XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014
Eje: Intervención profesional: contextos, escenarios y estrategias metodológicas
LA CONSTRUCCIÓN DE PERSPECTIVAS TEÓRICAS PROFESIONALES. UNA EXPLORACIÓN ACERCA DE LA DIMENSIÓN TEÓRICA DE LA INTERVENCIÓN EN TRABAJO SOCIAL. Alicia Genolet1 Carmen Lera2 Verónica Rocha3 Lorena Guerriera4 Silvina Bolcatto5 Zunilda Schoenfeld6 Resumen: La presente ponencia se inscribe en el marco del proyecto de investigación denominado: “Trabajo Social: indagaciones sobre las perspectivas teóricas presentes en las intervenciones profesionales de trabajadores sociales que se desempeñan en la ciudad de Paraná y Santa Fe” que se desarrolla actualmente en la Facultad de Trabajo Social UNER. Nuestro interés consiste en captar, desde las propias voces de los profesionales, las principales categorías y conceptos que operan y la relevancia de estas herramientas teóricas en el proceso de intervención. Algunas de las preguntas que orientan la presentación de esta ponencia son: ¿Cómo se construye la práctica profesional? ¿Qué teorías obran en esas prácticas? Se apela a las producciones de la propia disciplina en la interpretación de las situaciones sociales o cuales teorías adquieren mayor prevalencia? ¿Qué lugar tiene lo disciplinar en la interpretación de los problemas que aborda la organización institucional? ¿Cómo esas argumentaciones acerca de las situaciones o problemas disputan o conviven con otros discursos disciplinares? 1
Alicia Genolet Docente e investigadora de la carrera de Trabajo social de la UNER asgenolet@gmail.com 2 Carmen Lera. Docente e investigadora de la carrera de Trabajo social de la UNER carmenineslera@yahoo.com.ar 3 Veronica rocha Docente e investigadora de la carrera de Trabajo social de la UNER veritorocha@yahoo.com.ar 4 Lorena Guerriera Docente e investigadora de la carrera de Trabajo social de la UNER. lorenaguerriera@gmail.com 5 Silvina Bolcatto Docente e investigadora de la carrera de Trabajo social de la UNER. <bolcattosilvina@hotmail.com 6 Zuni Schoenfeld Docente e investigadora de la carrera de Trabajo social de la UNER. zunildas@gmail.com
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Introducción: La presente ponencia se inscribe en el marco del proyecto de investigación denominado: “Trabajo Social: indagaciones sobre las perspectivas teóricas presentes en las intervenciones profesionales de trabajadores sociales que se desempeñan en la ciudad de Paraná y Santa Fe” que se desarrolla actualmente en la Facultad de Trabajo Social UNER. Si bien el proyecto tiene un incipiente desarrollo, y por tanto la posibilidad de presentar resultados es acotada, la pregunta por la intervención profesional en Trabajo Social, ya sea en el campo profesional como en la formación académica, desata un sinnúmero de connotaciones, contradicciones y polémicas, puestas a consideración, algunas de ellas, en este apartado. La preocupación por la intervención y al interior de ella lo metodológico, ha caracterizado las producciones del campo profesional durante varias décadas. En ese sentido, se observan que estudios sobre los procesos de configuración de la disciplina, refieren fundamentalmente a los modos de vinculación del Trabajo Social con las ciencias sociales, donde mientras algunos, la ubican como tributaria de otras disciplinas, otros destacan sus aportes fructíferos
en tanto productora de
conocimientos. En esa línea de búsqueda, se señala lo que viene aconteciendo desde hace un tiempo, en cuanto a la importancia que cobran las categorías teóricas en el proceso de construcción de las problemáticas en las que intervienen las y los profesionales de trabajo social; y, en sintonía con estos planteos, se observan modificaciones en los planes de estudio de las carreras de Trabajo Social, entre ellas la de nuestra facultad. A través de entrevistas realizadas a trabajadoras/es sociales de la Ciudad de Santa Fe y Paraná, nuestro interés es captar, desde las propias voces de los profesionales, las principales categorías y conceptos que operan, a modo de guía, en las decisiones tomadas, en el esfuerzo por identificar la relevancia de las herramientas teóricas en el proceso de intervención. Desde ya, un profundo agradecimiento a quienes, con sus testimonios, nos permitieron bucear sobre este objeto. Algunas de las preguntas que orientan la presentación en este trabajo son:
¿Cómo se construye la práctica profesional?
