Suplemento Ni A Palos Numero 204

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SUPLEMENTO JOVEN DE MIRADAS AL SUR Domingo 10 de marzo de 2013 Buenos Aires, Argentina. Año 2 Número 204

CHÁVEZ

Entrevista al historiador Ernesto Salas: “Los 70 fueron años de una inmensa creatividad” Además: La semana, la mala leche , fronteras, trasvasamiento, ESTEREOTiPOS, fechitismo, D.R.E.A , whiskypedia, tumor gráfico y falsa escuadra


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LA SEMANA

EL LUGAR

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EL OBJETO

Canelone

Italia

Un capítulo más a la crisis política: el ex premier y candidato de amianto Silvio Berlusconi fue condenado a un año de cárcel por filtrar información judicial para perjudicar a un rival político.

“Cementerio de canelone” le tiró por Twitter Andrea Rincón a Laura Ubfal en una pelea chimentera de alta literatura. No es una pasta ni nada que se le parezca, sino otra genialidad de la gran Andrea.

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EL PERSONAJE

Cecilia Pando

Denunciada por dañar los pañuelos de las Madres pintados en Plaza de Mayo, Pando fue condenada a cinco meses de prisión en suspenso y 30 horas de trabajo comunitario.

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EL TWEET

@nicotoranzo “He arreglado subtes en Montebello, North Haverbrook y Cocula” declaró Mauricio.

Caprilización Se denomina “caprilización” al proceso por el cual un político del espacio opositor intenta por ósmosis representar la figura de Fernando Henrique Capriles Radonsky, ex candidato a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Dicha técnica permite al candidato mostrarse como la figura que aglutine el espacio opositor de cara a una hipotética confrontación electoral contra el oficialismo de turno. Los pioneros en intentar caprilizarse fueron los integrantes del recordado “Grupete de las Cinco Piedras”, formación compuesta por Gabriela Michetti, Eduardo Amadeo, Patricia Bullrich, Federico Pinedo y Oscar Aguad, quienes viajaron explícitamente a Venezuela para las elecciones presidenciales de 2012 a respaldar a Capriles y eventualmente anotarse algún poroto en una posible victoria electoral, aunque ajena. Sin embargo, dicha tarea se vio interrumpida por la derrota de Capriles a manos de Hugo Chávez Frías, coronada por el grito escuchado en todo Caracas “perdió...la c*** de su madre”.

WHISKYPEDI A La enciclopedia ebria Contenido [ocultar] 1. Definición 2. Formas de caprilización 3. Límites del proceso

Formas de caprilización La caprilización adquiere diversos estilos, siendo su más extrema encarnación aquella que encarna Hermes Binner al emparentarse directamente, en la semana en que falleció Hugo Chávez, con su rival político, sin que nadie se lo exigiera, en lo que se denominó, más que una muestra de caprilización, una muestra de falta de timing. La caprilización mimética, en cambio, supone la re-representación de lo que ya representa Capriles en sí mismo, mas sin hacer referencia a Capriles. Se trata de encarnar de manera individual todo lo que Capriles ya es, un empresario vinculado a las ideas conservadoras, gobernar algún distrito de cierta importancia para luego desafiar a un político de alta popularidad en el gobierno. Se trata, en definitiva, de la forma en la que Pierre Menard, por ejemplo, concibió su primer Quijote a través de, nada menos, ser Cervantes, cuestión que chocó con la imposibilidad ontológica que entre Cervantes y Menard sucedió, nada menos, que el Quijote.

Límites del proceso La caprilización tiene dos límites claros, el primero de los cuales aparece como un límite estructural y es la incapacidad de los procesos políticos de un país de ser trasladados sin ajustes a otras realidades nacionales. El segundo de los límites obedece a que el intento de trasladar un modelo de oposición a otro país generalmente tiene mejores resultados cuando dicho modelo opositor ha conseguido volverse de opositor a oficialista por triunfos electorales, antes que aquellos que se mantienen opositores, a menos que el objetivo principal sea, en efecto, mantenerse como opositor.


Domingo 10 de marzo de 2013 / NI A PALOS

ESTEREOTIPOS HOY: El que en todos los temas busca rimas con Perón • También usa Perón como elogio. e.g.: “Este es el Perón de los sanguches”. • Sueña con ir a laburar en shortcitos.

D.R.E.A.

Diccionario de la Regeneración del Español Argentino

Por Sonny Corleone

Medio filtro. Expresión utilizada para ubicarse en una situación. // Estos gatos de TN y todos esos felinos, deberían tener medio filtro, andan tirando cualquiera con la muerte de Chávez. // -A la gorda Carrió alguien le tiene que decir que meta medio filtro con lo que dice.

• Tiene de perfil en Facebook una foto de Perón con sus caniches. • Quiso instalar que sus amigos lo llamen Pocho pero no le salió. • Se autodefine como el rey del freestylin’ peronista.

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Sailr de rola. Salir de gira y quedar destruido. // -El otro día me fui de gira y terminé tirado en la mitad de Munro dado vuelta.

