Suplemento Ni A Palos Numero 257

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Un picadito swinger

A PALOS

Zambayonny y el goalcouple, la nueva moda del fútbol para parejas

Entrevista a Las Ligas Menores Rock y aprendizaje al otro lado de los géneros

SUPLEMENTO JOVEN Domingo 16 de marzo de 2014 Buenos Aires, Argentina Año 4 Nº257

Además: Aguafuertes Cariocas | Día de la mujer, entre la frivolidad y la minoría | La naturaleza de los medios | Aquilea, crónicas de una librería


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FUTBOL PARA EXTRATERRESTRES

Goalcouple Por Zambayonny Ilustración: Daniel Caporaletti Hace unos días me contaron que existe una empresa en Buenos Aires que alquila canchas de fútbol especiales a matrimonios amigos para que jueguen 2 contra 2. Increíble pero real. Perece ser que la idea vino de Europa y los primeros que sacaban turnos para ocuparlas eran las compañías de turismo que traían parejas swinger del Viejo Mundo e incluían este entretenimiento en el paquete de esparcimiento durante las vacaciones. Con el boca en boca el goalcouple porteño inmediatamente prosperó y enseguida comenzaron a sumarse parejas swinger locales y más tarde el negocio se abrió para otras que no practicaban el intercambio amoroso, y finalmente para grupos de amigos en general. Hoy por hoy es casi imposible encontrar un horario disponible para jugar pese a que el alquiler del espacio ronda los $800 por 45 minutos. Obviamente las dimensiones de estas canchas son mucho más pequeñas que las de fútbol 5 (algo así como un living comedor gigante), tienen superficies convenientemente coloridas, detalles varios, arcos más grandes y pelotas más livianas. Mientras me narraban otros detalles interesantes del asunto, tu hermana interrumpió a los gritos diciendo que eso no era fútbol. Y parecía tener razón. Sin embargo de inmediato recordé viejos "arco a arco" de mi infancia con una piedra, históricas contiendas al mete-

gol por el honor y campeonatos con arcos de dedos y pelotas de miga de pan sobre la mesa pobre del comedor. Y todo eso era fútbol, así que esto también. Enseguida la discusión viró en torno a una pregunta: ¿qué necesitaban del fútbol estas personas? ¿Oh, qué será, qué será? La canción parece fácil y sin embargo lo único que hacemos es tratar de entenderla. Todos hemos visto gente desesperada queriendo que les guste el fútbol. Intuyen (y tienen razón) que ahí hay algo que necesitan y que no saben hallar en otra parte. Sin embargo el secreto está adecuadamente escondido para los razonamientos lineales, el paisaje vedado para los ojos comunes y la señal inaudible para los oídos mal ecualizados. La idea es no balearse los domingos. He conocido a varios. Los vi mirar con indisimulable esfuerzo un partido completo en la pantalla esperando que algo milagroso les suceda a sus sentidos, los vi pasar de largo el suplemento deportivo como siempre y volver con culpa hacia atrás hoja por hoja tratando de encontrar la señal oculta, los vi disfrutar apenas del 30 por ciento de extraordinarias metáforas futboleras provenientes de sus escritores respetados creyendo que no había más nada, los vi carapintarse en los mundiales para ser otros, los vi devolver una pelota a los niños en la plaza con un puntinazo a la calle creyéndose por un instante parte de la cosa, los vi memorizar algunos

insípidos datos estadísticos para soltar a destiempo en una conversación que los obviaba, los vi mover los labios repasando una canción de cancha para transmitirle a su hijo con la melodía floja y la letra a medias, los oí tocar bocina sin ritmo en una caravana ajena, los vi googlear el offside, los vi hacer zapping en la final de la Libertadores, los vi celebrar un gol anulado, los vi escribir

Tripacorazón

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1. Definición 2. Derivaciones políticas 3. Colectivo tripacorazonista

Tripacorazón es un neologismo por el cual se especifica el esfuerzo de una persona en conformarse con lo que hay aunque sus pretensiones sean mayores. Al igual que la neolengua del libro 1984 de George Orwell, el vocablo es la síntesis de toda una frase: “Hacer de tripas corazón”. El concepto es una expresión acuñada por la diputada Elisa María Avelina Carrió (UNEN) a través de un confuso twitt el cual estaba ilustrado por una foto de la citada legisladora viendo precios de aceitunas en un supermercado con la consecuente cara de preocupación e indignación opositora. En el twitt la pitonisa anaranjada manifiesta su temor ante la situación presentada al llegar a su hogar y notar que sus hijos tenían hambre, poniéndola entre la espada y la pared y empujarla a ir al supermercado. Al parecer, la denunciadora televisiva no tuvo otra salida que adquirir productos que no eran los que deseaba, dejando a la libre consideración del lector cualquier conclusión al respecto.

mal Messi, los oí contar anécdotas sin remate, los vi correr a hacer pis cuando empezaba el segundo tiempo, los vi impotentes sin saber qué recriminarle al árbitro, los oí pensar fúlbo y decir fúpbol, los vi admirar con envidia el culo de algún jugador, los vi pagar carísima una camisetita de regalo para su ahijado, los vi llorar por otra cosa, los vi desear manejar el carrito de los lesiona-

dos, los oí preguntar a la oscuridad si alguna vez sentirían una pasión verdadera, los vi imaginar historias donde eran protagonistas de jugadas colosales que no sabían cómo definir ni en sueños, los vi pintar inocentes una habitación con los colores del clásico, los vi aturdidos por el relato, los oí decir que están todos los partidos arreglados para exculparse por no verlos, los oí decir remera en lugar de camiseta, los vi tentarse a poner guita en el pase de un pibe de 8 años, los oí repetir que 2 a 0 es el peor resultado, los oí ufanarse de haberse cruzado con un jugador retirado del cual no recuerdan el nombre, ni el equipo, los oí proponer estúpidas reglas nuevas en mitad del partido, los vi aplaudir goles rivales, los oí pedir penal lejos del área, los oí decir que las derrotas sirven para algo, los vi temblar mientras los cacheaban, los vi tener frío en la cancha, los vi querer infructuosamente iniciar la Ola en varias oportunidades, los oí no saber cómo llamar la atención del cocacolero, los vi contar policías, los vi tardar en asimilar al cambio de arco, los oí putear a los propios, los oí decir que son 22 tipos detrás de una pelota en conversaciones con gente como ellos, los oí aclarar demasiadas veces que los jugadores son millonarios, los vi rogar en secreto que el fútbol vuelva a ser pago, los oí nombrar por el apodo a los jugadores y por los títulos a sus amigos, los vi tatuarse con henna. Los vi burlarse de las cábalas y creer en dios.x

Derivaciones políticas

Colectivo tripacorazonista

La palabra trasciende esa mera situación cotidiana ya que tiene connotaciones políticas de consideración. Cabe consignar que en esa misma semana del twitt se deslizó la posibilidad de una alianza electoral entre Carrió y el PRO que lidera el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, pacto político (con perdón de Aristóteles) que se puede simplificar en la expresión tripacorazón. Es evidente que de uno u otro lado de cada parte de este probable matrimonio proelitista, perdón, proselitista, hayan manifestado internamente: “y bue… tripacorazón”. Del lado del carriotismo ya son consuetudinarias las tripacorazonadas, ya que desde Patricia Bullrich hasta Fernando Ezequiel Solanas Pacheco (conocido como Pino), pasando por Graciela Ocaña, Ricardo Gil Lavedra, Mirtha Legrand y Jorge Lanata, han sido o son aliados de la política notoria por sus dotes histriónico-psicofármacas. Por lo tanto es habitué el conformismo tripacorazonista. En cuanto a la parte macrista no hace falta aclarar nada.

