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Edición XXI. Septiembre 2015
#PatrimonioCampechano
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#PatrimonioCampechano
#PatrimonioCampechano
#TuristeandoCampeche
BARRIO DE SAN FRANCISCO: DONDE SUS CALLES HABLAN
SAN ROMÁN:
SANTA ANA;
EL SEÑORIAL BARRIO
RUTA MIGUEL COLORADO
POR SI SOLAS
BARRIO DE LEYENDA
ENTRE PASEOS Y QUINTAS
DE GUADALUPE
CONTENIDO:
XXI
EDICIÓN
SEPTIEMBRE 2015
#CampañaRaíz/ Pág. 8 #CAMPECHE ES #PatrimonioCampechano / Pág.10 BARRIO DE SAN FRANCISCO: DONDE SUS CALLES HABLAN POR SI SOLAS #PatrimonioCampechano/ Pág. 22 SAN ROMÁN: BARRIO DE LEYENDA #PatrimonioCampechano/ Pág. 36 SANTA ANA; ENTRE PASEOS Y QUINTAS #PatrimonioCampechano/ Pág. 48 EL SEÑORIAL BARRIO DE GUADALUPE #TuristeandoCampeche / Pág. 60 RUTA MIGUEL COLORADO
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MENSAJE DEL EDITOR DE PATRIMONIO E IDENTIDAD CULTURAL
P
ropios y visitantes buscan el reencuentro con la historia, como
COLABORADORES
si esto fuese una respuesta ante la necesidad de sentirse liga-
Editor en Jefe Laet. Hugo R. Del Río Richaud
dos emocionalmente con los lugares, con el pasado de estos y
con el suyo propio. Este deseo de encontrar o mantener algún tipo de vínculo ha traído aparejada la resignificación de algunos conceptos y valores, como la del patrimonio y la identidad cultural, conceptos por los cuales siempre las personas han buscado saber quienes son, a través de la seguridad de pertenencia que les da el hecho de conocer y amar el lugar en donde viven. Encontrar o mantener algún tipo de iden-
Editores Adjuntos Lic. Arón Enrique Pérez Durán Lic. Roger Mario Moo Yah Editor Comercial y Publicitario Jorge Richaud Gómez de Silva Director de Arte y Diseño Ldg. Pedro Ricardo Durán Staff Diseño Fernando Adrian Villacis
tidad, encontrar las raíces, aparece como una necesidad generalizada y se manifiesta en diferentes formas, como por ejemplo, en los usos y costumbres heredadas en los barrios típicos y tradicionales que dieron vida a nuestra ciudad capital. Dedicamos esta nueva edición de Explora Campeche a la práctica del turismo cultural, que también puede considerarse como turismo patrimonial, pues abarca todo lo que hace referencia al patrimonio histórico y a los monumentos, al legado cultural de modo más amplio, legado que se encuentra vivo entre las calles, las esquinas, los parques y la gente de San Francisco de Campeche.
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Campaña
Raíz #CampecheEs
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Explora Campeche consciente de la responsabilidad que tenemos de legar a nuestros hijos valores que los llenen de amor y orgullo para con su tierra, lanzó desde sus inicios la Campaña Raíz, que tiene como fin rescatar nuestra identidad y revivir en cada uno de nosotros la grandeza que corre en nuestras venas campechanas, a través de la magia que nos brinda la fotografía.
guidores en Instragram, estrenamos esta sección en la que publicaremos aquellas fotos de concepto turístico que difundan la belleza de nuestro Campeche. Únicamente menciona nuestra cuenta en tus fotos y utiliza el hashtag #ExploraCampeche. ¡Listo! Atrévete a creer y comparte al mundo lo maravilloso y único de nuestro Estado. Y para ustedes, ¿Qué es CAMPECHE? Atrévete a Para todos nuestros se- COMPARTIRLO
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MuĂŠstrale al mundo la belleza
de Campeche
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Licenciado en Historia con Especialidad en Patrimonio Cultural. Investigador e Historiador.
