CUANDO LA ACADEMIA ATRASA: LA DIVERSIDAD SEXUAL COMO “TEMÁTICA EMERGENTE”

Page 1

XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

EJE: Nuevos campos de intervención: demandas a la formación.

CUANDO LA ACADEMIA ATRASA: LA DIVERSIDAD SEXUAL COMO “TEMÁTICA EMERGENTE” Walter Giribuela1

Resumen El trabajo analiza las características distintivas del Seminario Diversidades sexuales y método biográfico que se dicta para la carrera Licenciatura en Trabajo Social de la Universidad Nacional de Luján. Se parte de considerar falaz la identificación de la diversidad sexual como una temática emergente ya que en realidad lo novedoso del tema es la visibilidad social que el tema ha adquirido en el último tiempo, pero no la práctica que tal concepto conlleva. El trabajo se organiza a partir de la descripción del seminario referido (temas, metodología, etc.) un análisis de los marcos teóricos centrales y la vinculación con aspectos institucionales y políticos imbricados en su desarrollo. Para ello se abordan, además, el papel de los cientistas sociales en la temática y las motivaciones de los estudiantes para cursar este seminario, ya que reviste el carácter de optativo.

Introducción El presente trabajo presenta el modo en que un supuesto nuevo campo de intervención, la diversidad sexual, se relaciona con la formación disciplinar. Decidimos hacerlo en este eje temático2 por dos cuestiones principales: la primera es que se trata del único de los seis en que se organiza el presente Congreso en que se plantea explícitamente la dimensión formativa; la segunda es la peculiar característica de que, un tema como la sexualidad (y, particularmente la disidencia a la pretendida heteronormativadad hegemónica) comienza muy tímidamente a ser tenido en cuenta, aunque tangencial y residualmente, en algunos trayectos formativos de los futuros trabajadores sociales. Respecto del último de los dos aspectos señalados, queremos destacar que, en una profesión donde la vida cotidiana cobra central relevancia, las prácticas sexuales (prácticas que, por cierto, son constitutivas de cotidianidad) ocupan, en el mejor de los casos, un lugar absolutamente marginal. 1

Lic. en Trabajo Social. Profesor adjunto e Investigador del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Luján (UNLu) E-mail: waltergiri@sinectis.com.ar 2

Nuevos campos de intervención: demandas a la formación.


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

Si, en la formación disciplinar, la sexualidad es un tema secundario o poco explorado, las prácticas sexuales que no responden a los patrones hegemónicos suelen ser notas pintorescas de aquellas. De todos modos, es necesario aclarar que en los últimos tiempos, algunas Unidades Académicas que se dedican a la formación de trabajadores sociales, mayormente ancladas en Universidades Nacionales, han comenzado a contar con espacios de investigación sobre la temática, con trayectos formativos (siempre optativos) e, incluso, con encuentros de investigadores. Nosotros nos centraremos en la experiencia que se viene desarrollando en la Universidad Nacional de Luján con el Seminario Diversidades sexuales e historias de vida.

Algunas características sobre el seminario El Seminario Diversidades sexuales e historias de vida es uno de los tantos seminarios optativos que se ofertan en la Carrera. Según el plan de estudios vigente, los estudiantes que se encuentren cursando el cuarto año de la Licenciatura en Trabajo Social deberán cumplimentar, además de las 32 asignaturas obligatorias (4 de ellas, anuales), 96 hs. de seminarios optativos, que suelen estar organizados en 4 cursos de 24 horas cada uno. Estos, que son elegidos por los estudiantes de acuerdo a sus criterios (los que pueden cubrir la amplia gama que va desde el interés temático hasta la conveniencia horaria), son ofertados por la Coordinación de la Carrera y sus programas evaluados por la Comisión Plan de Estudios, integrada por docentes de los diferentes claustros y estudiantes. El Seminario Diversidades Sexuales e historias de vida cumple entonces con esta característica de la elegibilidad, y tiene su origen en uno anterior que se dictó por primera vez en 2011 bajo el nombre de Homosexualidad/es y Trabajo Social: el aporte de los estudios gays y queer. La evaluación de dicho seminario junto con los avances de los proyectos de investigación Homosexualidades dispersas: socialización y cultura de los homosexuales de tierra adentro y Problemáticas sociales derivadas de la orientación sexual: su construcción en la prensa gráfica y en relatos biográficos de varones homosexuales, nos hicieron rediseñar la propuesta y darle la forma actual, donde vinculamos las diversidades sexuales con las historias de vida. El uso del plural (diversidades) no es ingenuo: no se trata de una moda posmoderna en la cual cualquier intento de establecer regularidades es una utopía, sino que se debe a lo que con claridad identifica Ana María Fernandez (2013:19) cuando sostiene que es necesario “desnaturalizar las nomeclaturas” que ya no dan cuenta de “las nuevas formas de resistencia en lo que refiere a sexualidades”. Tampoco es arbitraria la decisión de unir diversidades con historias de vida: intentaremos luego mostrar


