SUPLEMENTO JOVEN DE MIRADAS AL SUR Domingo 16 de diciembre de 2012 Buenos Aires, Argentina. Año 2 Número 192
EGRESADXS La historia del Mocha Celis, el primer bachillerato trans del país
Entrevista a Esteban De Gori: “Mariano Moreno no es un sujeto rápidamente clasificable” Además: La semana, la mala leche , fronteras, trasvasamiento, ESTEREOTiPOS, fechitismo, D.R.E.A , whiskypedia, tumor gráfico y falsa escuadra
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LA SEMANA
El polémico fallo de la justicia tucumana en el caso Marita Verón desató una ola de indignación que atravesó a toda la sociedad y a todo el arco político, y que clavó también sus plantas en un debate álgido que habrá de surcar la agenda política de 2013: la democratización posible de la Justicia. Qué significa esto y qué implica serán preguntas que sonarán como cascabeles de plomo durante todo el año entrante. Por lo pronto, y mientras se aguarda la lectura de la sentencia para conocer los argumentos que provocaron la absolución de todos los acusados, lo que se espera en lo inmediato es el tratamiento de la postergada Ley contra la Trata de Personas y la investigación sobre los puntos oscuros detrás de un fallo que no parece alcanzar para frenar la larga lucha de Susana Trimarco, la mujer que ayudó a poner en escena este drama invisibilizado.
EL LUGAR
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Brasil
Feo bondi el que se armó en el Morumbí. Tras la agresión, los jugadores de Tigre decidieron no volver a la cancha y la Sudamericana quedó para San Pablo. Mención aparte para Fernando Niembro y su show gore, desesperado por mostrar sangre y moretones por TV.
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EL OBJETO
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EL PERSONAJE
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EL TWEET
TIC
Se publicó la 1º Encuesta Nacional sobre Acceso y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación. Es larga, pero lo central es la creciente democratización en el acceso. Conectar Igualdad, mayor consumo y boom tecnológico entre los motivos principales.
Chávez
Nada más que el deseo de fuerza y el acompañamiento de millones para una figura fundamental de estos años latinoamericanos.
@pibetrosko Los libros de Luis Majul vienen de regalo con una servilleta para que te limpies el helado que te manchó toda la frente.
Trumancapotismo Se denomina trumancapotismo a la rama del periodismo que se dedica a las crónicas periodísticas sobre hechos acontecidos en las provincias del Interior del país. El nombre fue tomado a partir del libro fundante “A sangre fría”, del periodista norteamericano Truman Capote, donde se narra el asesinato de cuatro miembros de una familia tradicional de un tranquilo pueblo de Kansas. Debido a que el libro se transformó, además de en una investigación periodística, en una maravillosa descripción sobre la vida en dicho pueblo, se originó una corriente de periodismo que exageró esta última de las virtudes, considerando que toda crónica sobre un suceso ocurrido en un pueblo debe, necesariamente, exagerar su carácter descriptivo de la vida en el mismo. Casos de trumancapotismo suelen ocurrir especialmente cuando acontecen hechos de violencia irracional en pequeños pueblos del interior de la Argentina, a saber, el caso de la mujer secuestrada en Coronel Suárez.
WHISKYPEDI A La enciclopedia ebria Contenido [ocultar] 1. Definición 2. Etnocentrismo 3. Técnica 4. Reglas del trumancapotismo
Etnocentrismo Como característica principal, se reconoce que el trumancapotismo es una forma del etnocentrismo, toda vez que consiste en el arribo de un periodista de ciudades grandes a poner el ojo a partir de los parámetros de la cultura propia en los pueblos pequeños. En tal sentido, el trumancapotismo es un anti malinoswkismo, toda vez que propone como forma de abordaje la visión del centro de la cultura a partir del individuo, en esta caso un periodista, como forma de revelar por medio de los contrastes, la verdadera identidad cultural del abordado, en este caso, el pueblerino.
Técnica En términos científicos, el trumancapotista suele caracterizarse por realizar una observación no participante, en el sentido de que suele interactuar más bien poco o de manera superficial con los objetos observados, en este caso, los pobladores del lugar en cuestión. Si bien puede mantener conversaciones con algunos sujetos, como forma de contrastar su serie de prejuicios con las que llegó al lugar, estas tienen un carácter más bien orientativo y deben cumplir la condición de lograr enriquecer la pintura que se realiza sobre el desolador paraje adonde se arribe.
Reglas de trumancapotismo Las crónicas periodísticas pertenecientes a la corriente del trumancapotismo suelen coincidir en una cierta estructura que las vuelve parte de una misma metodología y una forma de mirar el universo, que se resumen en tres reglas básicas: Siesta: el 98% de las crónicas sobre pueblos del Interior, arrancan a las 14.30 de la tarde, con el cronista sorprendido por el silencio que se atribuye a la siesta; Plaza: la primera pintura que debe describirse es la de la plaza del centro del pueblo, donde generalmente no acontece demasiado, lo cual permite, luego, establecer la contradicción que significa el hecho de que no suceda nada en la plaza del pueblo y, sin embargo, haya ocurrido, pongamos por caso, un hecho siniestro. Si hay perros en la plaza, mejor; Inocencia: el cronista debe remarcar, una vez cada dos párrafos, el carácter inocente del hombre del Interior, que es una forma del etnocentrismo de disfrazar la superioridad cultural de falsa envidia por esa inocencia.