-¿Otra vez, guacho? No parás de salir de rola, vas a tener que volver a la granja, amigo -No, a la granja no, Pepo que me dan fobia los animales -Mas que fobia a los animales, le tenés fobia a la abstinencia, zarpadín. >

TUMOR GRÁFICO

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FECHITISMO

• Si está romántico cambió la letra de Necesito tu amor de Charly por “Yo necesito a Perón”. • Arma ronditas de agite con los cantitos modificados. • Por definición, no le gusta la música electrónica. • En los recitales se hace odiar por los fans. • Su adolescencia fue más prolongada y profunda que lo habitual. • Siempre quiso dedicarse a la música pero nunca agarró un instrumento. • Se sabe de memoria las grabaciones de Tangalanga. • Se siente reconocido cuando logra que más de 5 canten un cantito inciado por él en la cancha. • Canta el cumpleaños feliz con la música de la Marcha, incluso si no está en pedo. • Canta la Marcha en cualquier fiesta, incluso si no está en pedo. • Canta cantitos de la orga caminando solo por la calle. • Dice “viva Perón” ante cualquier circunstancia que connote felicidad o disfrute. • Es muy rosista. • Ama a Brienza. • Mira TC. • Pesca. • Le dice correo al mail. • Toma mucha soda. • Le parece terrible que no se venda soda en el supermercado. • Es amigo del sodero que le trae los dos cajones semanales. • En cada sodero ve “un compañero peronista”. • Tiene una remera con estampa militante para cada día. • Incluso tiene un par “de salir” con la cara de Néstor. • Puede usar prendedores con logos.

estereotipo del domingo que viene El que escribe “plis” Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@niapalos.org o vía Twitter a @ niapalos así lo publicamos.

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por Franco Dorio

Es el héroe que hay en mí

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oy hay que emborracharse, andar en moto y romper algo porque un día como hoy, nació el gran Norberto Aníbal Napolitano. Pappo, quien además de inundarnos las venas de rock, enseñarnos sobre agite y acompañarnos en la fisura, nos mostró que la moto es más que un vehículo de dos ruedas, impulsado por un motor que acciona la rueda trasera, salvo raras excepciones (como dice wikipedia). ¿Por qué me detengo en este detalle? Un día como hoy pero hace 20 años (es decir cuando Pappo andaba en Pappo´s Blues y Riff) el señor Carlos Menem privatizaba los ferrocarriles. Cortaba todo tipo de comunicación entre las ciudades, destruía negocios, arruinaba familias. Separaba a la Argentina. El tren de las 16 ya no iba a llegar más. Y con una moto recorriendo rutas nuestras, Pappo abría camino en un país que vivía la mentira del neoliberalismo. Sin embargo su rock, como siempre en la historia, nos comentaba que el barrio todavía estaba presente. Es el día de hoy, cuando ya tenemos Patria y los cantos a la luna no son quejas sino alientos, que el hombre suburbano sigue sonando en el mismo lugar sentido. Porque Pappo, no así el turco de mierda, tiene su lugar ganado en el corazón de todos los argentinos. Hasta en el corazón del que no aprecia su música. Es ahí cuando se

diferencia a las personas de los ídolos populares. Y el ídolo tiene algo más que toda la gilada de la farándula. Desde que nace hasta que se muere sigue siendo el mismo. No me sorprendería, que allá arriba, el dueño de la Les Paul más gastada del mundo, esté peleándose con algún careta que

contacto@niapalos.org

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no merezca parar en su esquina. No me sorprendería que esté con los más grandes, escuchando y agitando. No me sorprendería que ahorita, recién llegado, haya ido a recibirlo a Chavez con un gran abrazo y que a la noche a más tardar charlen con Néstor a la par.

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nota de tapa

Comandante del siglo XXI La muerte del presidente venezolano Hugo Chávez provocó previsibles emociones y también previsibles reflexiones. Se dijo mucho en estos días: se trató de una figura clave que emergió en la soledad del ocaso neoliberal para consagrarse como uno de los máximos referentes de este particular momento histórico de la región. Militar, caudillo y político visionario, la suya fue una de las voces que motorizó esta época de pujas y transformaciones sociales y culturales, y fue también una voz inesperada y enigmática. Alguien que ayudó a fundar una nueva mitología. Sumidos todavía en la marea de los homenajes, invitamos a seis especialistas a pensar en el cruce entre Chávez y juventud, entre Chávez y futuro. ¿Cómo incidieron los jóvenes en la Revolución Bolivariana? ¿Por dónde se cruzan la experiencia argentina y la venezolana? ¿De qué forma se apropió la juventud de un líder que surgió como interrogante y se fue como un mito? Tres textos para evocar al Comandante del nuevo milenio.

Candanga Por Emanuel Damoni, Emiliano Flores y Federico Vázquez, autores de Integración o dependencia. Diez tesis sobre el presente de América Latina

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ara quienes vivimos el período de lactancia política durante los años noventa y consensuamos en ubicar como una de las fronteras éticas para definir “nuestro bando” a la ropa de fajina, la valoración de Hugo Chávez fue, sin lugar a dudas, de menor a mayor. Es que aunque hoy parezca extraño, formábamos parte de una generación enemistada con los uniformes. La experiencia nacional de los setenta bastaba para explicar el por qué. En ese contexto, la información disponible nos hablaba de un militar que había intentado hacerse del poder en el 92, no a través de elecciones precisamente, y muchos medios que hoy no dudaríamos en llamar nacionales, populares y democráticos se referían a Chávez como “el golpista”. Sucede que Argentina y Venezuela son países hermanados por la historia pero con diferencias. Un caso clave es que la tradición castrense del país caribeño es bien distinta a la de países como el nuestro y los del Cono Sur. En las tierras de Bolívar, las FFAA nunca compraron el paquete de la doctrina de seguridad nacional que influenció a casi todas las fuerzas armadas latinoamericanas. Pero además, tuvo un importante despliegue de diferentes organizaciones de izquierda dentro de sus filas. Eso posibilitó que durante los años setenta y ochenta se formen los círculos de jóvenes oficiales de izquierda de los que formó parte Hugo Chávez. Además, su intento de desplazar al presidente Carlos Andrés Pérez en 1992 fue la reacción contra un gobierno que, obstinado en administrar el desguace del estado caribeño bajo el guión del consenso de Washington, unos años atrás había reprimido ferozmente el Caracazo: una manifestación popular en contra del ajuste y aumentos de precios que terminó con miles de muertos. Ya en la presidencia, ese hijo de maestros, que había tejido una fluida relación con Fidel Castro, comenzó a hacer de las suyas y pudo demostrar quién era. Desde el 2 de febrero de 1999 nunca dejaron de llegarnos noticias de Chávez aunque la comunión con nuestra generación –en un principio- fue más producto de sus enemigos que por sus acciones. En abril de 2002 se sobrepuso al golpe de estado pergeñado por la cúpula de PDVSA, parte de las Fuerzas Armadas, medios de comunicación, la Iglesia Católica y el apoyo explícito de países como Estados Unidos y España. En diciembre de ese mismo año le tocó sortear un durísimo look out por parte de la gerencia de PDVSA y de un conjunto de trabajadores de la empresa, de los mejores pagos de Sudamérica. La imagen no era nueva, era una suerte de actualización de la huelga de camioneros y mineros, trabajadores de cuello blanco, en el Chile de Salvador Allende previo al golpe de Pinochet.

