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Glosario
no de los que se veían en el vestuario de los monarcas incas. En la época colonial se han seguido confeccionando uncus adornados con tocapus.
Thomas Barthel (1970: 92) ha identificado alrededor de 300 tocapus en telas, además de 70 que aparecen en qeros, calculando el número de signos en unos 350. En un trabajo posterior (1971) reduce su número a 24 tipos básicos (ilus. pág. 252), siendo los demás variantes-muchas veces cromáticas- de ellos. Stone-Miller (en prensa) reduce, a su vez, la cantidad de tocapus a 23 porque suprime el color negro. Para Rowe (1979: 245 y ss), los tocapus están dispuestos en forma estándar en cuatro tipos de uncus: 1) el ajedrezado blanco y negro (ilus. pág. 254) que constituye en su conjunto un tocapu en sí; 2) el ajedrezado con los motivos del tocapu "llave", que lleva bandas en la parte inferior del uncu (ilus. pág. 259); 3) el uncu con tocapus ubicados en el centro, en forma de bandas de dos o tres hileras (ilus. pág. 258 der.); y 4) el uncu con una banda en el centro de tocapus tipo rombos o diamantes (ver diseño de vasija en ilus. pág. 134). En este orden puede existir, según este autor, una jerarquía de uncus determinada por los tocapus y la calidad de los tejidos, muchos de los cuales son de algodón o mezclas de algodón y lana, y de inferior acabado. En la tipología no incluye Rowe los uncus reales, pero los menciona posteriormente (Rowe, 1979: 257). Como hasta el presente solamente ha quedado un ejemplar que se encuentra en el Museo Dumbarton Oaks, es difícil saber la frecuencia con que estos trajes se hacían.
El uncu real era una vestimenta cubierta enteramente por toca pus (Barthel, 1936 [1615]: 106; (ver ilus. pág. 262). Como Guarnan Poma dibuja al inca Huiracocha con un uncu similar, Barthel denomina al uncu de Dumbarton Oaks como el uncu de Huiracocha. Este autor identifica en el traje una simbología numérica relacionada con el calendario andino, apoyándose también en referencias a las fuentes documentales coloniales. Zuidema (1991: 195) encuentra en su estudio de los tocapus que portan los incas en los dibujos de Guarnan Poma un contexto calendárico vinculado con lo ancestral/histórico. Según Barthel, se leía en sentido vertical en la época inca; pero bajo la influencia española, se comenzó a leer en forma horizontal. En 1970 (: 92), Barthel afirma que con los tocapus no era posible escribir números porque la escritura de números estaba reservada a los quipus. Posteriormente, modifica esta afirmación en un artículo de 1971, al descubrir un simbolismo de números en el vestido de gala. Rowe y Rowe (1996) afirman, junto con Stone-Miller (ibid), que no han podido comprobar el simbolismo de números de Barthel.
En los últimos años 1~ norteamericana Stone-Miller (ibid) está llevando a cabo nuevas investigaciones, pero no desde el punto de vista de la comunicación, sino de la historia del arte y de la textilería. Interesante es destacar que a pesar de la posición en contra de que los tocapus sean un sistema de notación, Stone-Miller (ibid) menciona el hecho de que el tocapu pareciera transmitir un mensaje a los "lectores", aunque la disposición no parece guardar un orden determinado. No hay dos tocapus que parezcan ir siempre juntos, ni que se repitan en una secuencia lógica, según la autora. No obstante, aunque ella no lo anote, resalta la sime-