Staff
Director Cristian Sánchez
Diseño y diagramación
Andrés Intriago
Correción de Estilo
Lucia Osorio
Alexandra Ayala
Dirección administrativa
Maira Berrio
Colaboradores
Ilustración portada
Alejandro Herrera
Contenido
1. Brigadas comunitarias Lectores de Paz-es
2. Media trava la memoria y la tribuna
3. A mamá
4. Del destierro y otros dolores
5. Porque no estamos todos, nos faltan los presos
Editorial
Bienvenidos a esta propuesta comunicativa que se gesta desde hace siete años con la premisa: la Paz, necesidad nacional. Desde allí construimos y le apostamos a la lucha por la vida. En esta cuarta versión que hoy entregamos por vez primera en formato revista, nos hemos dado la oportunidad de proponer formas distintas de narrar la experiencia para compartir con ustedes los sentires en torno a la Memoria, Paz y Reconciliación, Mujeres y Fútbol, Historias de Barra, y Movilización Social. Históricamente Colombia ha estado atravesado por dinámicas patrocinadas y promocionadas por el gobierno, las cuales guardan relación con políticas de odio que han dejado como resultado dolorosas cifras; por nombrar algunas están: crímenes de estado mal llamados falsos positivos (6402), víctimas de trauma oculares (103 durante las marchas del 2021), violencia policial (5801, año 2021) que incluye la violencia de género (47 casos de violencia sexual) buscando así estigmatizar y silenciar la movilización social. Sabemos que la organización de nuestros pueblos y comunidades ha sido por la garantía del respeto por los Derechos Humanos y por la vida misma, la Paz entonces se convierte en una necesidad Nacional en la medida que nos invita a la defensa y lucha de lo que somos.
Invitamos a cada una y uno de ustedes hacer parte de este proceso acercándose a las historias que aquí encuentran. Gracias al equipo de trabajo que se esforzó por sacar esta potente publicación, gracias a quienes escribieron los artículos, gracias a ustedes por leernos y acompañarnos en esta defensa de la vida, gracias a mi madre por acolitar los sueños de resistencia. Nos seguimos viendo en las calles, en los medios, en la vida libre y digna.
Yulith Martínez @ilustradoradeideasBrigadas comunitarias Lectores de Paz-es
¿Qué es una emergencia lectora? nos preguntó un día un zorro lector en su madriguera llena de historias ilustradas que ha venido cazando durante años. Hubo un momento silente como suelen ser los libros que protagonizan nuestras Brigadas; nos miramos queriendo encontrar una respuesta en las infinitas memorias de lo que hasta ese momento había representado para nosotras conectar corazones y tejer historias entrelazadas y en encuentro en el libro álbum quien es el protagonista.
Hemos ido de a poco, pensando en cada travesía y dándole forma a través de los saberes a una respuesta de lo que significan nuestras Brigadas Comunitarias lectores de paz-es. Intentamos verbalizar la experiencia de permitirnos hacer una lectura de lo que somos, tanto en lo individual como en lo colectivo, cuando caminamos y habitamos cada recoveco
de los territorios que hemos visitado. En cada uno de estos espacios descubrimos con imperecedera ternura
“la dicha de la palabra dicha” y una necesidad profunda de leernos con la suavidad que representa el palabreo, pero también el silencio expectante.
Más allá de un parche convocado en torno a la lectura en voz alta, mediado por el libro álbum y reunido alrededor de procesos sociales que se han gestado y juntado en las distintas localidades de Bogotá, nos damos el gusto de saborear con otros(as) la paz, o mejor dicho las paz–es en sus distintas manifestaciones. Estas expresiones están ilustradas en nuestras propias láminas de un Kamishibai (googlear por favor) que nos otorga el derecho de ser quienes somos.
