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Editorial
Competitividad con impuestos al carbono
A finales de 2022, MÉXICO2, la plataforma de mercados ambientales del Grupo Bolsa Mexicana de Valores, presentó el reporte “Impuestos al carbono en México: desarrollo y tendencias”, el cual pone en perspectiva la importancia de que el sector privado y gubernamental participen en este tipo de iniciativas y pongan manos a la obra.
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El informe, de hecho, tiene el objetivo de visualizar el panorama actual de los instrumentos de precio al carbono en el país, haciendo especial énfasis en los impuestos al carbono existentes a nivel subnacional.
No se nos olvide que, a escala mundial, el “Acuerdo de París” reconoce el papel que desempeñan las iniciativas de precio al carbono. En México, la Ley General de Cambio Climático reconoce las capacidades de los gobiernos estatales para aplicar instrumentos de carácter fiscal, financiero o de mercado que incentiven el cumplimiento de la política climática.
La explicación es sencilla: los impuestos al carbono establecen un precio a las emisiones de gases de efecto invernadero, motivando a las empresas a reducir sus emisiones para evitar su pago. Esto provoca un atractivo hacia alternativas de producción más eficiente, cambiando los patrones de consumo y apoyando las inversiones en tecnologías bajas en carbono.
Hay que destacar que ya son siete los Estados que cuentan con este instrumento: Yucatán, Estado de México, Guanajuato, Zacatecas, Tamaulipas, Baja California y Querétaro. Jalisco, por su parte, tiene una iniciativa en discusión.
Como lo dijo José-Oriol Bosch, director general del Grupo Bolsa Mexicana de Valores, el hecho de poner un valor a las emisiones propiciará el financiamiento de proyectos y medidas que permitan combatir el cambio climático.
Mientras que Eduardo Piquero, director general de MÉXICO2, reconoció que se necesitan impuestos inteligentes que señalen el camino para la reducción más costo-efectiva de las emisiones, en coordinación con el sistema de comercio de emisiones actualmente en funcionamiento.
No perdamos de vista estas iniciativas que serán el futuro para la competitividad de cualquier país. Y, en este camino, las entidades federativas jugarán un papel trascendental. El que no le entré pagará las consecuencias. Que sea un gran año 2023 para todos.