GUANAJUATO, Legados y Tesoros Patrimoniales -Ene-Feb. 2023

Page 32

Editorial

PORTADA:

Fotografía original de Don Manuel Leal - año de 1940 - coloreado manual por Emilio Romero - 2022. “Callejón de la Galarza”

Desde nuestra editorial, deseamos a nuestros lectores un nuevo año calendario, colmado de salud, éxitos y que se cumplan todos sus metas y objetivos.

Comencemos un 2023 con renovados bríos y esfuerzos por llevar a ustedes, temas y artículos que cumplan los objetivos de la difusión del conocimiento y sus alcances en materia cultural, reconociendo en todo ello, el rescate de las historias que dieron vida a nuestro Patrimonio Cultural.

Nuestra propuesta editorial, ahora cumplirá con un nuevo orden calendárico, para la emisión y difusión de nuestra revista para los meses venideros, divididos en bimestres comenzando por enero-febrero y así, sucesivamente.

Es vital la invitación a nuestros lectores-escritores, a sumarse a nuestro esfuerzo editorial a fin de difundir sus escritos, ensayos, artículos, tesis, en las páginas de nuestra revista cultural, como una buena oportunidad para la difusión de sus investigaciones, ponencias, inquietudes. Por ello mantenemos abierta la posibilidad de hacerlo en nuestros contenidos.

El mail que tenemos abierto a sus colaboraciones es: legadosytesorospublicar@gmail.com

Mucho deseamos que este 2023, alcancemos juntos varias metas y objetivos que nos hemos planteado.

Legados y Tesoros Patrimoniales del Estado de Guanajuato, es una revista cultural digital con edición bimestral, con Registro en Trámite. Con edición digitalizada para equipos de cómputo y sus periféricos por Fast Print Gto, empresa de Publicidad.

Los artículos, ensayos, investigaciones, gráficos, textos e imágenes, son responsabilidad de los autores y no reflejan el criterio del Consejo Editorial

Reciban un abrazo cordial Emilio Romero Balandrán

Escríbanos a: legadosytesoros@gmail.com

Contenido 7 13 19 27 El enorme valor del Patrimonio Documental La lenta destrucción del Patrimonio Urbanístico Emilio Romero Colección de libros del Acervo Fotográfico de Guanajuato Emilio Romero Recorrido fotográfico por los Barrios de Marfil y Guanajuato 1880-2014 antes y ahora Gilberto Piñeda Bañuelos Miriam Roldán González Las Castas en la Nueva España Emilio Romero 63 El Acervos Fotográfico de Guanajuato 83

Presentación

Desde 1980 en mi contacto con la fotografía, como expresión artística y la práctica de la técnica; desde los procesos químicos hasta el paso de los equipos “análogos” y actualmente “digitales”, el contacto con la historia misma de esta maravillosa técnica y las experiencias propias, han dejado una profunda huella en mi vida.

Al mismo tiempo, para Guanajuato, la historia cercana escrita por diferentes aficionados y profesionales que, ha llegado a nosotros a través de sus fotografías, ha inspirado la realización de una compilación estructurada para formalizar una edición especial de tres volúmenes donde, se contenga mucho de sus obras y puedan ser mostradas de manera cronológica de acuerdo a su temporalidad y nos permiten lecturas y aprendizajes que aún con el paso del tiempo, siguen vivas, al ser parte ya de nuestro Patrimonio Documental.

Así, este proyecto fue creado para la difusión de decenas de piezas fotográficas que se han podido integrar al Acervo Fotográfico de Guanajuato, como un valioso compendio que permita la

lectura y conocimiento de la fisonomía del Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato de los siglos XIX y XX, como reflejo de su historia e identidad.

Al paso de los años, aquella compilación se fue enriqueciendo en base al rescate, organización, datación, restauración, para integrarlos finalmente, como un Archivo Histórico propiedad de los Guanajuatenses.

En esta tarea, ardua por cierto, en muchas ocasiones he podido ubicar al autor de las piezas y en cada cédula se menciona esa autoría; lamentablemente en otras más, no se ha podido indentificar la autoría y en la cédula de la pieza se menciona: “autor aún no identificado” y se considera la valía de la pieza por su aporte histórico.

Más de 7,000 piezas forman parte del Acervo Fotográfico de Guanajuato, que son consideradas como Legados y Tesoros Patrimoniales de los Guanajuatenses y por ello, las más significativas, serán consideradas para la elaboración de estos tres libros que constatan, la historia gráfica del viejo GUANAJUATO.

El Acervo Fotográfico de Guanajuato Edición formal de tres volúmenes impresos Emilio Romero Balandrán

He podido estructurar el contenido de los tres volúmenes en cuestión, de manera tal que podamos apreciar desde las piezas más antiguas que se han localizado, pasando por algunos de los autores de las mismas y que se han podido reconocer, un orden cronológico que permita la comprensión de las piezas dentro de la historia misma de los aconteceres citadinos y otros factores que, finalmente, nos proveen de datos formalizados como evidencias y testimonios de muchos de los sucesos histórico-urbanos ocurridos en los siglos XVIII, XIX y XX en el Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato.

El contenido ya estructurado, nos remite a conocer gran parte de aquel Patrimonio Documental de los Guanajuatenses, considerando: Mapas y Planos, Ilustraciones y Grabados, Dibujos

y Pinturas, Fotografías que por su valor documental apoya fehacientemente hechos y acontecimientos de la historia urbana de la ciudad, al proporcionarnos esos testimonios y evidencias gráficas de gran valor documental.

La parte cronológica de la presentación editorial, abunda en la oportunidad de conocer esas referencias gráficas, a fin de formarnos opiniones y criterios propios y con ello, poder llegar a conocer más de nuestra propia historia.

Así, el contenido nos deja conocer mucha parte de nuestra propia historia y por ende, refuerza el conocimiento de la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Contenido

He trabajado arduamente en el proyecto para concretarlo y he encontrado muy poco apoyo de algunas entidades gubernamentales, pues como todo, lo referente al Patrimonio Cultural de los Guanajuatenses, tiene poco interés para los funcionarios.

Entonces mi búsqueda se ha centrado en encontrar a personas dentro de la comunidad que puedan distinguir la importancia de este material, sus alcances dentro del valor Patrimonial Documental de los Guanajuatenses, el valor que aporta al conocimiento de la historia urbana de la ciudad, el valor testimonial que tienen todos esos gráficos rescatados y el gran valor que aportan a nuestra historia en base a sus evidencias.

He terminado desde la estructura general, el diagramado y maquetado de cada volumen, su contenido tanto gráfico como textual, considerando:

a- Cada gráfico se ha restaurado, para su integración a las páginas y se muestre lo mejor posible.

b- Cada página contiene el balance visual adecuado y su presentación es impecable.

c- Cada volumen contiene textos biográficos de los autores de las piezas, cuando fue posible localizarles.

d- Cada volumen tiene una estructura cronológica.

Edición Final

La edición final de la colección, está basada en una excelente calidad editorial, porque el material y la obra en general así lo requieren. El valor Patrimonial del contenido indica que se debe presentar a los lectores, con total calidad.

Cada volumen cuenta con su propio estilo visual que se continúa en los dos restantes, con la finalidad de que, su presentación al lector, le permita un viaje imaginario al Patrimonio Documental de los Guanajuatenses y lo pueda realizar en la comodidad de su propio espacio y le permita datos e información fidedigna para, incrementar su propio acervo cultural.

Esa inmersión al Patrimonio Documental permitirá al lector, encontrar información que, ha

estado alejada por muchos años, guardada en archivos o colecciones que, por estar dispersas, no han podido proveer de datos tanto históricos como gráficos de mucha parte de la vida de la ciudad y su desarrollo comunal.

Todo el contenido de los volúmenes, es resultado de muchos años de búsqueda, de investigación, de rescate, de restauración, de organización, de cruce de datos a fin de lograr que, ese viaje al Patrimonio DOCUMENTAL rinda frutos al conocimiento.

La compilación de todo ese material gráfico, hoy, estará contenido en un solo sitio, a donde podremos consultar y admirar, decenas de piezas que, antes muy dispersas, han llegado a nosotros -

con su valor testimonial, mismo que, nos facilitará conocimientos reales del devenir histórico-urbano del Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato, a través de su paso por los años de los siglos XVIII, XIX y XX.

El material está listo y tengo la esperanza de que, alguno o varios de los lectores de esta revista cultural, tenga a bien brindar el apoyo de capital económico y asociarnos, para llevar a la impresión real, la edición de todo este enorme contenido que, no debe perderse en la noche de los tiempos, porque es de los GUANAJUATENSES!!

Información y datos, escríbeme a: Legadosytesoros@gmail.com

Te comparto datos de la edición final:

* Portadas de los tres Volúmenes.

* Tamaño carta horizontal

* Pastas duras.

* Impresos a color.

* 200 páginas por volumen.

* Papel couché 135 grs.

* Envoltura individual.

La lenta destrucción del Patrimonio Urbanístico

PATRIMONIO URBANÍSTICO

Esta constituido por las estructuras urbanas que dan identidad a cada Pueblo y Ciudad. Se considera muy puntualmente a todos los conjuntos urbanos de especial importancia como: Los Barrios, Plazas, Jardines, Parques, Calles, Callejones, porque son referencias únicas de la personalidad de cada espacio.

Se consideran además dos conceptos de suma importancia: El Paisajístico y el Ambiental, que conforman el entorno donde están inmersos aquellos conjuntos urbanos y en sumatoria global, le dan el carácter de identidad, personalidad, impacto visual y los hacen únicos.

Estos elementos son también muy frágiles, porque cualquier cambio o adición/supresión, los perjudica notoriamente y les hace perder partes de su personalidad, dejando despojos irreversibles.

Este Patrimonio, sufre constantemente la inducción de intervenciones por parte de la autoridad, con el menosprecio a su propio carácter y va dejando secuelas de perdida de identidad e integración al contexto de los Pueblos y Ciudades.

Igualmente las acciones civiles, el comercio ambulante, las prestaciones de “servicios comunales” mal entendidos, perjudican enormemente éste Patrimonio.

El caso especial de la Capital del Estado de Guanajuato, cobra enorme relevancia porque la ciudad ostenta el Título de Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad otorgado por la UNESCO.

Ante ese nombramiento, se hace de vital importancia el valorar con exactitud todos los bienes urbanísticos con los que aún cuenta la ciudad en todo su entorno y territorio, considerando desde la poligonal que sirvió de base para la declaratoria, así como todos los elementos que dan toques singulares a la belleza de la ciudad.

