Gólgota 2022

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MENSAJE para la

CUARESMA DOS MIL VEINTIDÓS

Queridos Hermanos: Nos acercamos de nuevo al tiempo de la Cuaresma, tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado. En este contexto social y sanitario en que todavía seguimos inmersos, hacemos memoria de aquella imagen tan llena de esperanza que protagonizó el Papa Francisco el 27 de marzo del año 2020 con la bendición “Urbi et Orbi”, momento extraordinario de oración en tiempos de epidemia, que nos hizo situarnos en un texto maravilloso que podríamos denominar la “tempestad calmada”. El acento de este milagro es marcadamente cristológico y este milagro como otros, son manifestación del poder divino de Jesús, vencedor de las fuerzas del mal, del demonio, de la enfermedad y de la muerte. La intención fundamental que subyace en el relato de la tempestad calmada es la fe en Jesús por parte de sus discípulos. Cristo realiza el prodigio de suscitar y confirmar la fe de sus apóstoles en él. Una fe que debe de superar el miedo, el desánimo, y la desconfianza, de esta manera es como Jesús les reprocha: “¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no tienen fe?” (Mc 4,40) El texto indica que Jesús dormía en la barca mientras el viento y el mar estremecían la barca, pero más dormida estaba la fe de sus discípulos en él. La duda y el miedo los acompañaban, en ese momento su fe era demasiado débil. En este tiempo de pandemia, nos hemos dado cuenta que todos vamos en la misma barca, y esto hace preguntarnos, ¿si el reproche que hizo Jesús a sus discípulos aplica también para nosotros? Es interesante que una de las expresiones más repetidas del evangelio en boca de Jesús es: “No teman”, y esto nos debe impulsar a creer firmemente que es tiempo

Fotografía: Danny

Gamboa. • arriba

de tener más fe y menos miedo, este último tiene el poder de paralizar toda nuestra vida y vivir con zozobra nuestra vida cristiana. En base a esto, quisiera exhortar a todos a que traslademos esta experiencia de tener más fe, en nuestras expresiones de religiosidad popular con lo que respecta a los cortejos procesionales tan arraigados en nuestro pueblo. De alguna manera el ir acompañando a las diferentes imágenes de pasión con una pandemia que todavía se encuentra entre nosotros, es una manera de querer confiar plenamente en Dios y hacer que este legado de fe y tradición jamás termine. Con la mirada puesta en el Señor, en nuestra Parroquia hemos tomado la decisión en comunión y unidad con las hermandades, de que los cortejos procesionales puedan salir a las antañonas calles de La Antigua Guatemala, y así poder llevar esperanza aun pueblo que ha sufrido tanto a causa de esta pandemia. Oren por nosotros, para que todas las actividades que tenemos programadas puedan llevarse con responsabilidad y orden. Les deseo una excelente Cuaresma y Semana Santa, además les exhorto a que vivan profundamente la Pascua del Señor, que es el destino seguro adonde nos lleva la Cuaresma.

PBRO. CARLOS RODRÍGUEZ Presidente y Guía Espiritual

Hermandad de la Escuela de Cristo

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CONTENIDO 03 | MENSAJE PARA LA CUARESMA 2022 Pbro. Carlos Rodríguez García 08 | SANGRE Y ESPÍRITU DEL BARROCO EN LA ANTIGUA GUATEMALA Walter Enrique Gutiérrez Molina 13 | RECONSTRUCCIÓN DEL CONVENTO DE LA ESCUELA DE CRISTO Guillermo Lira Mullet 16 | LA PANDEMIA Y LA FE Ana Victoria Arrivillaga Farfán

19 | ACERCA DE ALGUNAS MARCHAS FÚNEBRES DEDICADAS Y ESTRENADAS EN LA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO DE LA ESCUELA DE CRISTO DE ANTIGUA GUATEMALA Edgar Haroldo Cabnal Santa Cruz 22 | DIEGO DE PORRES, DESCENDIENTE DE ESCLAVO AFRICANO Y MAESTRO ARQUITECTO DEL ORATORIO SAN FELIPE NERI, ESCUELA DE CRISTO Willian Alfredo Salazar Quemé 26 | LA MÁS BELLA DE AMÉRICA Carlos Guillermo Barrera Salazar 28 | DEVOCIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA 32 | In Memoriam BERTA GRACIELA ASTURIAS DE MIRANDA, DOÑA GREIS • 1936-2021 Hada Cruz 34 | PERDÓN, OH DIOS MÍO Alex Croker Fotografía: Danny

Gamboa • arriba Gabriel Valdéz • superior

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JUNTA DIRECTIVA

HERMANDAD DE LAS CONSAGRADAS IMÁGENES DEL SEÑOR SEPULTADO Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA SOLEDAD Parroquia Nuestra Señora de los Remedios • Templo de la Escuela de Cristo

Pbro. Carlos Rodríguez | Presidente y Guía Espiritual HERMANOS ACTIVOS José Manuel Nuñez | Encargado General Víctor Martínez | Sub Encargado Gerardo Nuñez | Secretario General Fernando Gil | Tesorero General José Martínez Pellecer | Sub-Secretario Martha Tobar | Pro-Tesorero Víctor Manuel Saravia | Síndico Mildred Veliz y José Carlos Chacón | Vocales Representantes Alejandro Morales, Alex Mendoza, Alexander Orellana, Ana González, Andrea de la Roca, Andrea González, Andree Ruano, Andrés Romero Tesen, Ángel David García, Angelica Olayo, Byron López, Carlos Enrique Monzón, Carlos López, Carlos Martínez, Carlos Monzón Mansilla, Coralia Silva, Cristina Baján, David Mena, David Mendoza, Dora Bautista, Emilio López, Enrique Véliz, Erick Paredes, Estuardo Ramos, Fernando Fernández, Fernando González, Fernando Hernández Roca, Flor Benitez de Hernández, Francisca Castillo, Freddy Valle, Gabriel López, Gabriel Mazariegos, Georgina Sanchez, Gerber Cuellar, Ghislaine Godínez, Gustavo García, Hadazul Cruz, Hans Bran, Henry Cutzan, Hugo de León, Isaac Juárez, Jennifer Hernández, Jorge Mario Enríquez, José Álvarez Carrillo, José Carlos Chacón, José Feliciano Piche, José Marinelli, José Mejícanos, Josselín Hernández, Lázaro Morales, Leonel Cabrera, Luis Luna, Manuel Romero Tesen, Marcia Palacios, María José Paredes, María Soledad Conde, María Teresa Flores, Mariano Santa Cruz, Mario Pamal, Marta Lidia Ramos, Martín Isaac Juárez, Noel José Bran, Pablo Reyes, Patricia Barillas, Patricia Cifuentes, Pedro Chipix, Raúl Santos, Ricardo García, Santiago González, Santiago Salazar, Sergio Acajabón, Sergio López, Silvia Garcia, T. José Tobar G., Víctor López y Wilfrido Gómez | Vocales HERMANOS ASOCIADOS Carlos Cruz, Diana Zelada, Fernando Palma, Francisco Villatoro, Geancarlo Flores, Jessica Méndez, José Carlos Gongóra, José Méndez, José de León, Luis Carrascosa, Luisa Boleres, Nadia Mérida Vado, Pablo Azurdia y Sofía Mérida Vado. HERMANOS INFANTILES Alessandra Schwarz, Ana Chamale, Ana Mercedes Arango, Cindi Cruz, Danny García, Dylan Pérez, Fátima Hernández, Fátima Méndez, Fernanda Luis Valle, Jorge Gómez, Juan David Boleres, Juan Reyes, Katerine Flores, Luis Sic Pio, Madeline Barrillas, María Chamalé, María Inés Camey, María Jimena Ramírez y Matías Baján Vásquez. HERMANOS SUB DIRECTIVOS Enrique Rivera, Fernanda Amaya, José Gongóra y Kenneth Rivera. HERMANOS AUXILIARES Antonio Rosales, Erick López, Fernando Solorzano, Freddy Yuc, Guillermo Lira Mullet, Héctor Morales, Leonel García, Paola Silva y Raul Santa Cruz. HERMANOS CORRESPONSALES Heidy Turcios, Juan Ramón Lainez y Jorge Morales. HERMANOS HONORARIOS Marco Augusto García Noriega | Presidente Honorario Ana Cristina García, Ana Llarena de García, Concepción de Mendoza, Fernando Castellanos, Fidel Querrero Q.E.P.D., Jimena Solís, Manuel de Jesús Flores, Marco Antonio Gaytán, María Andrea García, Roberto Solís y Verónica de Solís.