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

cómo esta técnica, junto a otras que utilizamos frecuentemente los trabajadores sociales,

son

centrales

para

desenmascarar

y

desnaturalizar

la

formación

heteronormativa y homofóbica que, producto de nuestra socialización, solemos presentar. Estos elementos, que operan como un verdadero curriculum oculto3, deberán ser atendidos a la hora de pensar las estrategias pedagógicas a partir de las cuales se desarrollaran los contenidos propuestos. Los contenidos conceptuales siguen una secuenciación lógica y espiralada que va de lo general a lo particular. En el primer eje temático, denominado La sexualidad se abordan las nociones de Sexualidad y dispositivos de sexualidad, la sexualidad como construcción sociohistórica, Biología y cultura en la sexualidad, y género y erotismo. Las perspectivas teóricas de Michel Foucault y Judith Butler son centrales en el desarrollo temático propuesto.

El segundo eje es identificado como Diversidades

sexuales. Allí se abordan las características que la diversidad sexual ha tenido a lo largo de la historia, retomado la perspectiva mencionada en la unidad anterior que identifica a la sexualidad como una construcción sociohistórica, para culminar con la caracterización pormenorizada de lo que autores como Ana María Fernandez (2013) han denominado como el orden sexual moderno. En el tercero de los ejes temáticos, Problemáticas y temáticas vinculadas con las diversidades sexuales, se establecen primero las diferencias teóricas y políticas de las nociones de tema y problema, para luego centrarnos en estos últimos, especialmente a partir de su vinculación con las salidas del closet4, familia y homoparentalidad; homofobia, vejez y homosexualidad así como las características principales del movimiento LGBTTI5 en Argentina y América Latina. El último de los ejes se denomina El método biográfico. Si bien algunas discusiones respecto de sus contenidos se dan hacia el tramo final de la cursada (la memoria; la noción de realidad, la reminisencia), otros aspectos vinculados a lo 3

Entendemos por currículum oculto a aquellos aprendizajes que realizan los estudiantes aunque no estén planteados explícitamente como contenidos de la asignatura. Difícilmente las instituciones educativas planteen explícitamente sus objeciones a la diversidad (aunque, en ocasiones, llegan a hacerlo); a pesar de ello, una serie de actitudes y comentarios, estos últimos especialmente hirientes bajo la máscara del chiste, operan como sanción a la diferencia. 4 Se denomina salida del closet al proceso por el cual una persona hace pública su orientación sexual. Este momento es identificado como fundante en la construcción de subjetividad y, debido a que los seres humanos pertenecemos a diferentes y múltiples grupos con disímiles características, esta salida suele tener que reiterarse. Por otro lado, si bien en todos los casos implica una fuerte carga emocional (ya positiva, ya negativa…aunque mayormente de ésta última) el hecho de tener que reiterarlo en diferentes ámbitos (el familiar, el laboral, los amigos, etc.) no lo transforma en algo rutinario sino que suele generar una expectativa de respuesta (“aceptación” o rechazo) cada vez que se realiza. 5

Lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales e intersex.


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

operativo o instrumental, se desarrollan transversalmente a lo largo del seminario (por ejemplo el paradigma del curso de la vida, la entrevista, las historias de vida). El tercero de los ejes implica una de las perspectivas centrales en el que se sustenta este seminario: se trata de el hecho de evitar la confusión entre las nociones de tema/temática y problema/problemática. La orientación de género6 no es un problema, sino que lo son determinadas situaciones que se originan en su entorno, vinculadas mayormente a extensos procesos de discriminación y estigmatización. La sexualidad es tierra de prejuicios y mitos, a los que deben sumarse los vinculados con la homosexualidad. Aquí influyen los proceso de socialización en un ambiente donde la presencia de homofobia7, suele ser el escenario habitual y no el excepcional. La burla y el escarnio se convierten así en moneda corriente, llevando a los sujetos que los padecen a internalizarla de tal modo que organizan las diferentes órbitas de su vida con estrategias para evitarlo así como para invisibilizar su condición. Cobra especial relevancia para comprender la dimensión de lo planteado la noción de sujeto estigmatizable postulada por Goffman (1989:45): sostiene este autor que, a diferencia de las personas que tienen un estigma identificable a simple vista, los sujetos estigmatizables son aquellos que llevan consigo una marca no visible a simple vista, pero potencialmente descubrible por otros. El temor a ello suele provocar importantes impactos en la subjetividad de los sujetos y, especialmente, en el proceso de individuación.

