Programa de mano, OSUG, 11 - 1ra Temp, 2023

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VIERNES 26 de mayo

20:00 h

TEATRO PRINCIPAL, GTO.

Jorge Vázquez director invitado Frida Portillo mezzo-soprano

1.- Sinfonía no. 20 en re mayor, K. 133 (1772)

W. A. MOZART 1756 - 1791

I. Allegro II. Andante III. Menuetto IV. [Allegro]

2.- La Despedida* (2022)

Para mezzo-soprano, piano y cuerdas

20’

Jorge TORRES SÁENZ 10’ n. 1968

INTERMEDIO

3.- Sinfonía no. 4 en do menor, D. 417 “Trágica” (1816)

Franz SCHUBERT 31’

1797 - 1828

I. Adagio molto – Allegro vivace II. Andante III. Menuetto: Allegro vivace IV. Allegro

*Estreno en Guanajuato

PROGRAMA 11 CLASICISMO y NEOCLASICISMO

ORQUESTA SINFÓNICA DE LA UNIVERSIDAD DE GUANAJUATO

Tradición y vanguardia

La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) ocupa un lugar privilegiado en el panorama musical de México como uno de los ensambles orquestales de mayor prestigio en el país y con una sólida proyección internacional. Desde su fundación, importantes solistas y directores han participado en los programas de la orquesta, entre ellos Francesca Dego, Yuja Wang, Brodsky Quartet, Shlomo Mintz, Dmitri Hvorostovsky, Neeme Järvi, Cyprien Katsaris Christian Lindberg, Eduardo Mata, Jorge Federico Osorio, Leif Segerstam, y el Trío Altenberg.

En razón de su alta calidad interpretativa, la OSUG es la orquesta residente del Festival Internacional Cervantino, el festival dedicado a las artes escénicas más importante de América Latina, mismo en el que ha participado con programas de gran trascendencia como el estreno en México de la Sinfonía no. 4 de Lutoslawski, las Sinfonías no. 4 y 7 de Shostakovich, Das Lied von der Erde de Mahler y decenas de estrenos y ejecuciones de obras de compositores tales como Mario Lavista, Joaquín Gutiérrez Heras, Phillip Manoury, Igor Stravinsky, Anton Bruckner, Silvestre Revueltas. Gracias a su enorme repertorio, dinamismo y personalidad, la OSUG ha sido invitada a diversos festivales nacionales y ha realizado múltiples giras internacionales.

Esta orquesta es testimonio vivo de la larga tradición cultural del estado de Guanajuato y es la primera orquesta profesional permanente de una universidad mexicana. Su concierto inaugural ocurrió el 25 de abril de 1952 bajo la batuta del maestro José Rodríguez Frausto, quien estuvo al frente de ella por 34 años. En 1986 asumió la dirección el maestro Mario Rodríguez Taboada y para 1992 la OSUG se fusionó con la Filarmónica del Bajío para crear un solo organismo, del cual

asumió la titularidad Héctor Quintanar. Durante este periodo, la orquesta desarrolló un valioso proyecto de difusión de la música nacional con la grabación de seis discos compactos de la colección Compositores Mexicanos, integrada por 32 obras inéditas de 23 autores.

En 1997 José Luis Castillo asumió el cargo de director titular y expandió notablemente el repertorio de la orquesta, recorriendo todas las etapas del vasto espectro musical con un acento particular en lo contemporáneo. De 2005 a 2011 Enrique Bátiz asumió el cargo de director invitado y asesor musical, con quien la OSUG realizó giras por China y Egipto.

En 2012, año en que la OSUG cumplió sesenta años de existencia, se designó como director titular al maestro Juan Trigos, quien continuó la idea de difusión de la música nacional impulsada en la OSUG por Héctor Quintanar. Entre 2012 y 2014 se efectuaron giras por México, Estados Unidos e Italia.

En junio de 2015 Roberto Beltrán Zavala fue nombrado director titular de la OSUG. Con una sólida carrera internacional y una nutrida agenda de conciertos su enfoque en el sonido Orquestal y en el repertorio post-romántico ha dado a la OSUG una profunda personalidad como ente artístico..

En mayo y junio de 2017, con motivo de sus 65 años de fundación, la OSUG realiza exitosamente una gira por Europa, donde compartió escenario con, el Cuarteto Brodsky, Francesca Dego y Shlomo Mintz, en importantes salas de conciertos y teatros de España, Francia e Italia donde se culminó con un exitoso concierto en la prestigiada sala Verdi en Milán.

