Suplemento Ni A Palos Numero 259

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Cómo se juega La posibilidad un clásico de una isla

A PALOS

El mayor evento del fútbol, analizado por Zambayonny

Un viaje a la Isla Maciel: de la marginalidad al city tour

SUPLEMENTO JOVEN Domingo 30 de marzo de 2014 Buenos Aires, Argentina Año 4 Nº259

A un año de las inundaciones en La Plata, hablamos con Julian Axat, responsable de La Plata Spoon River, una antología donde, a través de la poesía, hablan las víctimas de la catástrofe.

Además: Brasil y la industria | Todo sobre los Beatles | Postales de Roma | El PRO y la reforma del Código Contravencional


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FUTBOL PARA EXTRATERRESTRES

Para cortar la paradoja Por Zambayonny Ilustración: Daniel Caporaletti Ya sabemos que el planeta Tierra se detiene cuando empieza un partido donde juega nuestro equipo, sin embargo cuando lo que se disputa es un clásico lo que se paraliza es el Universo. La historia viva y atenta levanta expectante la pluma definitiva a centímetros de la hoja aguardando los acontecimientos para inmortalizar cada instante de lo que ocurra en esos 90 minutos. Los recuerdos futuros en tiempo real duelen mientras excavan en la profundidad de la mente anclándose para siempre ahí, como la raíz dura de un árbol que adornará ese jardín toda la vida. En esas páginas quedarán grabadas con exactitud cada una de las jugadas acontecidas, cada una de las incidencias, cada uno de los detalles mínimos y finalmente el lacónico e inapelable resultado que no tendrá en cuenta si el árbitro no cobró un penal claro para el derrotado o si el juez de línea levantó mal la bandera en una jugada decisiva. El número frío que adoran los que sólo saben contar. Hay un viejo dicho que amenaza: los clásicos no se juegan, se ganan. Antes de cada uno de estos partidos se ejecutan los ritos con la discreción de un hombre sensato mientras los nervios se entrometen, el pulso galopa indomable, la sonrisa se endurece como si todo estuviera controlado, las palabras se dosifican porque nada es importante de lo que haya que decir o que escuchar, los posibles escenarios del encuentro se recrean una y otra vez en la mente como una computadora endemoniada que intenta inútilmente cubrir todas las probabilidades y finalmente se saca al perro para que no moleste en los festejos de los goles. Los más cobardes ruegan por no perder y los más audaces por ganar, pero todos ruegan.

Desde los satélites es difícil verlo pero los países están partidos al medio, las ciudades divididas en dos y los barrios quebrados por el centro a causa del fútbol. Uno recorre las cuadras inocentemente de una ciudad cualquiera sin prestar demasiada atención a las pintadas en las paredes que traducen con más precisión el famoso "You are here". Las señales están ahí, encriptadas en siglas con tipografía apurada, en escudos con geometría previa y en frases tachadas con otra pintura. Se pasa de territorio controlado a territorio enemigo en cinco baldosas, por eso la Municipalidad exige que cada frentista tenga su vereda en buenas condiciones. Los clásicos no son fáciles de comprender, es mucho más sencillo adentrarse en las calmas aguas de la física cuántica o la Teoría de Cuerdas. Debido a eso el neutral

Barrionuevismo

WHISKYPEDIA Contenido [ocultar]

1. Definición 2. Barrionuevismo electoral 3. Proyecto económico 4. En el massismo

El barrionuevismo es una doctrina política e ideológica profundamente humana y profundamente cristiana que se nutre de las enseñanzas de su referente político y conductor, el gremialista de los gastronómicos, Luis Barrionuevo.

Barrionuevismo electoral Más allá de su doctrina política, el barrionuevismo se distinguió principalmente por adoptar tradiciones de pueblos ancestrales en lo referente a su posición frente a la política burguesa electoral. Si bien no se trata de una doctrina que rechaza de plano la presentación a elecciones, el barrionuevismo tiene un planteo que intenta combinar la ideología chamánica con los métodos republicanos de elección de candidatos a puestos públicos. De esa forma, el

mirará el partido sin entenderlo aunque se trate de un fanático futbolero. Para el neutral un córner será un córner y no la mejor oportunidad que ha golpeado su puerta en los últimos 20 años; para el neutral un penal será un penal y no el pico de incertidumbre más insoportable que recuerde desde que nació; para el neutral un gol será un gol y no un shock eléctrico en el cual el cuerpo se separará de la mente, se perderá la noción del tiempo por unos instantes y todo alrededor habrá sido puesto ahí para ser abrazado. Y ni hablar del observador ajeno a todo esto que creerá que estoy exagerando cuando en verdad me estoy quedando corto, y pensará que todos siguen siendo los mismos aunque el partido haya terminado 0 a 0. Por eso los clásicos son también un buen

barrionuevismo aboga por la instauración de un método electoral consistente en realizar las elecciones para luego entregar en sacrificio a los dioses las urnas donde se llevó a cabo la elección. Dicho sacrificio implica la quema en un monte de la ciudad de las mencionadas urnas.

Proyecto económico En teoría económica, el barrionuevismo adopta una posición entre el marxismo y el liberalismo económico, caracterizada por alentar el crecimiento económico y la distribución del ingreso a través de una propuesta que consiste en provocar ciclos económicos de dos años en los que se impide cualquier tipo de apropiación indebida de fondos públicos, los cuales se destinarían en cambio a ser acumulados como fondos de riqueza para el crecimiento. De manera menos técnica, esta teoría fue popularmente definida como “dejar de robar

motivo para contradecir (una vez más) a los que sostienen que si un partido termina 0 a 0 debe haber sido un encuentro aburrido. Esto es casi tan ingenuo como creer que si uno juega a la ruleta rusa, y sale vivo, no tuvo emoción. Con todas estas connotaciones siempre se recalca la presión que sufren los jugadores en los clásicos (que por supuesto la tienen), sin embargo esa presión queda reducida a nada cuando se la compara con la que sienten los hinchas. Los jugadores hoy defienden esta camiseta y mañana a otra, pero los hinchas defienden la misma desde que nacen hasta que se los lleva el pitazo final. El resultado concluyente puntúa en otra tabla, en la tabla de la vida real. Los números dejan de ser dibujos en los cuadritos de los diarios y pasan a tomar relevancia en el ánimo de las personas. Un tipo que gana un clásico se convierte en alguien feliz: los he visto decirles a sus hijos que los aman, darle un beso en la boca a su esposa y olvidarse de la muerte por un rato. Pero un tipo que pierde un clásico se convierte en alguien peligroso: los he visto desconocer a sus amigos, internarse en calles sombrías a la salida del estadio rumbo a ninguna parte y quedarse sonriendo en el tenso silencio del espacio entre el relámpago y el trueno. El resto del tiempo comparten oficina, escuela, barrio, casa y cementerio. Algunas veces ocurre algo asombroso. Sucede cuando se encuentran frente a frente representantes de estas dos naturalezas y se observan atentos en detalle, cada uno con su camiseta, cada uno con su bandera, cada uno con su estilo, cada uno con su historia, cada uno con sus anhelos y cada uno con su canción. Es ahí cuando se dan cuenta con horror que son absolutamente parecidos entre sí, entonces para cortar la paradoja, no les queda otra que agarrarse a las trompadas.x

por dos años”, y constituye sin dudas uno de los pilares fundamentales de la teoría económica del barrionuevismo.

