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SUPLEMENTO JOVEN Domingo 11 de mayo de 2014 Buenos Aires, Argentina Año 5 Nº265

del o n e r t s e l w y de un recorrido o h s u s de z, A horas tal de Marcos Lópe món Ayala, “el documen r la leyenda de Raal” mítico po Yupanqui del litor Atahualpa Además: Zambayonny y el perro que jugó en primera | Macri, el profeta fuera de su tierra | Ricardo Lisias: literatura y el lugar de Brasil en América Latina | El debate teórico entre Ventura y Casella


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FUTBOL PARA EXTRATERRESTRES

Matute Por Zambayonny Ilustración: Daniel Caporaletti Los chicos lloraron mucho durante las primeras horas pero luego se les fue pasando con la emoción de fotocopiar los afiches y pegarlos por el barrio. Primero tuvieron que elegir una buena foto, había muchísimas; en algunas se lo veía durmiendo, en otras jugando con una pelota, en otras vestido con alguna camiseta de fútbol, mirando a cámara con la cabeza torcida o abrazado por sus pequeños dueños. Matute siempre había sido un perro extraordinario, compañero y guardián, capaz de tirarse contra el portón y ladrar como loco ante el sonido del timbre o el paso de algún transeúnte desprevenido. También podía quedarse todo el día al pie de la cama si alguno de los niños estaba enfermo. Una sola vez se había escapado cuando era muy cachorro: había unos pibes jugando al fútbol en la esquina y en cuanto le abrieron un poco el portón, salió corriendo hasta ellos y les mordió la pelota entre gritos y patadas. Después le clavó los dientes y se la llevó perseguido por todo el mundo. No lo pudieron alcanzar y tardó tres días en volver como si hubiera esperado a que pasara el lío y ya no lo buscaran. Regresó con la pelota pinchada y sucia entre los dientes, agitado, hambriento y cansado. Como un carrilero. Desde muy chiquito jugaba con pelotas; era su perdición, su único juguete y también su vocación. Los nenes se ubicaban a unos tres o cuatro metros de distancia y se la pasaban por encima de él, que saltaba cada vez más alto hasta atraparla y llevársela al patio o algún otro rincón seguro de la casa. No la devolvía fácil y no había con qué convencerlo. Recién al cabo de muchos minutos se la dejaba arrancar de los dientes sólo por los chicos y a cambio de una galletita. En algún caso, sin embargo, llegó a comerse la galletita sin soltar la pelota. No se sabe cómo lo lograba, pero ese perro podía alimentarse con los dientes apretados. Esta vez también tenían la secreta esperanza de que Matute volviera a los pocos días, pero con el correr de las horas los padres comenzaron a temer lo peor. Pegaron los carteles y preguntaron a los vecinos por el perro perdido, pero nadie sabía nada. Algunos, en cambio, parecían contentos de que se haya ido porque los asustaba cuando pasaban por esa vereda.

Al finalizar el tercer día de búsqueda el padre resignado se subió al auto y comenzó a rastrear manchas de sangre en el asfalto mientras preguntaba si habían visto a algún perro atropellado. Fue un canillita el que le contó que días atrás un patrullero se había llevado por delante a un perro cuando dobló de golpe. Le dijo que el animal estuvo agonizando unos minutos contra el cordón hasta que dejó de respirar. A las pocas horas se lo llevó una cuadrilla de la Municipalidad en una bolsa. Al enterarse de esto el padre no supo si contarles a sus hijos o volver a casa con un nuevo cachorro como había hecho con el propio Matute cuando recién se habían mudado y los nenes extrañaban a sus amigos. Decidió un camino intermedio. Regresó a su casa y les dijo a sus hijos que Matute seguramente estaría jugando a la pelota con los mayores porque ya era grande y como cualquier jugador que arranca en las inferiores a medida que va creciendo asciende de categoría hasta jugar con los de su edad. Los chicos lloraron pero le creyeron. Durante semanas tuvo que responder preguntas sobre dónde juegan los perros con los mayores y si podían ir a verlo, aun-

Debate Ventura-Casella

WHISKYPEDIA

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Se conoció como “Debate Ventura-Casella” al contrapunto entre los teóricos de la comunicación Luis Ventura y Beto Casella, en torno a diversas cuestiones filosóficas sobre las que discurrieron. Si bien el debate se produjo en un día y un momento específico, las consecuencias e influencia de dicha polémica en el análisis de los fenómenos sociales trascendió a ese día y se regó sobre otras disciplinas y controversias científicas. El debate Ventura-Casella fue considerado, por ejemplo, la actualización doctrinaria del debate Miliband-Poulantzas, entre los dos teóricos del marxismo que argumentaron y describieron de acuerdo a marcos ideológicos diferentes la naturaleza del Estado.

Percepción de la realidad 1. Definición 2. Percepción de la realidad 3. Geografismo

Uno de los puntos de debate entre los contemporáneos pensadores fue acerca de las formas de percibir la realidad que tienen los sujetos, debate que viene desde los clásicos griegos, pasando por la pluma de filósofos como Hume, Kant o Berkeley, quienes discurrieron sobre la temática con menor o ma-

que sea a un entrenamiento. El padre elegantemente y con tristeza les repetía que eso no era factible pero que debían estar muy satisfechos por haber entrenado a un perro que jugaba tan bien. Poco a poco Matute quedaría afuera de las conversaciones. La foto sobre el modular se fue poniendo borrosa hasta que una tarde la madre la reemplazó por otra de la familia en la playa. Un año después era sábado y por la tele daban un partido de la B Metropolitana. Había bastante gente, el césped se observaba amarillo y los jugadores, envueltos en coloridas camisetas con muchos sponsors, iban y venían sin que pasara demasiado. El padre miraba distraído la pantalla mientras preparaba las cosas para salir con sus hijos y su mujer a pasear. En ese momento ocurrió algo que jamás podrían explicarse. -¡Matute! –gritó de pronto uno de sus hijos. Después de tanto tiempo alguien volvía a nombrarlo y todos por un instante miraron hacia el suelo instintivamente como si el perro estuviera por ahí. -¡Es Matute! –gritó nuevamente el chico cada vez con más alegría. Estaba señalando al televisor. Un perro había entrado a la cancha y mordía la pelota. El estupor colmó los corazones de la familia cuando se acercaron incrédulos a la pantalla y comprobaron que era muy parecido. -Tenías razón, papá, Matute está jugando con los grandes –repetían los chicos mientras se abrazaban delante de los padres que continuaban atónitos. La escena duró algunos minutos más hasta que entre patadas y gritos el perro salió cuando quiso del campo de juego con la pelota clavada en los dientes. Nunca se sabe lo que puede pasar en un partido cualquiera. Esa misma tarde el padre fue hasta el club a comprobar el milagro. Los hinchas se iban de la cancha y entre los últimos espectadores encontró al perro. Estaba en el estacionamiento y mordisqueaba todavía la pelota. En cuanto el animal lo distinguió levantó las orejas sorprendido y enseguida torció la cabeza como en la foto con la que lo habían buscado. Recién soltó la pelota cuando entró a la casa y se reencontró con los chicos.x