En otros casos, en donde la orientación sexual homosexual era

asumida públicamente, el resultado era la desacreditación social, la ruptura con el núcleo familiar, la segregación. Muchas veces, ante esto, la respuesta se daba por medio de un proceso de sobre adaptación del sujeto al medio o de auto humillación. Es así que la diversidad sexual, muchas veces, suele vivirse de manera que

“la

6

Utilizaremos el término orientación en lugar de elección ya que, si bien es claro que desde una perspectiva psicoanalítica la elección no es un acto totalmente voluntario y libre de todo condicionamiento, es sumamente atendible la reflexión que presenta Leticia Sabsay (2005:167) respecto de las representaciones culturales a partir de las cuales “la actual insistencia en la elección de la propia sexualidad como fundamento de una mayor libertad-a diferencia de otros tiempos en los que el género, la orientación sexual y el sexo se sabían de antemano- no correría el riesgo de asumir una faceta paradójicamente reaccionaria: nos referimos a los mitos que colocan a los agentes por fuera de la trama cultural apelando a un carácter de lo identitario que recuerda al sujeto trascendente, a la idea de transparencia de un sujeto para quien sus deseos y devenires son conocidos a priori de un modo absoluto y completo” 7

La homofobia es el temor y desagrado a la diferencia sexual que se expresan en reacciones adversas a la homosexualidad pero también a los homosexuales. A lo largo de la historia la homofobia ha tomado diferentes formas, motivo por el cual algunos autores consideran más conveniente identificarla como homofobias, en plural. (Byrne Fone, 2008)


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

homosexualidad constituye un secreto fundante de la identidad y las relaciones personales de los individuos homosexuales” (Pecheny, Mario; 2005). A lo largo de la cursada se propone un papel activo de los estudiantes, donde ellos son protagonistas centrales del proceso de aprendizaje; quedando en el rol docente la responsabilidad de direccionar la enseñanza. Si bien sabemos que se trata de dos movimientos complementarios (la enseñanza, el aprendizaje), compartimos el postulado según el cual estos suelen no darse en un mismo movimiento sino que, en muchas ocasiones, se encuentran diferidos en el tiempo. Este protagonismo del que hablamos cobra sus particularidades por la opción a la masividad8 a la que adhiere la Universidad Nacional de Luján: muchas veces, el trabajo en taller se ve claramente limitado, cuando no imposibilitado, por la mala relación numérica docente-estudiantes (un docente para cien estudiantes, por ejemplo). El obstáculo, que quede claro, no se centra en la cantidad de estudiantes9 que se inscriben en el seminario sino en los recursos docentes asignados para la tarea requerida.

Algunas notas sobre la supuesta novedad del tema y sobre el papel de los cientistas sociales Creemos interesante retomar la llamativa consideración de novedad que se le imprime a la temática de diversidad sexual. Que los profesionales de las Ciencias Sociales nos ocupemos de la diversidad sexual es un buen indicio, una señal de que algunas cosas se fueron modificando en los últimos tiempos. Esto no significa que una supuesta “nueva sexualidad”

haya comenzado a emerger ya que prácticas sexuales que

escapan a la heteronormatividad pretendidamente hegemónica hubo siembre (para ello sólo basta con recordar la Antigua Grecia)10, sino que los cambios sociales o las 8

La Universidad Nacional de Luján, ha apostado al ingreso de todos los estudiantes que manifiesten su interés en cursar su formación en ella. En este sentido, además de la inexistencia de un examen de ingreso, se ha establecido que no hay cupos para la inscripción en las asignaturas, ni siquiera las que emanen de la capacidad de los espacios físicos. Esto implica que un seminario puede tener un número indeterminado de inscriptos, aún con la existencia de un solo docente e, incluso, aunque no haya aulas con las dimensiones requeridas para el dictado de la asignatura en cuestión. 9

De las tres cohortes que, hasta el momento, tiene el dictado del seminario se pasó de una inscripción inicial de 40 estudiantes a la actual, de 120. 10

En la Antigua Grecia, el mayor ideal de amor estaba constituido por una pareja de dos hombres, uno mayor y otro menor. El primero enseñaba al segundo como desempeñarse en las “artes amatorias” del mismo modo en que un maestro le enseñaba a su discípulo cualquier otra actividad. Para que esta relación sea valorada positivamente lo que no podía obviarse era una serie de reglas sociales, que poco tenían que ver con la genitalidad de los participantes: el hombre mayor debía pertenecer a un estrato social más elevado que el joven. A la vez, aquel debía cumplir exclusivamente un rol activo en la relación para, de este modo, enseñar al menor las prácticas sexuales más adecuadas para que éste pueda utilizarlas luego con su pareja


