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Introducción
from Mi capote de paseo
by FCTH
Era una mañana de paseo escolar al Polyforum Cultural Siqueiros, uno de los lugares más interesantes para visitar en la Ciudad de México. En su camino a este sitio el autobús del colegio pasó por los alrededores de la colonia Ciudad de los Deportes, cuando un niño de nombre Pablo se levantó de su asiento y preguntó: –¡Maestra! ¿Por qué ese estadio de futbol tiene esculturas y el otro no?
Mientras, otro alumno llamado Jerónimo se puso de pie y antes que la maestra contestara, exclamó:
–¡No es un estadio de futbol, es la Monumental Plaza de Toros México! ¿Qué nunca has entrado a la plaza y visto una corrida de toros?
–¡No!
–Pues entonces vamos el domingo con mi familia ya verás que será día de fiesta.
–¿Se trata de una fiesta?
–Sí, una gran fiesta. A ver, ¿cómo preparan tú y tu familia una reunión para celebrar algo grande y especial?
–Bueno, la planeamos con tiempo, se hace una lista de invitados, se piensa en la comida, en la música, en los adornos, en la ropa que usaremos, y muchas cosas más.
–Ah, pues lo mismo ocurre adentro de ese lugar rodeado de las esculturas que representan a los toreros más importantes de la fiesta, y a esa “fiesta” se le llama “Fiesta de los Toros”, “Fiesta Brava y también “Corrida de Toros”. Anímate Pablo, mis papás hablarán con los tuyos y vendremos en familia. ¿Te gustaría?
–Sí, claro, nunca he ido a una fiesta así.
–Entonces, si tus papás aceptan nos podemos encontrar debajo de donde veas más toros juntos hechos de bronce. A esa manada que guía un hombre a caballo y lleva a ocho toros corriendo, le llaman “El encierro” y la hizo un escultor español, creo que era de Valencia; mi papá me dijo que se llamaba Alfredo Just Gimeno. Te va a gustar, dicen que cuando uno se hace aficionado se envenena.
–Sí, ¿y por qué? ¡Qué susto, entonces mejor no! – Jerónimo sonrió ampliamente.
–No te espantes, así se le dice en este ambiente a cuando quedas como encantado por los toros. Es como un hechizo que te atrapa, del que ya no sales, porque te enseña cosas mágicas. Por ejemplo: a mí me encantó conocer cómo los seres humanos han vivido junto al toro, lo han pintado en los interiores de las cuevas, han descubierto su silueta en el cielo entre las estrellas con la constelación que se llama “Tauro”. ¿Has ido al planetario? Ahí se pueden ver con claridad las diferentes constelaciones.
–¿O sea que también hay toros en el cielo? –Preguntó Pablo con los ojos muy abiertos.
–Pues sí, podría decirse que sí. También al toro lo han hecho escultura en piedra y metal y han jugado con él de muchas formas. Lo más importante, lo han toreado, y a eso se le llama Tauromaquia.