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Campeche lleva sellada su historia en cada huella y en cada lugar, que con
el paso del tiempo ha dejado impresa en su rostro cotidiano, en el espacio de sus calles, en sus construcciones, tradiciones y su gente. Recorrer la ciudad de San Campeche, es apreciar un atardecer en su mar tranquilo, sus murallas y sus barrios, donde se puede estimar su tranquilidad, la arquitectura de sus viejas casonas y el gusto de los campechanos por sentarse en la puerta de sus hogares a platicar, a respirar el aire puro y mitigar el calor al son de una buena charla. Es precisamente ahí, en sus barrios donde Campeche ha crecido, ya que en estos espacios se puede percibir el ir y venir de sus habitantes, y donde se puede escuchar cuando aluden con orgullo al barrio al que pertenecen. Uno de los barrios más antiguos es el de San Francisco, ocupado por la mayor parte de la población indígena maya a la llegada de los españoles en 1517. Aquel domingo 22 de marzo, día de San Lázaro, los españoles, al mando de Francisco Hernández de Córdoba, desembarcaron para abastecerse de agua en el pueblo que los indios llamaban Ah-KinPech en donde el capitán español tomó amistad con el señor del pueblo y rescató mantas,
plumas y caracoles engarzados en plata y oro. Los indios les dieron a los españoles gallinas, perdices, tórtolas, liebres, gallipavos y otros animales de comer, mucho pan de maíz y frutas. La expedición española estuvo tres días en el pueblo maya asombrados de todas las cosas que veían y las buenas muestras de oro que hallaban. Se hicieron a la vela tres días después de su llegada dejando a los indios de Campeche muy contentos y ellos saliendo bien pagados (Piña, 2001, p. 31). El barrio de San Francisco es sin lugar a dudas emblemático, en él se oficio la primera misa en territorio firme de América por el capellán español Alonso de González a la llegada de los conquistadores, y para significar tan trascendental hecho, los campechanos hicieron levantar una columna conmemorativa a la entrada del convento franciscano del barrio, que a la fecha existe en la entrada de la iglesia. Cabe mencionar que en el año de 1562 arribó a Campeche Martín Cortés, hijo del conquistador Hernán Cortés, acompañado de su esposa. Los marqueses se alojaron en el convento de San Francisco, donde nació el primer nieto de Cortés, el cuál fue bautizado en la iglesia anexa. Además del ex convento de San Francisco, este barrio cuenta con otro templo de nombre “La Ermita”. Esta iglesia fue construida
bajo la advocación de la Virgen María con el nombre de Ermita de Nuestra Señora del Buen Viaje, nombre que según la historia surgió cuando un hombre llamado don Gaspar González de Ledesma, hombre soberbio y tacaño, al realizar un viaje en barco, este naufragó salvando su vida gracias a un hombre llamado Fray Rodrigo que le dijo que le rezara a la virgen María y tuviera fe, dándole un relicario con esa imagen antes de que este muriera. Don Gaspar al llegar a tierra firme cambio por completo su forma de vida regalando su dinero entre los pobres y mandó a edificar la capilla que a ruego de él se consagró bajo la advocación de Nuestra Señora, consagrándose en el altar la imagen del relicario Fray Rodrigo. Algo característico y digno de mencionar de este barrio son sus muy famosos portales conocidos como “Los portales de San Francisco”. En el costado oriente, formado por un total de siete arcos de medio punto con dimensiones uniformes y sostenidos por columnas, existían dos establecimientos, el primero de ellos era un café, cantina y salón de billares, mismo que ocupaba los cuatro primeros arcos del extremo sur del inmueble, en tanto que los tres arcos restantes formaban parte de una cordelería e instalación de molinos. El corredor norte fue ocupado de igual manera por locatarios comerciales y
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14 como casas habitación (Suárez y Ojeda, 1996, p. 45). Los vecinos del lugar recuerdan que existió ahí una fabrica de aguardiente que perteneció al señor Llovera, siendo que otro señor de apellido Zapata era el que se encargaba de llevar este producto a México donde tuvo gran aceptación. En las inmediaciones de los portales existían por el año de 1902, tiendas donde se curtía el cuero para luego transformarlo en correas, cintos y otras manufacturas, también se instaló una fabrica de refresco denominada “El Águila” y una de galletas conocida como “Dondé” (Sandoval, s/f, p. 2). Dentro de esta área de los portales, para inicios del siglo XX, vivió su historia el tranvía que hacía su recorrido entre los barrios de San Francisco y Guadalupe. El tranvía tenia carros, independientes uno del otro, que eran tirados por animales de carga con su respectivo conductor de ropa clara de mangas largas y portando su sombrero. El 29 de abril de 1897 se le autorizó al señor Salvador Dondé prolongar el tranvía del cual su empresa era concesionaria, de la plazuela del barrio de San Francisco hasta la plaza de Santa Lucia, y en marzo del año siguiente