En el massismo El ingreso del barrionuevismo al massimo le aportó una ola de frescura y renovación doctrinaria a ese otro movimiento. Atado a la necesidad de criticar lo malo y mantener lo bueno, así como de transformarse en lo nuevo de la política argentina, el barrionuevismo fue una pieza clave para que el massismo comience a ser considerado parte de “lo nuevo”. Es que la mera y rozagante presencia del líder sindical Luis Barrionuevo, que se sumó a las filas del massismo lanzando un paro en apoyo a Sergio Massa y asegurando que Néstor Kirchner fue un ladrón y un avaro, no tardó en darle al massismo un aura de renovación que caló hondo en la imagen que la sociedad argentina se hizo del Frente Renovador.


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ESTEREOTIPOS

Por Nicolás Mavrakis

» »Es un miserable.

» »Usa mochila.

» »Y bastante manguero, a la vez.

» »Le gusta andar en bici con auriculares grandes.

» »Puede jugar mucho al ping pong. » »Se bajó la aplicación de Precios Cuidados.

» »Es beneficiario de al menos dos "andá a laburar" por semana de parte de los taxistas.

» »Igual no la sabe usar.

» »Se conmovió mucho con la historia de Camila Speziale.

» »Hace el fuego del asado con las pastillas químicas.

» »No compra bizcochos 9 de Oro para combatir el desmonte.

» »Sueña con tener una parrilla a gas.

» »Puso el cartelito de “un auto menos” pero el motor le derritió el plastificado.

» »Pide “grill con queso” en McDonald's. » »Puede tener aspiraciones docentes. » »Anduvo en bici con rueditas hasta los 11 años. » »Hace arco en Ciudad Universitaria y espera que esa rareza le redunde en ganar minas. » »Le apuesta a los autos híbridos y lo dice en charlas que nada tienen que ver con el tema. » »Cree que el Trole mendocino que está a punto de cumplir 70 años es el medio de transporte del futuro. » »Hizo una petición en Change.org para que no jubilen los viejos vagones del A. » »Igual no viaja en subte porque le da claustrofobia. » »Come a bodegones que descubre en Guía Óleo. » »Deja poca propina. » »Pasó los 30 viviendo con sus padres.

» »Toma mucho suplemento vitamínico. » »Usa autobronceante. » »Fue freegano un día. Estuvo internado con 500 glóbulos blancos al otro. » »No levanta la mierda del perro. » »En los 90 fue muy usuario de Sprayette y de los 0600 hot de Silvia Suller.

» »A la zona de Palermo outlet le dice "Palermo Queens". » »Escucha Lisandro Aristimuño en su cuenta free de Spotify. » »Le gusta Campanella. » »Toma sólo helado de fruta. » »Fuma tabaco armado.

Gracias a Esteban, Mariano, Carlos y Miguel por los aportes

Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos. web

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Imaginen una biblioteca borgeana que se expande a través del tiempo y el espacio. El asunto con Los Beatles es ese. La beatlemanía ya no es una tendencia al furor. Pudo haberlo sido para las chicas que gritaban alrededor, pero eso fue hace ya medio siglo. La beatlemanía tampoco es una inclinación excesiva. ¿Qué músico de la segunda mitad del siglo XX pudo evitar alguna inclinación por su música? ¿Quién no sabe, por ejemplo, que los Ramones se llaman así porque Paul McCartney se hacía llamar así? La beatlemanía es otra cosa. Un fenómeno cultural —musical, estético, comercial, literario, turístico, intergeneracional, editorial, agreguen lo que necesiten— de un orden distinto. Buenos Aires no es ajena al fenómeno: los beatlemaníacos saben que en esta ciudad existe el único Museo Beatle de América. A través del tiempo y el espacio: siempre hay algo más sobre Los Beatles. Siempre hay algo nuevo. Para los estudiosos del teatro shakespereano la pregunta también puede resultar relevante:

falsa escuadra

» »Compra mucho en los outlet de Palermo.

Estereotipo que viene «El fanático del Papa Francisco»

twitter

Todo sobre los Beatles

Historia del tiempo

HOY: El que usa bici con motor

» »Nunca tiene cambio.

ruido de fondo |

@niapalos niapalos

¿cómo se acapara algo cuyo caudal de información y experiencias no deja de expandirse? ¿Cómo y para qué se sostiene una manía con Los Beatles? Según Todo sobre Los Beatles (Blume, 2013), el impresionante libro de 672 páginas que organiza y relata la información disponible hasta el momento acerca del origen —muchas veces claro pero muchas otras incierto o disputado— de cada una de las 211 canciones grabadas por Lennon, McCartney, Harrison y Starr durante sus años con Los Beatles, "la razón es que hoy, cincuenta y un años después del lanzamiento de su primer disco, disponemos de puntos de vista nuevos y pertinentes que permiten entender mejor la creación de sus canciones". Los encargados de la tarea son Jean-Michel Guesdon y Philippe Margotin. Dos melómanos, dos racionalistas franceses a los que no sería injurioso pensar como dos disciplinados Bouvard y Pécuchet de carne y hueso, entrelazando sentidos útiles a la beatlemanía universal, con el objetivo de "alejarnos de leyendas y de hechos que no pueden comprobarse". No es otra cosa que una empresa cargada de conocimiento y amor.

Todo sobre Los Beatles, así, es algo ante lo que un beatlemaníaco serio va a tener que detenerse. El catálogo preciso de los instrumentos que se usaron en cada disco, el análisis técnico de cada grabación, el entrecruzamiento de entrevistas, autobiografías y memorias reconstruyendo el origen de cada tema y un archivo de imágenes: el que crea haberlo leído y visto todo va a encontrar algo nuevo. ¿Sabían que el sitar que George Harrison tocó por primera vez en Norwegian Wood estaba en el piso de Abbey Road y que lo había comprado en la calle Oxford? "Encontré las notas del riff. Empastaba muy bien y funcionó". ¿Sabían que esa canción cuenta un affaire entre Lennon y una periodista del Evening Standard? Está bien, ¿pero sabían que la primera toma de la canción se grabó el 12 de octubre de 1965 en re y que la versión definitiva está en mi?×

De trapito a no sé qué

Por Romina Sánchez Lo intentó en 2010, en 2012 y también el año pasado, cuando el foco mediático se posó en la muerte de un cuidacoches tras una pelea por el Jardín Botánico. Y no pudo. Pero este sí, según todas las variables legislativas en juego –la mayoría en las comisiones estratégicas, ya es mucho–, parece ser el año del Pro. Hablo de la búsqueda denodada de prohibir por ley la actividad de trapitos y limpiavidrios, y de sancionar, ya que estamos, a quienes marchen con la cara tapada o a aquellos que anden por la calle con palos, cadenas o cualquier tipo de “arma no convencional” que pueda usarse para intimidar o agredir. ¿Sumará el macrismo la apuesta mayor y más osada de reformar el Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires, para prohibir que dos personas circulen en una misma moto en la zona delimitada por Córdoba, Pellegrini, Rivadavia y Leandro N. Alem, para frenar de ese modo el oleaje de motochorros? Dicen que sí, que esta vez va por todo. “El proyecto pretende devolverle a los vecinos la tranquilidad y la posibilidad de transitar por la vía pública sin temor o limitación alguna, sin miedo o temor a estar vigilados o perseguidos con fines ilegales”, dijo el vicepresidente

