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Dos culturas frente a frente
from VICUS
Paita" (Cap. I). La relación mencionada era particularmente estrecha en lós periodos más tempranos. Las pequeñas fluctuaciones climáticas del Holoceno Reciente, es decir durante los últimos 4000 años se expresan, en el Norte del Perú, en el desplazamiento hacia el Sur de la latitud promedia adonde pueden llegar las calientes aguas tropicales, en la recurrencia secular y en la intensidad del Fenómeno de Niño (PaleoENSO) 25. Estas fluctuaciones cambian el h~bitat humano de manera suficiente como para facilitar o incluso provocar desplazamientos de poblaciones acostumbradas a un cierto régimen de pesca y determinadas tecnologías agrícolas, tanto tropicales como subtropicales o centroandinas. Las sociedades complejas disponen de mecanismos que les permiten amortiguar un eventual impacto ambiental y las fronteras de los estados ponen barreras a la libre circulación de grupos humanos. Es por ello, probablemente, que la influencia de portadores de culturas de origen norteño cesa en la Costa a partir del Periodo Intermedio Temprano, encontrando un freno en los estados Mochica, Lambayeque, Chimú e Inca. Hay que enfatizar que ni el Desierto de Sechura ni el valle de Piura funcionaron como una frontera política. Los estados costeños mencionados ya desde las fases iniciales de su existencia parecen haber tenido interés en mantener el control sobre la ruta de acceso hacia el tropical Norte. Por ello el dominio original sobre el Alto Piura tiende a expandirse llegando a su máxima extensión en la segunda mitad del siglo XIV d.C. cuando los valles de Piura y Chira quedan incorporados al sistema agrícola Chimú con grandes obras de irrigación y el poder político del Imperio se extiende hasta Tumbes. El imperio Inca heredó el sistema político creado por el imperio Chimor26.
Dos culturas frente a frente (Periodo Vicús-Mochica Temprano)
Analizando la iconografía y el contenido de ajuares funerarios tenemos la oportunidad de acercarnos en algún grado a las características de la sociedad, sujeto de la historia. Por cierto las imágenes del pasado no ilustran directamente la realidad puesto que la función de las piezas de cerámica y metal ha sido diferente de la que éstas tienen actualmente como objetos artísticos expuestos en las vitrinas de museos y colecciones privadas. El principal propósito para el que fueron confeccionadas ha sido probablemente el deseo de proveer al difunto de todos los medios mágicos necesarios para que no perezca en el camino al más allá y ocupe un lugar equivalente al que le correspondía durante su vida en la tierra. Es por ello que las imágenes remiten a identidades, acciones rituales y símbolos que parecen girar alrededor de un solo gran tema: la transición de la vida a la muerte y de la muerte a la vida. Las relaciones sexuales y los sacrificios sangrientos condicionan aquella transición. La sangre, el semen, el agua y la chicha unen en su circulación los dos mundos, el de los vivos con el de los ancestros. En estos aspectos generales las dos iconografías, la vicús y la mochica, se parecen entre sí y con otras culturas andinas. Las diferencias atañen probablemente a detalles, pero detalles importantes, tales como identidad y jerarquía de divinidades y ancestros, y la complejidad de rituales. Es nuestra intención precisar las diferencias, al mismo tiempo que demostraremos empíricamente la validez de las afirmaciones vertidas en estas líneas. Quizás