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Respuestas de los niños de la URSS a las preguntas lanzadas por Serguei Mikjailov
Respuestas de los niños de la URSS a las preguntas lanzadas por Serguei Mikjailov
Me imagino que el primer año del siglo XXI no será el de prendas supermodernas o de robots; ¡el año 2001 estará dedicado a los niños de todo el planeta! No importa el lugar donde vivan, irán a la escuela, entablarán amistad, se escribirán cartas, y practicarán muchos deportes.
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En el año 2001 me bastará tan solo viajar unos minutos en el metro para llegar a Checoslovaquia y ver a mi amiga Judita Bendadorova.
Natasha Lisenko, 13 años (poblado Medvédovka, provincia de Chernígov)
Pienso que el año 2001 será así: yo trabajo como constructor del metro en el tendido de un nuevo túnel del ramal Moscú-Leningrado. Nuestra excavadora de reacción avanza velozmente, destruyendo a su paso las rocas más duras. En mi muñeca tengo un televisor diminuto. Pasan el noticiero. Me entero de que se ha comenzado a construir un ferrocarril intercontinental. Sobre los océanos montarán un monocarril colgante, en las zonas donde son frecuentes los huracanes deberán hacer túneles submarinos. ¡Y en ese caso necesitarán de nuestra ayuda!!!
Serguéi Nozhin, 12 años (Leningrado)
En el año 2001, todos los países del mundo estarán de acuerdo en fundir todos sus armamentos y, con el metal obtenido, construir en una magnifica isla del Caribe un palacio para los niños de todos los continentes.
Vádim Shikin, 12 años (Moscú)
Para ese tiempo, yo ya seré un verdadero escritor para niños. Sueño cómo salto de la cama por la mañanita, corro al baño, me lavo la cara y luego me siento a escribir.
Considero que no existirá una gran diferencia entre el presente y el futuro, tan sólo cambiarán significativamente la ciencia y la técnica. Algo que no me importa nada, pues yo tengo un objetivo en mi vida: hacer célebre mi apellido, ya que si yo no lo hago, es posible que ningún otro lo logre. Además quiero demostrar a la humanidad algo con mi propio trabajo.
Vladímir Rudnij, 12 años (Lisva, provincia de Perm)
En esos tiempos seré guardabosques y espero que los animales me obedezcan. Quiero tener un helicóptero para extinguir rápidamente los incendios. La gente jamás ofenderá a los animales, pues encontrarán con ellos un lenguaje común.
Serguéi Skarga, 10 años (poblado Vatútino, provincia de Járkov)
Quisiera llevar del presente al futuro mi juventud, listeza, inteligencia y alegría.
Yevgueni Orlov, 11 años (Simferópol)
En nuestra ciudad, los edificios se parecerán a las espigas del trigo; no les temerán a los vientos ni a los huracanes ni a los terremotos; tan solo se balancearán un poco como la yerba. Detrás de la escuela en la que yo trabaje habrá un bosquecillo de abedules. La primera lección en todas las aulas será de historia natural. Así los niños aprenderán a ver y escuchar la naturaleza. La maestra abrirá la ventana y dirá: ¿Oyen? Es un viejo álamo que gime y cruje. ¿Oyen? Son las hojas del abedul que murmuran.
Aprender a escuchar y responder significa ser amigo –dirá la maestra.
Galina Petrushkova, 13 años (Jabárovsk)