1° de la Legislatura, Cristian Ritondo, quien presentó la iniciativa junto a su compañero del bloque Pro, Roberto Quattromano. “Queremos insistir con la ley porque es la herramienta que necesitamos para devolverle el espacio público a los vecinos”, expresó Francisco Quintana, presidente de la comisión de Justicia, por donde pasaría el proyecto antes del recinto (además de la comisión de Asuntos Constitucionales). Y el efecto Massa no se hizo esperar: ya están pensando en salir a juntar firmas que apoyen la propuesta. Pero el problema es la raíz del problema. Nadie habla de las mafias ni de la necesaria contención estatal a tanta miseria social. Menos, de la estigmatización. Nadie habla de vidas como la de Gonzalo. Gonzalo es el protagonista del documental de Javier Di Pasquo, De trapito a bachiller. Tres años que conmovieron al Gonza, que en febrero pudo verse en los espacios Incaa y en Incaa TV. Su historia es la de quienes no tienen pantalla, no son noticia, es la historia de quienes asoman la cabeza para no ahogarse en las aguas del delito, las drogas y las mil formas de violencia. “Mi viejo siempre me decía que yo iba a terminar preso o con un tiro en la cabeza”, asegura Gonza, y en sus ojos

vidriosos puede verse el intento de desafiar el destino profético. Hoy se encuentra en el penal de Marcos Paz, por no haberse presentado ante la justicia tras varias citaciones. Los días de Gonza en la película fueron sus días en el bachillerato popular de Maderera Córdoba, donde aprendió a codearse con la solidaridad y otro horizonte. Eso, otro horizonte. Y si algo deja entrever el protagonista es que puede haber esperanza, mucha esperanza, pero nunca salvación. Si bien su miserable mundo –el miserable mundo– a veces se muestra en la superficie, como esa cabeza que emerge de a ratos, y subyace en cada una de las escenas, con Gonzalo durmiéndose en clase, comiendo a morir facturas mojadas en café barato, con Gonzalo sin un lugar para dormir -o sí, un baldío- y bancándose un laburo inhumano a otra escala: el último escalón de un restaurante de mala muerte, donde lo maltratan. Buscate otra cosa, le dicen. Sí, claro. Pero no tengo el secundario. “Esta es la historia sobre una persona en su intento por, desde la nada, tratar de tener algo de ciudadanía”, reflexiona Di Pasquo. Así las cosas, el proyecto macrista se aprobaría. ¿Gonzalo tendría lugar en un cuadro así? No lo sabemos. De nuevo, la parábola cierra perfecta.×


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¿Trabajaste en paralelo la búsqueda judicial con el proyecto artístico? La inquietud primero fue meramente judicial y activista. Yo abrí la causa. Interpuse la acción ante la justicia, un habeas data para que se averigüe quienes eran las personas que estaban desaparecidas, fallecidas o en ese momento se desconocía su paradero. Paralelo a la causa judicial, siguiendo mis inquietudes artísticas-literarias, se me ocurrió un proyecto distinto. Yo trabajé casi medio mes con la causa y después el poder político me sacó. Impedido de seguir con la cuestión judicial avancé con la pesquisa literaria. Había pensado en armar un antología como Masters, escribiendo las voces de las víctimas que iba encontrando. En mi propia investigación judicial, al día 5 de abril cuando se dio la nómina, ya había encontrado que existían diez casos que no estaban incluidos. Le hice saber al poder ejecutivo que estaban omitiendo personas. Como respuesta me dicen que dejara de buscar debajo de la alfombra

¿Cuándo te apartan de la causa?

Julián Axat

«Los poetas vienen a traer un hecho político inédito» El próximo 2 de abril un grupo de poetas y narradores leerá poemas propios en la Plaza Moreno de la ciudad de La Plata. Cada poema lleva el nombre y la voz -recreada- de una de las víctimas de la inundación de 2013. En total 76 muertos, según la antología La Plata Spoon River (Editorial Libros de la talita dorada). 76 poemas que serán leídos -en parte- frente al poder judicial, al poder ejecutivo de la provincia de Buenos Aires y a la intendencia de Bruera. El responsable del libro es Julián Axat, poeta, defensor penal juvenil y primer querellante en la causa para buscar el verdadero número de muertos por la inundación, que esta semana el juez a cargo finalmente determinó en 89, aunque la cifra aún podría ampliarse. Con motivo del aniversario y de la edición del libro, nos juntamos a hablar con Axat del agua y el barro, de la causa judicial, del agite para visibilizar voces que el poder necesita ocultar, de Edgard Lee Masters y del estado actual de la poesía argentina.

Por Damián Huergo ¿Dónde estabas cuando empezó la tormenta del 2 de abril? El 2 de abril estuve en City Bell. La tormenta fue a la tarde. Ya había vuelto del trabajo y nada anunciaba lo que pasó. En City Bell llovió a cántaros pero no se inundó. La inundación fue en el casco y en las afueras, a la vera de los dos arroyos del Maldonado y el Gato. Por lo tanto al otro día, cuando me levanté para ir al trabajo, vi por televisión lo que había ocurrido en Capital y en La Plata. Ahí empiezo a tener una dimensión de lo que había pasado. Intenté ir a colaborar, pero no

se podía entrar a la ciudad. Estaban los accesos bloqueados y el agua todavía no había bajado. Recién pude acceder el día tres a la tarde, cuando el agua bajó sobre todo en la parte norte.

¿Qué imágenes guardas de ese día? La devastación, los autos, los pedazos de muebles, de casas, las bolsas de basura. Todos los detritos que deja el agua cuando corre y lleva barro. No fue un agua limpia. Fue un agua musgosa, oscura, una agua que se llevó todo. La ciudad quedó fangosa y revuelta. Era devastador.

El título, La Plata Spoon River, alude a Spoon River Anhology,

un libro donde Edgard Lee Masters hace dialogar 250 epitafios de un cementerio imaginario de Illinois. ¿Qué tiene que ver Spoon River Anthology con la inundación del 2 abril?

River, contás que mientras ayudabas a las familias damnificadas la antología fue tomando forma en tu cabeza. ¿Ya conocías o sospechabas de los mecanismos de ocultamiento de fallecidos?

El libro de Masters sólo se relaciona con el agua al inventar un pueblo a la vera de un río. Y ese río no se desborda. Sin embargo, en cada uno de los epitafios de ese cementerio imaginario, aparece el vínculo del pueblo con el agua. Entonces, cuando surgió el tema de los muertos de la inundación y -sobre todo- los que no aparecían en la nómina oficial, se me ocurrió la asociación entre Masters y la inundación.

