XXVII Congreso Nacional de Trabajo social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014
EJE: Enfoque de derechos y políticas públicas en la contemporaneidad
EL ACCESO A JUSTICIA DE ADOLESCENTES Y JÓVENES QUE ATRAVIESAN SITUACIONES
DE
VIOLENCIA
DE
GÉNERO
EN
SUS
TRAYECTORIAS
SENTIMENTALES: UNA EXPERIENCIA UNIVERSITARIA DE PREVENCIÓN Y ABORDAJE. Ruth LEMOS 1Silvina ELIZALDE 2 Silvia E.PRIMO 3Soledad BUSTOS4 Yanina YZET 5Rodolfo SIONE 6Jésica KERBS. 7
Resumen. Las situaciones de violencia de género se encuentran presentes en la vida de adolescentes y jóvenes. Se observan transformaciones que están aconteciendo a nivel de la sociedad, y en particular aquellas que afectan a este grupo vulnerable. Con la Ley 10.058 aprobada en Entre Ríos, adolescentes y jóvenes que atraviesan situaciones de violencia de género en sus trayectorias sentimentales, adquieren expresamente tutela jurisdiccional. La inclusión desde este marco normativo ha sido fundamental para operar cambios sobre los mecanismos responsables de malos tratos. Desde la perspectiva de género, el Proyecto de Extensión “Juventudes y amores del S. XXI. Prevención y abordaje de violencia en relaciones de pareja, hacia la equiparación de género” de la Facultad de Trabajo Social, UNER, desde el año 2011 tiene
como objetivo afectar los mecanismos que producen y reproducen
desigualdades, justifican y naturalizan las situaciones de violencia en las relaciones de pareja de jóvenes estudiantes de escuela media.
1
Lic. en Trabajo Social. Fac. de Trabajo Social. UNER Directora del Proyecto “Juventudes y Amores del siglo XXI Prevención y abordaje de violencia en relaciones de pareja, hacia la equiparación de género”. Docente JTP Derecho y Trabajo Social, JTP Asesoría Pedagógica. Correo electrónico: ruthlemos17@hotmail.com 2 Abogada. Fac. de Trabajo Social. UNER. Co- Directora del Proyecto “Juventudes y Amores del siglo XXI Prevención y abordaje de violencia en relaciones de pareja, hacia la equiparación de género”. Docente Adjunta Interina Derecho y Trabajo Social, Auxiliar de Segunda Problemática Jurídica, miembro del Seminario de Familia.Correo electrónico: silvinaelizalde@argentina.com 3 Lic. en Trabajo Social. Fac. de Trabajo Social. UNER. Integrante equipo docente del Proyecto “Juventudes y Amores del siglo XXI Prevención y abordaje de violencia en relaciones de pareja, hacia la equiparación de género”. Adscript a Salud Pública. Correo electrónico:silpri2009@gmail.com/ musicasil@hotmail.co 4 Lic. en Trabajo Social. Fac. de Trabajo Social. UNER. Integrante equipo docente del Proyecto “Juventudes y Amores del siglo XXI Prevención y abordaje de violencia en relaciones de pareja, hacia la equiparación de género”. Ex adscripta Derecho y Trabajo Social. Correo electrónico: solebustos_821@hotmail.com 5 Abogada. Integrante equipo docente del Proyecto “Juventudes y Amores del siglo XXI Prevención y abordaje de violencia en relaciones de pareja, hacia la equiparación de género”. Correo electrónico: yaninamyzet@hotmail.com 6 Rodolfo Sione. Médico. Integrante del Proyecto “Juventudes y Amores del siglo XXI Prevención y abordaje de violencia en relaciones de pareja, hacia la equiparación de género”. Correo electrónico: rodolfosione59@gmail.com 7 Jesica Kerbs Estudiante Licenciatura en Trabajo Social. Fac. Trabajo Social UNER. Becaria del Proyecto “Juventudes y Amores del siglo XXI Prevención y abordaje de violencia en relaciones de pareja, hacia la equiparación de género”. Correo electrónico: kerbsjesica@gmail.com