¿Qué teorías obran en esas prácticas?
¿Se apela a las producciones de la propia disciplina en la interpretación de las situaciones sociales? o ¿cuáles teorías adquieren mayor prevalencia?
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¿Qué lugar tiene lo disciplinar en la interpretación de los problemas que aborda la organización institucional?
¿Cómo esas argumentaciones acerca de las situaciones o problemas disputan o conviven con otros discursos disciplinares?
La preocupación que subyace en esta investigación es cuales son los modos en que el trabajo social puede incidir y contribuir desde la construcción de perspectivas o puntos de vista profesionales, en la disputa por la definición, las interpretaciones y las prácticas instituidas para el abordaje de los problemas sociales.
1. Algunos aportes conceptuales en relación a la dimensión teórica en la intervención profesional. Partimos de considerar a la intervención profesional como una construcción históricosocial, de carácter teórico-práctico, mediada por las características del contexto, (transformaciones
contemporáneas
de
lo
social,
político,
económico)
y
específicamente por las intersecciones que surgen entre cuestión social y políticas sociales. En este escenario, se objetivan las manifestaciones de la cuestión social expresadas en la vida cotidiana de los sujetos. Éstas generan tensiones, contradicciones que afectan las condiciones de vida de la población y obstaculizan su reproducción social. En este entramado, que presenta significativa densidad, las herramientas teóricas constituyen orientaciones en el proceso de intervención. Son muchos los colegas trabajadores sociales que tomaron el reto de problematizar sobre esta dimensión de la intervención profesional. Los aportes, análisis y reflexiones respecto de esta preocupación se han pronunciado fundamentalmente durante las últimas décadas y han adquirido mayor relevancia en los últimos años el desarrollo de investigaciones así como las producciones en el marco de la formación de postgrados: tesis de maestrías y doctorados,
que han contribuido al debate
contemporáneo sobre esta temática recurrente y de permanente actualidad en el colectivo profesional. Sólo para mencionar algunas referencias, a modo de partir este trabajo planteando muy brevemente desde donde y como concebimos a la dimensión teórica en el proceso de intervención profesional, podemos decir que: Coincidimos con la Lic. Inés Torcigliani (2002) cuando refiere al componente teórico como el conjunto de proposiciones cuya lógica de construcción es sobre un campo determinado de problemas reales, que son construidos como objetos de conocimiento. Se trata de la construcción de puntos de vista y abre la posibilidad de interpretar y
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participar de la disputa por las interpretaciones acerca de las problemáticas que le competen profesionalmente al trabajador social. De manera que en la intervención nos hallamos en presencia de objetos pre-construidos (Bourdieu 1979) a partir de los cuales se hace necesario cuestionar o interpelar las interpretaciones del sentido común, o prenociones, en un proceso de elaboración teórica que dé fundamento o sustento a la misma. En cuanto a la importancia de la mediación teórica en la intervención, acordamos con Nora Aquín (1999) cuando sostiene que, sin esta mediación la intervención se torna indiscriminada. Si no se redefinen sus contenidos, es imposible re significar la práctica. En síntesis, partimos en esta investigación de considerar que este proceso de intervención se construye desde un lugar teórico. En la medida en que se centra en las manifestaciones de la cuestión social, las que se expresan en la vida cotidiana de sujetos, grupos, poblaciones, con determinadas dificultades, conflictos, necesidades, obstáculos que ponen en riesgo su producción y reproducción social. La investigación profunda de esas manifestaciones de la vida cotidiana posibilitará interpretar y nombrar las situaciones problemáticas que serán objeto de intervención orientando los cursos de acción posible.
