PRESENTACIÓN EDITORIAL FUNDATUN
El mes de inicio del nuevo año incorpora la que es una de las celebraciones más representativas del sector, como lo es el Día Mundial del Pescador (26 de enero); efeméride que festeja a todos los hombre y mujeres englobados en diversos colectivos a diferentes niveles productivos, que van desde aquellos pescadores que se embarcan durante meses en grandes barcos pesqueros hasta pescadores aficionados que cuentan con un pequeño bote y que disfrutan con la caña y el sedal. Los consumidores son poco conscientes de lo duro de este trabajo en el mar, durante largas jornadas, soportando inclemencias climáticas y en espacios con condiciones no del todo cómodas para brindar un importante alimento a la población y sustento a su entorno; cada día con mayor número de señalamientos y exigencias hacia una de las profesión más duras e infravaloradas, pero que es capaz siempre responde a los retos. El mismo día se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental (26 de enero) y muy en consonancia con la evidente problemática derivada de los retos que imponen a las actividades humanas, necesarias para el desarrollo, la conservación del planeta; un muy delicado equilibrio del que sino se toma conciencia puede acarrear graves consecuencias para todos. El trabajo de concientizar a todos que los recursos son finitos y que se deben generar políticas de resguardo a espacios naturales, se debe compaginar con generar ideas y soluciones cónsonas con las demandas de poblaciones en crecimiento. Sin duda que una de esas problemáticas del desarrollo humano llevó al establecimiento del Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre (28 de enero), también llamado Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de Dióxido de Carbono (CO2); en la búsqueda de generar conciencia y sensibilizar sobre el cambio climático y los impactos ambientales que esta ocasiona. Pese a que la variación del clima es parte de un fenómeno natural, el problema al que nos enfrentamos es la acelerada alteración como consecuencia del aumento de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) originadas por la actividad humana; por lo que se debe abordar la mitigación del cambio e impulsar un desarrollo sostenible que promueva el uso de tecnologías con bajas emisiones de carbono, el aprovechamiento de fuentes de energías renovables no convencionales y el uso racional de energía. El primero de los artículos, incluidos en este boletín COFA CONVIVENCIA PESQUERA, aborda el análisis del Biólogo Alvin Delgado M., actual Director Ejecutivo de la Fundación para la Pesca Sostenida y Responsable de Túnidos - FUNDATUN, sobre la situación de la flota cerquera venezolana en la pesca de túnidos del Océano Pacífico Oriental (OPO); el cual evidencia las dificultades actuales de una flota que estuvo consideradas entre las más eficientes del área y que marcó pautas incursionando en áreas no tradicionales de pesca de del atún Aleta Amarilla (YFT- Thunnus albacares). Sin duda un artículo que debe llevar a la reflexión del sector en pleno y que permita que este año merezca ser referencia de etapas posteriores, señalándolo como el inicio del lapso de recuperación de una actividad tan importante como lo es la actividad atunera nacional. En diversas oportunidades y en opinión de distintos analistas del sector pesquero nacional, se ha considerado que nuestro país es “atunero” por antonomasia. Esa calificación obedece a muchos factores coincidentes: por una parte, cuando se inician operaciones atuneras exploratorias en las costas del caribe, Venezuela participa de forma muy activa a incorporarse a esta actividad; y por otra, tomando en cuenta que existía una plataforma infraestructural para la sardina y la fabricación de conserva-harina de pescado, se facilitó la posibilidad de incorporar la materia prima atún a estos procesos. Los niveles de aceptación del nuevo producto fueron tales que al poco tiempo se convirtió, la conserva de atún y el consumo en fresco, en uno de los rubros preferidos por el consumidor venezolano. Esta situación dio paso a esa conformación del país atunero, adicionándoseles que las diversas orientaciones empresariales y de políticas públicas dieron soporte al establecimiento de una infraestructura y supraestructura adecuada a nuestras necesidades.