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CONSEJO

EDITORIAL REVISTA GÓLGOTA 2022 Un Legado de más de medio siglo de historia

PBRO. CARLOS RODRÍGUEZ GARCÍA Presidente y Guía Espiritual Hdad. E.deC. JOSÉ MANUEL NUÑEZ Encargado General Hdad. E.deC. T. JOSÉ TOBAR G. Arte, Diagramación y fotomontaje de portada. FRANCISCO J. GONZÁLEZ-FIGUEROA Comercializador DANNY GAMBOA Fotografía de Portada REVISTA GÓLGOTA 2022. Órgano informativo oficial de la Hermandad de las Consagradas Imágenes del Señor Sepultado y María Santísima de la Soledad del Templo de la Escuela de Cristo. Agradecemos a todos las personas, devotos y colaboradores que apoyaron esta publicación cuaresmal, aportando artículos y fotografías.

AÑO DEL SEÑOR DOS MIL VEINTIDÓS

www.escuela www. escueladecristo cristo.org .org


PARTICIPA DE LAS

TRADICIONES CON

PRECAUCIÓN Protégete del sol Vigila a los niños y adultos mayores Mantente hidratado


SANGRE y ESPÍRITU del BARROCO EN LA ANTIGUA GUATEMALA

por: WALTER GUTIÉRREZ

Historiador, Catedrático titular de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala

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En pleno siglo XXI puede sorprender a muchas personas que no comparten la fe católica o aun compartiéndola no son sensibles a las expresiones del catolicismo guatemalteco, el hecho que el espíritu de la estética barroca, expresado en reiteradas ocasiones a través de los siglos, pero especialmente entre los siglos XVII y XVIII, posea un profundo arraigo en Guatemala y especialmente en la Semana Santa. Explicarlo tiene muchas dificultades y por supuesto muchas vías. Habrá quienes intenten trazar una línea espiritual, hundida en las explicaciones teológicas que los padres de la iglesia, exégetas, místicos o religiosos han elaborado a través de la larga tradición católica. Otros más a través de los aportes de la sociología y la antropología. En este caso, la historia del arte nos propondrá una llave para abrir la puerta a la revisión de este hecho socio cultural que bien podría ser un milagro, un producto del mestizaje permanente o una transfiguración artística. Para ello hay que entender que la estética es una rama de la filosofía que en pocas palabras -y con un reduccionismo bárbaro de mi parte- podríamos decir que es la percepción de lo deleitable para los sentidos y que eleva el espíritu a través de su contemplación, que obedece a un constructo socialmente aceptado, generado por las condiciones en que viven las sociedades y los artistas. En otras palabras, la percepción de lo que consideramos bello obedece a las circunstancias sociales que rodean a los artistas, al individuo o la comunidad a la que llega la obra de arte, modificándose según la estructura social, el tiempo y el espacio. Por ejemplo: las obras de arte generadas durante el mundo feudal poseen una belleza comprendida por ese mundo, en los espacios y tiempos que vivieron en esa forma de organizar la vida. El románico, el arte musulmán de la península Ibérica y el gótico responden a esta estética y aunque siga siendo admirada, es muy probable que

Fotográfias:

Gabriela Morales • extremo izquierda Danny Gamboa • arriba izquierda • Gabriel Valdez• arriba

Viernes Santo 2021

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haya dejado de tener un vínculo directo con la sociedad en la que sus restos materiales se encuentran ubicados. Pero ¿Por qué una obra generada por el tiempo y el espacio barroco sigue teniendo vigencia hasta la actualidad? Transportémonos al Viernes Santo de la Escuela de Cristo. El cuerpo sangrante de Jesús pende de la cruz en el presbiterio del antiguo templo de los Oratorianos; su cabeza ha caído sobre el pecho en un momento dramático como ninguno. Pasadas las quince horas, es descendido de la cruz, colocado en el suelo según una antigua costumbre y luego llevado a un catafalco para ser ungido en las llagas y el costado. Lentamente es subido a la urna sepulcral, velado y luego elevado en hombros de sus devotos. Minutos después, en la calle, las densas columnas de incienso lo envuelven y llevan en medio de calles tricentenarias y espíritu barroco. La obra de arte, rodeada por más elementos artísticos y una parafernalia basada en pautas aprendidas durante siglos saca a los espectadores y devotos de la vida del siglo XXI y la lleva a la de los siglos XVII y XVIII. ¿Cómo puede pasar esto? Para explicarlo hay que comprender la riqueza del concepto “barroco”, diferenciando entre dos formas de entenderlo en virtud de que posee dos dimensiones: “lo barroco” y “el barroco”. La primera debe comprenderse como el espíritu estético que se contrapone a “lo clásico”. Toda expresión material o inmaterial que contradiga lo sobrio, lo frio, lo regido por un canon casi inmutable, rígido, estricto, donde la emoción esté contenida, la podemos identificar como “lo barroco”; donde el mestizaje explote y nos regale formas retorcidas, dramáticas, misteriosas y envolventes, puede ser en el mundo maya del clásico, el andalusí o el gótico castellano, ahí se encuentra el concepto que ahora nos ocupa.

