Alergia a la proteína de la leche de vaca

En años recientes la cantidad de niños que manifiestan datos de alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) ha ido en aumento, no es de sorprender que las madres se encuentren cada vez más preocupadas por esta enfermedad. En el año 2010 la Organización Mundial de la Salud le dedicó dos años a su investigación con el objetivo de actualizar al personal de salud.

En algunos países es la alergia alimentaria más frecuente con una incidencia tan alta como el 8%, sin embargo, un artículo encontró que hasta 44% de las madres refirieron que sus hijos presentaron en algún momento de la infancia síntomas de alergia a la proteína de la leche. La APLV ha mostrado un repunte importante en los últimos años en relación con el aumento en el número de cesáreas, niños prematuros, disminución del tiempo de lactancia materna, introducción temprana de proteína de leche de vaca (fórmulas), antecedentes familiares de alergia, entre otros.

Los síntomas de APLV pueden ser muy inespecíficos como edema de labios, náuseas, reflujo, vómito, cólico, diarrea, urticaria, hinchazón o eritema, además de síntomas respiratorios parecidos a otros tipos de alergias pero en relación con el consumo de leche de vaca ya sea de manera inmediata o días después; no todos los síntomas se presentan con la misma intensidad en cada niño, por eso es indispensable la valoración por personal capacitado.

Hasta la fecha no existe una prueba que detecte el 100% de los casos de la APLV por lo que se debe basar inicialmente en una buena historia clínica del niño.

Una vez detectada APLV el tratamiento consiste en la eliminación de la proteína de vaca. Es importante mantener siempre una dieta balanceada por lo que se puede solicitar el apoyo de Nutriólogos capacitados.

Por: Dr. Jorge Alberto Macías Flores Gastroenterologo Pediatra

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La lactancia materna es posible y recomendable ya que su continuación favorece la disminución de los síntomas de alergia y la más rápida tolerancia, sin embargo, se debe de realizar la dieta materna de manera meticulosa ya que el consumo inadvertido de proteína de leche de vaca es muy frecuente.

La proteína de leche de vaca se encuentra ampliamente distribuida en los alimentos, aun en productos no evidentes como pastas, jamón entre otros, se debe evitar la proteína de leche de vaca en su forma de caseína, caseinato y proteínas de suero, para esto es necesario vigilar las etiquetas. Las fórmulas de soya no son recomendables ya que hasta un 50% con APLV también son alérgicos a la soya.

El pronóstico es variable ya que el 50% de los pacientes tienden a presentar tolerancia en el transcurso del primer año, un 80% en el transcurso del 3er y 4to año, y un porcentaje menor de niños no tolera la proteína en su vida, por lo que es importante un seguimiento para evitar sobretratar a estos pequeños.