2- Los puntos de vista de algunos profesionales. Dimensión teórica e intervenciones. Decíamos párrafos arriba, que en los últimos años, la cuestión teórica comienza a ser tematizada. Dado que nuestro interés es capturar los modos en cómo esta dimensión se traduce en las prácticas profesionales, decidimos realizar una primera selección de nuestros informantes considerando: -
Profesionales vinculados a distintos campos y temáticas: Salud, Educación, Familia, Niñez, Vejez, Seguridad, Violencias.
-
Con relación de dependencia administrativa a organismos públicos y privados de la municipalidad, provincia o nación de Entre Ríos y Santa Fe.
-
de diferentes edades, recibidos en distintos años, currículas y planes de estudios
En este apartado tomaremos. a partir de los insumos provenientes de las entrevistas, los principales núcleos referidos a los recursos teóricos. Debemos reconocer que la decisión de generar líneas de investigación sobre la propia disciplina, supone ponernos frente a nosotros mismos en un intento de revisar nuestra formación y nuestras prácticas. Es un desafío que nos interpela de manera diferente al momento de relevar información y construir el dato, que cuando indagamos sobre otras temáticas especificas.
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Pareciera suceder que al investigar sobre la propia disciplina, el camino hacia la conformación del corpus empírico resulta bastante más impactante, casi neurálgico, incluso el diseño de la estrategia metodológica implicó un plus extra de esfuerzo en su formulación y revisión. En este sentido la lógica de esta ponencia intentará una modalidad de ida y vuelta entre el trabajo empírico, las perspectivas teóricas que nos orientan y las discusiones y repreguntas que al interior del equipo nos fuimos haciendo. Así entonces debatimos respecto a la mejor manera de construir las preguntas para el relevo en el trabajo de campo reconociendo al trabajo de la pregunta, de la interpelación, como aquel que exige mediante un dialogo o conversación, revisar su propio quehacer cotidiano en orden a diseñar una narrativa propia acerca de los temas explorados. Las preguntas realizadas fueron rodeando el tema de la dimensión teórica de la intervención profesional, intentando abordar este objeto desde una lógica que articule, desde diferentes lugares, pistas a sistematizar para arribar así a algunas conclusiones posibles. Hoy luego del análisis de varias entrevistas y del incipiente corpus empírico construido, vemos se torna difícil distinguir con claridad la mirada teórica que distingue a cada práctica de intervención, sino que la misma se diluye mas en aspectos instrumentales, metodológicos. Esta primera lectura nos invita a repreguntarnos sobre el tema investigado así como también por las preguntas a utilizar en las entrevistas, dado que aparecen poco explicitados los conceptos y las perspectivas teóricas, en el discurso de los profesionales. Será, tal vez, que los supuestos teóricos que operan en el ejercicio profesional están tan invisibilizados en los profesionales, que la posibilidad que tienen de ponerlo en palabras implica un esfuerzo más importante del sospechado? Es decir unas de las regularidades que se pueden leer de las entrevistas refieren, justamente, a que la dimensión teórica no surge de los relatos como algo inmediato. Sí, en cambio esta dimensión aparece más claramente asociada al momento de tener que dar cuenta argumentada de posiciones y perspectivas al interior de los equipos de trabajo y en los debates interdisciplinarios, interrogándose sobre su participación y la disputa de la palabra. Si bien algunos relatos refieren al déficit de herramientas teóricas en la formación de los Trabajadores Sociales, dicha referencia es vinculada, casi de manera inmediata, a los campos temáticos específicos.