WOLFGANG AMADEUS

MOZART (1756-1791)

Sinfonía no. 20 en re mayor, K. 133

Allegro Andante

Menuetto – Trio

[Allegro]

Muy de vez en cuando, suele asumirse que la producción sinfónica de Wolfgang Amadeus Mozart es un ciclo unitario, homogéneo y uniforme, en el que todas las sinfonías, de la no. 1 a la no. 41, son obras maestras indiscutibles. La verdad, sin embargo, es mucho más complicada… y más interesante. Para empezar, la lista de las sinfonías de Mozart no es tan fácil como uno pudiera suponer. Para empezar, después de la Sinfonía no. 1, K. 16 (1764-1765) vienen un par de sinfonías, la 2 y 3, consideradas hoy como espurias. Y entre la no. 4 y la no. 41 aparecen varias sinfonías que estrictamente son anteriores a la última del catálogo, pero que llevan números más altos, hasta llegar a la Sinfonía no. 52, que data de 1775, es decir, fue compuesta trece años antes que la famosa sinfonía Júpiter, la no. 41. No son estas las únicas complicaciones relativas a la lista de las sinfonías de Mozart porque, por ejemplo, algunas de ellas no son estrictamente sinfonías, sino que siguen más bien la forma de la obertura del siglo XVIII. Entre toda la información fascinante que hay respecto al catálogo sinfónico de Mozart, vale la pena recordar un dato que suele ser bien conocido por los melómanos estudiosos: de entre todas las sinfonías del gran compositor salzburgués (auténticas o no) sólo dos de ellas fueron escritas en tonalidad menor. Se trata de las sinfonías 25 y 40, que comparten además la misma tonalidad, sol menor.

En general, y con las excepciones del caso, suele hacerse una gran división en el

catálogo sinfónico de Mozart, una división ciertamente subjetiva porque alude al elusivo concepto de “la obra maestra”, o “la obra de plena madurez”. Bajo este enfoque, suelen encontrarse dos opiniones distintas: la de quienes afirman que la parte sustancial de la producción sinfónica de Mozart inicia con la Sinfonía no. 29, K. 201 de 1774, y la de quienes prefieren marcar el límite a partir de la Sinfonía no. 25, K. 183 de 1773. Si usted, lector, quisiera tomarse unos días para escuchar atentamente la riqueza monumental de la producción sinfónica madura de Mozart, hágase un favor y comience con la no. 25, cuatro sinfonías más de Mozart no harán sino enriquecer su alma y su entendimiento.

Dicho todo esto, la costumbre musicológica indicaría que la Sinfonía no. 20, K. 133 de Mozart no es, todavía, una obra cabalmente madura, aunque hablar de madurez o inmadurez en el caso de un niño que compuso sus primeras obras hacia los seis años no tiene mucho sentido. La partitura de la obra, escrita en Salzburgo, está fechada en julio de 1772, un año en el que la labor más importante de Mozart fue su música para la escena. En mayo se representó su serenata dramática El sueño de Escipión, K. 126, en honor del recién nombrado príncipe arzobispo de Salzburgo, Hieronymus Colloredo, quien habría de ser su detestado patrón. En el otoño, Mozart y su padre iniciaron su tercer viaje a Italia, llegando a Milán a principios de noviembre. Hacia el fin de diciembre se puso en escena en Milán su drama en música Lucio Silla, K. 135. Sin embargo, Mozart no estuvo ocioso el resto del año 1722 ya que antes de emprender el viaje a Italia había escrito, además de la Sinfonía no. 20, las sinfonías 15, 16, 17, 18, 19, 21 y 50.