yor acierto hasta llegar a influenciar el debate Ventura-Casella. Una de las influencias más notorias fue la obra del filósofo George Berkeley, allí donde Beto Casella acusó a su contrincante, Luis Ventura, de estar denunciado en reiteradas ocasiones por sendos delitos cometidos contra la intimidad. Sin embargo, el joven Ventura, o el Ventura de los manuscritos, como se lo conoce en la jerga académica, optó frente a dicha acusación por encarar un giro berkeleiano en su argumentación aduciendo que no ha sido notificado de ninguna de dichas denuncias, siendo que el conocimiento científico, en la tradición de Berkeley, se adopta si y sólo si hay una mediación a través de las percepciones sensoriales. Atento al argumento del conocimiento del mundo empírico a través de la percepción directa, ni rápido ni perezoso, Beto Casella contraatacó a su rival a la voz de “no te pueden notificar porque te dejan una carta documento y salís corriendo”, arguyendo en ese sentido la primacía de la voluntad del sujeto como instancia generadora del acercamiento empírico a lo material.

Geografismo Uno de los recursos retóricos más utiliza-

dos durante la reyerta Ventura-Casella fue aquél que se identifica como “geografismo”, técnica de la retórica popular consistente en la enumeración de domicilios a los fines de establecer los grados de valentía del sujeto enunciante. Así, por ejemplo, el debate Ventura-Casella se vio plagado de menciones geográficas tales como “si sos de Haedo te espero en la esquina” o “encontrémonos en una esquina de Florencio Varela”, con el objeto de establecer cuál de los dos anunciantes mencionaba la zona más picante y, por carácter transitivo, quién se hacía acreedor del título retórico de la valentía. El diálogo Ventura-Casella dio, en ese sentido, una nueva tabla de valores para el geografismo, estableciendo una renovada escala de referencia acerca de los barrios y/o localidades. Nuevos criterios rigieron este ranking de zonas geográficas a ser mencionadas a los efectos de sugerir valentía, a saber: que la localidad quede a dos o más estaciones de tren de la Capital Federal; que tenga un diminutivo que lo haga aumentar en pulentez (i.e: “el Docke”, “Lafe”); o que una o más de sus letras puedan ser aspiradas intencionalmente (i.e: “Valentí Gome”).


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ESTEREOTIPOS

» »Hoy dice que es “Team Invierno”. » »Bardea a Facebook. » »Se la pasa ingresando preguntas al “Preguntados”. » »En vivo sigue siendo muy parecido al de la secundaria. » »No mantuvo ningún amigo de esa época. » »Puede tener problemas para manejar su peso. » »De pibe era el que se quedaba a la sombra leyendo historietas de Mickey. » »Aún hoy le tiene miedo a la pelota. » »Si hubiera nacido en esta época sería el campeón argentino de bullying. » »Toda la adolescencia se la pasó cuidando las camperas en un rincón del boliche. » »Siempre pensó que iba a garpar toda la vida para ponerla.

Por Mariano Vespa

» »Tuitea fotos de minas en tetas. » »Escucha la Metro. » »Sueña con tener una columna de series, videojuegos o pornografía en la Metro o en Nacional Rock. » »Es muy activo también en Instagram. » »No le quedó otra que dedicarse al periodismo. » »En los 90 veía Atorrantes. » »Hoy cree que acordarse de la frase “Atorrantes a torrar, hasta mañana chaucha” tiene algún tipo de importancia o validación social. » »Cree que el Pato Galván es un mártir. » »Igual banca más a Fierita porque se avivó a tiempo y se dedicó a hablar de tecnología. » »Va al Festipulenta o algún bar de moda en Twitter. » »Tiene una relación de amor-odio con Olabiaga basada en una extraña versión de la teoría del espejo. » »Es más de Vimeo que de YouTube.

» »Hoy, terriblemente, siente que esa profecía » »Cambia de avatar en Twitter todos los días. sobre sí mismo era cierta. » »Era fanático de las selfies. » »Está analizando hace semanas inscribirse a » »Era, porque ahora las Los Ocho Escalones. “quemó” Tinelli. » »Admira a Santiago Siri. » »Y a su hermano. » »No era de garchar mucho.

» »Se compró el álbum del Mundial y lo comparte en Pinterest. » »Nunca tiene un mango.

» »Hoy tampoco.

Estereotipo que viene «El fanático de la máquina de hacer pan» Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos. web

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El libro de los mandarines, de Ricardo Lisias

La corrosión del caracter

HOY: El goma de la secundaria que hoy es tuitstar » »A los trece prefería quedarse en su casa jugando al Mortal Kombat en vez de ir a la pileta del club.

ruido de fondo |

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“En Brasil hay una tradición de aceptación”, dice Ricardo Lisias, uno de los escritores paulistas invitados en la última Feria del Libro. San Pablo, en todo sentido, es una ciudad polisémica, caos organizado, materia prima de propuestas narrativas diversas. Lísias (1975) acaba de publicar El libro de los mandarines -su primera novela traducida al español- que se detiene en las manías, las fobias y las obsesiones del mundo de las finanzas. El protagonista es un joven gerente de un banco que se propone ser el representante de la compañía en China. Lisias construye un encadenamiento semántico en la manera de nombrar a sus personajes: todos derivan de Paulo, nombre del protagonista. Paula, Paulus, Paolo, Paulson. El mismísimo Paulo lleva a cabo un tour laboral imprevisto, que atraviesa Londres, Sudán y Pekín. Su nombre también va cambiando acorde a los vaivenes

de su periplo: Paulo; el hombre más inteligente del mundo; Pau**; Brasileirinho; samurái chino; malandro; versati; el marido de ella; de Belé no tiene nada. “Tiene que ver con la identidad. Se imitan los comportamientos de los que están en cargos más altos, usan el mismo reloj, la misma camisa. En San Pablo hay mucha plata pero no para todos”, advierte Lisias.