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La segunda dimensión, la de “el barroco” es la de un estilo concreto, ubicado temporalmente entre los siglos XVII y XVIII, gestado en el manierismo y la etapa final del Renacimiento. Un estilo donde lo sensual y lo emotivo se expresaba mediante el refinamiento, el tenebrismo, la explosividad, la línea curva, el drama y lo impactante, atrapando al espectador, envolviéndolo en una sinfonía de colores, sonidos, texturas y emociones propias de un mundo cada vez más rico, más capitalista, más globalizado y con maquinarias de poder más complejas, el mundo en el que Europa era la regente de la cultura, del pensamiento, del arte. Pero que también se convirtió en el estilo artístico que mejor asimiló América durante la época colonial, por su enorme capacidad para incluir visiones diversas. En la Semana Santa, en La Antigua y en la Escuela de Cristo se respiran aún ambas dimensiones: lo barroco y el barroco. Ese cuadro del Viernes Santo, desarrollado entre las 12:00 y las 16:30 horas, entre la crucifixión y la salida del Señor Sepultado es capaz de enlazar ese mundo bidimensional de la estética barroca

que he señalado. El mestizaje guatemalteco con sus expresiones ricamente elaboradas por las dos herencias que laten en él -la maya y la española- encuentra en la sangre del Señor Sepultado el nutriente clave para que un momento estético del siglo XVIII, creado sobre la base de una espiritualidad y mística propias de una ciudad católica, colonial y ceremonial, se pueda reproducir hasta el siglo XXI y focalice la atención en la escultura que conmueve e impacta. Los ojos desmayados que aun dejan ver las pupilas atormentadas; la tensión de sus manos desangradas; la herida del costado que mana sangre y agua, expresión de la síntesis del Evangelio de San Juan: que lava y que salva; las piernas que aun parecen sufrir la contorsión de la asfixia provocada por tres horas de agonía; los pies amoratados y perforados; todo en él conduce a una sola idea concebida por el artista que lo esculpió en un momento determinado y bajo una estética concreta: el drama del justo sacrificado por los pecados del ser humano expresado en un cuerpo que impacta y conmueve, que puede transmitir Fotográfias:

Gabriela Morales • izquierda Danny Gamboa • arriba

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ese tormento visible en la escultura al alma y sentimiento de quien lo contempla. La misma idea que el artista tuvo a la hora de tallar al Señor Sepultado de la Escuela de Cristo recorre en segundos la mirada y la vida de los caballeros y damas que presencian los actos rituales de Viernes Santo, los mismos que se han realizado por siglos con sus muros como testigos. Pero en cuestión de minutos, esa misma expresión de la estética y espiritualidad barroca asomará por la puerta y ya no serán algunas decenas de personas sino miles quienes, quizás sin saberlo, saldrán del mundo contemporáneo para que por unos instantes vuelvan a vivir la experiencia que nuestros ancestros vivieron en una ciudad que suspira por su Viernes Santo. Dentro de su urna española, producto de la estética romántica de finales del siglo XIX, sin saberlo quizás, va Jesús muerto acentuando esa visión del pasado barroco. Un relicario que como veladura oculta barrocamente a Jesús. Sus cristales son traslúcidos, pero no

es perfectamente visible; está ahí, pero no lo podemos contemplar con diáfana mirada, como el drama de la vida, como la explicación de la trascendencia, como el tiempo de su origen en Santiago de Guatemala: no es fácil verlo. En todo el ambiente del Santo Entierro flota la esencia del barroco que continua presente en las calles de La Antigua en el Viernes Santo de la Escuela de Cristo. Como suele suceder en la aplicación de la filosofía o la teoría del arte, muchas veces es más fácil vivir que explicar. Es mejor sumergirse en lo que hay aún de espiritualidad en el siglo XXI; liberarse de gritos, risas y la irreverencia de quien no está dispuesto a vivir el momento que se nos ofrece al pasar Jesús dentro de su urna y elevarse con él en el tiempo en el espacio; así como se nos ofrece disfrutar de un cuadro de Merlo, una fachada de los Porres, un sagrario de Guerra, desde su urna Jesús nos invita a transportándonos a un mundo que materialmente ya no existe, pero que esencialmente aun late cuando Cruz Pesada envuelve a la sangre y el espíritu barroco de La Antigua Guatemala en la Escuela de Cristo. Fotografía:

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Danny Gamboa • arriba


Un poco de historia según las notas de mi padre Don Guillermo Lira Mollinedo luego de escucharlo tanto tiempo y ahora recordando todas esas bellas vivencias de esos dorados años

Reconstrucción del

CONVENTO de la ESCUELA de CRISTO por:

GUILLERMO LIRA Socio Auxiliar | Hdad. E.de.C.

A principios y mediados del siglo XX la Antigua Guatemala no era un pueblo muy habitado, existían numerosos umbrales abandonados, terrenos baldíos con sembradillos, muchas de las casas ruinas y conventos habían sido invadidos por indigentes y el Convento de la Escuela de Cristo no fue la excepción, tal fue el caso cuando El Dr. Popenoe adquirió la histórica casa en la 1ra Ave. (Calle los Nobles) y 5 Calle, tuvo que expulsar a todos los indigentes que vivían en ella, este fue el principio, a finales de los años 40 se rescataron y reconstruyeron las capillas de la Calle los Pasos, las cuales estaban muy abandonadas, durante el proceso encontraron un bello Nazareno, el cual le dieron el nombre de Jesús Nazareno del Perdón del Templo de San Francisco el Grande.

Ilustración:

Elevación de la arquería del claustro del Convento de la Escuela de Cristo Fotografía: Convento de la Escuela de Cristo, circa 1930

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Fotográfias:

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T. José Tobar G. • arriba izquierda Danny Gamboa • izquierda T. José Tobar G. • arriba

Fotografías:

Danny Gamboa


A principio de los años 50 empezaron los trabajos de reconstrucción del Templo de San Francisco el Grande y su convento y nuevamente fue un problema la expulsión de las familias que lo habían tomado, con esto en mente y viendo las condiciones en que se encontraba el Convento de la Escuela de Cristo, Don Guillermo empezó a cabildear con su primo (mi padrino) el licenciado Luis Coronado Lira y con Mr. Penney, presidente de la Sub Directiva, les contó la situación en que se encontraba y la historia, lo importante que sería rescatarlo y reconstruirlo como se estaba haciendo en San Francisco el Grande. Afortunadamente los tres encontraron ese punto de coincidencia para lograr aportar las soluciones pertinentes a la problemática del convento de la Escuela de Cristo. Siendo Presidente de la república el Coronel Carlos Castillo Armas, amigo personal del Sr. Penney, acostumbraban almorzar juntos los domingos, comúnmente los acompañaba su secretario particular, el Lic. Luís Coronado Lira y les gustaba mucho ir a Santa Lucia Cotzumualgapa. No paso mucho tiempo hasta que un día Mr. Penney lo llamo por teléfono y le dijo: “¿Se acuerda de lo que me platicó respecto al Convento?, bueno, prepárese que este domingo, iremos en la comitiva presidencial a almorzar a Santa Lucia Cotzumualgapa y es su momento de contarle al Sr. Presidente”. Presidente”. Incrédulo, llamó a su primo y le comentó lo que Mr. Penney le dijo, y su respuesta fue: “Estás en la lista para el domingo y ya te está llegando la invitación” invitación”

