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Frente a frente
from VICUS
definitivas de nuestras observaciones. Llama, sin embargo la atención esta recurrencia de tocados que se relacionan con las divinidades de la "mitad inferior", por un lado, y con la población marginal, no mochica, por el otro.
Comparemos ahora a los vencedores con los vencidos. Las fuentes iconográficas sugieren que compartían varios conceptos generales acerca del orden preestablecido en la naturaleza y en la sociedad. El principio de complementariedad rige sobre el mundo el que necesariamente debe tener oposiciones selva/desierto en Vicús y mar/entrañas de los cerros en Mochica. Para los vicús y para los mochicas la guerra ritualizada norma las relaciones entre los humanos, y los ancestros dotados de poderes sobrenaturales piden sangre de los sacrificados a cambio del bienestar, de la fertilidad y de la salud. Los vencidos en combate son degollados, y el cuchillo de sacrificador, así como el collar de cabezas trofeo, son símbolos de poder. En ambas culturas las relaciones políticas se expresan en lenguaje sexual si bien sólo en Vicús de manera tan explícita y chocante para un espectador contemporáneo. La relación sexual lejos de ser un asunto privado pertenece al ámbito de comportamientos rituales y, valga la redundancia, religiosos, estrictamente normados por la sociedad. Como en Cusco, en Piura el sistema cuatripartito de la organización del universo se expresa de la manera siguiente: masculino/masculino masculino/femenino mitad local
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En la sociedad Vicús las relaciones homosexuales ritualizadas entre los hombres norman el orden jerárquico vigente. Este aspecto no aparece en la cultura Mochica como bien lo observa Kauffmann Doig 110. Los actos sexuales que permiten la procreación, al igual que los "contra natura", constituyen conductas debidas en dos distintos tiempos sagrados. El acto procreativo remite a las relaciones de reciprocidad con los dioses "de arriba" (Mellizo Terrestre), y la unión carnal que no conduce a la concepción simboliza el agradecimiento frente a las fuerzas de "abajo" y particularmente para con los muertos. El distinto papel simbólico de la sexualidad anuncia otras diferencias de mayor peso que separan las dos sociedades. Todas ellas atañen al problema de la complejidad. Si bien el esquema cuatripartito expresa las jerarquías sociales en ambas sociedades, no cabe duda que la iconografía mochica enfatiza de manera más pronunciada las diferencias entre grupos, rangos y funciones. El vestido de guerrero con la camiseta cubierta de aplicaciones de metal, faldellín, cinturón, protector coxal, casco, orejeras y collar caracteriza al miembro de la elite (Fig. 150). Así se visten los jefes y las dos divinidades principales. Los guerreros jóvenes o de menor rango y los dos Mellizos Divinos llevan la camiseta decorada de tela, un cinturón, un faldellín o simplemente taparrabo, un tocado de turbante o una cinta con cabezas o cuerpos enteros de animales aplicados ( vea Fig. 137b y las dos categorías juntas en combate, Fig.153). Un simple taparrabo, una camiseta, un turbante o una cinta sencilla, una manta recogida en la cintura o a través del pecho a manera de bolsa, y un taparrabo (Fig. 78 der.) distingue a la tercera categoría social, de menor importancia. Es, por ejemplo, el vestido de la Iguana Mítica 111. 256
165. Figurina. Periodo Vicús-Mochica Tardío. Personaje 4. Alfar Moche Nº 5. Asociación Cultural Enrico Poli B., Lima. 166. Figurina. Vicús Tardío. Personaje 4. Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, Lima.
Un cuarto tipo de vestido diferencia a las mujeres y a los sacerdotes (Figs. 77, 169,400). Lo luce también la Mujer Mítica. Se compone de una túnica larga, con o sin cinturón, y una manta sobre el cabello o atravesada sobre • el pecho. El rango de los sacerdotes se expresa en los tocados, en los collares y en los mantos decorados 112. En la iconografía clásica Mochica IV del Sur las tres primeras categorías de vestido se relacionan claramente con cuatro poblaciones diferenciadas en cuanto a su área de origen, ocupación y estatus, cada una representada como el actor principal del acto ceremonial que corría a su cargo. Nos referimos a las representaciones de combate en la planicie costeña con los guerreros mochica ( categoría 1 ), la caza del venado en los valles ( categoría 2), la caza de lobos marinos, la pesca en el mar, por un lado y la recolección de plantas y caracoles terrestres en las lomas por el otro ( categoría 3) 113. Por cierto, no todos estos grupos están representados en la iconografía piurana, si bien encontramos las cuatro categorías de vestido. En comparación, la personalidad iconográfica de las cuatro figuras masculinas Vicús enfatiza sólo los aspectos que remiten a la procedencia y al parentesco: encontramos la misma diferencia a la hora de comparar los mundos imaginarios vicús y mochica. El artista vicús logra expresar la muerte y la transformación del guerrero en el ancestro provisto de poderes sobrenaturales agregando sucesivamente algunos rasgos cadavéricos y zoomorfos (ver arriba y Cap. II, Figs. 11, 18, 22, 303-310, 319,321). No hace ninguna diferencia iconográfica como para justificar el uso de términos tales como "un ser humano", "un muerto dotado de vida", "un ancestro", "una divinidad subalterna, mediadora, menor, mayor etc.". En cambio, estos términos se vuelven necesarios cuando queremos definir con precisión las diferentes categorías de seres sobrenaturales en la iconografía mochica desde sus fases más tempranas. La morfología cadavérica de la cara con los ojos hundidos (Figs. 161, 162) y el vestido correspondiente a su estatus caracteriza al ancestro; se representa tanto la preparación y la deposición del cuerpo, la descomposición posterior de las partes blandas como el renacimiento del ser cadavérico en el más allá
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El ancestro se diferencia con claridad de las divinidades. La boca felínica, o en su defecto un halo, las alas, el cinturón de serpientes, un acólito fantástico u otro elemento sobrenatural, caracteriza a estas últimas. Hay entre ellas una compleja red de jerarquías. Aparte de las seis divinidades principales antropomorfas descritas arriba existe un gran número de seres subalternos. Todos ellos comparten una característica: el componente animal-o vegetal predomina en su personalidad iconográfica (Figs. 89, 387 -391). Hemos visto que varios complejos mitos teogónicos representados con lujo de detalles en la iconografía clásica del Sur están evocados figurativamente en el estilo Mochica I de Piura. En la tradición Vicús, en cambio a duras penas encontramos llamadas a las leyendas en las que diferentes animales son los principales protagonistas.
Todo ello nos lleva a la conclusión final. El destino histórico juntó dos sociedades similares en el modo de subsistencia, en el manejo de la metalurgia, en las estructuras generales de cosmovisión y quizás de parentesco. No obstante, las diferencias en el nivel de complejidad son abismales. ¿ Cómo definir estas diferencias y cuáles son los mecanismos políticos que norman la convivencia?