Suplemento Ni A Palos Numero 237

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A PALOS SUPLEMENTO JOVEN DE TIEMPO ARGENTINO Domingo 27 de octubre de 2013 Buenos Aires, Argentina Año 4 Nº237

Pastoral arg entina Se cumplen tres años de la muerte de Néstor Kirchner: vida y política más allá del mito

entrevista a Margarita García Robayo

“Argentina me parecía un universo muy lejano”

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REOTiPOS, la Además: La semana, la mala leche , fronteras, trasvasamiento, ESTE salidera, D.R.E.A , whiskypedia, tumor gráfico y falsa escuadra


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LA SEMANA

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Hoy hay elecciones legislativas en todo el país y sobre estas páginas cae la analógica demanda de la veda y la reflexión. Así que sin poder decir mucho más, decimos: reflexionen y no se olviden de ir a votar

»  EL LUGAR

»  EL OBJETO

»  EL PERSONAJE

»  EL TWEET

Jujuy //

Blog //

Alfredo Casero //

@DonRamongo

El lunes pasado tres personas dispararon contra la dirigente Milagro Sala, mientras encabezaba una caminata por un barrio jujeño. Del atentado resultaron heridas dos personas y apuntan a patotas ligadas el radicalismo local como las responsables.

“Los sueños de pastichoti” es el blog del motorman que conducía el tren que el sábado pasado volvió a chocar en la estación Once. Más allá de delirios privados, se vienen semanas claves para ver responsabilidades. Que se resuelva qué pasó y que no vuelva pasar.

El humorista tuvo esta semana su breve incursión al barro de la política. Empezó con tuits llenos de erratas y mayúsculas, y terminó sentado con Lanata extraviado en veinte minutos de un discurso incoherente y chachachaesco. Vaporeso no se mancha.

"CON LA PLATA DE LOS JUBILADOS" es trending topic en los comentarios de La Nación sobre el Plan Procrear. Ah, no, ni nota hay al respecto.

Carlitosbalización

WHISKYPEDIA Contenido [ocultar]

1. Definición 2. Origenes 3. Términos 4. Filibuster mediático

Se denominó como carlitosbalización al fenómeno político producido en la Argentina a partir del año 2013, momento en el cual el discurso político comenzó a tomar ribetes risueños similares a los arrojados por el artista popular y animador de programas infantiles Carlos "Carlitos" Balá.

Orígenes Uno de los primeros en intentar amalgamar las tradiciones carlitos balescas de la televisión argentina con el discurso político fue el animador de televisión Jorge Lanata, quien creó el ingenioso término de “La Camporonga”, para referirse a la organización juvenil “La Cámpora”. El gag fue acompañado masivamente por el público que esa noche se apropió del término y lo hizo suyo, prestando menos atención al jugosísimo informe periodístico que posteriormente el conductor puso al aire, contando con el testimonio inédito y fundamental de Ceferino Reato, Laura Di Marco y Alfredo Casero, entre otros pensadores de la Argentina. A pesar de la insistencia del conductor, la producción prefirió no agregarle al uso de “La Camporonga” otros

ingeniosos pases humorísticos como el diálogo de Lanata con el público, imitando al de Carlitos Balá, en el que Jorge preguntaba “La Cámpora es….” y el público respondía “feeoooo”.

Términos La popularización del ingenioso “La Camporonga” dio origen a una multiplicidad de apelativos del mismo tenor y con la influencia siempre presente de Carlitos Balá en el escenario político. Así, entre otros, surgieron formas de nombrar como la opocorpo para referirse al frente común de intereses creados entre opositores y corporaciones. Además de eso, se popularizaron términos como "goripayo", mitad gorila y mitad cipayo, para referirse a aquellos capaces de cumplir ambas condiciones al mismo tiempo. La inclusión de otras terminologías como militante del Sumbudrule o la juventud abulósica dieron por elevado el debate público lo suficiente como para que rápidamente caigan en desuso.

Filibuster mediático Además de haber contribuido a la instalación del carlitosbalismo como doctrina político discursiva la noche del domingo 20

de octubre, el conductor de televisión Jorge Lanata instauró una nueva práctica que rápidamente la ciencia política dio en llamar "filibuster mediático". Se trata de una idea tomada de la práctica parlamentaria norteamericana que consiste en tomar la palabra y hablar ininterrumpidamente para evitar que se trate el tema acordado para la sesión en cuestión. De la misma manera, el filibuster mediático es una práctica instalada por el programa Periodismo Para Todos, del Grupo Clarín, consistente en realizar una entrevista sin hilo conductor a los fines de distraer del verdadero tema a tratar, del cual sólo se interesaba instalar una idea brillante como "La Camporonga" y una serie de mitos periodísticamente poco construidos.


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ESTEREOTIPOS HOY: El que regala cactus para los cumpleaños » »Anda mucho en bici. » »Se puso una mini huerta con hierbabuena y albahaca en el balcón. » »Si está radicalizado te regala semillas. » »Le dice "telefonito" al celular. » »Puede hacer artesanías con mostacillas o haber ido al secundario a una Escuela de cerámica. » »Vende origamis en Plaza Francia. » »Hizo algún curso en el Rojas. » »Bancó la toma de la Sala Alberdi. » »Lee THC. » »Fue a una suelta de Cóndores en Río Negro. » »Compra yerba de cooperativa. » »Miss Bolivia y/o Arbolito en el mp3. » »Lector de Bayer. » »Ex pinosolanista. » »Milita causas en Change.org » »Puede ser arquitecto. » »Fan de Casachaucha. » »Le interesa tanto la

política como la revista Living. » »Tiene un ventilador viejo de adorno. » »Y un cajón de soda con macetas. » »Cree que se relaja cuando se pone ojotas. » »Puede bancar un toque a Masa Crítica. » »Confía demasiado en las propiedades de las lámparas de sal. » »En su heladera tiene muchos imanes obsesivamente ordenados. » »Prefiere los gatos a los perros. » »Tiene un amor tardío por los “bares notables”. » »Puede tener cierta impostación latinoamericanista. » »Si es un caso extremo dice: “Nuestroamérica”. » »Cada dos meses se borra la cuenta de Facebook porque “lo aleja de lo importante” pero al toque vuelve. » »Anda por el nivel 104 del Candy Crush. » »Le gusta mucho Liniers.

