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HOTELES

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EL LUGAR

EL LUGAR

UN GUIÑO A LA CULTURA MAYA

En Hotel Xcaret México convergen las expresiones culturales, gastronómicas y artesanales de nuestro país. De ahí que su personalidad sea tan única como su entorno natural.

POR PEDRO AGUILAR RICALDE FOTOS ERICK HUICOCHEA

LA ALBERCA QUE PARECE SUSPENDIDA, Y TIENE UNA INCREÍBLE VISTA AL MAR, ES UNA DE LAS PROTAGONISTAS EN HOTEL XCARET MÉXICO.

Agua y arena Las caletas y los ríos que las bordean son perfectas para relajarse bajo el sol o practicar paddle board.

Con cada escalón que se sube para llegar al lobby de Hotel Xcaret México, va quedando claro que la experiencia crea da por esta marca pionera de la industria turística mexicana no se parece a ninguna otra. Amparados bajo el concepto de All-Fun Inclusive, quien se hospede aquí puede disfutar, desde 2017, todas las experiencias que llevan el inconfundible sello de Grupo Xcaret, desde el transporte que los traslada del aeropuerto al hotel hasta el acceso ili mitado a los parques y recorridos del consorcio, sin pasar por alto los restaurantes, bares y los espectáculos.

Y si bien es cierto que este proyecto revolucionó la in dustria de la hospitalidad en la Riviera Maya –y sin duda, en todo el país–, su arquitectura y diseño merecen una mención aparte, por incorporar una visión vanguardista que conjuga sostenibilidad, respeto por la naturaleza y el entorno, así como un compromiso con las comunida des locales que pocas veces se ve en el sector. Gracias a esta filosofía ecointegradora el proyecto fue ganador de la certificación EarthCheck Oro en la categoría de Pla neación y Diseño.

Proyectado por el arquitecto David Quintana como un refugio en medio de la naturaleza a orillas del mar Caribe, Hotel Xcaret México rinde homenaje a la cultura mexica na en cada uno de sus espacios y detalles, exaltando el paisaje e integrándolo a la experiencia. Restaurantes con arquitectura en forma de cuevas, ríos y canales que pueden recorrerse sobre un paddle board, albercas que se revelan como oasis en los que la relajación es la única alternativa, senderos rodeados de exuberantes jardínes y, desde luego, playas de fina arena blanca pintada por los tonos turquesa más intensos que pueda ofrecer México, aportan una per sonalidad única y sorprendente a este destino.

Los cinco símbolos mayas –Fuego, Tierra, Espiral, Vien to y Agua– son protagonistas en cada uno de los edificios del resort y constituyen un guiño a la cultura en la cual eran de gran importancia. La piedra caliza, empleada en algunas de las estructuras y en el imponente edificio cono cido como Pirámide Xpiral , es un material que recuerda la conexión con la península de Yucatán. Para la decoración de las habitaciones se ha elegido un amplio abanico de ar tesanías que han causado un efecto positivo en pequeñas comunidades a lo largo y ancho del país: soplones de ma dera tallados en Guerrero, tenangos hidalguenses, talavera de Puebla, azulejos artesanales fabricados en Guadalajara, hamacas tejidas en poblaciones de Yucatán, cojines elabo rados con textiles chiapanecos y un sinfín de expresiones de la riqueza cultural y artística de México.

Los doce restaurantes y los ocho bares son también un escaparate de la gastronomía nacional e internacional. Desde El Mercado de la Merced, curado por el chef Ricar do Muñoz Zurita quien se inspiró en un mercado tradicional, hasta el menú vegano de Bio o el restaurante Ha’, cuyo concepto gastronómico fue desarrollado por el chef Carlos Gaytán, las alternativas invitan a vivir nuevas experiencias cada día. El único problema de Hotel Xcaret es que uno nunca se quiere ir.

Todas las decisiones relacionadas con la decoración se tomaron para ofrecer a los huéspedes una muestra del talento artesanal mexicano. Un ejemplo son las hamacas, tejidas en distintas comunidades mayas, que se encuentran en todas las suites.

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