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ESTEREOTIPOS HOY: El que te avisa por mail que en diez días Facebook te va a cobrar * Cree mucho en las teorías conspirativas. * Mira Infinito. * Tiene toda la colección de Conoza Más y Muy Interesante. * En los 90 siguió con atención el caso Roswell a través del programa de Chiche Gelblung. * Todavía le duele que haya sido un verso. * Igual sigue creyendo en el Área 51 y en que a Marcela Tauro la abdujo un OVNI. * Este año militó bastante la oposición a la Ley SOPA. * Es el reverso perfecto del idealista cibernético: cree que a Internet lo manejan dos o tres corporaciones transnacionales que habitan refugios nucleares bajo tierra. * Igual si recibe un mail diciendo que el Lactobacilus GG genera impotencia, lo cree. * No pone su foto en Facebook y no deja que lo etiqueten. * Siempre está invisible en el chat. * Estuvo -porque ya se olvidó- muy en contra de la tarjeta SUBE. * Lee Tribuna de Periodistas. * Todavía no encontró un libro mejor que El código Da Vinci. * En el cuadrante ideológico se ubica en el lanatismo paranoico. * Jamás pone en duda la veracidad de un mail apócrifo reenviado por 60 personas. * Cree que los dueños de Coca-Cola, George Bush, Bill Gates, el doctor Labonia de Tinelli y los hermanos Mastellone son masones. * También es el que te llena la casilla de spam reenviándote ofertas y cupones de descuento que nadie le pidió. * Está convencido que Mark Zuckerberg va a dar marcha atrás con el servicio pago de Facebook sólo porque 375 argentinos se mandaron un mail entre sí. * Supone que toda organización colectiva -inclusive la virtual- parte de garantizar antes un beneficio personal para sus participantes. * En otras palabras, profesa un concepto de comunidad cercano al modelo de negocios de Avon. * Da monedas en el subte. * Está convencido que “los argentinos somos muy solidarios”. * Piensa que Tomás Bulat es un gran economista. * Arma cadenas telefónicas con los otros padres de la escuela. * Es impúdico en el uso del mail: reenvía cualquier cosa, en especial powerpoints con frases de Lennon o Víctor Sueiro. * Nadie le saca de la cabeza que, gracias a que reenvió ese mail, evitó el cierre de Hotmail, alertó a la población sobre un nuevo corralito y denunció la difusión de cepas de anthrax a través de los yogures Calci plus. * Obvio jamás reenvía una cadena cuyo tema no lo afecte de alguna forma.
estereotipo del domingo que viene El que se la pasa buscando videos en YouTube Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@niapalos.org o vía Twitter a @ niapalos así lo publicamos.
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D.R.E.A. Diccionario de la Regeneración del Español Argentino Por Sonny Corleone
Felino adj. Sujeto egocéntrico, que se cree canchero. // Hoy caí a Armani y me pegué una camisita negra y unos chupines blancos. Soy el más felino de Villa Dálmine. // -Se les terminó el whiskas a las compañías telefónicas. Ahora que vamos a tener empresa de celular del Estado no le vamos a dar más de comer a estos felinos de Movistar, Claro y Personal.
Kapanga adj. Capo. Que la mueve. // - A ver capo, apurate y poneme la batería ahí, los equipos allá y las luces por acá arriba. - Este se hace el kapanga porque tiene un handy. Termina el recital y le meto un corchazo en la pierna. // Estos jueces tucumanos se creen muy kapanga pero como ya dijo Cristina, hay que democratizar la justicia. Y ahí, muchachos, no hay Mono que los salve.
Zau! Expr. Coloq. Onomatopeya que indica sorpresa. // -Zau! Mira las tetas de esa vieja. Que ganas de voltearme una milf! -Pará zarpe, es mi mamá. -Bueno, entonces tu mamá está muy bien y si me das dos segundos más me volteo a tu abuela.
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TUMOR GRÁFICO
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FECHITISMO
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por Laila Manubens Paz y Franco Dorio
Ningún fin del mundo
s viernes y es tarde y hay que cerrar. Wikipedia le falla a los redactores de este segmento porque como en un montón de otros casos faltan acontecimientos importantes por los cuales escribir. En realidad no. Está lleno, pero no nos interesa escribir sobre la independencia de Camboya de la Unión Francesa y mucho menos del natalicio de Zoltán Kodaly, compositor húngaro, que seguro con ese nombre era amigo de la yuta. Pero la realidad es que las noches calurosas de diciembre ayudan a escribir hasta al menos inspirado, quizás porque uno adquirió tanto relato durante el año que, si hace falta vomitarlo, este es el mejor momento. Y ni hablar, queridos lectores (sí, vos, el único que nos lee con atención) de ponerse a contar los días para el fin del mundo. ¡Qué tema bien de mierda y bien fácil de chamuyar! Sobre todo porque nadie está seguro de cuando se termina la
jodita. El 12, tiraron algunos y el 21 los que parecen tener más data. Pero, suponiendo que estos personajes tienen razón, sería un verdadero garrón porque faltan muchas cosas por hacer. Y peor aún sería para esta juventud, la que seguro no plantó un árbol (tal vez alguna plantita de alegría), la que seguro no escribió un libro (para eso está Di Marco, para escribir giladas) y la que en un tiro tuvo un bepi. Pero essta es la juventud que volvió a soñar. Somos soñadores
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pero no nos comemos la curva, sabemos que el 21 no pasa nada de nada. Y quizás sea por las enormes ganas de hacer, que quedan opacadas las formidables teorías de los compañeros mayas. Y quizás en un par de años haya otros escribiendo sobre fechas en las que nosotros mismos participamos. Pero hoy, hoy no pasó nada. Sólo dos jóvenes con muchas ganas de hacer y de decirlo. Sí, todo muy cursi. Los queremos mucho.
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nota de tapa
Dos más dos no es cuatro El Mocha Celis es un bachillerato público, de gestión social, que acaba de cumplir su primer año de vida. Su primera promoción de estudiantes, que egresará a fines de 2014, recibirá en sus manos el título de Perito Auxiliar en Desarrollo de las Comunicaciones con orientación en Cooperativismo. Pero eso no alcanza para describirlo. Porque el Mocha Celis es también la primera experiencia de escolarización trans oficial del país y del continente, una propuesta no excluyente que viene a cumplir el viejo y nunca actualizado mandato de la escuela pública argentina: inclusiva e igualadora. En la senda que abrieron conquistas como el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género, el Mocha Celis llega para incorporar a los históricamente excluidos del sistema educativo: lxs distintxs. por romina Sánchez
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aso arquetípico 1: a Juan le resulta un disfraz la forma en que su mamá lo viste, esos pantalones y esas camisas. En el recreo prefiere juntarse con las chicas, elige ese tipo de sensibilidad porque del otro lado de la vereda, donde mandan los varones, solo encuentra hostilidad. Vayamos ahora al caso arquetípico 2: a María no la convencen los modos de señorita. A las muñecas, está convencida, solo las usaría para dispararlas desde una gran ametralladora. Pero mientras tanto, hasta que ese deseo se consume, se cruza a la canchita de enfrente a pelotear un rato con los pibes, esos mismos que se asombran con la machona que la tiene atada. Y las pibas, las pibas mejor no miran, les da vergüenza ajena. ¿Qué haría –qué hace– una maestra con estas situaciones que, si bien rozan el paroxismo de lo distinto frente a lo esperable, barriendo todos los matices posibles, mantienen su buena cuota de verosimilitud y crudeza? La maestra no sabría –no sabe– qué hacer. Es que estos fenómenos disruptivos la sacarían de un cachetazo –la sacan– del binomio rosa-celeste, conmoviendo su universo formativo relativo al juego, tal como dicta este ejemplo: las nenas con las nenas y los nenes con los nenes. Y ya sabemos que para otro tipo de relaciones, ya no lúdicas sino afectivas casi en la vía de la continuidad de la especie, lo deseable es, claro está, el dogma de los nenes con las nenas. Todo lo otro, todo lo distinto que es lo desviado, lo enfermo, lo anormal, a lo sumo se acepta. Pero con eso no alcanza. La gracia está en reconocer la diferencia como un hecho significativo, como una ventaja pedagógica para enriquecer la experiencia colectiva del aprendizaje. Porque a la escuela vamos a aprender, a formarnos como personas de bien, ¿no?