Obviamente que para que haya alianzas tripacorazonistas hace falta un electorado afín. Y dentro de los votantes de la oposición eso es denominador común. Con solo mencionar que la palabra “alianza” no les rememora nada negativo al tripacorazonismo podemos comprobar esta consideración. Además, no solamente se circunscribe al carriotismo. Cabe acotar que un sector del radicalismo no tendría pruritos en juntarse con Sergio Tomás Massa. De hecho, en una acción propia del fundamentalismo tripacorazonista extremo, el legislador del Frente Renovador se reunió en Mendoza con el referente del nopositivismo radical Julio César Cleto Cobos. Como conclusión se puede afirmar que la expresión política (de nuevo, perdón Aristóteles) existía, pero que su denominación, tripacorazonismo, sobrevino de un twitt en el que Lilita Carrió contaba que fue a comprar aceitunas para el Martini de Pato Bullrich.


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ESTEREOTIPOS

» »Trabaja en una empresa de “digital advertising”, donde se alienta el “coworking”, los jefes “instagramean” y se puede jugar al metegol, pero te liquidan mal el aguinaldo. » »Compró bitcoins. » »Es de simpatizar con el Partido de la Red. » »Igual no los votó. » »Dice mucho "redes sociales" en sus conversaciones. » »Es el que te corrige cuando decís “propaganda”. » »Utiliza el acrónimo ASAP en los mails de trabajo. » »También dice “stalkear”. » »Es el que se autopone "me gusta" en Facebook.

Por Florencia Fragasso

ras a rayas. » »Tuvo Fotolog. » »Usa muchos hashtags en Twitter. » »Si tiene novia, se refiere a ella con el hashtag #novia. » »Va al gimansio. » »Era fan de CQC. » »Le cae bien Pergolini, le dice “Mario”. » »Odia a Tinelli. » »Pettinato le parece “un genio”. » »Toma Coca light. » »Usa Mac. » »Le gusta decir que es “cinéfilo”. » »Lee exclusivamente libros de Anagrama. » »Escribe “looser”.

» »Tiene muchas reme-

falsa escuadra

» »Usa zapatillas Converse. » »Trabaja en zapatillas. Muchas gracias a Martín Hernández por los aportes

«El que está en contra de los feriados» Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos. web

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miento anestésico y la posibilidad de que en cualquier momento te asalte lo inesperado. La librería en cuestión, Aquilea, es una de tantas de libros usados, “de saldos” o “de viejos”, de Buenos Aires. “Una librería de saldos tiene algo de cueva”, leemos. En este caso, la cueva es el punto (torre-mirillapantalla) estratégico para mirar la vida pasar: el narrador-poeta apunta, lee, atiende y vigila. No es un libro intelectualoso, no hay tiempo para largas disquisiciones sobre autores, porque está escrito al ritmo del trabajo diario: interrupciones, cambios de clima, personajes de lo más variopintos retratados con pincelada precisa. La voz de este librero porteño desprovisto de su aura setentosa, se alza sin pretensiones, plagada de humor. Los títulos y autores funcionan como personajes en la coreografía acuosa del texto, y se entremezclan con los clientes. Aquilea, entre otras cosas, es la ciudad de la película Invasión de Hugo Santiago, con guión de Borges y Bioy Casares. Y también remite a Aquiles, el de los pies ligeros, el apasionado guerrero de Troya con la vulnerabilidad localizada en un talón. Viveza criolla, la búsqueda del mango, tensión entre valor simbólico y material, son algunos de los

condimentos que hacen de nuestro héroe un sujeto de su tiempo, encarnación de las contradicciones de la clase media ilustrada tan de la calle Corrientes. En el epílogo, la vida “privada” se cuela en el mundo del trabajo. La librería toma otra entidad, se viste con atributos de personaje. El narrador sospecha: “yo soy de ella”, “ella piensa en mí”. Ella le tira indicios, claves que debe interpretar. Él oye voces, los libros le quieren decir algo. Se despliega un juego entre las ideas de comercio, productividad y reproductividad, que hacen cumbre cuando nos topamos con la más inquietante de las sospechas: “Tal vez a esta altura ella [la librería] sea una prolongación mía”.

Aquilea, crónicas de una librería se presentará el viernes 28 de marzo a las 19 hs en el Centro Cultural Ricardo Rojas, Corrientes 2038. ×

Día de la rejum

» »No le gusta el fútbol.

Estereotipo que viene

twitter

¿Qué tienen en común un negocio de vestidos de novia, un sex shop, un neuropsiquiátrico y una librería de saldos? Una sola cuadra de la calle Corrientes los alberga a todos, y hay alguien que mira y toma nota, la voz (por momentos poética) que narra Aquilea, crónicas de una librería, peculiar libro de Hernán Lucas publicado por Bajo la Luna. Corrientes aparece despojada de su halo romántico-bohemio; este es un libro sobre el trabajo. Sobre el comercio, la faena diaria de un empleado de sí mismo cuya tarea es hacer cosas con libros: comprarlos, venderlos, subirlos a Internet, bajarlos al sótano, redescubrirlos, perderlos, atesorarlos. A veces el librero hace de celestino: da con el maridaje exacto entre libro y lector. “Cuando pongo un libro de mi biblioteca personal a la venta –cuenta el librero- me digo: vuelve al río”. Ese tráfico permanente le da a la lectura de este raro librito una agilidad propia de la vida urbana. “La gente parece salida de los libros que busca”, observa –y anota- el librero. Quien haya trabajado en una librería sabrá que pocas tareas ofrecen ese equilibrio justo entre adormecimiento y vigilia, entre un aburri-

» »Pregunta “¿Adónde te vas de vacas?”.

» »Le gusta mucho al » »Ve muchas series y las Vitamin water. comenta en Twitter. » »Tiene Netflix. » »Participa en Masa critica aunque no en» »Pudo haber estudiado tiende mucho de qué en la Universidad de se trata la movida. Palermo. » »Mete "selfies" mientras anda en bici, poniendo en riesgo su integridad personal y la de los que quedan afuera de la foto.