Ya el primo se había encargado de decirle al Presidente que el invitado ese domingo era su primo Don Guillermo Lira, y que asistirían al almuerzo el Ing. Lizarralde, director de Obras Publicas y el coronel Manuel Castellanos, terminado dicho evento ya en la sobremesa el Sr. Penney le dijo al señor Presidente: “Coronel a Ud. le gusta y quiere a la gente de la Antigua. Hay un convento que amenaza con destruirse, aún es tiempo de repararlo, se trata del convento de la Escuela de cristo, aquí tiene a un antigüeño que le explicará mejor el caso” y se dirigió a mi papá, él le contó todo sobre el mal estado en que se encontraba el convento, hizo énfasis en el valor histórico y representativo para los antigüeños, en como seria usado y lo que representaba para las obras sociales de la parroquia, en fin, utilizó toda su creatividad pertinente para su presentación. El Presidente analizó lo dicho por mi padre, le hizo algunas preguntas y luego se dirigió al Ing. Lizarralde diciendo: “Como negarle a Willy (así trataba al Sr. Penney) lo que pide, si es tan patriota su solicitud” y le encargó que, al día siguiente, día lunes, fueran los ingenieros de Obras Publicas a evaluar los trabajos de reconstrucción de ese convento, “Dentro de quince días almorzaremos en la tierra del Coronel Castellanos, entonces quiero un dato concreto”. concreto”. Al mes y medio de esa fecha principiaron los trabajos de reconstrucción, remodelación y embellecimiento, todo esto pagado por Obras Publicas, y así fue como se pudo rescatar y restaurar este histórico y bello convento que hoy en día es un icono del cual podemos disfrutar no solo los antigüeños sino todos los guatemaltecos y extranjeros que nos visitan, gracias a la colaboración de los buenos guatemaltecos y el eco encontrado en su momento en las autoridades pertinentes.

Efectivamente, al día siguiente recibió la invitación oficial y el domingo, en el carro, dirigiéndose hacia Santa Lucia Cotzumualgapa Mr. Penney le dijo: “Hoy le sacamos al coronel la reconstrucción del convento, hay se pone ducho, va ser una agradable sorpresa para el Padre”.

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La

PANDEMIA y la FE

por:

VICTORIA ARRIVILLAGA Devota de Nuestra Señora de Soledad de la Escuela de Cristo

Todos hemos vivido una época difícil, al menos hasta ahora, que nos ha obligado a convivir y coexistir en una nueva forma de vida en todos los aspectos, y las actividades de piedad popular no han sido la excepción, también ha influido en ellas. La nueva forma de vivir o nueva normalidad -NN- nos llevó a no poder disfrutar o bien, limitar nuestras actividades religiosas para vivirlas de manera “normal”. Hemos vivido casi más de dos años de actividades de manera irregular y esto nos ha llevado a un punto donde nuestra fe se pone en juego, claro por decirlo de una y muchas formas. Somos un pueblo de tradiciones y costumbres muy arraigadas, que hemos heredado a través de generaciones, por lo que después de tanto tiempo de vivirlas y disfrutarlas en familia, con amigos etc., El hecho de que nos las ¨quitarán¨

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de golpe, ha generado por supuesto varias reacciones. Algunas personas han estado esperando 365 días para ver la imagen de Jesús y la Virgen Santísima recorrer las calles de cada una de nuestras comunidades, para llevarlos en hombros y tener ese ¨momento¨ con ellos. Momento que sirve para reflexionar, pedir perdón, quizás nos lleva hasta comprender muchas de las cosas vividas y también a suplicar por nuestras múltiples necesidades. Es pues, una vivencia que nos llena, nos satisface y nos hace felices. Quizás efímero pero que se queda guardado en nuestra mente y nuestro corazón. Hasta el próximo momento que podamos vivirlo. Pero… Esta vez no fue el clima, no fue el tráfico, no fue la multitud, no fue por trabajo, inconvenientes en el camino, retraso o porque no había turno para que pudiéramos cargarlos. Ahora en este tiempo, fue algo de mayores proporciones, algo realmente más complejo, fuera de nuestro alcance y control, que ninguno imaginamos al empezar a trabajar en los diseños de las andarías, al empezar a preparar el uniforme, al empezar a contar los días para ver salir la procesión que tanto esperábamos. Ha sido un tiempo extraño y bastante reflexivo y que enmarca nuestra fé en múltiples posiciones y la lleva a buscar nuevas formas de materializarla.

Fotográfias:

Danny Gamboa • izquierda Danny Gamboa • arriba

Esta vez fue ̈La Pandemia ̈ algo totalmente desconocido para todos, que no sabíamos como manejar e incluso que no teníamos idea de cómo cuidarnos de ella. Nos vino a colocar el mundo de cabeza. Es que ha sido un nuevo aprendizaje, manifiesto en vivir

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sin abrazar, a platicar utilizando mascarilla, incluso a arraigarse de nuevas costumbres a las que nos teníamos que adaptar. Y ello como consecuencia, nos ha obligado a ver afectadas directamente las actividades a las que estábamos acostumbrados durante ésta época. Imposible pensar en una procesión, velaciones, todo eso que para nosotros era lo normal o lo que nos ̈tocaba vivir¨. La tecnología increíblemente en poco tiempo llegó a la época de Semana Santa, vivimos la procesión con turnos virtuales, el rezo del rosario, un Viernes Santo cada uno desde su casa viviendo de manera distinta. Separados, limitados por tiempo, espacio, ¨ Cuidándonos¨ pero entendiendo que era imposible llegar a ver nuestras imágenes en las calles. Estos cambios, sin lugar a dudas, intentaron desequilibrar nuestra Fe, hacernos dudar de nuestras creencias, por no tener esa ¨actividad

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de la época¨. Sin embargo, rezamos más, tuvimos una iglesia en cada casa que escuchó la misa, que vio en vivo el traslado de una imagen, que vivió los actos de crucifixión, que quizás por el tiempo tan corto, por distancia, trabajo, nunca habíamos podido vivir. Y es que fue todo un logró tener un turno, quizás virtual pero tuvo su momento para estar con nuestras imágenes, incluso más de cerca, incluso más privado un momento que se volvió aún más especial. Con esto nos queda claro que no necesitamos procesiones, no necesitamos imágenes en las calles. Solo necesitamos el amor a Dios y la fe. Y recordar siempre que él está en todas partes, que se encuentra los 365 días en la iglesia, no necesitas que sea una fecha especial, para verlo, para hablarle, para rezar con el. Solo necesitas lograr que tu fe, se mantenga siempre viva. Fotografía:

Danny Gamboa • arriba


ACERCA DE ALGUNAS

MARCHAS FÚNEBRES, DEDICADAS y ESTRENADAS EN LA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO DE LA ESCUELA DE CRISTO DE ANTIGUA GUATEMALA

por: EDGAR HAROLDO

CABNAL SANTA CRUZ

Inicio este artículo1, haciendo una diferenciación entre las obras que han sido dedicadas y las que han sido estrenadas en las diferentes procesiones. Se les llama “dedicadas” a las que han sido ofrendadas especialmente a las imágenes, a la Hermandad o a la Procesión y que sus autores han dejado constancia escrita en las partituras. Otras son los llamados “estrenos” porque han sido incluidas por primera vez en esas procesiones. Como he mencionado en anteriores artículos, nuestras marchas fúnebres son un elemento único e indispensable pero no son exclusivas de Guatemala; se interpretan en otros países, habiéndose originadas en Europa. Entre las más antiguas que actualmente escuchamos están “La Fosa” de Santiago Coronado Porras, “Los Pasos” de Julián Paniagua Martínez, “Dulce Encuentro” de José Echigoyen Marroquín, “El Llanto de la Virgen” de José Brígido Porres Alecia y “El Nazareno” de Salvador Antonio Iriarte Morales, entre otras. Estas datan de finales de 1800. La elaboración de un artículo como este, enfrenta la dificultad de no encontrar suficientes fuentes de información, ya que al pasar del tiempo se han perdido enorme cantidad de partituras, ya 1

Este artículo da seguimiento al artículo publicado en la revista Gólgota en página 15 del 2019 acerca del tema antes mencionado.