Es interesante notar que entre las sinfonías anteriores a la K. 133 hay al menos una decena que constan solamente de tres movimientos, es decir, que están construidas sobre al modelo antiguo (por así llamarlo) de la obertura/sinfonía. La Sinfonía no. 20, en

cambio, ya contiene los cuatro movimientos contrastantes tradicionales. Entre ellos, el último movimiento tiene la peculiaridad de no llevar indicación de tempo, pero se asume que, siguiendo la usanza de la época, debe ser un allegro. Otra característica destacada de la Sinfonía no. 20 es su singular orquestación. Como puede verse no sólo en el catálogo sinfónico de Mozart sino también en el de su ilustre predecesor, colega y amigo Franz Joseph Haydn (1732-1809), la orquestación convencional (sobre todo en el caso de las sinfonías tempranas) constaba de dos oboes, dos cornos y cuerdas; en su Sinfonía no. 20, Mozart añade una flauta y dos trompetas, y la presencia de estos dos instrumentos es particularmente extraña, ya que por lo general su inclusión en una partitura orquestal implicaba casi automáticamente la de los timbales, que aquí están ausentes y, por costumbre, se extrañan. El segundo movimiento de la Sinfonía K. 133 está delicadamente orquestado para cuerdas y flauta, mientras que el movimiento final avanza extrovertidamente con el impulso de una brillante giga.

JORGE TORRES SÁENZ (1968)

La despedida

Compositor de oído refinado y atento, el mexicano Jorge Torres Sáenz comprende y asume cabalmente los retos de balance dinámico que surgen cuando se compone para voz con acompañamiento instrumental numeroso, en el entendido (un entendido que muchos no han comprendido ni comprenden) de que la prioridad es que se escuche con claridad la voz y lo que se canta. En ese espíritu, Torres Sáenz ha escrito su obra La despedida para mezzosoprano solista complementada por una discreta dotación de piano y cuerdas.

Escribe el compositor sobre La despedida:

‘Al comienzo de todo comienzo y al final de todo final’, nos dice Edmond Jabès ‘hay una palabra ineludible contra la que nos topamos: la palabra Adiós’.

Pero también ‘Eternidad, Infinito. Muerte, Nada [son términos] que permanecen siempre, para nosotros, como palabras ilegibles, inviolables’. En algún punto el enigma que deja la partida definitiva del amigo amado nos obliga a comparecer frente a un abismo tan insondable como la muerte misma. Después, la caída inevitable. Pero la música y la poesía, como el hilo palpitante de lo vivo [aún] nos sostienen e, incluso, con suerte, podrían traernos de vuelta a este lado de la existencia. La despedida es el canto que emana de ese comparecer. Para la pieza, traduje y adapté de forma libre un poema de Los soles ponientes, compuesto por Víctor Hugo en la primavera de 1829.

Fue realizada gracias a la amable comisión de la Coordinación Nacional de Música y Ópera del INBAL, y está dedicada a la memoria de tres entrañables

amigos: Mario Lavista, Joaquín Gutiérrez Heras y Eugenio Toussaint.

Como referencia puntual, vale decir que la dedicatoria de la partitura dice, exactamente, A mis amados muertos, Mario, Joaquín, Eugenio. No está de más señalar que este trío de dolorosas ausencias representa, a la distancia y en el presente, el vacío físico que han dejado esos tres compositores mexicanos de importancia capital, un vacío que es llenado en buena medida por sus respectivos y notables legados musicales.

Cabe mencionar que Edmond Jabés (1912-1991), el personaje citado al inicio del texto de Jorge Torres Sáenz, fue un escritor franco-egipcio-judío, combinación cultural que definió de manera puntual y fascinante sus líneas de conducta creativa. También es pertinente señalar que Jorge Torres Sáenz es un compositor que siempre ha estado muy cercano a la poesía, a veces como fuente directa de sus obras vocales, a veces sólo como cimiento y referencia. De Víctor Hugo, en particular, he aquí la versión original de su poema:

Le soleil s’est couché ce soir dans les nuées; Demain viendra l’orage, et le soir, et la nuit;

Puis l’aube, et ses clartés de vapeurs obstruées;

Puis les nuits, puis les jours, pas du temps qui s’enfuit!

Tous ces jours passeront; ils passeront en foule

Sur la face des mers, sur la face des monts, Sur les fleuves d’argent, sur les forêts où roule Comme un hymne confus des morts que nous aimons.

Et la face des eaux, et le front des montagnes, Ridés et non vieillis, et les bois toujours verts S’iront rajeunissant; le fleuve des campagnes

Prendra sans cesse aux monts le flot qu’il donne aux mers.

Mais moi, sous chaque jour courbant plus bas ma tête, Je passe, et, refroidi sous ce soleil joyeux, Je m’en irai bientôt, au milieu de la fête, Sans que rien manque au monde immense et radieux!

