Domingo 7 de febreo de 2016 Por Felipe Aceves Fotos José Pelayo
Segunda corrida formal El programa original anunciaba a Eulalio López “El Zotoluco”, al francés Sebastián Castella y al aquicalidense Juan Pablo Sánchez. Pero la fiesta de los toros tiene su propio ritmo y una desafortunada cornada que recibió Castella; el desaguisado obligó, tanto a Casa Toreros como al Patronato a que hicieran malabares para reemplazar al herido. Se decidió que la sustitución fuera, a la postre con acierto, con el rejoneador potosino, Sebastián Torre y el diestro mexiquense Ignacio Garibay, quienes –hay que reconocerlo- no desentonaron en lo más mínimo. Se lidiaron siete toros del hierro de “Begoña”, de ejemplar imponencia (digna de cualquier plaza del mundo) y del que dos ejemplares (4º y 5º) merecieron arrastre lento. De los toreros, mucho y bueno hay que decir. El novel rejoneador Sebastián Torre anduvo con gran empeño y cosechó una salida al tercio. 64
Eulalio López “El Zotoluco” quien está en el mejor momento de su carrera recibió con la muleta a su imponente enemigo, sentado en el estribo, por lo que la emoción y los murmullos de admiración, se fueron por las nubes El torero cuajó una faena muy importante. Le cortó una oreja, y por otra gran tarea, al segundo de su lote, con un trasteo de maestro en verdad, le tumbó un par.
Hoy la suerte le pintó bastos a Ignacio Garibay, torero de recia personalidad que tuvo que lidiar una tarde a contra corriente, ya que ninguno de los astados de su lote no concedieron posibilidades. Estuvo muy digno, como siempre. Juan Pablo Sánchez, a su temple proverbial habrá que agregarle esa lentitud pasmosa que el toreo de México le regaló al mundo taurino.