Esas consideraciones por sus enormes alcances, deben partir de un verdadero, real y actualizado levantamiento de inventario que proporcionen una imagen completa de los legados y tesoros con los que aún cuenta la ciudad.

En este inventario, deben participar todos los actores de diferentes ramas profesionales que sean necesarios, a fin de considerar todas las opiniones que respalden una adecuada valoración de cada bien urbano completamente desglosado, para tener finalmente, uno o varios tomos de información fidedigna para considerar el rango de importancia que el propio bien patrimonial tenga en el contexto citadino.

Es vital entonces, que se provoquen estos trabajos a la brevedad, debido a la destrucción que poco a poco sufren cada uno de ellos, pues están expuestos al rigor de cientos de factores adversos, que los debilitan.

Esos factores son determinantes en el grado de deterioro que muchos -por no decir todos- los bienes del patrimonio urbanístico y vienen a constituirse en una radiografía del riesgo que cada pieza tiene. Entonces. sí es necesario conocer exactamente todos los factores de riesgo para elaborar diagnósticos apegados a la realidad para cada una de las piezas inventariadas.

No bastan los deseos, ni las decisiones de escritorio o de café, se requiere impulsar con toda vehemencia estos trabajos porque el tiempo apremia y cobra muy caras facturas por el descuido al Patrimonio.

Los cambios en el entorno donde se encuentren todos los bienes urbanísticos, son determinantes para entender los procesos de preservación y conservación que se requieran, considerando todas las afectaciones que inciden en su bienestar a fin de dotarlos de las mejores condiciones.

Al Patrimonio Urbanístico, hay que estudiarlo, entenderlo y mirarlo como un tesoro en custodia, por esas razones, es que se deberán implementar todos los trabajos necesarios para mantenerlo en perfecto estado, no a medias, no al “más o menos”, porque ese simple conformismo nos delata como pésimos custodios de su verdadera importancia histórico-patrimonial.

El caso de la ciudad Capital del Estado de Guanajuato es significativo del descuido, desapego y desconocimiento, de lo que el patrimonio urbanístico ha significado para la ciudad.

Por un tiempo bastante largo, varias administraciones municipales, han ocasionado desde descuido hasta pésimas intervenciones en varios bienes patrimoniales que muchos consideramos perversidades que para nada han ayudado al mantenimiento de hermosos ejemplares y si los han perjudicado de manera brutal.

Debemos reconocer la nula dedicación de los servidores públicos en tareas patrimoniales, dejando en consecuencia que el descuido se apodere de invaluables ejemplares La política y el Patrimonio Cultural no se llevan; mientras que en la política, los políticos solo se aseguran de su propio bienestar

generando infinidad de maneras de lograr esos beneficios aún a costa de los demás; trampas, robos, disposiciones de recursos públicos, lujos, abusos, son banderas del día a día, dejando totalmente de lado, programas y atención expedita a la ciudadanía; son estas las razones de gran peso, que dejan completamente vulnerable al Patrimonio Cultural.

Como lo expresé, los trabajos en el tema Patrimonial, no les rinde beneficios ni económicos ni de “imagen” así que no tienen ningún interés en molestarse desarrollando programas de atención al Patrimonio.

El Patrimonio Urbanístico de Guanajuato Capital ha sufrido estos desmanes de la autoridad, sin que nadie les ponga el alto. Veremos algunos ejemplos recientes:

El parque Florencio Antillón, es producto de un proceso histórico urbanístico de la ciudad que inicia en la década de 1870, cuando se determina edificar un Templo cuyo proyecto tenía al menos 20 años esperando ser realizado, por aquellos años se concretan las oportunidades y se otorga a una Junta Menor el encargo de la dirección de los trabajos a realizar; dicha Junta Menor la componían El Presbítero Don Lucio Marmolejo, Don Marcelino Rocha y Don José

Antonio Solís. -Efemérides de L. Marmolejo-.

En esa área, que era parte del río original, se encontraba ya la Cortina de la Presa y había colocada una fuente en el terreno. Se determina que ese sería el sitio para el Templo.

Para 1871 el Gobernador Don Florencio Antillón, determina construir un gran túnel para abovedar el río y llevar las aguas a la ciudad, quedando en la parte superior un enorme terraplén que sería utilizado posteriormente y la construcción del Templo estaba justo en esa parte, por ello determinaron cambiarlo de lugar. En 1872 dan inicio los trabajos y se demuele la casa de la Señora Gila Jiménez y se comienzan las perforaciones para los cimientos del gran túnel de la Presa de la Olla.

El 23 de noviembre de 1872, queda completamente embovedado una buena parte del río y entre 1873-1878 prácticamente se concluye con el terraplén sobre el túnel de la Presa de la Olla. 1880 se empieza a plantar un jardín en la gran plaza de la Presa....

Con toda esta historia, quiero destacar que dicho espacio luego Jardín de la Presa de la Olla y finalmente Parque Florencio Antillón que fue edificado y plantado durante el auge de la construcción de

cerca de 30 años en la ciudad y que por obvias razones dejó su impacto en la historia misma de Guanajuato y por otra parte la más contundente, recordemos que en la clasificación del Patrimonio se especifica puntualmente que:

“Se consideran Patrimonio Histórico todos los bienes muebles e inmuebles hasta el año de 1900”; bajo esta premisa, al disponer la “intervención” asignada a un contratista, el ayuntamiento de Guanajuato cometió una grave perjuicio contra la ciudad y sus habitantes, contra todas las entidades relacionadas con el patrimonio y peor aún, dañó irremediablemente el concepto de Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Según datos conocidos y proporcionados por las autoridades, el costo fue de 25 millones de pesos o más que también son un daño del erario público y además destrozaron todo el mobiliario urbano del parque, que en una evaluación somera, rondaría los 350 millones de pesos, por su propia importancia y significado.

Los trabajos se contrataron sin percatarse de la nula capacidad del proveedor y su total desconocimiento de la historia misma de la ciudad y el Parque en cuestión. Prueba de aquello se constituyeron en demandas judiciales que el Municipio emprendió

en contra del contratista al que le fue asignada la obra.

Para todos los ciudadanos, el daño está hecho y sabemos que es irreversible, puesto que se destrozó todo cuanto se tenía en ese sitio y si lo analizamos por su historia casi 150 años tirados a la basura; por la parte de valor patrimonial, casi 350 millones de pesos hechos trizas; por su impacto visual y estético 150 años de orgullo ancestral convertido en chatarra actual.

Otros ejemplos: ahora el ayuntamiento se ha dado a la tarea de “intervenir” varias Fuentes consideradas como Patrimonio Urbanístico de la ciudad y los resultados se manifiestan en el mismo tenor, destrucción y pésimos tratamientos a los elementos que las conforman, porque se ha contratado a manos inexpertas -no sé, si baratas o no- pero intuyo que sin la preparación y capacidad para afrontar una remodelación, una restauración o sencillamente un mantenimiento y esas manos inexpertas finalmente han destrozado igualmente, elementos como las canteras, los frisos, los finos tallados, con tratamientos invasivos y devastadores nada recomendables y esas acciones solo significan incapacidad, desconocimiento y negligencia, tanto del ayuntamiento como del contratista.

No se percibe cambio alguno en las políticas al respecto, solo menciones y amenazas, silencio y graciosa huida, ningún solo responsable; mientras el patrimonio ha sufrido el ataque feroz de la incomprensión y el desconocimiento oficial.

Aquí cabe otra reflexión relacionada con el valor de los bienes patrimoniales urbanísticos: como son bienes que ahí estuvieron, están y estarán, tanto la ciudadanía como sus autoridades, los ven todos los días y se han mimetizado con el entorno, esto es que, estamos tan acostumbrados a verlos que ya no los miramos u observamos, solo vemos el bulto, pero no su presencia, mucho menos su esencia y por obvia razón no tienen valor significativo ni económico para muchos y aquello es una pieza más del entorno, que incluso la gran mayoría desconoce su función primordial.

El valor patrimonial, está determinado por varios factores que lo componen, haciendo que supere con mucho la expectativa, por ejemplo: una pieza de 1890 que costó 27,000 pesos de aquellos días, hoy con todos los componentes agregados, tendría un valor patrimonial de entre 80 a 100 millones de pesos. Y se devalúa con las pésimas intervenciones, el poco o nulo mantenimiento y los ataques por vandalismo que sufre día con día.

El enorme valor del Patrimonio Documental

Guanajuato. Al norte el rancho de Don Juan Primo, al sur su hacienda, al poniente San Miguel el Grande; asimismo se presenta el camino real de Querétaro que va a México, el arroyo seco y al centro la Cieneguilla. Se traza para marcar como está el nacimiento del agua de la cieneguilla y sus remanentes. Fuente A.G.N.

En mi trabajo de investigación he podido localizar decenas de documentos en diferentes acervos que finalmente son joyas documentales de hechos, sucesos, partes, páginas de la historia de nuestros Pueblos y Ciudades que por diferentes razones han permanecido ocultos en cajones y cajones de otras tantas instituciones y que por detalles de su archivado, no se ha difundido su contenido y significado histórico a lo largo de años y años de letargo documental.

Las posibilidades y alcances del contenido de cientos de documentos tienen para mi, un gran significado pero sobre todo ello, un gran valor documental porque se constituyen en evidencias claras de acontecimientos que quedaron grabados en la historia de cada Pueblo, Ciudad y Comunidad

de nuestro Estado de Guanajuato y que ayudan a comprender infinidad de hechos relacionados con su propia historia, aparte de acrecentar la información que ofrecen para enriquecer el estudio de cada fenómeno y acontecimiento, dando posibilidades claras de encontrar información protagónica y veraz.

Las comunidades han tenido su propia vida y desarrollo y en partes claves de su existencia, el Patrimonio Documental tiene referencias claras, precisas y contundentes que nos permitirán poco a poco comprender su paso por los años y en muchos casos desde sus primigenios días hasta su actualidad.

Hoy mismo, existen grandes ventajas para su difusión con el avance de las tecnologías digitales, solo que, las instituciones y particulares que tienen bajo su

custodia ejemplares del Patrimonio Documental, enfrentan ante ello, una enorme labor de captura de datos y aunque se hacen esfuerzos, es muy poco lo que se ha logrado.

