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Su palabra no nos deja indiferentes

El Congreso de Escuelas Católicas fue un espacio para reflexionar y celebrar nuestra misión educativa bajo los verbos SER, ESTAR y EDUCAR. La oración de cada mañana y la Eucaristía del sábado marcaron momentos fundamentales de este encuentro, reuniendo a más de 2.000 personas en torno a la fe y la comunidad.

Oración del jueves: SER

La jornada comenzó con la escucha del Evangelio según san Marcos, en el que Jesús llama a cada discípulo por su nombre. Este gesto sencillo, pero cargado de significado, centró la oración en el reconocimiento de nuestra vocación personal y colectiva. Una mujer rezando en el escenario, simbolizaba a todos nosotros, personas que día a día buscan un encuentro íntimo con Dios. Los nombres propios de muchos resonaron en la oración, recordándonos que somos comunidad enviada desde Él y por Él.

Oración del viernes: ESTAR

El viernes, la oración giró en torno a dos mujeres del Evangelio, Marta y María, que representan dos formas de estar ante la VIDA y en el encuentro con Dios. Tres personas en escena, enredadas en cuerdas, reflejaron las complicaciones y preocupaciones de nuestro día a día. Entre los nudos y los movimientos, resonaba un mensaje claro: “Contigo estoy”. Esta certeza de que está con nosotros siendo luz, que está en el mundo y que está con nosotros en la Palabra, nos invitó a liberarnos de esas ataduras con la ayuda de Dios y los demás, recordándonos que estar con Él nos transforma. La oración culminó con una danza de transformación que simbolizaba el envío y la alegría de caminar juntos como Iglesia, abiertos a la colaboración y al servicio.

Sábado: EDUCAR

El sábado, día de la Virgen de la Almudena, comenzó la mañana dando gracias a Dios con la celebración de la Eucaristía, presidida por Alfonso Carrasco Rouco, obispo de Lugo. Un coro interinstitucional, formado por miembros de 10 instituciones educativas, llenó de belleza y unidad la celebración. En torno a la mesa del Señor, renovamos nuestro compromiso con la misión educativa, conscientes de que la diversidad de voces y carismas están llamadas a hacer camino sinodal, que hay unión en la diversidad.

Las palabras del obispo nos recordaron que EDUCAR es inspirar desde el Amor, desde el aliento de la fe y la comunión para que, anclados en el Pan y la Palabra, podamos transformar vidas conscientes del valor de cada uno de nosotros con nombre y apellido.

El Congreso nos dejó una certeza: SER, ESTAR y EDUCAR en nombre de Jesús es nuestra misión y el camino que recorremos juntos, sostenidos por su presencia, su llamada y envío.

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