también se le autorizó conectar por la plaza de San Francisco su línea de la calle de la playa de dicho barrio con la de la calle Real y prolongar la de Santa Lucía hasta el panteón del mismo barrio. El barrio de San Francisco ha sabido conservar sus antiguos espacios públicos que con el paso del tiempo se han convertido en símbolos dentro de su sociedad. Tal es el caso del Circo Teatro Renacimiento que durante el siglo XX fue un lugar de representaciones culturales y de diversiones que daba a los campechanos espectáculo, risas y aplausos. Bajo la dirección y diseño del señor Manuel F. Rojas, los señores Cenobio Inclán y Rafael Alcalá Hernández, en sociedad y con una inversión de $47,000 pesos, mandó a construir el Circo Teatro Renacimiento. Éste lugar sería uno de los más frecuentados por la ciudadanía de la clase media baja y la clase popular, por la variedad de sus entretenimientos. Su edificación comienza el 24 de junio de 1906 en un predio de propiedad particular cerca de la plazuela de San Francisco, destinado a toda clase de espectáculos. Desde sus inicios el local brindó a la colectividad campechana el acercamiento al circo, al teatro, a las corridas de toros, a
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18 los encuentros boxísticos y posteriormente al cine. El Circo Teatro Renacimiento significó un lugar de escape, de diversión, un mundo abigarrado y bullicioso, donde interactuaban diferentes sectores sociales al asistir a los tan concurridos eventos boxísticos y corridas de toros. Esta interacción no solo se dio en el interior del recinto, sino que también en las cercanías de sus calles, ya que en ellas se vendían y compraban todo tipo de mercancías, comidas y bebidas. Cientos de vendedores ambulantes anunciaban a gritos sus variados productos. En la entrada del Circo Teatro, siempre estaba abarrotada de puestos que vendían dulces, sombreros, atole, tamales y un sin fin de alimentos propios de los actores sociales que visitaban ese lugar. Era usado y concurrido por personajes de la clase media baja que ocupaban un estatus social gracias al esfuerzo obtenido a través de una carrera profesional; llámesele profesores, escritores, abogados, etc; y por la clase popular que eran todos aquellos sujetos como los aguadores, panaderos, artesanos, pregoneros, carpinteros, jornaleros, que vestidos con su ropa dominguera iban a divertirse estrepitosamente a las corridas de
toros, al teatro y al box. El Circo Teatro Renacimiento era usado por todos estos personajes que querían ser parte de esa novedad artística que se estaba manifestando en Campeche con la apertura de lugares para la diversión y la cultura; y que además con la creación de un espacio propio para el pueblo se podrían manifestar ahí la desfachatez, el desorden, el relajo, la diversión y toda clase de emociones de manera libre. El barrio de San Francisco es una espesura de calles donde sus historias se denotan en los nombres de sus esquinas como: la esquina del Cometa, del Wüiro, del Toro, de la Cueva Derrumbada, del Combate, del Perro y de la Cruz Verde. Cada esquina conserva sus anécdotas y leyendas que le siguen dando vida con el paso de los años, tal es el caso de la esquina de la Cruz Verde ubicada en lo cruces de la calle 10 con calle 33 del mismo barrio. Su historia se cuenta así a través de la pluma del poeta Enrique Pino Castilla (2010, p. 27-28): los años de 1926-1929 fueron difíciles para México. La guerra civil conocida como la guerra Cristera irrumpió en la región central. En Campeche como consecuencia de ello, los templos fueron cerrados al
culto y los fieles se organizaron en silencio para continuar con sus creencias. Una gran parte del pueblo mexicano tuvo que soportar con heroísmo y valor persecuciones, tortura y muerte, un panorama triste sentó sus bases en los corazones de los fieles católicos, a como diera lugar había que mantener el culto. La cruz, símbolo de esperanza brilló en la oscuridad hasta que todo volvió a la normalidad. Y cuando la guerra llegó al final, la fiesta fue mayor, se agigantó la fe y nuevamente las gargantas en plena libertad aumentaron la intensidad de los cantos. En el caso de los moradores de la Ermita, en el barrio de San Francisco, el regocijo se dejó ver al construirle a la cruz un altar en la fachada de una casa. Dicha cruz ubicada en la casa del profesor Ricardo Ávila Briceño es festejada el día 3 de mayo. Tres días duran las celebraciones, donde los creyentes realizan sus oraciones a plena calle, las festividades son costeadas por los vecinos. Siempre el altar está lleno de flores y la cruz de verde. No se sabe el porqué la cruz tiene ese color, quizá la esperanza lo represente, esa esperanza que viene acompañando al hombre desde que tiene uso de razón.
El verde es transición, al menos dentro de los símbolos patrios, es un significado de que las cosas a través del tiempo van a mejorar. Las celebraciones han decaído, anteriormente desde el primero de mayo arreglaban la calle colocando sillas para los rezos; las señoras del rumbo preparaban tamales, horchata y toda clase de antojitos para después de las oraciones como una forma más de convivencia y unión entre los habitantes de la cuadra. La maestra María Luisa Pacheco de Campos se encargaba de ser la rezadora, siempre entusiasta, motivaba a los vecinos para preparar el día de la Santa Cruz. Los rezos se prolongaban los días 2 y 3 de mayo. Sin embargo, todavía hay devotos que acuden año con año el día de la Santa Cruz a la esquina de la Cruz Verde. Barrio de San Francisco, tan tradicional como vivo que nos invita a conocer su historia y sus espacios para sentir el orgullo de ser campechano.