Mario Roberto Masaya • arriba Mario Roberto Masaya • arriba derecha

Fotográfias:

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sea por incendios, terremotos, lluvias y por descuido. Frente a esa dificultad se cuentan las siguientes fuentes: El libro del Lic. Luis Gerardo Ramírez Ortíz y otras publicaciones, los pocos antiguos Programas de Marchas, los archivos particulares de música procesional, los testimonios de familiares de los autores de esta música y las publicaciones de prensa. Como seguimiento al artículo del 2019, mencionaré otras marchas fúnebres que han sido dedicadas o estrenadas a esta procesión: En 1943, el Maestro Fabián Rojo Chacón dedicó al Señor Sepultado de la Escuela de Cristo, la obra “Alma de Cristo”. Dato importante e interesante, es que en 1957, también el Maestro Fabián Rojo Chacón y a instancias del Señor Julio Alberto González Ramírez, le dedicó “A los Pies del Señor”. Otras obras que han sido estrenadas en esta procesión son: 1944: •

“El Nazareno” compuesta por Don Gregorio López Méndez.

“Amaos los unos a los otros” de Daniel Mendizábal.

“El Trébol” y “El Cáliz de la Amargura” de Porfirio Granados.

“Divina Sangre” de Rafael Juárez Castellanos.

1953:

Partitura de la marcha “Creo“ (archivo de Edgar Haroldo Cabnal) • superior Partitura de la marcha “Ni un rumor de Justica“ (archivo de Edgar Haroldo Cabnal) • superior Mario Roberto Masaya • arriba Fotográfias:

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“Lirio de Humildad” de Alfonso Pereira Reina.

“Mi Santa Fé” de Agustín Cruz del Cid.

“Perdón Señor, Piedad” de Manuel Antonio Ramírez Crócker.


“Fé y Virtud” de Marco Antonio Lemus Veliz.

“Cristo Yacente” de Luis Antonio Chacón C.

“Señor Ten Piedad de Nosotros” de Haydée Moncrieff Ruiz de Monterroso.

“Pedro de Bethancourt” de Víctor Manuel Lara Gaytán.

1954: •

“El Cisne de Galilea” de Fabián Rojo Chacón.

“Dios y Redentor” y “Señor Ten Piedad de Nosotros” de José Herrarte.

“En tu Templo Señor” de Gilberto Morales Toledo.

“Noemí” de Gilberto Rosas Castellanos.

“Mujer, ¿Por qué Lloras?” de Mariano de Jesús Moreno Díaz.

“Ni un Rumor de Justicia” de Guillermo Gonzalo Polanco Mazariegos.

“¡ Oh ! Divino Jesús Sepultado” y “En Tus Manos Encomiendo mi Espíritu” de Alberto Velásquez Collado.

“En tu sombra de Abrojos” y “Lirio de Dolor” de José Arturo Gonzáles Vásquez.

“Duelo Sagrado” de Efraín Madrid.

“Creo” de Marco Antonio Lemus Veliz.

“La Cruz” de José Martín Gil. (Marcha Fúnebre Española)

1955 •

“El Gólgota” de Fabián Rojo Chacón.

“Perdón, Señor, Piedad” y “Dios y Señor Mío” de Manuel Antonio Ramírez Crócker.

“Señor Sepultado” de Mario E. Rivas.

“Me Confieso a Dios” y “Milagroso Señor” de José Enrique Vásquez Quinteros.

“Admiración” de Guillermo Gonzalo Polanco Mazariegos.

“Muerte y Resurrección” de José Herrarte.

Reitero que para este artículo me he auxiliado principalmente en los resultados de la investigación del Lic. Luis Gerardo Ramírez Ortíz, debido a la gran cantidad que él ha documentado. Es muy posible que existan más obras dedicadas y estrenadas a ellas, pero que al paso de los años se podrá ampliar la presente lista como producto de nuevas investigaciones. Para finalizar, quiero decir que para preservar esta parte del patrimonio cultural guatemalteco, es necesario que exista un esfuerzo de todas las personas amantes de esta música, esfuerzo dirigido a dar a conocer y compartir las partituras que hayan en los archivos familiares a fin de que sean conocidas e interpretadas. En relación a las grabaciones que hacen las Hermandades debe haber también un compromiso personal de quienes coleccionamos este tipo de música, para decir no a la piratería a fin de garantizar de que éstas se continúen realizando. FUENTES: •

Programas de Marchas Fúnebres del Señor Sepultado de la Escuela de Cristo. Viernes Santo de 1953, de 1957 y la “Lista de Marchas Fúnebres. Que serán ejecutadas por la Banda de Música de la “Escuela de Cristo”, bajo la dirección del Maestro Víctor M. Lara, en la procesión de Nuestro SEÑOR SEPULTADO”, sin año.

Ramírez Ortiz, Luis Gerardo. Días de Muerte y Gloria. Las Marchas Fúnebres Cuaresmales. 1ª. Edición. 2001 y 2ª. Edición. 2007.

Comunicaciones varias con el Señor Mario Gilberto Gonzáles Ramírez (QEPD), Ex-Cronista de la ciudad de Antigua Guatemala. 2005 - 2012.

Entrevistas a varios familiares de autores de marchas fúnebres. Año 1995 a la fecha.

Edgar Haroldo Cabnal Santa Cruz. Archivo propio.

1957 •

“La Sentencia” de César Augusto Quiroz Cáceres.

Otra interesante fuente documental es un programa de marchas que desafortunadamente no indica fecha. Asumo que es de 1959 aunque no se puede asegurar. Dice así: “Lista de Marchas Fúnebres. Que serán ejecutadas por la Banda de Música de la “Escuela de Cristo”, bajo la dirección del Maestro Víctor M. Lara, en la procesión de Nuestro SEÑOR SEPULTADO” y en la que aparecen varios estrenos:

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DIEGO de PORRES, de

esclavo africano a MAESTRO

ARQUITECTO DEL ORATORIO DE SAN FELIPE NERI ESCUELA DE CRISTO

por:

WILLIAN ALFREDO SALAZAR QUEMÉ Historiador | Universidad de San Carlos de Guatemala

Fotográfias: Danny Gamboa • arriba Detalle de la fachada del Templo de la Escuela de Cristo, Gary Velásquez • derecha Detalle de la clave del ingreso al Templo de la Escuela de Cristo, Gary Velásquez • extremaderecha