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A tal fin se tiende a la sensibilización de diferentes actores de la ciudad de Viale; se realizan talleres dirigidos a estudiantes; charlas para padres, docentes, directivos, asesores pedagógicos; y la conformación de una red interinstitucional para la prevención, detección y abordaje de situaciones de violencia presentes en adolescentes y jóvenes de Viale; teniendo como objetivo principal el acceso a justicia de adolescentes y jóvenes que atraviesan situaciones de violencia. La violencia de género en las trayectorias sentimentales de adolescentes y jóvenes. La violencia presente en las relaciones de parejas de adolescentes y jóvenes es una de las problemáticas más actuales y de mayor vigencia en estos tiempos, aunque no por ello constituye un tema nuevo en la sociedad. Según las investigaciones, lo/as jóvenes en relaciones sentimentales con violencia no le comentan casi a nadie nada de estas situaciones, sólo unos pocos se lo cuentan a sus amistades, a algún familiar o persona conocida. Según la OMS, a nivel internacional, el promedio de violencia en el noviazgo involucra al treinta por ciento (30%) de las parejas, por lo que nos encontramos ante un problema social grave y complejo. La violencia de género en una pareja adolescente suele quedar encubierta por un excesivo control a través del celular, el chat o sobre el tipo de ropa que viste, entre otras conductas; y aparece disfrazada a través de exigencias por parte de alguno de los miembros de la pareja; donde el “control” de la pareja aparece disfrazado de “preocupación por el otro/a”. Las conductas violentas generalmente no son percibidas como tales. Generalmente se confunde el maltrato con preocupación o cuidado por la pareja. La violencia en jóvenes parejas pasa inadvertida también porque el abuso se asocia a las parejas de personas adultas y no se reconoce, principalmente por la desvalorización de las primeras trayectorias sentimentales, ya que son consideradas como algo pasajero, “una exageración” o “algo típico de esta generación”. Muchas veces tampoco se lo visualiza como ‘conflicto que corresponda al campo jurídico’, se lo vive como un conflicto ‘propio de las primeras etapas que transitan los jóvenes en sus historias de pareja; y no se lo
considera como vulneración de
derechos fundamentales de las personas. Si la violencia puertas adentro es difícil de detectar, el maltrato en jóvenes parejas tiene todos los ingredientes para volverse invisible: por los mitos que circulan en la sociedad que justifican y naturalizan los malos tratos, por el amor que se tiene a la pareja, por las manipulaciones y el chantaje emocional de las personas violentas, por la vergüenza de contar, el miedo, las amenazas, el aislamiento construido por su pareja, la ausencia de una red que la/o contenga, la conmoción familiar frente a los
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hechos, el desconocimiento de las instituciones sobre lo qué hay que hacer, la falta de políticas públicas orientadas a la temática, la ausencia de respuestas de la sociedad frente a este grave problema social, entre otras razones. De cómo surgió este proyecto. Adolescentes, jóvenes, padres, docentes, comunidad en general, atraviesan estas situaciones y se encuentran preocupado/as por esta temática. Muchas veces se preguntan: “¿a dónde ir?, ¿qué puedo hacer?, ¿con quién puedo hablar? ¿por qué pasa?, ¿hago bien en “meterme”?, ¿Puedo denunciar?, ¿Qué debo denunciar?, ¿Ante quién debo denunciar?, ¿Este conflicto se puede denunciar?, ¿Hasta dónde me involucro?...” Estos son algunos de los interrogantes que rodean esta problemática a veces silenciada por “el no te metás”, “ya va a pasar”, “es una pelea pasajera”, “son cosas de jóvenes”. Tradicionalmente, las actuaciones para abordar esta problemática se han destinado a la población adulta, pero pocas veces se toma en cuenta a los más jóvenes. No existía en Viale, en el año 2010 proyectos o políticas públicas que abordaran esta problemática. A partir de la vacancia en Viale de dispositivos para prevenir y abordar situaciones de violencia de género en estudiantes de escuelas medias, se desarrolla desde el año 2011 en dicha ciudad el Proyecto de Extensión de la Facultad