Estereotipo que viene «El que “odia” a Borges» Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos.

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Turi. Com. Abreviatura de turista. Persona que resalta por poseer características distintas a las del lugar donde se encuentra y a los seres humanos que lo habitan. // -El otro día estuve en el Malba en una exposición que se llamaba "el arte de la nada". Todos cuadros en blanco, esculturas que eran cuadrados sin tallar, músicos que no tocaban. -Ah un chamu total. -Sí, estaba lleno de giles con boina y pipas que se hacían los sofisticados, cualquiera. -Pero si a vos te gustan Pappo y ves Bailando por un sueño, que hacías ahí? - No sé, flashé la del artista pero me terminé sinitiendo un turi bárbaro.

Tirar la vizca. Expr. Coloq. (Homenaje a NK) Hacer lo que nadie espera con un alto contenido de coraje y una visión diferente. // -Che viste que volvió la prima de Carlitos de España? -Sí, alta bioquímica es esa. -Mal, además está bastante buena. Pasa que en Europa no hay laburo y acá se están repatriando muchos científicos. -Pensar que hace 10 años estábamos en la lona. Por suerte vino Néstor y tiró la vizca. -La vizca? -Sí: miró para adelante pero al mismo tiempo miró desde dónde veníamos para juzgar a los genocidas y decirle que no al imperialismo de Bush. Tiró la vizca, con huevo y convicción. Rolo. m. De alta autoestima en materia sexual. // -Gonza! Cómo anda ese león sexual? - Masomenos, no estoy pudiendo concretar con ninguna mina, estoy en una meseta, me pongo nervioso cuando salgo, se me caen las cosas, todo mal. -Pero papá, tenes que estar más tranquilo, cómo antes: No les pases cabida, siempre da resultado, así, frente en alto, bien rolo."

falsa escuadra  |  Por Romina Sánchez

Está intransitable Buenos Aires Como si se tratara de un sarcástico sendero hacia una de las estaciones de las EcoBicis, a cincuenta metros de la Legislatura porteña, en la vereda adoquinada de Perú y Diagonal Sur, Buenos Aires muestra una de sus tantas heridas urbanas, heridas que no sangran, que son paisaje. A metros de allí, sobre la vereda de Hipólito Yrigoyen, en la entrada del Instituto Superior de la Carrera del Gobierno de la Ciudad, otra más. Y sobre Perú, la escena es la misma, y se pronuncia hacia el sur. Hacia el sur, hacia el norte: en todas las direcciones. Un día me puse a observar las veredas de Buenos Aires, sus rampas, sus pasos peatonales: me cansé de contar miserias. Me imaginé tratando de hacer unas cuadras en silla de ruedas en veredas que tienen como mucho dos metros de ancho, casi todo fisura: misión imposible. No hace falta andar tanto para comprobar en la ciudad que supo tener de vicejefa de gobierno a una discapacitada motriz, el drama de la falta de accesibilidad para personas con movilidad reducida, un drama silenciado, pero drama al fin. En materia de rampas, Buenos Aires también parece hacer escuela: en una de las esquinas de Entre Ríos y San Juan, en San Cristóbal, la rampa se encuentra obstruida por esas rejas protectoras –¿protectoras?– que hay en ciertas esquinas, y en Palermo, sobre Santa Fe y Vidt, a metros del shopping, la rampa está destruida hace años, es un cráter de

cemento y desidia. Y más al norte, en el edificio de La Pampa 781, por ejemplo, directamente no hay rampa de acceso. Caminante, no se hace camino al andar. Buenos Aires también ofrece toques tragicómicos a su malograda urbanidad con rampas que terminan en alcantarillas, con rampas coronadas con un poste al final, como pasó hace poco en La Boca, en Brandsen y Necochea, cuya foto fue furor de indignación en las redes sociales. Y chau poste. Hace poco, también, Mauricio Macri inauguró un viaducto en Colegiales, en Lacroze, entre Amenábar y Conesa. Hubo globos. Muchos globos. Y más tarde la queja sobre el paso peatonal: solo puede pasar una persona por vez. Ni hablar de las mochilas con carrito, tampoco del cochecito de bebé. Menos, mucho menos, de una persona en silla de ruedas. En Buenos Aires basta tomar cualquier calle para encontrar problemas. Sin buscarlos. Venezuela, Balcarce son otros ejem-

plos de tristes carreras de obstáculos, donde los pozos no forman telarañas gracias a los innumerables pies que van y vienen, van y vienen. Michetti es diputada nacional y primera candidata a senadora por la Ciudad de Buenos Aires por la lista del Pro. En julio, cuando se estrenó el metrobús de la 9 de Julio, expresó, desbordada de entusiasmo, luego de subirse a un colectivo articulado de la línea 59: “Probé la accesibilidad. ¡Estoy muy feliz! Esta es una obra increíble, apta para todas las personas con discapacidad. Es un placer saber que uno se mueve con libertad, a pesar de la silla de ruedas, y no necesita pedirle ayuda a nadie, como generalmente pasa en aquellos vehículos que no están adaptados para la silla o para personas que usan bastón o llevan un cochecito”. Accesibilidad de campaña, le dicen. Entonces, la invitamos a Gabriela a moverse sin chofer, sin recursos, Gabi. Y esperamos, de todo corazón, que no la pise un 59 en el intento.×


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Las vidas políticas

Nota de tapa

Se cumplen tres años del fallecimiento de Néstor Kirchner. Muerte que impactó en la vida política y cultural de la Argentina, la suya es una figura fundamental sobre la que se construyen mitos, proyecciones e imágenes posibles de un país atravesado por su herencia. Animal político, clave del presente y del futuro, aprovechamos la fecha para pensarlo a él, pero también a la política, al Estado y al peronismo por fuera de la vida de santos o del retrato en pugna. Néstor y la dinámica compleja y vital de un político. Kirchner y la edificación de un Estado. El kirchnerismo como constructor de un peronismo a la vez que de una agenda liberal. Y su herencia como nombre de un futuro impredecible. Por Ni a palos