Chávez fue el primer presidente de esta era en encontrar en los medios concentrados su oposición política. En 2002, el breve golpe de Estado contra él estuvo precedido de una feroz campaña mediática que llamó a matar al presidente y no vaciló en montar escenas ficticias donde militantes oficialistas aparecían disparando a una multitud indefensa. La verdad era inversa: eran los primeros los que se defendían de disparos de francotiradores. Sin embargo, los ciudadanos venezolanos sólo pudieron conocer esto luego de restablecido el gobierno legítimo. Cuando el golpe empezaba a ser revertido por la movilización popular en las calles de Caracas, los principales canales de TV ocupaban su programación con dibujos animados. Con la llegada de Lula y Kirchner, Hugo Chávez dejó atrás la soledad política y personal con la que había comenzado su mandato y comenzaron a aparecer los aliados impensados en muchos países de América Latina. Una relación estratégica entre Venezuela y Bolivia (una vez que Evo llegó al poder) era pura ciencia ficción, algo descabellado e ilógico, apenas diez años atrás. En 2005, en Mar del Plata, asistimos a uno de esos grandes acontecimientos históricos. No sólo se enterró al ALCA, sucedió de la mejor manera posible. Algo así como cuando los equipos ganan y juegan de taquito. La jornada había comenzado con movilizaciones populares y un acto en el estadio Malvinas Argentinas. La figura central fue Hugo Chávez. Pero no estaba solo, al lado estaba Evo Morales -todavía dirigente cocalero-, Maradona, Hebe, Silvio Rodríguez, Kusturica, Manu Chao y tantos otros para

avisarle al mismísimo George W. Bush qué iba a pasar con el ALCA. Ya en el recinto, el tiqui tiqui entre Lula, Néstor y Chávez había derivado en el “carajo” la iniciativa de libre comercio hecha a imagen y proyección de los intereses norteamericanos en esta parte del mundo. Tal vez allí, en las playas marplatenses se haya soldado definitivamente la confianza entre Néstor y Chávez, que luego tendría muchos otros capítulos. Hasta que en octubre de 2010, en ejercicio de su mandato como secretario general de la Unasur, murió Néstor. Como anticipando algo que era más que una desgracia individual. La enfermedad y luego el fallecimiento de Chávez nos habla, tal vez, de que nuestra generación política deberá acostumbrarse a sobrevivir a sus líderes. Con todo lo que tiene de angustiante, también lleva los signos de una etapa más luminosa: los procesos políticos de transformación, sin el acoso permanente de las interrupciones militares, tienen ahora una perspectiva de más largo plazo. El chavismo –como el kirchnerismo- ha calado profundo en la sociedad y, por lo tanto, sigue siendo una necesidad política, aun cuando sus figuras fundadoras no estén más en el centro de la escena. Esa necesidad se enfrenta con el problema de contar con liderazgos que estén a la altura de las circunstancias. La noción de lo colectivo, de institucionalización del cambio, de un proceso sustentado en las ideas y valores que trascienda la biología caprichosa, asoma como el desafío más importante para los próximos años.

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Domingo 10 de marzo de 2013 / NI A PALOS

Kirchner, Chávez y el cambio de época Por Pablo Vilas. Director ejecutivo de Casa Patria “Pte. Néstor Carlos Kirchner”

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ugo Chávez Frías, Luiz Inácio Lula da Silva y Néstor Kirchner fueron los patriotas que, con coraje y convicción, iniciaron el cambio de época en nuestra región. Tomaron las banderas de los próceres latinoamericanos y asumiendo el rostro de sus pueblos, iniciaron una gesta en pos de la autonomía, el desarrollo con inclusión y el igualitarismo. El Comandante fue el primero, el que inició el camino y el que, sin la mezquindad que en algunos líderes lleva a diferenciar entre la patria chica y la grande, luchó valerosa y generosamente por una Venezuela y una América Latina y el Caribe independientes, justas, unidas y solidarias. Cómo olvidar, en aquél noviembre de 2005, la gesta que enterró la vocación imperial en Mar del Plata. Ya las voces y la tinta del imperio especulan sobre el devenir de nuestra región luego de la partida física de Hugo Chávez. Lo que su ausente sensibilidad no ve es que la vida de Chávez, al igual que Néstor Kirchner, hacía tiempo que había dejado de pertenecerle al individuo, para pasar a formar parte del pueblo de Venezuela y la Patria Grande. Mal que le pese a los escuálidos de Miami, Caracas y Buenos Aires, Chávez está más presente que nunca en los miles que inundaron las calles de América Latina

