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Alabar Alentar vs

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¿CÓMO SABER SI

¿CÓMO SABER SI

¿Has escuchado lo que le dices a tus hijos? ¿Alguna vez te detienes a reflexionar sobre lo que les representan estas palabras?

¿Cuántas de nuestras expresiones empoderan? ¿Conoces la diferencia entre alabar y alentar?

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Es bien sabido que las palabras de los padres ejercen un poder casi inmediato en sus hijos. Mucho se ha escrito sobre evitar críticas y humillaciones en la educación de los niños; decirles frases como “qué tonto eres” nos queda clarísimo que no ayuda a su desarrollo. Y ¿cómo te suenan las siguientes? “Eres el mejor del mun do”, “estoy orgullosa de ti”, “con tanto diez, te mereces un gran premio”.

Estas expresiones se han extendido por la crianza actual de nuestros niños, ba sándonos en la idea de motivarlos para que alcancen su máximo potencial. El problema es que nos estamos enfocan do en alabar a nuestros hijos en lugar de alentarlos. Veamos cuál es la diferencia.

Cuando el comportamiento o labor de un niño es juzgada de acuerdo a los es tándares de los padres y son ellos los que emiten una calificación estaremos alabando a nuestros hijos. Estas pala bras hacen que ellos busquen el recono cimiento del mundo exterior en cada uno de sus pasos. Como resultado encontra mos a niños que juegan o estudian o ha cen tarea y miran a mamá preguntando “¿así mami?”, ¿te gusta mamá?, “mira mamá”, “mira mamá”, “mamaaaaaá”…

Estos pequeños ahora necesitan que se les reconozca cada acción que realizan y tienen miedo si no hay alguien que les autorice la decisión que están tomando. Cuando las cosas no salgan bien, trata

Médico Cirujano 4093769 UNAM Especialidad en Urgencias 5259334 IPN Licenciatura en Psicología 1357504 WhatsApp 777 563 5033 rán de ocultar los resultados para evitar la crítica y si el reto resulta mayor, preferirán no intentarlo por el temor a no recibir el reconocimiento. Estas consecuencias se pueden extender a la edad adulta llegando a ser dependientes del ambiente externo, que crean que la culpa de sus aciertos o fracasos está en el exterior.

Entonces ¿qué le puedo decir a mi hijo para motivarlo? Nosotros las llamamos palabras de aliento. Con ellas trataremos de reconocer el esfuerzo de nuestros hijos más que el resultado; intentaremos que sean ellos los que reconozcan y festejen sus propios logros, con el objetivo de que sea la motivación desde su interior la que los lleve a buscar nuevos retos en la vida. Para aterrizar el concepto, imagina que tu hijo llega con un diez en su examen; las palabras de aliento serían algo como “debes estar muy orgulloso de ti”, “¿cómo te sientes con este resultado?”, “mira cuánto has logrado”.

Así un niño motivado será un adulto consciente de que el éxito está en el esfuerzo y no solo en el resultado.

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