de Trabajo Social, UNER, denominado: Juventudes y amores del S. XXI. Prevención y abordaje de violencia en relaciones de pareja, hacia la equiparación de género. El equipo se encuentra conformado por profesionales de diferentes disciplinas; trabajadoras sociales Ruth Lemos, Silvia Primo, Soledad Bustos; abogadas Silvina Elizalde y Yanina Yzet, médico Rodolfo Sione, la becaria Jésica Kerbs, que trabajan en extensión ad- honorem. La unidad académica ejecutora del proyecto es la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos, con la participación de la Defensoría General de Entre Ríos, la Defensoría de Pobres y Menores Nº1 y Nº3, el Juzgado de Paz de Viale, seis Escuelas Medias de Viale, una escuela media de Seguí, una del Ramblón, una de Don Cristóbal y una de Paso de la Arena; el Área de Niñez, Adolescencia y Familia; la Municipalidad; el Hospital “Dr. Castilla Mira”; la Policía; medios de comunicación, y comunidad en general de Viale y zona, Centro Judicial de Género. El proyecto tiene como objetivo afectar los mecanismos que producen y reproducen desigualdades, justifican y naturalizan las situaciones de violencia en las relaciones de
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pareja de jóvenes estudiantes para prevenir y abordarlas, teniendo como eje el acceso a justicia. Por ello, y conforme a la reforma de la Constitución Nacional de 1994, la cuestión de los derechos humanos, en tensión con el tema que abordamos; no sólo se concreta por el reconocimiento de los mismos, sino de brindarles protección, a fin de impedir que a pesar de declaraciones solemnes, dichos derechos sean violados. La violencia presente en las relaciones de parejas de adolescentes, da cuenta que el sistema estatal de justicia, como comunitarios, ofrece una respuesta deficitaria para la atención y restablecimiento de derechos de los jóvenes en sus conflictos de pareja. En esta línea de pensamiento, la Vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Elena Highton de Nolasco (2012), manifestó que : el acceso a la Justicia implica tanto llevar a cabo una gestión rápida y eficaz de los casos como brindar información a la ciudadanía. Por ello, el acceso a la justicia para adolescentes y jóvenes, debe articularse como un instrumento efectivo, a fin de permitirles el pleno goce de los servicios del sistema judicial como sujetos de derechos, y en consonancia con las 100 reglas de Brasilia, todas/os aquellas/os operadoras/es que intervienen de una u otra forma su funcionamiento, tenemos la responsabilidad de otorgar una adecuada información a las/os jóvenes, quienes atraviesan una etapa especial en su formación para ejercitar por sí el sistema de justicia, los derechos reconocidos por el ordenamiento jurídico. En este sentido debemos redoblar esfuerzos para el conocimiento de los derechos de las/os ciudadanas/os, de los recursos para ejercerlos, hacerlos eficaces para su goce en plenitud, y ante la violación de nuestros derechos esenciales, acceder a la justicia como ejercicio de un derechos y como obligación del Estado de reconocimiento y tutela (Haydee Birgin y Natalia Gherardi, 2008). Por lo dicho, es que el proyecto tuvo como población meta a las y los adolescentes que concurrían a las escuelas medias,
con el objetivo de generar cambios de
actitudes sobre la violencia, específicamente en sus relaciones de pareja. Se tuvo como propósito general prevenir y abordar situaciones de violencia de género en relaciones de pareja de estudiantes del último año de las escuelas medias de Viale y zona, para contribuir a la equiparación de género y efectivizar el acceso a justicia Como objetivos particulares se propuso: Prevenir situaciones de violencia en jóvenes estudiantes de escuela media para contribuir a la equiparación de género, y disminuir los niveles de violencia en las relaciones de pareja en las/os jóvenes de escuela media.