para manifestar esa mezcla de pena y emoción, angustia y compromiso, pero sobre todo su voluntad inquebrantable de defender la Revolución Bolivariana y el proceso de cambio en la región. La partida de Hugo Chavez Frías es, sin duda, una vuelta de página para nuestra región, pero en el sentido de la profundización de los ideales revolucionarios, de la construcción política iniciada en 2003 con la convergencia, en América del Sur, de aquellos líderes populares. En poco tiempo, las elecciones presidenciales venezolanas consolidarán este legado, que se expresará en el voto popular. Pero el pueblo venezolano no está sólo. Es en este momento la voz del pueblo emancipado de América Latina que vibra con su dolor y se enorgullece con su fortaleza. Difícil no evocar a Néstor para pensar lo que hizo Chávez y lo que se viene. Compartieron guiños, códigos, batallas y abrazos. De Néstor, Chávez dijo que era “un resucitador de patrias, un forjador de patrias nuevas, un loco por la libertad, un inventor, un guía, un líder, un gran ser humano”. Pero sobretodo compartieron la certeza de que, para librar la batalla, hacía falta actuar decididamente en el escenario regional y por eso construyeron una

alianza estratégica que le permitió a la Argentina superar grandes dificultades y que fortaleció la integración regional a través del MERCOSUR y la UNASUR. Ahora bien, en esta nueva geografía política latinoamericana, uno de los pilares más importantes, y que actúa como garantía de la profundización del cambio, es la fuerza, el coraje y la convicción de nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Nuestro país y su líder, con la misma fortaleza y generosidad de siempre, ha de avanzar en el sendero ya trazado en esta nueva etapa histórica. Y ello ha de anclarse, nuevamente, en la organización popular. Contrariamente a los agoreros del liberalismo criollo, nuestros pueblos, el venezolano, el argentino, el pueblo de la Patria Grande, continuará el proceso de cambio porque está organizado y ha construido nuevos liderazgos. Nuestra presidenta nos suele marcar este tiempo como el tiempo en que los presidentes han tomada la cara de sus pueblos, Chávez es su pueblo y como a Néstor, no lo enterramos. Al Comandante lo sembramos para que renazca en cada uno de los millones que somos su pueblo, el Pueblo de la Patria Grande donde están insoportablemente vivos Néstor Kirchner y Hugo Chávez Frias.

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Juventudes venezolanas Por Alejo Ramírez y Luis R. Acosta Ibarra. Secretario General y Director de la Oficina Sudamericana. Organización Iberoamericana de Juventud

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ara 1999, año de la llegada de Chávez al gobierno, el modelo de las políticas públicas de juventud venezolano estaba agotado (el propio proyecto de país lo estaba). Algo de eso puede leerse en Políticas de Juventud en Venezuela: balance y perspectivas, realizado por Ernesto Rodríguez en el año ’98. Pero lo que aquí interesa, el enfoque de Venezuela para con la juventud desde la llegada de Chávez representa un cambio estructural. Como resulta esperable, esto sólo es posible con una amplia participación ciudadana y un rol protagónico de la política en su sentido más elevado. A tal punto fue así que el Referendo Consultivo de abril del ‘99 recogió la adhesión del 90% de los votos emitidos y la nueva Constitución, en diciembre de ese año, cosechó el 71% de aprobación. El primero de esos cambios es de perspectiva. En este sentido, ubicar la cuestión de la juventud desde la perspectiva de derechos y promoviendo un Estado más activo y dinámico ha sido un gran acierto. Este cambio de paradigma de la juventud venezolana tuvo su reflejo en cuestiones muy concretas. A continuación mencionamos algunos “mojones” de este proceso: a) Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescentes, que fija las edades de los adolescentes de 13 a 17 años; b) Ley Nacional de la Juventud de 2001 que establece la franja etaria de entre 18 y 28 años, modificada en 2009 ampliando ese rango de 15 a 30; c) Creación del Instituto Nacional de la Juventud en 2003; d) Creación, en 2011, del Ministerio de la Juventud. El segundo, tiene que ver con el papel de las juventudes en los procesos de transformación social. En la Ley de Juventud de 2001 se establece que “Los jóvenes y las jóvenes (…) son sujetos con particularidades y capacidades para asumir en forma protagónica tanto su tránsito productivo hacia la vida adulta, como el proceso de desarrollo nacional

en sus diversos espacios de actuación” (Art. 2) y que “El Estado (…) adoptará las medidas necesarias para garantizar a los jóvenes y las jóvenes el pleno e integral disfrute de sus derechos humanos, políticos, sociales y económicos (…) así como aquéllas que fueren necesarias para hacerlos beneficiarios de los programas de salud y empleo, y del procedimiento penal de reinserción en la sociedad en el caso de los jóvenes y las jóvenes imputados o penados” (Art.3). es

decir, el papel de las juventudes en los procesos de transformación social es asumido desde una mirada integral y asumiendo que la dimensión de la ciudadanía joven se integra no sólo con una juventud activa en lo social y lo político, sino que integra un capítulo de oportunidades, derivadas del enfoque de derechos. Un ejemplo puntual está dado por el repertorio de políticas públicas contenido en el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2005-2030. El tercer gran cambio se vincula a la mirada internacionalista que asumió Venezuela en el marco de la lógica de la Cooperación Sur-Sur. Esto puede verse en los informes anuales de la SEGIB publicados desde 2007. Allí se muestra el flujo de acciones y programas de cooperación destacándose, especialmente, los países latinoamericanos. Pero dentro de ese conjunto, puede visualizarse que en los últimos años, Venezuela ha sido uno de los más activos. Por otro lado, son famosos los aportes a la cooperación que en materia social y energética ha efectuado este país en los últimos años, especialmente en el marco del ALBA. En lo que respecta a juventud, merecen destacarse algunos hitos como la organización del XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes; el estímulo permanente a la formalización de espacios de juventud tanto en el ALBA como en la UNASUR; y la presencia, desde su creación en 2005, en la Reunión Especializada de Juventud del Mercosur. Un último aspecto que quisiéramos destacar es la participación de las juventudes en las políticas del gobierno. Es conocida la importancia que le ha dado el gobierno bolivariano a las “misiones” y se trata, de uno de sus grandes programas sociales. Allí, la presencia juvenil no sólo ha resultado un factor clave para su avance y consolidación, sino que sirvieron para ubicar a las juventudes como grandes protagonistas de la revolución.