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En el trabajo de las entrevistas, se pudo identificar como un importante indicador, el reconocimiento de la necesidad de capacitarse en la delimitación de las áreas de inserción. Aquí el lugar asignado a las especializaciones, a las maestrías, es un referente importante a considerar desde la academia para repensar las ofertas de formación. Tal es el caso de Sara que plantea: “Puntualmente desde la profesión… a mí me está ayudando mucho la especialización en políticas de niñez, adolescencia y familia, porque es formarme específicamente en las temáticas en las que trabajo. Yo comparto totalmente el objetivo que tiene la Secretaría, y me gusta trabajar por ese objetivo, entonces siempre pienso (…) en función de eso, o sea lo que a mí me va aportando (la especialización), para entender lo que es un sistema de protección y entender lo complicado que es; y, las cuestiones que uno puede aportar para construirlo, porque en realidad es algo que no está…” La necesidad de hacer visible la palabra profesional en los temas problemas, vinculándola a las manifestaciones de la cuestión social, forma parte del interés en referencia a lo teórico; esto se ve potenciado cuando la institucionalidad social constituida en algunos campos, ha logrado poner determinados temas en agenda pública. La posibilidad que tienen algunos temas de imponerse socialmente y lograr visibilidad y tratamiento, ha obligado a muchos profesionales a tener que re-posicionarse y redefinir no solo prácticas sino también, modos de concebir el problema de abordaje. Estos debates sociales, estas disputas de sentido sobre temas fundamentales para nuestras sociedades como la ley de protección integral de niñez, adolescencia y familia, la de matrimonio igualitario, la de violencia de género, la ley de salud mental, entre otras, van dando cuenta de un Estado que vuelve a tomar las riendas de lo social, haciéndose cargo
de la responsabilidad que le compete en el diseño de
políticas que aborden los problemas de desigualdad y de exclusión social. Pero aún así, la conexión que las y los profesionales entrevistadas/os pueden hacer a partir de la pregunta realizada, nos traslada más bien al orden de lo regulatorio, de la ley como norma, de lo procedimental, del protocolo, problematizándose tímidamente sobre las transformaciones conceptuales acuñadas en esos cambios y con ellas, el cambio de paradigma que proponen. Si bien, en algunos casos se identifica una clara apropiación del discurso, no pareciera que las prácticas, al menos no en todos los casos, acompañen en el mismo sentido estas transformaciones.
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Intentando dialogar con Torcigliani (2002), quien plantea la importancia de la investigación como herramienta para la producción de conocimientos en trabajo social y ésta a su vez, como camino ineludible para mejorar las prácticas profesionales, debemos preguntarnos si esto es así, como lograr construir un proyecto profesional transformador de la realidad, cuando la mayoría de los profesionales entrevistados no tienen el registro de la necesidad de investigar para redefinir sus prácticas, al menos dentro de sus prioridades y principales preocupaciones, o al decir de Malcom Payne (1995) no sienten la necesidad de saber de dónde procede su teoría, ni de qué forma difiere una teoría de la otra o si están conectadas entre sí. Vale entonces aquí recuperar la perspectiva de Bibiana Travi (2001: 96) quien tomando los aportes de Rosana Guber sostiene que los problemas no tienen vida propia dado que dependen de la construcción que el analista realiza, que es el que lo define, clasifica, explica y evalúa (Subirats, J: 1989). De manera que en la intervención nos hallamos en presencia de objetos pre-construidos (Bourdieu 1979) y a partir de los cuales se hace necesario romper con las interpretaciones del sentido común, con las prenociones, en un proceso de elaboración teórica que de fundamento o sustento a las mismas. De acordar con esta perspectiva, estaríamos teniendo que reconocer que más allá de lo que hemos podido capturar sobre el componente teórico de las prácticas profesionales, toda intervención implica un proceso racional que pone en juego supuestos y saberes, aún cuando no logre el entrevistado poder argumentarlo y dar cuenta explicita de ellos. Tal como dice Karsz (2006) el desafío es localizar las concepciones, los conceptos, los saberes y por supuesto también las ignorancias: elementos todos ellos de los que uno mismo no está generalmente al corriente, pero que de hecho funcionan en el quehacer cotidiano. También podríamos reflexionar sobre esto en el sentido de lo que plantea Nora Aquín (1999) quien sostiene que lo que está faltando es la posibilidad de construir mediaciones del orden de lo teórico. Tal vez no es que hay ausencia de perspectivas teóricas desde donde pensar la realidad, el mundo, el sujeto, los problemas, la disciplina sino que no es posible dar cuenta de ellas a través de mediaciones conceptuales. Aquin (1.999), sostiene que “nuestra profesión se define fundamentalmente en el terreno de la intervención”…” responde a la necesidad de modificar, de transformar, de restituir, de cambiar”…” su eje no está centrado en el espacio racional sino que contiene a lo racional como mediación, pero se define en el campo de la práctica real.