Aquilea, crónicas de una librería, de Hernán Lucas

El río urbano de los libros

HOY: El que le dice “seflie” a la autofoto » »Puede ser programador, community manager o, si es muy grave, “entrepreneur”.

ruido de fondo |

@niapalos niapalos

Por Romina Sánchez Pasó el día de la mujer y, con eso, quedan los balances. ¿Quedan los balances? Aquel sábado me tocó pasarlo en Buenos Aires, en su asfalto sosegado, su aire menos cargado de día hábil. Día de la mujer. ¿O día de la rejum? Tenía que hacer tiempo. Así que empecé a ver qué iniciativas había para conmemorar la fecha. Tanto buceo en la web, terminé en la página del gobierno de la Ciudad: llegué a la conclusión rápidamente de que, por lo menos en esta materia, la preferencia de la cantidad sigue primando sobre la calidad. Allí se proponían actividades ligadas a la moda –la moda de la cúspide, nunca de la base–, astrología y meditación, moda, tango y sinfónica, y moda. Así vendía la jornada “La Ciudad y el Día Internacional de la Mujer” la gacetilla, con el consabido impulso de las redes sociales: “Actividades deportivas, culturales y educativas frente al Rosedal de Palermo y en barrios; la Ciudad de Moda organiza un desfile en Palermo Viejo; la Orquesta del Tango se presenta en el Anfiteatro de Parque Centenario; la Banda Sinfónica actúa frente a la Facultad de Dere-

cho y se realiza la visita guiada Calles con nombre de mujer en Puerto Madero. Además, múltiples propuestas culturales. Toda la agenda del fin de semana.” Y hablaba de festejos. Ah, el detalle semántico. “En el Día Internacional de la Mujer la Ciudad auspicia distintas actividades para conmemorar sus derechos y seguir luchando por la igualdad de participación en la sociedad sin distinción de género”. Ok. Lástima el espacio estratégico que se le dio al #festejoentremujeres, tal el hashtag viral. Festejo entre mujeres. Entremujeres, la propuesta de Clarín para la fémina moderna, hiperactiva y muy bien posicionada en la escala social –sí, justo al lado de los hom-

bres–, llevó a cabo en el Rosedal una “exclusiva clase de boot camp”, lectura de cartas natales y futurología –¿será que en el futuro se extinguirán los golpes?–, claves muy Shapira para superar el resentimiento hacia ese guacho que te metió los cuernos, y ejercicios de respiración y meditación de El Arte de Vivir. Porque para olvidar, mi querida, hay que estar relajada. Entremujeres, con su menú light, fue un éxito. Y hubo otras actividades, como el Festival Internacional de Cine por la Equidad de Género, “Mujeres en foco”, que no tuvieron el mismo impulso y flaquearon de convocatoria. Lo mismo sucedió con los talleres de violencia de género y la campaña de concientización en comercios. Una pena. Así las cosas, las propuestas para trabajar una agenda de género situada históricamente en 2014, en nuestro país, con nuestros dramas y nuestras fortalezas, siguen siendo cosa de la minoría, de la izquierda o las ultraarchimegafeministas. Para el resto, queda la naturalización de la pavada, queda lo inerte, el toco y me voy. Queda la frivolización del rojo en el calendario, fuera de foco.×


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Hay que salir del agujero interior

Nota

Los barrios cerrados tienen canchas de golf, tenis, spa, pero también colegios. Al otro extremo de la escuela pública se encuentran los institutos educativos en emprendimientos urbanos que forman a los hijos de una clase media que, hace ya algunos años, decidió crear un mundo privado a pocos kilómetros de la capital. Aulas, docentes y alumnos conforman un ecosistema absolutamente nuevo, que modifica los bordes sociales de la educación. ¿Cómo concibe la sociedad, la educación, el rol del Estado y el carácter de lo público un joven que se levanta, va a la escuela, juega el fútbol, hace la tarea, come y se va a dormir sin haber salido en ningún momento del radio de su country? ¿Qué se aprende ahí adentro? Los autores parten de estas inquietudes para adentrarse, sin condescendencias ni estereotipos, en un universo cerrado pero real. Historia de un país adentro de otro país.

Por Celina Cappello y Damián Huergo Concert. Family day. Sports. Booklet. Spring Break. Talent Show. Palabras, conceptos, eventos que se hicieron lugar en el lenguaje de un sector social que, hasta fines del siglo XX, mantuvo lejos de su diccionario cotidiano. Un sector social que es un país en sí mismo; con fronteras idiomáticas, culturales, aspiracionales, más identitarias -por momentos- que las variables económicas. Sí, no corras, estamos hablando de la clase media. Otra vez. Mejor dicho, de uno de los tantos meteoritos que se desprendieron de ese planeta inconmensurable, tan proclive al extractivismo de investigadores sociales. Un meteorito que se soltó del big bang económico, político y cultural, denominado neoliberalismo. Un meteorito ascendente, trepador, orgullosamente ganador, materializado en una nueva clase social, que supo reconstruir los marcos de sociabilidad con accesos diferenciados. Un meteorito cuyo nuevo horizonte aspiracional, incluye urbanizaciones cerradas y educación privada full time para su correlato sanguíneo. Un horizonte que se vislumbra con la forma de un muro, que marca límites, que actualiza quiebres entre lo público y lo privado.

*** El boom de las urbanizaciones privadas –iniciada en los ’70 como casa de fin de semana- estalló en Argentina a partir de 1996. Los inmigrantes, porteños-conurbanizados, fueron -en su mayoría- matrimonios jóvenes pertenecientes a sectores gerenciales y profesionales. Aterrizaron a su nueva vida con credenciales educativas, ingresos compartidos y, como dios manda, con hijos pequeños. Buscaban un mundo feliz sin rejas pero con muros, con el césped -siempre- recién cortado, con vigilantes que respondan a gerentes de recursos humanos en lugar de obedecer a comisarios de calle. Una vida similar al del best seller Las viudas de los jueves, que -para ser justos- no siempre termina con muñecos flotando en una piscina limpia y cristalina. Los ‘90, número manoseado, recurrente -aún indescifrable como el 108 de Lost- llevaron a una fractura social y dualización de las clases medias, que diluyó su mítica homogeneidad cultural. La socióloga Maristella Svampa, fue una de las primeras investigadoras en explorar tales transformaciones urbanas y sociales. En su libro Los que ganaron. La vida en los countries y en los barrios privados (2001), dice: “en las nuevas comunidades cercadas, la exitosa clase media de servicios ahora solo se codea con los ricos globalizados. Desde allí comienza a ‘interiori-

zar’ la distancia social, desarrollando un creciente sentimiento de pertenencia y desdibujando los márgenes confusos de una culpa, como resabio de la antigua sociedad integrada. No olvidemos que sus hijos ahora solo comparten marcos de socialización con niños de clase alta. Así, mientras los colegios privados facilitan la llave de una reproducción social futura, los espacios comunes de la comunidad cercada contribuyen a ‘naturalizar’ la distancia social”. En esta nueva estratificación contemporánea, además de la distinción con un sector excluido, hacia el interior de los incluidos se distingue entre elecciones de criterio ‘exitosas’ -‘los ganadores’- y otras ‘no exitosas’ -‘los perdedores’-. El éxito, coincide con la posibilidad de construir estilos de vida proveyéndose de servicios privados cuya membresía es requerida. El no éxito sigue dependiendo del servicio público, en proporciones variadas: puede haber acceso a educación o atención médica privada, pero no tiene una cuota privada de ABL, no tiene el médico del Club, tampoco espacio verde comunal privado, ni asfalto y seguridad privadas. Pertenecer, solo cuesta guita.