Por otro lado, el juzgar la importancia de algún documento, queda en manos de quienes capturan digitalmente el mismo, haciendo que se desechen valiosos documentos por la sencilla razón del desconocimiento de la historia o los eventos que se narran en el mismo.

Esto ocurre con mucha frecuencia, porque el trabajo de digitalizar documentos se hace sin planeación o poca preparación al establecer las metas y objetivos que tendrá la captura digital de las piezas.

Es de suma importancia que la digitalización de piezas que van desde grabados, mapas, planos, ilustraciones, litografías y fotografías tenga la difusión que merecen sus contenidos e información y por otra parte, tratar de evitar el cobro que las instituciones hacen por la “descarga” de esa

información, porque esa acción, evita que cientos de personas tenga acceso a los contenidos que podrían ser base de sus investigaciones.

Es claro que los avances tecnológicos nos proveen de material en condiciones óptimas que comparados con los testimonios gráficos de antaño, tienen sus grandes diferencias, pero eso no es lo importante, porque al compararlos, podemos percibir de inmediato las diferencias en su información; así podemos conocer el cómo fue, cómo era, por qué se edificó, para qué y decenas de preguntas más.

Rescatar documentos que forman parte de las evidencias tanto históricas como costumbristas, nos adentra en el terreno de las sorpresas, de los reconocimientos, de los aconteceres verdaderos de cada Pueblo y Ciudad del Estado de Guanajuato.

Para los investigadores toda información es valiosa y con esa premisa, podemos adentrarnos en las entrañas de lo verdadero, de lo real, para encontrar la otra historia... la historia no novelada.

Para el caso de estas piezas que retratan desde las alturas a las diferentes ciudades, según entiendo, es un trabajo que realizó entre los años de 1934 a 1944 la Compañía Mexicana Aerofoto, S.A. y que se conserva en custodia de la Fundación I.C.A. Org. una labor poco difundida y desconocida por el grueso de la comunidad, pero que hacen clara referencia al cómo fueron aquellas poblaciones entre aquellos años.

Esta información es muy valiosa desde el punto de vista histórico porque nos deja conocer gran parte de la población retratada en un periodo de tiempo de 10 a 12 años antes y después de la toma fotográfica y con ello darnos una idea más cercana al desarrollo de la población en cuestión, sus cambios, sus trazas, e incluso las vías de acceso y las dimensiones de su posición geográfica.

Las herramientas actuales como el conocido Google Maps, nos provee esta información totalmente actualizada, prácticamente al día con día y hace que las fotografías aéreas de aquellos años de 1934 a 1944, adquieran su propio valor testimonial e histórico.

Este valor es de suma importancia para los investigadores porque se pueden recrear perfectamente los aconteceres de cada población fotografiada, que llevaron a la misma hasta la actualidad.

Si bien es cierto, que para muchos no tiene el interés particular, el tema permite escribir los renglones faltantes a la historia misma de cada población retratada siempre localizando acuciosamente los más pequeños detalles en la información contenida en cada pieza.

Que bueno que se localizaron estos archivos y sobre todo, que bien poder darlos a conocer, con la idea de que puedan servir para encontrar algo más del conocimiento gráfico de la ciudad:

Agrego estas piezas para que, en su difusión puedan servir como ilustraciones de lo comentado:

RECORRIDO FOTOGRÁFICO POR LOS BARRIOS DE MARFIL Y GUANAJUATO 1880 - 2014 (ANTES Y AHORA)

Gilberto Piñeda Bañuelos(*) y Miriam Roldán González(**

PRESENTACIÓN

En 2013-2014 se desarrolló una estancia de investigación en la Escuela de Arquitectura y el resultado de ese trabajo fue un libro digital coeditado por la Universidad de Guanajuato (UG) y la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) que llevó el título de Metodología Grafica para una Historia Urbana: el Paisaje Urbano de la Ciudad de Guanajuato (Mapas, Planos y Fotografía) coordinado por el arquitecto Gilberto Piñeda Bañuelos con la colaboración de María Jesus Puy y Alquiza, Jorge Enrique Cabrejos Moreno , José Luis Lara Valdés, Eveline Woitrin Bibot , María Guevara Sanginés, Héctor Bravo Galván, Selene Jasso Hernández, Miriam Roldán González, Cynthia de Lourdes Díaz Barajas, Valeria Torres Ramírez, José Bernardo Flores García, Rubén García Martínez, Xochiltl Terecita López Valadez, Lorena Montserrat Carmona Padilla, Xaté Tzitziki Aguilar Próspero, Luis Alonso Hernández Muñiz.

El contenido del libro está en dos partes y un anexo gráfico; la primera parte es Una historia urbana de la ciudad de Guanajuato y la segunda parte es El paisaje urbano de la ciudad histórica de Guanajuato: antes y ahora. En esta segunda parte hay dos capítulos que ahora reproducimos aquí íntegramente, que son: II.Recorrido histórico de Tepetapa a la Presa de la Olla… y alrededores y III.Imágenes del paisaje urbano de la ciudad histórica de Guanajuato: antes y ahora que son de la autoría de Gilberto Piñeda Bañuelos y Miriam Roldán González.

¿Por qué se reproduce aquí esta parte del libro digital en 2022?

La respuesta a esta pregunta es muy pertinente porque ha sido público un proyecto de largo alcance coordinado por la Unidad de Gestión del Centro Histórico del Ayuntamiento de Guanajuato que ya tiene sus primeros frutos que son dos robustas publicaciones editadas en 2021 y 2022 que llevan por título Barrios de Guanajuato y su Patrimonio Cultural, pero lo más interesante es el encuentro in-situ que tuvieron

investigadores, cronistas y vecinas(os) de los barrios que a nuestro modo de ver, han logrado una sinergia por demás muy interesante que vale la pena replicar en los municipios del país; pero como suele suceder en las instituciones y las Universidades, nuestros proyectos y estudios enfocados al patrimonio cultural y natural como investigadores por lo general son concebidos solo para los adultos; eso nos motivó a sugerir que este mismos proyecto, ahora con fotografías antiguas y actuales del patrimonio cultural edificado en los barrios, trascienda las generaciones y empecemos a pensar en esa próxima generación que será la que puede garantizar en un futuro la protección de nuestro patrimonio cultural material e inmaterial, que son los niños y niñas, adolescentes y jóvenes que ahora cursan la educación básica (preescolar, primaria y secundaria) en la ciudad de Guanajuato, que no son pocos.

El punto de partida metodológico para este proyecto es el libro de Historia y Geografía Guanajuato, la entidad donde vivo, que se lleva en el tercer grado de primaria, esto es así porque pensamos que esa metodología gráfica para la enseñanza de la Historia y la Geografía que nos sugiere la Secretaría de Educación Pública, usa como herramienta principal la fotografía antigua y los croquis de ciudades, barrios y pueblos, pero además a partir del ciclo escolar 2020-2021 con un enfoque paisajístico (paisaje urbano, paisaje rural, paisaje natural); esta metodología ya se llevó a la práctica recientemente con una niña paceña de segundo grado de primaria, Amet Aída Piñeda Castro, que realizó 18 sesiones fotográficas algunos fines de semana durante 8 meses (octubre 2021-mayo 2022) y tomo 110 fotografías actuales teniendo como referencia 110 fotografías antiguas de la ciudad de La Paz, que llevó el título de La Paz: el paisaje de la localidad donde vivo( antes y ahora) y lo más importante, ya se hizo la práctica de un proyecto escolar experimental a manera de proyecto piloto en Guanajuato que lleva el título de La Plaza de La Paz: el paisaje de la localidad donde vivo y estudio (antes y ahora) con dos niños guanajuatenses, Roberto y Fernanda Ortiz Rivas, de sexto año de primaria y de primer año de secundaria respectivamente, durante dos sesiones de fin de semana (12 y 26 de noviembre de 2022) que tomaron 17 fotografías actuales cada uno(a) teniendo como referencia 17 fotografías antiguas tomadas entre 1885 y la década de 1960, cuatro de ellas del siglo XIX.

Para ilustrar este dicho, ofrecemos como ejemplo una de las fotos tomadas por la niña Fernanda Ortiz Rivas el sábado 26 de noviembre de 2022 teniendo como referencia una foto panorámica antigua de 1903, hasta ese momento llamada Plaza Mayor, días o semanas antes de ser inaugurada la estatua de La Paz que todavía se encuentra cubierta con una manta y en primer plano se encuentran personas vendiendo en un mercado para la subsistencia al aire libre que se encuentra en el Fondo Ponciano Aguilar del Archivo Histórico de la Universidad de Guanajuato elaborada con una tecnología propia de la época; mientras que la niña utilizó una moderna tecnología integrada en los celulares. Para hacerlo hubo de analizar la fotografía antigua para ubicar los elementos de la imagen que pudiera usar como referencia para hacer la toma fotográfica, encontrando el eje vertical la estatua que se encuentra casi en el límite del tercio izquierdo de la imagen y en el eje horizontal la parte inferior de base de la escultura que se encuentra debajo de la mitad del cuadro de la imagen; una vez lograda esta identificación inició la toma ubicando el edificio de la foto antigua que se encontraba en el extremo izquierdo de la imagen iniciando la toma moviendo a la derecha el celular hasta llegar al edificio del extremo derecho de la imagen, dando click al la cámara del celular, logrando una fotografía muy aproximada. Previo a la toma fotográfica, el acompañante relata algunos aspectos históricos relevantes como por ejemplo el momento en que se tomó la fotografía antigua durante la época y los motivos por las cuales la fuente se sustituyó por la estatua de la Paz durante el gobierno de Porfirio Díaz.

Con esta experiencia metodológica es viable que la Unidad de Gestión del Centro Histórico de la Ciudad de Guanajuato puede llevar a la práctica un proyecto para niños y niñas semejante al que se realizó para adultos, que podría llevar el título de Miradas de las infancias al patrimonio cultural de los barrios de la ciudad de Guanajuato, que muy bien se podría desarrollar en seis meses, bastaría contar con una persona que fuera el enlace con la Secretaría de Educación Pública que les ponga en contacto con las escuelas DE preescolar, primaria y secundarias de los barrios; una persona que ayude a los niños a tomar las fotografías y una persona que redacte las referencias histórico-culturales con un lenguaje propio para niños de primaria y secundaria, y la persona ideal para eso, creo que es el Cronista Municipal de la ciudad de Guanajuato.

