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Ferrer Rodríguez, Francisco “Pastoret”

alternativa a la que también renunció pronto, porque de regreso a España, toreó algunas novilladas en 1926 y decidió retirarse de la profesión el día 22 de septiembre en la plaza de toros de su tierra. Desde entonces aquel torero elegante que hizo concebir las mas fundadas esperanzas entre los aficionados pasó a ser agricultor y viticultor en el Valladolid que tantas veces le vio triunfar. Era hermano del prestigioso Dr. Mariano Zumel, al que me honré en conocer y tratar en sus últimos años.

ferrer rodríguez, francisco

“PASTORET”

Matador de toros y posteriormente novillero, al haber renunciado a la alternativa. Nació de Sidi Bel Abbes, Argelia, el 10 de septiembre de 1884, aunque se crió en Almería. Su primer oficio fue el de pastor, pero como su ilusión era la de ser matador de toros, lo dejó todo –excepto el nombre que hacía referencia a su trabajo, que fue el nombre artístico que adoptó en los ruedos– y dispuesto a cumplir su sueño recorrió todas las capeas de su ciudad y las limítrofes, y terminó por recorrer España, con todos los sacrificios que en aquella época conllevaba. Pronto el nombre de “Pastoret” fue conocido en los festejos humildes de los pueblos, hasta que por fin, pudo presentarse ante la afición de Madrid, el 27 de agosto de 1911, en una corrida en la que alternó con Torquito y Rosalito en la lidia de astados de Olea. El debutante triunfó aquella tarde al ser fuertemente aplaudido. A partir de su presentación en Madrid, toreó con mucha aceptación como novillero haciendo campañas prolíficas en festejos, aunque poco a poco, su cartel fue perdiendo fuerza y su nombre eclipsándose, y antes de que los públicos se olvidasen de él decidió tomar la alternativa en la plaza carabanchelera de Madrid, el 21 de octubre de 1917 con toros de Juan Sánchez de Carreros (Salamanca), de manos de Manuel Mejías “Bienvenida”, mano a mano. Afortunadamente, volvió a triunfar a lo grande al corar las orejas a los tres toros que le tocaron en suerte, saliendo en hombros de los enfervorecidos aficionados que lo llevaron hasta la pensión. En 1918, su primera temporada completa como matador de toros sumo 8 corridas, una de ellas, nocturna, en Madrid, el 11 de julio, en la que el espada malagueño Matías Lara “Larita” le confirmó la alternativa, toreando mano a mano, cuatro toros de Fernando Villalón. “Pastoret estuvo muy bien en el toro de la confirmación, mató de dos pinchazos y media, ovación y vuelta. El cuarto lo lanceó bien,

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trasteó como pudo y mató de media, palmas. Banderilleó en el primero junto al sobresaliente Morato”. A continuación hubo dos becerros de la ganadería de Santos para Charlot´s, Llapisera y sus Botones, “que hicieron las delicias del público y fueron muy aplaudidos”. La temporada de 1919 fue parecida. Toreó 10 corridas, y otras tantas en la de 1920. Después viajó a México, donde solo pudo torear 5 corrida y regresó a España, donde poco a poco su cartel fue perdiendo fuerza y sus contratos fueron disminuyendo temporada tras temporada. Toreó 5 corridas que descendieron a 4 en la de 1922. En 1923 pareció recuperarse y ascendieron a 7 sus contratos, pero ya era insostenible su situación, por lo que en 1924, sin poder aguantar más la difícil situación por la que estaba pasando, que ya no le permitía vivir bien, renunció a su alternativa de matador de toros y volvió a torear novilladas. Ese mismo año toreó 11 novilladas, que ascendieron a 15 en 1925 y 14 en 1926. En 1927 toreó en Madrid, el 27 de marzo con novillos de Nemesio Villarroel, con mucho poder, excepto el sexto, que fue manso y hubo que foguearlo. Sus compañeros de cartel fueron José Iglesias y Ricardo Romero Freg. “Pastoret trasteó con brevedad al primero y lo despachó de dos estocadas y descabello. Cumplió en el cuarto, que mató de pinchazo y media”. Sin embargo sus contratos no le daban para vivir, y tenía que alternar sus posibles contratos con otros negocios taurinos, como la organización de festejos menores, para ayudarse, Toreó el 3 de julio en Gerona, y el 20 del mismo mes, cuando se dirigía en su automóvil hacia Salamanca, donde había comprado unos novillos al ganadero Ignacio Sánchez en Calzadilla de Mendigos, sufrió un accidente en Narrós del Castillo (Salamanca), en el que falleció y también su acompañante, el que fuera matador de toros, y en ese momento apoderado de toreros, Antonio Álvarez “Alvarito de Córdoba”, al volcar el Bugatti descapotable que conducía Pastoret, al parecer por exceso de velocidad. Eran las nueve de la noche cuando ocurrió el trágico suceso. Según el antiguo matador de toros Ángel Carmona “Camisero” escribió en su libro “¡Así los vi yo!”, “Era Pastoret valentísimo, y aunque de pequeña estatura, mataba muy bien y tenía temperamento para torear de capa y muleta. Había renunciado a la alterativa, motivos por los cuales no nos extendemos en opinar”.

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