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-Fuentes consultadasÁlvarez Suarez, Francisco. (1912) Anales Históricos de Campeche. Tomo I. Gobierno del Estado de Campeche. Pino Castilla, Enrique (2010) Las esuinas de Campeche. Gobierno del Estado de Campeche, Secretaria de Cultura. Piña Chán, Román (2001) Campeche durante el periodo colonial. Colección María Lavalle Urbina. Sandoval Martínez, Fernando (s/f) Los portales de San Francisco. Archivo del Centro Regional Campeche, INAH, Campeche. Suárez Aguilar, Vicente y Heber Ojeda Mas (1996) Arqueología Histórica en la ciudad de Campeche. Universidad Autónoma de Campeche.
1.- Licenciado en Historia
“ ¡Oh, barrio de San Román! ¡Oh barrio del Cristo Negro! Donde una estrella fue rosa, Y fue capullo primero” Romance Negro
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n el tradicional barrio lugar. de San Román se con- Los
Cano de Coca Gaytán que ción en torno a esta imagen, primeros
pobladores consiguiera una imagen en hasta convertirla en la ima-
templan las huellas de se dedicaron a la agricultu- los puertos en donde el acos- gen icónica del fervor religio-
una historia colonial, fundada ra y pusieron su mirada fija tumbraba comerciar; es así so en Campeche. en los inicios de la conquista en el intempestivo mar de que en el puerto de Alvarado La fiesta del Cristo Negro de española; este barrio ha es- las costas campechanas. El consiguió dicha imagen, de ahí San Román, es la festividad tado presente en cada una de nombre del barrio se debe se traslado a la Villa Rica de más importante de Campelas etapas históricas de Cam- a que, cuando una plaga de Veracruz, de donde zarparía che, el Cristo se ha convertipeche, los vestigios que se langostas azoto la villa, los para Campeche; salió el 13 de do en el patrono de la ciudad, encuentran en el barrio con pobladores decidieron echar septiembre de 1565 y duran- superando a otros como la Insu parque principal, la iglesia, suerte al calendario litúrgico te el trayecto fue sorprendi- maculada Concepción o a San las casas coloniales, sus es- para elegir el Santo Patrono do por un fuerte temporal, y Francisco. La fiesta de San quinas y tradiciones son una del lugar que la protegiera, según la leyenda el Cristo se Román, tanto en lo religioso muestra de la riqueza cultu- de esta signo resulto elegido hizo cargo del timón y navego como en lo popular congreral e histórica de nuestro be- San Román mártir, a quien se todo el trayecto, arribando a ga a cientos de vecinos que llo estado.
le erigió una ermita en el año las costas campechanas el disfrutan y solemnizan esta
Situado al S.O. del antiguo ca- de 1563.
día 14 de Septiembre, en un ceremonia. En lo religioso se
cicazgo de Ah Kim Pech, se Los vecinos del barrio conci- lapso menor
de 24 horas, observa la bajada de la ima-
fundó el barrio de un grupo bieron la idea de tener en la tiempo extraordinario parar gen, sus alboradas por las de aztecas que acompaña- Ermita la imagen de Cristo los viajes de la época.
noches, los solemnes actos
ron a Francisco de Montejo el Crucificado, y para esto, en- Atribuyéndole el milagro co- litúrgicos, el paseo del santo Mozo, a la conquista de este cargaron al mercader Juan menzó a formarse la venera- patrono por las aguas tran-
25 quilas de la bahía de Campe- 1888, el primer nombre del vó a cabo otra remodelación, dos calzadas que quedaban che, el repique de campanas parque fue el de “Pedro Ba- construyéndole
alrededor divididas por el obelisco dedi-
y juegos pirotécnicos que randa”, y se inauguró el 16 de del kiosko cuatro fuentes y cado a los Héroes de la patria. anuncian la llegada de los septiembre de ese año. Las cuatro arriates, rodeados de Este paseo adornado con gremios a la casa del Señor rejas fueron traídas de Bél- bancas con respaldo de hie- grandes almendros cobijó a de San Román.
gica y la constituía un kiosco rro; el parque es parte esen- estudiantes que pasaban ho-
En lo popular, los juegos me- de mampostería y techo de cial de la traza urbana del ras estudiando o eran presa cánicos de atracciones Roca, tejas. Para el año de 1942 el barrio, en el se llevan a cabo de un coloquio particular exlas famosas loterías, los jue- parque sufrió remodelacio- eventos sociales y realiza la tra clases; durante los años gos de canicas y tiros con ri- nes, se ampliaron las calles función de esparcimiento so- 30ºs las fuentes que exisfle, los expendios de comida, circundantes y se dotó de cial a los vecinos.
