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Opinión
Carlos Alonso Salinas
Todos somos parte
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António Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
El bienestar humano, los retos de la salud, la educación y la información; las oportunidades laborales, sociales, académicas, económicas y políticas; los desafíos en infraestructura, en innovación, investigación y tecnología, así como el desarrollo social, regional y humano, los une un factor común: “Los alimentos y la alimentación”, en el hoy y en el futuro.
¿CÓMO NOS ALIMENTAREMOS CUANDO SEAMOS MÁS DE 9 MIL MILLONES DE HABITANTES?
• ¿Habilitando un nuevo acceso a la seguridad alimentaria del mundo ante los retos que se enfrentarán en el futuro de la alimentación?
• ¿Logrando equilibrio entre los alimentos, sus procesos y la tecnología?
• ¿Enfrentar la próxima crisis alimentaria, será posible través de nuevas alternativas tecnológicas para alimentarnos?
• ¿Creando una nueva generación de alimentos?
• ¿Conectando al mundo con una nueva versión de alimentos capaces de generar adaptabilidad ante las próximas crisis del sector agroalimentario?
El “mejor presente”, se construye día a día. Sin embargo, estamos en un momento crucial de la historia, para mejorar nuestro futuro. La convergencia de la ciencia, los datos, la investigación, la innovación, la tecnología y el financiamiento, pueden lograr cambios importantes a los sistemas agroalimentarios y contribuir en la evolución y desarrollo humano; y también del planeta.
La apuesta por la sostenibilidad (económica, medioambiental, política y social), juega un papel protagónico y fundamental, para aportar a la innovación social, en procesos, en metodos, comercial y productiva, que puede generar y contribuir a importantes equilibrios.
Hoy, hay capacidad suficiente para producir alimentos, pero no para eliminar el hambre. Hoy tenemos avances importantes en la generación de medicamentos, pero no tenemos los mejores datos en salud (pandemias, desnutrición, sobrepeso, diabetes, cáncer) y muchas otras enfermedades que juegan el papel de un importante enemigo a vencer.
Hoy hay una importante evolución y tecnología para lograr empaque, comercialización, distribución y logística; incluso innovar en insumos y procesos desde la parte primaria, sin embargo, no somos capaces de disminuir el desperdicio de alimentos.
El cambio climático provoca grandes afectaciones en la producción de alimentos. Los sistemas alimentarios, a su vez, provocan importantes daños a la biodiversidad, a la deforestación, a la contaminación de ríos, mares y lagos, a la escasez de agua, a las emisiones de gases de efecto invernadero, a la desertificación de suelos y a grandes problemas y afectaciones medioambientales.
Ciencia, tecnología e innovación pueden acelerar la transformación de los sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, para conseguir una mejor producción y nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor sin dejar a nadie atrás. Debemos prepararnos, generando nuevas alternativas tecnológicas para alimentarnos.
Debemos construir todos los actores de la cadena agroalimentaria, las políticas públicas, los lineamientos, las acciones y los planes, que permita lograr una revolución agroalimentaria. Fortaleciendo la integración, el desarrollo y consolidación del ecosistema Agtech, que permita el desarrollo productivo, económico, tecnológico y social del sector, a través de innovación, disrupción, tecnología, información y digitalización del campo.
Todos somos parte, para desarrollar los alimentos y el bienestar del futuro, que nos permita atender de forma oportuna y suficiente, la demanda y la contribución al mejor desarrollo de los ecosistemas naturales, sociales y económicos.