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Entrevista al historiador Ernesto Salas

“Es la primavera porque es el momento del triunfo popular” Mañana lunes 11 de marzo es una efeméride recontra redonda: se cumplen 40 años del triunfo electoral del peronismo, después de 18 años de proscripción, que consagró a Héctor Cámpora como presidente. La juventud, la política, las generaciones, la revolución, las ilusiones de la revolución y su memoria. De todo esto y sus alrededores charlamos con Ernesto Salas, historiador, amigo de la casa, pura lucidez.

por zappa ¿Qué diferencias encontrás entre aquella juventud y esta, ahora que se habla tanto de la politización y del entusiasmo juvenil? Aquella juventud tenía mayores problemas con la generación de sus padres que esta. Eso es clarísimo para entender algunas de las claves de lo que fue la rebelión juvenil de los 70. No era solamente una cuestión política, o lo político era el conjunto de la vida cotidiana que los jóvenes querían vivir de una determinada manera, muy diferente a la de sus padres y a la de las autoridades a las que respondía la generación de sus padres. Es decir, un régimen represivo, autoritario, conservador, hipócrita, etc. Los jóvenes de hoy lo querrán cambiar -hay entusiasmo, hay cierta vocación política que renace a partir de ciertas ilusiones y esperanzas- pero tienen muchos menos problemas con el mundo en que les toca vivir que aquellos jóvenes de hace 40 años. Sin embargo, hay en este fenómeno de politización que se dio en los últimos años, una palabra, un nombre que de alguna manera dispara una pregunta sobre ese pasado, y esa palabra es Cámpora. El gobierno marca referencias hacia ese pasado. Y la pregunta es cómo se construye esa referencia. La historia, el trabajo de los historiadores, intenta echar luz sobre todas las cuestiones: los errores, los fracasos, las ilusiones fallidas pero, sin embargo, lo que llega es una versión que en cierto modo genera esa ilusión. Es decir, es la imagen de una generación que se rebeló contra ese mundo que no querían y que terminó masacrada en los campos de concentración de la dictadura. Es una idea fuerte, entonces ahí se borran los matices. ¿Quiénes eran esos jóvenes del 73? La juventud peronista tiene un desarrollo durante los años 60 muy interesante. Digo esto porque la aparición de los Montoneros no es la irrupción de un rayo en un día de sol, es decir, lo que había era el movimiento peronista, con todas sus complejidades y contradicciones ideológicas, desde el vandorismo hasta la juventud de Cacho El Kadri. Es interesante lo que decís porque en general cuando se habla de la JP de los 70 se hace poca referencia a los jóvenes peronistas de las segunda mitad de los 60. Sí, salvo John William Cooke, que siempre tiene su espacio en este peronismo como fundador de la izquierda peronista, aunque debemos decir que ya antes de él hay una izquierda nacional que ha aportado muchas ideas al movimiento popular. En la segunda mitad de los 60 la juventud peronista es un montón de grupos juveniles que se rebelan contra la dictadura y que fundan locales, organizaciones, pequeños centros de reunión, etc. Algo parecido, salvando las distancias, a lo que sucede ahora. De repente empiezan

“Cámpora es uno de los tipos más comunes de la historia argentina. Eso también está bueno. Su figura representada como “el Tío” también le cae bien. Es un dentista de San Andrés de Giles, un tipo sencillo, simpático, viejo. Cámpora en el 73 es un hombre de los 40, parecía un cantor de tango, con el bigotito finito. No era el prototipo del revolucionario”. a aparecer muchos grupos en distintas partes. La ilusión, la esperanza, implica hacer trabajo político de base. Todos esos grupos son los que más tarde van a ingresar a lo que va a ser la Juventud Peronista y Montoneros en los 70. Había todo tipo de unidades básicas. Por ejemplo, en La Plata, había muchos locales que venían de la agrupación Cogorno, que era la que había fundado el padre de Gonzalo Chávez, que había sido un tipo que había estado en la Resistencia y que

había tomado el Regimiento 7 en junio del 56. Esa tradición es la que en La Plata desemboca en Gonzalo Chávez y la Juventud Trabajadora Peronista en los 70, una de las ramas de JP. Es decir, en el relato más extendido, parece como si el peronismo hubiera desaparecido entre 1962 cuando Frondizi anula las elecciones en las que había ganado Framini y el resurgimiento en el 70. En realidad, en ese relato lo único que pasó es el vandorismo, y no es así. Hubo mucho más

que eso. Obviamente, el reflujo que produjo el final de la primera resistencia trajo como consecuencia grupos más pequeños, y distintas formas de clandestinidad en que se desarrollaba la política peronista, pero eso no implicaba que cuando sucediera el vuelco y aparecieran las ansias revolucionarias de una buena parte de la población y de la juventud, eso no se diera sobre esa base que se había construido en los años anteriores.