Una investigación preliminar que hemos realizado para ubicar a las escuelas de educación básica de los barrios cercanas a la ubicación de las fotografías antiguas encontramos que en MARFIL se ubican en la ruta del recorrido fotográfico el Jardín De Niños Jaime Torres Bodet cerca de la Presa de Los Santos, el Kinder Laura Rotter cerca del camino de arriba, y un poco más alejados pero en los alrededores están el Colegio Lolek (escuela particular), el Centro Educacional Piloto Federal 6, la Escuela Primaria Alejandro Navarro (federal 11) y la Escuela Primaria Sóstenes Rocha; mientras que en GUANAJUATO se ubican en el recorrido fotográfico 12 centros educativos en los barrios: 1)Escuela Primaria Carlos Montes de Oca, cerca de la Alhóndiga en el barrio de Terremoto, 2)Escuela Primaria María de Jesús López cerca de la Plazuela de La Compañía en el barrio de Carcamanes, 3)Escuela Primaria Benito Juárez en la plaza de la Constancia del barrio Plaza de La Paz, 4)Escuela Primaria Urbana Federal Aquiles Serdán en la plazuela del barrio de Mexiamora, 5)Escuela Primaria Juan B. Diosdado en Sangre de Cristo colindando con el barrio de San Jerónimo, 6)Escuela

Primaria Urbana Luis González Obregón y 7)Escuela

Secundaria General Quana-Xhuato en embajadoras en el barrio San Jerónimo, 8)Escuela Primaria Urbana Moisés Sáenz, 9)Colegio Valenciana Secundaria, 10) Telesecundaria 94, 11)Colegio Lasalle (primaria y secundaria) y 12)Centro de Desarrollo Infantil Dif, en el barrio de la Presa.

Una forma rápida de sacar adelante el proyecto es seleccionando un niño y un niña de cada escuela, entregarles las fotografías antiguas impresas para que las observen, llevarlos al sitio para que comparen lo que ven en el paisaje urbano actual y lo comparen con el paisaje urbano antiguo, indicarles como tomar la fotografía del mismo lugar, platicarles un poco de historia de los barrios aledaños al lugar de la fotografía, pedirles como tarea narren la plática con sus palabras y describan las diferencias y semejanzas entre la fotografía antigua y la fotografía actual, una vez que se imprima la foto tomada por las niños y se la hagan llegar. Con las fotos antiguas, las fotos actuales tomadas por los niños, los textos escritos de los niños, y con los relatos histórico-culturales que escriba el cronista municipal, se publican la memorias 2023: Miradas de las infancias al patrimonio cultural de los barrios de la ciudad de Guanajuato (antes y ahora).

Por nuestra parte y por lo pronto ponemos hacemos la donación de las fotografías antiguas de la ciudad de Guanajuato y de Marfil que aquí aparecen, para que se pueda iniciar el proyecto, y nos ponemos a disposición para cualquier duda o aclaración metodológica

Como lo señalamos al inicio, enseguida replicamos los capítulos II y III de la segunda parte del libro Metodología Grafica para una Historia Urbana: el Paisaje Urbano de la Ciudad de Guanajuato

(Mapas, Planos y Fotografía) con nuevos títulos que fueron ajustados a lo que es el nuevo proyecto Miradas de las infancias al patrimonio cultural de los barrios de la ciudad de Guanajuato. Guanajuato, Guanajuato, a 14 de diciembre de 2022.

INTRODUCCIÓN

Marfil y Guanajuato son los sujetos históricos en el presente estudio gráfico; en el caso de Marfil fueron seleccionadas 7 fotografías que proceden de archivos públicos y privados y en el caso de Guanajuato 61 fotografías de la Fototeca Romualdo García del Museo Regional de Guanajuato Alhóndiga de Granaditas que estuvieron expuestas al público en la Sala Romualdo García del Museo Regional de Guanajuato Alhóndiga de Granaditas en tres exposiciones fotográficas con el nombre de Viejo Guanajuato, una en 2013 y dos en 2014. Un número mayor de fotografías históricas de las fototecas de los Archivos Histórico de la Universidad de Guanajuato y General del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado aparecen en el Anexo en forma de Catálogo Fotográfico que incluye la fotografía histórica y la foto actual tomada en el mismo lugar que fue tomada en el pasado, que son útiles para futuros estudios. Las 68 fotografías que aquí se estudian ha sido ordenadas a manera de recorrido por Marfil y la Ciudad de Guanajuato: 7 del templo del Agua a la presa de Los Santos en Marfil, mientras que en Guanajuato, 58 fotografías fueron ordenadas desde el Panteón de Santa Paula en Tepetapa hasta la Presa de la Olla, seguidas por 2 fotografías tomadas desde el cerro de San Miguel y una más en el barrio de Cata.

Antes de iniciar el recorrido por Guanajuato es obligado un recorrido por Marfil que es el antecedente inmediato de la historia urbana de Guanajuato. La actual localidad urbana de Marfil, tiene su antecedente en el asentamiento del siglo XVI como Real de Minas de Santiago , a una legua de distancia de Guanajuato por el suroeste, estableciéndose como un núcleo de trabajo y habitacional, adaptándose a la topografía del lugar, sirviendo las zonas bajas para el aprovechamiento del agua en el proceso de beneficio del mineral, por el método de patio. En el siglo XVII la administración civil se hacía a través de un Teniente de Alcalde Mayor, mientras que la eclesiástica se hacía a través de Parroquias. La población para esa época era de un cura, tres vecinos y ocho indios casados .

Entre los siglos XVI y XVIII, se tenían tres puntos de referencia en el paisaje de Marfil: la Calle Real, el río o arroyo que viene de Guanajuato y la Parroquia. Fue el siglo XVIII el de mayor crecimiento de este corredor industrial de haciendas de beneficio extramuros, donde el aprovechamiento del río fue determinante en su instalación; tal desarrollo significó también la construcción de arquitectura de uso habitacional, puentes y caminos. Este último es un elemento clave en el paisaje de Marfil como conexión con la ciudad de Guanajuato a través del Camino Real por donde circulaban carros y animales. Para la segunda mitad de este siglo la jurisdicción de Marfil era de nueve leguas con una población de 5 mil 826 habitantes.

A principios del siglo XIX, Marfil dependía del gobierno Civil, Político y de Hacienda de Guanajuato, contaba con una Garita con guardias . Las descripciones lo refieren como una serie de casas en dirección a una cañada, en donde se ubican junto con las haciendas de plata adaptándose a la topografía del terreno. La circulación de carros y animales se hacía a través de un camino que iba al lado del cauce del río, y lo que significaba un problema para los que por él viajaban, ante el constante riesgo. Se conoce que para el año de 1852, se puso en servicio el Camino de Arriba, dejando el antiguo Camino Real. Lo anterior ayudó a que la población se desarrollara alrededor de la iglesia del hospital y en las laderas de los cerros fuera del peligro del río. El valor de los terrenos en el Camino de Abajo fue perdiéndose, al quedar fuera de servicio. En este siglo se empezaron a introducir referencias de calles y callejones. Como señala Marmolejo , para 1875, Marfil cuenta con 5 cuarteles, 25 manzanas y 782 casas, con una Parroquia. En este corredor industrial, para el siglo XIX se ubicaban alrededor de 14 haciendas de beneficio junto con múltiples inmuebles e infraestructuras.

Una fuerte transformación en el paisaje es la instalación del ferrocarril en 1882, año en que se inician los trabajos del ramal del Ferrocarril Central Mexicano de Silao con Marfil. Coincidiendo con la conclusión de la calzada que va del Cantador a Marfil, y servía como acceso principal a la ciudad de Guanajuato. Para este año llega el primer convoy del Ferrocarril Central Mexicano a la estación de Tenerías. En 1884 queda unido Marfil con el centro de la ciudad de Guanajuato por medio de la línea de tranvías de tracción animal, así como con el mineral de San Gregorio del Chorro, al sureste de la Veta Madre, por un

un ferrocarril de vía angosta que inició actividades en 1901. Ahí se ubicó la bodega de la estación, así como otras particulares incluidas la de C. Rodríguez & Co., Casa de Ensayes y Bodega The Dwight Furnes Co.; y un corral rentado a la Guanajuato Development Co. El decaimiento de Marfil comienza con la sustitución del método de beneficio de patio por el de amalgamación introducido en 1877 por La Luz Mining and Milling Company y posteriormente el de cianuración por la compañía The Guanajuato Consolidated Mining and Milling en 1905 en las minas de la Luz y San Francisco de Pastita respectivamente. Junto con lo anterior, afectaban también las dos grandes inundaciones en la primera década del siglo XX, afectando las zonas bajas de Marfil y Guanajuato. Con una fuerte carga patrimonial para el municipio, de ahí el interés por evidenciar en este recorrido algunos de sus monumentos, así como recapitular a través de ellos, su historia.

En el caso de Guanajuato, no es casual hacer el recorrido en la dirección propuesta, tiene sentido pues en el siglo XVI, Tepetapa fue uno de los lugares históricos, junto con Marfil, Santa Ana y el Cerro del Cuarto donde por primera vez los colonizadores españoles hicieron construcciones mucho antes de que la traza urbana de la Villa de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato se construyera a lo largo de las laderas del rio; mientras que en el otro extremo de la ciudad, la Presa de la Olla fue parte de la infraestructura urbana fundamental para el abastecimiento de agua a la población urbana guanajuatense en la época colonial, a mediados del siglo XVIII, a partir de que se decreta por el Rey de España que la Villa y Real de Minas tome la categoría de Ciudad en 1741; al convertirse en fuente de abastecimiento de agua para la ciudad, en el siglo XIX, el camino se convierte en el Paseo de la Presa, símbolo de la modernidad porfiriana y en el otro Guanajuato, donde en ese momento residiría la nueva clase política y las nuevas familias pudientes de la ciudad; esto representa entonces una transformación radical del paisaje urbano frente a uno de los símbolos naturales, referentes de la ciudad, como es el cerro de La Bufa, que afortunadamente, en el presente, todavía no es ocupado por la mancha urbana. Para tener una idea general sobre el recorrido visual de Tepetapa a la Presa de la Olla, al cerro de San Miguel y a Cata, que haremos un poco más adelante, es una breve narrativa del recorrido basados en los textos de Alfonso Alcocer, Isauro Rionda Arreguín,

Secretaría del Patrimonio Nacional, César Federico Macías Cervantes, entre otros.

El recorrido que aquí se menciona es una crónica muy breve siguiendo el orden territorial que ha sido propuesto para Marfil y Guanajuato, con base en la selección que se ha hecho de la fotografía histórica y que se marca en negritas en el orden en que más adelante aparecen las imágenes.