Yo trabajé mucho en la facultad de periodismo, como uno más de los que estuvo ayudando. A la vez me tocó turno como defensor el día cuatro y el día cinco. Desde mi rol funcional empecé a averiguar problemáticas de niños y adolescentes que habían perdido el vínculo con su familia y estaban evacuados. Muchos no aparecían. Ahí empecé a pensar que podría haber chicos fallecidos. Inicié una serie de pesquisas que terminaron en la morgue y con el tema de los muertos.

En el epílogo de La Plata Spoon

Quince días después, diciendo que al no haber encontrado ningún niño entre los fallecidos no correspondía la intervención de un defensor juvenil. Lo cual era cierto, yo sólo tenía elementos parciales. No es que tuvieran razón, pero mi intervención estaba acotada. Yo podía continuar con la pesquisa pero también podían intervenir organismos de DDHH u otros defensores. El poder político a través de la procuradora decidió apartarme. Teníamos acumulado casos que no estaban incluidos. Al listado difundido de 52 personas nosotros agregamos hasta, al menos, 65. (N.d.E.: Axat llegó a recopilar 76 víctimas que son las reflejadas en el libro. Días después de esta entrevista y durante el cierre de esta edición, el juez Luis Federico Arias, responsable de la causa, anunció finalmente que, según su investigación, en la inundación hubo “al menos 89 muertos” aunque la cifra aún podría ampliarse).

En tu poesía, en los posts de tu blog (elniniorizoma.wordpress. com) la idea de hacer visible lo invisible es un eje central. ¿Cómo buscaste darle voz a las voces ausentes? Me di cuenta que en los poemas que había escrito sobre el tema había un mecanismo que no funcionaba, que tenía que abrir el juego a otros poetas de La Plata, la Capital, el interior o de otro país. Convocar a aquellos que pensaran a la poesía como búsqueda de la verdad. Por lo tanto buscamos los nombres reales que el poder había omitido, que la justicia estaba buscando, y propuse hacer el juego de Lee Masters.

¿Cómo fue la convocatoria de participantes? La convocatoria la subí al blog de la Colección Los detectives salvajes y la publiqué en Facebook. Abrí la po-


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«De ese día recuerdo la devastación, los autos, los pedazos de muebles, de casas, las bolsas de basura. Todos los detritos que deja el agua cuando corre y lleva barro. No fue un agua limpia. Fue un agua musgosa, oscura, una agua que se llevó todo. La ciudad quedó fangosa y revuelta.» sibilidad y los poetas acudieron al proyecto, incluso algunos narradores también se animaron a la poesía. Sólo puse algunos requisitos: leer el texto de Lee Masters y escribir a su manera, es decir en primera persona como si fueran el personaje que inventan. Yo había pensado brindarles un listado oficial y no oficial. La idea era que a partir de un nombre escriban un fragmento libre de lo que quisieran sobre la vida de ese nombre. Ahí apareció el problema de la ética en la poesía, de la moral, de la política. Estuvo buenísimo porque en ese llamado, surgió el tema de la poesía y del compromiso. Poetas de todos los colores me escribieron, me felicitaron o me decían que les gustaba la idea pero no les daba, que se enfrentaban a un silencio o que era un atrevimiento muy fuerte. Otros directamente me escribieron para insultarme, diciendo que eso no

podía ser. A todos les respondía que yo era hijo de un desaparecido y una desaparecida y que si alguien quería escribir un poema con su nombre no me podía oponer. Eso me mostró un poco el estado del campo de la poesía actual. Los que se atreven, los que no, la poesía civil, la poesía de salón, los descomprometidos y aquellos que se comprometen de golpe.

Muchos de los poetas también integran la antología Si Hamlet duda le daremos muerte, que preparaste junto a Juan Aiub. ¿Te interesa fomentar el reencuentro de estos poetas invisibilizados, sueltos, orilleros de los que arman listas parecidas a sus ombligos? Para mi la poesía argentina está multifragmentada. Lo estuvo también en la década del noventa, pero hubo sectores de Bs. As. y

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Bahía Blanca que fueron núcleos duros con editoriales que los difundieron. Después del 2001 esos reductos también se empezaron a romper, llegaron a un límite en el 2005 cuando nosotros lanzamos Si Hamlet duda… En ese momento se encontró más el interior de la poesía, logrando hoy en día que haya más poetas visibles que eran invisibles. No hay un corte definitivo con los poetas de los noventa. Muchos siguen pensando la poesía como pop, del orden de lo microfísico, de la resistencia individual, sin vincularla a un proyecto político a mayor escala. Sin embargo, sí empieza a aparecer una poesía que describe otros espacios, los problemas del interior, de los inmigrantes y, quizá, algunos retazos de poesía militante, que no es una poesía nostálgica de los sesenta o setenta.

¿Qué sería hoy una poesía militante? La que estamos pensando desde algunos lugares de estas antologías, pequeñas formas colectivas de resistencia. Por ejemplo, este libro que confronta al poder político. Exponer que la verdadera cifra de fallecidos es esta. El libro da el número final, traduce lo que dicen los expedientes judiciales sin que hasta ahora exista una sentencia. Los poetas vienen a traer un hecho político inédito. Este libro está pensado para ser presentado en la plaza pública y gritarle los poemas al poder judicial, a Scioli y a Bruera que estaba de vacaciones en Brasil al momento de la inundación.

La Plata Spoon River salió publicada en la Colección Los detectives salvajes. ¿Cuál es la importancia de incluir el libro en esta colección? La colección la arrancamos hace cuatro años con algunas ideas bolañanas. Los Detectives salvajes fue un libro aglutinador. Cuando lo leímos pensamos en salir a buscar a nuestra Cesárea Tinajero, que no era Urondo que ya había sido

«Este libro confronta al poder político. Expone que la verdadera cifra de fallecidos es esta. El libro da el número final, traduce lo que dicen los expedientes judiciales sin que hasta ahora exista una sentencia.»

rescatado por Gelman. Nosotros creíamos que había otros Urondos que el terrorismo de estado se había tragado. Nos encontramos con que el padre de mi compañero Juan Aiub era poeta y él no lo sabía. El primer proyecto de la colección fue devolverle la voz al papá, editando ese libro que no pudo salir porque a último momento la dictadura se lo lleva. El libro se llama Versos aparecidos. Es decir, construimos un poeta que había desaparecido, lo divulgamos de la nada, hicimos una Cesárea Tinajero. Y ahí entendimos que esa era la búsqueda de nuestra generación. Salir a buscar algo de nuestros padres. No todo -porque también somos muy críticos en parte de ese proyecto- y ponerlo en el estado del arte actual. Para nosotros la idea generacional de los Detectives Salvajes es la poesía como pesquisa, la búsqueda de una identidad, la necesidad de hurgar en lo que dejó el terrorismo de estado y no repetir el proyecto de nuestros padres sino armar uno nuestro.