Distintx pero igual
Al calor de leyes como las que garantizan el cumplimiento de los derechos al matrimonio igualitario y la identidad de género, y con 30 años de activismo trans y una década de lucha de los bachilleratos populares, en estos días el Mocha Celis, una escuela pública de gestión social que toma su nombre de una travesti tucumana que pedía a sus compañeras que le leyeran la acusación de
turno toda vez que caía detenida y que fue –secreto a voces mediante– asesinada por la policía, está cumpliendo su primer año. Reconocido por el ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires (hoy se encuentra construyendo las tres aulas que necesita, una biblioteca popular y un espacio de reuniones a partir de un subsidio del ministerio de Educación de la Nación, que estarán listos para el próximo ciclo lectivo), consiste, según define Francisco Quiñones Cuartas, coordinador general del “bachi”, “en un espacio crítico de las desigualdades de género orientado en forma no excluyente a personas trans, travestis y transgéneros mayores de 16 años”. Es que, resalta Francisco, puro rulo y bigote, mientras lava platos en la cocina del quinto piso del edificio que la Mutual Sentimiento tiene en Lacroze 4181, a pasitos de la estación, el proyecto que gestiona y coordina la Fundación Diversidad Divino Tesoro y que se articula con la Coordinadora de Bachilleratos Populares, hace foco justamente en la brecha que el sistema educativo históricamente ha profundizado: la escuela de raigambre aún moderna sigue expulsando. Pero cuidado, porque la ley nacional de Educación 26.206 de 2006 expone en su artículo 16: “La obligatoriedad escolar en todo el país se extiende desde la edad de cinco (5) años hasta la finalización del nivel de la Educación Secundaria. El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y las autoridades jurisdiccionales competentes asegurarán el cumplimiento de la obligatoriedad esco-
lar a través de alternativas institucionales, pedagógicas y de promoción de derechos, que se ajusten a los requerimientos locales y comunitarios, urbanos y rurales, mediante acciones que permitan alcanzar resultados de calidad equivalente en todo el país y en todas las situaciones sociales”. Obligatoriedad y atención de las especificidades, ahí es precisamente donde opera el Mocha Celis. De hecho, la matrícula de su primer período, cuya promoción obtendrá en 2014 el título de Perito Auxiliar en Desarrollo de las Comunidades con orientación en Cooperativismo, se compuso de unos 35 estudiantes –nada de alumnos, porque nadie carece de luz– trans y no trans, lo mismo que la veintena de personas que constituye el equipo de trabajo. Y aquí la pregunta por el gueto, tan seductora, se da por tierra, barriendo fuera de la alfombra su transfobia oculta. La misma suerte corre la autodiscriminación, esa construcción falaz que impone el régimen heteronormativo: la discriminación sólo se da en el seno de relaciones de poder. Y el poder siempre es desigual. Lo que sí existe, y se debe construir denodadamente, es la autodeterminación.
Putx el que no lee
Y el cambio cuesta. Hacerse cargo de la horizontalidad y de la mirada colectiva lleva su trabajo. Y supone conflicto, mucho conflicto y discusiones hasta la madrugada que a veces conservan como común denominador nada más que el disenso. Cuando se acercaron lxs primerxs estudiantes a partir
del boca en boca que actualmente se multiplica por las redes sociales, desde Ezeiza, el Conurbano, el hotel Gondolín y también desde las siempre reaccionarias Salta y Jujuy, Francisco recuerda que preguntaban por el pizarrón, la tiza, el guardapolvo. La pregunta era, en realidad, por la escuela, por sus signos tradicionalmente escolares. Así que, de a poco, con avances pero también retrocesos, la lógica freireana, esa que rompe la dualidad entre quien enseña y quien aprende, ya que el pedagogo brasilero entendía que todos podemos aprender junto a otro –y, de paso, liberarnos– se fue haciendo carne en todos lxs integrantes del Mocha. Así fue que lxs estudiantes pudieron poner en funcionamiento la cocina en donde hoy Francisco lava los platos, trabajando el eje de la territorialidad, afín a la mecánica de los bachilleres populares, pero a través de la cuestión identitaria. De ese modo, por caso, la currícula del primer año se compone de materias anuales, como Lengua y Literatura, Matemática, Inglés, Política, Ciudadanía y Derechos Humanos, Cooperativismo, Historia, Arte y Cuerpo, y otras cuatrimestrales como Tecnologías Digitales, Construcción de Conocimientos, Memoria Trans y Miradas sobre Placer, Salud y Poder. “Las materias son las mismas que las de una escuela pública estatal pero acá se intenta no reproducir viejos esquemas de discriminación e injusticias, ni discursos biunívocos, heteronormativos, que atenten contra las identidades. Por otro lado, existen materias directamente relacionadas con la identidad
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trans, que buscan construir un relato colectivo que rescate la memoria de la lucha que llevó a construir una de las leyes más progresistas del mundo, como es la ley de identidad de género, de cuyo frente de lucha el bachi formó parte”, explica Francisco. “A mí la materia que más me gustó en este primer año fue Política, Ciudadanía y Derechos Humanos. Marcó tan fuerte un antes y un después en mi vida, que ahora quiero terminar para ser abogada”, comenta con entusiasmo Celeste Avellaneda, una travesti salteña de 24 años, que ya lleva una década en Buenos Aires. “Antes me la pasaba laburando en la calle. Ahora prefiero laburar para vivir y poder estudiar. El bachi me cambió la cabeza, hasta la luz del día valoro”, asegura la coordinadora estudiantil. Al Mocha Celis se ingresa por un pasillo largo en el que es imposible dejar de mirar un afiche de Sarmiento, con mucho rubor y rouge. No, no es una obra de Andy Warhol, es la versión travesti del prócer, acaso una venganza hacia aquel hombre que tanto hizo por la educación homogeneizante: nada de indios, nada de negros y nada de >
Fronteras
putos. “Las personas travestis, transexuales y transgéneros sufren una serie de violencias basadas en su identidad de género. Entre ellas se encuentra la discriminación que atraviesa todos los ámbitos en los que se desenvuelven, inclusive la escuela. Por esta razón no logran completar sus estudios secundarios y eso repercute en la posibilidad de generar un sustento económico dignificante. Esta situación da origen a una mayor marginación social, a abusos por parte de la policía, a enfermedades de transmisión sexual y adicciones, que se traducen en un descenso de la calidad de vida, que lamentablemente sigue manteniéndose en un promedio de 35 años”, relata Quiñones Cuartas. Y agrega: “El proceso se orienta a poder acercar a lxs estudiantes a la experiencia de escolarización y, a través de ella, a poder gestar microemprendimientos, ejercer plenamente el derecho a la salud y, en definitiva, a generar conciencia, autonomía y participación, que es lo que implica una vida digna. Y que la prostitución, en todo caso, sea una elección y no el único medio de vida posible”.