Tomando el comportamiento de un ejecutivo, Lisias establece una lectura de la sociedad brasileña. Entremedio de la competencia gerencial por un puesto hay una disputa simbólica. Desplaza el conflicto de las torres de la avenida Paulista a nivel territorial y sociopolítico: “hace poco, cuando se cumplieron cincuenta años del golpe, un banco hizo un calendario conmemorando la “revolución”. En Brasil el aparato de la dictadura no está desmontado. No sabemos ni siquiera quiénes fueron los torturadores. A veces pienso que Brasil está lejos de Latinoamérica”. Ricardo se declara fanático de Evo Morales y destaca el coraje de Cristina al plantarse frente a las corporaciones. Visitó Buenos Aires por primera vez el 21 de diciembre de 2001. Entiende, más allá del miedo a la tragedia, que las revueltas populares son necesarias para cambiar las bases. El libro de los mandarines es una aproximación sarcástica a ese impulso.×

falsa escuadra

Profeta fuera de su tierra

Por Romina Sánchez En estos días se lo puede ver a Mauricio Macri, enfático, convencido, promoviendo un nuevo programa en educación para que personas de cualquier punto del país puedan terminar el secundario. Todo el tiempo, en todas las pantallas. Es que el Gobierno de la Ciudad acaba de lanzar la inscripción a “Terminá la Secundaria”, bien federal. Argumenta el jefe de Gobierno porteño: “Actualmente, en Argentina hay más de 7 millones de personas mayores de edad que no terminaron la escuela, y el programa está orientado para que todos ellos puedan retomar sus estudios y obtener su título. La iniciativa responde a la firme idea de que terminar la escuela amplía las posibilidades laborales y aumenta el conocimiento de los ciudadanos, igualando de esta forma las posibilidades de todos los argentinos”. “Terminá la secundaria” es un programa de educación a distancia que ofrece, justamente, la posibilidad de retomar los estudios y obtener el título de bachiller desde cualquier lugar del país, realizando el ciclo completo, adaptado a la modalidad no presencial, o rindiendo solamente las materias adeudadas. En “Terminá la secundaria”, dicen desde el ministerio de Educación local, no es obligatorio asistir a clases y los alumnos pueden seguir su propio

ritmo de estudio y acceder al material de estudio, foros y aulas virtuales por medio de una plataforma online. En todas las provincias habrá sedes de destino en las cuales poder rendir los exámenes presenciales que se requieran. A su vez, los docentes de las distintas materias harán de tutores para orientar a los alumnos, interactuando a través, siempre, de una plataforma digital. Para hacer el secundario completo, se deben cursar 26 materias en total. Esta cantidad puede ser menor en función de las asignaturas ya aprobadas por cada alumno. La duración de la carrera, en ese sentido, dependerá de la cantidad de materias, siendo de, por lo menos, tres años para completar la totalidad del secundario. Finalmente, una vez aprobadas todas las materias pendientes, se obtiene el título de bachiller común, con validez nacional. Los únicos requisitos que los aspirantes deben cumplir son tener entre 18

y 21 años, tener al menos el primer año de la escuela secundaria aprobado; si se es mayor de 21 años tener la primaria completa y disponer de una computadora con internet. ¿La inscripción? Se hace a través de la página www.buenosaires.gob.ar/terminalasecundaria o llamando al 147 en caso de que el interesado viva en Ciudad de Buenos Aires, o al 0-800999-2727 si es de cualquier otro punto del país. Todo muy lindo, si no fuera que en la propia Ciudad de Buenos Aires, hay muchísimas familias que este año quedaron sin vacantes para sus hijos. Hacia el sur porteño, en Lugano o Soldati, por caso, no hay barrio donde no persista este problema y la sensación, lamentable, de que este año ya se perdió. En Villa 20, por ejemplo, podemos mencionar tres situaciones, de las más lacerantes: las de Jorgelina, Gladys y Haydeé. Dicen que en febrero, después de contar billetes para cargar la Sube, hicieron filas interminables para que sus hijos estudiaran, filas peores que las del hospital, que las trataron mal por no entender y por ser paraguayas, que les dijeron recurrentemente “no hay sistema, volvé mañana”, “buscate un privado”, “hay lugar en Belgrano”. Sus hijos no van a la escuela y tampoco tienen casa: también estuvieron en la toma de los terrenos de Pola y Fernández de la Cruz. Gracias que tienen para comer.×


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El regreso de El Mensú

Nota

Difícil definir a Ramón Ayala. Pero ahí está: llamado “el Atahualpa Yupanqui del litoral” como una forma de sintetizar su inabarcable figura, este mítico cantor que orilla los 80 fue el fundador del “folclore con contenido social”, dio sus primeros pasos en el swing porteño de los años 60, recorrió el país y el mundo, pintó más de 300 cuadros, conoció al Che -que cantaba sus canciones en los fogones de Sierra Maestra-, fue reversionado por múltiples artistas y ahora, como un acto de justicia, vive su pequeño momento de fama. El próximo 17 de mayo presenta en el ND Ateneo su disco Cosechero, mientras se ultiman los detalles para el documental sobre su figura, dirigido por el fotógrafo Marcos López. Un recorrido por la historia subtropical de una leyenda viva.

Por Sebastián Scigliano Algo se mueve en el fondo del chaco boreal, sombra de bueyes y carro cruzando el confín. Recita, profundo, teatral, parte de los versos que alguna vez lo hicieron célebre. Esos que dice que son para un libro, pero que están en el cancionero popular argentino sobre el que, sin modestia injustificada, reclama autoría fundacional. Y mientras trae de la memoria las imágenes que le dieron vida a esas canciones invencibles, en el medio de la cocina de su casa en remodelación permanente, como su espíritu de adolescente, rodeado de sus cuadros de una elocuencia candorosa, Ramón Ayala luce los fastos de un misionero noble y orgulloso. “¿Querés una con el sombrero?”, dirá, más tarde, para las fotos, como si hiciera falta algo más para que la leyenda que sabe que es reluzca con todos los esplendores de los que se cree capaz. Cuesta encontrar en el mundo popular de estos confines una figura tan singular como la de Ramón