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Abordar situaciones de violencia en jóvenes estudiantes de escuela media para la equiparación de género y el acceso a justicia. Sensibilizar a la población de la ciudad de Viale y zona en la temática violencia en relaciones de pareja en jóvenes estudiantes de escuela media para la equiparación de género. Capacitar a docentes de escuela media de la ciudad de Viale para la prevención y abordaje de situaciones de violencia presentes en jóvenes estudiantes, tendiendo puentes a la equiparación de género y el acceso a justicia. Producir conocimiento científico sobre las situaciones de violencia presentes en relaciones de pareja en jóvenes, teniendo presente las desigualdades de género y el acceso a justicia. Sostener las actividades del equipo docente a lo largo de los doce meses
de
implementación del proyecto.
¿Qué propusimos con este proyecto? El proyecto estuvo especialmente dirigido a adolescentes y jóvenes estudiantes, padres, docentes
de escuelas medias, como así también a instituciones que
trabajaban en la temática. El equipo a cargo unió esfuerzos para erradicar las desigualdades entre mujeres y varones, prevenir y abordar las situaciones de violencia presente en
parejas de
adolescentes y jóvenes, generar un espacio de sensibilización y concientización destinado a adolescentes, jóvenes, padres, docentes, instituciones
y comunidad
acerca de las situaciones de violencia que pueden llegar a ocurrir/ ocurren en relaciones de pareja; debatir y analizar
mitos, ideas, prejuicios, imágenes
circulan en la sociedad y justifican actitudes violentas en las parejas,
las que
a los fines de
des ocultar los mismos y reflexionar en torno a ellos; brindar un espacio de escucha y contención a las personas interesadas que soliciten orientación en torno al tema. Visibilizar en primera instancia la violencia en una etapa clave del desarrollo personal de adolescentes y jóvenes, les permite, tanto mujeres como varones, cuestionar los roles de género tradicionales y las relaciones desiguales de poder, base de la violencia que se ejerce. El proyecto aborda tres líneas de acción: 1) Procesos de formación y capacitación
de
estudiantes, padres, docentes,
preceptores, tutores, asesore/as pedagógico/as y directivo/as de escuelas medias de Viale y zona: la búsqueda de de - construcción de las representaciones sociales en
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torno a la problemática de la violencia, es sin duda una de las aristas a abordar, y en esa dirección se realizaron las instancias de formación, capacitación y análisis de la violencia de género. Se llevaron a cabo talleres dirigidos a adolescentes y jóvenes estudiantes (en Viale, Seguí, Don Cristóbal, Ramblón, Paso de la Arena);
charla para padres/madres,
jornadas para docentes, directivo/as, asesore/as pedagógicos, preceptoras/es y tutoras/es (estas últimas en Viale). 2) Acciones de incidencia en la política pública
de violencia de género: nos
propusimos abordar de manera sistemática procesos que permitan instalar y accionar respecto de las prácticas sociales que sostienen la violencia de género. Este accionar involucró la articulación de prácticas y representaciones con un anclaje en el análisis de la problemática social
y un marco teórico y político desde los
derechos humanos. Entre las actividades propuestas se realiza la distribución de folletería, presencia en los
medios
de
comunicación
mediante
spots
publicitarios;
reuniones
interinstitucionales, y la participación del equipo en instancias de debate a nivel local, provincial y nacional. En el marco de las leyes Nacional N.º 26.485 y Provincial Nº10.058 se articula con la policía local, el Juzgado de Paz,
y la Defensoría de Pobres Nº1 la recepción de
estudiantes adolescentes que toman la decisión de denunciar a sus parejas por violencia de género, luego de haber participado en los talleres desarrollados en las escuelas medias. 3) Producción de conocimiento mediante la elaboración de documentos referidos a la temática y la participación en congresos, jornadas, encuentros, etc.