Domingo 10 de marzo de 2013 / NI A PALOS

“En la segunda mitad de los 60 la juventud peronista es un montón de grupos juveniles que se rebelan contra la dictadura y que fundan locales, organizaciones, pequeños centros de reunión, etc. Algo parecido, salvando las distancias, a lo que sucede ahora”. Pero siempre Cooke aparece como quien construye ese puente entre el peronismo y la izquierda… Sí, y ahí la figura de Cámpora, que es un político de otra época en los 70, pero que se deja influenciar por ese espíritu de época, por ese empuje revolucionario de la juventud. ¿Cámpora es un hombre al que la circunstancias ponen en un lugar que él nunca imaginó? Y, no se sabe. ¿Nosotros sabemos si las circunstancias nos ponen en el lugar donde estamos? Contaban, sí de él, que cuando se fuga de la cárcel en los 50, mientras se escapaba con otros compañeros en un auto hacia Chile, decía: “si salgo de esta no me meto más en política”, y después fue presidente de la nación y se convirtió en un hombre muy recordado. El destino uno nunca lo sabe. A mí me parece que es interesante la función de Cámpora porque es un tipo leal, no es un advenedizo ni un tipo que rompe con Perón, no es Vandor. Y por otro lado, la primavera camporista, como se la llama, le ha dado a él un lustre muy importante dentro del movimiento. Es alguien verdaderamente permeado por la época, por una ilusión, por ese empuje que tenía la juventud. Siempre se ve lo que pasa entre marzo y mayo del 73 como la cresta de la ola, y después comienza una inexorable caída. Hay un movimiento que viene desde el Cordobazo en 1969, que es el hito más importante, que va creciendo en lucha de masas y que al mismo tiempo encarna la juventud en la campaña electoral del 72, y después el triunfo final el 11 de marzo y sobre todo el día de la asunción, el 25 de mayo. El “se van, se van, y nunca volverán” que se cantaba en la Plaza de Mayo, esa sensación de libertad. Esa sensación doble de

construcción de algo nuevo y a la vez de derrota de la dictadura. Ese sentimiento es demasiado fuerte y es lo que se traslada al presente como un hito histórico que hay que recordar porque ahí hay algo que nos convoca. Y qué pasa el 26 de mayo, digo el 26 como metáfora de que la cosa empieza a nublarse. Bueno, el 26 de mayo se libera a los pesos políticos de todas la cárceles del país. Incluso, el gobierno la misma noche de la asunción hace los indultos para todos y la Cámara de Diputados vota de manera unánime la liberación de los detenidos. Es decir, todavía no se ve la crisis. Tal vez en Ezeiza, el 20 de junio, sea ese momento. ¿Cual es tu hipótesis para pensar esos 49 días de gobierno camporista? El peronismo había gestado sus propias contradicciones en 18 años de ausencia de un liderazgo patente. Perón había jugado la política pendular justamente porque el movimiento no era tan fácil de ser conducido. Por otro lado, el conflicto de la Guerra Fría se había introducido, en cierto modo, en el propio movimiento. Es decir, la imagen de un mundo bipolar en el que o se era socialista o se era capitalista. Y además, en ese conflicto hay una idea muy fuerte de parte del poder que es la de la defensa de una sociedad “que debe ser como debe ser” y que está amenazada por el comunismo y el marxismo internacional. Al mismo tiempo, en el peronismo cada uno veía en Perón lo que quería: estaba la juventud que veía al revolucionario que venía a construir el socialismo nacional; y estaban otros sectores del propio partido que veían en Perón a aquel que llegaba para poner orden. Y Perón vino a tratar de navegar en esas aguas que él mismo había alentado. Para nadie

“Los jóvenes de hoy lo querrán cambiar -hay entusiasmo, hay cierta vocación política que renace a partir de ciertas ilusiones y esperanzas- pero tienen muchos menos problemas con el mundo en que les toca vivir que aquellos jóvenes de hace 40 años”. fue fácil. Evidentemente, los historiadores intentamos proyectar sobre el pasado una mirada más compleja, no creemos que las cosas son blanco o negro y, al mismo tiempo, todos los claroscuros son muy difíciles de expresar. Pero pensando qué queda de eso hoy, o cómo llega todo ese mundo del 73 a nuestro presente, lo primero que se me ocurre decir es que es extraño lo que pasa con esa época. Porque esos años podrían haber quedado en una disputa eterna entre sectores, pero hay ahora nuevos emblocamientos que buscan en ese pasado ciertas formas de identidad. Toda generación es selectiva respecto de qué pasado ir a buscar como fuente de su identidad o de su acción, los jóvenes de los 70 saltaban los 60 e iban a buscar sus referencias a la Resistencia de los 50, por ejemplo. Y una buena parte de los jóvenes que se lanzaron a la política en los últimos años, centralmente (casi exclusivamente) convocados por el kirchnerismo, van a buscar en la tradición ese nombre con una biografía tan particular como la de Cámpora. ¿Qué es lo que van a buscar? ¿cómo lo ves vos? Yo diría que los 70 fueron años de una inmensa creatividad. No fue una época solamente de actos políticos y combates armados. Walsh, Urondo, Gelman, para nombrar solo tres, eran parte de una enorme cantidad de expresiones inmensas a las que hoy podemos volver con gran placer. Y al mismo tiempo esos tipos estaban inmersos en el torbellino de la historia que los llevó en muchos casos a la muerte. Es un momento de enorme producción cultural, y en el medio de eso la lucha política inmediata, compleja, terrible, y al miso tiempo, la movilización de un importante sector de la sociedad argentina que después, obviamente, la dictadura intentó tapar con mier-