*** Entre muros los espacios de interacción se cierran, los vínculos fraternales sólo existen entre exitosos, entre ganadores. La gene-

ración que decidió poblar estos terrenos, tiene un historial de vida en la ciudad abierta que le permite distinguirse como clase pero sin generar una ruptura total con su pasado. Al fin y al cabo, como decía el escritor William Goyen, el territorio, el aire que se respiró de pibe,

el lenguaje de origen y la cultura local se llevan adheridas como una capa de piel. Sin embargo, sus hijos -sin historia fuera de allí- tienen la ruptura incorporada. La interacción -de los nacidos y criados en urbanizaciones cerradas y colegios privados- sólo

"En palabras de una docente, que pide que no expongamos su nombre, “la mirada de los estudiantes hacia lo público es más cercana a la del turista que a la del conciudadano que comparte un tiempo y espacio”. Y cuenta que en una salida didáctica al Museo Nacional de Bellas Artes, los chicos 'se sacaban fotos en la calle, en los puentes, como si estuviesen en el Brooklyn Bridge'"


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es entre pares. Desayunan, juegan, estudian, seducen con otros -demasiado- iguales a sí mismos. Los espacios de socialización que transitan no permiten el ingreso de lo diferente, cercan el encuentro con lo público y crean ficciones -hiper mediatizadas- acerca de lo cercano desconocido. Estamos hablando de una generación de elegidos empujados a reproducir el éxito que los rodea. De pibes que arrancan en pole position para transformarse en la próxima elite empresarial (¿y política?). De nuevos recorridos sociales de la niñez, que generan la inquietud sobre qué representaciones construyen acerca de la vida pública y, sobre todo, de quienes viven afuera, de aquellos encerrados del otro lado del muro.

“La interacción -de los nacidos y criados en urbanizaciones cerradas y colegios privados- sólo es entre pares. Desayunan, juegan, estudian, seducen con otros -demasiadoiguales a sí mismos”.

tiene las mismas características o falencias que la educación pública (la toman como referente por ser lo más cercano a su entorno próximo) aunque no hayan interactuado con las instituciones. Según la visión de ellos, el Estado debe encargarse de darle buenos servicios a la sociedad”. Lo que queda boyando en el charco de las buenas intenciones, es qué entienden -los nacidos y criados en ámbitos privados- por “buenos servicios” brindados por el Estado.

*** Bourdieu considera que las grandes escuelas colocan a los jóvenes en recintos aislados. Las compara con espacios monásticos donde los chicos viven apartados, haciendo ejercicios espirituales, retirados del mundo, dedicados por completo a prepararse para las más “elevadas funciones”. Habla de una forma simbólica de “dejar fuera del juego”, y subraya, a la vez, que su importancia se ve en su efecto fundamental: la manipulación de las aspiraciones. Bourdieu no estaba pensando en los nacidos y criados en ámbitos privados, en los pibes con escolarización y vida privada todoterreno. Esta nueva generación de jóvenes, ¿qué pensará de un espacio tan ajeno como lo público? ¿verán al hospital público como una tienda de campaña? ¿la escuela pública como un aguantadero? ¿la plaza como un campo de batalla? ¿el transporte público como un tour subsidiado por la Rocinha? ¿la política como una temporada de House of cards girando en loop?

***

*** “De los dieciocho (estudiantes) que egresamos el año pasado, ni uno se anotó en la UBA o en una nacional”, dice Agustín, graduado de un colegio privado bilingüe, ubicado en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. La elección de una universidad o de un terciario, puede traducirse como la primera apuesta real de los jóvenes que -allanadas las condiciones materiales- deben focalizar misiles e inquietudes sólo en su formación profesional. Hasta el momento, la opción por el territorio, obra social, colegio y aire-que-respiran había sido decisión casi exclusiva de sus familias. En cambio, una vez finalizado el secundario, en parte, aparecen las preferencias de primera mano que ponen en evidencia recorridos sociales y sus microficciones negativas acerca de lo público, de su burocracia, de sus tiempos gelatinosos. “La UBA es un quilombo, sos un número más, no tenés clases nunca, tardas mil años en recibirte y encima tenés que fumarte más bajadas de líneas que de contenidos”, agrega Agustín con convicción, sin forzar un gesto cínico provocador para la tribuna de las redes sociales. Sin embargo, lo público es una montaña ineludible: si no vas a su encuentro en algún lugar te está

"En paralelo al discurso consensuado que habla de la recuperación del Estado en la última década, creció una generación de pibes que considera a lo público como un terreno remoto, prescindible" esperando. Una de las paradojas de ciertos colegios privados, es que varios integrantes de su plantel docente son egresados de universidades nacionales. Sea por un plus atractivo en el salario, por condiciones de trabajo o por otras particularidades, dentro de las aulas cercadas conviven dos formaciones, dos cosmovisiones que a priori -muy a priori- se reconocen como opuestas. David Aguirre, docente universitario, subcoordinador en el Centro Universitario de Devoto y profesor de economía política en el Colegio del Pilar, señala que la indiferencia por lo público no llega a ser un obstáculo para el trabajo aúlico. Y aclara, “si bien la visión

que tienen los chicos del Estado es débil, ante el estímulo muestran interés, se vinculan, participan, preguntan. Sobre todo, les llama la atención cuando relacionamos contextos sociales con procesos económicos. Ahí algo se mueve, algo de sus estructuras familiares, de sus modelos mentales, que es -claro- el lugar que más me gusta trabajar.”

*** El interés, el deseo de conocimiento, la curiosidad por lo lejano-cercano no significa que mute en una elección a futuro. En palabras de una docente, que pide que no expongamos su nombre, “la mirada de los estudiantes hacia lo público

es más cercana a la del turista que a la del conciudadano que comparte un tiempo y espacio”. Y cuenta que en una salida didáctica al Museo Nacional de Bellas Artes, los chicos “se sacaban fotos en la calle, en los puentes, como si estuviesen en el Brooklyn Bridge”. Esta mirada y modo de poner el cuerpo en el espacio público, asociada a la figura del turista, se complementa con un desprecio heredado hacia los servicios que brinda el Estado. Según Patricia Costa, docente del Profesorado de Ciencias Jurídicas en la UBA y profesora del Brick Towers, “los chicos tienden a generalizar la idea de que cualquier ámbito público