¿Cómo vinculás la antología al proyecto de buscar la voz de los ausentes que el poder también oculta? Nuestra idea era no sólo ir a buscar en los vestigios de la historia, sino también hermanos de la poesía. No necesariamente tienen que compartir la misma estética que nosotros, pero sí la idea de búsqueda. Ambas antologías indagan un sentido que tenga que ver con lo político. Spoon River encuentra poetas que se atreven hablar de un hecho traumático. La negación de las muertes vinculadas a una cul-

tura del terror y a la identidad de personas que están muertas.

¿Cómo conviven el Defensor juvenil y el poeta? Igual que en Lee Masters, que en Kafka o en Horacio Castillo. La defensa de los derechos humanos y la literatura tienen un punto en común. A mi entender la poesía tienen que ver con ciertas formas vindicatorias, con el tema de las verdades dentro de la búsqueda de la poesía. Hay una tradición de abogados poetas en la Argentina. Yo siento que soy parte pero en vez de ser abogado poeta, soy poeta y después abogado. Y en estos casos donde se atraviesa el problema de la verdad, de la historia, de la muerte, de la política, creo que la poesía tiene que estar vinculada de alguna forma. Si lo trabajara solo desde mi lado de abogado sería meramente un técnico, un buscador del derecho. Me parece que lo interesante es tratar de que el arte acompañe las cuestiones institucionales. Los artistas en la Argentina están bastante dormidos. Los noventa en el arte arrasaron toda la experiencia de los sesenta y setenta. Todo ese compromiso se perdió, hay que volver a reconstruir una madeja del arte vinculado a lo social. El extremo, el límite a eso, es el estalinismo artístico. Eso no me va. Me interesa ver las mil mesetas en el arte, pero creo que también hay que devolverlo al compromiso.

¿A qué le decís Ni a Palos? A la derecha, al terror, a la policía bonaerense y a todo lo que tiene que ver con la dictadura en la democracia. X


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La isla bonita

Nota

Perdida en los márgenes urbanos, la Isla Maciel es un territorio de mitologías oscuras, de delincuencia, de crónicas que la definen como el “infierno de la pobreza”. Un espacio que supo ser zona de paseo y aventuras sexuales de la clase alta porteña a principio de siglo XX y derivó en un barrio marginado y peligroso alojado en los bordes del Riachuelo. Sin embargo, empujada por el trabajo de sus vecinos, la Isla Maciel lleva varios años luchando contra su propio mito. Hicimos un viaje a la isla que no es isla, un paisaje que parece abandonado de otra época -con sus conventillos, casas de chapa y rumores- para conocer, en primera persona, ese vórtice de leyendas, desamparo y organización vecinal llamado Isla Maciel

Por Charly Gradin Fotos: Sebastián Lingiardi A la Maciel se llega sin pisarla. “No vayas solo”, es lo primero que te dicen. Y lo segundo, alguna anécdota como la de los jugadores de San Telmo, que en los días de partido eran asaltados hasta por hinchas de su mismo equipo, en la cancha ubicada en medio del barrio, según la leyenda. Ni siquiera los chicos de La Cámpora nos alentaron a perdernos por la zona. Cuando llegamos hasta una diminuta capilla al fondo del barrio, donde trabajan, fue para ver si algún vecino nos acompañaba. Habíamos hecho una larga vuelta desde Dock Sud, en el vértice norte de Avellaneda, donde el Riachuelo desemboca en el Río de la Plata. Veníamos de los fondos de Villa Tranquila, un barrio más reciente, entre asentamientos y nuevas barriadas de los planes de vivienda, donde persisten terrenos sin edificar, cubiertos de zanjones y pastizales. “Hablen con el Padre Paco”, nos dijeron en la capilla. “Es el único que camina por toda la Isla”. Y ahí fuimos, por la calle de la vía, rumbo al Convento, mientras de a poco las casitas precarias, tapadas con lona y cartón, daban lugar a casas de material y calles más delineadas. Bajamos por Alberti y doblamos en Montaña, donde se yergue un paredón negro pintado con un mensa-

je de bienvenida: la firma de “Los trapitos” junto a un escueto “La famosa isla Maciel” acompañado de un ataúd y una cruz donde se lee “Docke”. *** Paco nos esperaba en el Convento. Y una de las primeras cosas que nos contó es que cuando llegó a Maciel pensaba que el lugar era una Isla, y que iba encontrarse con una enorme zona roja, llena de prostíbulos. Y al contarlo se ríe. La fama prostibularia venía de los tiempos del puerto, cuando el barrio era un caldo de marineros y buques de carga, lleno de fondas en las que todavía era barato emborracharse, y se oían canciones en lenguas desconocidas, que se renovaban todas las noches. Cuando en la Maciel prosperaban negocios ligados al mar, desde astilleros, carboneras y frigoríficos hasta, justamente, las famosas casas de citas, muchas regenteadas por las mafias de la trata, como la Zwi Migdal. Pero el puerto cerró en los ‘60. Con él se fueron sus industrias, y también los bares y los prostíbulos. Sin

su economía, el lugar se volvió inhóspito. Y en realidad la Maciel ni siquiera era una isla. Lo había sido hasta la década del ‘30, cuando una empresa decidió tapar y entubar un arroyo que la separaba de Avellaneda. Cuando Paco llegó hace ocho años se dio cuenta del error. Venía a hacerse cargo de la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, después de pasar los años más difíciles de la crisis como cura-obrero en Merlo y Moreno. “Vayan tranquilos”, nos dice ahora, y se ríe de nosotros, cuando le preguntamos si podemos salir a caminar: “No van a tener problemas”. Más tarde nos va contar que el año pasado abrieron un Terciario en el Convento. Así nos enteramos de que en la Maciel se está formando una primera camada de estudiantes de Turismo Sustentable. Y tardamos un rato en darnos cuenta de lo que está diciendo. Porque en los ‘90, todo el saber sobre la Isla podía reducirse a alguna historia de violencia absurda. Para nada parecidas a un city-tour. Por ejemplo, la del que se quedó dormi-

“La fama prostibularia venía de los tiempos del puerto, cuando el barrio era un caldo de marineros y buques de carga, lleno de fondas en las que todavía era barato emborracharse, y se oían canciones en lenguas desconocidas, que se renovaban todas las noches.”