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

inquietudes intelectuales implicaron una revisión de marcos teóricos vinculados con el tema. En todo caso, lo importante es identificar una politización de la sexualidad, ya que el hecho de sostener públicamente una postura, corriéndola de la órbita de lo privado para ubicarla en el espacio analítico de algunas profesiones, implica un proceso de desnaturalización y visibilización que es, a todas luces, político. Identificamos con la categoría diversidad sexual a las prácticas y deseos sexuales que no se ajustan a la heteronormatividad, es decir, que no aceptan la heterosexualidad como un aspecto “normal” y organizador de diferentes aspectos de la vida, dejando de lado (y en el campo de la anormalidad) otras identidades y formas relacionales tales

como el lesbianismo, la gaycidad, la transexualidad, la

intersexualidad, la bisexualidad y el travestismo. El pensamiento heteronormativo opera

por

default,

hetersosexualidad

es

presuponiendo un

epistemológica

universalizable

natural,

y al

éticamente, que

todos

que

la

adscriben

“normalmente”. La noción de diversidad sexual no es la única con la que se hace referencia a las sexualidades no heteronormativas: disidencias sexuales,

minorías sexuales y

neosexualidades, son otras formas de hacerlo. Si bien no desconocemos la capacidad performativa e identitaria que posee el lenguaje, dejaremos en este trabajo de lado la discusión epistemológica implicada en ella para abocarnos a otros aspectos del tema, pero antes de hacerlo intentaremos unas brevísimas reflexiones respecto del papel que cobra el cientista social en todos los temas, pero especialmente en este que estamos abordando. Desde los inicios mismos de la aparición de los estudios sociales como ciencia se le ha exigido a ésta la supuesta neutralidad que, equivocadamente, se le asignaba a las Ciencias Naturales, espejo donde debían mirarse con el objeto de replicarlas. Con el tiempo, dos cosas pudieron ser comprendidas: la primera es que las Ciencias Naturales tampoco pueden ser consideradas como neutrales ya que en ellas también interfieren elementos que implican parcialidades; la segunda es que las Ciencias Sociales, al tener un objeto de estudio diferente, presentan características específicas que imponen metodologías ad hoc. En principio se trata de un objeto que habla y que tiene un comportamiento que puede identificarse como impredecible, elementos estos que impactan fuertemente en el proceso investigativo. Por otro lado, ambas cualidades

(que, además, debía ser mujer) y, una vez maduro, con quienes fueran sus jóvenes aprendices. ). Es decir que la relación sexual estaba organizada por el orden social antes que por la portación de determinados genitales.


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

son compartidas por el investigador: es decir que investigador y objeto de estudio comparten características determinantes, y este hecho sí que es un rasgo particular a atender. Planteamos esto porque no podemos obviar el peso que los valores tienen a la hora de encarar científicamente una actividad intelectual, algo que retomaremos más adelante. La noción de sexualidad es relativamente reciente. Es bajo el signo de la Modernidad donde el ejercicio sexual de la población se torna una preocupación central para el poder. La aparición del Estado junto con una nueva organización social que implicó el surgimiento (y el triunfo) de la burguesía y de inéditos modos de producción, implicaron una mirada diferente de la natalidad, tendiente a garantizar la reproducción de la fuerza de producción. En un mundo donde la economía era de subsistencia, sólo se precisaba garantizar la existencia de personas que trabajen dentro de los núcleos familiares, pero bajo el nuevo orden social esto se vio modificado. El nuevo escenario influyó para que en la disputa por la propiedad del cuerpo se incorporara un nuevo actor: a los existentes hasta el momento (los propios sujetos y la Iglesia) se sumó el capital (los dueños del capital, en realidad), que terminaría imponiéndose y, junto con él, la moral victoriana11 que proclamaba. La posterior aparición del Psiconálisis crearía una verdadera revolución paradigmática. La sexualidad comenzaría a despegarse de la reproducción (algo que, en el siglo XXI, quedaría definitivamente escindido gracias a la tercera revolución sexual12 que implicaron los métodos de reproducción asistitda) y sería vista como más amplia que la genitalidad. Por otro lado, la construcción sexual victoriana se vería desmoronada a partir de dos planteos centrales: la existencia de la sexualidad desde la temprana niñez (algo que, además, condicionaría la vida sexual adulta) y la existencia de zonas

