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ENTREVISTA

Con estos eventos que hemos visto en los últimos años, haber tomado decisiones a corto plazo hubiera sido un error. Y hoy todavía estamos aquí con mucha fuerza con un buen crecimiento en las ventas proyectadas para este año y con mucha ilusión.

Miguel Torres forma parte del ranking de las marcas más admiradas del mundo. ¿Qué se siente este logro?

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Bueno, hace tiempo que estamos ya en este ranking en las primeras posiciones y siempre estamos muy agradecidos. Pero yo siempre digo que hay que ir a trabajar todos los días porque evidentemente se ha de producir vinos de alta calidad y para ello hay que llegar a los mercados y los reconocimientos están muy bien y se agradecen.

La agricultura orgánica ¿es un tema al cual hay que subirse?

Sí, yo creo que la agricultura orgánica hoy es casi indispensable. Pensar que podemos tratar los viñedos con pesticidas y herbicidas en el año 2023 ya no es razonable y como comentaba, el siguiente paso es la regenerativa que va a tardar un tiempo todavía en asentarse, porque tiene su complejidad y cada viñedo es diferente. Pero eso es necesario dentro de 10 o 15 años y ya existirán muchas viñas que estén aplicando criterios de viticultura regenerativa. Además, este año desde la asociación de viticultores regenerativa que yo presido, se le dará un certificado homologado a nivel mundial por Ecocert y esto va a propiciar que cualquier viticultor de todo el mundo pueda unirse a este gran movimiento que es la regeneración de los suelos.

Están rescatando variedades antiguas ¿por qué?

Es un proyecto que ya empezó hace cerca de 40 años. El tiempo pasa rápido y en estos años en España hemos recuperado muchas variedades antiguas, ya llevamos cerca de 64 variedades ancestrales y curiosamente alguna de estas variedades nos está dando una gran solución, una gran respuesta a los retos del cambio climático. Son variedades y algunas de ellas maduran muy tarde, con muy buena acidez con un ph muy bajo y esto nos va a permitir hacer vinos de todavía mejor calidad.

En Chile estamos con un proyecto muy interesante también que está en el norte de Chile, donde se ha visto que hay variedades que seguramente se trajeron hace cientos de años, que han sufrido mutaciones y que se han convertido en variedades únicas. Estamos experimentando con ellas y espero que pronto podamos catar algunos de estos vinos.

El vino que le acompaña en sus fotografías ¿tiene cepas clásicas y antiguas?

Tenemos ensamblaje de variedades clásicas como Cabernet o Merlot, pero también este tempranillo que lo tenemos plantado aquí desde hace mucho tiempo y también tiene un toque de esta turiga, que son cepas de bastantes años y que siempre dan una redondez al vino y un volumen que es extraordinario.

Hay agricultores que salieron perjudicados en Itata y su orden fue que no se les dejara solos, ¿por qué ese trato?

Porque para para nosotros siempre es una relación a largo plazo y esta relación acaba siendo positiva para ambos y nosotros experimentamos hace unos años unos incendios muy fuertes que nos privaron de hacer algunos de nuestros vinos, recuerdo en Empedrado precisamente y sabemos que puede ser una situación desastrosa para un viticultor. Entonces estos viticultores que nos han apoyado a nosotros durante tantos años ahora es el momento de que la viña también esté con ellos y vamos a estar ahí, eso está claro.

El cambio climático llegó y cada vez sus efectos son más notorios

Bueno realmente es un tema muy complejo, pero que al día de hoy ya tenemos la certeza de que este cambio se está produciendo y a un ritmo más acelerado del que todos pensamos y bueno hay un punto de adaptación en el cual obviamente la viticultura está yendo a lugares con más agua, lugares más fríos, eso está pasando en Chile con movimientos claros hacia el sur del país, y luego también hay un tema que es clave y es que como sociedad tenemos que bajar nuestras emisiones a nivel de consumidores y de empresa y que los gobiernos tienen que ayudar a que haya un marco político económico y legislativo adecuado para que esto suceda y para que haya un incentivo para que se produzca este cambio.

¿Cómo les afecta el conflicto de Ucrania y Rusia?

Es una situación que no podíamos imaginar, es muy dura porque tenemos muchos amigos en Ucrania y nuestro distribuidor y varias personas nos han contado de situaciones en que gente ligada al mundo del vino ha tenido que ir al frente a luchar. Todos albergamos la esperanza de que este sea el año en que se acabe este conflicto y que pueda volver la Paz y la normalidad, porque yo creo que hay una gran mayoría de gente en Ucrania y también en Rusia que están interesados en que esto acabe lo antes posible y que la gente pueda volver a sus vidas a disfrutar y a disfrutar con una copa de vino. Nosotros en España por ejemplo hemos establecido un programa para ayudar a familias de Ucrania que han salido de allí y que las tenemos alojadas en casas nuestras, nosotros hemos tenido en nuestra propia casa una familia de Ucrania y te das cuenta allí hablando con la gente de la crudeza de este conflicto y de la importancia de que finalice cuanto antes.

El vino en el mundo ¿cómo lo ve usted?

Bueno está claro que cada vez más hay una orientación hacia un consumo de vino sobre todo en el centro de Europa, pero un consumo más moderado diría yo y al mismo tiempo se buscan vinos de mayor calidad. Entonces creo que dentro de todo esto es positivo, el vino se ha de consumir con moderación, pero también se está premiando la calidad. La gente los fines de semana cuando están celebrando o cenando quieren tomar vinos mejores y esto creo que es positivo para nuestra viña y esperamos un buen crecimiento también durante este año.

¿Cómo esta su padre?

Mi padre está con mucha energía y que bueno yo creo que esto también le llena de ilusión, ver que la quinta generación tanto yo, como mi hermana estamos allí para trabajar en todos los proyectos y él continúa con el cambio climático muy ilusionado para ver cómo podemos adaptarnos cada vez más.

Se dice que no es fácil trabajar en familia. ¿Cómo ha sido la experiencia para ustedes? No es fácil, pero hay que tener una visión a largo plazo y también comprenderse los unos a los otros, hay que pensar que para la generación más antigua es una vida trabajando y eso también les da vida para poder continuar y tienen que entender que la generación joven, es una generación que que quiere salir adelante con proyectos nuevos y que entiende el mercado como es hoy y no como era hace 40 años y yo creo que si se encuentra un buen equilibrio la empresa siempre sale fortalecida porque hay una experiencia que viene del pasado y una innovación que viene de las nuevas generaciones.

¿Cómo está Sarah Andrews, su compañera de vida y de viajes?

Pues feliz de estar aquí y viendo a muchos amigos nuestros, amistades que forjamos cuando estábamos viviendo aquí y bueno ella está feliz trabajando en un proyecto también de un libro. Ella es escritora y también está con muchos otros proyectos. Sara es un apoyo indispensable y sin duda la mejor decisión que he tomado en mi vida y tenemos estos hijos maravillosos. Nosotros vivimos todos cerca del viñedo y es un placer para mí cuando salimos todas las mañanas y cuando los llevo a la escuela ellos pueden ver las viñas y ya están aprendiendo a hacer sus primeros vinos, aunque son muy jovencitos es como un pequeño juego para para ellos y la verdad es que solo podemos dar gracias porque tenemos una bonita familia y hacemos lo que nos gusta.

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