tían fueron destruidas para
de licores, las venta de ropa, bancas de mampostería re- Otro de los lugares con mu- dar cabida al hermoso teatrastes, la tradicional rueda vestidas con mosaicos; se le cha historia y recuerdos es tro al aire libre con alegorías de la fortuna en frente de la hizo nuevo piso de cemento el paseo de los Héroes cons- mayas. De la vasta arboleda iglesia, el carrusel y cómo dejando espacio para los jar- truido durante el gobierno del paseo de largas y anchas olvidar los voladores de Pa- dines y se le dotó de nueva del general Manuel Rivera aceras que dan merecidos pantla que durante años fue- instalación eléctrica, además (1913-1914), formado de dos vientos dejan oír el susurro ron un atractivo primordial se le rebautizó con el nombre largas calzadas laterales que alegre de aquellos días donpara los sanromaneros.
de “Vicente Guerrero” el cual comenzaban frente a la calle de los niños jugaban y corrían
Junto a la iglesia de San Ro- mantiene hasta la actualidad. Galeana, hasta frente al cir- por sus aceras. mán se encuentra el parque Durante el gobierno del Lic. cuito Baluartes o “puerta de Durante el gobierno del Cnel. cuya construcción data de Carlos Sansores Pérez, se lle- San Román, en su centro hay Ortiz Ávila fue remodelado el
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paseo, denominándolo “Centro Cívico Dr. Héctor Pérez Martínez”, quedando a espaldas de donde hoy se encuentra la “Concha Acústica”. Las historias de este barrio han pasado de generación en generación, son muchos los relatos que se han convertido en verdaderas leyendas, personajes singulares, héroes locales, todos se han matizado para darle realce al barrio sanromanero, uno de estos actores sociales es Jacinto Canek, quien según los datos históricos nació en el barrio de San Román, y su nombre original fue Jacinto Uc de los Santos, y llegó a Mérida acompañado de un fraile, siendo alojado como otros muchos, en el Convento Grande de San Francisco de Mérida. Debido a su temperamento rebelde fue expulsado y se convirtió en tahonero. Inteligente, educado y audaz, asume el liderazgo de un movimiento espontáneo gestado por las condiciones de injusticia social y de sometimiento en que vivían los mayas en la época colonial en Yucatán. Canek encabezó en Cisteil (cerca de Sotuta), el 19 de noviembre de 1761, una rebelión indígena contra el dominio español y murió ejecutado el 14 de diciembre de ese mismo año, tras suplicio al que fue sujeto por disposición del brigadier José
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Crespo y Honorato, gobernador de Yucatán en turno. Digno de resaltar la vida de este líder que nació en el barrio de San Román que a través de sus ideales logró conjugar en torno suyo a los principales caciques de la península, quien nunca
ceso las ansias de liberación de los mayas oprimidos. Román el pirata era de los piratas más osados entre la tripulación de Lorencillo, era originario del la ciudad de Campeche, y un día entre los objetos saqueados de Campeche encontró un cuadro del Cristo Negro, comprendió porque
inconscientemente
había escogido ese nombre de guerra, el santo se volvió una pesadilla en sus pensamientos y le nació un odio feroz y un deseo de venganza en su mente enferma. Desde entonces buscó la oportunidad de llegar al Santuario para hacerle afrenta y dañarlo.
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Un 13 de septiembre, que la tropa de Lorencillo embarcó en las costas campechanas, Román el pirata enfilo directo a buscar al Santo Cristo, aprovechando la oscuridad de la noche y que los guardias dormían, llegó hasta donde se encontraba la imagen de Cristo, sacó su cuchillo de mar , para dejar un rasguño en la estatua del redentor y de pronto sintió que los músculos de la rodilla y el brazo le temblaban, perdió el equilibrio y con estrépito dejo caer el cuchillo, lo que ocasiono que los guardias se despertaran , como pudo recogió el cuchillo se levanto y salió huyendo hasta llegar a un callejón donde cruzo para la playa. Muchos años después aquel pirata regreso a su tierra, ya no era el temido pirata, pero aun tenía una ofrenda pendiente, un día que el Cristo Negro estaba en procesión, detrás de un callejón un hombre detuvo la marcha, ofreció al Cristo un cuchillo de oro con mango incrustado de rubíes, el cual llevaba una inscripción que decía “Nadie Puede Vencerte”, desde entonces es conocido como el callejón del Pirata. Así el barrio de San Román es un barrio tradicional llenó de recuerdos e historias, es el barrio escogido para albergar al Cristo Negro figura característica de los campechanos, es sin duda un barrio de leyenda.