11

La moral victoriana se caracteriza por su aspecto hipócrita, reaccionario y conservador. La hipocresía es quizás el rasgo distintivo en el que luego se apoya el resto de las características referidas y que se distingue por la presencia de una doble moral: la declamación pública de una acción y su efectivo ejercicio contrario en el espacio íntimo e, incluso, privado. Esto se observa especialmente en lo vinculado a los aspectos sexuales: la convivencia de puritanismo y prostitución estaba a la orden del día. 12

Identificamos como la primera de las revoluciones sexuales a la aparición y el uso de “la píldora”, es decir aquellos anticonceptivos que, consumidos por las mujeres permitieron separar el acto sexual de la procreación de manera voluntaria. La segunda de las revoluciones es la que impone la aparición del Viagra. Aquí ya no se trata de escindir ejercicio sexual de procreación sino de extender la vida sexual activa de los varones. La tercera, por último, es la que se da en el marco de los avances en materia de fertilización asistida y que implican que, para procrear, ya no sea imprescindible el acto sexual entre varón y mujer.


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

erógenas (boca, piel, ano, genitales) que implicarían la existencia de otras fuentes de placer. Ya avanzado el Siglo XX, sería Foucault quien se ocupe de volver a conmocionar el campo de la sexualidad, tomando algunos aspectos del psicoanálisis y cuestionando otros. Al aporte foucaultiano respecto de la importancia del discurso sobre la sexualidad (su construcción de la policía del sexo para identificar lo adecuado y lo inadecuado en materia de prácticas sexuales) debe sumarse su noción de dispositivo de la sexualidad. Al postular, desde allí, la tríada saber-poder-placer e identificar a la sexualidad como un constructo social, provoca una nueva mirada sobre el tema, poniendo en discusión las equiparaciones de heterosexualidad con naturalidad y de ésta con normalidad. Así comienza a perder peso el discurso médico que se constituyó, durante mucho tiempo, como dueño semántico y práctico de la sexualidad humana. A la par, los avances en torno de la noción de género, mayormente impulsado por algunos feminismos, provocaba claramente un nuevo “espíritu de época”. El género, postulado como categoría relacional, permitiría comprender la distancia entre los aspectos biológicos y culturales del sexo. Esta perspectiva también adhería a la idea de que la sexualidad es una construcción cultural. Si comprendemos al género como una performance, como una puesta en escena, podemos demostrar que, en realidad, somos entrenados para ser hombres o mujeres. Desde los regalos que se reciben, las ropas que se elijen, los colores que se asignan o las actividades a las que se incentivan se va construyendo una identidad, hecho que tiene, además, capacidad no solo semiótica sino también performativa y que implica relaciones de poder. Ahora bien, si la ruptura con el proceso de naturalización por el cual se asignaban algunos roles a las mujeres (generalmente los vinculados al orden de lo doméstico y sentimental) y otros a los hombres (lo público y racional) tardó en hacerse carne en la población en general y en los cientistas sociales en particular, la visibilidad de la diversidad sexual se tornó mucho más lenta. El reconocimiento de que las diversas caras del eros eran una realidad fue (es) lenta, incompleta y cargada de juicios morales peyorativos. El lenguaje, las formas de nominar, dan clara muestra de ello: hoy, en algunos espacios intelectuales, se consideran como aspectos positivos un supuesto clima de tolerancia y aceptación hacia la diversidad sexual. Sin embargo, una lectura un poco (y solo un poco) menos superficial permite demostrar que esto no es así. Tolerar, se define como “sufrir, llevar con paciencia. Resistir, soportar”; y


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

aceptar como “asumir resignadamente una molestia”. Hablar, entonces, de soportar, de resignación, etc. demuestran claramente que, lejos estamos de los avances pretendidamente experimentados.