Las demandas que más reclaman, o aquello de lo que (el Estado) se debe encargar, como si fuese un empleado o un padre ausente, son estéticas, civiles y comerciales. Es decir, según su recorte, el Estado se debe encargar de embellecer las ciudades, de limpiarlas, de garantizar la seguridad, la salud pública y la libre circulación de las personas. Y, en particular, de acompañar el crecimiento económico de los “emprendedores que quieren superarse”. La existencia y las funciones del Estado no son negadas. Les adjudican un rol, le piden un accionar activo: subrayan una importancia selectiva de áreas y temas de los cuales debe ocuparse. Una selección que en la actualidad perciben ajena, lejos de sus intereses. En palabras de Costa, “ven al Estado (Nacional) que interviene fijando prioridades en las que la mayoría no se identifica. Por ejemplo la asignación universal por hijo, el acercamiento de computadoras personales, el proteccionismo y otras cuestiones de esa índole”. El vínculo con lo público -para los nacidos y criados en ámbitos privados- tiene la fragilidad de las rupturas, de las pérdidas. En su cotidianidad pareciera haber quedado relegado a ser -en lo concreto- un lugar de tránsito y -en abstracto- un volquete para depositar quejas, reclamos, despechos. En paralelo al discurso consensuado que habla de la recuperación del Estado en la última década, creció una generación de pibes que considera a lo público como un terreno remoto, prescindible. Un espacio ajeno a sus cuerpos y a sus usos. Y que, desde la distancia cercada e hipermediatizada, perciben como una patria usurpada por otros. Por otros que pueden ser opuestos o cercanos en lo económico, social y cultural. Pero otros al fin, diferentes, que necesitan de lo público, lo consumen, lo disputan, porque -como dice Agustín- “no les queda otra”. X


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Las Ligas Menores

«Fuimos perfeccionando las canciones en vivo» Hay una banda que empezó a rodar hace poco y de casualidad, por pura diversión y ganas de compartir canciones que hacían en soledad, y hoy son una de las promesas más adorables del indie criollo. Se llaman Las Ligas Menores. Ellos son: Anabella Cartolano (guitarra y voz), Micaela García (batería), Nina Carrara (teclado y coros), Pablo Kemper (guitarra y voz) y María Zamtlejfer (bajo y voz). Nos juntamos con todos para hablar de sus comienzos, de la experiencia de tocar en vivo con pocos ensayos, de cómo grabar un disco en 24 horas y de la evolución que se percibe en los temas nuevos (colgados en su Bandcamp) y que son un adelanto de lo que se viene. Una banda que tiene en sus manos algo volátil: todo el futuro por delante.

Por Walter Lezcano Hablemos del comienzo de la banda. Pablo: Algunos de nosotros formamos antes una banda, Franky Lee, pero no fue para ningún lado: nunca tocamos en vivo. Ensayamos unos meses y no pasó mucho. Un año después nos juntamos a tocar algo con Mica y María. Nosotros hicimos juntos el secundario en el Nacional Buenos Aires. Al tiempo, María trae a Anabella. Y ahí arrancamos con Las Ligas Menores. Al poco tiempo Nina nos ayudó con algunos recitales en vivo y se quedó y se formó la banda definitiva. María: Igual, había algo que nos faltaba a nosotros tres solos al principio. Faltaba algo que nos generara el impulso de querer hacer las cosas con algún objetivo. Pablo: También faltaba desde lo musical. Un instrumento más te

da más posibilidades. Por ejemplo el hecho de poder cantar sin preocuparte tanto por tocar. Porque cuando empezás estás inseguro y por ahí no podés hacer todo bien. Así que con la entrada de Anabella nos dimos más libertad para poder hacer más arreglos y tocar más mientras ella canta. Y ahí crecimos musicalmente.

¿Qué gustos compartían cuando empezaban con la banda? Pablo: Los gustos compartidos se daban con los recitales de las bandas de acá que íbamos a ver juntos. Porque no nos pasábamos música. Entre nosotros se dio todo de manera más intuitiva: hacemos lo que nos gusta. No es que planeamos ir para un lado o para el otro. Tal vez lo más parecido a una influencia era poder hacer algo parecido a lo que hacían las bandas del sello Laptra. María: Igual nunca estuvo el plan

de sonar como nadie. Ni con bandas de acá ni con bandas de afuera. Me acuerdo cuando nos juntamos a tocar con Anabella al principio tampoco había una idea de armar una banda y salir a tocar.

¿Cuál era la idea? María: Estábamos haciendo algo que de repente nos gustaba. Y empezábamos a fanatizarnos de nuestras propias canciones. Era como maravillarse. Nos parecía muy loco que nosotros, que tocamos como tocamos, hagamos cosas que nos gustaban y disfrutábamos mucho. Era todo muy básico, tocábamos de esa manera. Pablo: Algo interesante es que ninguno de nosotros tuvo bandas en el colegio secundario. Cuando arrancamos teníamos 22, 23 años. Tocábamos instrumentos pero jamás habíamos armado una banda.

¿Cómo era el panorama cuando te sumaste a la banda,

Anabella? Anabella: A mí me encantó. En realidad toda la secundaria quise tener una banda pero nunca intenté. Siempre iba a clases de un instrumento o me juntaba a tocar canciones bajadas de internet con dos amigos, pero eso no prosperaba más allá del momento. Por eso cuando me junté con ellos me encantó. Ya era emocionante estar en una sala de ensayo con un bajo, una guitarra y una batería. Dije: listo, yo quiero hacer esto.

¿Cómo fueron las primeras experiencias de tocar en vivo? María: La primera vez que tocamos fue en la casa de un amigo. Pablo: Fue bastante rápido: a un mes de empezar a ensayar. Teníamos nueve temas y un cover: un show de diez temas. María: Tocamos para los amigos. Micaela estaba estudiando batería con Tom [Quintans] y él la fue a ver

como profesor. Después del recital Tom se acercó a Mica y le dijo que le había gustado. Y también surgió la posibilidad de una fecha, un festival, en el Matienzo. Lo cual nos pareció un delirio. Porque todo lo que hacíamos formaba parte de una diversión no como un plan serio. Cuando tocamos en el Matienzo, además de toda la adrenalina, de repente nos dimos cuenta de que lo que hacíamos le podía llegar a gustar a alguien aparte de nosotros y a nuestros amigos. Y empezaron a surgir fechas, y empezamos a querer tocar en fechas. Y eso muestra que toda la evolución de la banda se fue dando sobre la marcha. Íbamos perfeccionando las canciones a medida que las tocábamos en vivo. Le agregábamos cosas, o de esa primera versión completamente intuitiva la cambiábamos toda. Empezábamos a afinar el oído. Y también comenzaban a salir canciones nuevas muy distintas a esas primeras. Como todavía no habíamos grabado, todo el tiempo eran cosas nuevas y descubrimientos. En general las bandas que salen a tocar tienen una base, se juntan y tienen un plan y tiene canciones y las elaboran y se conflictúan y van elaborándolas y después las tocan. Nosotros no. Nosotros las hacíamos, las ensayábamos y al día siguiente las tocábamos en un show. Anabella: Parecía que las fechas que salían eran para ensayar. María: Todo el tiempo era: sigamos tocando y vamos viendo. Hasta que en algún momento tuvimos que grabar algo, era necesario.