Ayala. Acaso eso de “el Atahualpa Yupanqui del litoral” sea un modo de esbozar una coordenada posible para ubicar a un personaje abrumador, polifónico, con un entusiasmo que, orillando los 80 años, todavía deslumbra. “No hay tiempo para ser boludo. Hay tiempo para sentir esta maravilla de sentirse vivo. En la vida hay tipos que duran, y otros que existen. Pero que viven, muy pocos. Porque vivir es ejercitar la vida, es tomar el timón de la propia nave, hacer lo que se te ocurra andando con vos mismo en la magia de los días. Este instante que estamos viviendo nosotros no se repetirá jamás, se lo lleva el tiempo al sarcófago de los tiempos. Ese estado de conciencia es lo que te permite gozar de cada instante como si fuera el último”. La obra y la figura de “El Mensú” han sido visitadas y redimensionadas en los últimos años, cosa que lo ha devuelto a la ola de una modesta fama, que algo de honor le hace a su figura. Desde que Liliana Herrero grabó dos entrañables versiones de “El Cosechero” y “Canto al río Uruguay” en su celebrado Litoral,

en 2005, muchos son los que han recuperado sus canciones con gusto y oportunidad variable, desde Los Nocheros hasta Tonolec, pasando por el delicioso disco que la misionera Cecilia Pahl dedicó enteramente a su obra, de título Corochiré, editado en 2009. Pero este mes de mayo parece ser la condensación de esta sorpresiva primavera, con la presentación, el próximo 17 en el ND Ateneo, de su propio disco, Cosechero, después de años de no grabar uno, y el estreno “oficial” del documental que lleva su nombre, dirigido por el hasta ahora fotógrafo Marcos López, nada menos que en la sala del Malba.

Llamada desde el más allá “Hola, ¿Ramón Ayala? Usted no me conoce, mi nombre es Marcos López y lo estoy llamando desde el Machu Pichu. Pensé que era una joda. ¿Usted me llama del lado del Machu o del lado del Pichu?, le contesté. Y el tipo me dijo que averiguara quién era, que yo no lo conocía, claro, pero que quería hacer una película conmigo. Ahí pensé que era más una joda toda-

vía. En seis días estoy en Buenos Aires y en diez en su casa, con un cámara, me dijo; Marcos López está más loco que yo”. Ese fue el primer contacto, un poco lisérgico, un poco de comedia italiana, que Marcos López y Ramón Ayala tuvieron, antes de que la película, finalmente, fuera una realidad. Para quienes conocían las obras y las figuras de ambos, probablemente, no resultó extraño que el ojo policromático y levemente mordaz, pero siempre tierno, de Marcos López haya posado su interés en la historia subtropical de Ramón Ayala, llena de entremeses picarescos propios de quien, desde el pago chico y entrañable, se hizo a la vida musical en la revoltosa Buenos Aires de principios de los 60, recorrió la patria toda guitarra en mano, “fundó” el folclore con contenido social, viajó por todo el mundo, pintó más de 300 cuadros y conoció al Che, acaso

su más reputado admirador. “Yo fui invitado a Cuba por el Instituto de Amistad con los Pueblos, y fui invitado precisamente por la resonancia que tuvo mi obra, que tiene una característica social. Le había puesto una música a un poema de Nicolás Guillén, José Ramón Cantalicio, o al Poema 20 de Neruda, que la grabó Joan Manuel Serrat ahora. Y eso hizo que me inviten a Cuba, y allá me encontré con el Che. Él trabajaba de noche, porque de día descansaba, por el enorme calor que hacía. Dio la gran coincidencia de que en esa oportunidad fue Salvador Allende, y Rodolfo Walsh, y José María Rosa, el revisionista. Una cantidad de personajes que yo no tenía la menor capacidad para dimensionar, porque era muy joven en ese entonces. Y estaba sentado frente al Che, que me dice “yo cantaba tu canciones, Ramón Ayala, en los fogones de Sierra Maes-

“Cuesta encontrar en el mundo popular de estos confines una figura tan singular como la de Ramón Ayala"


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tra”. “Gracias, comandante, que alegría para mí”, le dije. Porque él fue engendrado en Misiones, en Caraguataí, donde los padres tenían un obraje, que ahora hay un museo, y ahí compuse un himno yo para él”.

Cosecharás tu siembra Para la vida artística de Ramón Ayala hay un momento bisagra. Después de más de una década de andar y andar, siempre acompañando a otros, en 1965 Mercedes Sosa incluyó en su segundo disco, Canciones con fundamento, tres de las que serían de sus más mentadas composiciones: “El Cosechero”, “El Jangadero” y “El Cachapecero”. La poesía florecida de los versos de esas canciones, su imaginación vegetal, la percepción profunda del espacio y el lugar del trabajador rural de la mesopotamia, solo, contra el tiempo y los patrones -neike, neike, el grito del capanga resonando, dice en “El Mensú”- hizo con esas canciones, en esa voz y en ese tiempo que la idea que se tenía hasta entonces de la música del litoral cambie para siempre. “Yo tengo una forma de hacer coincidir la ondura de la palabra y el movimiento de la poesía, en función de una idea. Algo se mueve en el fondo del chaco boreal, sombras de bueyes y carros buscando el confín, lenta mortaja de luna sobre el cachapé, muerto el gigante del monte en su viaje final. Todas esas son palabras para un poema, y sin embargo están en la canción popular, a la manera de Atahualpa, que también ha hecho cosas fabulosas. Hemos creado en el litoral, donde no estaba unido el poeta a la música, algo nuevo, revolucionario, porque en general eran bastante pobrecitas las letras, en función de músicas muy buenas”. Desde entonces, el mito no ha parado de crecer. Incluso en el largo tiempo en que Ramón Ayala pasó a ser, para el gran público, poco más que un recuerdo. Porque como a muchos de su estirpe, el paso y el peso de los años y la urgencia de la moda los relegó a un plano en el que, sin embargo, lejos de apagarse, incubó siempre las ideas que lo iban a levantar lleno de energía creadora al día siguiente. Basta con ver las paredes de su casa tapizadas de sus cuadros, una mezcla incómoda de trazo de niño con mirada de sabio -“mezcla de realismo y cubismo”, dice él- para notar que nunca paró. Las paredes y los varios ambientes de su casa generosa que los albergan, apilados. “Siempre digo que los analistas tienen mirada corta o larga, onda o playa, y ven al artista a lo mejor por el show, por el resplandor de una cámara fotográfica, pero no ven por la profundidad de lo que produjo ese personaje, que es la calidad de la palabra, que es la síntesis, la búsqueda, el logro, y que ha producido canciones que, dicen, son un poco puntales de la cultura argentina. Y no se han puesto a pensar por qué ese individuo está ahí, no por el fogonazo, sino por el motor interior que lo impulsó”, dice, sin