Situaciones de violencia de género detectadas en las y los participantes que concurren a las actividades del proyecto. En los diez talleres desarrollados con estudiantes, participaron 170 mujeres y 116 varones, lo que sumó un total de 286 alumno/as. Se relevaron 235 encuestas de estudiantes, en dos escuelas no se pudieron implementar por falta de tiempo. De las/os 235 estudiantes que completaron la encuesta: 61% fueron mujeres, y 39% varones, de entre los 14 y los 30 años de edad. Otro grupo abordado fue el que participó en los talleres organizados por el proyecto con la Sociedad Femenil Bautista, Horita Felíz Bautista, Grupo de Jóvenes Bautistas y Charla para padres, en las que participaron en total 73 personas: 78% mujeres y 22% varones.
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Un tercer grupo encuestado fueron participantes de las Jornadas Docentes: 80% mujeres y 20% varones, completando 20 encuestas. Se presenta a continuación un análisis de las respuestas elaboradas por las personas de los distintos grupos. Con respecto a qué consideraban violencia: alumnas, madres y docentes de diferentes edades, expresaron que violencia es maltratar, aprisionar al otro/a, agredir, imponer decisiones, faltar el respeto a la pareja, descalificarla, violar sus derechos, hacerla sufrir, provocarle dolor, afirmando que la mayoría de las situaciones
en parejas
heterosexuales ocurre por imposición del hombre sobre la mujer, con el aval de la sociedad machista. Podemos considerar que estas ideas se relacionan con una perspectiva de género: la violencia se caracteriza por la desigual distribución del poder entre varones y mujeres, o personas del mismos sexo, quienes no están situados en el mismo nivel en la sociedad y en la familia, diferencia de orden jerárquico (Rodríguez, 2001). Un grupo menor de mujeres refirió a que la violencia es falta
de diálogo,
no
entenderse con su pareja, y asoció el maltrato con parejas heterosexuales donde consideraron que se desvirtúan los roles y no hay amor. En esta línea se ubican las teorías que atribuyen a la violencia dentro de la familia a factores individuales, de interacción conyugal o familiar y que no consideran el contexto ni las pautas culturales donde se ejerce la violencia. El análisis queda reducido a la interacción de la pareja. La mayoría de las mujeres reconoce diferentes tipos de maltrato: físico, psicológico, emocional, sexual, económico, verbal, moral. Por su parte, los estudiantes, profesores y padres, expresan que violencia es dañar a la pareja,
maltratarla,
imponer acciones por la fuerza, no respetar su voluntad,
abusar, someter, agredir, dañar, restringir la libertad del otro, hacerla sentir culpable del maltrato, despreciarla, hacerla sentir inferior y es un delito. Sólo un grupo reducido de varones planteó que la violencia es descargar bronca o nervios en la pareja, lo que ubica su respuesta en la línea de asociar las causas de la violencia con el modelo psicosocial, que sostiene que la violencia ocurre por variables individuales y factores sociales de la persona que maltrata y que la violencia es un medio del/la que agrede para obtener resultados. “Algunos autores de este modelo parten de la premisa que el ser humano es “un animal agresivo” y que la violencia es un medio para enfrentarse a circunstancias adversas (…). La mayoría de estas posiciones parten de concepciones esencialistas en relación con la violencia y no tienen en cuenta cuestiones significativas como el
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género o las relaciones sociales de poder y subordinación, entre otras (Rodríguez, 2001:54)”. La mayoría de los varones
reconoce también
diferentes tipos de maltrato, y
mencionan la violencia física, psicológica, emocional, verbal. Con relación a la pregunta ¿por qué pensás que ocurren las situaciones de maltrato?, las alumnas, madres y docentes mujeres en su mayoría escriben respuestas que se pueden englobar en la perspectiva de género. Las razones estuvieron referidas a que la sociedad históricamente ha sido machista, a la concepción histórica de la mujer como sexo débil e inferior y a la creencia que el hombre es superior a la mujer. Otro grupo menor sostuvo que las situaciones de maltrato ocurren por la falta de educación de la persona que maltrata. Sin embargo las investigaciones