Sobre las motivaciones en la elección del seminario: de mundos superpuestos y valores. La característica electiva del seminario le confiere especial importancia a los motivos que llevaron a los estudiantes a anotarse en el mismo. Si bien suele presentarse una amplia heterogeneidad de respuestas a la hora de realizar la consulta sobre el por qué de su inscripción, estas pueden agruparse en interés por el tema; reconocimiento del desconocimiento sobre la temática; disponibilidad horaria y aspectos personales. Intentaremos explicar cada uno de ellos a continuación. En los dos primeros casos (interés por el tema/desconocimiento del tema) incluimos a aquellos estudiantes que señalan que el contenido les genera cierta inquietud intelectual y que, en las materias que lo abordaron, lo hicieron de manera secundaria o tangencial. También en este grupo se encuentran los estudiantes que se proponen hacer su Trabajo Final de Graduación13 abordando aspectos vinculados con la diversidad sexual, así como aquellos que se encontraron con alguna problemática vinculada con la diversidad sexual en alguno de los niveles de prácticas pre profesionales que debieron realizar a lo largo de sus trayectos formativos. Por último, dentro de estos grupos podemos identificar a aquellos estudiantes que señalan haberse sorprendido por la oferta de un seminario que aborde la diversidad sexual y también a quienes reconocen su escasa o nula formación en el tema. Por lo general, estas personas refieren suponer que, a lo largo de su futuro ejercicio profesional, deberán enfrentarse con problemas sociales derivados de o vinculados con la diversidad sexual. Es importante señalar lo que sucede con quienes manifiestan haberse anotado por lo que identifican como cuestiones personales: se trata de estudiantes que revelan tener algún miembro de su entorno próximo (amigos, familia) que se incluyen dentro de la diversidad sexual. En varios casos, incluso, llegan a manifestar que su interés en el seminario se basa en “querer aprender cómo tratarlos”, algo que es inmediatamente retomado e interpelado en la clase. En primera instancia se intenta explicitar que el 13

Al finalizar el cursado y la aprobación de todas las asignaturas que conforman la currícula para obtener el título de Licenciada/o en Trabajo Social en la Universidad Nacional de Luján, debe presentarse y defenderse un trabajo final de graduación. El mismo puede tomar diversas formas (monografía, sistematización de la práctica, etc.) y pretende constituirse en un espacio de síntesis y articulación de lo aportado en las diferentes asignaturas.


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

espacio diseñado no tiene tal finalidad ni que se constituye en una especie de “grupo de autoayuda” para aquellas personas que creen precisar un espacio para “aprender a convivir con la diversidad”. Si bien sabemos que en todo proceso de formación suelen entrar en diálogo los propósitos cognitivos con los conativos, creemos imprescindible no sostener esa falaz expectativa. Observamos aquí dos caras de un hecho que, a todas luces, se hace presente en el proceso de enseñanza y en el de aprendizaje: por un lado, la existencia de lo que dimos en denominar mundos superpuestos y por otro, íntimamente ligado al anterior, la presencia de valores (ya positivos, ya negativos). En un artículo que los psicoanalistas Janini Puget y Leonardo Wender publicaron en 1982 en la revista Psicoanálisis, analizaron lo que dieron en llamar los “mundos superpuestos”: los espacios comunes que transitan analista y paciente y que no hacen referencia sólo a los de índole física (barrio, instituciones, etc.) sino incluso a los representacionales/ simbólicos (regímenes de mirada sobre problemáticas sociales, cuestiones políticas, etc.). Si bien este artículo concluye reflexionando, desde la particular perspectiva psicoanalítica, respecto de

qué pasa “cuando irrumpe el mundo superpuesto en

sesión”, pensamos que sería sumamente interesante transpolar esta reflexión a la práctica profesional de los trabajadores sociales. De este modo, podríamos comenzar a pensar y a problematizar respecto de cómo resolvemos esa superposición de mundos (el nuestro, el de las personas con quienes nos vinculamos) en el proceso formativo, algo que claramente puede (debe) extenderse a nuestra intervención profesional. Puget y Wender

señalan que, muy probablemente al inicio de un

encuentro en donde los mundos se superponen “nos veremos traumáticamente inundados” por la tentación de sentirnos protagonistas de una historia que no nos tiene como tales. El desafío estará entonces en pensar herramientas que nos permitan hacer frente a esa situación y evitar que la empatía le gane a toda reflexión teórica y profesional. No creemos, en lo absoluto, que la historia personal deba o incluso pueda ser dejada de lado a la hora de formarse disciplinarmente; lo que decimos es que la experiencia de vida no puede reemplazar a una rigurosa formación teórica y política, ya que si lo hacemos estaríamos proyectando nuestro patrón de vida (y, con el, nuestro patrón moral) como vara donde medirse, hecho este marcadamente reñido con la ética14. 14

Al respecto, no queremos dejar de señalar que tamaño error en el proceso formativo corre el riesgo de replicarse luego en el ejercicio profesional. De este modo, si no reflexionamos y actuamos cuidadosamente sobre el tema en cuestión, después no debería sorprendernos la presencia de intervenciones profesionales que se asemejen más a un “patovica moral”, de fuerte influencia victoriana, que a intervenciones basadas en criterios profesionales sólidos.