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Es la práctica real la que modifica; las ideas operan como mediaciones, no transforman la realidad directamente sino como mediación. Pero es tan importante esta mediación, que si no se redefinen sus contenidos es imposible re significar la práctica”. Buscando entonces algunos rastros que nos permitan realizar inferencias sobre perspectivas y posicionamientos, encontramos pistas comunes respecto a la concepción del sujeto. Uno de los indicadores que nos habilita leer el lugar del “otro” en las intervenciones profesionales es el modo en que los mismos refieren a la construcción del vínculo Trabajador Social – Sujeto. Un vínculo referenciado como intersubjetivo, interpersonal, necesario para definir las intervenciones. En este vínculo, según expresiones de los colegas puede verse a ese sujeto como producido, como histórico, en su dimensión social y colectiva, como parte de un contexto que los condiciona y en algunos casos los determina, pero también y a la vez, un sujeto con capacidad de producir. Es decir si bien la idea de tutela está fuertemente arraigada a la historia de nuestra formación disciplinar, los profesionales entrevistados realizan un permanente esfuerzo en desandar este paradigma incluso al interior de las organizaciones institucionales en las que ejercen su profesión. A pesar de haber entrevistado trabajadores sociales formados en diferentes épocas y planes de estudios, el lugar asignado al “otro” como un sujeto con derechos vulnerados, pareciera no negociarse. Aquí resaltan fuertemente los discursos estigmatizantes que recorren las lógicas institucionales, como uno de los principales y más comunes obstáculos a enfrentar y vencer para poder articular algunas prácticas en sentido de restitución de derechos. La mirada peyorativa, prejuiciosa sobre ese “otro”, sobre el “destinatario”, el “usuario”, el “beneficiario”, merecedor o no merecedor de determinados bienes y servicios, opera definitivamente como barrera simbólica para articular las intervenciones en el marco de las políticas sociales. Pero no solo los discursos sobre el sujeto operan en término de limitaciones profesionales sino también, remarcan los entrevistados, los imaginarios construidos en torno a la profesión, al rol asignado y los mandatos predeterminados sobre el “deber ser” en cada institución. En algunas de las entrevistas los vinculan a lugares devaluados en el estatus profesional, al lugar solo del “hacer” lo que otros definen. “En general te ven como la chica de los mandados, tal cual, entonces…, pero bueno es lo que está en el imaginario también de otras profesiones, pero mucho también tiene que ver con la propia construcción que nosotras hacemos” (Clara)
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Desandar esas lógicas, es otro de los recorridos que deben enfrentar quienes pretender instalar prácticas diferentes. También aparece, por ahora en una de las entrevistas, el reconocimiento del lugar profesional del trabajador social: “Aquí la palabra del Trabajo Social es respetada y reconocida. “Como el médico en salud, el abogado en la justicia, en el ámbito de desarrollo social el trabajo social es el profesional idóneo. Aquí tiene importancia el rol de la ministra que es trabajadora social” (Mara) En algunas narrativas, puede leerse un fuerte planteamiento en la cuestión del trabajo en equipo, respecto a que otras disciplinas tienen más acotadas, definidas y claras sus especificidades, y el Trabajo Social pareciera que no tanto por lo que queda siempre supeditada su labor, a lo que los otros no hacen. El lugar del “control” y de “vigilancia “sigue siendo uno de los mandatos más fuertemente asignados al trabajo social”. Esto pareciera más cuestionado o menos resistido en algunos profesionales más que en otros. La idea de la interdisciplina aparece la lógica de la derivación, de la coordinación o de la articulación de tipo