La fotografía antigua y la fotografía actual que se tomó en 2014 tanto de Marfil como de Guanajuato aparecen ordenadas conforme al relato en el ANEXO FOTOGRÁFICO.

GILBERTO PIÑEDA BAÑUELOS

(*)Egesado de la generación 1967-1971 de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guanajuato. Profesor-Investigador de tiempo completo Titular B, responsable del Centro de Documentación de Historia Urbana en el Departamento Académico de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), Arquitecto por la Universidad de Guanajuato, Economista con estudios de posgrado en Historia Regional e Historia por la UABCS, Doctor en Economía Política con posdoctorado en Historia por la Universidad de La Habana.

MIRIAM ROLDÁN GONZÁLEZ

(**)Doctora en Arquitectura, especialista en patrimonio. Investigadora, en los últimos años ha enfocado su trabajo en la relación del patrimonio con el territorio y el paisaje. Su labor se complementa con la docencia y la participación en múltiples foros académicos y de divulgación. Becaria en la Estancia de Investigación Gráfica en el proyecto “Relatos para una historia gráfica. Capitulo Guanajuato”.

RECORRIDO FOTOGRÁFICO POR MARFIL

El recorrido inicia en el Templo del Agua y concluye en la Presa de Los Santos (Imagen 1) Iniciamos el recorrido en el lugar cercano a una de las haciendas de beneficio, Casas Blancas, como otras, en el Real de Marfil de Santiago que con el fin de llevar a cabo el culto religioso, se levanta una pequeña capilla, como es el caso del Templo del Señor del Agua, la historia nos habla de que en el siglo XVII, ahí se veneraba a Jesús Crucificado, una escultura conocida como Divino Redentor, a la que posteriormente se le conoce con el nombre de El Señor del Agua. A partir de la segunda mitad del siglo XX, se interviene re estructurando y ampliando la antigua capilla para el culto hasta la actualidad . Este templo se comunicaba con las haciendas de beneficio y el propio Guanajuato a través del Camino de abajo o calzada de Marfil, del cual se inicia la construcción en 1866, suspendiéndose labores por la aproximación de las fuerzas republicanas, retomándose los trabajos hasta 1871, llegando en el año de 1876 hasta la plaza de aquel mineral. En 1878 se construye el tramo inmediato a la Parroquia de abajo.

Se construyen primero el Templo de San José y Señor Santiago, cuya fecha de fundación se asegura anterior a 1615; siendo en el año de 1641, al practicar su visita pastoral el Obispo de Michoacán Fray Marcos Ramírez del Prado, quien acuerda la construcción de una nueva parroquia, terminando su construcción en 1657. El templo del Señor Santiago o parroquia de abajo fue retirado del culto a raíz de las terribles inundaciones de 1902 y 1905, y cuya fachada se encuentra ahora en la Universidad de Guanajuato desde 1947. Volviendo a las vías de comunicación, por el peligro que representaba el antiguo camino de abajo en temporada de lluvias, en el siglo XVIII se propuso la construcción de un nuevo camino, siendo hasta el siglo XX que se construye el Camino nuevo o camino de arriba, el cual se concluye en 1939 cuando se rectifica el trazado de la carretera asfaltada Guanajuato-Silao, se aprovechó uno de sus tramos, el que comprendía entre el crucero del ferrocarril y la antigua estación de Marfil.

A la orilla del dicho camino se ubica el Templo de San José y Purísima Concepción, donde se encontraba anteriormente la capilla del Hospital de indios, dicho templo fue terminado el 2 de diciembre de 1757.

(Mirian Roldán González, 2022)

El 20 de marzo de 1874, se coloca el reloj del templo del Hospital en Marfil por empeño del señor cura D. Antonio Pompa, y se estrena un altar mayor el 2 de mayo de 1875.

Siguiendo el camino de arriba nos encontramos con la presa de los Santos o presa del Camino Nuevo, construida en el siglo XVIII la cual se compone de ocho pilares sobre los cuales se asientan esculturas de cantera rosa, donadas por las haciendas de beneficio a las que abastecía de agua.

RECORRIDO FOTOGRAFICO POR LOS BARRIOS DE TEPETAPA Y PARDO

El recorrido que haremos a manera de crónica es en el presente, sin embargo, nos haremos acompañar de las imágenes que fueron tomadas, la más antigua en 1880, o sea hace 134 años y la más reciente a mediados del siglo XX, es decir hace cerca de 65 años.

Empezamos por recordar que en la época colonial, los cementerios por lo regular estaban asociados a los templos, por ejemplo, el cementerio adjunto al templo de Belen que estaba por lo que ahora es la

calle de Mendizabal, el cementerio del templo de San Roque que al parecer hasta 1861 estaba frente a una gradería circular que se ubicaba en lo que ahora son las escalinatas de la entrada al templo; o el cementerio del templo de San Sebastián, que todavía existe como inmueble histórico, aunque sin uso; sin embargo, los panteones municipales se construyeron “fuera de la ciudad” hasta el siglo XIX, por ejemplo muy cerca del cerro Trozado en una calle diagonal se construyó el Panteón de Santa Paula, inaugurado en 1861, desde donde se puede observar, antes y ahora, una amplísima panorámica de la ciudad de Guanajuato; bajando del panteón se encuentra la emblemática calzada de Tepetapa uno de los primeros asentamientos de Guanajuato, donde cruza uno de los callejones que también lleva a la calzada del Panteón conocido como el callejón del Espejo, desde donde también se puede apreciar la ciudad de Guanajuato; justo en la parte superior del patio de la antigua estación de Ferrocarril en Tepetapa donde no podían faltar los tranvías de tracción animal de Guanajuato, que por cierto, debieron ser la atracción en las fiestas del primer centenario de la Independencia en 1910, aunque se habían instalado en Guanajuato desde finales del siglo XIX; cabe recordar que la estación de ferrocarril en Tepetapa fue

(Mirian Roldán González, 2022)

inaugurado el 16 de septiembre 1908 para lo cual hubieron de construirse unos monumentales muros de contención de piedra y destruidos un considerable número de casas de los barrios de Tepetapa, Maromero, Pasamano y Ave María; mientras que en Marfil había llegado el ferrocarril el 21 de noviembre de 1882. Muy cerca de la antigua estación de ferrocarril se encuentra el callejón de Tamazuca, antiguamente escalonado, que al subir se puede observar una panorámica de la ciudad de Guanajuato destacando la Alhóndiga de Granaditas y el lugar donde antiguamente estaba la Hacienda de Flores, posteriormente la Central de Autobuses y ahora está la Comercial Mexicana; y muy cerca de Tamazuca, donde inicia la calzada se encuentra del Puente de Pardo o Puente de Tepetapa, que aunque inicia su construcción en 1830 como la salida al “camino de arriba” para llegar a Marfil, no se terminó su construcción sino hasta el 26 de diciembre de 1835.

Bajando por la calle conocida como Banqueta Alta llegamos a un Jardín y el Paseo de El Cantador donde probablemente en las primeras décadas del siglo XX se encontraba uno de los abastos municipal de carne; frente a la calle, se había construido la fuente

del jardín El Cantador y un kiosco; se atribuye su nombre a un personaje llamado José Carpio, mejor conocido como “El Cantador” que a mediados del siglo XVIII se convirtió en propietario en una Zangarro en el predio que en el siglo XIX sería ocupado por un paseo y un parque, y es en 1854 cuando se inician los trabajos de la alameda del jardín y se terminan hasta 1861, mientras que en 1862 se coloca la fuente, en 1868 se construyeron cuatro glorietas y se entubó el agua que venía de la Presa de Pozuelos; por su parte, el diseño de las entradas al parque y su polígono se atribuyen al arquitecto Luis Long en 1896.

RECORRIDO VISUAL POR LOS BARRIOS DE SAN ROQUE, EL VENADO Y LA BOLA

Hemos llegado a la parte central del recorrido visual y entramos a la actual esquina de la avenida Juárez y calle 5 de mayo por donde circulaban en el pasado los carruajes del tranvía de tracción animal y nos encontramos dos momentos históricos continuos, el primero es la década de 1910, conservaban las edificaciones de mediana altura desde donde se podía observar la cúpula del Templo de Belén que es un inmueble colonial, que inició su construcción en 1735

POLIGONALES DE LOS BARRIOS DE GUANAJUATO

por un religioso y arquitecto llamado José de la Cruz, frayle betlemita, orden que tuvo su última celebración en Guanajuato el 24 de diciembre de 1810; y el segundo momento histórico, en la década de 1920 cuando ya se había construido un alto edificio donde se encontraba el antiguo Cine Reforma en la planta baja y la Cigarrera Mexicana en la planta alta, que fue una construcción que contrastó con la arquitectura decimonónica existente alrededor de la Plaza Gavira, que dicho sea de paso, fue radicalmente modificada, en las primeras décadas del siglo XX; frente a la plaza se encuentra un acceso a la parte alta que es el callejón de las Ánimas custodiado por dos inmuebles históricos; unos pasos más adelante, nos encontramos con el monumental Mercado Hidalgo, que se construyó en 1909, se inauguró en 1910 como parte de los festejos porfiristas del primer centenario de la independencia y se puso al servicio del público guanajuatense en 1911, siendo el diseñador de la portada y pórtico de la entrada, el arquitecto del porfiriato, Antonio Rivas Mercado y construido por el arquitecto Ernesto Brunel; obviamente que para construirlo hubo de entubarse una buena parte del Rio Guanajuato, que es una antecedente de la calle subterránea, como se le conoce ahora, hubo de desaparecer la plaza de toros y muchas edificaciones antiguas que había en esos predios.