La paz entonces no tiene una forma definida, nos las saboreamos en
un almuercito hecho por las manos de mujeres rurales de Usme , también en el aleteo potente de los versos y el calorcito de un fogón que convocó la memoria para que el olvido no crezca en Kennedy , incluso en el asombro de la biodiversidad del andar por Monserrate. La paz esta en el nombre de los protagonistas de Guillermo Jorge Manuel José porque son los rostros de quienes están en nuestros espacios cercanos lo que nos llevó a la cotidianidad de los Montes de María, de Tito y Pepita que siempre consiguieron miles de sonrisas, de Camino a casa que nos recuerda preguntarnos todos los días ¿Dónde están nuestros desaparecidos? La paz es la amplificación sonora de las voces de quienes habitan cerca al Fuerte del viejo topo en Suba , también es el Corazón y la botella ya que leer la paz ha sembrado en cada una de nosotras un jun-
co que nos permite decir con fuerza: somos lectores de paz – es. Reflexionamos que no hay una única paz, hay paz-es y son imperfectas. Hoy nos convoca una Necesidad Nacional , una emergencia lectora. De eso se trata, de reconocer que la lectura , del y sobre el otro, nos invita al cuidado propio y mutuo de los corazones tejedores de acciones colectivas, de seguir a-brigadas(os) con efervescencias a cada uno de nuestros procesos sociales y comunitarios por unas paz-es hechas al tamaño del libro que somos.
Media trava La memoria y la tribuna
Un 19 de noviembre de 1998, la memoria alista su bandera, se sube al micro, sentada en la última silla, en el reflejo de la ventana visualiza: un par de chicos que se sientan junto a ella para cuidar los instrumentos, van por 4:20 y sonrientes emprenden su viaje. El destino hace lo suyo, cruzándose en tiempo y espacio. Nada más, nada menos que para ver a aquél hidalgo, aristócrata, selecto y elegante equipo. Verde y blanco en sus colores, plasmado impecablemente en su uniforme, cada Jugador pisaba la grama del Nemesio Camacho el Campín, templo del fútbol Nacional desde 1989, donde por primera vez, un equipo colombiano ganó la codiciada Copa Libertadores de América, sueño de muchos, logro nuestro.
Ahí estábamos, sin saberlo, él y yo, quizás por ser la tribuna más económica ya que a nuestros 16 años la merienda escolar era por defecto, destinada para la compra de la entrada a la cancha. La cita de culto que domingo tras domingo teníamos, para encontrarnos con el amor de nuestras vidas: El Club Atlético Nacional. Ese año se jugaba la primera edición del torneo de clubes de la región de América del sur, el mejor escenario para cruzarnos en las gradas. Un resultado de 0 a 2 que nos catapultó hacia la clasificación y a la final del torneo, del cual salimos campeones.
Y ahí seguíamos él y yo. Saltando en las gradas, pidiendo a los jugadores que dejaran todo como nosotros en la tribuna. Nuestros cantos in-
fluenciados por las hinchadas Chilenas y Argentinas, cuna de todos los barristas del norte del continente suramericano en la década del 90. Con esta banda sonora, él y yo iniciamos nuestros viajes por carreteras -miles de historias por contar, con los trapos y extintores, ¡Qué épocas de glorias y caídas! Nuestro lema: Por encima de todos . Frase que nos tatuamos en la mente, creada por y para nosotros. Recuerdo el primer momento en el que finalmente nos conocimos, la química fue inmediata, fundamos el parche: la gloriosa Banda de la XI
Con él, siempre pionero en todo lo que hacía, caminábamos por nuestra zona, sin saber el mundo al que entrábamos. Esa noche tuvimos nuestra primera maratón -¡cómo nos corrieron ese día! los rivales que más
despertaban nuestro repudio. Aún así, no pasaban más de ocho días para recuperar el orden de nuestra casa. Son tantas las cosas vividas… recuerdo que siempre, en cada choque decías: -lo único que tienes que saber es que soy un verdolaga más- , lo recuerdo como si fuera ayer. Recuerdo cuando nos corrían y decías: -¡Basta! No corremos más , nos paramos ya -, así fueran mil contra nosotros.