Depositame esta
La perspectiva de Paulo Freire está en las antípodas de la educación bancaria, que introyecta los saberes en los alumnos –nunca estudiantes–, como si fuesen auténticas tablas rasas. En sintonía con esa visión, desde el Mocha Celis se revalorizan los saberes que lxs propios estudiantes traen. Y vaya si los tienen. Esta concepción quiebra el convencional esquema unilateral de transmisión de conocimiento (docente-alumnx) y lo reemplaza por uno donde el saber se coconstruye. “En el caso de nuestro bachillerato, se ponen en discusión los saberes producidos por el colectivo trans con los saberes académicos para construir en el aula el conocimiento, el cual puede o no estar en sintonía con nuestra sociedad. Este panorama, sumado a que tomamos las decisiones en asambleas, divididas en esferas para operativizar el trabajo, y la labor de las parejas pedagógicas, lejos del paradigma de la educación hegemónica, lleva como fin la educación como práctica de liberación, constituyendo sujetos críticos”, cuenta y reflexiona Francisco. Pero todavía falta. Falta replicar la expe-
riencia con igual intensidad en el interior del país. “Buenos Aires lleva 21 Marchas del Orgullo y en Corrientes, por ejemplo, siguen imperando los edictos”, grafica Quiñones Cuartas, oriundo de Puán. Falta hablar con propiedad: “Expresión de género no es lo mismo que identidad sexual, porque yo puedo ser afeminado pero heterosexual”, apunta. Y falta, más que nada, ahondar en el cambio cultural: la homolesbotransfobia, en su formato de chiste, le brota hasta al más progre, y en ese sentido es como el machismo porque te hace sentir parte, y pertenecer, ya sabemos, tranquiliza. Falta mucho pero mucho es también lo logrado. Según Francisco, la figura de Fabián Gianola representa el avance mediático. “En los 90 interpretaba el estereotipo gay en La familia Benvenuto y hoy forma parte del elenco de La viuda de Rafael, que trata la cuestión de la diversidad en una ficción de la televisión pública”. Ahora resta que ese gesto se magnifique en la calle, en el trabajo, en la escuela. Como afirma Lohana Berkins, vieja militante trans, la pelea debe seguir desde adentro, siempre desde adentro.
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Por Fede Vázquez
Latinoamérica, la política y las ideas
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Los años del huracán Hugo
hávez inauguró, qué duda cabe, una época para la región. Fue el primero de los presidentes pos neoliberales, y por ende, el que tuvo que bancarse un largo tiempo de soledad política. Fue también el que logró una hazaña histórica: dar vuelta un golpe de Estado consumado, con apoyo explícito de los Estados Unidos y España. Superó, además, un lock out también inédito, cuando la gerencia de la empresa pública petrolera PDVSA le hizo un paro en la producción y comercialización que arruinó la economía venezolana por dos años. Ahora, la batalla es más difícil, porque se trata del propio cuerpo el que le está jugando en contra. Chávez, durante aquel golpe de Estado, llegó a decir que él no quería ser otro Salvador Allende. En ese momento, abril de 2002, con apenas tres años de gobierno, la frase sonaba un poco grandilocuente. Lejos estaban las declaraciones sobre el socialismo del siglo XXI, las estatizaciones de empresas o la multiplicación de las misiones sociales que harían de Venezuela el país latinoamericano que más redujo la desigualdad en la última década. Y sin embargo, en aquella afirmación, había un llamado a la historia, a reconstruir una genealogía. Particularmente significativo para los procesos de cambio actuales: tomar posición definitiva sobre las formas en que debía asumir, ahora, la pelea por el poder. Todo dentro de la democracia. El ejemplo allendista, con todo lo derrotado que fue y los errores de percepción en la correlación de fuerzas a comienzos de los setenta, sigue teniendo el brillo de una idea con futuro. Otro modelo y, eventualmente, otro sistema pueden ser posible, pero es necesario hacerlo mediante los votos. Hoy resulta una obviedad, pero hace 40 años no lo era. Incluso la propia biografía de Chávez, con su alzamiento militar mediante, en 1992, muestra hasta qué punto la cuestión del cambio en democracia podía tener (malas) ideas alternativas. Chávez es, entonces, un puente de esa izquierda clásica, que no reniega del uso de vocablos particularmente fuertes como “socialismo” y “revolución”, pero que al mismo tiempo advierte que los vientos del siglo XXI soplan inequívocamente de la mano de las democracias. La aparición de palabras como “autoritarismo” o “dictadura” para caracterizar a los gobiernos populares (con sobrados pergaminos democráticos) por parte de la derecha, no hace más que corroborar que la democracia es la arena, al menos discursiva, donde todos tienen que anclar sus ambiciones. Ni bien asumió la presidencia, llamó a reformar la constitución. Allí también generó un sentido que se volcaría tiempo después en otros países (Ecuador y Bolivia también crearon estos años nuevos textos constitucionales). Y si su pasado militar, y el alzamiento de 1992, generaban lecturas
