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Más pruebas
A continuación se exponen otros argumentos que fortalecen la teoría de que en la plaza el toro se defiende de lo que intuye que es un depredador. Más adelante servirán para explicar las técnicas de toreo.
•Al principio de la faena el toro tenderá a irse hacia el centro del ruedo, pues conserva toda la energía para huir a velocidad -por su instinto natural de presa-. De hecho, la mayoría de las veces el toro, de inicio, corre adelantando la mano más alejada de las tablas, siempre preparado para huir hacia el centro del ruedo en caso de ser necesario, es decir, en caso de que el depredador sea fuerte y rápido.
•Un comportamiento relativamente común, sobre todo en toros a los que les falta bravura, es que cuando el animal pasa cerca de un burladero y alguien saca tardíamente un capote, es decir cuando ya ha sobrepasado ese lugar, el toro acelera su galope debido a que intuye que el que considera su depredador le atacará por la grupa, justo donde no tiene defensa. Si embistieran únicamente al movimiento en sí, todos los toros se volverían a atacar el engaño, pues de esta forma no representaría un riesgo.
•Cuando dos toros están peleando, normalmente se pone uno frente a otro y al embestirse bajan los cuernos para protegerse el pecho. Esa es la razón por la que el toro tiende a humillar, bajar la cabeza, a la hora de embestir. También humilla debido a que cuanto más abajo inicie la cornada, más impulso y fuerza imprimirá a su ataque. Si uno de los toros que pelean se mueve y queda por el costado del otro, al que queda en desventaja no le queda más que voltear su cara y embestir de manera forzada
-los toreros le llaman a esta acción, forzar la embestida- pues de otro modo su enemigo le dañaría en el costado, donde no tiene la defensa de los cuernos.
•Durante el transcurso de la faena los toros van perdiendo energía y se sienten más vulnerables, por lo que poco a poco van tendiendo a estar más cerca de las tablas. La razón es que de esta manera cubren uno de los cuatro flancos por donde pueden ser atacados por el depredador.
•Conforme avanza su lidia los toros se van cansando y la mayoría, sobre todo cuando les falta algo de bravura, prefieren guardar energías y no embestir, a menos que el ataque del depredador sea descarado. Por esta razón, conforme avanza la faena en el argot taurino se dice que el torero debe “atacar” más al toro, lo que se logra echando el engaño al hocico con mayor brusquedad, dando un pisotón a pitón contrario y usando la voz en el cite. De esta manera el toro se siente agredido por el depredador y vuelve a embestir por defensa.
•En la suerte de varas el toro intuye, al chocar con el caballo, que ha alcanzado a su depredador y que este último lo hiere en el lomo. Aquí vemos que si al citar el caballo camina hacia adelante, el toro arranca con su mano derecha y golpea del centro del peto hacia la parte del pecho del equino. Cuando el caballo se mueve hacia atrás, el toro embestirá del centro del peto hacia las patas traseras, lo que corrobora que el toro apunta hacia donde cree que va a correr el depredador.
•En el tercio de banderillas se busca reanimar al toro, ya que su casta le hace reaccionar con fiereza al castigo. Con su propio movimiento se agitan constantemente los palos que están unidos al arpón, lo que hace que el burel se sienta continuamente atacado por un depredador menor, lo que aumenta su agresividad y, por ende, el número de embestidas.