Mi amigo y hermano de sangre
Nacional: ¡Eso te hizo grande!, te hacía único. Siempre estuvimos juntos, o al menos durante el primer decenio de tu historia en la barra. Ahí mi amigo querido, pude disfrutar de la lucidez de tus ideas, de tu inteligencia, de lo brillante de tu pensamiento. Cualidades que quizás pocos
“Querido general, ya nos vamos a encontrar, en el cielo o en el infierno para festejar”Dos Minutos de Advertencia Catalina Salazar @Rapinass_
vivieron a tu lado, pocos vieron esa faceta de ti , pocos fuimos los afortunados. Siempre vestido de jean , botas negras punta de acero , camiseta negra y cabello largo , reflejo de tu rebeldía, de tu humildad. Amabas el metal , amabas al verde y blanco. No éramos barra de Adidas, éramos barra de Metal, Punk Rock y cantos de cancha. Todo el día, a toda hora. Fuimos inseparables desde entonces.
¿Te acordás del cuadrangular de Soacha en el año 2000? ¡Qué locura amigo! Había que tener los huevos bien puestos para ir. Ese día te metiste a la cancha, quemaste adrenalina un rato y regresaste a la tribuna, como si nada, sonriente, poniendo tu cabello detrás de tus orejas. El resultado: un par de rivales noqueados. No teníamos ni veinte años y todo esto pasaba, piedras, piñas van y vienen -tú seguías ahí- y los muchachos se entretienen.
¿Te acordás de Vietnam? ¿En la década del 2000? Nuestro famoso viaje a Cali. Nadie más lo podrá contar. Siempre me decías: -el secreto es unosolo-,-cuandoestésdevisitante, nuncatedespeguesdelabarra,laley del combatiente, la ley del GeneralY así, saliste invicto siempre, ningún rival te pudo correr uno a uno, tenían que ser varios, si no, no podían. Aquí las lágrimas no se sostienen más. Es imposible escribir sobre ti, pensar en vos y no llorar. Siempre lo dije: la única forma en que pueden derrotarte es que confiaras en tu verdugo, en un estado de poca lucidez.
Solo así te podían derrotar amigo, tu muerte en tus cinco sentidos jamás hubiera sucedido. Y mucho menos con nosotros , tus hermanos de sangre Verde y Blanca. Sin embargo, así la vida lo quiso, y no nos queda más que recordarte como el mejor, como aquel Guerrero de cabello largo, el Caballero que siempre cuidó y protegió con orgullo los colores de nuestro amado equipo. Eres inigualable hermano querido, el hermano que el fútbol me regaló y un cobarde me arrebató. Pero no hay prisa, no te preocupes. Solo mueren los que se olvidan. Y a ti, querido General, jamás te olvidaremos, por lo que escribiste en la tierra, en nuestras almas y que nadie podrá repetir ni igualar. ¡Hasta siempre media querido!
27 de julio de 1983 -
A Mamá
Me falta tu mirada aliviada cuando entro a casa.
Me falta tu voz compasiva que me abraza.
Cuando siento que el mundo pesa, me falta tu ejemplo para salir a la calle y seguir viviendo.
Me falta tu terquedad en la búsqueda. Al hallarme, tus ojos lloran.
¿Por qué este mundo es tan gonorrea, mamá? ¿Será porque estoy solo?
O será porque desde ahora, tú lo estás.
*Me hice este plagiando a Nika Turbina por el caso de Duban y la señora Ceci.
Para que ninguna mamá tenga la angustia de buscar otro hijo y la certeza de que no volverá a casa, cambiemos el mundo.
Del destierro
y otros dolores
Aquella tarde en el avión, observando por última vez la majestuosa cordillera de los Andes le dije adiós a la blanca estrella que me vió nacer, adiós a la ciudad de colibríes y tijiquís. ¡Hasta pronto, mi amada Scorpio City! Brillarán de nuevo mis ojos cuando te vuelva a ver, cuando pise tu suelo y mire yo al sol nacer en medio de tus montañas.
Despedirme de mi ciudad, mi familia y amigos, significa también despedirme del fútbol -la única medicina más potente que el sexo con amor. Adiós Atlético Nacional, lo nuestro será siempre un amor a distancia, pero ahora es el océano, el inmenso mar, quién me separa de verte físicamente al menos, en el tiempo por venir.
