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Editorial
A raja tabla, termina 2023
Sabíamos que no sería fácil. Aquí anticipamos un año retador y así fue: a menos de 60 días de que finalice 2023, observamos incertidumbre y volatilidad, provocada por eventos geopolíticos y factores naturales que han impactado al campo y la producción de alimentos.
Estamos por confirmar lo que hemos observado a lo largo de 11 meses: sí con crecimiento del sector agroalimentario, sí con perspectiva favorable, pero estamos finalizando el recorrido con claroscuros. Hay señales que apuntan a un panorama, sino negativo, complicado.
De hecho, en esta edición, damos cuenta de la expectativa que tienen los especialistas nacionales e internacionales sobre el rumbo del sector. En el Foro Global Agroalimentario 2023, que orga niza el Consejo Nacional Agrope cuario (CNA), el mensaje fue en esa dirección: presiones en el sector de los alimentos que ponen en duda la seguridad alimentaria.
Como país estamos bien posicionados. Somos vecinos del mercado más grande del mundo (Norteamérica), y de paso contamos con acuerdos comerciales (tratados) con preferencia arancelarias con más de 50 naciones. Es decir, hay un abanico de oportunidades.
El punto, aquí, es cómo mantener el ritmo de producción de alimentos, para atender esos mercados; qué deben hacer los agricultores para no caer y qué papel juegan los gobiernos federal, estatal y municipal, para impulsarlos.
No se nos olvide que en 2022 y todavía a inicios del presente año, los precios de los insumos, fertilizantes y maquinaria, principalmente, se dispararon. Lograron recuperarse a mediados de año, pero, ante la escalada de violencia en Medio Oriente y la interminable guerra de Ucrania y Rusia, se mantiene la incertidumbre.
A ello se suman otros costos de producción provocados por los efectos del cambio climático y las sequías. El norte de México fue afectado este año, no hay agua; las presas, en su mayoría, están por debajo del 50 por ciento.
Es decir, hay factores que están jugando en contra del desarrollo del sector. Y, ante ello, México debe ser capaz de generar las condiciones para mantener el ritmo. Se requiere no solo presupuesto y apoyos al campo, se necesitan programas y financiamiento accesible y dirigido.
Para nadie es un secreto que cada industria enfrenta sus propios retos: desde los berries, hasta la producción de granos, lácteos, carne y bebidas. Todos los sectores. Cada uno en diferentes dimensiones. Por lo tanto, está en nuestras manos mantener a un sector dinámico, con futuro y con visión. 2024 ya nos alcanzó: no bajemos la guardia.