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-Referencias-
Escoffie Castillo, Manuel; San Román barrio tuyo como mío; H. Ayuntamiento de Campeche; Campeche, 1995. p, 119 Pérez Galaz, Juan de Dios; Diccionario Histórico y geográfico de Campeche, Gobierno del Estado de Campeche, México. 1997.
1.- Lic. En Historia
“Pasando por el barrio de Santa Ana Con un remoto anhelo que nos cubra De barro el cuerpo y beatitud el alma” Pentacordio de estrellas “Pasando por el barrio de Santa Ana Con un remoto anhelo que nos cubra De barro el cuerpo y beatitud el alma” Pentacordio de estrellas
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n los alrededores del centro de la ciudad Campeche se componen los barrios tradicionales, lugares que albergan una tradición e historia particular, llena de recuerdos y anécdotas que se prolongan más allá del tiempo y la distancia. Santa Ana es el barrio de las inolvidables fiestas de mayo en honor a la Virgen de las Angustias, el barrio de las quintas y las hortalizas, de las noches de fiesta, de las familias campechanas y de la festividad del gran Poder de Dios. En el siglo XVII, el barrio de Santa Ana comenzó a poblarse, probablemente de algunas familias de sirvientes, peones, agricultores. La iglesia que da nombre al barrio comenzó a construirse en agosto de 1755, con los 500 pesos que dejó en su testamento el gobernador de Yucatán don Antonio de Figueroa. Poco a poco Santa Ana se fue con-
virtiendo en un vergel, pues muchas familias edificaron ahí sus fincas de recreo, una de las más importantes fue la del general francisco de Paula y Toro, que en la actualidad aun se observa y es conocida como la quinta del “Toro”, debido a la buena tierra y la cantidad de pozos que se encontraron en los alrededores de la iglesia, las familias de los vecinos adinerados fundaron grandes huertas, fincas con cantidad de árboles frutales; de estas inmensas huertas recordamos los fincas de Belén, Ave María, Las Flores, San Esteban, Villa Conchita, etc. Santa Ana fue durante muchos años famoso por sus quintas, pero también estaban sus fiestas populares, especialmente la dedicada a la virgen de las Angustias que después de la de san Román era de las más visitada por los campechanos, no se sabe en qué momento de la historia
del barrio el culto a la Virgen de las Angustias supero a la misma patrona del barrio la madre de la Virgen María, Santa Ana. Desde el inicio de las festividades el parque pertenecía adornado de colores, los gremios entraban cantando a la iglesia, el repique de campanas y el estruendo de los voladores, llenaban de alegría a este pintoresco barrio. En cada barrio están también las esquinas famosas, con los nombres extraídos de anécdotas y sucesos particulares, las cuales con el paso de los años se convierten en sitios icónicos de cada barrio. Santa Ana cuenta con una de las esquinas más famosas de Campeche, la esquina del tropezón, ubicada entre el cruzamiento de la calle república x Nicaragua. La historia de este nombre se remonta a finales del siglo XIX, cuando se instalo el tranvía urbano de Campeche y los rieles pasaban
39 sobre esta arteria; no mucho tiempo después una señora tropezó con los rieles del tranvía y al caer resultó muerta, los vecinos del lugar dado el acontecimiento, optaron por ponerle al sitio “el tropezón”, después el Sr. Edgar Sánchez Blanquet, conociendo esta historia, denomino a su tienda de abarrotes como el mismo nombre. La historia que da nombre a otra esquina famosa en Santa Ana, es la aparición de un santo sobre la calle Coahuila por Nicaragua, en la casa del Sr. Canto, donde tenía un nicho con varios santos; un día se apareció uno, no sabemos cual santo, y en honor a este milagro el señor mandó colocar sobre la barda una cruz de color verde para conmemorar tan grande prodigio, es así que la esquina seria conocida como “la esquina de la cruz verde”. Con el transcurrir de los años la mo-
dernidad llegaba a Campeche, y en Santa Ana se construiría un lugar que simbolizaba los nuevos aires de innovación, la alameda de Santa Ana, como espacio de recreo y esparcimiento, se construyo en 1830
por iniciativa del general Francisco de Paula Toro y diseñada por Juan Estrada, tenía una forma rectangular de 380 metros de largo, una glorieta en medio y en ella la escultura natural, tallada en madera y yeso, que representaba a una india coronada con plumas, con arco y carcaj provisto de flechas, estaba cerrada por una reja y contaba con bancas de piedras; este lugar rápido se convirtió en un lugar frecuentado por la clase alta. Junto con la alameda se construyo, quizá el puente más popular de los que existen en la ciudad, conocido como el “puente de los perros”, debido a las cuatro figuras de canes de existen en los extremos de su parapeto de piedra, al inaugurarlo se le dio el nombre de “puente de la Merced de Santa Ana, en honor de la esposa de don Francisco, doña Mercedes López de Santa Ana y fue construido por el alarife José de la
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Luz Solís. Este puente cruzó sobre el canal de desagüe del barrio, se puede decir que es una continuación de la Alameda, así el puente se convirtió en un punto de integración entre el barrio de Santa Ana, la alameda y el resto de la ciudad. A finales del siglo XIX, la imagen de la India ya había sido removida, había solo un faro en el centro de la Alameda, como parte del proyecto nacional de celebrar el centenario del natalicio de Benito Juárez se mando a erigir una estatua de bronce del Benemérito en la Alameda, estatua que al presente se conserva.