De este original, Jorge Torres Sáenz ha realizado, más que una traducción directa, una versión libre, que es la materia textual de La despedida. Hela aquí:

Es tarde, se ha puesto el sol entre las nubes; más tarde habrá tormenta, y en la tarde y la noche; y la aurora de obstruidos vapores; luego las noches y luego los días, ¡pasos del tiempo que huye!

Esos días pasarán, y pasarán en tromba sobre la faz de los mares, sobre la faz de los montes, sobre los ríos de plata, sobre los bosques do rueda como un himno confuso de los muertos que amamos.

Y el rostro de las aguas, y el sereno perfil de las cumbres, y los bosques en su eterno verdor, ahora, sin falta rejuvenecerán; y el arroyo agreste al monte robará la onda que al mar entregue.

Pero yo, curvado por el peso de los días, yo pasaré con frío, bajo este cielo alegre, me marcharé muy pronto, sin que nada le falte al mundo, ¡inmenso y radiante!

La presencia de las palabras de Víctor Hugo en esta obra permite anotar que, en otras partituras suyas, Jorge Torres Sáenz ha abor-

dado textos de Sor Juana Inés de la Cruz, Jaime Moreno Villarreal, Luis Ayllón, y una nana tradicional asturiana.

La escritura de Torres Sáenz en La despedida es austera, refinada y expresiva, y la pieza está marcada al inicio como tranquillissimo, denotando un estado de ánimo al que el compositor se mantiene fiel hasta el final, con apenas algunos cambios mínimos en el tempo.

La despedida le fue encargada a Torres Sáenz específicamente para el Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez. La partitura fue fechada por el compositor el 30 de mayo de 2022 en Villa del Carbón, México, y la obra recibió su estreno absoluto el 30 de octubre de 2022 en el Conservatorio Nacional de Música, con la mezzosoprano Gabriela Thierry y la Orquesta de Cámara de Bellas Artes dirigida por Ludwig Carrasco.

FRANZ SCHUBERT (1797-1828)

Sinfonía no. 4 en do menor, D. 417, Trágica

Adagio molto – Allegro vivace

Andante

Menuetto: Allegro vivace

Allegro

No hay duda de que la obra más popular de Franz Schubert es su Octava sinfonía, la famosa Inconclusa, que por complejas razones históricas y de catalogación recientemente se ha convertido en su Séptima. Esto no deja de ser interesante si se considera que la música sinfónica no fue la especialidad de este precoz y malogrado compositor. En efecto, una revisión del catálogo de sus obras permite confirmar que la música de cámara y las canciones ocupan, por mucho, los sitios preeminentes en su producción. He aquí una lista de las partituras que Schubert dedicó a la orquesta:

- Ocho sinfonías

- Un bosquejo para otra sinfonía

- Música incidental para Rosamunda

- Música incidental para La Clochette, una ópera de Ferdinand Hérold (1791-1833)

- Ocho oberturas

- Una pieza de concierto para violín y orquesta

- Una polonesa para violín y orquesta

- Un rondó para violín y cuerdas

- Cinco danzas alemanas, con coda, y siete tríos

- Seis minuetos

- Seis tríos

- Fragmentos y bosquejos de obras varias

En el año de 1816, año de la composición de su Cuarta sinfonía, Schubert dedicaba su talento a atender el puesto de maestro asistente en una escuela dirigida por su padre. Dos años de esta tediosa labor habían aburrido a Schubert, y el joven de 19 años buscaba alguna otra alternativa para su vida pro-

fesional. Así, el compositor hizo una solicitud para obtener el puesto de director musical en una escuela de la ciudad de Laibach (que hoy es la ciudad de Ljubljana, Eslovenia, en lo que fue Yugoslavia), solicitud que le fue rechazada y el puesto fue a dar a manos de un músico local de nombre Franz Sokol. Para entonces, Schubert ya había compuesto un buen número de canciones, entre ellas algunas son consideradas hoy como obras maestras. Muchas habían sido escritas sobre textos de Johann Wolfgang von Goethe, cuyos poemas inspiraron las mejores canciones de Schubert. En ese mismo año de 1816, algunos amigos de Schubert trataron de que Goethe se interesara en el trabajo del compositor. En abril, le enviaron a Goethe, que por entonces se hallaba instalado en Weimar, un volumen con 16 canciones de Schubert compuestas sobre sus poemas. Contra lo que Schubert y sus amigos hubieran podido esperar, a Goethe no le importaron mucho las canciones. Así pues, al final de 1816, Franz von Schober, uno de los amigos más cercanos de Schubert, lo convenció de que pidiera una licencia en la escuela de su padre, y se lo llevó a vivir con él, para facilitarle su labor creativa.