apresuradas, la palabra escrita en esa nueva constitución permitía ver, a quien quería entender, que ahí nacía algo nuevo. Nuevos derechos, más garantías democráticas, más instrumentos de participación ciudadana (como el referéndum revocatorio, que fue usado contra….Chávez), incorporación de la agenda ecológica, de los pueblos indígenas, etc. Chávez también representa otro de los grandes hits de estos años: nuestro continente tomándose revancha de las economías industriales. Ni bien asumió su cargo, una de las primeras órdenes a sus colaboradores fue que revitalicen a la OPEP, un organismo integrado por los países productores de petróleo que había entrado en un profundo letargo. El precio del barril (cercano a los 6 dólares) reflejaba el abandono de un instrumento potencialmente poderoso para los países con grandes reservas de ese mineral. En poco tiempo el precio comenzó a subir –en parte por el incremento de la demanda mundial de países como China, en parte porque la OPEP volvió a fijar topes de producción como forma de regular el precio internacional- llegando a superar los 100 dólares por barril. La economía venezolana y el Estado venezolano salieron de pobres, hubo recursos cuantiosos que Chávez desparramó hacia abajo. Una práctica que se había vuelto inusual en la tierra de Bolívar, a pesar de que, evidentemente, contaban con el recurso para hacerlo. Ese ascenso del precio del producto de exportación se empezó a replicar en los demás países de la región, sea con la soja, el cobre o el gas. La apropiación de parte de esa riqueza por los Estados permitió que también emerjan a nivel regional
coberturas sociales inéditas. Chávez es también la expresión de un tipo de liderazgo muy de estos tiempos: sin programas definidos, ni horizontes utópicos de largo plazo muy claros, el líder tiene que dar muestras permanentes de cuál es el rumbo. Algo de eso puede explicar que en casi todos lados sean los presidentes los que aparecen a la vanguardia del proceso, a la “izquierda de la sociedad”. Chávez, al igual que Cristina, Correa, Evo o Mujica, fue siempre el carro que empujó no sólo la gestión de gobierno, sino el sentido general del proceso. Eso le generó una confianza frente a su pueblo a prueba de balas, aún en momentos donde la economía daba señales de estancamiento. Los opositores ven allí rasgos horribles de un supuesto endiosamiento, o una reedición trasnochada del modelo fascista. Un endiosamiento o modelo fascista bastante extraño, que debe someterse a elecciones periódicas. ¿En qué quedarán estos análisis si la sociedad venezolana elige continuar el rumbo de la revolución bolivariana, aún sin la presencia de Chávez? Como todo líder excepcional, Chávez fue a la vez una creación y un creador de su tiempo. Inició un ciclo político extenso en su país y en América latina. Nunca tuvimos tantos años de democracia e inclusión social en tantos países a la vez. El grado de integración política y económica que se alcanzó en la última década también es un hecho inédito en la historia de nuestro continente. Grandes transformaciones de estos años que, sin dudas, no pueden explicarse sino no se habla de ese huracán caribeño llamado Hugo Chávez.
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Entrevista a Esteban De Gori, autor de La República Patriota
“El morenismo dejó discusiones, vocabularios y `un modelo de intervención´ en la política” Esteban De Gori es sociólogo y Doctor en Ciencias Sociales. Dicta clases en la UBA y en la Universidad de San Martín. Es Investigador Asistente del CONICET y del Instituto Gino Germani. Es miembro del Colegio de América (Universidad Pablo de Olavide) y ha escrito diversos artículos. Co-coordina en el Germani el Seminario Permanente “Guerra, imágenes y textos de independencia. Biografías, visualidades, cultura política y poder (1816)”. Fa. Pero también es un amigo entrañable al que el entrevistador le debe un porcentaje incalculable de cosas. Por ejemplo: que tomar la palabra no sea matar la palabra. Algo que Esteban podía enseñarle en las asambleas universitarias de 2001 o 2002 cuando cruzaba a los troscos. Esteban De Gori es un hijo de Virreyes y de una familia peronista “al natural” que predicó siempre en función de una sensibilidad exquisita. Ahora agarró a Mariano Moreno por donde más le gusta: la lengua, pero una lengua que es parte del cuerpo. Y publicó un librazo extenso, lleno de barroquismos iluminadores, que ofrece la profundidad de Moreno por sobre todas las cosas. por Martín Rodríguez
P
or qué Moreno y qué más para decir de Moreno? Moreno es un tipo “hecho” en una crisis provocada por un vacío de poder (cautiverio del monarca Fernando VII), un lector de esa crisis y un tipo que entiende que un nuevo orden puede construir al final de cuentas una comunidad de sujetos virtuosos. De alguna forma, la Revolución de Mayo se presentó como una especie de “laboratorio” político de construcción de poder y de subjetividades. Moreno es un personaje complejo, tal vez, afiebrado en su forma de escribir. Te diría, es una biografía dramatizada por la lucha y legitimación del poder de la Junta de Buenos Aires. Es tal vez uno de los dirigentes revolucionarios, que sin provenir del poder miliciano, estuvo vinculado a grandes textos y a difíciles decisiones. El Decreto de Supresión de Honores, la Convocatoria al Congreso Constituyente como el texto que fundamenta la decisión de fusilamiento del héroe de la Reconquista y ex Virrey Santiago de Liniers componen textos que “supuran” el quehacer de una revolución. Es como si pusieses una mirilla en esos escritos y de repente te encontrás con un teatro donde circulan las micropasiones de los revolucionarios, muchas veces, contradictorias, padecientes, felices, etcétera. También te puedo decir que Moreno no es un sujeto rápidamente clasificable. Es como todo sujeto haciendo política, un sujeto escurridizo, donde las palabras, inclusive las contradictorias, terminan siendo articuladas coherentemente para fundamentar una acción. ¿Cuántos Morenos hay? Durante mucho tiempo existió el Moreno liberal, el influenciado por los jesuitas, el jacobino, inclusive un Moreno socializante. Moreno se transformó en una polifonía de interpretaciones –muchas veces- desde el presente. Personalmente creo que existió un Moreno que articuló vocabularios de diversas tradiciones que habitaban el universo de de la propia monarquía, como los diálogos que ésta mantuvo con otros procesos políticos europeos o americanos. Moreno, en sus múltiples disputas, recupera –o mejor dicho, reactualiza, si queremos de manera pragmática- los vocabularios pactistas de la soberanía popular, el republicanismo clásico, como inclusive algunas representaciones del legado monárquico. No debemos olvidar, la mirada centralista para organizar el poder revolucionario. ¿Y cuál es el clima, digamos desde el Bicentenario para acá, en el que creés que se