Subiendo por la calle Mendizabal, donde habitualmente se instalaba en el pasado un mercado al aire libre, se llega a la calle de pocitos y 28 de septiembre de 1810, justo en ese lugar se encuentra la monumental Alhóndiga de Granaditaa que fue construida para sustituir la de la calle Alonso a finales del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, que ahora es un símbolo de la revolución de Independencia; a unos pasos siguiendo por la calle de Positos hay una bifurcación que da al callejón de la Galarza que lleva hacia el templo y plaza de San Roque y poco antes se puede bajar por el callejón de Cañitos que da al jardín Reforma que tienen un pórtico de acceso escalonado por la avenida Juárez que en el pasado fue un mercado al aire libre lo mismo que la plaza de San Roque y la plaza de San Fernando que se puede llegar por el callejón Independencia o por el Callejón del Ramillete; y cerca de ahí de nuevo la avenida Juárez frente a la plaza de Los Ángeles desde donde se podía ver el antiguo comercio de la primera mitad del siglo XX, El Ancla de Oro, ahora convertido en un restaurante transnacional de comida rápida frente a la Casa Anita, a la entrada de la plaza de San Fernando; de la misma plaza de Los

Ángeles, pero en dirección contraria se encuentra uno de los callejones de la plaza de San Fernando, antigua calle Libertad, que hace esquina con la avenida Juárez. La plaza de Los Ángeles es también la referencia para una red de emblemáticos callejones empezando por el callejón del Beso que cruza con el callejón de Patrocinio que a su vez cruza en un sentido el callejón de San Cristóbal, que subiendo la cuesta lleva al callejón de Peñitas; bajando de nuevo, arriba del callejón del Venado está el emblemático callejón de Pajaritos que se conecta con el callejón de Calixto que justo te conduce a la parte superior de la subida de la Mula donde se puede ver una extraordinaria panorámica de la plaza de Los Ángeles.

RECORRIDO FOTOGRAFICO POR LOS BARRIOS DE LA PLAZA DE LA PAZ, POSITOS, LOS HOSPITALES, LA ALAMEDA, CARCAMANES, MEXIAMORA Y POTREROS

Desde el callejón de Calixto directamente o bajando por la avenida Juárez, se accede a la calle Alonso y pasando el callejón de La Luz llegamos al callejón de La Estrella desde donde se puede observar el emblemático templo de San Diego fundado por la orden de los franciscanos descalzos también conocidos como dieguinos, al amparo de San Pedro de Alcántara, construido en el siglo XVII, inundado en 1780 y reedificado en 1787; en esta calle de Alonso estuvo el Mesón de San Antonio como lugar de hospedaje y la antigua Alhóndiga, como era conocido el almacén de granos; y en el siglo XIX el estudio fotográfico de Vicente Contreras; subiendo por el callejón de la Estrella se llega a la plaza de La Paz donde se encuentran un considerable número de edificaciones, por ejemplo a la bajada de la plaza hacia el callejón de la Condesa se encuentra el palacio legislativo que antiguamente fue ocupada por el Marqués de San Clemente y Conde de Valenciana y en 1897 por las oficinas del Gobierno del Estado, que fue demolido e iniciado su construcción como ahora lo conocemos en 1900, por el arquitecto Luis Long, auxiliado por pintores, pavimentadores y ebanistas.

En la plaza de La Paz, antigua Plaza Mayor, como se le llamaba en el pasado, ahí se encuentra también la Parroquia o Basílica Colegiata de nuestra Señora de Guanajuato, concluida en 1679 y terminada su ampliación hasta el 10 de diciembre de 1878; en esta plaza Don Benito Juárez declaró a la ciudad de

Guanajuato capital de la República en 1858; y también estuvo el estudio fotográfico de Vicente Contreras en el siglo XIX justo en la esquina del callejón de Los Zapateros, como se le llamaba al callejón del Estudiante; a un costado de este callejón se encontraba el antiguo Banco Nacional de México reedificado con portada neoclásica en 1896; frente a este callejón, se encontraba una fuente que en 1893 fue trasladada a la Plazuela del Baratillo sustituida por la estatua de La Paz en 1897, estatua que fue inaugurada por Don Porfirio Díaz hasta el 27 de octubre de 1903; hay que destacar que la Plaza Mayor en los siglos XVIII y XIX fue un gran mercado al aire libre, pero también el lugar donde vivían las familias pudientes de la época colonial y decimonónica como de los Marqueses de San Clemente, del Conde de Valenciana, del Conde de la Casa Rul, de los Condes Pérez Gálvez, de la familia Alamán, de la familia Chico, entre otras. Hay que subir el callejón del Estudiante, antigua calle de los Zapateros para llegar al callejón de Los Hospitales que conduce al emblemático cerro del Cuarto y a la calzada de Guadalupe.

Bajando por la calle Lascurain de Retana, antigua calle de Cereros se llega a la Plazuela de la Compañía y nos encontramos con el templo de la orden jesuita que inicia su construcción el 31 de Junio de 1747 por el arquitecto Don Felipe de Ureña, aunque desde 1703 venían siendo apoyados por los propietarios de las minas de Rayas y Peñafiel, sobre todo de doña Josefa Busto y Moya, quien desde el principio ofreció la donación para el Colegio Jesuita, pero también de Don Pedro Lascurain de Retana, rico minero de Guanajuato, Colegio que más tarde, en el siglo XIX funcionó como Colegio del Estado en la casona contigua al convento y al templo; pero que fue destruida a mediados del siglo XX, por una decisión de estado, que decide la edificación de un monumental inmueble donde se alojaría la Universidad de Guanajuato, que transformó radicalmente la imagen urbana colonial y decimonónica de la ciudad; habiendo sido fundada en la casona del Colegio del Estado durante el primer congreso universitario instalado el 16 de mayo de 1945; enseguida de la plazuela está el callejón de San José donde se encuentra el templo del mismo nombre inicialmente construido como capilla a principios del siglo XVIII , reconstruida en el siglo XIX cuando se concluye la reedificación y decoración el 19 de marzo de 1820; más arriba sigue el callejón de Carcamanes desde donde se puede ver una parte de la cúpula del

Templo de la Compañía; bajando hacia la Plazuela del Baratillo que en el pasado fue utilizado como una mercado al aire libre, originalmente sin la fuente, fue utilizado como punto de encuentro de calles y callejones; frente a ella a mediados del siglo XX se encontraba la emblemática cantina El Incendio, en la planta baja de una vieja casona muy concurrida en el pasado por guanajuatenses y estudiantes universitarios, sobre todo en los fines de semana; pero que fue destruida para construir un pasaje, otra vez, modificando radicalmente la imagen urbana decimonónica y colonial del lugar.

Muy cerca se encuentra el emblemático Jardín de la Unión que en la época colonial fue la plaza de San Diego, pero que en 1836 se plantaron los primeros árboles, en 1861 se construyó lo que ahora es el jardín, pero con calles laterales, reinaugurado el 16 de septiembre de 1883 con el emblemático kiosko, las bancas de fierro forjado y los faroles con luz eléctrica; en la esquina de una de las calle laterales se encuentra el edificio del antiguo Banco de Guanajuato inaugurado en 1912; hay que cruzar la calle de Alonso, pasar la Constancia y se llega a dos pintorescos callejones, el callejón de San Cayetano y el callejón Salto del Mono; regresando al Jardín de la Unión, a un costado del templo de San Diego se encuentra el monumental Teatro Juárez construido sobre todo para las élites y sectores medios guanajuatenses, un predio que en el pasado colonial perteneció a la Hacienda de Los Menores, una parte donada a orden de los dieguinos para la construcción del convento y la otra para la casa del capitán Don Juan de Sopeña, donde después estuvo la Casa de Moneda; más tarde, en el siglo XIX estuvo en ese lugar el Hotel Emporio, hasta que se construyó el Teatro Juárez por el arquitecto José Noriega (1873-1875) suspendida por casi 18 años y reiniciada su construcción por el arquitecto Antonio Rivas Mercado y el ingeniero Antonio Malo (1893-1897), concluido en los primeros años del siglo XX.

Pasando lo que fuera la calle Allende saliendo del jardín de la Unión se llega a la calle de Cantarranas, se sabe que a un costado se encontraba en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX el estudio fotográfico de Don Romualdo García y de sus hijos; y al fondo se observa la cúpula de la Santa Casa de Lotero, donde originalmente, en el siglo XVIII había una casona y después una capilla, hasta que se construyó el Templo que conocemos ahora, con el apoyo de

de Don Agustín Godoy, que se estrena el 8 de septiembre de 1854; subiendo por un costado del teatro Principal o por el callejón del Hinojo se encuentra la Plazuela de Mexiamora donde encontramos la fuente a ssu alrededores otro entramado de callejones como el callejón de Tanganitos y el callejón del Infierno.

Bajando a la plaza del Ropero, unos pasos más adelante se encuentra el Callejón del Campanero, un lugar muy simbólico, pues era la entrada a la ciudad del viejo Guanajuato durante la época colonial ahora conocido como el callejón del Tecolote, por donde ingresaron los insurgentes en 1810; al final de la época colonial, ahí se encontraba la casa del Intendente Riaño y posteriormente de Don Mariano Vallejo, que se accedía por la loma del callejón del Campanero, todavía en 1844 el callejón era una loma que fue rebajada por primera vez en ese año y nuevamente en 1848 por lo que hubo de construir un puente de acceso como prolongación del callejón del Tecolote, pues la entrada de las casas del callejón quedaron arriba de la altura del paso peatonal; muy cerca de ahí se encuentra el Callejón de los Potreros desde donde se puede ver el Templo de San Francisco que había sido fundado desde el siglo XVIII por la orden de los franciscanos pero que en 1848 se realizó la mayor parte de su construcción;

Para continuar al Paseo de la presa de la Olla hay que regresarnos al callejón del Campanero, seguir por la calle Sangre de Cristo que nos lleva al Paseo Madero conocido como de las Embajadoras, donde se encuentra una escultura que aparece en las imágenes como Fuente de la Libertad, aunque todo hace indicar que no se trata de la estatua de la libertad sino de la estatua de una mujer que simboliza la Constitución de 1857, y que originalmente se encontraba en la glorieta del Paseo de la Presa.

RECORRIDO FOTOGRÁFICO POR LOS BARRIOS DE SAN JERÓNIMO, PASTITA Y LA PRESA

En embajadoras, hay una bifurcación de caminos, uno que lleva a la presa de la olla y otro que pasa por el cementerio y Templo de San Sebastián que conduce a la Calle de Puertecito, que es la entrada donde se encuentran todavía los vestigios del antiguo Acueducto de Pastita muy cercano al lugar que ahora están las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad. Regresando hasta el Cambio, justo en el lugar

donde en el pasado, los carruajes del tranvía de tracción animal hacían el Cambio hacia el barrio de Pastita o continuaba por el paseo de la Presa; ahí se encontraba una gran arco del antiguo acueducto de la Hacienda de San Agustín, y que en el siglo XIX fue la entrada al paseo de la Presa y a unos cuantos metros adelante existía una capilla doméstica llamada de Santa Gertrudis que ya desapareció, pero que debió haber estado atrás de un edificio escolar que se encuentra justo en la curva de la plazuela Luis Donaldo Colosio y a unos cuantos pasos, teniendo también como escenario el cerro de la Bufa se encontraba un antiguo puente de madera, para cruzar el rio que venía desde la presa de la olla como muchos de los que hubo en Guanajuato, incluyendo seguramente los que hubo sobre el cauce del rio en el barrio de Pastita.