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En los casi trescientos años de existencia de la sociedad hispánica en Guatemala, se establecieron algunos rasgos que en la actualidad se pueden percibir al admirar un templo barroco, una pintura colonial, las manifestaciones religiosas o culturales originadas en ese contexto y sobre todo en la diversidad de sus habitantes. La historia social de las grandes ciudades como Santiago de los Caballeros hoy la Antigua Guatemala dan cuenta del intricado desarrollo de la llamada época colonial en nuestro país. El Oratorio de San Felipe Neri Escuela de Cristo, es una fuente material que a través del análisis de su arquitectura evidencia la actividad creadora de una ciudad que llegó a ser la más importante de todo el Istmo Centroamericano (Reino de Guatemala) pero que, al hacer un estudio histórico de la misma, ha permitido conocer datos mucho más profundos relacionados a las condiciones sociodemográficas y socio-raciales de su vida cotidiana entre los siglos XVI y XVIII. En la mayoría de los casos para toda América Hispana, las ciudades sirvieron como instrumento de control español en los planos político y económico sobre todo de las clases indígenas, africanas y sus descendientes. El modelo ideal de la ciudad colonial era el del grupo español establecido en el centro urbano donde estaban las plazas centrales, los edificios de autoridades civiles y eclesiásticas, y un sector indígena en la periferia. Sin embargo, la evolución demográfica reacomodó este modelo y sus ciudades, y bajo el peso del mestizaje se originó una mayor diversidad racial. Uno de los principales acontecimientos para este fenómeno fue la introducción de esclavos africanos al continente, Christopher Lutz plantea que los primeros esclavos llegaron a Guatemala con Pedro de Alvarado en la expedición de conquista hacia 1524, pero no es sino hasta la promulgación de las Leyes Nuevas en 1542 en donde se prohíbe la esclavitud indígena, entonces son introducidos regularmente siendo en 1543 el primer registro de

embarque con una carga de “150 piezas” según datos del profesor José Joaquín Pardo. A partir del acuerdo promulgado por parte del presidente de la Real Audiencia de Guatemala Alonso López de Cerrato mediante el cual “se declaró por libertos a los indios que estuvieren de servicio en casas de españoles” en 1549 (AGCA. AI.23 leg. 4575, fol.100, v.) se siguió autorizando el ingreso de esclavos africanos en el Reino, “Su majestad para evitar que los indios sean empleados en el laboreo de minas y en obras públicas autoriza la venta de esclavos negros” (AGCA. AI.23 leg. 1512). Inicialmente eran destinados para los trabajos en minas y plantaciones, pero el acceso como forma de posesión de un bien material suntuoso, llegó a ser uno de los rasgos característicos de la élite local española civil y eclesiástica. Por ejemplo, un esclavo negro destinado para el trabajo en trapiches o plantaciones podía tener un precio de 25 pesos, otro para servicios domésticos en casas de españoles hasta en 300 pesos o tal es el caso de uno destinado para la atención de la Catedral de Santiago llegó a ser vendido en 450 pesos. (AHAG. Fondo Catedralicio, sección Mayordomía, Libro de cuentas). Este componente racial de la sociedad colonial no llegó a ser solo importante para el génesis de una cultura mestiza sino para sus actividades económicas, artísticas, religiosas y culturales. En este sentido casos como el “Baltasara de Barcárcel vecina de la ciudad de Guatemala, viuda del Oidor Rodrigo de Barcárcel vende un esclavo al maestro bordador Sebastián Hurtado. 1633” (AGCA. AI.20 leg. 1123) o el del “presbítero Diego Jérez Serrano vende un esclavo al maestro estampador de plata, Juan Rodríguez, 1653”. (AGCA. AI.20 leg. 1107) reflejan la relación profesional de los esclavos y sus descendientes con las artes, la música, la religión y la arquitectura.

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Esta última, la arquitectura, ha perdurado con el trascurrir de los siglos, a pesar de los fenómenos naturales que la han afectado. Tal es el caso del Oratorio de San Felipe Neri comúnmente mencionado como la Escuela de Cristo, construido entre 1720 y 1730, según datos del historiador Luis Luján Muñoz, es la primera obra en la que se sabe que la mano de Diego de Porres intervino directamente como maestro arquitecto. La familia Porres, perteneció al grupo de mulatos libres, es decir con mezcla de sangre de indígenas, negros y españoles. Algunos de los antepasados fueron introducidos al Reino de Guatemala como esclavos africanos, durante el proceso era común que algunos de ellos se casaran con indígenas o españoles para obtener su libertad, o en otros casos procrearan hijos ilegítimos para acceder a la ley de vientre en donde el niño desde la concepción adoptaría la condición de la madre, por lo tanto, si esta era libre, su descendencia también, otros buscaban la manumisión a partir de su participación en las campañas de guerra contra los ingleses o simplemente les eran otorgadas por sus dueños. De esta manera y bajo las relaciones explicadas en los párrafos anteriores, Ilustración:

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la familia Porres, se convirtió en un grupo familiar con características de estatus social y económico, hasta convertirse como lo menciona Luján Muñoz en una “dinastía de artistas” en su libro La pilastra abalaustrada serliana en el Reino de Guatemala 1730-1790. El título de Maestro Mayor de arquitectura se le concede al padre de Diego, Joseph de Porres en 1687, luego de un largo recorrido que va desde el origen humilde hasta elevarse con este cargo. Realizó importantes diseños como las iglesias de San Pedro, la Catedral, Santa Teresa, La Compañía de Jesús y San Francisco (Luis Luján Muñoz, El Arquitecto Mayor Diego de Porres 1677-1741). 1677-1741). En tanto, no es de extrañarse que Diego, tuvo la mejor instrucción que un aprendiz u oficial pudo tener. En 1701 tras la muerte de su padre Joseph, Diego asume el cargo de Arquitecto Mayor siendo reconocido en lo que hoy es el sur de México hasta Costa Rica, además el Ayuntamiento lo nombra Fontanero Mayor de la Ciudad en 1713 con ello Porres controlaba directamente de la corriente de agua de toda la ciudad. Otras obras importantes son La Recolección, Santa Clara, Capuchinas, Elevación Fachada del Templo y Entrada al Convento de la Escuela de Cristo Fotográfias: Danny Gamboa • arriba Danny Gamboa • derecha


Casa de la Moneda, la fuente de la Plaza Mayor de Santiago, entre otras. Podríamos realizar análisis de varias obras creadas por la mano de obra de artísticas coloniales guatemaltecos y en todos los casos estos rasgos de mestizajes se encuentran inherentes ya sea por su adaptación al entorno o por sus rasgos característicos, como es el caso de la Virgen de Soledad de este templo, que, entre sus facciones, el autor, quiso tallar ese componente étnico mestizo. La Escuela de Cristo constituye así, una obra de gran valor para la importante ciudad colonial, desde su inusual fachada con cantera, de extraordinaria sobriedad, con el uso de la pilastra abalaustrada serliana distintiva de del siglo XVIII y de su creador Diego de Porres, pero a su vez, la muestra del producto social en las complejas relacionas étnicas, ya que su mente creadora es el resultado la interacción de las clases sociales coloniales. El arte así representa la fuente material que guarda entre sus características los rasgos de la historia y este monumento arquitectónico, La Escuela de Cristo, merece ser reconocido por su valor artístico y social.