Actualmente el puente y la Alameda han perdido lucidez, debido a la embestida pavimentadora de la ciudad, ya solo quedan recuerdos de los años donde las señoritas y los carruajes formaban parte de paisaje cotidiano de la vida social en Campeche, pero a pesar de los años y los cambios urbanísticos de la ciudad los canes aun se mantienen en actitud protectora vigilando la entrada al barrio de Santa Ana.
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-Referencias-
Pérez Galaz, Juan de Dios; Diccionario Histórico y geográfico de Campeche, Gobierno del Estado de Campeche, México. 1997. Mendoza Novelo, Adely; La percepción imaginaria de los campechanos, La Alameda y el sistema de fortificaciones durante el siglo XIX, en Campeche una ciudad en la península, coordinadora Ivett García; p. 125-150, Gobierno del Estado de Campeche, México, 2010 Pino Castilla, Enrique; Las Esquinas de Campeche
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1.- Licenciado en Historia con Especialidad en Patrimonio Cultural. Investigador e Historiador.
“El barrio de San Francisco bravucón y pelionero pero siempre tan leal; Santa Ana con sus frutales, y ese de Santa Lucía laborioso y muy cabal. El suburbio de la Ermita. Y el barrio de Guadalupe con su porte señorial…” (William Valladares Reyes).
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C
emento, cal, arena, tierra, de la población no sólo consideró el centro madera, metal… estos po-
en el barrio de Guadalupe. Este lugar, a dife-
de la villa, también se ocupó de los lugares rencia de los cuatro restantes, no tenía pobla-
drían ser los elementos para aledaños. El primer espacio que Francisco de
dores indígenas. Era un paraje semi-solitario
construir cualquier rincón Montejo organizó fue el asentamiento indí- ocupado por árboles tintóreos, algunos yaci-
de alguna ciudad. Sin embargo, la construc- gena de Can Pech, habitado por los natura- mientos de cal y un camino que, de la villa, ción de espacios urbanos es más profunda y les, y que fue conocido años después como
llevaba al barrio de San Francisco (Proceso
compleja que la albañilería de nuestros tiem-
el Campechuelo. Es importante explicar que contra Antón Martín, 1576, citado en Novelo,
pos. Implica, entre otras cosas, una apropia-
la política española pretendía una separación
2010, p. 103).
ción física y mental de un área determinada, física y jurídica entre los indígenas y blancos Entre el barrio de San Francisco y la villa, la cual va siendo dotada de características para evitar la contaminación de los primeros
existía un espacio deshabitado paralelo a la
palpables y abstractas. Mientras las prime-
por los vicios de los segundos, lo que dio ori-
playa de una extensión aproximada de una
ras pueden apreciarse en la arquitectura o
gen al esquema de las dos repúblicas: la re-
milla. Era la frontera necesaria entre el pue-
en el mobiliario urbano, las segundas se en-
pública de españoles y la república de indios.
blo maya y la población española; precisa-
cuentran en poemas, ilustraciones o cancio-
Los barrios de San Francisco, Santa Ana, San mente porque carecía de habitantes y estaba
nes. Odas, melodías o imágenes que pueden Román y Santa Lucía fueron creados por dos suficientemente cerca de la villa, don Pedro reflejarnos la construcción simbólica de una
formas. La primera fue por medio de las con-
Martín de Bonilla, eligió este lugar para es-
ciudad entera o de un sector de ella, como gregaciones de indios naturales y, la segunda,
tablecer un solitario oratorio dedicado a la
son los barrios (Novelo, 2010, p. 99).
por tlaxcaltecas y mexicas que acompañaron
virgen de Villuercas, Extremadura, España.