Todavía existen evidencias de casonas antiguas en el Paseo de la Presa como la que se encuentra en la subida del Molino, frente al antiguo hospital civil, ahora Escuela Normal, como muchas otras casonas, hasta llegar a la Glorieta del paseo de la Presa donde estuvo la llamada Fuente de la Libertad colocada en 1895, probablemente del escultor Jesús F. Contreras, que era el propietario de la Fundación Artística Mexicana, pero que fue sustituida por la monumental estatua del General Sostenes Rocha, frente al edificio del palacio de gobierno construido entre 1951 y 1953, con una arquitectura monumental, propia del símbolo del poder del estado; siguiendo por la calle Conde de Valenciana a lo largo del Parque Florencio Antillón, nos conduce a la Presa de la Olla donde se construyó la monumental Atalaya entre 1893 y 1895, que es una torre decorada que se convirtió en el símbolo de la presa, y que durante las festividades de la “apertura” se concentra la población en las calles laterales, en lo cerros y en el parque; una tradición que al parecer viene desde que se empezó a utilizar, por la necesidad de renovar el agua; dando vuelta a la presa; en el otro extremo la actual calle Marques de Rayas, en el pasado seguramente fue un camino de personas y de recuas que venía desde Calderones y del Cubo, con las cargas hacia la ciudad moderna del paseo de la Presa en el siglo XIX y primera mitad del siglo XX, y hacia la ciudad antigua de Guanajuato.

El paseo de la presa de la olla, podemos decir que desde una mirada histórica, urbana y arquitectónica, es la segunda ciudad de Guanajuato (la primera es la ciudad colonial y la tercera es la ciudad moderna

del siglo XXI).

No debemos perder de vista que esta parte de la ciudad en el pasado era el inicio de un río que se conectaba con el que venía de Pastita que al juntarse en la gran cañada dio forma al río Guanajuato que tiene un segundo encuentro de dos ríos, uno que venía de las cañadas que ahora conocemos de San Javier y Cata, que juntas las aguas de estos cuatro caudales, además de innumerables caudales menores a lo largo de las laderas del río Guanajuato, nos llevan hasta Marfil y más allá.

Las primeras aguas, se retienen en la presa de la olla y en la presa de protección, la de San Renovato, aguas arriba, así que la construcción del paseo de la presa requirió en cada momento obras de urbanización en la canalización y suministro de agua; lo que la hace una historia muy peculiar: en un pasado lejano había un gran predio privado que se llamaba Rancho de la Olla y que posteriormente fue donado al Ayuntamiento; ahí se edificó la presa entre 1741 y 1749, y llenada por primera vez en 1747; en esa época, la población Guanajuatense anduvo entre 55 mil y 100 mil habitantes, si tomamos los rangos de varios autores, lo cual significa que Guanajuato no era un poblado ni una ciudad pequeña, y por lo tanto se presenta el problema del agua y de la sanidad, como un problema de salud pública.

A un costado de la presa se construyó una casa que sería por mucho tiempo la habitación del cuidador de la presa y que fue rehabilitada en 1827, utilizada después por los gobernantes en turno que acudían a la “Apertura de la Presa”. Es en 1795 cuando se construye la gran calzada de la presa de la Olla entre la antigua Hacienda de San Agustín en el barrio de San Sebastián hasta la Presa de la Olla, siguiendo el trazo de un camino existente desde épocas anteriores; donde transitarían con las carretas y mulas, los “aguadores urbanos” que nutrirían de agua a la población de Guanajuato, cuando todavía no se entubaba, por su parte, la llamada presa chica, que es la de San Renovato, se construyó como reserva en 1852; a finales del siglo XIX, en el mismo año que se construye la calzada, se edifica también la monumental Presa de la Esperanza, y el Ayuntamiento cancela el suministro de agua de la Presa de la Olla, coincidentemente el mismo año que se construye la Atalaya.

Camino abajo, en un lugar conocido como Rancho El Saucillo, cerca de lo que ahora son los callejones de Santa Gertrudis y El Saucillo, se edificó en 1866 un Hospicio de Niñas que alojó a los infantes que venían del hospicio de Belén, quedando bajo el auspicio de la orden religiosa Madres de la Caridad durante siete años.

El 8 de septiembre de 1870 se había iniciado la construcción de una capilla en el paseo de la Presa de la Olla, bajo la conducción de tres propietarios de casonas del lugar, entre los que se encontraba el presbítero Lucio Marmolejo, pero al parecer fue demolida en 1872 y reconstruida entre abril de 1873 y abril de 1875 por el gobierno del Estado, bajo la dirección del arquitecto José Noriega, tal como conocemos ahora el Templo de la Asunción con un reloj público en su torre que meses después se colocó; justo desde 1875 se construyeron los túneles de desagüe para terraplenar un extenso predio entre los dos caminos, que después se convirtió en el tercer parque arbolado de Guanajuato, el parque Florencio Antillón que fue diseñado por Froylán Jiménez, regidor y propietario de una de las casonas de la calzada de la Presa de la Olla, junto al Jardín Unión y el Parque del Cantador; sin embargo, en el Paseo de la Presa siguió quedando más adelante una parte descubierta del Rio, todavía muy larga que llegaba hasta lo que conocemos como Embajadoras; aunque en 1880 precisamente en este lugar conocido como El Cambio se ampliaron las calles donde cruzaba el acueducto que conducía de la noria de la Hacienda de San Agustín, convertido en un conflicto vial de carruajes de tracción animal que iban o venían a la Presa de la Olla y a Pastita.

A partir de 1883 el paseo de la Presa de la Olla inició la construcción de la ampliación de las banquetas, se concluyó con el desagüe de aguas negras hacia el túnel subterráneo que antes iba sobre el rio a cielo abierto, y se instaló el alumbrado público con aceite vegetal y petróleo; y más tarde, una obra ingenieril de grandes proporciones para la época fue el que realizó el ingeniero del porfiriato, Ponciano Aguilar, que construyó un túnel en lugar de mayor conflicto hidrourbano que conectó la antigua Hacienda de San Agustín con la Cañada del Coajín en una extensión de 1 mil 162 metros, que redujo el paso de las aguas que venían de la Presa de la olla y de Pastita.

El 27 de octubre de 1903, fue inaugurada la estatua de Miguel Hidalgo en el jardín que existe entre las presas de la Olla y de San Renovato, que fue elaborada en Italia, y que había permanecido almacenada en la ciudad de México por varios años, pues originalmente no tenía como destino a Guanajuato, finalmente, en 1909 se inaugura un moderno hospital en esta zona llamado Hospital Americano, en la conocida Casa de los Leones.

Sin detenernos en la construcción de las grandes casonas construidas por la clase política y la burguesía guanajuatense, que fueron muchas, este proceso de urbanización en la Presa y el Paseo de la Presa de la Olla, es el momento que más ilustra la modernización urbana integral que caracterizó al porfiriato en la ciudad de Guanajuato.

RECORRIDO FOTOGRAFICO PANORÁMICO

DESDE EL CERROS DE SAN MIGUEL Y CAMINO A CATA

Cuando se construyó el primer tramo de la panorámica en la década de 1960 había la idea de que ese sería el límite de la ciudad; todo cambio desde entonces, pero el tramo del cerro de San Miguel tiene mucho significado histórico, pues fue en el pasado el camino de acceso a Guanajuato hasta lo que ahora es el callejón del Tecolote, pero también hasta la actual Calle de Sopeña. Quien pasaba por ese camino podía observar en toda su extensión la Villa de Santa Fe y Real de Minas primero y después una extraordinaria panorámica de la Ciudad de Guanajuato, uno de los puntos de observación era precisamente en las laderas del lugar donde actualmente se encuentra el monumento al Pípila, erguido más que con la antorcha en alto, con el puño en alto, esculpido y construido en la época cardenista, donde aún se puede leer la frase: “..todavía quedan muchas alhóndigas que incendiar…”, que al parecer fue motivo de una fuerte polémica con personajes ilustres pero también muy conservadores de Guanajuato.

En el otro extremo, entre la panorámica y el camino a Cata se encuentra un torreón semejante a los que existen en varios lugares de Guanajuato y que fueron durante el auge minero parte de las norias que se utilizaron para el suministro de agua a las haciendas de beneficio y la población, por ese camino pasaron

alguna vez carruajes de tracción animal como tranvía a Cata por el camino hacia el Mineral y el Templo de Nuestro Señor de Villaseca; el mineral inició en la época colonial y forma parte de la Veta Madre que dio riqueza abundante a los españoles que colonizaron la región y posteriormente a las compañías extranjeras que la explotaron, como The Guanajuato Reduction and Mines Company; mientras que el templo a inicios del siglo XVIII era ya una capilla y al final de ese mismo siglo ya se estaba construyendo el templo como le conocemos ahora, aunque se dice que fue en 1825 cuando se estrena.

Esta fue una crónica en el orden en que aparecen las fotografías históricas y actuales en un recorrido visual que vale la pena recorrer.

BIBLIOGRAFÍA

AGUILAR ZAMORA, Rosalía, SÁNCHEZ DE TAGLE, Rosa María, De vetas, valles y veredas, colección Nuestra Cultura, Ediciones La Rana, México, 2002. ALCOCER, Alfonso, , “La ciudad histórica de Guanajuato construida sobre sí misma”, El Granero No. 60, Boletín del Museo Regional de Guanajuato Alhóndiga de Granaditas, año No.11, noviembre-diciembre de 2013.

ALCOCER, Alfonso, El paseo de la Presa, Diversa Ediciones, 2002, 127 pp. y ALCOCER, Alfonso, La arquitectura de la Ciudad de Guanajuato en el siglo XIX, Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guanajuato, 1988, 156 pp.

GUZMÁN SEGOVIANO, Eréndira María Guadalupe, Ponciano Aguilar. De la lucha contra la naturaleza. Vida y Obra del ingeniero Ponciano Aguilar Frías, Archivo Histórico de la Universidad de Guanajuato, Facultad de Minas, Metalurgia y Geología, Universidad de Guanajuato, Dirección de Archivos y Fondos Históricos, sin fecha.