Cuando cierro mis ojos y pienso en mis tardes de estadio, de ese credo bendito que mi padre me ense-
Quiero reconocer al Pueblo WurundjericomolosCustodios
TradicionalesdeestaTierraque pisanmispies.Tambiénme gustaríarendirhomenajealos
Ancianosdelpasado,presentey emergentesdelaNaciónKulin yextendermirespetoatodos losindígenasaustralianos. Siemprehasido,esyserátierra aborigen.
otras calificativos indeseables: soy migrante, tercermundista, y con un acento raro… algunos dicen: exótico. Confieso que he llorado el mar que me separa de ti Verde querido, anhelando volver a verte. He querido salir corriendo a tu encuentro pero recuerdo que el exilio es mi realidad, esta disciplina auto impuesta que los migrantes saliendo de nuestros países nos echamos como apuesta, apelando a la suerte: como en los dados, para buscar un futuro, aunque muchos de nosotrxs no sabemos ni cómo luce.
ne y que quizás, cuando vuelva yo a verte, nuevas copas reposarán en tus aposentos: en el palacio del Rey. A pesar de esto, mi amor que ahora se anida en la tristeza, se mantendrá intacto, como lo ha hecho en el pasado, cuando otrxs han querido que me aleje de tí, cuando el monopolio me prohibió verte jugar, y mi amor por ti Nacional sigue ahí, indeleble, no se mancha ni a la intemperie.
ñó, mi corazón estalla en el pecho y vuelvo a ser esa niña, entrando por primera vez al tablón, una y otra vez.
Abro mis ojos en la realidad que tengo frente a mí, aquí, el fútbol es footy -una rara versión de rugby, y se asemeja a la pasión de nosotrxs lxs sudacas: seria, certera, a big deal.
Pero no es fútbol, no es el juego hermoso, no es la figura de geometría sagrada la que rueda en la cancha… siento simpatía, pero no el mismo amor, la camaradería de mi Nación , el humo del extintor, el temblor de la tribuna, el palpitar después del gol… Éstas yacen en los recuerdos, en las llamadas telefónicas y en los videos que mis compañerxs me envían para que sienta el calor de mi tribu.
Además de las desventajas impuestas por la sociedad al haber nacido mujer, aquí también sumo
La melancolía y el pesimismo son mi motor, los recuerdos que no dejo que se pierdan, el anhelo de una vuelta más. Así, la desesperanza como arma para transformar mi realidad y así, vivo un poco… en la distancia te veo jugar, entrego mi fuerza sabiendo que el tiempo no se detie-
Hoy, invoco a las almas de los amigxs que han partido, porque estas lágrimas también son suyas, como suyas son las copas, los campeonatos, el honor y la gloria, por ustedes,
¡Ni un minuto de silencio, toda una vida de aguante!
Porque no estamos todos, faltan los presos
Sabemos que el sistema carcelario coercitivo, lejos de reeducar a quiénes han cometido crímenes, los pone en una situación aún más vulnerable y no hay garantía de una reinserción exitosa a la sociedad. Hablamos con un futbolero que se encuentra privado de la libertad. Estas son sus impresiones sobre la vida, el fútbol y la paz.
Escrito por un integrante de la barra NACION VERDOLAGA desde la cárcel esperanza de guaduas en memorias quienes dieron su vida por este sentimiento “Atlético Nacional”
Crónica de domingo
Domingo por la mañana, pero no un domingo cualquiera. Pues hoy juega el equipo de mis amores en la Capital: Club Atlético Nacional de Colombia, ¡Bienvenido a tu casa! Es un día de descanso, de locha, luego de una larga semana laboral, -cosa que mi mente desecha inmediatamente- La ansiedad me arrebata, me siento particularmente lleno de energía, saturado de alegría. Luego, salto instantáneo de la cama, me lavo la cara, cepillo mis dientes y de inmediato, sin dar cabida a otros asuntos, ocupo mi mente en el más importante suceso que por fin tendrá lugar tras largas semanas de espera.
A modo de tradición, con mezcla de augurio, visito mi armario para elegir, entre tantas opciones, la pinta ideal, la casaca que mejor me haga sentir, para estar a la altura y elegan-
cia de esta ocasión. Esta es una celebración. Una gran fiesta se avecina, ¡Hoy la fiesta es verdolaga! ¿Camiseta Puma 1999 o Converse del año 2001? Si bien esas son amuletos y pienso que me resaltan entre la multitud -cosa caprichosa en mi mentecomo si nadie más las tuviera, como si nadie más fuera a estar vestido de verde.