Kirchner y la construcción de un Estado

Un político argentino Empecemos por un hecho que ahora se recuerda poco pero que en su momento fue todo un suceso en las redes: la aparición y viralización de un video del 83 en el que un joven Néstor Kirchner habla en un ateneo partidario sobre la necesidad de juzgar a los genocidas. Ese fragmento, aparecido luego de la muerte de Kirchner, se mostró como la prueba irrefutable del compromiso “desde siempre” de Néstor con la causa de los derechos humanos y como la forma de aventar los discursos que sostenían la lógica de la usurpación, del que se sube a un discurso impropio. El video se mostró con cara de “vieron, ahí tienen, ustedes que hablaban giladas de Néstor”. Permítasenos aquí detener el análisis y denunciar el carácter engañoso de esa verdad revelada. Diremos, con ganas de polemizar, que esa intención supuestamente iluminadora trabajaba en espejo con la otra operación, que intentaba la denostación y la falsedad. Lo decimos, porque ambos movimientos parten de un supuesto que creemos falso, y además anti político, a saber, que toda vida es siempre una y que toda trayectoria es transparente. Decir que a Kirchner nunca le interesaron los derechos humanos y usurpaba un lugar que no le correspondía, o decir que desde siempre le importaron y mostrar la prueba construye, de un lado o del otro, la idea de que existe una especie de moral biográfica. Una idea que, justamente, simplifica la complejidad de toda trayectoria política. Tomamos este episodio como re-

ferencia para discutir, si cabe, una forma de construir la experiencia kirchnerista que es más hagiográfica que política, y para recuperar la idea del kirchnerismo como un estado de emergencia permanente en la política argentina, una emergencia que es centralmente una potencia de transformación. Proponemos recuperar un Kirchner vital, un político de la democracia argentina, con sus contradicciones y sus incertidumbres, con esa astucia que le permitió saber que el regreso del pueblo a las calles en 2001, después de décadas de desmovilización y parálisis ponía al peronismo otra vez ante su historia; y conducir, al mismo tiempo, un proceso político todavía jaqueado por la crisis. Sugerimos pensar en el Kirchner que inventa una criatura que no estaba escrita en su biografía de antemano y que es el resultado de la dinámica política y cultural de una época. Néstor y Cristina, entonces, lejos de genealogías predeterminadas o imposturas o engaños. Por eso la advertencia acerca del peligro hagiográfico, de la sobreactuación del mito. Pensar al kirchnerismo políticamente, es decir, en los términos de sus condiciones materiales e históricas, significa sacarlo de una retórica que construye prontuarios o vidas de santos, significa asumir que el kirchnerismo es una tensión, una experiencia nunca cerrada, un momento en eterna disputa. Ahí está su potencia, ahí está eso que no se cierra nunca del todo, ahí está su lado salvaje.

Néstor Kirchner habló en su rememorado discurso del 25 de mayo de 2003 acerca de la necesidad de reconstruir el Estado. Las lecturas posteriores van a ubicar esa reconstrucción de las capacidades estatales en el marco de una oleada general en América Latina que daba una respuesta heterodoxa a la consigna de Holloway sobre cambiar el mundo sin tomar el poder. La región entraba a una nueva era: la de tomar el poder tomando el Estado. Las particularidades de cada país acelerarían o frenarían ese proceso, lo harían más profundo o menos, según el paño. “El Estado es una arena de disputa” es una máxima escrita en las paredes de toda facultad de ciencia política, la primera letra del abecedario politológico compuesto por los Borges y Bioy de la disciplina local: Oszlak y O´Donnell. Inconscientemente, como casi todas las corrientes teóricas que atravesaron el kirchnerismo, la frase se volvió descriptiva de la política argentina a partir de 2003. Una imagen de kirchnerismo silvestre y salvaje: la Casa Rosada inundada de movimientos sociales que acampaban adentro, la cristalización de lo que la academia llamó “la adopción de las demandas”. Las demandas tocaban la puerta, pasaban y se instalaban adentro de Balcarce 50, un “vi luz y entré” que significaba que el Estado, que nunca se había ido, volvía al centro de la escena. Una entrevista a los miembros del Colectivo Situaciones (fechada en 2006, tal vez haya sido antes) decía que ellos no habían sido moralistas respecto a no tocar al Estado: “pero dijimos: que no sea

el Estado el centro de la cuestión, que no sea el Estado lo que organice”. Y entonces el Estado se volvió centro y organizó. Demandas, movimientos sociales y actores políticos encontraron un faro y se organizaron todos a partir de ahí. Para lo que sirve un faro: para acercarse o para alejarse. El reacomodo de actores y demandas en torno al Estado no es un proceso que se haya dado sin tensiones (ni que sea completo, claro). Mucho menos cuando corrió paralelo nada menos que a la reconstrucción del propio Estado. Poner al Estado en funcionamiento significó reactivarlo, alumbrar los lugares vacíos de las administraciones anteriores. De las carpas en el interior de la Rosada a la sintonía fina, pasando por la campaña de extensión de las fronteras estatales que llevan consigo el combo de derechos: AUH, Procrear, vacunas, y siguen las firmas. La década que comenzó con Néstor tuvo al Estado como agente problematizador de la política, la economía y la sociedad. Con esa

reconstrucción vinieron las responsabilidades, la necesidad de llegar cada vez un poco más allá, las imposibilidades también y las siempre complejas y opacas disputas al interior del propio Estado, que es una máquina que ningún presidente, ni Néstor Kirchner, puede dominar al día siguiente del comienzo de una gestión. El Estado es, aún hoy día, un espacio en el que los resultados que ofrece, más que la mera voluntad de una persona e incluso de un proyecto, son el saldo de una disputa diaria. Esa disputa instala una paradoja en el presente: tiene mucho menos épica como desafío y casi la misma necesidad política de ser producida, y deja en el camino a algunos, para quienes todavía la palabra “burocracia” no puede llevarse bien con un proyecto político de transformación. Néstor es exactamente lo contrario, es alguien que asumió la tarea titánica de cabalgar sobre la bestia, gobernarla todo lo posible, porque intuía bien que sólo desde ahí era posible transformar la vida de las mayorías.


