con el perro de abajo, etc. Se puede utilizar como técnica la "silla vacía" intercambiando los roles hasta integrar ambas partes en conflicto. Asimilación de proyecciones: Se busca aquí que el sujeto reconozca como propias las proyecciones que emite. Para ello se le puede pedir que él haga de cuenta que vive lo proyectado, que experimente su proyección como si fuera realmente suya. Ejemplo: P: "Mi madre me odia". T: "Imagina que eres tú quien odia a tu madre; ¿cómo te sientes con ese sentimiento? ¿Honestamente, puedes reconocer que ese sentimiento es tuyo realmente?". Es importante recordar que estos procedimientos o técnicas son sólo un apoyo para lograr los objetivos terapéuticos, pero que no constituyen en sí la Terapia Gestalt. Lo importante, lo realmente terapéutico, es la "actitud gestáltica" que se adopte, el reconocimiento de la importancia de proceso, y el respeto por el ritmo individual del cliente. No empujar el río, dejarlo ser. Tampoco aplicar las técnicas estereotipadamente, son asimilar la filosofía implícita en el Enfoque Gestalt.
Los hechos del pasado que afectan el presente son los denominados asuntos pendientes. Estos son usualmente emociones no gestionadas, sentimientos que están atascados y nudos que nos quitan vitalidad. Se suele tener asuntos pendientes con amigos, exparejas, familiares y personas que se dejan de ver, hasta personas que han fallecido y con las cuales ya no se puede tener un contacto físico.
Todo el mundo tiene gran cantidad de asuntos pendientes con sus padres, amigos, hijos, parejas o hermanos. Durante la psicoterapia, cada vez que se logra identificar uno de estos asuntos pendientes, el terapeuta le pide al paciente que trate de completarlo. Esto puede hacerse a través de un encuentro con dicha persona (para lo que utilizamos la técnica de la silla caliente); en cualquier caso debe expresarle abiertamente aquellos sentimientos que no se atrevió a expresar en otro tiempo. Cuando se trata de una persona que ya ha desaparecido de su vida –personas fallecidas–, primero se expresan los asuntos pendientes –pueden ser sentimientos agresivos, amorosos o de cualquier otro tipo. Una vez expresados los sentimientos que albergaba, el paciente ha de despedirse de esta persona y cerrar la historia que mantenía abierta, y que a menudo aparecía en sueños, en imágenes o incluso en dolencias, como ocurre con algunas melancolías y otras somatizaciones. Hay muchas personas que eluden concluir asuntos, ya que están tratando de evitar precisamente terminar una relación y despedirse. Esta evitación se da a menudo porque el no despedirse proporciona una serie de beneficios. Así, la persona sola, que vive apegada al recuerdo de algún ser querido, evita