El barrio de Guadalupe ubicado en lo que fue a los españoles a la conquista de la Penínsu-
Pedro Martín de Bonilla, quien era vecino de
un espacio costero, ha sido conocido como el la de Yucatán. Más tarde, los negros traídos
Campeche, encomendero de los pueblos de
barrio señorial, a partir de la famosa canción
como esclavos o servidumbre enriquecieron
Cenote y Mopilá, además de miembro del ca-
“Las torres de Catedral” de José Narváez la conformación de dichos barrios (Novelo,
bildo campechano, pidió licencia al Goberna-
Márquez, escrita a mediados del siglo XX.
dor de Yucatán y al Obispo para construir la
2010, p. 103).
Con la fundación de Campeche por parte de En contraste con las parcialidades indígenas, ermita, quienes autorizaron la edificación en Montejo “El Mozo” en 1540, la configuración se formó lo que años después se convertiría el mismo año. La construcción primitiva fue
53 a base de materiales perecederos, los cuales Francisco. Este asentamiento aunque marcó de fieles que llegan desde distintos fueron sustituidos rápidamente por piedra,
el inicio de la conformación del barrio, ape-
puntos de la Península como Halachó y Te-
pues antes de concluir el siglo XVI, Fray Gre-
nas logró consolidar el vecindario. Para 1759
cax, Yucatán, sin olvidar a los del interior del
gorio de Montalvo informó a su majestad que
los habitantes del barrio de Guadalupe me-
Estado, para dar inició formalmente el éxodo
la ermita era muy pequeña, pero fabricada joraron sus viviendas al sustituir las chozas
hasta la Basílica en la Ciudad de México, para
en piedra (Novelo, 2010, p. 104-105).
de palos por casas a base de piedra, cantería venerar a la virgen del Tepeyac.
Al llegar el siglo XVIII, la política española in-
y mampostería, las cuales fueron descritas Sin lugar a dudas la Iglesia de Guadalupe, ubi-
fluyó en el inicio del proceso de poblamiento por el ingeniero Juan de Dios González en cada en el populoso barrio del mismo nomdefinitivo de los alrededores de la ermita de
1776 y que permitieron notar la apropiación
Guadalupe con la aceptación de inmigrantes física del barrio de Guadalupe. Sumado a
bre se ha vuelto paso obligado de peregrinos en busca de fe y de su propios caminos.
de las Islas Canarias que fueron llegando al este proceso palpable, también la apropia- Barrio de Guadalupe, ¡barrio que es un bapuerto de Campeche, integrados por hom- ción mental o simbólica del espacio se hace
luarte y atalaya por el porte de su nombre y
bres casados y solteros, encontraron en la
el origen de su raza!
presente, inicialmente, con el reconocimiento
zona cercana del templo de Nuestra Señora de los propios habitantes como vecinos del de Guadalupe el área ideal para su estableci- barrio y, de igual forma, de la confirmación miento. Los recién llegados no se integraron de las autoridades como miembros de ese urbanamente con la población española de la vecindario (Novelo, 2010, p. 108). villa que ya tenía el control, ni se mezclaron Una de las fiestas más grandes que realiza
Fuentes consultadas-
-
con los indígenas, aun cuando eran personas
hoy en día el barrio guadalupano es la del
Proceso contra Antón Martín por casado dos veces, 1576, en Archi-
muy pobres. Finalmente, aunque el número
12 de diciembre. Miles de peregrinos llegan
vo General de la Nación, Inquisición, tomo 105, exp. 6.
de los nuevos vecinos disminuyó a causa de con un sólo objetivo: venerar a la Virgen de las numerosas muertes que ocasionó las epi- Guadalupe, cantarle las mañanitas y hacerle demias, estos lograron permanecer en el si-
promesas. El fervor, la alegría y la emoción
tio, concentrándose alrededor de la iglesia y
inundan el recinto guadalupano, que cada año
del camino que iba de la villa al barrio de San
se va viendo más pequeño ante el torrente
Novelo Sánchez, Humberto (2010) “Construyendo espacios urbanos: la transformación del barrio de Guadalupe en Campeche” en Campeche una ciudad en la Península. Coordinadora Ivett García. Colección Bicentenario.
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RUTA MIGUEL COLORADO Antecedentes
El sur del estado de Campeche en cuanto a su población, se formó a través de la conformación de monterías que no eran más que los lugares donde hombres pernoctaban en su afán de domeñar la naturaleza en aras de sacar del tronco lechoso del chicozapote, la rica savia que se conformaría luego de un proceso arduo en las apreciadas maquetas de chicle. San Miguel Colorado fue, según testimonios orales y escritos conformado durante la década de los años cuarenta, gracias a los chicleros contratados en municipios de Campeche y el Camino Real principalmente. De este lugar llama la atención su tierra roja y fértil, propicia para la agricultura, pero también los cenotes y aguadas que forman una especie de asombroso collar turquesa y aguamarina que rodean al poblado y que le da su particularidad más distintiva.