do en el colectivo y se despertó, y a la primera persona que encontró le quiso preguntar cómo salir de ahí, pero era alguien que corría porque acababan de robarle y le gritaba de lejos, “No sé, no sé”. *** La parte más antigua de la Maciel es una veintena de manzanas, que mezclan asfalto y empedrado, de casas bajas, algunas construidas en material, pero muchas de madera y frentes de chapa acanalada, como en La Boca. De pisos elevados, sin la nitidez profesional de las obras de arquitectos, las casas de la Maciel son un vestigio de aquélla aldea construida por marineros y trabajadores portuarios en los márgenes de la ciudad. En el dintel de una casa de material, frente a la plaza, se lucen un ancla y una cadena. Como en las calles de la Boca, la impresión es la de caminar por el medio de un collage, hecho de retazos, sin las proporciones prefijadas para la trama urbana. Las ventanas y las puertas se acomodan en alturas desparejas, y cambian de tamaño de una casa a la otra. Los colores van del gris metalizado al amarillo o el naranja. Parece un pueblo chico, donde las calles apenas se despegan del cielo. “En un momento tuve que parar y decir que no, ya no quería seguir haciendo de guía turístico para los visitantes”, dice Paco mientras su celular no para de sonar con preguntas y pedidos de los trabajado-

res del Convento. Nos lo confirma unos días después: en la Maciel, donde todavía llegan los cronistas a buscar historias de tiroteos en el infierno de la pobreza -y otros títulos por el estilo-, están pensando en formar guías, entre los mismos jóvenes que habitan sus calles, para que reciban a los visitantes y los paseen por ese contrafrente de la ciudad. “En los últimos años la Isla volvió a conectarse con el exterior”, responde, cuando le preguntamos si está seguro de lo que dice. Hasta hace poco, la única vía de entrada o salida más o menos rápida de Maciel eran los botes que cruzan el Riachuelo por debajo del Transbordador. Sus remeros heredaron el empleo de sus padres y hasta abuelos, y cobran unas monedas por el servicio. Pero hoy su razón de ser se enfrenta al desafío de un Puente Avellaneda otra vez en marcha, cuando llevaba cincuenta años abandonado, convertido en un túnel oscuro, de fama terrible. Además, la Isla recuperó su ribera, que era un depósito de arena gigantesco de una proveedora, y hoy es un paseo verde, desde donde se ve una rara postal de Buenos Aires: a lo lejos, del otro lado del agua, como si llegáramos en la cubierta de un barco, o nos fuéramos, de donde quizás le venga la nostalgia que desprende la Isla. Además, reabrieron un camino que lleva en auto al centro de Avella-


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“En los ‘90, todo el saber sobre la Isla podía reducirse a alguna historia de violencia absurda. Para nada parecidas a un city-tour.”

neda en cinco minutos, dice Paco. Volvieron las ambulancias y los carteros. Arreglaron la plaza. “La Isla es muy bonita”, concluye. “Recién hoy se empieza a ver, porque está muy estigmatizada, así

que va a llevar tiempo”. Y le creemos. Pasamos la tarde recorriendo las calles con Sebastián, nuestro fotógrafo. En la plaza, un grupo en cueros juega un partido de fútbol. No hay mucho movi-

7 miento después del mediodía. En la ribera, pasamos un rato meditando en cuánto tiempo deberíamos quedarnos quietos mientras sacamos fotos. El río sin barcos transmite serenidad. Un chico llega en bicicleta, se sienta en uno de los bancos de cemento, y se queda mirando el agua, y revisando su celular, mientras le da unas pitadas a un porro. *** Cuando nos vamos más tarde, repasamos las personas con las que hablamos. No todas compartían la seguridad del Padre Paco sobre los paseos turísticos. “Con escolta policial”, dicen dos jóvenes vecinas, entre las más escépticas. Pero a nadie le parece descabellado. Nos fuimos sin que nos robaran, y sin huir en desbandada. Todos coinciden en que la Isla cambió. Las historias de los que nacieron ahí están tocadas por la marginalidad que supo predominar en sus calles. Esa tarde conocimos a una isleña que nos contó de su madre, llegada a la isla poco después de tenerla, y sin ingresos trabajó en los últimos prostíbulos del barrio para poder criarla. Conocimos a Hugo, que nos habló de la causa bloqueada en los Tribunales por la muerte de su hijo adolescente, hace unos años. Lo fusiló un policía mientras esperaba sentado

en un auto cerca del Shopping Avellaneda. Unos años antes ya había sufrido el abuso de una discusión con un oficial, por su prepotencia en la puerta de su casa, que terminó convertida en una causa absurda, por el supuesto robo del Nextel del policía, que lo obligó a cumplir meses de “probation”. Emanuel se nos acerca en una esquina, y nos dice que hace un tiempo nos hubieran venido a asaltar apenas hubieran visto la cámara. Y casi nadie hubiera salido a defendernos. Mientras hablamos nos señala un jardín de infantes que construyen enfrente. “Cambió la gente”, dice, algo enigmático. En otro mural de Montaña se lee un obituario: “se derrumba el mundo xq se murió Poroto x una tragedia”, y “mis ñeris lloran x el impacto de su despedida”. “Poroto presente” se repite en otras paredes del barrio. Más tarde nos cuentan que Poroto era un chico muy querido en la Isla que a veces se drogaba, y que un día, en un arrebato, se tiró o se cayó al agua del Riachuelo y murió ahogado. *** Hace unos años Chiche Gelblung armó uno de sus informes para la televisión. Su movilero juntó una cuantas entrevistas tomadas en las

“'La Isla es muy bonita', concluye Paco. 'Recién hoy se empieza a ver, porque está muy estigmatizada, así que va a llevar tiempo'.”

veredas de Maciel, y las tituló “El triángulo de la muerte” y “La ciudad prohibida”. Era “la famosa Isla” de la que habla el graffiti de Los Trapitos en la entrada. El Padre Paco y otros vecinos hicieron una denuncia en el Inadi por discriminación, argumentando que el programa recortaba los testimonios y los repetía diariamente en el noticiero, exponiendo sólo su costado más doloroso. Lo ganaron, y el Inadi exigió un espacio de réplica que nunca se cumplió. Ahora, Paco y los vecinos de la Maciel parecen decididos a aplicar justicia por mano propia. ¿Mandarán invitaciones a pasear por la Isla? Les llegarían con un subtítulo especial a los periodistas de policiales: “The real Maciel”, por fin, contada y editada por un medio amigo. Quién sabe qué saldrá de todo eso. La Isla fue aldea de marineros, con su circuito de bodegones y sus paseos populares. Fue zona roja y polo industrial. Fue la cuna del tango, según algunos arqueólogos. Y, finalmente, fue tierra de nadie. Olvidada, o jamás visitada, casi todos los porteños la oyeron mencionar en los noticieros, perdida en la bruma de ese más allá en que se convirtió en los ‘90 el Conurbano Bonaerense. Se diluyó entre otros nombres de su geografía de angustia y peligro, habitada por los seres de la Mitología: punteros, manzaneras, pibes chorros, barones. Por eso es tan raro cruzar el puente y verla. Después de tantas historias y catástrofes, sigue ahí, a pesar de todo, en pie y dando batalla. X

