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MARKETING GASTRONÓMICO O LA HABILIDAD DE GENERAR EMOCIONES
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MARKETING
Cuando alguien piensa en Marketing Gastronómico es probable que se imagine un cartel publicitario, un anuncio en una revista o un post en las redes sociales. También se lo podría relacionar con el diseño de una carta, la decoración o con ciertos protocolos de actuación hacia el cliente, entre otras posibles acciones.
La verdad es que todas son ciertas pero con eso no nos basta. El marketing gastronómico se puede entender como el conjunto de acciones que se realizan en un establecimiento para conseguir objetivos tan importantes como la rentabilidad, el crecimiento constante y el reconocimiento del negocio. Para poder
desarrollar todas estas acciones se necesita una lógica en común que articule dichas acciones hacia estos objetivos específicos. De lo contrario nuestro éxito y el futuro del negocio quedarán al azar. La primera condición para desarrollar un plan de marketing gastronómico es desarrollar una estrategia… Sin estrategia el marketing suele fallar.
El desarrollo de esta estrategia requiere de dos pasos, muy simples pero esenciales. El primer paso tiene que ver con el desarrollo de la mejor característica del establecimiento, ¿en qué puedo ser el mejor? ¿por qué me caracterizo? Esto requiere trabajar la marca de
Claudio Ponce trabaja en marketing estratégico desde el año 2003, siendo a día de hoy, un experto en el área. Cuenta con una dilatada experiencia en la aplicación de planes estratégicos de negocio y ha formado parte de diferentes proyectos de innovación tecnológica.
Actualmente imparte conferencias y talleres de trabajo a empresarios y emprendedores de España, Portugal y Latinoamérica a través de Cámaras de Comercio de España en difentes países, proyectos europeos, escuelas de negocio y universidades.
Licenciado en Ciencias químicas por la Universidad de Salamanca, máster en marketing y máster en finanzas por el Instituto de Directivos de Empresa. Tiene una especialización en Business Strategy por la Universidad de Virginia. | ESTAR AL DÍA |
CLAUDIO PONCE www.claudioponce.com
identificación o branding del establecimiento que me va a permitir diferenciarme de otros negocios. El desarrollo de esta característica debe ir relacionada, lógicamente, con los aspectos que más valora la clientela que quiero captar y/o fidelizar.
De este modo, tratando de ser excelente en un determinado rasgo, trabajaré, por ejemplo, el trato al cliente o la innovación de los platos, la presentación del menú, la decoración o la mejor relación calidad/el precio. Se trata, en definitiva, de entresacar la característica que me represente y me diferencie de mi competencia por la forma en cómo la aplico y cómo me la valoran.
Una vez alcanzado este primer objetivo, el segundo paso requiere trabajar en la importancia de los detalles. Sabiendo quién soy y a quién le vendo y la forma en que lo hago, se trata de profundizar en aquellos detalles imperceptibles que nos hacen únicos como establecimiento y para ello el neuromarketing y los protocolos estratégicos pre-establecidos resultan vitales. ¿De qué forma presento una mesa o doblo una servilleta?, ¿por qué un cuadro determinado está en ese sitio?, ¿qué efectos tendría esta música y a este volumen?, ¿es importante disponer de una carta complementaria que ponga platos o tapas del día?, ¿y desarrollar un protocolo estratégico para que el camarero lo aplique en momentos determinados?, ¿solo comida sana?, ¿Instagram, Facebook o YouTube? … entre otras miles de características o detalles, siempre orientados hacia un objetivo determinado.
Solo un trabajo minucioso sobre las sensaciones que genera nuestro establecimiento nos permitirá fidelizar una clientela cada vez más exigente con la experiencia vivida. Podremos incorporar la importancia de los detalles en el momento en que consideremos el valor de las emociones que somos capaces de generar. El marketing gastronómico dispone de herramientas para posicionar sólidamente nuestro negocio en un mercado tan dinámico como el gastronómico. En nuestra mano está conocerlas y utilizarlas. ■