De este período data la Cuarta sinfonía de Schubert, cuyo sobrenombre de Trágica le fue puesto por el propio compositor. ¿Por qué Trágica? Por la sencilla razón de que por aquellos tiempos era muy usual el tratar de asociar cierto tipo de música con ciertos estados de ánimo. Esa tendencia, por cierto, aún tiene cierta vigencia en nuestro tiempo. Como referencia a este estado de ánimo en particular, cabe recordar que Johannes Brahms (1833-1897) compuso una Obertura trágica, y que la Sexta sinfonía del compositor inglés Havergal Brian (18761972) lleva el mismo sobrenombre. De inicio, pudiera afirmarse que Schubert escuchó lo trágico de su sinfonía en la oscura tonalidad de do menor que eligió para la obra. Sin embargo, muchos musicólogos han negado que haya algo de realmente trágico en esta sinfonía. Percy Goetschius, por ejemplo, afir-

maba que el sobrenombre de Trágica había sido un gran error de Schubert, ya que un adolescente de 19 años no podía tener ni la más remota idea de lo trágico y de la tragedia. Evidentemente, el señor Goetschius se equivocaba. ¿Quién dice que las tragedias ocurren sólo en la época madura de la vida de los hombres? De cualquier modo, si hay algo trágico que pueda detectarse en la Cuarta sinfonía de Schubert, al menos según los cánones de la tradición romántica, seguramente se encuentra en la introducción de la obra. Como preámbulo al tradicional allegro de sonata inicial de una sinfonía, Schubert propone un breve episodio introductorio lento, oscuro, melancólico... quizá trágico, un poco a la usanza de ciertas sinfonías de Joseph Haydn (1732-1809). De inmediato viene el Allegro, cuyo tema principal ha sido identificado con una melodía de la ópera Orfeo y Eurídice de Christoph Willibald Gluck (17141787). Lo trágico de esta sinfonía (si en verdad existe) vuelve a aparecer en el último movimiento, relacionado temáticamente con el primero. Para el final de la obra, sin embargo, lo trágico cede el paso a la brillantez y el optimismo, cuando Schubert decide concluir la Cuarta sinfonía en la radiante tonalidad de do mayor.

Al parecer, esta sinfonía no fue ejecutada en público en vida del compositor. Se menciona, cuando mucho, una posible interpretación privada realizada para beneficio del compositor y sus amigos. El estreno público de la Sinfonía Trágica de Schubert se realizó en Leipzig el 19 de noviembre de 1849, más de 20 años después de la muerte de Schubert. La ejecución estuvo a cargo de la Sociedad Euterpe, bajo la batuta de August Ferdinand Riccius.

Jorge Vázquez, DIRECTOR

Jorge Vázquez ha cautivado a músicos y audiencias de todo el mundo por ofrecer en sus conciertos una “interpretación dinámica” y por su capacidad para “recuperar el deseo ferviente de los compositores”. Actualmente es Director Artístico y Fundador de Filarmonía en México. Ha sido Director Asistente en la Ópera Nacional de Polonia y Director Artístico de la Miami Chamber Orchestra.

Calificado por la crítica como un “virtuoso director” Vázquez se ha establecido como uno de los directores líderes de su generación presentándose regularmente en países como Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Rusia, Francia, Italia, España, Polonia, República Checa, Argentina, Portugal, Rumania y México. Ganó el Primer Lugar en el concurso internacional “4X4 Prizes for Composers and Conductors” organizado por la Universidad de Oklahoma y el Primer Lugar en el concurso “Nuevos Talentos en Dirección de Orquesta” de la Orquesta Sinfónica de Xalapa. Fue ganador del concurso Sergey Kussewitzky en Italia y fue Laureado en el International Conducting Competition Bucharest en Rumania.