ECONOMÍA, POLÍTICA Y FÚTBOL DESDE LA ARENA MUNDIALISTA

Made in Brazil: ayer y hoy Por Manuel Gonzalo En 1995 se publicaba Made in Brazil, escrito por João Ferraz, David Kupfer y Lia Haguenauer, economistas del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ). El título parafrasea una serie de publicaciones realizadas para analizar la competitividad de los países industrializados. El Made in America había salido a la luz en 1989 comandado desde el MIT por Michael Dertouzos, Richard Lester y el ya Premio Novel de economía Robert Solow, con el objetivo de comprender las causas de la queda en la productividad de la industria en los Estados Unidos ante el avance y consolidación de las firmas japonesas. En tanto, el Made in France aparecería en 1993, liderado por el ya regulacionista Benjamin Coriat y el Made in Japan, el primero de todos, se publicaba en 1986 como la autobiografía de Akio Morita, fundador de la Sony, quien relata también la evolución de la empresa y las características del estilo de gestión japonés. Brasil fue el único país no desarrollado en publicar su Made in... lo

cual simbólicamente da cuenta de la centralidad de la industria en al menos una parte significativa del pensamiento económico brasileño. El libro se transformó en un clásico dentro de los cursos de organización industrial, especialmente en las universidades más alejadas del mainstream neoclásico, como la UFRJ y la UNICAMP (Universidad Estadual de Campinas). Sin embargo, el contexto político y económico que precedió y procedió al libro no fue el de mayor virtuosismo. Luego del "milagro brasileño" de convertirse hacia fines de los 70 en una de las 10 principales potencias industriales del globo, la década del 80 y el pasaje a la democracia, estuvo condicionada principalmente por la crisis de la deuda, que afectó a buena parte de los países latinoamericanos, y por la muerte del primer presidente electo, Tancredo Neves. Los 80 fueron bautizados como la década perdida: se pasó de un crecimiento promedio del 7,5% en el PBI (Producto Bruto Interno) entre los 50 y los 70 a 1,5% promedio. Ya en los 90, a grandes rasgos, con Fernando Collor de Mello se co-

mienza el pasaje del estado militar/ dirigista al democrático/(neo)liberal, lo cual es completado con el proceso de privatizaciones y apertura económica de Fernando Henrique Cardoso. En este contexto, el Made in Brazil buscaba pensar las potencialidades y limitaciones de la industria brasileña en un escenario de creciente transnacionalización de la producción y de sus actores empresariales. Se adoptaba un abordaje sistémico, que contempla los diferentes niveles (micro, meso y macro) y factores (político-institucionales, legales, sociales, internacionales, etc.) intervinientes en el proceso de construcción de la competitividad de un país. En aquel entonces, el libro planteaba un signo de interrogación sobre las posibilidades de desarrollo de la industria brasileña debido a los bajos niveles de inversión en investigación y desarrollo (I+D) en las empresas de capital nacional, la debilidad para generar una masa crítica de empleos calificados y con consecuentes buenos salarios y la consolidación de las empresas multinacionales en buena parte de los grupos de industrias dinámicas.

Más contemporáneamente, como se planteó en las anteriores Aguafuertes Cariocas, los gobiernos del PT intentaron retomar cierto protagonismo respecto a la injerencia estatal en la economía, principalmente a través de políticas de transferencias directas de ingresos hacia los sectores más vulnerables, estímulos al consumo, inversión pública en infraestructura y del retorno de una agenda e institucionalidad mínima en materia de Ciencia y Tecnología. Sin embargo, en lo que respecta a la industria, el panorama es distinto de aquel del "milagro brasileño": la participación de la industria brasileña al PBI mundial cayó de 5,5% a fines de los 70 a un promedio de alrededor de 2,5% en la última década; la tasa de inversión en los últimos 10 años no alcanzó el 20% del PBI (en 2011 China superó el 40% e India el 25%); el crecimiento del PIB industrial durante estos años fue inferior al del PIB nacional; la apertura promedio de la economía (suma de exportaciones e importaciones sobre el PBI) es la más alta de la historia, superando en promedio el 25%; el peso de la Inversión Extranjera Directa (IED)

fue record, en 2012 Brasil se ubicó en el top five mundial de países receptores. En un escenario internacional bastante incierto aunque con el incontrastable ascenso de China como potencia global, observando una tendencia creciente y predominante del peso de los servicios en el PBI mundial, lejos de la nostalgia pero cerca de la relevancia, las preguntas planteadas hace ya casi 20 años en Made in Brazil adquieren hoy su significado presente: ¿cuál es la potencialidad del desarrollo industrial a nivel nacional en un contexto de fuerte transnacionalización de los actores productivos? ¿qué margen de intervención tienen los estados nacionales y, más importante aún, cuáles son los instrumentos para operar sobre un aparato productivo con fuerte ligazón internacional? ¿de qué hablamos cuando hablamos de empresas de capital nacional y qué se puede esperar de ellas? ¿qué papel juegan las empresas públicas y con qué objetivos deben ser gestionadas? ¿cómo conciliar desarrollo industrial con mejoras concretas en el nivel de vida de la población?X


año 4 | nº 259 | 30 de marzo de 2014

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Vedere Roma e dopo contarlo Por Martín Rodríguez Un amigo se fue a vivir a Escocia en busca del amor. La conoció en Buenos Aires, una joven escocesa que vino a radicarse un tiempo, durante la edad dorada del 3 a 1. Se conocieron, se enredaron, él le enseñó a decir “te amo”, ¿se amaron? Esa respuesta fue a buscar un año después al norte frío del viejo continente. Pum! Le fue mal. Volvió. Pero antes de irse, es decir, antes de partir, de volver a casa, eligió pasar una semana en Roma. Llegó, se hospedó, salió a caminar, se sentó frente a la Fontana di Trevi, abrió su cerveza Peroni, y dijo: ya estoy en casa. Somos italoargentinos aún cuando en nuestra sangre floten viejos genes gallegos, judíos, vascos, turcos, nativos. ¿Por qué? Fui con mi mujer, mi hijo y demás parentela a Roma. Vengo de dos generaciones que jamás pisaron el viejo continente. De Italia tengo un único anzuelo genético: mi bisabuelo, padre de mi abuela materna, un veneciano que vino a trabajar el campo (primero a Mendoza, luego a Santa Fe): Valentín Noel Baldovin. Un nombre tan remoto, que en la computadora del museo de la emigración ni figuraba. Andá a saber. Me atrevo a hacer algunas recomendaciones y sugerencias para el buen viajante argentino luego de la experiencia: 1. No se enreden con el idioma. Si se habla despacio, en nuestro criollito (tan azucarado por la vid italiana por cierto) las personas entienden. No es necesario sobreactuar como los mozos tucumanos de La Parolaccia de Puerto Madero obligados a cantar sosteniendo la torta caliente del cliente cumpleañero “tante auguri, tante auguuuri!”. Todo idioma es una música, una entonación, que se va adhiriendo, como el polvo a las cosas. Pero no hace falta forzarlo: hay quien cree que el italiano se habla en caliente, se grita, se levanta los brazos… Tal como una parte de su cine circense for export nos lo hizo creer. Los porteños no hablamos en lunfardo, ni todos bailamos tango, y los romanos tienen permitido ser introvertidos, incluso hoscos. Dicho lo cual, me permito decir que en general son gratos, sonrientes, conversadores, no caminan mirando su blackberry (es un país de bajísimo consumo virtual), elegantísimos. Mujeres y hombres. 2. Vayan a ver el fútbol italiano. Fuimos a ver a la Roma al estadio olímpico (le hizo tres goles al po-

