5 minute read
GABINETE DE CURIOSIDADES
EN LA HABITACIÓN HAY UNA SILLA EAMES LOUNGE VINTAGE PARA EL RINCÓN DE LECTURA EN LA ESQUINA. LA CREDENZA TAMBIÉN ES VINTAGE Y ES DEL MERCADO DE LA LAGUNILLA. LA LÁMPARA ES DE OBJETO MARIMER Y LA ESCRITURA EN LA PARED, DE MONGOLIA.
DETRÁS LA CORTINA QUE SEPARA LA SALA DE LA HABITACIÓN, COLGADO EN LA PARED, SE VE UN MAPA MUNDIAL DE OLTRARNO, FLORENCIA. EL CANDIL ES DE RESTORATION HARDWARE Y LA CHAROLA CON VELAS Y LIBROS DE UN MERCADO DE MASCATE, EN OMÁN.
VIAJERO INCANSABLE Y ROMÁNTICO EMPEDERNIDO, MAL DE MAR EMPEZÓ A RECORRER EL MUNDO DESDE NIÑO Y HOY LOS VIAJES SON SU MAYOR INSPIRACIÓN. EN SU DEPARTAMENTO DE LA COLONIA ROMA, EN LA CIUDAD DE MÉXICO, TIENE MUEBLES DE DISEÑO MID CENTURY Y PIEZAS QUE HA ADQUIRIDO EN MERCADOS DE PULGAS, ANTICUARIOS Y EXÓTICOS BAZARES EN MÉXICO Y PAÍSES LEJANOS.
Mal De Mar –así le gusta llamarse aunque en realidad es un seudónimo– me pide que no revele su verdadero nombre, ya que es un secreto que guarda celosamente ante sus más de cien mil seguidores en Instagram. Una nube de misterio lo rodea y su imagen enigmática impregna las elegantes imágenes que toma con su cámara. Es arquitecto pero su pasión es la fotografía, y recientemente publicó su primer libro Lux Aeterna, con una compilación de fotografías que tomó a largo de varios años durante sus aventuras por distintos continentes.
Su departamento, una joya arquitectónica en el último piso del emblemático edificio Río de Janeiro de la colonia Roma –conocido como el edificio de Las Brujas–, es un claro ejemplo de su visión romántica y su estilo de vida que podría ser casi renacentista. “Llegué a la Roma por amor y terminé enamorado de ella. Por su arquitectura porfiriana de principios de siglo, su vida de barrio tranquila, sus parques y calles arboladas, su diversidad, su oferta de servicios (restaurantes, cafés, tiendas…) y el flujo de su gente. Muchas personas creativas, muchos creativos”.
Mal de Mar cuenta que cuando vio el departamento fue amor a primera vista y quedó ensimismado por la excelente ubicación, las mansardas en la fachada, el espacio, la luz y su contacto con el barrio, pero también por la paz y la tranquilidad que se siente dentro. “Hace ocho años que llegué a la Roma y me enamoré del edificio Río de Janeiro. Desde entonces me interesaba encontrar un espacio aquí, con vista al parque. Por fin, hace poco más de cuatro años di con este departamento”.
Cuando lo compró estaba en un estado de deterioro grave. “Me tardé apróximadamente medio año en restaurarlo; le cambié el piso, arreglé todas las ventanas, las molduras, los medallones y herrajes”, nos cuenta. Además, se hicieron cambios en la distribución con el fin de aprovechar cada espacio. El objetivo era respetar lo más posible los elementos arquitectónicos originales de esta construcción de 1908 para que no perdiera su esencia. El resultado es encantador y a pesar del tamaño reducido de apenas sesenta metros cuadrados, gracias a los techos altos, las estancias amplias, el color blanco y los grandes ventanales –que durante todo el día lo bañan de luz–, da la impresión de que es más grande.
Es un departamento acogedor pero un fascinante refugio distribuido en dos amplias estancias que Mal de Mar ha destinado como área de trabajo, sala y recámara. Además, hay un largo pasillo a modo de arteria que une la puerta de entrada con el resto de la vivienda, una espaciosa y funcional cocina y un luminoso baño muy cozy. Por todos lados, como parte de la decoración hay piezas curiosas, libros, obras de arte y muebles mid century de diseñadores clásicos cómo Eames, Breuer, Castiglioni, Noguchi y Saarinen. Mal de Mar lo describe como un baúl de recuerdos y objetos personales valiosos recopilados en México y alrededor del mundo, en mercados de pulgas, anticuarios y bazares exóticos. “Para mí siempre ha sido muy importante el valor emocional de cada objeto y los espacios donde decido vivir mi día a día. Por lo mismo, hay cosas desde la casa de mi infancia, otras nuevas de diseñadores mexicanos o que encontré en mercados de pulgas, sin importar su época, estilo o valor monetario”. A lo largo de todo el departamento hay señales de su gusto por el diseño local, con interesantes piezas de diseñadores contemporáneos tan diversos cómo Lunch Studio, Rodrigo Noriega, Objeto Marimer o Rituales Mx. El arte mexicano también ocupa un lugar importante en el interiorismo y en las paredes cuelgan obras de artistas como Ernesto Solana, Aldo Chaparro y Alexis Zambrano.
Cuando le pregunto cuál es su rincón preferido, Mal de Mar me contesta –con una sonrisa– que su lugar favorito es el sofá de terciopelo color mostaza que hay en la sala frente a uno de los ventanales, a través del que se ve una gran jacaranda y por el que en las tardes entra la luz más bonita. “Puedo pasar horas ahí escuchando todos los sonidos del parque: su fuente, los niños jugando, los pájaros, el viento en los árboles, las campanas de la iglesia…”
PÁGINA IZQUIERDA: EN EL BAÑO, EL ESPEJO Y EL TOALLERO SON DE ANTHROPOLOGIE Y LA JABONERA ES DE ZARA HOME. LA VELA ES DE FARMACÉUTICA SANTA MARÍA NOVELLA, EL ARBOTANTE ES DE RESTORATION HARDWARE Y EL VASO DE COBRE ES DE RODRIGO NORIEGA STUDIO.
PÁGINA DERECHA: LA LÁMPARA, LA CHAROLA Y EL ESPEJO PROVIENEN DE DIFERENTES ANTICUARIOS. LOS PRODUCTOS DE BAÑO SON DE BULY PARIS Y ALGUNOS ACCESORIOS DE ZARA HOME.
PÁGINA IZQUIERDA: EN LA REPISA DE LA SALA HAY UNA SERIE DE FOTOGRAFÍAS, UNA COLECCIÓN DE AVIONES, TRENES Y BARCOS DE DIFERENTES MERCADOS DE PULGAS, REVISTAS, LIBRETAS DE VIAJES Y UN LIBRO DE BOTTICELLI.
PÁGINA DERECHA: LO PRIMERO QUE SE VE EN EL PASILLO ES LA PIEZA I FEEL SO EXTRAORDINARY DEL ARTISTA ALDO CHAPARRO Y ENSEGUIDA, SOBRE LA MISMA PARED, UNA FOTOGRAFÍA A GRAN ESCALA DE MAL DE MAR. LA CREDENZA NEGRA ES DE LUNCH STUDIO.