han
demostrado que maltratan a su pareja personas con diferentes niveles educativos alcanzados. Otro grupo pequeño planteó que el maltrato ocurre porque la persona violenta está enferma o tiene problemas psicológicos. Con el avance de las investigaciones las primeras explicaciones de la psicopatología fueron desmentidas, llegando a la conclusión de que la conducta de la persona violenta no se encuadra la mayoría de las veces dentro de un síndrome psiquiátrico, sino que el maltrato es causante de psicopatología de la persona agredida, considerándolo tan grave la investigadora Hirigoyen que lo define como “asesinato psíquico” (Hirigoyen, 1999). Otros respondieron que el hombre maltrata porque es adicto a alguna sustancia. Estas creencias remiten al mito que los hombres violentos son alcohólicos o drogadictos, y maltratan por los efectos de una sustancia. Las investigaciones plantean que el consumo de alcohol y drogas son agravantes o facilitadores de las conductas violentas,
pueden
favorecer la emergencia de las
mismas pero no causarlas. Las adicciones actúan en muchos casos solamente como desinhibidoras de actitudes violentas,
y potencian su riesgo. La violencia de la persona que maltrata no es
causada por el alcoholismo ni ninguna otra adicción, hay personas violentas que no son adictas. Las personas que ejercen el poder sobre otras maltratan sobrias o alcoholizadas, no es cierto que no sepa lo que hace y que no tenga control sobre su conducta, ya que el abuso sólo se dirige a su pareja, lo que demuestra que la violencia es intencional y dirigida. (Lemos, 2000). Otras mujeres respondieron que el maltrato ocurre porque la persona maltratada lo permite.
Esto remite a la creencia de que la persona maltratada es la culpable,
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generadora,
del maltrato de su pareja, o que se deja maltratar; poniendo el acento
sólo en factores individuales de la persona agredida. Por su parte un grupo de varones planteó que el maltrato a la pareja ocurre por la sociedad machista en la que se vive. Otro grupo culpó a la persona maltratada por dejarse someter, permitir el maltrato, y no hacerse respetar. Un grupo menor sostuvo que la persona que ejerce violencia “está loca”, maltrata por su adicción al alcohol, por falta de educación o valores, lo que alude a las explicaciones antes planteadas. Con relación a la pregunta, ¿estás viviendo una relación violenta?, de un total de 270 mujeres que participaron del proyecto, el 10% planteó estar atravesando situaciones de violencia.
Con respecto a los hombres,
de un total de 156 varones que
participaron, el 1% respondió que sí. El 13% de mujeres y el 1% de los varones respondieron temer a las reacciones de su pareja; el 15% de las mujeres y el 12% de los varones
contestaron que no se
animaban a decirle lo que les pasa a su pareja. El 11% de las mujeres y el 1% de los varones respondieron que sus parejas lo/as insultaban y descalificaban; el 15% de las mujeres
y el 12% de los varones
plantearon que eran acusado/s por sus parejas de estar, salir, o tirarle onda a otras personas o engañarlo/as. El 13% de las mujeres y el 5%
de los varones señalaron que en más de una
oportunidad sus parejas las habían agredido con empujones o golpes. Frente a la pregunta específica si alguna vez fue maltratado/a por su pareja, novio/a, el 17% de las mujeres y el 1% de los varones respondieron que sí. Fue llamativo que el 44% de las mujeres y el 25% de los varones que participaron de las actividades
respondieron
que conocían a otras personas que atravesaban
situaciones de violencia, mencionando en primer lugar a familiares y amistades, y en menor cantidad a personas conocidas. Con respecto al conocimiento de sus derechos y el acceso a justicia frente a las situaciones de violencia de género, el 39% mujeres, y el 31% de los varones respondieron que no sabían a donde recurrir en caso de recibir alguna agresión por parte de su pareja, lo que deja en claro el desconocimiento de sus derechos. Conclusiones. Frente a estos resultados de las encuestas, no queda duda de que la violencia de género es una problemática que se encuentra presente en la vida cotidiana de alguno/as estudiantes de escuela media, padres- madres de estudiantes, docentes, en sus grupos familiares, amistades, personas conocidas.