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El kirchnerismo como un peronismo Un intendente dijo por estos días en el ágora fantinesco de la política vernácula: el peronismo es lo que mis papás me contaron de Perón; el kirchnerismo es el peronismo que viví. Para una generación de jóvenes, el kirchnerismo fue el primer contacto con la realidad efectiva que le debemos a Perón. Como si la tradición oral se convirtiera un día en verdadera: los anhelos de abuelos de la resistencia, de padres de los setenta, tomaban la forma de lo cotidiano, con las complejidades de eso. Los recuerdos tienen esa ventaja, borronean matices y las contradicciones se funden en el blanco y negro. El kirchnerismo, como una forma que adoptó el peronismo, puso en cuerpo e hizo presente una doctrina que muchos conocíamos por libros, por recuerdos, por fotos. Incluso una doctrina o un espacio de militancia en el que muchos ya estaban insertos. En todo caso el kirchnerismo fue la materialización de la forma del peronismo por excelencia, que es el peronismo –como dicen los chicos ahora– en situación de gobernar. Partido del orden, o sistema político en sí mismo, el peronismo se despliega en todo su esplendor, cualquiera sea la tendencia que lo hegemonice temporalmente, cuando se encuentra gobernando. Tan palpable la definición anterior que esta forma del peronismo que es el kirchnerismo no capta una nueva oleada de adhesiones desde diversos lugares sino cuando es gobier-

no. El kirchnerismo no es una construcción desde un espacio de resistencia, sino desde una experiencia de gestión, primero de una provincia y luego de un país. No atrae la atención de una multiplicidad de espacios previos y los incorpora sino cuando convence a esos sectores, a través de gestos, de medidas, de adopción de demandas, de que representa unos viejos idearios, una amalgama de diversas experiencias, todas, vinculadas al peronismo. Como toda experiencia peronista tras la muerte de Perón, caracterizar un gobierno como peronista requiere de un primer factor medible y sencillo: que se asuma a sí mismo como tal. Es el segundo paso el que resulta más complejo: que todos los herederos del peronismo, de cada una de las tradiciones, lo asuman también como tal. El ejercicio de estas horas, en medio de elecciones donde las tres principales fuerzas de la Provincia de Buenos Aires se intuyen como los verdaderos representantes del peronismo, consiste en elegir al Perón que los representa: endilgarle a cada momento biográfico una característica que pueda ser resignificada como positiva en términos electorales. Un teorema que mezcle algo de Baglini con esta práctica de fabricar un Perón a reivindicar, podría dar como resultado la siguiente hipótesis: a mayor distancia del poder más hervíboro se vuelve el Perón elegido para reivindicar. El kirchnerismo no ha tenido afortunada-

El kirchnerismo y la agenda liberal

Para propios y extraños, para quienes claman indignados por el fin de la república pero también para quienes se hacen todos los días gárgaras de balas populistas, el kirchnerismo tiene una agenda liberal bastante más extendida de lo que unos y otros estarían dispuestos a reconocer. Y ahí también está Néstor como aquel que supo traducir política e institucionalmente la demanda social post debacle. Recoger una agenda de reclamos largamente esperados y volverlos “realidad efectiva”. Néstor a dos bandas, haciendo peronismo puro pero con una agenda que no era exactamente peronista, sino más bien de grupos de la sociedad civil cuyo contorno era, muchas veces, más extenso e incluso ajeno al propio peronismo. Así, empezando por las políticas de fin de la impunidad, la decisión trascendental -e inaugural para la democracia recuperada- de no reprimir la protesta social; la eliminación del delito de calumnias e injurias como tipo penal en la actividad periodística -norma sancionada en 2009 que los apóstoles de la libertad suelen olvidar-, la consagración

absoluta de la libertad de expresión, y el corpus legal que integran las ya célebres Ley de Matrimonio Igualitario y Ley de Identidad de Género, no son sino políticas que se inscriben dentro de la más ambiciosa tradición liberal de respeto a derechos civiles y políticos que como nunca han sido consolidados. Decíamos más arriba que el kirchnerismo se define por ser un gobierno en disputa, pues bien, también esa agenda liberal es objeto de esta tensión. Eso también explica, en parte, la incomodidad que estas iniciativas generaron en quienes sólo atinaron a denunciar la apropiación indebida es esas banderas. “Nunca estuvieron y ahora vienen y convierten todos nuestros reclamos históricos en leyes o políticas de estado efectivas”, clamaron una y otras vez desde una vereda llena de sombras. Es que el kirchnerismo también les salió a disputar la idea de que la construcción de una república liberal deba ir necesariamente de la mano de una concepción antipopular de la política. He ahí también una herencia posible de estos años.

mente que caer en esa terrible necesidad de particionar al peronismo para elegir uno y exagerarlo. Quizás, porque es una construcción política que surge a partir de la gestión, sea una reivindicación del primer peronismo, del espíritu de sus medidas, sus políticas públicas, su agenda de temas actualizados. Quizás porque toda gestión necesita la construcción de un mito, de un relato, aunque la

palabra por estos días suene mal, también es la reivindicación de experiencias peronistas posteriores. Quizás porque como experiencia política desde que nació siempre “fue poder” no se ha visto en la necesidad de elegir un peronismo para reivindicar retóricamente y ha podido interpretarlo mejor todo: como un conjunto de contradicciones que permiten, entre otras cosas, nada menos que avanzar.

Volver al futuro

Apuntes para pensar el “futuro” en un país sísmico: ¿Sentó Kirchner un paisaje político que pueda pensarse sólo dentro de la coyuntura electoral? Formado al calor del Estado, el futuro del kirchnerismo parece descansar en las marcas que dejó grabadas sobre él. Sabemos que el devenir es un deporte extremo: no hay asesores, ni sociólogos, ni nadie que pueda escapar al vibrato demente de la coyuntura. Contamos los años como lo hacen los perros: todo lo que sucede en un año, acá sucede en un mes. Eso es el “futuro” para cualquier fuerza política argentina: una profundidad insondable. ¿Pero qué es la mentada recuperación del Estado, qué es la agenda liberal de derechos, qué es la batería de políticas sociales y económi-

cas convertidas en conquistas adquiridas sino el sendero sobre el que transita el futuro? Como todo movimiento disruptivo, su herencia es también el territorio sobre el que habrá de transitar y tensionarse el devenir político de nuestro país. Kirchner parece haber grabado sobre el Estado y sobre la política un lenguaje, una marca de identidad, sin las cuales resulta difícil pensar el futuro de la Argentina. Hablamos de lo mismo que hablábamos antes: la emergencia de una disputa, la edificación de un Estado, la redacción de una agenda liberal proyectada desde una mirada popular, la construcción, algo no menor, de una identidad política. Eso también parece ser el nombre del siempre impredecible futuro.