da. Ahora hay quien empieza a sacar a la luz aquello que pasó. ¿Quién era Cámpora? Cámpora es uno de los tipos más comunes de la historia argentina. Eso también está bueno. Su figura representada como “el Tío” también le cae bien. Es un dentista de San Andrés de Giles, un tipo sencillo, simpático, viejo. Cámpora en el 73 es un hombre de los 40, parecía un cantor de tango, con el bigotito finito. No era el prototipo del revolucionario. Un tipo al que Perón elige como delegado para suceder a Paladino, que era el delegado anterior del general, su carta negociadora. Paladino era el representante de Perón ante los militares, pero poco a poco se fue convirtiendo también en el representante de los militares ante Perón, era un tipo mucho más ambiguo. Cámpora es el delegado de Perón en el momento de la rebelión… Y, viene Alberte en la etapa combativa del MRP, del giro a la izquierda a mediados de los 60, etc; después viene Paladino, en el momento que hay que negociar con Onganía y Lanusse; y después Cámpora, que es un tipo leal, recontra leal. ¿Por qué es una primavera el momento en que gobierna Cámpora? Porque es un momento de libertad política. La dictadura mataba, torturaba, perseguía, atacaba los hoteles alojamiento, le cortaba el pelo a los jóvenes en las comisarías, prohibía todo tipo de expresiones culturales y un largo etcétera de brutalidades. Y buena parte de eso cambió. Es la primavera porque es el momento del triunfo popular en el que todas las ilusiones cobran cuerpo. Había que construir la revolución, había que construir al hombre nuevo. Había mucha ilusión en que eso podía suceder.

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8 NI A PALOS / Domingo 10 de marzo de 2013 >

LA MALA LECHE

La llamada

TRASVASAMIENTO CULTURAL

Por martín rodriguez

L

o digo desde mí: lo que entendí como literatura casi no existe. No estoy esperando “un libro”. Lo que leo, los temas, se imponen por afuera. Y en el espacio de la conversación (en ese espectro de medios y de “medios sobre medios” donde circula energía política) se imponen intervenciones por calidad estética. Asís y Fogwill entendieron eso. Hay que escribir bien, corto y sutil. Tener humor. Ahí, en ese “intervenir”, no se corta el bacalao pero, seguro, es un juego de vanidades que invita y proyecta sobre el microclima en el que viven algunos que sí cortan bacalaos y tienen consumos más sofisticados, además de la lectura obligatoria de papers de economía. Podrá ser el fin de la literatura al punto en que lo que se literaturizó es la vida. Las redes sociales amplificaron (aunque no de modo excluyente) la idea de que son posibles modos exitosos de escritura capaces de construir sentidos y sensibilidades nuevas. Digámoslo así: hay gente que no hubiera escrito nunca si no fuera por esta puerta abierta. El caso del mejor tuitero (Coronel Gonorrea) y el genial blogger Manuel Barge (del blog Deshonestidad intelectual): son personas de distinta generación, clase social, no trabajan en el estado, y sin embargo se conocen simbólicamente, se aprecian y menudean. Hubieran tenido que pasar por los protocolos culturales, supongo, además, si cada uno de ellos hubiera sido dominado por una pulsión literaria. Y hubieran reproducido lo que los diferencia. A veces hay escritores que meten un post o un tuit sobre algo, y eso interesa más que su “obra”. Insisto: ya no leo autores, sino “discusiones en torno a...”. Hablo del efecto de la época en mí: el centro lo construimos entre todos. Después, sí, la literatura clásica, “los libros de playa”. Y tampoco comparto la “euforia” etnográfica por las redes sociales. Sólo se trata de vivir, dijo Lito Nebbia, ergo: buscar poder e intensidad en y para la vida social. Estamos a cielo abierto. Conozco escritores que construyeron su pequeña leyenda maldita o bendita en las redes y hacia ahí, después, arrastran a sus primos del interior: sus libros editados. Pero ya está dicho y ya está hecho: la espuma de la espuma es uno de los síntomas de una democratización en avanzada, una democratización que no es anti estatal ni anti mercado, pero que también aparentemente resiste regulaciones. ¿Se acuerdan de los temibles bloggeros k? Sí, eso que, en fin, no funcionó cuando… Destilado de talento e ingenio de gente cuyas virtudes no son “útiles” en nada de lo que hacen porque sufren dos males simultáneos: la sobreescolarización y la subocupación, mal de mi generación si lo hay, y de mi clase si la hay. Ese cuello de botella entre la inteligencia acumulada y la función en el mundo se convierte en materia, no se arroja al agujero interior y se biodegrada en común. ¿Qué hacemos, adónde va, ese “sobrante”? A cada cual que acusen de cínico le escribirán, así, en esa palabra (“cinismo”) quizás el lugar en el que puso a resguardo su inocencia. Porque nadie es inocente en un sentido: cualquier fe pública a la que se convoque incluye una pequeña mutilación de la razón o del sistema de guiños por el que reconocemos el estado gaseoso del mundo, de todo mundo, olemos los restos del chernobyl que hizo explotar a las grandes culturas del cambio. Se derriban los mitos durante su gestación. Cualquier empresa moral tiene su Jaimito, su Ricardo Jaimito. Argentina: un país politizado en general y sobrepolitizado en los que se dedican al comercio simbólico (academias, burocracias estatales, periodismo) atraviesa una etapa de sobrecarga informativa. También acumula ahí una energía que se subejecuta. Alcanza con leer el nivel del análisis y debate para entender que este país “ya se pensó”. ¿Y qué falla? Está de moda decretar la muerte de cosas. Como el hashtag exitoso del fin del periodismo. También, hasta hace poco, la idea de las “vueltas”. La vuelta de la política. Algo que no termina de volver, quizás porque nunca se va del todo. Pero ocurrió, ocurre, que volvieron los mitos, algunos mitos, algunas melodías desencadenadas de hace 30 o 40 años que ajustan sus narraciones con los límites del presente para –justamente- borrar los límites del presente. Chávez, el que acaba de morir, a quien una “marea roja” despide. Y frente a quien no podría más que decir: produjo época. Perteneció a este tiempo. Y lo entendió como pocos. Con todo todo lo que eso significa.