Me termino de alistar y mientras me alimento, como recuerdo, llega a mi cabeza, las palabras de mi amada madre, que se han hecho antaño:
- ¿Otra vez a ver esos partidos? ¿De qué te va a servir eso en la vida? A la vez, mi padre solía replicar con cierta autoridad: -Son cosas de muchachos, ya se le pasará. Y hoy, veinte años más tarde, conservo la misma felicidad y emoción de cuando era un chiquillo…
¡Unavezmás,mevoyparalacanchaaverjugaralmásgrande! Digno de un estado de romanticismo, cumplo la cita que había acordado con los parceros del barrio. Estamos todos, boleta en mano, un par de cervezas y ¡yanosvamos! En el ingreso a la cancha, el corazón palpita con más fuerza que nunca, las manos sudan. El sonido de los bombos y de los cientos de voces, conjugadas como una sola, nos dan la bienvenida. Adentro todo es algarabía, todo se viste de verde, las trompetas vibran y las banderas sin descanso, se agitan. Las voces se rompen y el aliento incesante llena el estadio de vida.
Me tomó tan solo unos segundos para mirar el entorno y sentir orgullo por esta barra que el tiempo convirtió en familia. A los muchachos que, como yo, un día llamaron vagos,
pero que hoy crecieron, se hicieron adultos, profesionales, padres de familia, etc. Verdolagas que hicieron de esta pasión un estilo de vida, ¡su estilo de vida!
El aguante perdura los ciento veinte minutos, el estallido de los goles se funde en los abrazos y las sonrisas. La dedicatoria es para aquellos que ya no están. - Hoy el verde sale victorioso y la multitud se cunde de alegría. Es un partido más para algunos, pero en realidad, es toda una vida: las mismas caras, las mismas de siempre, hasta el final de los días, en los que el destino de su pitazo final de este partido llamado Vida.
Gente que no
Gente que no quiere el cambio social, gente que no quiere igualdad. Gente que no quiere la paz ni la inclusión. Gente que solo cumple órdenes de intereses particulares….
Este es el pan de cada día de este territorio. Esa misma gente que no, es quién está a cargo de las decisiones gubernamentales.
La voluntad política no tiene ninguna escala de valor moral. El bienestar de los más vulnerables o necesitados, es solo un discurso, pues en realidad, esta expresión burocrática solo esconde la cruel realidad: los débiles no le importan a nadie. La voluntad de los políticos es un bien de uso que se vende al mejor postor, en beneficio de los grupos sociales de élites y en detrimento de la mayoría empobrecida. Los derechos de los últimos solo existen en el papel, en el discurso de los primeros -los poderosos de turno- para figurar en época de elecciones.
Desde nuestra posición como actores sociales e hinchas del fútbol de esta, nuestra Nación, queremos invitar a quienes nos leen a que contribuyan a un verdadero cambio.
¡Postúlese! …Si, ¡usted! participe, colabore, emprenda, lea, infórmese objetivamente, sea crítico con lo que sucede a su alrededor. Pregúntese qué pasa con los recursos de su país, de su ciudad, de su localidad, de su barrio; por qué sus hijos o hermanos no estudian gratis, por qué no hay un sistema de salud digno, porque su entorno no es un lugar del todo agradable para vivir como ser humano. No se conforme con decir que “nopodemoshacernadaporqueacá todo se lo roban, que el que manda manda, aunque mande mal, que es mejordejarasíparaevitarproblemas, quelasoluciónesirseparaotropaís”
¡Es nuestro tiempo! El tiempo de la gente que Si. Inscriba su cédula, participe activamente de la política,
porque ella gobierna nuestro presente y el futuro de todos y todas. Infórmese por medios alternativos objetivos, averigüe sobre las propuestas de los candidatos, no se abstenga de votar y participar… sin excusas ni argumentos. ¡La Nación lo necesita! Participe en el próximo proceso electoral.