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La más

BELLA de AMÉRICA por:

GUILLERMO BARRERA Devoto de Nuestra Señora de Soledad de la Escuela de Cristo

La Católica España ha sido un referente en cuanto a cánones de belleza y perfección dentro del arte en el Nuevo Mundo; un choque de cultura donde dejando a un lado las directrices estéticas, la devoción en esencia es la misma y perdura en el tiempo. En el barrio sevillano de San Gil se encuentra la Imagen de la Esperanza Macarena, icono de belleza y perfección a nivel mundial; Obra que data del siglo XVII. Sus réplicas, pinturas y fotografías reciben veneración en muchas ciudades españolas, así como en diferentes países de Europa, América y Asia. La Virgen de la Macarena es la esencia de su ciudad, cúmulo y relicario de la devoción en el Viejo Continente. Considerada como icono de Hermosura dentro del ideario español y para proyección del resto del mundo. En el Nuevo continente, la Semana Santa toma un matiz parecido a las tradiciones sevillanas, sirviendo como pilar para crear nuestras propias interpretaciones de la piedad popular de penitencia. En la Cuidad de Santiago de los Caballeros hoy La Antigua Guatemala, podremos encontrar a la joya colonial más emblemática de la Ciudad, la Virgen de Soledad de la Escuela de Cristo, quien goza de gran fama y popularidad por la belleza y perfección de su Santa figura. Es ella quien encierra en una sola palabra la Devoción y tradición desde tiempos imperecederos.

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¿Pero que tiene en común la Esperanza Macarena y la Virgen de Soledad de la Escuela de Cristo? Escultóricamente hablando son dos obras totalmente ajenas, tanto en patrones, simetría, iconografía e incluso en historia; pero ambas imágenes indiscutiblemente son icono y referente del lugar donde presiden. Son el orgullo, y admiración de sus devotos, y su alcance devocional no tiene límite. En el mes de Diciembre de 2017, tuve el honor de reunirme con la Junta Directiva de la Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena en compañía del Sr. Dani Muñoz, con el objetivo de llevar un mensaje fraterno entre dicha hermandad y la Hermandad de la Escuela de Cristo en La Antigua Guatemala, dando a conocer las tradiciones de fe popular que se celebran en la Ciudad Colonial y llevando un obsequio otorgado por el Encargado General de la Hermandad el Sr. José Manuel Nuñez y Junta Directiva para el Hermano Mayor, el Sr. José Antonio Fernández Cabrero; el cual consistía en unas fotografías de las Consagradas Imágenes del Señor Sepultado, Virgen de Soledad, San Juan y María Magdalena del Templo de la Escuela de Cristo y un cuadro de mayor dimensión con la fotografía de la Virgen de Soledad de este mismo templo. Al mostrar las fotografías, sus rostros denotaron la sorpresa y admiración de los personeros de la institución. En un afán de articular palabras simplemente dejaron salir de sus

labios la expresión: “La más bella del continente americano”. Reconociéndola con tan insigne título. Dichas Fotografías se utilizaron para engalanar la casa de la Hermandad en un sitial destinado para las mismas. Experiencia sin precedentes, donde dos entidades religiosas estrecharon lazos de fraternidad quedando para la historia. Así mismo se imprimieron 1000 fotografías de menor tamaño de la Santísima Virgen de Soledad, que fueron obsequiadas a personas particulares en España, Francia, Italia y Ciudad del Vaticano con el objetivo de promover la devoción a esta hermosa Imagen, orgullo y tesoro de toda la República de Guatemala. Hemos de sentirnos orgullosos de nuestra Madre y no es para menos. No podemos cansarnos de admirarla y contemplarla; pues su belleza es inagotable ante la cual cantamos sus glorias y la cubrimos de piropos que nacen del corazón. Con una madre como ella nace la responsabilidad de ser buenos hijos, asumiendo el reto de parecernos a ella imitando todas las virtudes que ornamentan su vida

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DEVOCIÓN en TIEMPO de PANDEMIA En marzo del 2020 cambió la vida radicalmente para los guatemaltecos debido a la llegada del COVID 19 a nuestro país , inmediatamente la noticia del primer fallecido desencadenó una serie de medidas entre ellas la cancelación de los cortejos procesionales, noticia que en medio del miedo, la incertidumbre por algo que ni nuestros abuelos habían vivido llenó de tristeza a los devotos sin saber todo lo que teníamos que enfrentar durante estos ya dos años de pandemia a nivel familiar, a nivel personal, a nivel laboral a nivel educación, a nivel salud, lo más duro y difícil nuestras iglesias cerradas sin poder recibir la santa eucaristía y la fortaleza que nos brinda cada vez que la recibimos y los que somos devotos de una imagen sufrimos además el no tener el consuelo de visitarla los viernes devocionales o en un momento de prueba poder buscar la cercanía con Dios a través de esa visita y en época de cuaresma el dolor de no poder verla por las calles, ese sentimiento que únicamente nosotros entendemos como devotos, esa tristeza al vivir una cuaresma y semana santa sin nuestras tradiciones que aunque son bastante atacadas realmente son una forma de acercarnos al Dios que sufre, al Dios que fue hombre, al Dios humano que sintió lo que nosotros sentimos cuando estamos tristes, cuando perdemos a un amigo, a un ser querido, esa cercanía con el Dios de los cielos al derramar lágrimas al llevarla en hombros y poder decirle en nuestra oración interior lo que sentimos y que El lo entiende y nos regala el consuelo que necesitamos tanto Fotográfias:

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22 Aniversario de Consagración de Nuestra Señora de Soledad, Mayo 2021, Mario Roberto Masaya • superior 72 Aniversario de Velación y Procesión del Señor Sepultado, Noviembre 2021, Danny Gamboa • arriba



que al finalizar la cuadra de nuestro turno nos sentimos más livianos y con más fe para poder seguir adelante o el sentimiento al encontrarla en una boca calle en medio del calor intenso y del olor a corozo y sentir su mirada sobre la nuestra y su amor incondicional por nosotros, por la humanidad y que a pesar de nuestros pecados El nos sigue amando. Las restricciones impuestas no fueron impedimento para que como devotos pudiéramos demostrar el amor por nuestro Dios al llevarle ofrendas a las puertas cerradas de nuestras iglesias el día que no podíamos llevar en hombros a nuestra imagen de devoción; el realizar altares en nuestros hogares que nos hacían sentir cercanos a Dios, el ver por las redes sociales o por la televisión las celebraciones eucarísticas, el vivir el Triduo Pascual de la misma manera, el viernes santo acompañar espiritualmente a nuestras imágenes de devoción con el turno de oración al que nos invitó la Hermandad de la Escuela

de Cristo; demostraciones que nos hicieron llevar en el corazón nuestras tradiciones y que en medio de las restricciones y la pandemia pudimos poner una iglesia dentro de cada uno de nuestros hogares. Esta pandemia nos ha dejado muchas lecciones como humanos, nuestra fragilidad, aprender lo que es realmente importante en la vida, aprendimos a confiar más en Dios aunque no entendiéramos lo que estaba pasando, pero en cuanto a nuestra devoción la pandemia no pudo acabar con ella pues encontramos otras formas de poder demostrarla y de poder sentirnos cercanos a El que es en sí la finalidad de nuestras tradiciones cuaresmales; al contrario nuestra devoción está más fuerte y más viva al igual que nuestra fe en que esto va a pasar y vamos a poder volver a las calles a vivir nuestras tradiciones y a vivir nuestra fe en su máximo esplendor. Fotografía:

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Viernes Santo 2021, Leonel [nelo] Mijangos • arriba



In Memoriam

BERTA GRACIELA ASTURIAS de MIRANDA -doña Greis1936 •2021

Doña Greis, como todos le decíamos de cariño, siempre fue una ferviente devota de Nuestra Señora de Soledad, había pertenecido ya en su juventud a la Hermandad, sin embargo, ella contaba que debido a sus compromisos familiares, se vio en la necesidad de retirarse un tiempo. Con sus hijos ya crecidos, ella regresó nuevamente en el año 2001 durante el período de Don Gustavo Berducido. Siempre callada, responsable, muy cumplida y puntual, asistía Doña Greis a todas las actividades, nunca una queja, nunca un reclamo. Muchos sin duda la recordarán en las mesitas de platillo, atendiendo con amabilidad a todo aquel que buscaba llevarse un recuerdo del Señor Sepultado o de la Virgencita. Con su inseparable compañera, Doña Flor, ellas llegaban siempre temprano y pedían su cuaderno, allí llevaban todas las cuentas de su venta, siempre con un estricto orden. En alguna ocasión, para ayudarlas, se les dieron hojas impresas para que ellas ya solo fueran llenando la cantidad de productos vendidos, pero no, eso no iba con ellas. “En el cuaderno es como se debe de hacer” decían y pedían su cuaderno y su lapicero. Los más antiguos cuentan que ella fue ecónoma de la Virgen de Soledad, y aunque en la actualidad ya no lo era, cuando se cambiaba a la Virgen, ella pedía la ropa blanca que se le quitaba, para lavarla y plancharla ella misma. También era muy buena para recaudar y vender números de rifa, seguramente sus vecinos de la colonia El Manchén, la recordarán tocando a

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por:

HADAZUL CRUZ Socia Hdad. E.deC.

su puerta, dejando el programa y recolectando colaboraciones. Un amor de señora, toda una dama, siempre nos trató a todos con respeto y con mucho cariño, con su característico toque maternal, se nos hacía imposible no quererla. Los mejores recuerdos de ella son durante el cortejo procesional. Nacida en 1936, Doña Greis era incansable, a su edad, se mantenía firme durante el recorrido, cumpliendo con la comisión que le asignaran, algunas veces compartía con las socias un dulcito o un bocadito de su propia refacción. Ya cuando caía la tarde, nunca faltaba quién le preguntara: - ¿Cómo va Doña Greis? A lo que ella siempre respondía, “voy bien, no tengan pena”. El Sábado Santo, tempranito, allí estaba ella con las demás señoras, las socias más antiguas, listas para vestir a la Virgen de luto. Cambiar a Nuestra Señora, nunca es rápido y algunas veces es complicado, sin embargo, cuando son las señoras las que cambian, el proceso siempre se facilita, es como si la Virgen supiera que ellas están cansadas del día anterior, y a pesar de eso llegaron tempranito sin quejarse aunque solo hubieran dormido unas horas. En su habitación, hay una cajita, donde ella siempre guardó todos sus recuerdos que fue recolectando mientras estuvo activa en la Hermandad, allí, entre otras cosas, están los turnos de todas las representaciones a las que asistió. Recuerdo que la última vez que salió Santiago Apóstol en procesión, fuimos como hermandad a cargar. Allí iba ella, un poco cansada


pues aún no nos habían relevado de nuestro brazo, pero al cruzar el anda en la esquina de la Compañía de Jesús, la banda que acompañaba el cortejo, empezó a tocar “Callejuela de la O” y Doña Greis exclamó: “Con esta si me sigo hasta la Merced” y se rió muy contenta. Ella trabajó incansable hasta el último día y ese 14 de marzo del año 2020, allí sentada en su mesita, recibió la noticia que ese año ya no habrían procesiones. -¿Qué tal está Doña Greis? Le dije ese día cuando llegué al convento. “Pues aquí con la novedad que ya no van a haber procesiones” me respondió, algo a lo que ella no daba crédito. Los meses que siguieron, mientras su salud se lo permitió, ella muy cumplida se conectó a las actividades virtuales que se realizaron, la tecnología no fue un impedimento, con ayuda de sus hijos, incluso participó en una entrevista virtual. En el año 2021, el Señor Sepultado y su Madre Santísima, decidieron que ya la querían a su lado, y la mandaron a llamar, estoy segura que ahora está con Ellos, rodeada de inmensa alegría, y contemplando los rostros de aquellos a quienes tanto amó y sirvió en vida. Aunque no puedo imaginar una Cuaresma, y un cortejo procesional en el que no vaya Doña Greis, sé que su memoria siempre nos acompañará, ella vive en los corazones de quienes la amamos y admiramos como la maravillosa persona que fue en vida. Doña Greis, como le dije la última vez que nos vimos: rece por mí y no me olvide que yo siempre estaré acá recordándola y deseando volver a verla.

Descanse en Paz, Doña Greis, gracias por su ejemplo y cariño.

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Guatemala, país de nobles tradiciones de morados y negros penitentes; de cuna ancestral española que durante la Semana Santa se dejan sentir los aromas del incienso, el pino, el aserrín, el trébol y el corozo. Al paso de la imagen de la devoción familiar de padres y abuelos que nos han dejado marcado en el corazón del devoto antigüeño el amor a un Cristo Yacente que por cientos de años ha sido el clamor y la esperanza de tantos guatemaltecos que durante estos dos años nos hemos visto privados de estar con nuestro Jesús, acompañándolo en su Santo Entierro hemos llorado; perdimos la esperanza de acompañarle con nuestro farol en mano, pero nunca perdimos la fe. En el corazón de cada uno vibra la emoción como devoto, como amante a este Jesús que no es más que el que tiene todo el poder y la gloria, albergamos en el corazón escuelero que pronto nuestros ojos tendrán la dicha de reencontrarnos con él en las calles de aquellos antañones barrios antigüeños de la Real y muy noble ciudad de Guatemala.

PERDÓN, Oh DIOS MÍO

por:

ALEX CROCKER

La pandemia quiso cercenar nuestras devociones pero nuestra fe y nuestro amor a ese Cristo Yacente ha sido más fuerte, el corazón del devoto que añora una vez más el poder ponerse la túnica negra y la capilla; símbolos de una hermandad centenaria, una vez más en esta época de pandemia que cercenó nuestras tradiciones, que cerró nuestros templos, pero el amor del devoto amante a este Jesús está presente y con ansias vivas pasó estos tristes y desolados viernes Santos, pero aún en plena pandemia tus devotos vimos tu sagrada presencia en cada uno de los hogares y como hace ya muchísimos años en familia y de riguroso luto, doblamos rodillas a las tres de la tarde frente a nuestro amado Señor Sepultado de la Escuela de Cristo y con la voz quebrada por su ausencia ante aquella fotografía ya dañada por el tiempo se cantaba el Perdón Oh Dios Mio, Perdón indulgencia, Perdón y Clemencia, Perdón y piedad. Ese momento que guardarnos en nuestra memoria en donde agradecíamos los favores, implorábamos el perdón y le pedíamos que por su grandiosa misericordia el cese de esta terrible enfermedad.

Fotográfía:

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Danny Gamboa




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