“Podemos decir que Bicentenario e indagación sobre nuestro pasado lejano y reciente están relacionados con un momento de fuerte polítización, donde un importante sector de la sociedad se siente `hechizado por la historia´. Hechizados por el presente y sus promesas y hechizados por volver a reflexionar sobre el pasado de una comunidad en la que `vale la pena´ habitar”. inserta el libro? Si no nos ponemos tan reflexivos, podemos decir que Bicentenario e indagación sobre nuestro pasado lejano y reciente están relacionados con un momento de fuerte polítización, donde un importante sector de la sociedad se siente “hechizado por la historia” –me acuerdo de Milan Kundera- en los dos sentidos. Hechizados por el presente y sus promesas y hechizados por volver a reflexionar sobre el pasado de una
comunidad en la que “vale la pena” habitar. Entonces este libro, tal vez, es parte, no sé, no lo pensé mucho, de una decisión estatal de apostar por la ciencia, pero también de un momento político de nuestro país que siente que el pasado tiene sentido porque hay un presente que no va a disolverse fácilmente. ¿Qué pensás del fenómeno del neorrevisionismo expresado en historiadores
honestos como Galasso y otros no tanto? Me parece una de las tantas miradas legítimas para abordar un suceso o biografía. Aunque no esté de acuerdo en muchos de sus planteos, me parece que en los momentos de politización es una mirada eficaz para ordenar el debate político del presente. Cómo puedo explicarlo: creo que otorga una “caja de herramientas” para conocer las trayectorias de las polémicas. Ayuda a dividir campos, a establecer un
Domingo 16 de diciembre de 2012 / NI A PALOS
“Prefiero una perspectiva que `ponga el oído´ en un actor atravesado por su época, sus disputas, padecimientos, que tratar de ver cómo encuentro la actualidad en ese actor. Es bueno `volver´ al actor que vamos a pensar, como si fuésemos visitantes de ese tiempo. Sino podemos terminar organizando el pasado a partir de los debates presentes y transformar sucesos históricos en `elementos´ para resolver disputas actuales”. tipo de fronteras. Me parece que el neorrevisionismo –sin desmerecerlo- otorga claves para ordenar el vínculo entre el presente y el pasado, aunque muchas veces lo haga de manera rápida o empobrecedora. Es un “texto de orientación”, a veces muy efectivo. En términos personales, me parece que lo mejor es preguntarse –robándole la reflexión a Weber- por qué determinado actor o conjunto de actores “hacen lo que hacen o por qué dicen lo que dicen”. Prefiero una perspectiva que “ponga el oído” en un actor atravesado por su época, sus disputas, padecimientos, etcétera, que tratar de ver cómo encuentro la actualidad en ese actor. Es bueno “volver” al actor que vamos a pensar, a sus perspectivas y acciones como si fuésemos visitantes de ese tiempo. Sino creo que podemos terminar organizando el pasado a partir de los debates presentes y transformar sucesos históricos en “elementos” para resolver disputas actuales. ¿Cuál es el lugar de la sociología en este debate? Creo que la sociología tiene que inmiscuirse con más ímpetu en la reflexión sobre estos procesos políticos que nacen con la crisis monárquica. Todos los problemas que esto desata como el vacío de poder, la crisis de autoridad, las respuestas políticas frente a la crisis, los imaginarios en pugna, etcétera, son los problemas tanto de la so-
ciología clásica como contemporánea. Te diría más: la sociología podría realizar interesantes aportes sobre cómo los actores imaginaron organizar el poder político. Inclusive se podrían rastrear las percepciones sobre las pasiones o subjetividades de los actores, analizar sus textos y sus maneras de observar la dinámica de esa sociedad y del poder. Sólo hoy contamos con buenos e interesantes aportes desde la sociología histórica. En este sentido, no sé, pienso que la sociología también podría insistir más en poner en juego su aparato conceptual para indagar sobre estos procesos. Esto no supone el reclamo por una especie de sociología nacional, sino reclamarle a la sociología volver sobre los pasos de los grandes sucesos históricos iniciados a principios del siglo XIX y cuáles son aquellos ecos que de alguna manera llegan de manera contintengemente “impura” a otros tiempos. ¿Qué dejó el “morenismo” en la política moderna? Me parece que el morenismo dejó discusiones, vocabularios y “un modelo de intervención” en la política. También dejó textos a modo de ecos lejanos, pero agradables –lo digo en sentido cultural- a los oídos. Las apelaciones a la soberanía popular, a la organización centralista del poder revolucionario y el rechazo republicano al faccionalismo quedaron como “materiales” que otros
“Un gobierno que no piense en recrear un conjunto de actores o ampliarlos está a merced de la fragilidad, ya que las instituciones inclusive con un poderío coyuntural –en el caso de que lo tuvieran- no podrían mantenerse por mucho tiempo al asedio de grandes corporaciones”.
