos y universidades como recurso auxiliar para la enseñanza. Los avances de las técnicas fotográficas fueron perfeccionando los medios de proyección hasta llegar a los carruseles de diapositivas de 35 mm, patentados en 1965, y que permitían usar imágenes en color.

Las obras que componen la lección de van der Heide poseen un mismo aire de familia, al estar todas ellas realizadas en blanco, negro y/o rojo, una gama de colores que se asocia al arte abstracto y el diseño moderno desde su uso preferente por parte por los constructivistas. La secuencia de imágenes parece hacernos creer que se trata de obras pertenecientes a un mismo

Sara Sejin Chang (Sara van der Heide) uses the imagery of modernism, especially images related to abstract art, to explore the signifying possibilities of colour, light and form. Her Art History invites us to sit in on a thought-provoking art history lecture that incorporates a slide projector, a technological device from the period when many of those forms were invented. Projections—often black-andwhite images developed on glass slides and organized into collections—have been used in art history classes since 1860 and became very popular teaching resources in educational settings such as museums and universities. Technical advances in photography gradually perfected projection devices until the 35mm carousel slide projector, patented in 1965, capable of showing images in colour.

The works featured in van der Heide’s lesson have a certain family resemblance because they are all made in shades of white, black and/or red, a palette associated with abstract art and modern design ever since the Constructivists made them their colours of choice. The projection sequence gives the impression that all of these works pertain to the same author, period or movement or have some historical or aesthetic common thread, as one might expect in a class

autor, período o movimiento o que responden a una lógica histórica o estética común, como sería esperable en una clase de arte del siglo XX. Sin embargo, si observamos atentamente las pinturas, descubrimos que no se trata sólo de piezas contemporáneas, sino que las imágenes provienen de un amplio repertorio de formas temporales y geográficas, que incluye arte de vanguardia, artes aplicadas y decorativas, arte “primitivo” o iconografías feministas. Esta combinación de colores, de hecho, está presente en todas las culturas y aparece en todo tipo de soportes, en muchas ocasiones aludiendo a procesos de vida, muerte y nacimiento.

La clase de historia del arte, de pronto, aparece bajo una nueva luz, invitando a los asistentes a dejarse llevar por las formas y colores, descartar las rígidas taxonomías occidentalizadas y olvidar lo aprendido en los libros. Las imágenes se mezclan ante nuestros ojos, se contaminan y se transforman. La oscuridad necesaria para la proyección de las diapositivas abre un nuevo espectro de visión que altera nuestra forma de ver. El ritmo pautado del carrusel crea una atmósfera ritual que puede inducir a un estado contemplativo, enfatizando una alianza entre la abstracción y la meditación o la espiritualidad, característica de buena parte del arte abstracto que, sin embargo, ha sido frecuentemente minusvalorada en los libros de historia.

on 20th-century art. However, if we look closely at the paintings, we discover that not only are they contemporary pieces, but the images are drawn from a vast repertoire of temporal and geographical forms, including avant-garde art, decorative arts and crafts, “primitive” art and feminist iconography. In fact, this colour combination is found in every culture and has been used on all sorts of media, often in reference to processes of life, death and birth.

The art history class is suddenly cast in a new light, inviting us, the exhibition visitors, to surrender and be carried away by the forms and colours we see, discard our inflexible Western taxonomies and forget everything we learned from books. The images swirl and mingle before our eyes, contaminating and transforming each other. The darkness required to view the slide projection opens up a new spectrum of vision that alters our way of seeing. The regular rhythm of the slide carousel creates a ritualistic atmosphere that can induce a contemplative frame of mind, underscoring the alliance between abstraction and meditation or spirituality—a relationship inherent to many works of abstract art, yet often ignored or undervalued in history books.

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