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Por Walter Lezcano Teniendo en cuenta que tu novela tiene un fuerte componente autobiográfico quería empezar preguntándote, ¿cómo se dio el acercamiento a la literatura cuando eras chica allá en Cartagena? El acercamiento a los libros se da por mi papá que tenía una biblioteca muy impresionante. Teníamos una casa muy grande y la mitad de las paredes estaban repletas de libros. Él tenía una fijación con el mentalismo y la metafísica, más allá de que también tenía mucha ficción. Y mis primeras lecturas estuvieron guiadas por eso que no entendía muy bien qué era. Desde ahí me viene el hábito de leer vorazmente cualquier cosa. Viviendo allá, obviamente, leíamos a García Márquez. Lo respeto mucho, pero hoy no es para mí una referencia literaria, algo que nos pasa a todos los escritores jóvenes de Colombia. Pero fue fundante. También leíamos a Isabel Allende y nosotros creíamos que eso era buena literatura. Después, con el tiempo, hubo una depuración y empiezas a darte cuenta qué cosas son buenas y cuáles no.

¿Qué recuerdos tenés de tu adolescencia en Colombia? En mi familia todos estábamos muy obsesionados con mi padre. Mi padre era un abogado erudito, mucho mayor que mi madre, era una figura muy respetada y ensalzada. Pero al mismo tiempo era una figura muy ausente. Mi mamá lidiaba con el día a día a causa de esa falta de presencia de él, era tremendo. Y creo que la dinámica de mi familia era eso. Somos cinco hermanos, íbamos a un colegio religioso del Opus Dei y por vivir en Cartagena, a pesar de ser una ciudad muy chica que está frente al mar y recibe muchos extranjeros, hay una relación con el mundo de una manera muy precoz. Parece que está todo tan a la mano y no es así en absoluto. También vivir frente al mar, ese horizonte te crea una mirada de la vastedad increíble, como que jamás vas a salir de ahí. Ese loopeo raro en el que es muy difícil vivir. Es una ciudad colonial y a la vez abierta a recibir muchas cosas. Y eso marca. Y hace una gran diferencia el hecho de crecer frente al mar. Es muy esquizofrénico vivir en una ciudad así. Por eso la literatura que uno lee de esos lugares del

«Viviendo allá, obviamente, leíamos a García Márquez. Lo respeto mucho, pero hoy no es para mí una referencia literaria, algo que nos pasa a todos los escritores jóvenes de Colombia»

Margarita García Robayo

«Acá la gente sabe desde muy chica que quiere escribir» De chica consideraba que Argentina era una galaxia lejana e imposible de llegar. Ahora vive acá. Ella es Margarita García Robayo (Cartagena, Colombia, 1980), una joven periodista y escritora que ya tiene varios libros publicados: Hay ciertas cosas que una no puede hacer descalza (Planeta, 2009; Destino, 2010; Marcos y Marcos 2010), Las personas normales son muy raras (Plumas de mompox, 2011; Arlequín, 2012), Orquídeas (Nudista, 2012), y la nouvelle Hasta que pase un huracán (Tamarisco, 2012). Ahora acaba de publicar su primera novela, Lo que no aprendí (Planeta), la historia de una niña de once años, deslumbrada por un padre misterioso y fascinada por un vecino hippie. Ese es solo el comienzo. Con ella nos juntamos para dialogar de su infancia y adolescencia en Cartagena de Indias, del descubrimiento de la escritura como forma de hacer dinero, de cómo vivió el descubrimiento de la sexualidad en un colegio del Opus Dei, de lo distintas que son Colombia y Argentina, y de los verdaderos motivos por los cuales se escribe una novela. Caribe, como Junot Díaz por ejemplo, retrata todas esas contradicciones del ser latinoamericano.

¿En qué momento te decidís a escribir? Empecé a escribir por encargo del colegio y esas cosas. Y la primera vocación que se me desarrolló fue

al revés de lo que le pasa a cualquier escritor. Porque yo empecé cobrando por lo que hacía; lo que me parecía un gran privilegio. Que te paguen por escribir, no existe algo mas placentero que eso: es un verdadero milagro. Pasa que en colegio nos encargaban ensayos, críticas, reseñas, cosas de esas y

entonces vendía esos escritos a mis compañeros. Y se los hacía un poco peores que los ensayos que hacía para mí.

¿Por qué hacías eso? Para que se sacaran menos nota que yo. Pasa que en mi colegio yo era la pobre. Como era un colegio

muy importante del Opus Dei era caro. Ahí iban familias ricas y la mía nada que ver. Era una familia muy clase media que le costaba mucho todo porque tenían cinco hijos y era todo un esfuerzo tremendo. Igual mi papá se empecinó en que estudiáramos ahí. Eran gente que se iba de vacaciones a Estados Uni-


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«En el primer borrador de la novela había toda una parte de la adolescencia de la protagonista y era toda una temática en sí misma: las maneras muy turbias y oscuras del ejercicio de la sexualidad en entornos muy hostiles como el del Opus Dei. Yo recuerdo que nos pasaban películas del aborto. Teníamos que ver una y otra vez esas cosas, era una iglesia católica de mucha represión»

dos, ponele. Y yo conocí ese lugar cuando ya era muy grande. Y mis compañeros eran muy vagos, y yo me aprovechaba de esa condición y los cagaba. Ahí fui adquiriendo el ejercicio de la escritura como un oficio. Era algo que me salía bien y lo vendía. Después, ya de grande, le vendía ensayos y tesis a gente que estaba siguiendo una carrera universitaria.

¿Qué edad tenías cuando vendiste tu primer trabajo? Once, doce años.

¿Eso fue antes de escribir tu primer texto de ficción? Yo escribí mi primera ficción, un cuentito, a los veinticinco años. Yo no tenía ninguna expectativa de que pudiera ser escritora. Era como una cosa lejanísima. A pesar de que teníamos como referencia de que se podía vivir de los libros a García Márquez yo no tenía ninguna esperanza. Por eso me metí a estudiar derecho.

