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Virginia Cagigal: "La identidad siempre se construye en relación"

En el marco del Congreso “Ser, Estar, Educar… con nombre propio”, Virginia Cagigal ofreció una reflexión sobre la educación como un proceso integral que necesita de personalización y que involucra a la escuela, la familia y el aula como epicentro del cambio.

Cagigal subrayó que el acto de educar es mucho más que transmitir conocimientos; es enseñar a vivir, brindar herramientas para estar en el mundo y construir una identidad sólida. Según explicó, el contexto es esencial: “El cambio solo es posible en su contexto, y el nuestro es el aula”. Aunque la familia desempeña un papel crucial como primer referente de desarrollo, el aula y el colegio son los espacios donde se puede incidir directamente en la formación integral.

Destacó tres ejes fundamentales para el desarrollo saludable de niños y adolescentes:

  • Seguridad: proveer amor, límites claros, comunicación y expectativas realistas.

  • Lugar: asignar al niño el espacio que le corresponde, valorándolo y animándolo sin sobreexigir.

  • Oportunidades: abrir puertas a nuevas experiencias relacionales.

Virginia enfatizó la importancia de la colaboración entre familia y escuela. Aunque el contexto de los docentes no es la familia, pueden sugerir, guiar y construir alianzas significativas con los padres. Estas alianzas se basan en la empatía, la escucha activa y la comprensión mutua, con el objetivo de potenciar el bienestar y la educación integral. Recordó que “nada de lo que hacemos en el diálogo con nuestros alumnos y en el diálogo con las familias cae en saco roto, siempre es un regalo que ofrecemos y nos podemos ofrecer”, resaltando la necesidad de confiar en los frutos a largo plazo del esfuerzo educativo.

Nada de lo que hacemos en el diálogo con los alumnos y en el diálogo con las familias cae en saco roto

La ponencia también exploró cómo la identidad de los niños y adolescentes se forja en la interacción con los demás, siempre es una devolución, de ahí la importancia de las “etiquetas” que ponemos a los niños porque en ellas va un mensaje muy profundo. Desde la infancia, los padres son referentes esenciales a través de la imitación, la transmisión de valores y el refuerzo de la autoestima. Más tarde, en la adolescencia, la identidad se cristaliza en un equilibrio entre el “yo” y los grupos de pertenencia, como la escuela y la familia. En este sentido, el colegio puede convertirse en un lugar seguro donde se sienten acogidos y reconocidos.

Por otro lado, la psicóloga hizo un llamamiento al cuidado de los educadores, destacando que su labor, aunque generosa, puede derivar en agotamiento emocional si no se promueve su autocuidado. La práctica del autoconocimiento y el trabajo en equipo son claves para manejar las altas expectativas que se depositan en los docentes, tanto desde las familias como desde el propio sistema educativo. Solo desde una posición de equilibrio emocional, afirmó, los profesores pueden dar lo mejor de sí mismos a sus alumnos.

Finalmente, Virginia Cagigal instó a los colegios a ser espacios donde cada estudiante pueda desarrollar plenamente su potencial, siendo valorado y respetado en su singularidad.

Wakelet

Vídeo completo de ponencia

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