actores tomaron e hicieron con ello sus propias luchas y resignificaciones. También quedaron como ecos, que fueron “pasando” de una manera “impura” entre los actores, la idea de que la política debe articular y conducir pasiones; que en la política hay y debe haber secretos y astucias y que un orden político está asediado por la tensión entre una idea de comunidad como fuente de soberanía y una de comunidad que debe ser reformada a través de la moral republicana. Siempre la fuente de soberanía puede ser observada por los que dirigen como un territorio a modificar o reformular. La política se vuelve como el arte –paciente o urgente- que “trabaja en la remodelación de las subjetividades”. También el morenismo deja la imagen del político como una “especie de anfibio” que circula ineludiblemente entre la acción y la escritura. El morenismo –como sucedió con otros protagonistas- puede ser leído como un conjunto de “textos urgentes”. Moreno utiliza las tradiciones, los legados y vocabularios como carne de cañón para “textos de combate”. Y en esos textos quedan las huellas de cómo un sujeto ordena ideas, imaginarios, palabras, lecturas sueltas y conceptos para convocar a la acción y derrotar a los adversarios. La lucha política parece ser un gran ordenador de textos, inclusive es tan así, que se puede articular conceptos contradictorios. ¿No hay a veces riesgos a una política revolucionaria sin sujeto? Moreno estuvo preocupado por crear y ampliar sujetos o actores que integrasen las bases de sustentación de la Junta. Entre sus preocupaciones uno puede leer su confianza y desconfianza –a la vez- en la comunidad y sus intereses particulares. Moreno, como algunos otros que integraban esa Junta, entendían que el pulso “vibraba” en la conducción de los actores y sus pasiones, pero también en el plus que daba posibilidad de esgrimir una trayectoria de acción hacia el futuro. Se cumpliese esta o no. Pese al caos iniciático, la revolución se mantuvo porque existieron sujetos que la sostuvieron. Entre estos, no solo se encontraban las milicias, sino algunos comerciantes y una articulación –a veces fluida- con las plebes. Lo que sí quedaba claro era que desde el poder revolucionario los actores podían fortalecerse o crearse (o disciplinarse). Es decir,
que desde “arriba” existía la posibilidad de asumir esta acción. Entonces, pese a las presiones y amenazas la revolución rioplatense se mantuvo. Podemos decir que las milicias, las plebes y los comerciantes asumieron a su manera la adhesión y los costos de una política autonomista. Con respecto a la idea de una política revolucionaria sin sujetos, creo que esa idea está más ligada a una situación histórica de fragilidad o fragmentación de actores o bien a proyectos que insisten en mantener una férrea creencia en el “poder de las instituciones”. Podría decir algo rápido, pero los órdenes que se mantuvieron y lograron transformaciones, mantuvieron –con diversas intensidades, contradicciones y problemas- una “fe” en la capacidad modeladora del orden estatal y una “fe” en la acción de los sujetos. La élite revolucionaria de Mayo, como otras, debieron tener fe en dos actores que buscan modificar: el Estado y la fuente de soberanía (la comunidad y sus intereses). Los revolucionarios de mayo estuvieron entre dos creencias y actuaron según el momento. Pero para culminar una idea diría lo siguiente, un gobierno que no piense en recrear un conjunto de actores o ampliarlos está a merced de la fragilidad, ya que las instituciones inclusive con un poderío coyuntural –en el caso que lo tuvieran- no podrían mantenerse por mucho tiempo al asedio de grandes corporaciones. Es decir, una institución se sostiene por la legitimidad que posee la misma, por su capacidad de generar adhesión, pero también en la posibilidad de que un conjunto de actores la consideren tan necesaria como para “salir” en su defensa.
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¿A qué le decís ni a palos? A reflexiones esquemáticas que desvanecen la complejidad de las biografías y, que por ende, se vuelven injustas.
La República Patriota: Travesías de los imaginarios y de los lenguajes políticos en el pensamiento de Mariano Moreno, de Esteban De Gori, fue editado por Eudeba y se consigue en todas las librerías.
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16 de diciembre de 2012
LA MALA LECHE
Periodismo y objetividad: una relación en crisis Por Agustín Lewit. Politólogo, Centro Cultural de la Cooperación
A
penas algún tiempo atrás, resultaba muy común escuchar frases tales como: “te juro, lo leí en el diario”, “de verdad, lo vi en la televisión”, “aunque parezca increíble, lo escuché en la radio”. El hecho de que un acontecimiento o información apareciera difundido por algún medio de comunicación, y esto se reforzaba aun más cuanto mayor masividad tuviera el medio, era condición suficiente para dotar al mismo de una objetividad incuestionable. Hoy, sin embargo, aquello ya no resulta tan claro; o al menos no de la manera en que resultaba tiempo atrás. Por ejemplo, no sería extraño que aquellas frases sean replicadas en la actualidad con otras del estilo de: “sí, pero ¿en qué diario lo leíste?”, “bien, pero ¿en cuál canal lo viste?”, “ajá, ¿y en qué radio lo escuchaste?”. En efecto, de un tiempo a esta parte, las preguntas por el quién informa y el desde dónde lo hace han cobrado una relevancia inédita. Y ello debe ser leído, entre muchas formas posibles, como un avance cultural, en tanto supuso empezar a romper con una idea muy instalada en el sentido común, que vinculaba de manera natural y acrítica información y verdad objetiva; una relación, por lo demás, apuntalada y reforzada por años desde aquellos sectores que, paradójicamente, se dedicaron a hacer de la información un negocio. En los últimos años, pues, las costuras que ligaban al periodismo con la objetividad absoluta e incuestionable han empezado a mostrarse y se ha abierto con ello un espacio claro para repensar los procesos de producción de información en general. Las innumerables acusaciones cruzadas en el mundo periodístico, orientadas a dejar al descubierto las filiaciones políticas o comerciales de quienes informan, no han hecho otra cosa que poner al desnudo un elemento constitutivo –y por ello mismo inerradicable- de todo proceso de comunicación: todo acto de información está permeado por un conjunto determinado de intereses, los cuales definen un locus específico desde dónde se informa, a la vez que un cierto recorte de aquello que se busca informar. La idea de la información como acto de neutralidad valorativa – qué es sino aquello de periodismo independiente- resulta entonces una entelequia, una falsedad que niega o evita hacer manifiesto el hecho ineludible de que cualquier acto informativo no puede sino ser parcial e incompleto. Sobre estos supuestos, entonces, es que hay que pensar y dar batalla respecto a los perjuicios que supone para una sociedad el hecho de que la producción de la información –digámoslo un vez más: que la construcción sesgada y parcial de sentidos sobre la realidad- se encuentre monopolizada y concentrada en un pequeño sector; cuestión que se agrava aun más cuando dicho sector es, antes que nada, un grupo económico que, al igual que cualquier otro grupo de su naturaleza, persigue el fin de maximizar sus ganancias. Ahora bien, si la producción de la información nunca puede ser completamente objetiva, de lo que se trata, en consecuencia, es de asegurar la mayor cantidad de voces que cuenten e interpreten la realidad desde múltiples perspectivas. La objetividad informativa sólo encuentra su reaseguro en la existencia de una multiplicidad de visiones, es decir, en la coexistencia de diversas miradas parciales. Y es eso precisamente lo que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en su espíritu más profundo, se ha propuesto instalar. Y por eso, también, resulta crucial que entre en vigencia de una vez por todas el afamado artículo 161, ya que materializa uno de los pilares de la normativa: limitar y garantizar una estructura de propiedad de medios no oligopólica. Sumados a la plena implementación de la Ley, aparecen también los enormes desafíos respecto a asegurar la multiplicidad de contenidos. Entre los muchos cambios sustantivos de los últimos años, hay uno que consistió en comprender, desde el Estado pero también -y cada vez más- desde grandes sectores de la sociedad, que la información -para algunos, exclusivamente un negocio- puede y deber ser entendida también como un derecho y como un servicio. Y que ése derecho y ése servicio sólo pueden existir en un ámbito dónde se asegure la pluralidad. Haber comprendido eso excede por completo a cualquier gobierno. Es un avance que nos pertenece a todos y es irreversible.
