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Uso de metales en los tejidos
tallados en relieve y/o pintados (ilus. pág. 222). En este sentido, la palabra aymara que compiló Bertonio en la sierra del sur al comienzo del siglo XVII, quellcahta, y que significó originalmente "[. .. } affeytar, Pintar, o Rascuñar o dibuxar al modo de indios, que pintan los ca[n}taros, y otros vasos" (Bertonio, 1984 [1612] 2a. parte: 286), concuerda con el significado de la palabra quechua. Mientras todavía hoy se discute, a falta de estudios sistemáticos, si los tocapus son un sistema de notación o no, opinam~s que la palabra quilca asociada a estos signos ha sido elegida para designar la escritura europea. Al no ser quilca una creación nueva quechua, deducimos que había un denominador común tanto para los tocapus y las pinturas en escenas como para la escritura alfabética: el de transmitir información3.
Interesante es destacar que en los diccionarios coloniales el quipu no esté relacionado con la palabra quilca. Debido · a lo relativamente tardías que son las fuentes sobre este tema, podemos suponer que los quipus fueron rebajados a lo que durante la colonia se conoció y utilizó: un sistema de contabilidad (cf. Urton 1998: 41 O). Unicamente el autor indígena Guarnan Poma de Ayala menciona a la persona que utiliza el quipu como un quilcacamayoc, un maestro del quilca (Guarnan Poma 1980 [1615]: 191 [193], 359 [361]; Cummins 1998: 195-196, en prensa a). Aparentemente Guarnan Poma, según la opinión de Cummins (1998: 196, en prensa a), trata de rescatar la palabra quilca asociándola con un significado posible anterior, y con el uso de determinado soporte de ella. En los diccionarios o en otras escrituras coloniales, el quipu no se asocia con quilca. Como ya vimos, quilca se refiere en las fuentes coloniales a formas específicas de la imagen inca pero no a los quipus: "Pero en la Nueva Coránica i Buen Gobierno, se emplea quilca como un término ambiguo que le da capacidad a Guarnan Poma de reunir sus dos acciones no andinas, dibujo y escritura, con los antiguos registros del conocimiento" (Cummins, 1998: 197, ibid a).
Sólo a comienzos del siglo XVII, el cronista mestizo Garcilaso de la Vega (1991 [1609] lib. 6, cap. 9: 346) se manifiesta con respecto al uso del quipu y su significado de tal modo que nos permitirá acercarnos a una definición de la escritura inca:
En suma, decimos que escribían en aquellos nudos todas las cosas que consistían en cuenta de número, hasta poner las batallas, y reencuentros que se daban, hasta decir cuántas embajadas habían traído al Inca y cuántas pláticas y razonamientos había hecho el rey Pero lo que contenía la embajada ni las palabras del razonamiento -ni otro suceso historial- no podían decirlo por los nudos porque consiste en oración ordenada de viva voz o por escrito, la cual no se puede referir por nudos. Porque el nudo dice el número, mas no la palabra .
Quero de madera con diseños geométricos en bandas, similares a los de los tocapus. Museo de la Nación, Lima.
T Quipu con cuerdas secundarias múltiples. Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia del Perú, Lima. Para explicar esta cita es importante señalar que Garcilaso está partiendo de la definición europea de escritura. Dado que la escritura latina está ligada a una lengua, Garcilaso resalta la diferencia y especifica que un qui pu, al contrario de la escritura europea, no puede fijar y reproducir palabras. Garcilaso (1991 [1609] lib. 6, cap. 9: 347) defiende así la superioridad de la escritura latina y, por lo tanto, califica la "escritura" en qui pu como imperfecta. Sin embargo, la descripción que •da permite calificarla como un sistema semasiográfico. Como ya se mencionó en la parte teórica, este sistema de notación proporciona "significados", "sentidos", "conceptos" pero no palabras. Según Garcilaso, los registros se hacían a través de nudos, que por cierto representaban números. Aunque Garcilaso no estuviera consciente de ello, los números se interpretaban como "signos", es decir que transmitían también "significados" e "ideas", como trata de comprobar Parssinen (1992: 38-40, 45) cuando estudia las transcripciones de información de quipus a la escritura alfabética, basándose también en lo que el padre Calancha dice en su crónica en cuanto a que cada provincia se distinguía por un número. Ascher (1996: 274, 282 y ss) constata que la correlación matemática de los nudos permite inferir que cierto tipo de nudos no representa un significado númerico sino una idea (cf. Urton, s/f b).
Con todo lo expuesto pensamos que los conceptos de notación semasiográfica y semiológica permiten explicar los sistemas de notación inca, y concuerdan con los posibles conceptos de escritura que pudieran haber tenido en mente. Aquí se abre la pregunta de por qué los incas no desarrollaron un sistema de notación glotográfico, sino más bien semasiográfico. La respuesta la encontramos en el uso