“Yo fui invitado a Cuba por el Instituto de Amistad con los Pueblos y allá me encontré con el Che que me dice “yo cantaba tu canciones, Ramón Ayala, en los fogones de Sierra Maestra”.” quejarse. Entre muchas de sus exuberancias, Ramón Ayala se atribuye la creación de un ritmo, el gualambao, “una instigación astral”, dice, que aspira desde hace años a convertirse en la identidad musical oficial de Misiones. Según el mismo, es el único ritmo afro guaraní, y el único del continente en doce por ocho, un compás un poco esquivo para la música popular. En su génesis están varios de los tópicos de toda su obra: el mestizaje, la ausencia, el recuerdo del paso del negro por la región, las huellas de la Guerra de la Triple Alianza, la identidad chúcara, atrevida pero cordial del hombre de la mesopotamia. “El gualambao nació por un estado de conciencia, creo que como la mayoría de mis obras. Porque noté que Misiones era una

provincia transitada y acosada, si se quiere decir así, por ritmos foráneos y aledaños, limítrofes. Brasil que te manda el chotis, o Paraguay que te pinta con el ritmo de la galopa, que los misioneros hemos absorbido. Y Corrientes con el chamamé. Estamos rodeados por los ritmos aledaños. Y bienvenido sea, porque son hermosos y argentinos, o latinoamericanos. Pero vamos a tener que vengarnos, me dije. O aprovecharnos de esta circunstancia tan especial y de tanta riqueza rítmica. Cuando fue la guerra de la Triple Alianza, los nobles de Brasil cambiaban diez negros por un hijo, mandaban diez negros a la guerra para que los hijos se salven de morir por las armas de los paraguayos. Y ahí venía el ejército del emperador con una enorme cabeza negra,

llena de esos negros que venían con sus mujercitas, con sus cosas, a vivir o a morir. Y con su berimbao. Como el guaraní no pronuncia la erre, en vez de berimbao decían gualambao. Se me ocurrió que era buen nombre por ese sonido cálido, subtropical, casi naranja que tiene esa palabra”.

En su sitio La cofradía de artistas jóvenes que lo redescubrió, buscadores de tesoros ocultos ahí, al alcance de la mano, debajo de los catálogos oficiales, hizo que la música y la poesía de Ramón Ayala recupere el brillo que siempre tuvo, pero que estaba tapado. Y ahí están Luna Monti y Juan Quintero reversionado deliciosamente “El Cosechero” con su particular estilo y acompañados sólo por un par de cajitas

chinas, de esas que se compran en las ferias hippies, o el ya mencionado disco de Cecilia Pahl, que se propuso hacer un homenaje a la obra de Ramón, pero sin incluir en el repertorio ninguno de sus “hits”, para que se tuviera una idea cabal de la dimensión y riqueza de su producción. Pero a este renacimiento también se suma él mismo, ahora como intérprete de sus propias canciones, o al menos como uno más seguro y confiado. “Estoy en el mejor momento de mi carrera. He descubierto mi voz. Yo siempre creí que tenía una voz para la oreja, como se dice, como esos cigarrillos que te dan para fumar y, si no, lo tirás. Siempre creí que mi voz era un complemento de la palabra, como el caso de Atahualpa, o de Falú, o de Cafrune mismo, que no tenían una búsqueda de la voz, que tenían la palabra y solamente la voz para decirla. Lo que hice fue conocer el instrumento que estoy empleando, como con cualquier instrumento. No hay un instrumento más importante que la voz humana. Un tenor o Gardel tienen el mismo instrumento que yo, dos cuerdas. Con otro color, claro, otro sabor. Pero es el mismo. Claro que no quiero cantar como Gardel, pero sí conocer esa herramienta”. Mientras cuenta, canta, con los ojos abiertos que se le salen de la cara, los brazos extendidos como para la previa de un abrazo, con una voz que quiere ser atronadora, señorial, y de la que se siente genuinamente orgulloso. Tanto como del café de higo que sirve con amabilidad campechana, o del amor de María Teresa, su compañera, su “disco duro”, como le dice él, que recibe, indica y agasaja con la misma modestia dulzona. Más tarde ofrecerá una recorrida por su casa, que está transformando en un centro cultural, en el corazón de San Cristóbal, contará chistes picantes y despedirá, sincero, con un “esta es su casa, vuelvan cuando quieran”, al pie de la escalera que conduce a la calle. Y es como si esa figura de bordes míticos, esa melena de un azabache engañoso, ese bigote ralo de mestizo en la ciudad necesitara quedar suspendida en ese tiempo propio de la vida de las glorias que se saben tal, en ese resplandor permanente de su propia luz. Una luz que Ramón Ayala no piensa apagar. “Yo viví en un quehacer permanente, sin darme cuenta incluso del paso del tiempo. Yo tengo un ímpetu de trabajo, casi un delirio de trabajo. Y por esa prepotencia y por sumisión a la señora poesía, o a la señora creación, yo trabajaba intensamente. Ni por el presente ni por el futuro, sino por el placer de hacer y de lograr cosas, y no me he dado cuenta ni del tiempo que pasó ni de nada. Recién ahora me doy cuenta, como quien sube a una montaña y mira hacia abajo todo el trayecto que ha hecho. Pensar que yo pasé por aquí, yo estuve aquí, y aquí me he derrumbado. Y vos te ves en la cumbre de la montaña, que es este momento”.X


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Claudio Sánchez

«La ciencia aparece mucho en Los Simpson» Detrás de los guiones de Los Simpson y Futurama está el trabajo de físicos, matemáticos, ingenieros y químicos. Esto se ve reflejado cuando pasamos sábados enteros viendo por enésima vez diferentes capítulos y se nos escapan algunos guiños lanzados al aficionado científico. A Claudio Sánchez – periodista del suplemento Futuro de Página/12, ingeniero industrial y docente universitario- no le bastaron dos volúmenes de Todo lo que sé de ciencia lo aprendí mirando a Los Simpson, para unir lazos y continuar descubriendo una relación estrecha entre la ciencia y la familia más conocida de la TV. A partir de diferentes capítulos, Sánchez explica el teorema de Fermat, el movimiento continuo, la teoría de la evolución, el efecto Coriolis, la caída libre y el principio de acción y reacción. Ganador del primer premio en la categoría periodismo científico 2013, Sánchez habla sobre la influencia de la ciencia en la serie y la actualidad local de la divulgación científica. Por Mariano Zamorano ¿Cuál es la relación de Los Simpson con la ciencia? Tengo una antena especial para detectar cuándo aparece la ciencia retratada en un ámbito que no es el de la ciencia: una novela, una película, una publicidad, un dibujo o lo que sea. En Los Simpson eso aparece mucho. Hay una enorme cantidad de capítulos que podés mirar desde una perspectiva científica; cuando descubrí eso, empecé a ver la serie con más interés y ahí salió todo el

trabajo reflejado principalmente en los dos volúmenes de Todo lo que sé de ciencia lo aprendí mirando a Los Simpson.