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Todo Piola César González es Camilo Blajaquis y viceversa. Se lo conoce por ambos nombres pero sobre todo por su condición de poeta, alma mater de Todo Piola, revista nacida durante el lapso que César pasó en la cárcel, y motor de un montón de colectivos de trabajo con el que se intentó hacer centro a partir de la cultura marginal. Nacido el 28 de febrero de 1989, “del barrio Carlos Gardel”, como le gusta remarcar, César adoptó el seudónimo de Camilo Blajaquis y a los 21, después de haber estado preso desde los 16 hasta los 20, publicó su primer libro de poemas La venganza del cordero atado. Ahora, con 24 años, y de regreso a su nombre de cuna, César llega a un 2013 movido. Por un lado se estrena en abril el largometraje Diagnóstico esperanza, que lo tiene como director y actor. Por el otro, planea volver a la televisión con Corte rancho, por Canal Encuentro. Y lo que muchos esperaban: el relanzamiento de Todo Piola, revista que, nos cuentan, “vuelve a surgir completamente nueva, volviéndose una herramienta de expresión y comunicación para miles de personas de todo el país que están atravesando circunstancias dolorosísimas a causa de la marginalidad: cárceles, psiquiátricos, violencia de genero, villas, situación de calle, hogares, discapacidad, etc.”. Para dar una mano con la venta y difusión de la revista, que sus integrantes necesitan y mucho, pueden escribir a revistatodopiola@gmail.com.

> Falsa escuadra

El venezolano

L

o conocí en la plaza, un año después de la muerte de Néstor. El pasto lleno de jóvenes, mucha coca, humo, choripán. Me había sentado en un cantero a apuntar unas ideas; no puedo escribir, siquiera un bosquejo de mis pensamientos, parada. De repente, empecé a vislumbrar a mi izquierda una cosa amarilla, azul, roja. Mucho color. Tanto que me obligó a levantar la vista de mi anotador. Era pura sonrisa. Tanta que la campera venezolana quedó en un segundo plano, como esos actores que alguna vez conocieron las mieles de la gloria y hoy les toca la ingratitud del bolo. Él, su gesto alegre sobrepuesto a la tristeza, enseguida me ofreció un mate. Amargo, me advirtió. No pude decirle que no. Era venezolano. Es venezolano. Había vivido en las afueras de Caracas hasta los cinco, justo cuando empezaba a hacerse amigos que jugaban con unos camioncitos de cerámica llenos de frutas en el techo. En ese tiempo, sus viejos creyeron que la malaria argentina ya era historia, que era tiempo de volver. Recalaron en San Isidro, cerca de La Horqueta. Me contó que ante ese escenario de

Staff Director/

Federico Scigliano

suplemento joven de miradas al sur

Editor/

Diego Sanchez

POR romina sánchez

opulencia y ostentación, su familia siempre pareció indigente. Se sentía un extranjero, él, uno de esos que por más esfuerzo empeñado, nunca va a entender el castellano. Lo va a leer, hablar, pero entender, ni jota. Con los años, logró alejarse de ese entorno y empezó a trabajar para los pobres de verdad, que estaban a centímetros. Esa cercanía del poderoso con el desfavorecido, como en las rutas mantienen el telo con el cementerio, esa línea casi pornográfica, le hacía ruido. Tanto que metió los pies en el barro. Y se dio cuenta, más tarde, que también sus pies eran de barro. El tiempo es trompada y caricia. El tiempo es resultado y también resignación. El mejor gobierno es el que gobierna para los que menos tienen, me solía decir cada vez que discutíamos de política, de kirchnerismo y oposición, de la polaridad y bipolaridad de la política latinoamericana. Y de chavismo, por supuesto. Un gobierno para los pobres. El que sepa a la perfección lo que es el hambre, esa violencia del mate con torta frita como menú inequívoco, a deshora y a la vez todo el tiempo, el que conozca esa dieta y todas las dietas

Redactores /

Emiliano Flores Martín Rodríguez Zappa Fede Vázquez Tomás Aguerre Salvador Salinas Franco Dorio Laila Manubes Paz Julián Eyzaguirre

Arte /

Diego Paladino

Fotografía /

Patrick Haar

coadyuvantes como conoce su nombre completo, su DNI, en un registro que es el de la memoria de la carne y los huesos, sabrá entender. No se trata, como dice Sarlo, de una representación, de una inclusión simbólica de los sectores populares. Me cago en esa red. Lo simbólico juega con la cultura del deseo, se queda a mitad de camino en la rayuela de la dignidad. Estás adentro, claro que estás, pero no, a ver, ¡ay!, no, lo material no, ¡eso sí que no! ¿Te tengo que dar la tapita del seguí participando para que te enteres? Lo quise mucho al venezolano. Y el martes a la noche lo llamé para acompañarlo. Estaba triste, me dijo. Se le notaba. Y ya sentía, también, la añoranza de un gobierno para los de abajo. Pero tiene mucha esperanza, siempre mantiene esperanza. Y la necesaria cuota de vitalidad, esa que de chiquito le daban las Oreo mojadas en leche o la que le ofreció el aire cálido del viaje a su tierra veinte años después. Y en la charla surgió la humorada que alivia, que compensa, que deja seguir. El saludo después del saludo, su recibimiento con el clásico “Alo, presidenta Romina”.

Redacción: Uriarte 1656 (CP1425) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: contacto@niapalos.org Departamento comercial: Tel.: 4776-1779 Internos: 156 y 159.

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Venta de ejemplares atrasados: Azopardo 455. Tel.: 4342-8476 Impresión: Editorial AMFIN S.A. Paseo Colón 1196. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Distribución en Capital Federal y Gran Buenos Aires:New Site. Baigorri 103, CABA. Distribución en el interior: Inter Rev S.R.L. Av. San Martín 3442. Caseros Provincia de Buenos Aires.


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