bre Udinese, con uno del genio Francesco Totti) y convivimos la mitad del partido con la batalla cultural de la tribuna: por un lado Los Tifosi de la Roma que (contra la ley anti discriminatoria) insultan con racismo a los napolitanos (en esa guerra popular y prolongada entre Norte y Sur) versus los hinchas de la Roma que silban esos cantos romanos como buenos cristianos amigos de la ley que, muchas veces, está a la izquierda del vulgo. 3. Las referencias culinarias son rotundas y las trazo rápido: Todas las pizzas están por encima de la línea de la riqueza, tienen mejor salsa y menos queso. Son de masa fina. Las sirven crocantes. Los tomates, los que acá llamamos “tomatitos cherry”, allá son una golosina, una fiesta del sentido. Se podrían comer como postres. Se venden en puestos callejeros, que también venden frutas, bebidas, golosinas. Casi siempre atendidos por inmigrantes asiáticos. Los vinos son parejos, no hay diferencia, es más: nuestros vinos de mesa son más picantes, más atrevidos, menos “frutales”. Entre paréntesis, destruyamos la poética del vino: “el eco de la cereza sobrevolando la madera”, ¡no! El vino es una bebida para acompañar la comida. Un vino argentino acaba de salir campeón mundial. Repito y agrego: un vino argentino que no sale más de 100 pesos. O sea: no hay nada que haga valer tanto la pena el desembolso de cientos de billetes por una botella de ese vino toro que sirve para comer… y tumbar algunas penas. Fiambres: cualquier fiambre que compren a 1,80 euros en la góndola de un supermercado (por ejemplo una simple mortadela) es un lujo. Y como el lujo es vulgaridad no se metan en el juego del mejor fiambre, en un barcito lindo con mesa de madera y la excentricidad de un tano que te corta en la cara la pata de jamón. No hace falta pagar el espectáculo para que el paladar tenga su fiesta: el promedio del fiambre, como el de la pizza, es parejo. Se compra un buen pan, una bandejita de mortadela de pollo, una mayonesa, un vino (por ejemplo Ruffino) y se camina la ciudad de punta a punta. La pasta es ridículo describirla, elogiarla, inflar su mito legítimo y ancestral. Cualquier nativo podría comer todos los días un plato de spaghetti a la carbonara y ser feliz como la primera vez. Vi Roma, dopo volveré.x

¡AGEN

La salidera

DÁ!

manda tu gacetilla a salidera@niapalos.org

LUNES

VIERNES

Mario Testino: In your face

Recitales en el BAFICI

Malba - Av Figueroa Alcorta 3415 12 a 20 hs Mario Testino es uno de los fotógrafos más influyentes del mundo. Nacido en Lima, Perú, Testino se trasladó a Londres en la década del '70, donde comenzó a interesarse por la fotografía. Si bien especializado en moda, Testino ha diversificado su obra, convirtiéndose en un artista de nivel internacional. "In your face” es una muestra de toda su obra, que lo muestra en un abanico amplio, a través de trabajos seleccionados por el propio autor. Si bien está todos los días salvo los martes, te la proponemos para el lunes, donde no suelen abundar buenos planes para salir, y este es uno excelente. La entrada está en $45, con descuentos para estudiantes, docentes y jubilados.

MARTES

MIÉRCOLES Los Espíritus en Sesiones 93.7 www.nacionalrock.com Sesiones 93.7 es un ciclo de seis episodios audiovisuales, realizados en conjunto por Nacional Rock y Taringa! Música, en el que distintas bandas y solistas locales tocan en el estudio de grabaciones de Radio Nacional. En cada episodio, una banda toca cuatro temas -dos propios más un cover y un inédito- y la sesión, grabada en HD, se puede ver tanto en el sitio web de la radio como en su perfil de Taringa Música! Ya pasaron Utopians, Banda de Turistas y Las Diferencias, y este miércoles es el estreno de la sesión de Los Espíritus, la banda liderada por Maxi Prietto que, para nosotros, grabó uno de los mejores discos de 2013. El 16 de abril es el turno de Guauchos y el 30 cierra Pablo Dacal. Una propuesta imperdible y de lujo.

JUEVES

La Delio Valdéz

Alan Parsons Live Project

Niceto - Niceto Vega 5510 - 23.30 hs La Delio Valdéz es un grupo de cumbia compuesto en su totalidad por músicos argentinos que toma el formato de orquesta. Con un despliegue tremendo en vivo, "La Delio" hace de sus shows una auténtica fiesta del baile, con sabor latinoamericano y una precisa instrumentación y arreglos. Acostumbrados a escucharlos en festivales, esta vez tendremos la oportunidad única de disfrutarlos a pleno en un recital exclusivo. Niceto es el lugar perfecto para la combinación del baile y la buena acústica, para disfrutar de ambas cosas. La entrada: $47. No te quedes arafue. Acordate que al día siguiente es feriado!

Teatro Gran Rex - Av Corrientes 857 Alan Parsons es una leyenda del rock. Fue ingeniero de sonido de Dark Side Of The Moon y un pionero en el uso de elementos electrónicos. Poco después formó su propia banda, The Alan Parsons Project, un mito que se mantuvo en actividad durante quince años. Tras un hiato solista, Parsons retomó el repertorio de su vieja banda y lo saca a pasear por el mundo bajo el nombre de Alan Parsons Live Project. La gira lo trae ahora a la Argentina donde veteranos psicodélicos y jóvenes amantes del clásico ímpetu del rock progresivo se reunirán para decirle al viejo Alan que vienen a bancar su proyecto. La entrada no será barata pero lo vale.

Staff Director Federico Scigliano Editor Diego Sanchez

Redactores Pablo Móbili Martín Rodríguez Emiliano Flores Franco Dorio Julián Eyzaguirre Romina Sánchez Diseño original Nizo Mauas

Arte Diego Paladino Fotografía Patrick Haar

Redacción: Amenabar 23 (C1426AYB) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: contacto@niapalos.org Departamento comercial: Tel.: 4776-1779

Centro Cultural Recoleta - Junin 1930 - 21.30 hs En el marco del festival porteño de cine, BAFICI, en el Centro Cultural Recoleta se organizaron una serie de recitales con entrada libre y gratuita que permite al espectador disfrutar de un buen cacho de música para luego sí apreciar una buena peli. En esta oportunidad el viernes a las 21.30 hs vas a poder disfrutar de tres bandas: Asterisco + Núcleo + Clan Oculto. El film del viernes es Buenos Aires Rap, Una linda previa cultural de viernes por la noche, para arrancar bien el finde.

SÁBADO Fiesta Clandestina + El Otro Yo + Cuentos Borgeanos Groove - Av Santa Fé 4389 - 23 hs Y para el sábado, como no podía ser de otra manera, te proponemos una gran fiesta gran. De la mano de dos grandes bandas: El Otro Yo y Cuentos Borgeanos, con más fuerza que nunca reaparece la "Fiesta Clandestina" que siempre sabe enfiestar la noche de Buenos Aires. Cortito y al pie, fiesta en Groove el sábado a la noche. La entrada está $67.

Internos: 156 y 159 Venta de ejemplares atrasados: Azopardo 455. Tel.: 4342-8476 Impresión: Editorial AMFIN S.A. Paseo Colón 1196. Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Distribución en Capital Federal y Gran Buenos Aires:New Site. Baigorri 103, CABA Distribución en el interior: Inter Rev S.R.L. Av. San Martín 3442. Caseros Pcia. de Buenos Aires


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