¿Cuál fue el primer capítulo en el que te diste cuenta de que había algo? En realidad no lo vi, sino que me lo comentaron. El episodio de Bart contra Australia, en el que hablan junto a Lisa acerca de que el agua gira para un lado o para el otro según el hemisferio -hecho que no es real y es un tema clásico en la física-. Lisa explica que en el hemisfe-

rio Norte el agua siempre gira a la izquierda “por el Efecto Coriolis”. Como pocas veces, está equivocada.

En el prólogo del primer volumen Diego Golombek habla de ciencia en ficción o ciencia de contrabando. Vos utilizás mucho esos recursos: más allá de Los Simpson, en los libros nombrás y ejemplificás con textos de H. G. Wells, Ray Bradbury, Isaac Asimov y distintas escenas de películas. Claro, esto de mirar cómo aparece la ciencia en un ámbito que no es el

de la ciencia y con elementos que no están tomados directamente de la ciencia, ya es prácticamente un género clásico. Hay muchos autores y no es algo nuevo. En los setenta yo estudiaba con un libro de Física en donde un problema era ilustrado con una viñeta de Snoopy, por ejemplo.

¿Cuál es la relación que establecés entre un capítulo de Los Simpson y el El Padrino III? En el episodio en el que visitan el Museo de las Estampillas, los personajes representados en las estampi-

llas hablan de sí mismos. Hay uno que dice: ‘yo soy Alexander Graham Bell, inventor del teléfono’. Al lado hay otra estampilla más chiquita con Elisha Gray que dice: ‘vos me lo robaste a mí’. Es una historia poco conocida pero efectivamente este Gray buscaba cómo transmitir varios mensajes telegráficos por la misma línea cuando descubrió la posibilidad de transmitir sonidos. Sin embargo, no le dio demasiada importancia porque no era lo que buscaba, no se preocupó en patentarlo y cuando decidió hacerlo, Graham Bell había presentado una patente por un dispositivo similar pocas horas antes. Ahí quedó el inventor del teléfono consagrado y el inventor frustrado. Hoy se sabe que en realidad hubo otro precursor, un italiano llamado Antonio Meucci, que a principios de 1870 desarrolló un teléfono antes que Bell y Gray, no lo patentó porque no tenía plata y cuando se enteró de la concesión de la patente a Bell, fue a juicio –tampoco tenía plata para sostenerlo- y se murió sin tener una resolución a su favor. La Corte Suprema de Estados Unidos le terminó concediendo en 2002 la prioridad sobre la invención del teléfono. A este Meucci no lo conoce nadie salvo porque lo mencionan al comienzo de El Padrino III, en la escena en la que están en una fiesta y los protagonistas se meten en una pieza y le dan a Michael Corleone un premio de la Fundación Antonio Meucci. Al Pacino pregunta quién es, y le dicen ‘un ítalo-americano que inventó del teléfono un año antes que Graham Bell’. El círculo se cierra cuando el actor que le da el premio -Joe Mantegna-, le pone la voz en Los Simpson al mafioso Tony el gordo.

¿Cuáles son tus capítulos preferidos? Cambian todo el tiempo pero en este momento el que más me gusta es el de El Padrino por todos los hechos que ocurren. Yo vinculo la ciencia con Los Simpson y ahí aparece la historia de la tecnología y una de las películas más importantes de la historia del cine. Es una cosa muy redonda. Después están las últimas que voy descubriendo. Por ejemplo, después de haber visto muchas veces el episodio en el que los chicos terminan en una isla desierta, presté atención al comienzo del capítulo en donde aparecen mirando una película bíblica (obviamente protagonizada por Troy McClure), en donde Dios le está diciendo a Noé las instrucciones para construir el Arca. Noé pregunta si hace falta poner escarabajos, a lo que le responde que se necesitan especialmente los escarabajos. Pensé que era un problema de traducción o algún chiste oculto. Dándole vueltas, me entero de que el género de los escarabajos es el más numeroso del reino animal: hay 350 mil especies. Esto se explicaría porque Dios fue muy puntilloso a la hora de darle a Noé las instrucciones de que ponga escarabajos en el Arca.


6 de abril de 2014 | año 5 | nº 265

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«Se avanzó mucho en la divulgación. A partir de la emisión del programa de Paenza, hace ya 14 años, llamó la atención la ciencia producida en la Argentina.»

«Es importante saber de ciencia porque es parte de la cultura y porque estimula el pensamiento racional. Si tenés aceitado el pensamiento racional vas a tomar decisiones más inteligentes.»

Esa es una de las más llamativas y la descubrí después de haber visto el episodio 80 veces.

preguntarías por qué es importante saber de historia o de arte. Entendemos que hay que saber de eso. Bueno, también hay que saber de ciencia. Creo que además entender de ciencia estimula el pensamiento racional y si tenés aceitado el pensamiento racional vas a tomar decisiones más inteligentes.

¿Y qué hay de la inclusión de las teorías de Darwin y Lamarck? Lo que le pasa a Lisa en El traje del simio tiene un antecedente histórico de 1925, cuando un profesor fue arrestado por enseñar ciencias no bíblicas (enseñaba la teoría de la evolución en Tennessee cuando una ley local prohibía enseñar cualquier cosa que contradijera a La Biblia). Casi 90 años después ese debate sigue, especialmente en el sur de los Estados Unidos, y cada tanto hay movimientos ya no en contra de la evolución, pero sí que exigen igual tiempo enseñanza de la evolución y las teorías alternativas –que al final siempre son la creación bíblica-. Precisamente, el Reverendo Alegría y Flanders le dicen al director que quieren que enseñen teorías alternativas, Skinner pregunta si se refieren a “la evolución según Lamarck” y Flanders le responde a “la teoría bíblica”.

¿Qué series mirás? The Big Bang Theory la empecé a seguir hace poco, al principio no me bancaba las típicas risas de fondo, pero a lo mejor dentro de un par de años vemos Todo lo que sé de ciencia lo aprendí mirando The Big Bang Theory (ahora voy a dar una charla TED realacionada con la serie y la importancia de la divulgación). Una serie no relacionada con la ciencia que sigo, es la española Cuéntame cómo pasó, que narra la historia de España desde el fin del Franquismo hasta el comienzo de la Transición.

En 2007 se creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología. ¿Cuál es tu opinión sobre la influencia de un organismo oficial puede dar al desarrollo de la ciencia?