En Lo que no aprendí la protagonista está en un momento de su vida en el que está descubriendo su sexualidad. ¿Cómo vivías vos ese tema en tu adolescencia? En el primer borrador de la novela había toda una parte de la adolescencia de la protagonista y era

toda una temática en sí misma: las maneras muy turbias y oscuras del ejercicio de la sexualidad en entornos muy hostiles como el del Opus Dei. Yo recuerdo que nos pasaban películas del aborto. Teníamos que ver una y otra vez esas cosas, era una iglesia católica de mucha represión. Entonces los modos de vivir la sexualidad en un entorno así es lo mas represivo que puedas imaginarte. Por supuesto que la idea era que todas teníamos que llegar virgen al matrimonio, teníamos que seguir ese mandato. Era todo muy retorcido: y ahí hay un gran tema. Y la cosa familiar en el Caribe era muy conservadora, y también con cierta tolerancia a que ocurrirán cosas y hacerse los desentendidos: pequeños y grandes abusos, esas cosas. Obviamente no es algo de lo que se hable. Es muy así. Había una especie de código silencioso de que estaba todo permitido mientras no se hablara de eso.

Teniendo en cuenta que ahora estás viviendo acá, ¿qué pensabas de Argentina en ese entonces? Argentina me parecía un universo muy lejano. Y cuando vuelvo a mi país lo sigo confirmando. Es muy distinto. Habiendo experimentado mucho las dos te puedo decir que son lugares antagónicos. En Lati-

7 noamérica los modos de sutilezas se van perdiendo a medida que se desciende en los países. En México hay una diplomacia generalizada que pasa a ser hipocresía, por quedar bien y ser muy correcto. En Colombia también sucede algo parecido. En Argentina hay una frontalidad excesiva y nadie se calla nada, y hay mucho de eso que hay que quejarse por todo y no poder aceptar que algo por fin se hace bien. Una de las cosas que mas me sorprendían cuando llegué acá era el nivel de grito que hay en la calle, una violencia verbal muy marcada. Iba por la calle y me empujaban y nadie se daba vuelta para decirme disculpas. Pero, bueno, volviendo a tu pregunta, mi relación con Argentina en esa época era casi nula. Nunca pensé en mi vida que iba a venirme a vivir acá.

¿Cuándo empezás con el periodismo? Yo estaba estudiando Derecho, por mi papá y porque tengo toda una familia de abogados. Me iba bien porque soy súper traga, de estudiar mucho. En la mitad de la carrera empiezo a trabajar en la Fundación de García Márquez. Y me propusieron de un diario local escribir sobre cine porque en Colombia el festival de cine de Cartagena es muy prestigioso.

¿Cuál era tu trabajo en la Fundación? Yo coordinaba los talleres y también me tocaba viajar por diversos países, así fue como conocí Argentina la primera vez. La idea era promover el periodismo narrativo. Lo que ahora llaman crónica y parece estar de moda y que hace mil años que lo inventó Capote, Talese y demás. Y García Márquez fue muy cultor de ese género, con Relato de un naufrago y otras cosas que hizo.

¿Qué porcentaje de estupidez y qué porcentaje de extremismo hay en la acción de esperar que corte el semáforo parado en la bicisenda? Difícil saber. Por lo pronto, ya empiezo a sentir que cada vez son más los que buscan ser arrollados por los 11,2 kilos que pesa mi bicicleta. Los entiendo y hasta los respeto a los que prefieren empezar con algo menos extremo que los mil doscientos kilos que, en promedio, pesa un auto. Pero deben saber que yo también vengo viviendo mi experiencia. Está bien, muchísimo menos extrema que la de ser pasado por encima por alguien como yo, pero tanto o más vital que aquellas que consiguen el auspicio de Speed u otras bebidas energizantes. Lo quiero decir acá: aunque es probable que nunca se compruebe,

tengo la convicción de que entre las miles de razones que explican que la primavera sea tan ventosa, una, una entre esas miles, muy por detrás de las cuestiones físicas y atmosféricas, muy por detrás, no es mi intención discrepar con especialistas en latitudes y longitudes, pero una de esas miles de razones que explican el viento de estas noches de primavera, es para que lo disfrutemos mientras andamos en bicicleta. Así que te pido, si sos tan amable, que no me mires a mí, mirá el semáforo, subite a la vereda y déjame paso mientras disfruto este vientito. Antes de salir me enteré por las redes sociales que el Gobierno de la Ciudad quiere declarar a Buenos Aires como la ciudad del Papa. La verdad que no leí más. Preferí no contaminarme. Con el título me alcanza para pensar un montón de

¿Cómo empieza a gestarse Lo que no aprendí? Cuando se muere mi papá en el 2006. De todas formas, el espíritu de esta novela está en la segunda

parte. En realidad es una novela sobre las versiones que una misma familia tiene sobre sí misma, y sucede en todas las familias. Porque me empecé a dar cuenta que lo que hablaban de mi papá todos en mi familia, no se parecía en nada a lo que yo recordaba de él y del lugar que ocupó. Me pareció que estaba bueno explorar eso. Empecé a escribirla en el 2009, y en el camino sufrió bastantes mutaciones, porque yo quería que fuera un mismo personaje en distintos momentos de su vida, pero, bueno, se me desvirtuó la historia. Creo que al final la novela se convirtió en un ejercicio de reflexión sobre la literatura y los mecanismos de la ficción: cómo uno elige contar algo para decir cualquier otra cosa. La novela se puede leer como la historia de una chica de once años, fascinada con su papá y un vecino y la relación con su madre y todo eso. O bien se puede leer como las excusas que uno lleva adelante para contar una historia con la intención de decir algo que no se llega a decir. Yo creo que la primera parte cuenta una historia eficiente. Pero que una historia se eficiente no quiere decir necesariamente que sea honesta. Por eso está la segunda parte. Para decir lo que realmente quería expresar.