Jorge Vázquez ha dirigido orquestas como la City of Birmingham Symphony Orches-

tra, Orchestre National d’Île de France, MDR Leipzig Radio Symphony, Rochester Philharmonic, Fort Worth Symphony Orchestra, Orquesta de la Ópera Nacional de Polonia, Orquesta Sinfónica Nacional de México, Orchestre de Picardie, Filarmónica George Enescu, Ensamble de la Orquesta de Cadaqués, Orquesta Filarmónica de Málaga, Kielce Philharmonic, Olsztyn Philharmonic, Hradec Kralove Philharmonic, Orquesta de la Academia del Teatro Colón, Berlin Sinfonietta, OFUNAM, Orquesta Sinfónica de Xalapa, University of Oklahoma Symphony Orchestra, Gwinnett Symphony Orchestra, Miami Music Festival Symphony Orchestra, Orquesta Sinfónica de Michoacán, Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, Orquesta Sinfónica de Oaxaca, Orquesta Sinfónica de Tamaulipas, Orquesta Filarmónica de Querétaro, Orquesta Sinfónica de Hidalgo y la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.

Estudió dirección bajo la invitación del afamado maestro Grzegorz Nowak, Director Permanente Asociado de la Royal Philharmonic de Londres y Director Titular de la Ópera Nacional de Polonia. Ha asistido a Nowak en ensayos, producciones operísticas, conciertos y grabaciones con la Royal Philharmonic de Londres, Ópera Nacional de Polonia, Orquesta Clásica Santa Cecilia en Madrid y Sinfonia Varsovia. Vázquez fue premiado con el primer Miami Symphony Conducting Fellowship en la historia de la orquesta asignado por su director titular Eduardo Marturet.

Ha tomado clases con directores de renombre internacional como José Serebrier, David Effron, Nicolás Pasquet, Johannes Schlaefli, Giancarlo Guerrero, Lior Shambadal, Manuel Hernandez Silva, Enrique Arturo Diemecke y Neil Varon. A la vez ha ganado invitaciones de una selección de directores de todo el mundo para dirigir en el Weimar Conducting Masterclasses organizado por la Hochshule für Musik Franz Liszt Weimar, Summer Conducting Institute en la Eastman School of Music y la International Masterclasses Berlin.

Frida Portillo MEZZOSOPRANO

Frida Portillo comenzó sus estudios musicales en el Conservatorio de Música y Artes de Celaya, y posteriormente en la Escuela Superior de Música donde concluyó su licenciatura en canto clásico bajo la tutela de Amelia Sierra. Ganó el primer lugar en el Concurso de Canto Maritza Alemán de la Escuela Superior de Música, el premio del director en el concurso de ópera de San Miguel y el tercero en el Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli. Ha participado en producciones de El conde Ory, La ocasión hace al ladrón, La escalera de seda y el Barbero de Sevilla de Rossini, La Traviata de Verdi, Alicia y despertar al sueño de Ibarra,La violación de Lucrecia de Britten, La Medium de Menotti, las chinas de Gluck, Gianni Schicchi de Puccini, La finta giardiniera, Las bodas de Fígaro, de Mozart presentadas en diversos escenarios del país. Participó en el estreno en México de la Finta semplice de Mozart, así como en Anacleto Morones de Víctor Rasgado en el Festival Internacional Cervantino 2017. En 2018 participó en una Gala Rossini a lado del tenor Javier Camarena, en un homenaje al tenor Ramón Vargas y en la nueva producción de Macbeth de Verdi con el barítono Alfredo Daza,todas estas en

el Palacio de Bellas Artes. Fue solista en el Gloria de Vivaldi con la OFUNAM bajo la dirección de Massimo Quarta, así como en el Requiem de Mozart con la OSIDEM. En junio de 2019 participó como solista en el Requiem de Verdi con la OSUG, bajo la batuta de Jorge Mester. Así mismo en 2019 debutó en Ontario Canadá en la ópera Ariadne auf Naxos de R. Strauss bajo la dirección de Philip Morehead. En octubre de 2019 formó parte del estreno en México de El Gran Macabro de György Ligeti con la orquesta juvenil Eduardo Mata y bajo la batuta de Ludwig Carrasco. En diciembre de 2020 participa como solista invitada en la Gala de Aniversario del Teatro Bicentenario, bajo la batuta de Iván López Reynoso. En julio de 2021 participa en el ciclo de recitales líricas del mundo en el Teatro Juárez. En septiembre de 2021 participa como solista invita en la Gala de Ópera mexicana en el Palacio de Bellas Artes. En mayo de 2022 participa con la OSEM en el estreno en México de La ciudad muerta de Erich Korngold, bajo la batuta de Rodrigo Macías. Así mismo en junio de 2022 participa en el estreno en México de la ópera Stonewall de Iain Bell, en el Teatro de la ciudad Esperanza Iris. En septiembre de 2022 participa con la OJUEM como solista en el estreno mundial de la ópera “La sed de los cometas” de Antonio Juan-Marcos, bajo la batuta de José Areán. Así mismo en el marco del 50 aniversario del FIC (Octubre, 2022), participa como mezzosoprano solista con la OSUG, en la 8va sinfonía de Gustav Mahler , bajo la batuta de Roberto Beltrán.Fue beneficiaria del Estudio de Ópera de Bellas Artes, FONCA-INBA en el periodo 2017-2018.