Usted puede transformar y mejorar las condiciones en que vivimos desde su lugar en esta podrida sociedad. Lo más importante es la participación de toda esta comunidad. No necesitamos conformistas, ni pesimistas, no necesitamos más de lo mismo, del mortecino y parco modo de ser y participar en la vida política de nuestra nación.
Por los líderes asesinados, lideresas amenazadas, jóvenes muertos, torturados y golpeados. Por nuestras mujeres violadas y asesinadas, indígenas desplazados, niños y niñas violentados. Por nuestros parceros
muertos o presos por la causa, por una vida digna para nuestras familias, la tierra y la libertad, pero sobre todo para que la nación realmente sea, por y para todas las personas que la habitan. Hagamos parte del cambio que se viene, no esperemos a que otros lo hagan. Seamos el cambio que queremos ver en nuestra sociedad.
Con respeto, autonomía y solidaridad seremos la semilla de una hermosa primavera.
“¿Eso estamos esperando? ¿Que vengan a solucionar el problema que somos nosotros mismos?”Jaime Garzón Mauricio Salas Ragde Jumper
De las tribunas a las calles
La movilización social vivenciada desde el 2019 hasta el presente, ha logrado quizá uno de los acontecimientos más importante e impensable en el pasado. Cientos de jóvenes que desbordan su pasión por un equipo de fútbol y que en las tribunas se entregan en cuerpo y alma, ahora, han salido a las calles, trasladando cánticos y euforia a una sola voz, que reclama las justas causas, cuya carencia se observa en esta sociedad cargada de egoísmo, apatía y corrupción.
La historia del país es trágica. La violencia y la intolerancia han sido la constante por varios años. Sin embargo, como reza el famoso refrán no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.
Las movilizaciones en contra de las políticas establecidas por el gobierno de turno, las inconformidades de la comunidad en términos de salud, trabajo, educación y vida digna, llevaron a las calles a las personas, en
una serie de manifestaciones sociales que lograron impactar y convocar a millones de personas de todas las esferas sociales, grupos artísticos, colectivos, activistas y por supuesto, hinchas (barras bravas) quienes en respuesta al llamado de movilización y alzar la voz, saltaron y cantaron en las calles con sus distintivos colores pero con un mismo sentir.
Sin embargo, la represión y la censura no se han hecho esperar por parte del gobierno. En el afán de disipar estas movilizaciones, donde los medios de comunicación, junto con la fuerza pública arremetieron en contra de los manifestantes, sin importar consecuencias o afectaciones a la integridad de las personas. El pueblo no se rinde, se conformaron brigadas de salud y las denominadas primera línea; que no son más que jóvenes que buscan proteger la integridad de los manifestantes, la solidaridad de los individuos con sus pares.
Lastimosamente, los procedimientos y el actuar por parte de la fuerza pública y en especial, el ESMAD ha dejado a la fecha, alrededor de 80 muertos y al menos unos 800 heridos. Esto según el reporte de Indepaz (Instituto de Estudios para el desarrollo y la Paz) donde se destacan personas como Lucas Villa, Dilan Cruz y Brayan Niño.
Ahora bien, es el momento de dar un paso adelante en la lucha histórica por consolidar discursos que, desde el diálogo y el respeto por la diversidad afiancen en los jóvenes futboleros. Hoy en día, son ellos y ellas, mucho más conscientes de su realidad, digna de transformar, de ahí el llamado desde la resistencia y el aguante. La paz como necesidad nacional, de las tribunas a las calles.
Un anhelado regalo
de navidad
Era un frío día de diciembre, caían copos de nieve…
¡ups! mentira, en Bogotá no cae nieve. De hecho, en menos de 15 minutos puede salir el sol más brillante. Ya olía a navidad, pero un momento ¿a qué huele la navidad? Detente, piensa y respira…
¡aja! a eso huele la navidad. A todas las personas tal vez nos huela diferente, pero eso también hace parte de la magia navideña. A Cata, por ejemplo, le huele a pasto recién podado con un poco de humedad. Se preguntarán porqué a pasto mojado.