¿A qué le decís ni a palos? Al turismo de aventura.×

«En Latinoamérica los modos de sutilezas se van perdiendo a medida que se desciende en los países. En México hay una diplomacia generalizada que pasa a ser hipocresía, por quedar bien y ser muy correcto. En Colombia también sucede algo parecido. En Argentina hay una frontalidad excesiva y nadie se calla nada, y hay mucho de eso que hay que quejarse por todo y no poder aceptar que algo por fin se hace bien»

DIARIO DE BICISENDA

Ciudad de Dios Por Emiliano Flores

¿Cómo empezás con la ficción? En un momento comienzo a trabajar para la revista Soho, que me parece la mejor en cuanto al periodismo narrativo. El editor me proponía cosas muy buenas para escribir y ahí me di cuenta que no sirvo para periodista porque disfruto mucho el momento de escribir en mi casa y no la paso bien cuando tengo que seguir a la gente, reportear y todo eso, me da fobia, es algo para lo que no soy buena. Si lo tengo que hacer lo hago, pero no es algo que me motive. Descubrí entonces que definitivamente quería escribir, que me gustaba en serio, que no era sólo un modo de ganarme la vida. Y también tuvo que ver con mi venida a Buenos Aires. Acá pasa algo muy loco: la gente sabe desde muy chica que quiere escribir. Y empecé un taller literario con Liliana Heker. Tenía de compañeros a Pablo Ramos, Samanta Schweblin y me sorprendía la seriedad con la que se lo tomaban. Y tuve suerte porque ahí produje mi primer libro de cuentos, Hay ciertas cosas que una no puede hacer descalza, y salió por Planeta. Hoy ni lo puedo leer. Ahí arranqué, me di cuenta que era posible.

cosas y hasta tomar una posición aunque se entienda que no implica nada. Es cierto, si la perra Laika se sacrificó dentro del Sputnik sin decir una palabra, es para que nosotros, digo nosotros como humanidad, mantengamos a la religión lo más distante de la política posible. Tampoco convertirse oficialmente en la ciudad del Papa va a convertir Buenos Aires en una ciudad sagrada, onda Cusco. No nos veo vistiéndonos con modelos como los que usaba Francisco durante su adolescencia como membresía por ser la ciudad originaria del Sumo Pontífice. Somos la ciudad con más salas de teatro del planeta, con más librerías, no nos van a creer originarios. Además, si eso sucede, tampoco lo vamos a permitir. En nuestro imaginario pretendemos una ciudad moderna, ser la capital mundial del 3G, del 4G,

si es que tal cosa existe, queremos rascacielos, cobertura de wi-fi, queremos ser la ciudad de la moda. Es más, estamos convencidos, basados en una inexplicable fe, que somos capaces de imponer modas. Por eso insisto, es una medida que más allá de lo simbólico, no nos cambia la vida en nada. Lo bueno para el Jefe de Gobierno es que genera un hecho político a cambio de eso, cero pesos, nada. Claro, se dirá que se trata de una ofensa para la diversidad de credos que habitan y viven la ciudad pagando sus impuestos y bla, y que en ese sentido, Macri no honra la ciudad pluralista que describe con cierta precisión su propia constitución. Pero es justamente eso lo que hace a Mauricio Macri una figura política interesante: la negación radical del ibarrismo. Esa expresión que enfocaba en las minorías y que,

ante cada decisión trascendente, buscando conciliar con los diferentes actores, dejaba la gestión en una deriva cuyo capitán era una mesa de diálogo incapaz de concertar un punto de encuentro. Nos guste o no, la experiencia de Ibarra terminó siendo un fracaso. Y ese fracaso arrastró al progresismo citadino a una crisis de la que se sale, entre otras cosas, haciendo cuentas. Poco más del 70% de los porteños se reconoce como católicos, la ciudad tiene 176 iglesias y, ejem un Papa. Cómo no va a ser la ciudad del Papa. Ahora bien, hay un dato que por irrelevante que sea, no debería dejar de llamarnos la atención, pues de comprobarse, señor Jefe de Gobierno, no sabría cómo procesarlo. ¿Por qué no hay bicisendas que pasen por la puerta de las Iglesias? ¿Acaso la fe no viaja en bicicleta?

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año 4 | nº 237 | 27 de octubre de 2013

La salidera

Buen día, día

DÁ!

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Por Martín Rodríguez Hace un año el país vivía la fiebre de las fechas; dos: 8N y 7D. Una se coló en el medio con fuerza también: el 20N sindical de Hugo Moyano. Este año, electoral, sobre todo la energía callejera anti kirchnerista parece aplacada. Y la ley de medios espera el veredicto definitivo de la Corte. ¿Se solucionaron las demandas caceroleras? Difícil. Seguro no. Sólo que respondió el sistema político con algunas ofertas electorales que destrabaron la sensación de impotencia que deben vivir aquellos que no quieren a este gobierno. UNEN y el Frente Renovador hicieron su contribución para ensamblar una salida política al embotellamiento de las cacerolas. Manifestaciones ruidosas y sin centro, sin oradores, con políticos culposos que medraban o especulaban bajito ahí. Hoy es impensable una convocatoria así. Por veda no hago la lista de políticos que me dan tirria. Pero doy una pista: son los que subrayan el peor de los axiomas, ese que dice que la crisis de representación no terminó. Los que prolongan el efecto 2001. Y acentúan la sobrevaloración continua de esa crisis en su variante “crisis moral”. Por izquierda o derecha son minorías políticas, rostros que envejecieron repitiendo las mismas palabras. Viejas novedades. Por izquierda, el negocio de mantener la crisis de representación abierta se tradujo muchas veces en putear al bipartidismo. “Baila la hinchada, baila, baila de corazón, sin peronistas, sin radicales, vamo' a vivir mejor” cantaban en diciembre del 2001 los autonomistas de Sociales, del MTE, del MTD, y de todos los MTs de la Argentina. Esa consigna fue recogida por la CTA. En todos esos intentos, el negocio de mantener abierta la brecha entre representantes y representados funcionó para formar monobloques. Por derecha, el negocio de mantener abierta la crisis de representación lo abrió en su momento De Narváez, quien, paradójicamente, no pudo presentarse como una opción electoral fuerte por dos cosas: por jugar por afuera del pero-