¿Por qué era necesario? María: Porque íbamos a tocar con El Mató. Pablo: En realidad fue para poder entrar a Laptra. Lo de El Mató surgió después. Fue todo casi junto. Tom nos dijo que grabemos algo porque estaba la posibilidad de entrar al sello. Y eso fue a los tres meses que habíamos empezado a tocar. Eso se nota en el disco. Si lo escuchamos ahora es muy diferente. Las canciones las grabamos en el estudio casero de Tom. Un lugar donde nunca nadie había grabado. Después no sabíamos si iba a ser un disco o no. Yo pensé que íbamos a grabar unos demos. Cuando terminamos de grabarlo, Tom lo llevó a mezclar y terminamos subiéndolo así a la página de Laptra.

¿El proceso de grabación fue sencillo teniendo en cuenta que nadie tenía mucha experiencia? Micaela: Se hizo todo en un día: un 30 de diciembre. Armamos todo y al mediodía yo grabé las bases. Después grabaron los otros instrumentos. Tipo cinco de la mañana grabaron las voces. Mientras tanto yo me fui a una fiesta y volví (risas). Me llamaban y me contaban cómo iba todo. Yo no pensé que ese proceso iba a durar tanto. María: No sabíamos muy bien lo que estábamos haciendo. Pablo: Después no hubo ninguna


16 de marzo de 2014 | año 4 | nº 257

«Hay un montón de rótulos que nos pueden poner: “banda de chicas”, “banda indie”. En realidad tocamos canciones que no nos parecen particularmente femeninas ni particularmente masculinas. No se trata del género: tocamos lo que nos gusta. Pasa que también hay una realidad: a los hombres, de chicos, les dan una guitarra o una batería y a las chicas las mandan a estudiar piano o danzas» reversión ni nada. Si se cometía algún error tratábamos de solucionarlo, si no quedaba. Muchos de esos errores están en el disco.

¿Errores de qué tipo? Pablo: Rasgueos que no se escuchaban claro y esa clase de cosas. Pasa que yo tenía la guitarra muy abajo y no podía tocar bien los acordes. Y cuando escuchábamos decíamos: no quedó tan mal, quedó bien, está bueno como quedó.

Esa rapidez y urgencia se refleja en El disco suplente. Anabella: Se dio de manera tan natural que me gusta que suene así. No sé si me gustaría mucho más o hubiese salido algo tan genuino como lo que está en el disco si nos hubiésemos juntado muchas veces a ensayar. Y creo que eso fue lo que le gustó también a la gente. Fue algo muy inocente. Ninguno tenía idea de cómo se grababa ni había entrado nunca a un estudio de grabación. A mí me encanta recordar cómo se dio la grabación. Porque también nos da

la posibilidad de sacar otro disco o mejorar ese y me parece que ahora hay una diferencia abismal. Escuchás los temas nuevos y cualquiera del EP y hay una evolución. Está bueno darse cuenta de eso. Pablo: Está bueno tener un registro de ese momento viejo también.

Hablemos de la composición de las canciones. María: Cuando uno empieza hacer una canción todo el tiempo estás pensando que querés que te guste lo que estás diciendo y, sobre todo, la manera en la que lo decís, y que te suene bien y que no te de vergüenza. Cuando hacés una canción todo eso está presente. Y cuando empezás a componer todo te sale de una manera muy torpe. Después podés llegar a

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tener cierto control sobre algunas de las cosas que estás haciendo. Cuando salían las primeras canciones yo no estaba muy segura de lo que hacía, y se las mostraba a ellos y ellos me decían que les gustaba y eso me daba mucha seguridad. Que al otro le guste también genera que a vos te guste. Anabella: De hecho hoy cuando tocamos y vemos que la gente poguea o salta es una sensación inexplicablemente linda. María: Nos motivamos mutuamente a componer porque vemos que todos traen y muestran sus canciones hermosas. Y eso nos da ganas de crear y te aporta una visión diferente de las cosas, verla desde otro lugar. Desde siempre nos interesó que la melodía fuera linda y atractiva. La letra era, y es, medio literal, una suerte de catarsis. Las bandas que nos gustan no tienen letras tan elaboradas o llenas de metáforas. Anabella: Yo cuando escribo las canciones no tengo intenciones estéticas, es más “se me ocurrió”, la hago y después voy y se las muestro a ellos. Hay algo tan universal en las letras que nos parece que cualquiera se puede identificar con eso.

Siendo una banda que tiene la mayoría de sus integrantes

«Desde siempre nos interesó que la melodía fuera linda y atractiva. La letra era, y es, medio literal, una suerte de catarsis. Las bandas que nos gustan no tienen letras tan elaboradas o llenas de metáforas»

Escuchá El disco suplente y Renault Fuego, adelanto del próximo LP, en lasligasmenores.bandcamp.com mujeres, ¿cómo ven la cuestión genérica en un ámbito como el rock donde todavía sigue habiendo mayoría de hombres? Anabella: No nos consideramos una banda de chicas. Nunca nos pusimos a pensar en eso. Pablo: Yo a veces ni me doy cuenta en lo musical. No lo vemos como algo a considerar en absoluto. María: Dentro de los rótulos del rock, que no dicen nada, puede que entremos en la categoría “banda de chicas”. Pero también entraríamos en la categoría “banda indie”, qué sé yo: hay un montón de rótulos que nos pueden poner. En realidad tocamos canciones que no nos parecen particularmente femeninas ni particularmente masculinas. No se trata del género: tocamos lo que nos gusta. Pasa que también hay una realidad: a los hombres, de chicos, les dan una guitarra o una batería y a las chicas las mandan a estudiar piano o danzas (risas). Micaela: Sí, es cierto. A mí mis padres me prohibían tocar la batería. Me mandaron a estudiar piano y yo quería darle a la batería. Me decían que era un instrumento muy ruidoso, que no iba tener dónde tocarlo, que no podía tocar sola porque necesitaría un acompañamiento. Tuve que esperar a tener plata como com-

prarme una, pagarme las clases para aprender a tocarla y eso.

Ahora subieron a su Bandcamp dos temas adelanto del disco nuevo. ¿Cuáles son los cambios respecto a El disco suplente? Pablo: Lo grabamos en otro estudio y eso ya cambia varias cosas. Hay cierta evolución, pero sigue siendo el sonido que logramos al tocar en vivo. Después de tantos shows cambió un poco lo que hacemos: las estructuras de las canciones son más complejas. Pero tampoco cambia mucho. Lo que sí: suena mejor. También le dimos más tiempo a las canciones. María: Un poco mejor tocamos. Y lo estuvimos preparando un poco más al disco. ¡Regrabamos cosas! (risas). Por eso se está demorando la salida del disco: queremos que salga el mejor disco posible. La fecha posible es en febrero.