Ella vive en un lugar con muchas zonas verdes, sin embargo…
Todo empieza con su tan anhelado regalo de navidad. Como todas las niñas, ella también escribió su carta al niño Dios. Lo hizo en una de las tardes capitalinas mientras observaba como se encen-
día el hermoso alumbrado navideño que caracteriza a su localidad. Catalina llevó al parque su libreta de aventuras, que mejor lugar para inspirarse” que ahí, pensó. Allí todas las personas eran felices, era el lugar donde aun siendo rivales realmente se hacían las mejores amistades. En aquella carta, pidió algo que el común de las niñas no acostumbraba a pedir. Ella deseaba algo diferente… “lo merecía”.
Durante todo el año cumplió con sus responsabilidades escolares, era una niña muy inteligente, aunque para muchos no muy bien portada; todo lo preguntaba, todo lo debatía.
Su cabello eternamente en desorden, no usaba ni faldas, ni vestidos y sobre todo pasaba siempre en el parque, de ahí su deseo por el preciado regalo de navidad.
Llego el momento, ya era noche
buena. Como tradición familiar todos se reunían para cenar, entre juegos, risas y cantares, era la hora de abrir los detalles.
A Cata le regalaban muñecas y más muñecas también cocinitas y peluches.
Claro que los disfrutaba, con cada uno se sorprendía, pero ella en silencio esperaba su anhelado regalo de navidad… La espera fue aún más larga, justo llegó media noche y todos con euforia gritaron
¡VIVA NAVIDAD! ¡VIVA NAVIDAD! Degustaron natilla y ricos buñuelos, luego continuó la destapada de regalos.
Ya quedaban pocos, Cata seguía esperanzada… uno de los regalos no tenía destinatario, entre todos decidieron destaparlo. Cata lo vio, era exactamente como lo soñó, como lo pidió…
Una pelota de fútbol de color blanco con brillitos violetas, muchos brillitos. A ella se le dibujó una sonrisa en la cara, la familia entera se preguntó para quién podría ser.
Salieron nombres como Gabriel o Simón, pero de inmediato Cata saltó y gritó
¡ES PARA MI, ES PARA MI! “yo lo pedí al niño Dios y él me cumplió”.
Familiares asombrados por su reacción se preguntaban ella porqué soñaba con un balón.
En silencio lo tomó y corrió al parque, su familia corrió detrás de ella y asombrados presenciaron lo buena que era con el balón, sobre todo, lo feliz que la hacía. Así, entonces, en aquel parque fueron testigos de la magia… en un anhelado regalo de navidad.
Jessica MoralesRelatos de una marcha
A lo largo de la historia de nuestro país, el movimiento social ha sido protagonista. En este convergen y dialogan los sentires, experiencias, relatos propios y colectivos de estudiantes, trabajadores, campesinos e indígenas que se unen en una sola voz y una sola bandera. Se han abanderado para contrarrestar y combatir las injusticias y abusos por parte del estado y las grandes multinacionales responsables de arrasar con los recursos naturales, el despojo de sus tierras, la explotación laboral bajo condiciones miserables siendo el trabajo excesivo y la ganancia poca. A su vez hemos visto y vivido la falta de garantías para una educación gratuita y de calidad para sus hijos e hijas; es por eso que los indignados, los oprimidos, los despojados alzan su voz y la de los que no están o no pueden en un carnaval de dignidad reivindicando sus derechos, sus muertos, sus tierras, sus hijos. A pesar de la violencia y muerte impartida por los grandes terrate-
nientes, multinacionales y el gobierno, el pueblo colombiano continúa su lucha en busca de un país mejor. Sin miedo muchos dispuestos a dejar su vida, sus ojos o cualquier parte de sí en pro de vivir en un país donde los jóvenes no se conviertan en un falso positivo, donde los campesinos e indígenas retornen a sus tierras, donde cualquier ciudadano pueda estudiar de forma gratuita y de calidad, un país donde se viva en paz porque solo en paz este país saldrá de la miseria. Por eso hoy nos convoca una necesidad consciente de cambio que solo se logra si se lucha. Colombia es el país de los indignados, de los comprometidos, de los que se mueven en sociedad por la paz y la dignidad.