ORQUESTA SINFÓNICA DE LA UNIVERSIDAD DE GUANAJUATO

Director titular

Roberto Beltrán Zavala

Violines Primeros

Dmitry Kiselev - Concertino

Héctor Hernández Pérez –Asistente de concertino

Maksim Smakkev

Jorge Luis Torres Martinez

Luis Enrique Palomino

Katherine Giovanna Ramírez

Urpi Dainzú Holguin González

Yessica Melgar

David Jesús Viña

Pedro Zayas Aleman

Violines Segundos

Sergio Andrés González * (-)

Claudia Valeria Blanco Mota ** (-)

Elizabeth Martínez Ramírez

Maria Camila Florez

Andrés Idelfonso Gallegos

Rodríguez

Carlos Alberto López García

Moab Alberto González López

Fidel Berrones Goo

Oscar González

Violas

Alexander Applegate *

Lydia Bunn **

Augusto Antonio Mirón Pleitez

Betsabé Jiménez Valencia

Carlos Reyes Hernández

Anayantzi Oropeza Silva

Oscar Pinedo Nava

Violonchelos

Michael Severens *

Bruno Mente ** (-)

Luis Gerardo Barajas Bermejo

Fernando Melchor Ascencio

Fortunato Rojas Francisco

Omar Barrientos

Contrabajos

Russell Brown *

Óscar Argumedo González *

Jorge Preza Garduño

Rodrigo Mata Álvarez

Pedro Álvarez Vigil

Guillermo Caminos López

Andrés Peredo Plascencia

Flautas

Cuauhtémoc Trejo *

Laura Gracia ** (-)

Marcela Reyes Colon ***

Oboes

Héctor Fernández *

Jorge Arturo García Villegas

Clarinetes

Hugo Manzanilla *

Heather Millette ** - Clarinete

Piccolo

Fagotes

Katherine Snelling *

Ariel Rodríguez Samaniego

Cornos

Claire Hellweg *

Darío Bojórquez **

Michelle Pettit

Daniel Norman

Apolinar Alavez Salas

Trompetas

Macedonio Pérez Matías *

Juan Cruz Torres Díaz **

José Cayetano Hernández Díaz

Trombones

Louis Olenick *

Gil Martínez Herrera

Trombón bajo

John Swadley

Tuba

Salvador Pérez Galaviz *

Timbales

Óscar Samuel Esqueda

Velázquez *

Percusiones

Mario Alonso Gómez Sosa **

Octavio Zapien González

Alan Sánchez Sánchez Ulises Hernández

Piano

Iván Hugo Figueroa **

Personal Administrativo OSUG

Alejandro Guzmán Rojas

Gerente

Carolina de la Luz Pérez Cortés Coordinadora de personal

Lilian Bello Suazo Coordinadora de producción Diseñadora

Juan Carlos Urdapilleta Muñoz Coordinador de Biblioteca

Atziri Joaquin Ramos

Coordinadora de relaciones públicas

Zugehy Alejandra Soto

Vázquez Administradora

Paulina Torres Ordaz Servicio profesional

Cuauhtémoc Vega

Gustavo Emilio Espinosa

Manuel Gutiérrez

Auxiliares técnicos

Programa de mano Notas al programa:

Juan Arturo Brennan

Corrección de notas:

Jonathan Mirrus

Fabiola Correa

*Principal | **Co-principal ***Invitado | (-) Temporal

DR. LUIS FELIPE GUERRERO AGRIPINO Rector General

DRA. CECILIA RAMOS ESTRADA Secretaria General

DR. SERGIO ANTONIO SILVA MUÑOZ Secretario Académico

DR. SALVADOR HERNÁNDEZ CASTRO Secretario de Gestión y Desarrollo

DR. JOSÉ OSVALDO CHÁVEZ RODRÍGUEZ Director de Extensión Cultural

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