¿A qué le dicen Ni a Palos? Anabella: Ni a palos toco con Tan Biónica. Micaela: Ni a palos me compro una batería electrónica. María: Ni a palos le pongo a mi hijo Merlín Atahualpa. Pablo: Ni a palos me pierdo Estudio Fútbol durante el mundial. Nina: Ni a palos me hago clown. X

Economía, política y fútbol desde la arena mundialista

La grasa de los carnavales Por Manuel Gonzalo La visita de Francisco, la Copa del Mundo, las Olimpíadas... Si algo podemos afirmar del Brasil de hoy es que no es introspectivo, se trata de un Brasil que se muestra, se expone, busca demostrar que incluye, que organiza, que baja el desempleo, que es seguro... La sensación, mi sensación, es que esta exposición camina al filo de la navaja, solo basta mirar las favelas en un morro, caminar por Copacabana de noche o comparar lo que gana un profesional con un obrero no calificado para pensar, al menos, que el conflicto podría escalar en cualquier momento. Pero no. El viernes de la semana pasada Rio se sumergía en esa anestésica alegría del Carnaval. 4 días de impasse en la vida carioca. 4 días vividos y bebidos con intensidad. Ese mismo viernes, los garis de la ciudad, en la jerga porteña barrenderos y basureros, entraban en huelga. El salario básico de un gari es de 806 reales, 3,60 reales por encima del piso de

las empleadas domésticas. El Sindicato de Empregados de Empresas de Asseio e Conservação do Municipio, que nuclea a los garis, inicialmente convocó al paro aunque luego de un par de días acordó con la Companhia Municipal de Limpeza Urbana (Comlurb) un aumento del 9% en el básico, que sumado al adicional por insalubridad cercano al 40%, lleva el ingreso de los garis a alrededor de 1.200 reales (aproximadamente 4.050 pesos calculado al tipo de cambio oficial sin el 35%). No validando el acuerdo del Sindicato, una cantidad significativa de garis continuaron con el paro, reclamando que los 1.200 reales se transformen en el mínimo, por fuera del adicional por insalubridad. Conforme el carnaval avanzaba, las latas de cerveija aumentaban y el volumen de basura crecía en Lapa, en Aterro do Flamengo, en Botafogo y en otras áreas céntricas. Los medios más grandes comenzaron a levantar el tema, focalizando más en el hedor que emanaba la basura que en la cuestión

gremial. Y así fue que la Prefectura mandó patrullas policiales a controlar a los camiones recolectores para que cumplan con sus recorridos y para "protegerlos" de posibles agresiones de parte de los garis que continuaban con la huelga. El Estado, en una de sus formas, presente. A casi una semana de su inicio, si bien la cantidad de basura y la resaca disminuían, el conflicto gremial no. Se complejizaba. Los medios independientes y las redes sociales comenzaron a solidarizarse con los

garis, las páginas de los black blocks convocaban a una marcha en apoyo para el 11 de marzo, mientras que el sindicato desconocía el reclamo de las bases y el Prefecto amenazaba con despidos... Sobre la tarde del sábado 8, luego de exactamente una semana de paralización, los garis lograron pasar del piso de 806 reales a uno de 1.100, con un aumento en el ticket de refrigerio de 12 a 20 reales, lo que lleva el sueldo de bolsillo a alrededor de 1.500 reales. La representatividad sindical, ausente.

Con sus particularidades, la protesta de esta semana tiene un punto en común con las de la Copa de las Confederaciones, las del transporte, las de los black blocks e incluso con los rolezinhos: la inexistencia de liderazgos definidos. Esto tiene un punto positivo, de cercanía a las bases, aunque también es una debilidad tanto para los movimientos como para el Estado a la hora de establecer canales de diálogo y de poner en claro sobre oscuro las consignas y reivindicaciones puntuales sobre las cuales negociar. En pocos meses, Brasil vai ter copa. Brasil se muestra, Brasil se expone, y sus tensiones emergen. ¿Son éstas “dolores de crecimiento”? ¿O se trata de reivindicaciones pasadas aún insatisfechas? ¿O ambos fenómenos a la vez? Transformar una histórica estructura económica y social dual en 12 años, sin stress social, es de ilusos. La revolución, y el desafío del PT, es la inclusión en un sentido amplio. Y, claro, saber caminar sobre el filo de la navaja... X


año 4 | nº 257 | 16 de marzo de 2014

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Resultados concretos de batallas concretas Por Martín Rodríguez Una mirada sobre “la naturaleza de los empresarios de medios” (Magnetto, Cristóbal López, VilaManzano, etc.) ofrece la obviedad de que los medios no son negocios en sí mismos, o no lo son tanto como son instrumento para otros negocios. Es decir: resultan una buena cobertura mediática, de influencia e impunidad para el despliegue empresario voraz. Cada grupo, cada familia, cada empresa y empresario, tienen su historia. Algunas empiezan más o menos cerca del periodismo, más o menos cerca de la política, o comienzan el candelero de alguna actividad privada en expansión. Pero los medios se vuelven “necesarios”. Martín Becerra en un mail me apuntó lo siguiente: “Creo que los empresarios de medios en un mercado como el argentino sostienen los medios como facilitadores de otros negocios, sean estos otros negocios económicos, políticos o político-económicos. Es más, diría que es una motivación parecida a la que tienen numerosos políticos que a pesar de las prohibiciones dispuestas por la ley audiovisual vigente, participan del accionariado de medios audiovisuales (caso Francisco de Narváez, Guillermo Jenefes y tantos otros). Eso ocurre, a mi juicio, porque en general los medios no son un buen negocio en sí mismo, un buen negocio capitalista quiero decir, a menos que se cuente con la ayuda del Estado nacional, provincial, municipal o de algún mecenas privado. Por supuesto, hay excepciones (los medios más grandes, los que tienen mayor audiencia y también los muy segmentados a nichos muy específicos y rentables), pero el panorama general es que los medios son un negocio para hacer otros negocios.” A vuelo de pájaro se me ocurre como caso prácticamente excepcional: el del empresario/periodista Jorge Fontevecchia, tan controvertido por los recientes despidos en su diario Perfil. A lo que Becerra me agregó: “Bueno, en CABA hay otros empresarios como Fascetto (Diario Popular) dedicados básicamente al negocio de medios. No sería tan contundente con los Saguier (sobre todo por su asociación con Clarín y el Estado en Papel Prensa y con Clarín en Expoagro), pero sería un caso discutible. También hay editores de revistas sólo consagrados a la labor editorial. Y en el interior del país también hay ejemplos de familias que gestionan medios de alcance mediano, digamos, y no tienen