¿Hubo descubrimientos que quedaron fuera de los dos volúmenes? Sí, por ejemplo hay un episodio que transcurre en los años noventa, en el que se altera la cronología. Se supone que el tiempo no transcurre, Marge y Homero viven juntos antes de casarse, y en un momento aparece un bar de oxígeno –que es un lugar que se puso de moda en los noventa-. Eran espacios a los que iba la gente y se les ponía una mascarilla con oxígeno aromatizado. Se suponía que eso te revitalizaba. Esa idea de usar el oxígeno como si usaras una droga o bebida, la menciona Julio Verne en De la tierra a la Luna. Además, antes que Verne, el descubridor del oxígeno también realizó un comentario parecido sobre las posibilidades de utilizar el oxígeno revitalizante

«Esto de mirar cómo aparece la ciencia en un ámbito que no es el de la ciencia y con elementos que no están tomados directamente de la ciencia, ya es prácticamente un género clásico. Hay muchos autores y no es algo nuevo. En los setenta yo estudiaba con un libro de Física en donde un problema era ilustrado con una viñeta de Snoopy, por ejemplo.» como un negocio lucrativo en el futuro. Esto no llegó a incluirse en los libros, así que a lo mejor dentro de dos o tres años forma parte de un volumen III.

El año pasado recibiste el Pre-

mio al Periodismo Científico de ADEPA. ¿Cuál es la actualidad del rubro en cuanto a divulgación, lectores e interés? Se avanzó mucho. A partir de la emisión del programa de Paenza, hace ya 14 años, llamó la atención la ciencia producida en la Argentina. La editorial que publicó su libro hizo algo insólito: hay más de 100 títulos de edición y autor argentino de divulgación. Todavía falta llegar a los grandes medios. Me entristece un poco que cualquier programa de radio o televisión tenga un columnista que hable de astrología, tarot o terapia con gemas, y no tenga un columnista de ciencia pudiendo tenerlo –en el sentido de que se puede hacer ciencia amigable-. En Prensa escrita salvo Página/12 no hay ningún diario que tenga una sección fija de divulgación, sino que tienen notas sueltas cuando hay

algo interesante para publicar. Me parece que lo que más ayudó al interés fue la masificación del cable, con programas en Discovery o History Channel, podés ver divulgación científica las 24 horas con todo el atractivo que significa la televisión. Me gusta mucho los Cazadores de mitos y estoy viendo Cosmos (no sé si por su mérito o por la nostalgia que me da saber que la veía hace 30 años). Muchos programas de la historia de la ciencia en Encuentro, también bastante inédito y con muchas producciones locales. Me gusta mucho cómo escribe Mariano Ribas, especialista en astronomía, y después todo el equipo que el suplemento Futuro de Página/12 logró formar.

¿Por qué es importante saber de ciencia? Por dos razones: la más directa, porque es parte de la cultura. No

Es una buena señal porque le otorga a la ciencia una jerarquía que formalmente no la había tenido. Tuvimos grandes pioneros pero eso no siempre se reflejó a nivel oficial. El hecho de que haya un Ministerio de Ciencia y Tecnología es bueno, y no conozco ningún opositor que hable mal de las políticas del Ministerio.

¿Quién debe realizar la divulgación científica: el científico o el periodista? Creo que es una especialidad aparte y no se define por ninguna de las dos. Alguien con formación literaria puede ser un gran divulgador sin haber tenido estudios formales en ciencia y viceversa. Yo tuve estudios formales en ciencia pero muy básica, porque soy ingeniero y no soy especializado en física. Hay miles de físicos que saben mucho más que yo del tema. No tengo estudios formales en redacción y aprendí a escribir leyendo a otros divulgadores. Creo que es una profesión aparte, no necesariamente limitada al físico, ni al periodista de profesión.

¿A qué le decís Ni a Palos? A las pseudociencias. X

Los dos tomos de Todo lo que sé de ciencia lo aprendí mirando Los Simpson se consiguen por Mercado Libre o a través de su página de Facebook.


año 5 | nº 265 | 6 de abril de 2014

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¡AGEN

La salidera

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ECONOMÍA, POLÍTICA Y FÚTBOL DESDE LA ARENA MUNDIALISTA

¿Futebol o football? Génesis de una misma historia Por Manuel Gonzalo En vínculo con la inserción internacional de nuestros países, al igual que en Uruguay y en Argentina los orígenes del futebol (y del football) en Brasil están ligados a la zona portuaria y al ferrocarril. La historia oficial, la blanca, data la llegada del futbol a los morros a inicios de siglo XIX, durante la Vieja República, cuando los filhos de la elite paulistana y mineira volvían de estudiar en Europa y traían entre su equipaje una esfera de cuero con la cual habían interactuado en el viejo continente. Este es el caso de Charles William Miller, hijo de un inglés y una escocesa que vinieron a trabajar en la construcción de la ferrovía que conectara São Paulo con el puerto de Santos. A Miller lo habían mandado a estudiar en la Banister Court School, en Southampton, al sur de Inglaterra. Al parecer, Miller mostró cierta habilidad con la pelota en los pies, llegando incluso a jugar en la selección del condado de Hampshire. Después de 10 años afuera Miller volvió a Brasil, se asoció al São Paulo Athletic Club (SPAC), que tenía como principal deporte el cricket, y comenzó a generar un área de football. Dice esta historia, que en abril de 1885 organizó el primer jogo "oficial" de football en Várzea do Carmo y en 1902 el primer campeonato oficial, el Campeonato Paulista, que quedo en manos, claro, del SPAC. En paralelo, se fue viviendo y desarrollando otra historia, más anónima, menos escrita, más cercana al malandragem. Así como por una puerta de los barcos bajaban los filhos de la elite, por la otra, bajaban los marineros, también con un balón bajo la suela. Formando equipos según nacionalidad, lengua o aspecto racial, se comenzaron a jugar mini-torneos en las inmediaciones de los puertos. Rápidamente un futebol menos pautado y más de potrero comenzó a difundirse entre los trabajadores locales. Ya en las primeras décadas del siglo XX, las dos historias, la del football y la del futebol, continuaron desarrollándose por senderos relativamente independientes. Por un lado, el football, con reglamentos formales, árbitros y vestimenta se introdujo en la currícula de las escuelas jesuíticas donde se formaba buena parte de las familias tradicionales de la época al tiempo que también se fue incorporando en-