Aquí una memoria de lo que ha significado para muchos la necesidad de una Movilización Social.
Lacarreta
28 días de abril y Colombia tiene el estómago vacío. En Patio Bonito a las seis de la mañana, Daniel sale de su casa con la carreta para verse con su hermano en el primer día de paro nacional. Era el primer 28 de muchos, una prolongación indefinida, un movimiento social.
Habían pasado meses de restricciones y pandemia. Kennedy se militarizaba una y otra vez, se multaban a los malabaristas, las bibliotecas seguían cerradas y los músicos no tenían donde tocar. Daniel y su hermano tenían una cita en Banderas. La carreta llevaba los parlantes, salió por la avenida Cali alrededor de las ocho y treinta de la mañana.
Cientos de jóvenes y artistas se toman las vías de la avenida Cali y desde la carreta suena salsa choque:
“y uno y dos y tres, Uribe paraco hijueputa” . En medio de la gente, las botas y los fusiles que acordonaron la localidad caminan detrás de Daniel y él no alcanzó a llegar a Banderas. Se cambiaron las botas por tenis, se acercan y piden el favor de llevar en su carreta “pinturas y brochas”. Le dicen a Daniel “son para un mural” y con ingenuidad acepta. Las bolsas que llevan los caminantes y van en esa caja de ruedas, son botellas, gasolina y pólvora. Mientras seguían por la Avenida Américas los dos caminantes se van y se pierden entre las gentes.
No pasaron ni cinco minutos desde que los chicos de la cerreta aceptan ese favor y una docena de matrimonios entre policías motorizados y ESMAD los interceptan, Daniel es de-
tenido, le espera una audiencia que lo acusara de terrorismo. Los caminantes vuelven a ponerse las botas y ríen mientras a Daniel lo conducen hasta las celdas de la estación de policía de Kennedy.
Durante el camino, esposado, piensa en su banda y en su saxofón. Tataratea las canciones de Ska que se convierten en su propia realidad. Piensa en su hija, contiene el llanto, sabe que en ese lugar no habrá ni amigos ni piel rojas, entiende que las paredes serán el papel para transcribir sus versos y sus notas. Los barrotes serán su instrumento, la melodía.
Antes de llevarlo ante un juez, los caminantes solicitaron una rueda de prensa. Llegan los noticieros, Daniel estaba solo frente a las cámaras y esposado como trofeo, no llora, no se
amilana. Mientras los policías hablan de su captura en la televisión se enfoca su mirada al suelo. Él no entiende cómo los tambores, los parlantes y el saxofón que iban a alegrar la jornada del paro de pronto se mezclaron con pólvora en esa carreta.
Su declaración es su propia defensa: “yosoyartista,yosoymúsico,yo me dedico a tocar mi saxofón, nuestraprotestaespacífica,esartística,es musical” . La mujer, una juez de garantías, comprende a qué se dedica esa carreta; desmiente a los uniformados y a Daniel, su propia historia lo absolvió. En el primer día de paro nacional, Daniel a las dos de la tarde es el primero de los montajes judiciales en el país.
Cuando las botas acordonaron Kennedy meses atrás, esos dos ca-
minantes habían patrullado por las calles de su barrio, habían elegido golpear la puerta de su casa y también contuvieron el momento. Recorrían su cuadra, hablaban con sus vecinos, fumaban en la esquina, lo veían andar a él con su carreta, su saxofón, su banda y sus amigos. El músico es libre. Los libros secuestrados por los confinamientos llegan al Parque Primavera, una mujer lee Somos cinco mil de Víctor Jara y como coincidencia, mientras escuchábamos las líneas y el testimonio que hablaba de los miles de presos de la dictadura chilena, nos encontramos con Daniel.
La carreta llevaba las pinturas, los parlantes y los instrumentos, alguien le dibuja un saxofonista. Esa tarde, una toma cultural de músicos, poetas y malabaristas celebramos su libertad mientras los caminantes vuelven a pasar. Esta vez solo nos miran y todo vuelve a empezar, la carreta vuelve a rodar, Techo, Portal, el barrio, la cuadra, todo lugar porque no quedaba más que luchar y bailar.