otros intereses económicos explícitos...” Veamos un caso. Florencio Aldrey Iglesias es El empresario de la ciudad de Mar del Plata. Figura dueño –entre muchas otras cosas- del Hotel Provincial, el Hermitage, y el Departamento Hotel Casino de Mar del Plata, y es socio en varios emprendimientos de la firma española de hoteles NH. Todo el mundo político, empresarial y sindical del país lo conoce. Su antipatía natural no lo privó de construir la leyenda del que “empezó de abajo”, con la concesión de un pequeño club (el Club Comunicaciones), hasta formar el emporio actual. Le dicen el “jefe de estancia” de la ciudad feliz. Es dueño del multimedio “La Capital”, donde hegemoniza diarios, radios y canales atlánticos, desde hace 30 años, cuando se diversificó invirtiendo en “medios”. Incluye los principales diarios de La Feliz, más otros en Mendoza, Tandil, Buenos Aires (La Prensa), etc. Se podría decir: es el Magnetto del mar (también es socio del grupo en una empresa local de cable). No vuela una mosca de la que no sea dueño. El plan de adecuación de su grupo fue aprobado en febrero de este año por el AFSCA, y levantó polvareda ni bien se conoció la “calidad” de esa “adecuación”. Cuatro unidades repartidas entre accionistas de sus firmas y parentela. Un concejal del FPV declaró: “Han armado una ingeniería legal para transferir las licencias sin desprenderse de ninguno de sus medios. Esto era algo que intuíamos los que militamos la Ley de Medios. Sabíamos que existía esta posibilidad. Finalmente, se terminó dando de esta manera en varios puntos del país donde existen muchos monopolios. Encontraron una figura legal como para adecuarse a la Ley”. Un camino leguleyo que no cambia el peso político de Iglesias, quien, por ejemplo, resulta uno de los apoyos empresarios de Daniel Scioli. Resultados concretos de batallas concretas: a lo largo del país las adecuaciones de los grupos que ya se apegaron a la ley es una información desnuda que permite conocer la naturaleza de esas inversiones, la que podría sintetizarse en "los medios son ganancia política". Esa es la calidad empresaria detrás de los medios de comunicación argentinos, hecho que no excluye a los que “crecieron” en la década ganada. La ley sirve para limitar el tamaño de los monstruos. Ojalá que los “futuros gobiernos” no devuelvan ese poder cuando lo agarren. x

¡AGEN

La salidera

DÁ!

manda tu gacetilla a salidera@niapalos.org

Lunes 17

Miércoles 19 Viernes 21

¡Viva el 8 de Marzo!: Reflexiones y acciones sobre el tema de la mujer Centro Cultural Borges - Viamonte esquina San Martín - 10 a 21hs Y como buenos militantes de las cuestiones de género seguimos celebrando el día de la mujer durante todo marzo. Los invitamos a que disfruten de una muestra que reúne grandes obras de mujeres de distintas partes del país. Pelusa Borthwick, la curadora. Algo, no sabemos bien qué, nos hace pensar que esta muestra quizás no sea muy popular pero la realidad es que el precio sí lo es. Adultos: 30 pe. Jubilados y estudiantes: 25 pe. Los pibitos menores de 12 entran gratarola. Udsfi.

Martes 18

Jam de Martes Ladran Sancho - Guardia Vieja 3811 - 22.30hs Todavía es temprano para las poleras y los bombines pero eso no quita que podamos disfrutar de una jam de jazz, y los martes es un gran día para ponerse sofisticado (vaya uno a saber por qué). La propuesta de la gente de Ladran Sancho es concisa y efectiva: cada martes abre una banda distinta que toca alrededor de cuarenta minutos para luego darle lugar a la esperada zapada. Así es como uno queda disfrutando embebido entre la malta y el humo, mirando al horizonte, respirando ideas y vomitando flores. En fin, con 15 pe, con 15 pe te haces alto guiso y además entras las Jam de Martes de Ladrán Sancho. Un gol de rebote, bien barato.

Staff Director Federico Scigliano Editor Diego Sanchez

Redactores Pablo Móbili Martín Rodríguez Emiliano Flores Franco Dorio Julián Eyzaguirre Romina Sánchez Diseño original Nizo Mauas

Escalandrum

Phantom Phantom Palermo - Honduras 5207 - 23hs ¿Ya les dijimos que el enorme staff de la salidera juega en todos los frentes, no? Los lectores ya la deben haber cazado pero lo aclaramos por las dudas casi como atajándonos. Te metemos 3 eventos profundos, dos palermitanos. Acá uno del palo de los últimos. Seguro alguna noche caíste en un boliche y empezaste a escuchar música electrónica que no era David Guetta y ahí te diste cuenta que hay diferentes ramas de esta movida. Bueno, Phantom te propone que el miércoles te vayas para su casa y escuchar deep house a pleno.¿Qué es el deep house? Cabeceo y hombrito constante. Dale, peroncho. Sabemos que te gusta Palermo. Chicas gratis toda la noche. Muchachos 30 pe hasta las 2, luego 50.

Jueves 20 Club 69 Niceto Club - Niceto Vega 5510 23.59 hs Los jueves se convirtieron hace tiempo en un día más del fin de semana. Está claro que romperla hasta la madrugada implica un viernes laboral bastante duro, pero la mayoría de las veces vale la pena. Club 69 es una fiesta que se fue afianzando en la noche porteña, donde podés escuchar música house, electro, hip-hop, funk, entre otros múltiples estilos con mucha onda. Si tenés un vasito lleno en la mano, el éxito está asegurado. La entrada general está 100 pé, pero por lista está hasta las 2 am $80 para los pibes y gratis para las pibas. La noche del jueves promete.

Arte Diego Paladino Fotografía Patrick Haar

Redacción: Amenabar 23 (C1426AYB) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: contacto@niapalos.org Departamento comercial: Tel.: 4776-1779

Boris Club de Jazz - Gorriti 5568 21.30 hs Escalandrum es una de las bandas más importantes de la escena de jazz argentino. Compuesta por músicos jóvenes liderados por Daniel "Pipi" Piazzolla desde la batería, ya lleva 15 años de existencia y los festeja a todo trapo con dos shows en Boris, en el barrio de Palermo. Si no conocés la banda o no te cabe el jazz, ésta es una gran oportunidad para meterte en ese mundo increíble de improvisaciones de melodías, acordes y ritmos, que logran que nunca se repita un show, o ni siquiera una misma canción. Tenés 3 precios que van desde los $90 hasta los $120. No te quedes arafue!

Sábado 22 Adrián Berra y La Vaca Perdida + Tovien Ciudad Cultural Konex - Sarmiento 3131 - 19.30 hs Adrián Berra es un joven cantautor de la nueva trova rioplatense. Comparte ese estilo profundo y a la vez simple con algunos de los que fueron sus invitados en El funeral, su último trabajo discográfico que será presentado en la Ciudad Cultural Konex este sábado junto a La Vaca Perdida. Entre esos invitados se encuentra la ascendente Ana Prada, el uruguayo Martín Buscaglia, entre otros artistas de esa talla. Por otro lado también podremos disfrutar de Tovien, una propuesta multifacética de música, clown y teatro, que transita por ritmos desde latinos y autóctonos hasta africanos, intercalando en esa fusión espacios para la improvisación. Gran propuesta para arrancar el sábado con tutti. $50 anticipadas $70 en puerta.

Internos: 156 y 159 Venta de ejemplares atrasados: Azopardo 455. Tel.: 4342-8476 Impresión: Editorial AMFIN S.A. Paseo Colón 1196. Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Distribución en Capital Federal y Gran Buenos Aires:New Site. Baigorri 103, CABA Distribución en el interior: Inter Rev S.R.L. Av. San Martín 3442. Caseros Pcia. de Buenos Aires


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