GUZMÁN y HERNÁNDEZ, Marfil, entre la cañada y la montaña. El relato de su historia en los archivos, siglos XVI-XIX. Inventario General (1641-2002) y Catálogo Parcial de información matrimonial (1701-1802). Tesis de licenciatura, no publicada, Universidad de Guanajuato, Guanajuato, México, 2004. ICOMOS, Lista del Patrimonio Mundial No.482: Zona de monumentos Históricos de Guanajuato y minas adyacentes, Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, Paris, septiembre de 1988, 5 ff.

LARA VALDÉS, José Luis, La ciudad de Guanajuato en el siglo XVIII. Estudio urbanístico y arquitectónico, Presidencia Municipal de Guanajuato, México, 2001. MACÍAS CERVANTES, César Federico (coordinador), Del Porfiriato al Cardenismo. Aspectos de la historia moderna de Guanajuato, Colección participación, Gobierno del estado de Guanajuato, Universidad de Guanajuato, 2009, 444 pp. MAMOYB, Plano Topográfico de la ciudad de Guanajuato (1873) Mapoteca Manuel Orozco y Berra. MARMOLEJO, Lucio, Efemérides guanajuatenses, Universidad de Guanajuato, tomo I, Guanajuato, 1967.

REAL ACADEMIA DE HISTORIA, Mapa geográfico perteneciente al Reyno de Nueva España cuyos puntos principales están tomados de quatro Mitras; y corresponden al Arzobispado de México, Obispado de Puebla, al Obispado del Nuevo Reyno de León y al de Michoacán. Nueva España (Virreinato). Mapas generales. 1817.

RIONDA ARREGUÍN, Isauro, Guanajuato: Sitios y Recorridos, Grupo Editorial Proyección de México, S.A. de C.V., México, 1988, 271 pp.

RIONDA ARREGUÍN, Isauro, La Ciudad de Guanajuato: Patrimonio Cultural de la Humanidad, Dirección Municipal de Cultura y Educación, Ayuntamiento de Guanajuato, Guanajuato, 2ª. Edición, 2013, 56 pp.

SÁNCHEZ, M. (1949), Guía Histórica de Guanajuato, los minerales Marfil, Valenciana. Guanajuato, Imprenta del Estado de Guanajuato.

SEPANAL, Catálogo de bienes inmuebles de propiedad federal. Municipio de Guanajuato, Secretaría del Patrimonio Nacional, México, 1976.

LAS CASTAS EN LA NUEVA ESPAÑA EMILIO

A la Conquista, pronto se apuraron los conquistadores en ejercer en todos los ámbitos, su dominación acompañada siempre de los prejuicios que la vida europea de aquellos años, les había imbuido a través del tiempo en esa parte del mundo.

Al poco tiempo, las oportunidades les fueron muy favorables en las tierras conquistadas, dando pie a cientos de acciones que se podían medir dentro de lo que llamamos dominación absoluta.

Los problemas vivenciales hicieron su aparición de la manera más simple: eran hombres de muy poca educación y preparación, reos, aventureros, servidores, malandrines, entre otras características y con afanes de comer, beber, dormir y cohabitar, principales objetivos de una forma de vida, realizada en las escalas más bajas de las sociedades europeas.

Embarcados a la aventura, estas características las tenían a flor de piel y siempre presentes en sus comportamientos y al descubrir que los nativos les tenían desconfianza y miedo, se empezó a cocinar como caldo de cultivo, el fenómeno de la dominación más absoluta.

Los más poderosos de entre ellos, pronto descubrieron que la dominación tenía como ingrediente principal la fuerza bruta antes que el raciocinio y ante las adversidades en aquellas tierras, lo mejor era matar y luego preguntar.

Aquellos hombres descubrieron que tomar lo que no era suyo, era muy fácil, muy sencillo a través de la brutalidad desmedida y con ello, pronto tuvieron sojuzgados a miles de pobladores originales.

ROMERO BALANDRÁN
LAS CASTAS EN EL VIRREINATO Anónimo Siglo XVIII - MUSEO NACIONAL DEL VIRREINATO

Al establecer sus propios “métodos” en base a las armas, al temor, a la brutalidad, a la burla, los pobladores originales se doblegaron para evitar ser sometidos a los castigos impuestos.

Nunca los hispanos a través de aquellos métodos, pudieron lograr el respeto de los lugareños, más bien, éstos se fueron adaptando para evitar los castigos y fueron cediendo parte de sus usos y costumbres.

Aquellos malos tratos en base a la brutalidad, se encaminaron muy pronto hacia las mujeres y los más débiles. Estas circunstancias desembocaron en la toma de mujeres y sirvientes, haciendo “pan y fervor” por lo ajeno como objetivos principal.

Para tener control de aquella perseguida forma de vida, separaron de inmediato a la sociedad naciente en dos grandes vertientes: blancos e indios, los blancos como minoría, que no quería ser vulnerable y los indios, como mayoría y mal llamados así, resultado del desconocimiento total de los aconteceres reales de esos días y por el “facilete” de iletrados.

Comer, beber, dormir y cohabitar, era el lema que mejor entendían los conquistadores y las consecuencias no tardaron tanto en aparecer, pues en meses, aquellos pocos hispanos comenzaron a procrear hijos a diestra y siniestra, dando inicio a la mezcla que luego, los blancos estratificaron, con el principal motivo de seguir teniendo bajo su control los procesos de conquista y poder.

De un puñado de blancos, a los pocos años, ya se podían mirar cientos de criollos -hijos de españoles nacidos en la nueva España con poderes restados por su condición que no querían por ningún motivo perder su condición de conquistadores.

En esas condiciones al paso del tiempo, la vida política y social, religiosa y cultural, de la nueva España, estuvo en manos de una minoría blanca de origen europeo, que aglutinaba dos grupos: los españoles y los descendientes de españoles.

Al crecer el número de criollos pronto se dan pugnas por acceder al poder y control, avivándose el encono, por el crecimiento en número y en la economía de este grupo en comparación con los “gachupines”,

pero aún con aquellos avatares, ambos grupos ostentaban y eran la “clase” dominante en tiempos del virreinato.

Pudiera decir “en tiempos de la Colonia” que sería el término que es más conocido, solo que en la nueva España no existieron las colonias y sí, la división en territorios separados denominados provincias: nueva Galicia, nueva Vizcaya..., lo que sí se considera para denominarlo “Virreinato” es el período de 1521 a 1821 o desde la conquista hasta la firma de la Independencia, por ser esos años, dependientes de un Virrey representando al Rey en turno.

Entre las convulsiones sociales, políticas, culturales, religiosas, de ese largo periodo, las sociedades

sufrieron la interacción y de ella, surgieron decenas de combinaciones raciales que trajeron en consecuencia una de las peores ideas: la estratificación social o clasificación social de bases sanguíneas o consanguíneas, que se tipificaron en las llamadas Castas.

Esta pequeña historia no tendría objeto, si no se mencionara que todo ese proceso y sobre todo el tiempo tan largo que duró, aún al día de hoy, causa ciertos estragos entre las sociedades que conforman a la Nación y se manifiestan desde frases y sobrenombres peyorativos hasta lo que Alejandro Lipschütz, ha denominado como la “Pigmentocracia”.

En esta Nación, aún se pueden ver manifestaciones de índole racista y de menosprecio de unos a otros, solo por el color de su piel.

Las condiciones sociales deben enfocarse y coadyuvar en la erradicación de ésta pigmentocracia en la que muchos de sus miembros, persisten en continuar manifestando.

La sangre humana es sangre y es de color rojo para todos.

Sin embargo, tomando como base a los grupos mayoritarios que dieron formación posterior a las clasificaciones, podemos mencionarlos de ésta manera:

Los españoles o peninsulares: Aquellos europeos que por nacer en España y viajar a la Nueva España en busca de las riquezas, tenían todo el poder, tanto económico como político. Eran llamados gachupines.

Los indígenas: Principal grupo al iniciar la conquista y durante el Virreinato.

Los criollos: Hijos de españoles nacidos en la Nueva España.

Los mestizos: Descendientes de españoles e indios.

Los negros: Personas de color traídas del continente africano en calidad de esclavos y que realizaban las labores más agobiantes.

Con el tiempo las mezclas entre esos primeros grupos fueron clasificadas en:

De puro europeo en América – criollo

De español e indio – mestizo

De español con mestizo – castizo

De castizo con español – español

De indio con negro – zambo

De negro con zambo – zambo prieto

De español con negro – mulato

De mulato con español – morisco (no debe confundirse con los moriscos peninsulares).

De español con morisco – albino

De albino con español – salta atrás o saltapatrás

De mestizo con mulato – apiñonado

De indio con mestizo – cholo o coyote

De mulato con indio – chino

De español con cholo o coyote – harnizo

De castizo con mestizo – harnizo

De coyote con indio – chamizo

De coyote con indio – chamizo

De chino con indio – cambujo

De salta atrás con mulato – lobo

De lobo con china – gíbaro o jíbaro (no debe confundirse con la tribu amazónica de los jíbaros)

De gíbaro con mulata – albarazado

De albarazado con negra – cambujo

De lobo y de Yndia, produce Zambaigo

De cambujo con india – zambaigo

De sambaigo con loba – campamulato

De campamulato con cambuja – tente en el aire.

Con el tiempo y “las amarras” entre diferentes grupos, aquella clasificación aumentó enormemente y se consideraron regiones enteras, en las que, se consideraron otras denominaciones.

La conocida “Guerra de Castas” en la Península de Yucatán fue ejemplo clave para comprender esa tipificación desconsiderada y enormemente racista.

Tan fue importante el periodo de Las Castas que varios artistas pintores dedicaron horas y horas a realizar obras pictóricas con ese tema.

En varios Museos Nacionales se conservan en custodia obras pictóricas con el tema de Las Castas, algunas de reconocidas firmas autorales, otras clasificadas como anónimas porque no se conoce al autor, pero todas ellas, dejan pequeños aprendizajes en base a la información que proveen en la ambientación de cada obra.

Estas imágenes nos ayudan a comprender mucho de este proceso inhumano, que en el terreno de las desigualdades fueron poco a poco creando los resabios y el hartazgo de cientos de miles, que vieron en la lucha independentista el camino más lógico, para dar por terminados los sufrimientos y tratos inhumanos a los que, estuvieron sometidos por decenas de años.

Oleo de Don Juan Rodríguez Juárez Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera Obra al Óleo de Miguel Cabrera

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.