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READY TO DECO
EARTHY LIVING
POR MICHELLE GRIFFING FOTOS DIEGO PADILLA
Ya sea por una transición “normal” que responde a nuestras nuevas necesidades o por el comportamiento pendular con el que se mueven normalmente las tendencias, lo que reina hoy en cuanto a decoración son los elementos que evocan lo más natural y básico: un retorno a la tierra.
Puede ser por la saturación tecnológica, la sobreexposición y la sobrevaloración de espacios prístinos, minimalistas y perfectos, o por la incertidumbre que nos ha tocado experimentar este 2020 en una situación sin precedentes, pero lo cierto es que estamos volteando a ver el referente más sabio que tenemos para obtener respuestas: la naturaleza.
En un mundo en que la tecnología avanza rápidamente y acostumbrados a ir al mismo ritmo, estábamos olvidando nuestro arraigo más primitivo y la forma en la que esta conexión con la tierra nos da seguridad y nos ofrece hasta beneficios psicológicos. Pero en términos de deco, ¿qué significa todo esto?
LA NATURALEZA DE CERCA Es normal que durante los últimos meses hemos buscado más el contacto con lo natural de manera directa e indirecta y hasta nos hayamos vuelto más sensibles a las texturas y la luz. Lugares con grandes ventanales
que permitan el paso de los rayos del sol, la luz natural y si es posible, que tengan un pedacito de vista a la naturaleza, nos ayudarán a sentirnos más relajados. En cuanto a espacios interiores, tener plantas con amplio follaje es básico. Dependiendo de la amplitud del área se recomienda armar un grupo que dé profundidad, construyéndolo con diferentes plantas en distintas tonalidades y tamaños que se complementen. Si tu espacio no es tan amplio, una planta alta como el ficus de hoja grande o el ave de paraíso, cumplirá esta función. Los ramos de flores secas o ramas de sorgo, trigo, uña de gato, eucalipto y totora, ayudan a darle un acento bucólico a algún rincón que lo necesite.
SE PARECE A… Otra manera de evocar la naturaleza es a través de formas y texturas orgánicas, ya sea en piezas de arte, objetos decorativos u otros objetos a la vista. Estas figuras recrean escenarios naturales, dan un toque de frescura y sorpresa. En cuanto a mobiliario, es mejor elegir líneas simples y materiales en estado natural y crudo, además de disimular los electrónicos o no tenerlos a la vista, evitar barnices y acabados de alto brillo. La idea es crear espacios cómodos que nos envuelvan con la pátina del tiempo y no que nos hagan sentir alienados porque todo alrededor es demasiado perfecto y nuevo.
Contrasta la gama de tierras con el verde de las plantas, no hay pretexto para no tenerlas. Elige opciones de sombra como la lengua de tigre, cactus o suculentas para espacios reducidos, o el teléfono (poto), que puedes colgar.
Credenza (página anterior) y sillón gris, CAPITAL STUDIO.
Dentro del estilo earthy lo mejor es no atiborrar y evitar la acumulación, sobre todo en los espacios de descanso, como las habitaciones y la sala, para fomentar la relajación, la conexión y la vuelta al presente.
DESPERTAR LOS SENTIDOS Es momento de despedirse de los tonos fríos y darle la bienvenida a los cálidos como verde olivo, borgoña, amarillo ocre, gris piedra y café. Estos colores dan una calidez que se puede continuar en paredes y pisos con otros tonos más neutros. Los textiles en la tapicería, la ropa de cama y el alfombrado son mejores en materiales naturales, ligeros y poco procesados o con tejidos elaborados a mano. Y para complementar y realzar un ambiente así, los aceites esenciales de cedro, sándalo y salvia, o las velas aromáticas siempre ayudan.
Además de mobiliario en maderas claras pero cálidas como el roble, los objetos en fibras naturales y materiales como barro o cerámica van perfecto con las paletas naturales de tonos neutros o en la gama tierra de otoño.
Una de las cosas más sencillas y bonitas que podemos ver en casa es cuando la luz natural se cuela entre las hojas de las plantas y crea un efecto inesperado de rayos y sombras que se reflejan sobre muros o puertas. Emular la naturaleza nos da un sentido de pertenencia inmediato a algo más grande que nosotros, nos permite fluir y poner un contrapeso en la balanza de una vida desconectada y con extrema dependencia en lo digital. Un remanso así, aun en una gran ciudad, tiene la función de hacernos sentir bien y traernos de vuelta a la calma.
Perchero y comedor, LA METROPOLITANA. Florero, ENCRUDO @CASA QUIETA. Pintura, DIEGO HERNÁNDEZ BEAUROYRE.