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Las alumnas, docentes, profesoras, madres manifestaron en mayor medida que sus pares varones alumnos, profesores, o padres, atravesar o haber atravesado situaciones de maltrato emocional, psicológico y físico por parte de sus parejas, pero ambos sexos señalaron haber recibido malos tratos por parte de sus parejas, temían las reacciones de las mismas y no se atrevían
a decir a sus compañero/as lo que
les pasaba. Frente a las situaciones de violencia, tanto varones como mujeres refirieron como personas de apoyo a sus familiares y amistades; considerando el equipo como preocupante que una gran cantidad de personas que participaron del proyecto no sabían a dónde recurrir o dirigirse frente a las situaciones de violencia de género y el desconocimiento de que la violencia es violación de derechos) Las encuestas fueron implementadas como primera actividad en los encuentros con estudiantes, docentes y padres- madres, por lo que luego del desarrollo de los talleres mucho/as, que al principio no creían ser maltratada/os por sus parejas, al final del encuentro se reconocían inmerso/as en situaciones de violencia. Se observó el desconocimiento de los derechos de las personas que participaron de las actividades, la incertidumbre de qué hacer, a dónde ir frente a estas situaciones, tema que fue abordado en los talleres, charlas, jornadas, en las consultas, en las solicitudes de escucha, contención y orientación, realizadas desde una perspectiva de derechos humanos y género. En este proyecto las actividades partieron de una problemática actual, situaciones de violencia de género en adolescentes y jóvenes, y de demandas puntuales realizadas por estudiantes, docentes de escuelas media de la Ciudad de Viale y padres a los/as miembros del equipo. La ejecución del proyecto fue viable atento a que el mismo partió de demandas recibidas, y tuvo su anclaje en las escuelas medias de la Ciudad de Viale. Un punto que
generalmente vulnera la efectividad de los programas de
violencia en
adolescentes y jóvenes es que hay que ir a buscarlos: salvo algunas excepciones, no están en la escuela, no se promocionan en la calle ni se mencionan en los medios de comunicación. Las personas especialistas que trabajan en escuelas coinciden en que ése es el punto neurálgico donde es difícil derribar mitos y echar luz sobre los modos de relacionarse, el respeto a la autonomía y las cuestiones de género. Por medio de esta propuesta se intentó prevenir, detectar y abordar situaciones de violencia promoviendo el respeto de los derechos,
diferenciando lo que son
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demostraciones de afecto del control y del autoritarismo, sabiendo que mujeres y varones tenemos que gozar de los mismos derechos y del acceso a justicia. El equipo se encuentra convencido, que si las situaciones de violencia presentes en las relaciones de jóvenes parejas se tratan a tiempo, puede prevenirse el amargo resultado de una historia familiar que puede evitarse desde la prevención promoviendo el conocimiento de sus derechos, reforzando, además, las acciones para abordar esta problemática y garantizar el acceso a justicia. Entre todas y todos podemos hacer el cambio.
Bibliografía. Hirigoyen, Marie France. (1999). El acoso moral: El maltrato psicológ̤ ico en la vida cotidiana. Buenos Aires: Paidós. Lemos, Ruth Noemí. “Laberintos y mitos, un recorrido de algunas de las representaciones sociales sobre la mujer maltratada.” Revista “Utopías” Nº6. Facultad de Trabajo Social, U.N.E.R. Año V. Marzo 2000. Rodríguez, Marcela V.
(2001) Violencia contra las mujeres y políticas públicas.
Tendiendo un puente entre la teoría y la práctica. Buenos Aires: Municipalidad de Lomas de Zamora. Birgin, Haydee y Gherardi, Natalia (2008) El acceso a la justicia como un derecho humano fundamental: retos y oportunidades para mejorar el ejercicio de los derechos de las mujeres. Fuente: www.ela.org.ar/a2/index.cfm?fuseaction...campo... Highton de Nolasco, Elena. "El acceso a la Justicia implica llevar a cabo una gestión rápida y eficaz". http://www.infobae.com 25/05/2012.