tre los deportes de los clubes más exclusivos. Así, en Rio de Janeiro, el Flamengo y el Botafogo, que habían nacido como clubes náuticos, crearon sus primeros equipos de football. También nació el Fluminense Football Club, primer club carioca en gestarse exclusivamente en torno a la ovalada. Vale decir que en ninguno de estos clubes podían participar los trabajadores ni (especialmente) los negros. Por el otro lado, el futebol continuó desarrollándose más informalmente hasta que comenzó a estructurarse al nacer una serie de clubes vinculados a las fábricas cariocas. El primero fue el Bangu Athletic Club, creado en 1904 por los trabajadores de la empresa de tejidos Bangu. Luego surgirían el Carioca F. C. del Jardim Botânico y el Alianca F. C. de Larangeiras, continuando con una decena de clubes pequeños fundados en los suburbios de Rio de Janeiro. Finalmente, en 1912 se crea la Liga Sportiva Suburbana integrada por times conformados por jugadores negros, mulatos y blancos pobres. Inevitablemente, los dos ámbitos tenían puntos de contacto. Los jugadores de futebol eran espectadores de los partidos oficiales de football, mientras que los clubes más grandes de football comenzaron a poner sus ojos en los jugadores de futebol. Así, fue la prepotencia de la superioridad técnica, atlética y estética de los jugadores surgidos en las ligas populares como Fausto dos Santos, "Maravilha Negra", o Leônidas da Silva, "Diamante Negro", la que hizo que los clubes más ricos renuncien a su pretensión de exclusividad y comiencen a contratarlos para vestir sus colores. Comenzaba a surgir el profesionalismo. Fue recién en el Estado Novo de Vargas, en la década del 30, que desde el Estado se busco transformar al futebol en un símbolo de unidad nacional capaz de trascender conflictos raciales y "de clase". Así, en 1932 los jugadores negros por primera vez integraron una selección brasilena, con el “Diamante Negro” como estandarte. Los orígenes del football y del futebol en Brasil muestran una historia de opuestos hasta cierto punto excluyentes y hasta cierto punto íntimamente conectados. Hasta hoy, esta única y dual historia encontró su mayor espacio de integración y potencia en el verde césped. No obstante, los de afuera, no parecen ser de palo.x

Lunes 12

NacionalRock y solicitar localidades por mensaje privado.

Evita Inédita (Fotografías de 1946 a 1952) Biblioteca Nacional - Agüero 2502 10 a 18hs El que todavía no fue a ver esta maravillosa muestra se está perdiendo una gran salida. Seas del palo que seas con estas 17 fotos, seguro que algo se te va a mover el piso. Quienes no tuvimos la suerte de vivir la época de la gran Eva recurrimos a registros ya conocidos que nos muestran lo que ya conocemos. En este caso la podremos ver en otras ocasiones, también haciendo política pero más cercana, más histórica, más nuestra. La muestra es gratuita y si justo ese lunes estabas por Palermo te sugerimos que no dejes de pasar por el tercer piso de la Biblioteca para tener una gran hora de recuerdos.

Martes 13 “Mañana es Mejor” Auditorio de Radio Nacional - Maipú 555 - 20hs En el marco del ciclo "Mañana es Mejor", Nacional Rock FM 93.7 invita a presenciar los shows en vivo de Vox Dei, Las Diferencias y Soldadores que tendrá lugar en el Auditorio de Radio Nacional (Maipú 555, CABA). El ciclo “Mañana es Mejor” es presentado por el programa “Nunca lo sabrán” (Lunes a viernes de 21 a 23hs) con la conducción de Maitena Aboitiz, Diego Mancusi y Alfredo Rosso, y será trasmitido en vivo y en directo por Nacional Rock FM 93.7. La entrada es gratuita hasta agotar la capacidad del auditorio. Para poder presenciar el ciclo es necesario ingresar en www.facebook.com/

Staff Director Federico Scigliano Editor Diego Sanchez

Redactores Pablo Móbili Martín Rodríguez Emiliano Flores Franco Dorio Julián Eyzaguirre Romina Sánchez Diseño original Nizo Mauas

Miércoles 14 Ariel Prat con "No solo murga" Café Vinilo - Gorriti 3780 – 21hs El músico, poeta y murguero Ariel Prat ofrecerá tres conciertos los miércoles 14, 21 y 28 de mayo a las 21hs en Café Vinilo. A lo largo del ciclo recorrerá obras de sus ocho discos junto a su banda y músicos invitados. Ariel Prat es uno de los referentes más destacados de la canción popular argentina. Impulsor de la música orillera y carnavalera, "El Juglar" encarna un estilo musical que, desde la murga metropolitana, juega con otros sonidos que exceden al género, como el tango, el candombe y el rock. Ha colaborado con León Gieco, Bersuit Vergarabat, La Chilinga, La Chicana y Juan Carlos Cáceres; y han participado en sus discos otros tantos como Lito Vitale, María Volonté, Marcelo Predacino y Dani Buira. Localidades a 120 pesos.

viento, campera con las tres rayas, unas altas llantas y la gran Alika presentando su nuevo disco Mi Palabra, Mi Alma en Casa Rock es un plan difícil de superar. La joven uruguaya, ex integrante de Actitud Maria Marta, la viene rompiendo desde hace tiempo con su carrera solista. En este último disco apuesta a algo nuevo, juntándose con Ariel el Traidor (ex Pibes Chorros) y con Tito de La Liga, dos artistas reconocidísimos en el ambiente de la cumbia villera. Hay muchas colaboraciones en este disco pero rescatamos estas dos ya que la combinación entre el hip hop y esta rama de la cumbia han generado dos grandes hits que recomendamos: "Tengo el don" y "Fuego le vamos a dar".

Viernes 16 y Sábado 17 Festipulenta vol. 21 Zaguán Sur – Moreno 2320 – 21 hs Vuelve el Festipulenta y vuelve al Zaguán. Ni loco nos perdemos, como siempre, de recomendar este clásico del under o, a esta altura, de lo mejor que puede ofrecer el rock porteño en todas sus dimensiones. En este volumen 21 estarán, el viernes, Tulús, El festival de Viajes y Olfa Meocorde; y el sábado, Tick Toper, Las Bodas Químicas y el gran cierre a cargo de El Perrodiable. En ambos días, los invitados especiales serán los uruguayos de Buenos Muchachos. Como es usual,

Jueves 15 Alika en Mar del Plata Casa Rock - Córdoba 2580 - Mar del Plata - 21hs Tecito de jengibre, las olas y el

Arte Diego Paladino Fotografía Patrick Haar

Redacción: Amenabar 23 (C1426AYB) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: contacto@niapalos.org Departamento comercial: Tel.: 4776-1779

Internos: 156 y 159 Venta de ejemplares atrasados: Azopardo 455. Tel.: 4342-8476 Impresión: Editorial AMFIN S.A. Paseo Colón 1196. Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Distribución en Capital Federal y Gran Buenos Aires:New Site. Baigorri 103, CABA Distribución en el interior: Inter Rev S.R.L. Av. San Martín 3442. Caseros Pcia. de Buenos Aires


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