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TRASVASAMIENTO CULTURAL
1945 y otro invento argentino Hace ya algunas semanas se estrenó la serie documental “Clarín. Un invento argentino”. Va por el capítulo cuarto (de ocho en total) que se emite todos los sábados a las 20:30 por la Televisión Pública. Con dirección de Ari Lijalad, producida por David Blaustein y con la colaboración en el guión e investigación de Eduardo Blaustein (todos amigos de la casa). Contra lo que se podía pensar de una historia contada críticamente la serie mantiene un tono sobrio, contada a través de voces de protagonistas de esa larga historia (Guadalupe Noble, Osvaldo Papaleo, Oscar Camilión, Rogelio Frigerio -h-, Pablo Llonto, etc.). Una buena, didáctica y profunda mirada sobre ese gran jugador de la política que es el diario Clarín, nacido en ese año casi bíblico para nuestra modernidad: 1945.
> Falsa escuadra
Ser Pro es no pasar la inspección A veces los refranes se quedan cortos, no alcanzan a describir la insólita realidad, porque la realidad -¿será este otro refrán?- a veces supera la ficción. El mediodía del 29 de mayo en Bartolomé Mitre 575, pleno centro porteño, se dio una verdadera paradoja al servicio de la administración macrista de la Ciudad. Ese mediodía, tres empleados de la Subsecretaría de Trabajo, dependiente del ministerio de Desarrollo Económico que conduce Francisco Cabrera, sufrieron una intoxicación por ingesta de monóxido de carbono en su lugar de trabajo: el subsuelo de un edificio antiguo que décadas atrás albergó a la bóveda de un banco. Sí, como leen, la bóveda de un banco. De allí en más, la historia se torna, a cada detalle, más escabrosa, inverosímil. Para empezar, a más de seis meses de aquel episodio, que es sólo la punta de un iceberg de irregularidades, hay que decir que nada cambió: que la subsecretaría que dirige Ezequiel Sabor, nombrado en su cargo hace poco más de un año, que ostenta el poder de policía y está destinada a garantizar el cumplimiento de la ley de Higiene y Seguridad en el Trabajo, 19.587, y su decreto reglamentario, 351/79, es la que sistemáticamente la viola, con el agravamiento de que lo hace incluso puertas adentro. Así las cosas, Pity Álvarez podría cantar que todo está igual de mal. O peor, todo está peor.
Staff Director/
Federico Scigliano
suplemento joven de miradas al sur
Editor/
Diego Sanchez
Lo que siguió: pedidos, miles de pedidos de reunión al subsecretario y al ministro mismo, y cartas documento, muchas cartas documento. ¿La respuesta? Nada. Los medios llaman a Sabor. Y nada. Entonces, sobrevino la denuncia penal por incumplimiento de los deberes de funcionario público. ¿Qué se denuncia? Algunas cositas se denuncian. Que el sistema de inyección de aire del inmueble donde funciona la subsecretaría tiene sus tomas desde el exterior sin ningún tratamiento previo; que se observan, en las toberas de salida, incrustaciones de material carbonoso; que las características constructivas del edificio responden a las condiciones ambientales de varias décadas anteriores; que la superficie de las puertas de salida del subsuelo no compensan la relación volumétrica del mismo; que, como ya se dijo, el sector de archivo corresponde a la bóveda del tesoro de un banco, el cual, por razones obvias de construcción, no dispone de ningún conducto hacia el exterior, no existiendo algún sistema de ventilación; que no se verifican en el edificio vías de canalización de aire al exterior; que, atentos con esto, ¿eh?, no existe plan de evacuación, por ende, no hay planos de evacuación, puertas de seguridad, anchos de salida y carga de fuego, es decir, no se cumplen con las condiciones básicas de protección contra incendios (sectorización de incen-
Redactores /
Julia Mengolini Martín Rodríguez Zappa Fede Vázquez Benito Messina Tomás Aguerre Salvador Salinas Franco Dorio Laila Manubes Paz
Julián Eyzaguirre
Arte /
Diego Paladino
Fotografía /
Patrick Haar
POR romina sánchez
dios, medios de escape, condiciones de extinción). ¿Listo? ¡No! No se cansen, hay más: no se verifican servicios sanitarios adecuados, en cantidad proporcionada al personal; falta la certificación analítica del agua de consumo para el personal; no se adecuan las condiciones de ventilación a las exigencias normativas, como así tampoco las de iluminación ni la señalización de seguridad; se verifican cables e instalaciones eléctricas no conformes a la normativa legal; la instalación eléctrica no posee un adecuado sistema de protección y puesta a tierra y, entre otras cuestiones, no se capacita a los trabajadores en ninguno de los riesgos potenciales. Y además, las oficinas, de algún modo hay que llamarlas, che, no cuentan con la habilitación correspondiente. Eso: no están habilitadas. Qué más se puede decir. ¿Que cansa la paja macrista? ¿Es solo paja? ¡Nooo, muchachos, es peor que eso! Macri es el sinsentido de la política. Y hablar de corrupción sistematizada en este caso, huele a poco. ¿Cómo hacés, si no, para garantizar condiciones óptimas de seguridad e higiene hacia afuera? No hay chances, por derecha no hay chances. Y mientras los trabajadores siguen arriesgándose, y mientras Macri supera nuestra capacidad de asombro, y mientras Antonia crece, mientras todo eso pasa, la ciudad se llena de arbolitos. Feliz navidad a todos.
Redacción: Uriarte 1656 (CP1425) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: contacto@niapalos.org Departamento comercial: Tel.: 4776-1779 Internos: 156 y 159.
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