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AGRADECIMIENTOS

La elaboración de este libro no ha sido fácil si consideramos que el medio de los toros suele ser tradicionalista y no siempre está dispuesto a abrirse a nuevos conceptos, sobre todo cuando aún no habían sido aceptados abiertamente por destacados profesionales, taurinos o aficionados. Es por eso por lo que valoro más la valentía de quienes me han acompañado en esta aventura y han avalado mis ideas.

De tal forma que me siento muy agradecido por el tiempo que distintos protagonistas de la Fiesta se han tomado en escucharme e interesarse por conocer más acerca de la teoría del depredador y por ayudarme a darle mayor sustento. Al principio fue difícil para mí exponer mis ideas por el temor de sufrir el rechazo de profesionales o, peor aún, de personas a las que respeto y admiro.

Por principio de cuentas, deseo expresar mi gratitud a Juan Pablo Corona Rivera, que a través de Fomento Cultural de la Tauromaquia Hispanoamericana enaltece los verdaderos valores de la tauromaquia, por su invaluable apoyo para editar este libro y su decisión de distribuirlo en las escuelas taurinas.

Debo dar las gracias a los matadores que me ayudaron a revisar y avalar las distintas técnicas de lidia: Manolo Mejía y Arturo Saldívar. Aprecio su apoyo, su amistad me honra. También deseo reconocer la participación del gran picador Ignacio Meléndez González, quien me ayudó a resumir las técnicas de la suerte de varas para el libro anterior.

Mi agradecimiento también a Armando Fuentes Aguirre “Catón” y a Juan Antonio Hernández “El torero” por arriesgarse conmigo al elaborar el prólogo y el prefacio de mí primer libro, respectivamente. Así mismo doy las gracias a L. Esther Gil y a Silvia Garza por su gran ayuda en la elaboración y edición de la obra Detrás del valor y del arte, que dio origen a este trabajo.

Del mismo modo, me gustaría citar a aquellos que me entusiasmaron por seguir aprendiendo acerca de la conducta del toro o esos otros que me han hecho comentarios favorables que fueron de gran utilidad, tales como Arturo Gilio, Juan Antonio Hernández, Heriberto Murrieta, Mariano Sescosse, Urso Dávila, los hermanos Pilar y Pablo Labastida (†), José Vaca y Francisco Guerra, padre e hijo.

Mi reconocimiento a Ricardo Sánchez, Joaquín Guerra y nuevamente a Manolo Mejía por ayudarme a colocar encierros de mi ganadería en las plazas de mayor importancia del país.

Asimismo, quiero agradecer a personas que pusieron una luz de entendimiento en el camino o una semilla que germinó en esta investigación, como fue el caso de Gerardo Martínez Ancira y David Alonso.

Y, por supuesto, a los importantes personajes del mundo taurino que firman los textos de la sexta parte del libro, ya que su valiosa participación viene a avalar este estudio: a Victorino Martín García, Álvaro Núñez Benjumea, José Miguel Arroyo “Joselito”, Diego Urdiales y Julio Fernández, cuyas opiniones fueron recopiladas por Paco Aguado, a Jesús Solórzano (†) y Rafael Cortés, que entregaron sus comentarios a Juan Antonio de Labra, y a Ricardo López de Anda, Profesor Ricardo Torres Martínez, Jim Verner y la Asociación Nacional de Veterinarios Taurinos.

Y, por último, a Juan Antonio de Labra y a de nuevo a Paco Aguado por su asesoría en la concepción editorial de este libro y su constante estímulo para que fuera terminado, así como por la recopilación de las opiniones mencionadas.

A todos, muchas gracias.

Saltillo, Coahuila. Diciembre de 2017

Para cualquier comentario o sugerencia acerca de la temática expuesta en este libro, el autor está a disposición de los lectores en la dirección de internet libroembestida@gmail.com

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