con TDAH:

Hijo, cuando leas esta carta ya habrán pasado algunos años y habrás entendido muchas cosas, como por ejemplo que el TDAH existe y que quizá formará parte de tu vida. Comprenderás que tú no decidiste tenerlo, dejarás de sentir culpa y entenderás que muchas veces no fue tu intención estar disperso mientras otros te hablaban y que dejar la llave abierta o el escusado sin bajar, no fue un descuido malintencionado. Hoy te perdonas por haber perdido tantos objetos, o por poner la respuesta equivocada en el examen, si un día antes la sabías perfectamente.

Sé lo que te costó ese nueve en tu boleta porque mientras otros repasaban una vez las lecciones tú tenías que hacerlo diez. Sé también que todo el apoyo extra dejó fortaleza en tu espíritu y que al visitar a tantos doctores escuchando sus consejos y técnicas, desarrollaste empatía, habilidades y creatividad. Aprendiste a valorar cuando veías a mamá y papá preocupados por proporcionarte clases especiales, terapias y medicamentos cada mes.

Hijo, todos los niños diagnosticados con TDHA son capaces de salir adelante, porque con un buen diagnóstico y tratamiento adecuado pueden lograr grandes cosas como Michael Phelps o

Albert Einstein, y muchos otros más, así como TÚ.

Muchas veces me pregunté: ¿Por qué siendo yo tan imperfecta me tocó ser tu mamá si a veces me cuesta controlar mis propios retos? Ahora lo sé, porque gracias a ti aprendí a ser mejor persona, a estar más atenta y poner más cuidado en lo que hago. Conocí el valor de la paciencia y pude ver cómo un pequeño con un gran corazón, logró salir adelante cumpliendo sus sueños y metas aún cuando el camino tuvo más obstáculos de lo normal.