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

Como puede observarse, este aspecto está en estrecha relación con la presencia de valores a los que nos referimos precedentemente. La presencia de valores, como sabemos, es inmanente de toda conducta humana; entonces si los procesos de enseñanza y los de aprendizaje son una actividad realizada por seres humanos, no escapan a ella. El aspecto señalado nos habilita a reflexionar sobre la existencia de posicionamientos en torno del tema de la diversidad sexual. Graciela Faiman (2010. 94) sostiene que “nuestros juicios de valor (pre- juicios) son moldeados por presiones sociales frente a las cuales no gozamos de inmunidad. Por ese motivo necesitamos estar fuertemente alertas para detectar en qué medida influyen en nuestra práctica y cómo afectan y repercuten en nuestro pensamiento en el momento de la formulación y reformulación de teorías referentes a las neosexualidades”. Nuestros procesos de socialización estuvieron, en mayor o menor medida, interferidos por instituciones heteronormativas: escuela, familia, iglesia, etc. No es absurdo entonces pensar que nuestros valores pueden tener resabios de esos elementos e interponerse en nuestro esquema ideológico y en el análisis político que hagamos sobre un tema en particular. Uno de los aspectos a atender es el proceso de normalización de la heterosexualidad, que fue además obligando a la invisibilidad de la diversidad sexual, algo a lo que nos referimos en las páginas anteriores.

El cruce de las diversidades sexuales con las historias de vida Si, como venimos sosteniendo, la diversidad sexual no debería ser considerada una temática emergente, podemos acordar en que sí hay un elemento que puede ubicarla como tributaria de la novedad: el hecho de que, desde hace un tiempo, el proceso de invisibilidad social y de secreto (muchas veces, secreto a voces) con el que las personas ejercían una sexualidad no heternormativa se esté dejando de lado. Los avances legislativos en materia de conquistas de derechos para las personas del colectivo LGBTTI dan cuenta de ello, pero no son suficientes como para identificar al tema como concluido. Sostenemos que si bien estos constituyen un avance, se los debe identificar como el punto de partida para luchar contra la homofobia que imperó en la sociedad en los últimos años, pero en modo alguno pueden convertirse en un punto de llegada. El Trabajo Social debe estar atento a dichos cambios y evitar la reproducción, en su ejercicio profesional, de prácticas reaccionarias y discriminadoras. Sostenemos, por lo tanto, que contamos con un lugar privilegiado para trabajar desde el paradigma de los derechos humanos, en el respeto a la diversidad sexual y contra todo tipo de discriminación que implique cualquier violación a aquellos. En este marco, el método


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

biográfico puede ser considerado como una estrategia sumamente adecuada para el trabajo propuesto. Aún así, esta elección metodológica implica un desafío a atender, ya que los cambios societales referidos anteriormente son tan recientes, que tensionan aspectos del pasado y del presente a partir de su coexistencia temporo-espacial. Aquí, cobran especial importancia tres elementos: la centralidad de la dimensión vincular, la presencia de una doble temporalidad y el protagonismo de los sujetos con los que trabajamos. Respecto de la dimensión vincular, dimensión en la cual el lenguaje ocupa un lugar central, debemos decir que si el método biográfico suele tener como una de sus técnicas privilegiadas a la entrevista. Partimos entonces que no se trata de revelar la verdad de los hechos, sino de una reconstrucción con marcada impronta subjetivo/espacial de la persona con la que se trabaja que, además, luego es contrastada con nuestra perspectiva. Aquí, nuestra mayor atención debe centrarse no sólo en una escucha atenta sino también en evitar que la voz del otro sea interpretada “como fuente inmediata de verdad” (Arfuch, Leonor, 2002:188) para evitar un posible deslumbramiento ante lo oído. Sobre la existencia de una doble temporalidad solo recordaremos que en el método biográfico coinciden aspectos del pasado y del presente, pudiéndose originar así una diferencia entre los hechos y el yo que narra. De este modo se articulan pasado y presente; memoria y testimonio. No se nos escapa un último elemento: para poder llevar adelante esta metodología de trabajo, precisamos

una sólida formación teórica que nos permita operar

profesionalmente ya que si, siguiendo el postulado de Bourdieu, la realidad solo responde si se la interroga, precisamos insumos desde donde establecer estas interrogaciones.