operativa. Son muy pocos, los que refieren a la posibilidad de pensar colectivamente los escenarios complejos, de construir categorías comunes, de problematizar interdisciplinariamente revisando y redefiniendo al interior de esas categorías las perspectivas de realidad y de construcción del problema. También en términos subjetivos opera la mirada determinista que muchos equipos de profesionales al interior de las organizaciones institucionales, tienen sobre los problemas sociales. Aquí la necesidad de reflexionar sobre esas determinaciones, la capacidad para cuestionar que aporta el Trabajador Social, es una característica que nos diferencia. “Para mí el lugar profesional tiene que ver con traer algo de luz o de reflexión a esta mirada tan determinista de las situaciones ligadas a lo social” expresa Clara refiriéndose al papel que jugamos en las instituciones educativas. El revisar aquello que pareciera no tener posibilidades de ser modificado es una actitud que algunos entrevistados rescatan como aporte disciplinar y que sin lugar a dudas refiere a la posibilidad de problematizar, aun cuando no pueden dar cuenta, de manera explícita desde que lugar teórico logran pensarlo. En este mismo sentido, otras de las regularidades que emergen de los relatos profesionales, refieren a las estrategias que deben generar para evitar una sensación de cierto destierro. Dentro de ellas la posibilidad de generar alianzas con determinados
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actores institucionales habilita, en principio, escuchas diferentes. También refieren a la socialización de material de lectura, a la organización de ateneos, que permita desnaturalizar las perspectivas, trabajando y leyendo grupalmente y conversándolo con los otros. Conclusiones: Para ir cerrando y desde la aún “precariedad” del andamiaje teórico – empírico construido por este equipo de investigación decimos que correrá también por cuenta de la academia, recoger algunas “señales” hacernos cargo de las distancias entre la formación y el ejercicio profesional y asumir el desafío de garantizar los mecanismos pedagógicos necesarios que habiliten al futuro profesional “tomar conciencia, que el estudio, la formación, al trabajo clínico, constituyen la condición necesaria para modificar en algo su práctica, esto es, para tratar de hacer realmente lo que se imagina hacer” (Karsz: 2006). Karsz plantea que la reivindicación teórica representa uno de los compromisos democráticos del Trabajo Social, se trata sobre todo de exigencia conceptual, de cuidado extremo con los conceptos que se utilizan y las problemáticas teóricas e ideológicas que se movilizan, porque sostiene que el problema prioritario del Trabajo Social no es la práctica, sino la teoría. “El trabajo social interviene a propósito de normas, valores, principios, modelos, orientaciones, representaciones e ideales con los cuales y bajo los cuales los usuarios soportan o no soportan, o dejan de soportar, problemas conyugales, administrativos, de vivienda… Aquí reside su potencia, su poder, su eficacia específica. El trabajo social opera sobre las construcciones ideológicas movilizadas por los individuos y los grupos para explicar y explicarse su suerte, para aguantar o para venirse abajo, para resignarse o para rebelarse.” (Karsz, S., 2007:78) Bibliografía de referencia: AQUIN, Nora y otros (2006) La Construcción y Conquista de la autonomía de los trabajadores sociales “Reflexiones en torno a la práctica profesional desde el Espacio Laboral de las ONGS” BOURDIEU, Pierre (2001) “El oficio del sociólogo” Editorial: Siglo XXI ALAYON, Norberto Acerca del quehacer profesional del Trabajo Social en La profesionalización en trabajo social: rupturas y continuidades, de la re-conceptualización a la construcción de proyectos ético-políticos / coord. por Margarita Rozas Pagaza, 2007, ISBN 950-802-241-8 , págs. 9-16
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