¡AGEN

nismo en un distrito en el que esas cosas sólo se pueden hacer una vez, y por traicionar las expectativas formuladas en la elección del 2009. En el 2011, una alianza inexplicable con Ricardo Alfonsín después de un fuerte coqueteo con el Pro y con algunos peronistas contribuyó a hacer poco creíble una opción en esta elección. De tan obvio se escribe solo: el 8N se resolvió. El voto en las urnas se junta con otros votos no sólo para decir cuánto relato, cuántos dólares, cuánta confrontación, a cuánto el kilo de tomate. También se junta para “enterrar la cacerola”. Estas elecciones por las expectativas, por las ofertas, porque de nuevo –incluso- colocan al gobierno en un lugar de poder decisorio, pero también en sus “grises”, demuestran una capacidad política en la Argentina. Y decir que funciona la representación no es decir que no hay conflicto, sino más bien es decir que la política sabe desplegarlo, conjugarlo, conducirlo. Si lo que se pone en juego es mucho en esta elección es porque la política se parece a lo que está en juego socialmente. Económicamente. Lo que está en juego incluso para los grupos económicos. Votar es un acto colectivo. Me gusta introducir el voto en las urnas e imaginar que ese voto se junta con otros, miles, en una misma dirección. Hace diez años voto al mismo partido. Diez años es mucho tiempo. Diez años no es nada en la vida de un país. Un espejismo usual en momentos de cambios es ver todo demasiado normal. Como la calma que antecede a una tormenta. Pero no es normal un país con presidenta internada, gobernador moribundo u otro gobernador –el hecho más grave de todos- con su casa balaceada por los narcos. A veces sólo lo que llamamos normalidad es la velocidad aceitada en que lo intolerable se vuelve tolerable. Hoy, como el cowboy que ponía la oreja en tierra: ¿hay ruidos o no hay ruidos de malón? Sordos ruidos son los votos, llegan sus mensajes. Viva la democracia de la república Argentina. ×

Teatro Ivanov Sábados - Teatro El Cubo - Zelaya 3053 – 20 hs Antón Pávlovich Chejov escribió Ivanov a los 28 años. Sí, a los 28 años, una obra juvenil. Una obra que grita por la felicidad y la desesperanza en las mismas coordenadas. Intentos por evitar la vida, tal vez así sería el título de esta hermosa y sensible obra del autor ruso. Ivanov es la pieza juvenil tal vez menos representada y al mismo tiempo la que encierra todo el germen del alma chejoviana. El Seminario de Teatro Ruso que se inició hace casi 3 años sigue dando sus frutos. Luego del estreno en el país de La tormenta de A. Ovstroski, esta vez avanzan con Ivanov de Antón Chejov en El Cubo, en la calle Zelaya 3053 CABA. ALTAMENTE RECOMENDABLE.

La banalidad del mal: Hannah Arendt de Margarethe von Trotta (que no tiene nada que ver con el antiguo 2 de River), se presenta en La Casona de Humahuaca. Mujeres y hombres, sobre todo hombres levanten el puño por todas las mujeres que dieron su vida por las luchas de género y de paso tomen nota. Sobre todo vos, zapallo, que usas gel y cadenita de oro y te gusta andar rapido en tu machine.

Música Café Tacuba en Argentina Martes 29 – La Trastienda - Balcarce 460 21 hs. ¿Eres el tipo de persona que cuando llega el martes no sabe qué diantres hacer? Bueno, manito. Te recomendamos que vayas a ver una banda que seguro te va a romper la cabeza. Café Tacuba desde México a San Telmo presentando La Gira del Objeto. Entradas generales, es decir de pie, es decir de dorapa, te sale dos gamboas. Las mesas en el entrepiso del lugar y las butacas preferenciales estan a dos gambas y media. Vale la pena.

Miss Bolivia + Villa Diamante Jueves 31 – Niceto Club - Niceto Vega 5510 – 21 hs. Más y más música en vivo. Grandes planes musicales en la última semana de Octubre. Miss Bolivia con su hip hop soul y Villa Diamante con sus mezclas se presentan en el famoso Niceto Club para hacerte bailar ol de nait, papa. Dos COMPAÑEROS en varios aspectos ofrecen un show toraba y divertido de jueves para cambiarte el ritmo e ir adentrandote en Noviembre, en el fin de año. La General (Perón) te sale 40 pe y la que viene con cd 70 pe. NADA.

Virus

Cine Ciclo de cine: Mujeres Luchadoras Lunes 28 – La Casona de Humahuaca- Humahuaca 3508 – 22 hs.

La Missisipi en Ramos Mejía Miércoles 30 - Mr. Jones Pub - Saavedra 399 – 21 hs. Y seguimos con más recomendaciones musicales porque claramente está arrancando el calorcito y no hay mejor plan que escuchar música en vivo. Esta vez recomendamos blues y de la mano de un grupo ya muy conocido en el circuito musical bonaerense y porteño. Los porteños que crucen la Gral. Paz alguna vez en su vida y que del otro lado les griten: ¡Por fin te fuiste, Mabel! Ah, si pueden ir con "una Mabel" al recital van a pasarla diez veces mejor.

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Director Federico Scigliano

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Editor Diego Sanchez

Diseño original Nizo Mauas

Arte Diego Paladino Fotografía Patrick Haar

Redacción: Amenabar 23 (C1426AYB) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: contacto@niapalos.org Departamento comercial: Tel.: 4776-1779

Viernes 1 de Noviembre - ND Ateneo - Paraguay 918 – 21 hs. No podemos evitarlo, queremos bailar toda la semana. Cerrando la lista de recitales te pedimos por favor que no te pierdas Virus. No solo porque cuando es con vos sentimos todo irreal sino porque es un show incomparable. Si sos un nostálgico ochentoso andá a recordar buenos viejos tiempos en los que te drogabas y no tenías pibes. Si sos pendejo, andá a aprender de música nacional. Las entradas oscilan entre los 110pe y los 180pe. Poné un poco de tarasca que es primero y es viernes. Salí a reventar la noche.

Internos: 156 y 159 Venta de ejemplares atrasados: Azopardo 455. Tel.: 4342-8476 Impresión: Editorial AMFIN S.A. Paseo Colón 1196. Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Distribución en Capital Federal y Gran Buenos Aires:New Site. Baigorri 103, CABA Distribución en el interior: Inter Rev S.R.L. Av. San Martín 3442. Caseros Pcia. de Buenos Aires


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