Reflexiones finales En el escenario enunciado, aparece como falaz la idea de identificar a la diversidad sexual como un nuevo campo de intervención. Como sostuvimos, creemos que la novedad radica en el proceso de visibilización o, incluso, de desinvisibilización en que se puede enmarcar en la actualidad, pero no en una supuesta novedad en las prácticas sexuales que este concepto implica. El hecho de postular que la Academia atrasa, como lo hicimos en el título de este trabajo, requiere de una serie de explicitaciones. En primer lugar queremos señalar que estamos haciendo referencia exclusivamente a la formación de los trabajadores


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

sociales, ya que si bien no podemos dar fe de que otras disciplinas sí tomen en tema como central, tampoco tenemos elementos empíricos para sostener lo contrario. Aún así, creemos importante recordar dos cosas: la primera de ellas es que, como institución que es, la Academia somos todos los que la integramos. En este sentido, deberíamos evitar verla como una entelequia y asumir las responsabilidades que, como integrantes de la misma y miembros del cogobierno que la sostiene, se nos imponen y así construir la viabilidad para la irrupción en ella de los temas que quedan, injustamente, fuera de la agenda académica. Por otro lado, este atraso puede ser visto como una oportunidad de cambio: las incipientes actividades que se vienen realizando en el tema de diversidad sexual pueden tomar un lugar protagónico a partir de un entremado institucional que permita posicionarlo como un aspecto relevante de la vida cotidiana actual. En este sentido, ahondar en las investigaciones que vinculen el tema de la diversidad sexual con la perspectiva disciplinar puede ser un buen camino a transitar. Michel Foucault (2008:142) sostiene que “sin duda, hubo en esta región que ahora llamamos vida muchas otras investigaciones aparte de los esfuerzos de clasificación, muchos otros análisis aparte del de las identidades y las diferencias”. Sin dudas, esta perspectiva puede colaborar en la tarea que nos proponemos.

Referencias bibliográficas ARFUCH, Leonor (2002).El espacio biográfico. Dilemas contemporánea. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.

de

la

subjetividad

BOURDIEU, Pierre & Wacquant, Loîc (1995). Respuestas. Por una Antropología reflexiva. Buenos Aires, Grijalbo. BUTLER, Judith (2009). Lenguaje, poder e identidad. Madrid, Editorial síntesis. ___________ (2010). Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del sexo. Buenos Aires, Paidós. CARRETERO, Mario (2007). Documentos de identidad. La construcción de la memoria histórica en el mundo global. Buenos Aires, Paidós. FAIMAN, Graciela (2010). Neoparentalidades y deseo de hijo. En Zelcer, Beatriz (compiladora) Diversidad sexual. Buenos Aires, Lugar editorial. FERNANDEZ, Ana María & Siqueira Peres, William (2013).La diferencia desquiciada. Géneros y diversidades sexuales. Buenos Aires, Editorial Biblos. FONE, Byrne (2000). Homofobia. Una historia. México D.F., Océano. FOUCAULT, Michel (2010). La historia de la sexualidad. Tomos I (La voluntad de saber), II (El uso de los placeres), III (La inquietud de si). Buenos Aires, Siglo XXI editores.


XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

FREUD, Sigmund (1988). Tres ensayos para una teoría sexual. En Freud, Sigmund. Obras completas (volumen VI). Buenos Aires, Hyspamérica. GIRIBUELA, Walter (2013). Homosexuales eran los de antes: algunos aspectos de la sociabilidad homosexual masculina a lo largo del curso de la vida. Ponencia presentada en el Seminario Internacional sobre Envejecimiento Activo, organizado por Flacso Argentina; Conicet y la Universidad Nacional de Luján. Buenos Aires, Inédito. GOFFMAN, Erving (1989). Estigma. La identidad deteriorada. Buenos Aires, Amorrortu. JONES, Daniel; Figari, Carlos &Barrón Lopez, Sara (2012). La producción de la sexualidad. Políticas y regulaciones sexuales en Argentina. Buenos Aires. Editorial Biblos. LIBSON, Micaela (2012). Parentalidades gays y lesbianas: ¿nuevos idiomas y reconfiguraciones? Madres, padres, abuelas y abuelos. En Jones, Daniel; Figari, Carlos & Barrón López, Sara (coordinadores). La producción de la sexualidad. Políticas y regulaciones sexuales en Argentina. Buenos Aires, Editorial Biblos. PECHENY, Mario (2005). Identidades discretas. En Arfuch, Leonor (comp.) Identidades, sujetos y subjetividades. Buenos Aires, Prometeo libros. PECHENY, Mario; Figari, Carlos & Jones, Daniel (2008). Todo sexo es político. Estudios sobre sexualidades en Argentina. Buenos Aires, Libros del zorzal. PUGET, Janne & Wender, Leonardo (1982). Analista y paciente en mundos superpuestos. Psicoanálisis, IV (3) 503- 536. SABSAY, Leticia (2005). Representaciones culturales de la diferencia sexual: figuraciones contemporáneas. En Arfuch, Leonor (comp.) Identidades, sujetos y subjetividades. Buenos Aires, Prometeo libros. TERIGI, Flavia (1998). Curriculum. Itinerarios para aprehender un territorio. Buenos Aires, Santillana.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.